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PORQUE SE
ENLOQUECE
1A GENTE
DINÁMICA DE LA CONDUCTA HUMANA
Y NORM AS PARA LA SALUD PSÍQUICA
P O R Q U E SE ,
E N L O Q U E C E A '1!' ■ 0 ‘L- / í A
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PORQUE SE
enloquece
L A G E N T E
M O N T E V I D E O
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PREFACIO
misterio de funciones que parecían privativas del hemis la ansiedad y las tinieblas o de naufragar en el des
ferio lesionado. Cuando una persona pierde definitiva amparo y la muerte. Veamos por qué y cómo cumple
mente la vista, desarrolla al máximo los otros sentidos tal función.
y en especial el tacto de un modo maravilloso. Del mis
mo modo, recientes estudios sobre la hipertensión arte Pugna entre el deseo de placer y el principio de
rial demuestran que ella, a menudo, no es sino un meca realidad. Compensaciones psíquicas. — No necesita
nismo de compensación destinado a vencer ia esclerosis abundar en ejemplos demostrativos la afirmación de
del filtro renal. que el ser adulto normal es asiento de una lucha per
Por todas partes, pues, se ve a la naturaleza buscando manente entre sus deseos y la realidad que le rodea,
y que se mueve permanentemente, como lo dice Spran-
la conservación del individuo a despecho de serias lesio ger, en el dualismo existente entre su vivencia del
nes, que son reparadas; de graves accidentes, que son ideal y la percepción de la realidad.
compensados, y procurando en toda forma el manteni ¿Ha podido el hombre alguna vez satisfacer ente
miento de la vida por acción de esa maravillosa fuerza, ramente sus deseos, propósitos e ideales? Evidente
impulso vital o elan bergsoneano, que se halla presente mente, no. Quizá en las primeras edades de la especie,
en todo ser vivo: célula o insecto, hombre o tejido orgá
nico. cuando vivía en entera libertad sobre la tierra, habrá
Y no solamente tienen lugar estos mecanismos com podido dar salida a sus instintos y tendencias mate
pensatorios cuando hállase seriamente comprometida la riales. Pero la vida en comunidades sociales, que buscó
integridad de un órgano o la totalidad de una función, luego, exigió de él la represión y el dominio de esas
sino que siempre que una parte o función del orga tendencias y sentimientos instintivos que antes satis
nismo es separada de la normalidad aparece ese pro facía naturalmente y que ahora resultarían antisociales.
ceso compensador que busca devolverle el equilibrio Por otra parte, no son solamente las tendencias ins
perdido. Ya hace miles de años, Hipócrates postulaba tintivas —necesidades de sus raíces— las que no ob
la existencia de una “fuerza natural medicatriz” que tienen entera satisfacción, sino que también y de es
dirige la lucha del organismo para sacarlo de la enfer pecial modo encuentran la barrera de la realidad buen
medad y volverlo a la normalidad. Y recientemente número de sus vivencias ideales, ansias y tendencias
Cannon en su obra “la Sabiduría del cuerpo”, examina espirituales —necesidades de sus ramas y de sus
“los maravillosos ajustes que en el organismo permiten flores—.
dominar la enfermedad y el dolor” aun en las funciones Sólo en su más tierna niñez, cuando en pleno ego
más delicadas y sutiles, frente a cuyas alteraciones centrismo el infante no distingue todavía las diferencias
el organismo pone automáticamente en acción los me entre su yo subjetivo y el mundo objetivo circundante,
canismos que han de corregirlas y equilibrarlas. puede el ser creer en la entera satisfacción de sus de
seos y suponer que existe total superposición entre su
Ma3 se equivocaría quien creyera que solamente los vivencia de placer y el principio de realidad. Pero no
órganos y funciones físicas del individuo disponen de tarda el niño en comprender cuán distante se encuentra
este mecanismo de compensación. También su psiquismo su mundo ideal y el mundo real; y a medida que el in
realiza tal función y mediante ella, el hombre, repe dividuo cobra experiencia y madurez distingue de modo
tidas veces durante el transcurso de todos sus días, se más exacto las diferencias entre uno y otro valor.
salva de caer en la tristeza y la pena, de hundirse en
Dimlmíca <it* la conducta humana.
