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Cortina.

La ciudadanía es una relación política entre un individuo y una comunidad política, en


virtud de la cual el individuo es miembro de pleno derecho de esa comunidad y le debe
lealtad permanente, la ciudadanía es un vínculo político que constituye un elemento de
identificación social para los ciudadanos, es uno de los factores que constituyen su
identidad. El estatuto del ciudadano es el reconocimiento oficial de la integración del
individuo en la comunidad politica.

La ciudadanía se caracteriza por dos cosas:


1. Aproximación a los semejantes: el ciudadano ateniense se vincula a los que son
libres e iguales, el ciudadano romano se sabe defendido por leyes.
2. Separación con respecto a los diferentes: aquellos que no son considerados
como libres e iguales por los atenienses son alejados, y los derechos que
defienden a los ciudadanos romanos no son válidos para los bárbaros.

El concepto de ciudadanía se genera desde la dialéctica interno/externo, desde esa


necesidad de unión con los semejantes y de separación con los diferentes.
La igualdad se entiende ya que todos los ciudadanos tienen derecho a hablar en la
asamblea de gobierno (isegoría), todos son iguales antes la ley (isonomía), para los
griegos la libertad consiste en ejercer ese doble derecho, tomando parte activa en las
asambleas y ejerciendo cargos públicos cuando lo exige la ciudad.

Diferencia entre hombre y ciudadano.


Como mostró Rousseau en El contrato social es difícil ponerles vallas al campo al
distinguir entre el hombre y el ciudadano, entre la religión del hombre y la religión del
ciudadano.
El hombre o mejor dicho, la persona, trasciende con mucho su dimensión política, la
persona es miembro de una familia, de una comunidad vecinal, de una iglesia y en todos
esos casos se establecen vínculo sociales, esenciales para su identidad personal, la
persona es miembro de una comunidad política, cualidad que le vincula a los que
comparten su ciudadanía y que le presta asimismo otro rasgo de identidad, es imposible
reducir la persona al ciudadano.
Cualquier noción de ciudadanía del mundo moderno tiene que unir desde la raíz de la
ciudadanía nacional y la cosmoṕolita en una identidad integrativa, no disgregadora,
recordando que la persona no sólo es ciudadana.

Tradiciones que surgen de la ciudadanía.


La tradición republicana: La vida política es el ámbito en el cual los hombres buscan
conjuntamente su bien. Sostiene que una vida digna de ser vivida, será la del ciudadano
que participa en la legislación y administración de la polis, deliberando sobre qué es lo
justo e injusto para ella. Así, esta tradición defiende un tipo de democracia
representativa, la cual se distingue porque en esta, el poder político se ejerce a través de
representantes y no de forma directa. La democracia se expresa como “el gobierno
querido por el pueblo”.  (Roma)
La tradición liberal: el ciudadano es aquel que debe comprometerse en la defensa de la
concepción de justicia, lo cual supone un deber moral de la civilidad.  Se busca aumentar
la participación ciudadana desde las subunidades federales o autonómicas, con el objetivo
de que la democracia sea el “gobierno del pueblo”. Esta tradición defiende el tipo de
democracia participativa y considera a la política como un medio para poder realizar en
la vida privada los propios ideales de felicidad. En una democracia liberal, para que
haya adhesión de los ciudadanos, las instituciones deben actuar en base a la idea de
justicia que tiene esa sociedad.  (Atenas)

