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Aspiración meconial

El síndrome de aspiración meconial puede ocurrir antes del parto o durante este, cuando el
recién nacido aspira una mezcla de meconio y líquido amniótico (el líquido en que flota
dentro del saco amniótico). Por meconio entendemos las primeras deposiciones que hace el
bebé. Se trata de unas heces pegajosas, densas y de color verde oscuro que suelen
expulsarse dentro del vientre materno al principio del embarazo y de nuevo durante los
primeros días de vida extrauterina.

Se produce generalmente en la segunda mitad de gestación, alrededor de la semana 22 o


23. Cuando esto sucede el recién nacido puede sufrir consecuencias como lesiones mínimas
cerebrales, hemorragias intracraneana, convulsiones, epilepsia, parálisis cerebral y hasta la
muerte.

La hipertensión pulmonar o aumento de la fuerza con la que llega la sangre a los pulmones
es otra consecuencia de la aspiración de meconio, ya que hay poca oxigenación y poco riego
sanguíneo, lo cual produce gran dificultad al respirar.

La gravedad del síndrome de aspiración meconial dependerá de la cantidad de meconio


inhalado así como del estado del bebé y las afecciones que pudiera padecer previamente,
como el hecho de haber contraído alguna infección dentro del útero o la pos madurez
(cuando un bebé supera las 42 semanas de gestación). Por lo general, cuanto más meconio
inhala un bebé, más grave es el trastorno.

Normalmente, el meconio sube y baja solamente por la tráquea (la porción superior de las
vías respiratorias) cuando hay actividad respiratoria en el feto. El meconio puede llegar hasta
los pulmones cuando el bebé boquea en el vientre materno o en las primeras bocanadas
posteriores al parto. Los bebés suelen boquear cuando algún problema (por ejemplo, una
infección o la compresión del cordón umbilical) hace que tengan dificultades para obtener
suficiente oxígeno dentro del vientre materno

Incidencia

Aunque entre el 6% y el 25% de los bebés tienen el líquido amniótico manchado de meconio,
no todos los bebés que eliminan meconio durante las fases de dilatación y expulsión del
parto desarrollan un síndrome de aspiración de meconio. De los bebés que expulsan el
meconio durante el parto o cuyo líquido amniótico está teñido de meconio, entre el 2% y el
36% inhalan meconio dentro del útero materno o bien en la primera respiración extrauterina.
De los bebés que nacen con el líquido amniótico manchado de meconio, el 11% presenta
algún grado de síndrome de aspiración de meconio.
Causas

El síndrome de aspiración meconial se suele relacionar con el sufrimiento fetal. El sufrimiento


fetal puede estar provocado por problemas durante el embarazo, como las infecciones, o por
las dificultades que surgen durante el parto. Cuando un bebé experimenta sufrimiento fetal
puede sufrir hipoxia (reducción del aporte de oxígeno), lo que puede provocar un incremento
de la actividad intestinal del bebé, así como una relajación del esfínter anal (la válvula
muscular que controla el paso de las heces por el ano), con la consiguiente expulsión de
meconio en el líquido amniótico donde flota el bebé.

Pero la expulsión de meconio durante el parto no siempre se asocia a sufrimiento fetal. En


algunas ocasiones, bebés que no muestran indicios de sufrimiento fetal durante el parto
expulsan meconio antes de nacer. En cualquier caso, si el bebé boquea e inhala meconio, es
posible que desarrolle un síndrome de aspiración de meconio.

Otros factores de riesgo para desarrollar un síndrome de aspiración de meconio son los
siguientes:

 un parto difícil
 edad gestacional avanzada (o post maduridad)
 una madre que fuma mucho o que padece diabetes, hipertensión (tensión arterial
elevada) o enfermedad respiratoria o cardiovascular crónicas
 complicaciones relacionada con el cordón umbilical
 escaso crecimiento intrauterino
La prematuridad no es un factor de riesgo. De hecho, el síndrome de aspiración de meconio
es muy poco frecuente en bebés de menos de 34 semanas de edad gestacional.

