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Antidepresivos
• Competencia/s
Ser capaz de dar correctamente
información a los pacientes y
familias sobre tratamientos
psicofarmacológicos (para qué
sirven, cómo actúan, qué
efectos secundarios tienen, qué
rango de dosis resulta
adecuado…).
• Objetivos específicos
Determinar la normativa actual
e indicaciones de los
antidepresivos en población pediátrica.
• Existen estudios que han demostrado la eficacia de los antidepresivos en niños con
TDAH, enuresis y bulimia nerviosa.
• Actualmente, solo han logrado la indicación por la FDA (FDA:Food and Drug
Administration of USA. Organismo que evalúa y supervisa ensayos clínicos y autoriza la
comercialización de fármacos en los EEUU. No todas las indicaciones de la FDA coinciden
con las indicaciones de la EMA o la AEMPS.) (Food and Drug Administration, EEUU) la
fluoxetina y el escitalopram, para la depresión mayor en niños y adolescentes, a
partir de 8 y 12 años respectivamente.
2.2.1 Opciones terapéuticas en la depresión mayor en población pediátrica
Las limitaciones en el tratamiento con antidepresivos en esta población obedecen a que
de forma global los antidepresivos han demostrado una eficacia limitada en población
pediátrica, especialmente en menores de 12 años. Esto no significa que haya una tasa de
respuesta baja en los ensayos clínicos, sino principalmente porque existe una elevada
respuesta a placebo, especialmente en estudios que incluyen pacientes más pequeños y
con patología menor.
Por otra parte, en el año 2004 la FDA advirtió de la posible asociación entre los
antidepresivos (incluidos los ISRS) y el aumento de ideación o intentos suicidas en
niños y adolescentes, que junto con la falta de estudios de eficacia de estos generó una
alarma importante y una disminución en la prescripción de antidepresivos en esta
franja de edad. Esta alerta generó que se revisaran muchos ensayos clínicos de
antidepresivos que no habían salido a la luz, y que no eran favorables en cuanto a
reacciones adversas. Por otra parte, también provocó que se llevaran a cabo estudios con un
mejor diseño, no financiados por la industria y más objetivos.
Si bien es cierto que existen revisiones sistemáticas y metaanálisis que han observado
un aumento del riesgo de ideación suicida (también existen algunos que demuestran lo
contrario), estos resultados son difíciles de interpretar dado que contrastan con datos
epidemiológicos que observaron un aumento de los suicidios consumados después de la
alerta del 2004, época que coincide con una disminución drástica en la prescripción de
antidepresivos.
Según esta realidad, se debe tener claro que los únicos antidepresivos que se deberían usar
son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS), y especialmente
la fluoxetina, que es el antidepresivo de elección y el que ha demostrado mayor eficacia
en depresión infantojuvenil. Sin embargo, se debe conocer el resto de antidepresivos, de
los que haremos un breve repaso:
• Antidepresivos duales.
2.3.1. Gold standard: inhibidores selectivos de la recaptación de
serotonina (ISRS)
En relación al mecanismo de acción y farmacodinámica, los ISRS inhiben de forma
selectiva la recaptación de serotonina (inhiben la bomba recaptadora de
neurotransmisor), por lo que incrementan la concentración de la misma en el espacio
sináptico. Son selectivos, es decir, no actúan sobre otros receptores o neurotransmisores
diferentes de serotonina, lo que explica el bajo número de efectos secundarios que
presentan. Su potencia puede ser menor que la de los antidepresivos que actúan sobre más
de un neurotransmisor, pero ello va a implicar un mayor número de efectos adversos, como
veremos a continuación.
• Los niveles plasmáticos pico de esta se alcanzan tras 4-8 horas después de su
ingestión, su vida media es de 2-3 días y la del metabolito activo hasta de 13-15
días.
• Fluvoxamina (Dumirox®).
En la siguiente tabla puedes visualizar los tipos de ISRS (modificado por Salazar, Peralta y
Pastor, 2006 (SALAZAR, M., PERALTA, C., y PASTOR, J. (2006). Manual de Psicofarmacología.
Madrid: Editorial Médica Panamericana.) ) usados en población infantojuvenil.
Precaución en
pacientes
epilépticos.
• Pérdidas de peso.
• Sequedad de boca.
• Sudoración excesiva.
