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Tablón de expresión pública los baños de la Iupi

Baños, paredes, calles... están inundados de mensajes relacionados con la lucha estudiantil

• Pintada de grafitos la UPR

Los baños se han convertido es foro de los manifestantes (Xavier Araujo).

Por Joel Ortiz Rivera / joel.ortiz@elnuevodia.com

“Esta Isla lleva mucho tiempo soñando. Ya es hora de despertar”.

Ese mensaje apareció escrito con pintura de aerosol negro y rojo a principios de diciembre en
una pared de Plaza Universitaria, justo frente a la entrada principal del recinto de Río Piedras de
la Universidad de Puerto Rico.

El grafito, o graffiti, para algunos es una expresión artística digna de colocarse en exhibiciones y
galerías, mientras que para otros es mero acto de vandalismo.

Lo cierto es que la humanidad, desde la prehistoria hasta los romanos, griegos y egipcios,
buscaron la manera de expresarse sobre su entorno y sus circunstancias creando rayas, garabatos,
dibujos, símbolos y arte utilizando pigmentos, huesos, pinturas y todo lo que venga a la
imaginación.

La edición cibernética del diccionario de la Real Academia Española define grafito como
“escrito o dibujo hecho a mano por los antiguos en los monumentos” o como “letrero o dibujo
circunstanciales, generalmente agresivo y de protesta, trazados sobre una pared u otra superficie
resistente”.

Una universidad, usualmente es caldo de cultivo para el intercambio de ideas, el análisis y el


pensamiento crítico, por lo que es terreno fértil para la expresión.

Pero en medio de huelgas en el pasado verano y el periodo navideño, las paredes, pisos,
zafacones, baños y otra propiedad de la centenaria UPR son hoy posiblemente más que nunca un
fecundo tablero de expresión pública de comentario social.
Un recorrido por el campus demuestra que la discusión sobre la cuota de estabilización fiscal de
$800 no sólo se dio en asambleas, medios de comunicación, internet, bares, hospedajes y salones
de clase, sino en lugares tan íntimos como los baños.

“No a la cuota”, lee uno de los divisores del baño de varones del primer piso de la biblioteca José
M. Lázaro. Al lado, la contestación: “Pend... ya la pagastes (sic). GAME OVER”.

En otra pared, en un tipo de letra un poco más elaborada, se puede leer “Sacrificio por las futuras
generaciones”.

Ni la primera dama, Lucé Vela, que tanto ha estado en el ojo público recientemente, se salva, ya
que un zafacón cercano a la Lázaro dice “Que Lucé recoja café”, en referencia a palabras que
pronunció su esposo, el gobernador Luis Fortuño, hace un tiempo atrás sobre alternativas para
paliar el desempleo.

En esa misma ruta, camino al edificio de Ciencias Sociales en otro depósito de basura alguien
escribió: “Despierta Borikén. Te venden todo y nada te toca”.

Ni los zafacones se salvan de las palabras, porque frente al teatro se pueden observar aún algunos
de estos, con sus distintivos colores rojiblancos, con la frase “se vende”.

En los alrededores del Centro de Estudiantes casi todos los mensajes aluden a la cuota de
establización fiscal de $800 impuesta por la administración, y uno se queja de que “no tengo los
$800”.

También quedan muchas muestras de diversas manifestaciones, asambleas, piquetes y reuniones


pasadas, como si fuera un testimonio que contara los eventos en el campus durante los pasados
ocho meses.

Otros caen en el dilema del huevo o la gallina: no se sabe si primero fueron frases públicas en
una pared y luego estribillo piquetero, o viceversa.

Pero entre esas se encuentran manifiestos como “no podemos estudiar en un campo militar” y
“nos tienen miedo porque no tenemos miedo”.

Igualmente, algunos no muestran la originalidad o la rima de los más populares en la línea de


piquete, pero sí muestran una opinión en busca de que alguien la lea, concuerde y la adopte, o
simplemente gire su cabeza y la descarte.

Entre esos están “Me han robado mi derecho a educarme”, “La educación es un derecho” y “Hay
problema. Ya no le tememos a las macanas”.

Pero ha sido el asfalto de la Avenida Ponce de León el mayor lienzo de opiniones de todos en
estos procesos huelgarios en la universidad.
Y entre la originalidad de algunos y la denuncia de otros, entre medio de ese mar de pinturas,
opiniones y dibujos, resalta uno con el que, de seguro, muchos puertorriqueños están de acuerdo:
“Que vivan los estudiantes”.

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