La ciudadanía se puede separar en tradiciones: tradición política de la ciudadanía y la


tradición jurídica de la ciudadanía
TRADICIÓN POLÍTICA
La idea de que el ciudadano es el miembro de una comunidad política y que participa
activamente en ella, nace en la democracia ateniense. El ciudadano es, desde esta
perspectiva, el que se ocupa de las cuestiones públicas y no se contenta con dedicarse a
sus asuntos privados, pero además es quien sabe que la deliberación es el procedimiento
más adecuado para tratarlas (las cuestiones públicas), más que la violencia, la imposición
o incluso más que el voto. Una tradición se va abriendo paso desde este humus, la
TRADICIÓN REPUBLICANA CÍVICA (TRADICIÓN POLÍTICA), que entenderá la
política no como el momento de legitimación de la violencia, sino como la superación de
la violencia por medio de la comunicación.
TRADICIÓN JURÍDICA
La extensión de Roma y su imperio hicieron inviable cualquier idea de participación
directa en los asuntos públicos, lo que podía proporcionar Roma era protección jurídica a
aquellos miembros del imperio a los que deseaba reconocer como ciudadanos suyos, el
ciudadano es el que actúa bajo la ley y espera la protección de la ley a lo largo y ancho de
todo el imperio, es el miembro de una comunidad que comparte la ley y que puede
identificarse o no con una comunidad territorial, para los romanos la ciudadanía será
un estatuto jurídico antes que una exigencia, una base para reclamar derechos y no
un vínculo que pide responsabilidades, así es como comienza a surgir la tradición
republicana.

Sin embargo no olvidemos que la ciudadanía ateniense presenta cuatro grandes


limitaciones:
1. La ciudadanía era exclusiva: no era inclusiva, eran considerados como
ciudadanos solo los varones adultos, cuyos progenitores hubieran sido ciudadanos
atenienses, quedan excluidos las mujeres, los niños, los esclavos, etc.
2. “Libres e iguales”: Eran libres e iguales sólo los ciudadanos atenienses, no los
seres humanos, el universalismo de la libertad es un descubrimiento reciente.
3. “Libertad de los antiguos”: La libertad del ciudadano ateniense consiste en la
participación, pero no protege frente a las injerencias de la Asamblea en la vida
privada que puede intervenir en la misma.
4. Participación directa: La misma era solo posible en comunidades reducidas.

Concepto actual de ciudadano.


El concepto actual de ciudadano procede de los siglos XVII y XVIII, a partir de las
revoluciones francesa, inglesa y americana y del nacimiento del capitalismo, con la
protección de los derechos naturales del hombre hay necesidad de una creación de una
comunidad política que defienda la vida, la integridad y la propiedad de sus miembros,
así se va configurando el actual concepto de ciudadanía, ligada a los dos lados de “estado
nacional”, “Estado” y “nación”

El Estado.
El término Estado fue utilizado por primera vez por Maquiavelo. En la actualidad, el
concepto de “Estado” se refiere a una forma de ordenamiento político, los miembros de
pleno derecho de un Estado son sus ciudadanos, el elemento nuclear del Estado moderno
es la centralización del poder, según Weber, el Estado ejerce el monopolio de la violencia
legítima.
El Estado ostenta la soberanía de un territorio y tiene diferentes fines:
● Garantía de la paz.
● Agencia protectora (evitando que c/u tome justicia por su mano).
● Como expresión de voluntad general (expresando el abandono de la libertad
natural).
● Garante de la libertad externa.
El Estado es una unidad administrativa, en cuyo seno podemos encontrar actualmente
distintas lenguas, culturas, etnias, que forman Estados plurilingües, multiculturales y poli
étnicos.
En el Estado son los ciudadanos quienes ostentan la nacionalidad de ese país.

La nacionalidad
Es el estatuto legal por el que una persona pertenece a un Estado nacional y se adscribe a
él, los rasgos adscriptivos (formas implícitas de otorgar la ciudadanía) de la misma son:
la residencia y el nacimiento.
La persona se convierte en ciudadano de un estado, está dispuesta a someterse a su
coacción, porque de ello obtiene ventajas, pero no se es miembro de un estado por
naturaleza, sino por artificio.

Nación: la comunidad natural en la que se nace, como el conjunto de personas unidas por
el vínculo de paisanaje, que une a un mayor número de miembros. Comparten sus
miembros costumbres, lengua, incluso el paisaje por naturaleza y no por coacción.

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