Signos y síntomas

En el momento del nacimiento probablemente el médico detectará uno o más síntomas de


síndrome de aspiración de meconio, incluyendo:

 restos de meconio, es decir, manchas o vetas de color verde oscuro en el líquido


amniótico
 piel azulada (cianosis) o verdosa (debido a las manchas de meconio) en el recién
nacido
 problemas respiratorios —incluyendo respiración rápida (taquipnea), respiración
dificultosa o suspensión de la respiración (apnea) en el recién nacido
 baja frecuencia cardíaca (bradicardia) en el bebé antes de nacer
 baja puntuación en la escala Apgar (la escala Apgar es una prueba a que se someten
todos los recién nacidos inmediatamente después de nacer en la que les evalúan el color,
la frecuencia cardíaca, los reflejos, el tono muscular y la respiración)
 flacidez
 posmaduridad (signos de que el bebé ha nacido con retraso, como uñas largas)

Diagnóstico

Si se cree que un bebé ha inhalado meconio, el tratamiento empezará durante el parto. Si el


bebé tiene dificultades para respirar, el pediatra le introducirá un laringoscopio en la tráquea
para extraerle cualquier resto de meconio. Probablemente también le auscultará el pecho con
un estetoscopio en busca de los sonidos tipicos de los bebés con síndrome de aspiración
meconial.

Es posible que el pediatra también solicite algunas pruebas, como un análisis de sangre
(denominado análisis de gases sanguíneos) que ayuda a determinar si un bebé está
obteniendo suficiente oxígeno, y una radiografía de tórax para detectar los parches o vetas
en los pulmones propios de los bebés con síndrome de aspiración meconial

Tratamiento

Actualmente se recomienda que, si un bebé ha inhalado meconio pero se le ve activo, tiene


buen aspecto y tiene un latido cardíaco fuerte (>100 latidos por minuto), el equipo que
asiste el parto solo observará al bebé para detectar posibles signos de síndrome de
aspiración de meconio, que suelen aparecer durante las primeras 24 horas. Por lo tanto, se
observará atentamente al bebé por si presentara incremento de la frecuencia respiratoria,
emisión de sonidos roncos al respirar o cianosis.

Si el bebé ha inhalado meconio y da muestras de escaso nivel de actividad, tiene una


frecuencia cardíaca baja (<100 latidos por minuto), está flácido y tiene poco tono muscular,
se le deberán desobstruir las vías respiratorias lo antes posible a fin de reducir la cantidad de
meconio aspirado. Esto se consigue introduciendo un tubo endotraqueal (de plástico blando)
en la traquea del bebé a través de la boca o la nariz y succionando mientras se va
extrayendo lentamente el tubo. Esto permite succionar tanto las vías respiratorias altas como
las bajas. El médico seguirá realizando esta operación hasta que no haya rastro de meconio
en los fluidos succionados.

La mayoría de bebés con síndrome de aspiración de meconio mejoran en pocos días o


semanas, dependiendo de la gravedad de la aspiración. Aunque pueden presentar taquipnea
durante varios días tras el nacimiento, no les suelen quedar lesiones pulmonares graves
permanentes. De todos modos, hay estudios que indican que los bebés que nacen con
síndrome de aspiración de meconio corren más riesgo de desarrollar enfermedad reactiva de
las vías respiratorias (pulmones hipersensibles que tienen más probabilidades de acabar
desarrollando asmá).
Los bebés con síndrome de aspiración de meconio pueden ingresar en una unidad de
cuidados intensivos neonatales (UCIN) para que los puedan monitorizar atentamente durante
los días inmediatamente posteriores al nacimiento. Su tratamiento puede incluir:

 oxígenoterapia, sea con mascarilla de oxígeno o respirador


 antibióticos
 uso de agentes tensioactivos
 óxido nítrico
 extraerles sangre periódicamente para medir si están recibiendo suficiente oxígeno

Los bebés con aspiración grave y que requieren respiración asistida tienen un riesgo más
elevado de padecer displasia broncopulmonar, una afección pulmonar que puede tratarse con
medicamentos y oxígeno. Otra complicación asociada al síndrome de aspiración de meconio
es el colapso pulmonar. También conocido como neumotórax, se trata volviendo a inflar los
pulmones (insertando un tubo entre las costillas y permitiendo que los pulmones se vayan
expandiendo progresivamente).