• Cefaleas.
• Insomnio y nerviosismo.
Poco frecuentes:
• Embarazo.
• Enfermedades hepáticas.
En cuanto a las interacciones del ISRS, conviene dedicar una especial atención a su
administración cuando estos interactúan con IMAO, antidepresivos tricíclicos,
combinaciones de ISRS, triptófano, amitriptilina, diazepam, imipramina, tolbutamida,
warfarina, buspirona, clomipramina, clozapina, teoflilina, alcohol y difenilhidantoína.
Detalle de la hierba de San Juan (Hypericum perforatum).
Intoxicación
La intoxicación por ISRS puede producir el llamado síndrome serotoninérgico, aunque
este en muy pocas ocasiones puede producirse de forma idiosincrásica a dosis bajas de
fármaco.
En ellos sigue en pie la alerta descrita en 2004 por la FDA en relación con el aumento del
riesgo de suicidio en población menor de 18 años. Esta advertencia se contempla en cada
ficha técnica. En el caso de que sean utilizados fuera de ficha técnica (es decir, en
población pediátrica), siempre basándose en la necesidad clínica y en estrecha
supervisión por un psiquiatra, se recomienda que se haga una monitorización estricta de
la aparición de síntomas de hostilidad, agresividad o ideación suicida.
Por otra parte, no se dispone de datos de seguridad a largo plazo en niños y adolescentes
en relación con otros aspectos como el crecimiento, la maduración, el desarrollo
cognitivo y el comportamiento. Sin embargo, en adultos su uso está indicado para tratar
la depresión mayor (episodio único, recurrente o resistente).
Antidepresivos tricíclicos y tetracíclicos (ADT)
Los antidepresivos tricíclicos disminuyen la recaptación de noradrenalina y serotonina,
potencian su acción y bloquean los receptores histamínicos y acetilcolínicos muscarínicos.
Son poco selectivos, se consideran eficaces pero tienen un perfil elevado de efectos
indeseables. Los más conocidos son:
• Amitriptilina (Tryptizol®).
• Maprotilina (Ludiomil®).
• Imipramina (Trofanil®).
• Desipramina (Norpramin®).
• Clomipramina (Anafranil®).
• Nortriptilina (Paxtibi®).
En 2010 se publicó una revisión sistemática Cochrane que evaluaba la eficacia de los
ADT en 13 ensayos clínicos, que incluían población infantil y adolescente. La revisión
concluyó que los ADT no son útiles en depresiones prepuberales, pero puede existir cierta
eficacia en adolescentes, aunque su magnitud es pequeña, por lo que los beneficios no
compensan los efectos secundarios, lo que no justifica su uso ni siquiera en esta población.
Los efectos secundarios más comunes están relacionados con la baja selectividad
farmacodinámica.
La cardiotoxicidad es, sin duda, el efecto secundario más grave de los ADT. Lo más
común es el efecto quinidina-like, con su consiguiente riesgo de arritmias ventriculares, en
casos de intoxicación. No obstante, se han descrito otras alteraciones
electrocardiográficas, como bloqueos de rama, bloqueos auriculoventriculares, arritmias
auriculares y, de forma muy rara, simulación de cardiopatía isquémica.
• venlafaxina
Inhibidor de la recaptación de noradrenalina y serotonina. A dosis más elevadas
también de dopamina.
Dosis inicial: 37,5 mg/día adolescentes y 75 mg/día adultos. Máxima 250 mg/día.
Efectos secundarios: los más frecuentes son los gastrointestinales (náuseas, vómitos,
dolor abdominal). Precaución en pacientes hipertensos porque puede aumentar la TA.
No tiene indicación de uso en niños. No aceptado su uso en esta población por la FDA ni
la AEMPS. En Inglaterra está contraindicado su uso.
• Duloxetina
Inhibidor de la recaptación de serotonina y noradrenalina. A dosis altas, también de la
dopamina.
Antes de prescribir:
• Se deben respetar las dosis mínimas terapéuticas (por debajo no son efectivas).
Comenzar con una dosis menor que en adultos (5-10 mg de fluoxetina, 5 mg/día de
escitalopram, 5-10 mg de citalopram y 25 mg/día de sertralina).
• Los incrementos deben realizarse más lentamente que en adultos, dejando pasar 1-3
semanas entre cada aumento de dosis.