Aunque es algo muy poco frecuente, un porcentaje reducido de bebés con síndrome de
aspiración de meconio grave desarrollan neumonía por aspiración. En estos casos, es posible
que el médico recomiende utilizar técnicas de rescate pulmonar avanzadas.

En la actualidad se utilizan tres tratamientos en los casos de neumonía por aspiración y en


las formas más graves de síndrome de aspiración de meconio:

 Tratamiento con agentes tensioactivos o surfactantes —se instilan agentes


tensioactivos artificiales en los pulmones del bebé que ayudan a mantener abiertos los
alvéolos pulmonares.
 Oscilación de alta frecuencia —se utiliza un respirador especial que hace vibrar aire
enriquecido con una concentración de oxígeno superior a la habitual en el interior de los
pulmones del bebé.
 Tratamiento de rescate —se añade óxido nítrico al oxígeno del respirador. Así se
consigue dilatar los vasos sanguíneos, lo que permite que los pulmones del bebé se
irriguen con más sangre y, por lo tanto, les llegue más oxígeno.

Si estos tratamientos (o una combinación de ellos) no funcionan, todavía queda otra


alternativa. La oxigenación por membrana extracorpórea (OMEC –o ECMO por las siglas
inglesas) es una forma de bypass cardiopulmonar, lo que significa que un corazón y pulmón
artificiales asumen temporalmente la función de proveer sangre al cuerpo del bebé. La OMEC
reduce la tasa de mortalidad de los lactantes gravemente afectados del 80% al 10%. No
todos los hospitales poseen esta tecnología, de modo que los bebés que requieren OMEC a
veces deben ser trasladados a otro hospital.
Los bebés que han sufrido un síndrome de aspiración de meconio grave es probable que, tras
salir del hospital, sean enviados a casa con oxigeno. Estos bebés tienen más probabilidades
de tener sibilancias (emisión de un silbido al inspirar, que coloquialmente se conoce como
“pitos”), y de contraer infecciones pulmonares durante el primer año de vida. Pero en los
pulmones de un recién nacido los alvéolos pulmonares se pueden regenerar, por lo que el
pronóstico a largo plazo de la función pulmonar de estos bebés es excelente.

Los bebés gravemente afectados corren el riesgo de desarrollar enfermedad pulmonar


crónica y también pueden presentar anomalías en el desarrollo y deficiencias auditivas. A los
bebés a quienes les diagnostican un síndrome de aspiración de meconio en el hospital les
hacen pruebas de cribado para detectarles posibles deficiencias auditivas o lesiones
neurológicas. Aunque es muy poco frecuente, los casos graves de síndrome de aspiración de
meconio pueden ser mortales. No obstante, los estudios indican que los fallecimientos por
síndrome de aspiración de meconio han disminuido significativamente gracias a
intervenciones como la succión del meconio y la reducción de los nacimientos postérmino.

Prevención

Si una mujer embarazada, al romper aguas, constata que su líquido amniótico es de color
verde oscuro o contiene manchas o vetas de este color –indicativas de la presencia de
meconio-, es muy importante que informe al médico al respecto. Los médicos también
utilizan la monitorización fetal durante el parto para observar la frecuencia cardíaca del bebé,
por si este presentara signos de sufrimiento fetal. En algunos casos los médicos pueden
recomendar la amnioinfusión (infusión de solución salina en la cavidad amniótica), para
eliminar el meconio del saco amniótico antes de que el bebé pueda inhalarlo durante el
parto.

Aunque el síndrome de aspiración de meconio es una complicación del parto que puede
asustar bastante a los padres que están esperando un bebé, la mayoría de casos no son
graves. En la mayoría de partos se utiliza la monitorización fetal, y los médicos prestan
mucha atención a cualquier signo que podría indicar que el bebé ha aspirado meconio. Si un
bebé aspira meconio durante el parto, el tratamiento se aplica inmediatamente.

En la mayoría de recién nacidos que han inhalado meconio, el tratamiento precoz permite
evitar las posibles complicaciones de este síndrome y ayuda a tranquilizar a los asustados
padres en ciernes.

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