La sabiduría del espíritu. 1U
cienos cuando éstos constituyen el sentimiento predo No es sólo sobre la función perceptiva que se ejerce
minante en nuestro espíritu. Pero, unos y otros, deseos la referida influencia de las tendencias afectivas, sino
y temores, pertenecen y forman la parte afectiva de también —y quizá con mayor intensidad aún— sobre
nuestro psiquismo. Y la afectividad es realmente el eje la función de la memoria. Los hechos de que nos acor
y el centro, el núcleo y motor de nuestra vida psíquica. damos en un momento dado son distintos según estemos
Son los afectos los que nos dirigen; es la afectividad la alegres o tristes. Cuando Stefan Zweig, muy lejos de su
que mueve, como el foco de una lente o el dial de una patria, se dispone a escribir su Autobiografía, repara
radio, el enfoque de nuestra atención; es ella la que que debe hacerlo en las condiciones más desfavorables:
suministra elementos al apetito de nuestro interés; la sin el menor auxilio para la memoria, sin sus notas,
que nos hace mirar para ver, escuchar para oír, captar sus libros, ninguna carta de amigo y sin poder ir a bus
para sentir; falta de la cual nuestra personalidad sería car información a parte alguna. Pero deja pronto de
tan imparcial y neutra, pero también tan inanimada y lam entarse por ello, pues dice “yo no considero a nues
fría, como la placa de cera fonográfica, y que nos de tra memoria como un elemento que retiene unas cosas
muestra cuán cerca del cadáver se halla aquella estatua por azar y pierde las demás al acaso, sino como una
sólo provista de sentidos, que era para la teoría absurda fuerza que ordena a sabiendas y excluye de un modo
de Condillac el ejemplo del ser viviente. deliberado. Todo lo que con respecto a la propia vida
cae en el olvido, ha sido en rigor mucho tiempo antes
condenado por un instinto íntimo a caer en él. Solo lo
La percepción parcial de la realidad realizada por que de lo suyo se quiere conservar, tiene también el
nuestra afectividad, o sea la catatimia, no sólo procede derecho de ser guardado para ios demás, i Que hablen
arbitrariamente tomando de todos los elementos pre y elijan, pues, mis recuerdos, en mi lugar, y procuren
sentes sólo aquellos que están en sintonía con la actitud dar siquiera una imagen pálida de mi vida, antes de
de reacción del sujeto y desechando todos los restantes, que ésta se hunda en las tinieblas!”
sino que a los elementos así seleccionados les adjudica Realmente no hay función psíquica en la que no in
una escala de valores y una jerarquía enteram ente tervenga la acción de nuestros afectos. La frase de
personales y subjetivas. Cada individuo percibe así una Goethe: “os parecéis al espíritu que comprendéis”, tra
realidad particular, y ésta es también variable en el duce justam ente la más fácil comprensión para los pen
mismo individuo de acuerdo con los cambios de su to samientos y procesos intelectuales que sintonizan con
nalidad afectiva. Lo que hace que podamos extender la los nuestros.
* * *
frase de Amiel y afirm ar que no ya sólo un paisaje
es un estado de alma, sino que todo espectáculo, toda
visión de da realidad, toda captación perceptiva de] p re Si bien la catatim ia en algunos casos sirve a los ele
sente. así como tamoién la apreciación del pasado y la mentos negativos o temores, ella está generalmente al
visión del futuro, son estados de alma, tan subordinados servicio de nuestros deseos por ser éstos elementos
están a la tonalidad actual de nuestro espíritu, ta n te positivos más frecuentes, numerosos y más fuertes. Por
ñidos por nuestros sentimientos predom inantes y ta n eso, cumple este proceso de compensación su inesti
mable función: cuando la adaptación del sujeto a la
coloreados de amor o de hostilidad por la actitud afec
realidad sería penosa y le haría sufrir, la catatimia
tiva de nuestra personalidad en este instante.
tí ^Dinámica de la c o nd uc ta humana.
ii:'M producirle un hecho, explicando su realización por preform ada. El amputado, por ejemplo, localiza el dolor
ruv'tivos ajenos a él y fuera del alcance de su voluntad. en la pierna que ha dejado de poseer, y todos nosotros
“Era superior a mis fuerzas”, “N ada pude hacer, proyectam os constantemente hacia afuera procesos in
pese a todos mis esfuerzos”, “Hallé un obstáculo in ternos, pues el aparato psíquico exterioriza toda per
vencible” y otras semejantes, son las expresiones que cepción, cualquiera que sea su procedencia.
emplea comunmente una persona cuando m ediante esta E ste mecanismo de proyección se halla en la base
proyección explica un fracaso, una renuncia, o una del concepto animístico, por el cual el niño y el salvaje,
huida, no advirtiendo al hacer tal explicación la co como el neurótico, atribuyen propiedades humanas a
incidencia que lia habido entre la actitu d re su lta n te cosas y objetos inertes que lo rodean. Así, si el niño
—y que cree obligada e inevitable— y su tendencia ape tropieza contra una silla y esto le causa dolor, golpea
tecida y favorable. a la silla como si ésta se hubiera movido intencional
Así es que la actitud de Puerto Rico que el estu m ente a su paso. El adulto civilizado normal recurre a
diante-cónsul explicaba sólo por acción de elem entos la proyección p ara explicar impulsos y deseos que le
exteriores, coincidía exactamente con los sentim ientos repugnan, le violentan o le humillan. Se proyectan las
francamente francófilos del pueblo p o rtorriqueño. L a m alas ideas y las bajas pasiones atribuyéndoselas a
explicación de su reprobación por la a rb itra rie d a d de un ser exterior: el Diablo: De este modo, el hombre
les examinadores coincide con el interés del estu d ian te parecería decir: “no soy yo sino otro, el que desea
en justificar su fracaso. Y el autom ovilista esconde su realizar tal o cual acto reprobable”. Y merced a este
impericia reai, pasando de activo a pasivo, y creyendo proceso, su conciencia queda descargada.
haber sido chocado y no ser el elemento activo y cau
sante del choque.
Se ve claramente cuán clemente y satisfac to rio es E ste mecanismo de proyección sirve hábilmente al
este mecanismo de compensación. P royectando fu e ra individuo p ara enm ascarar algunos deseos que tendría
de nosotros las culpas de nuestros erro res y la cau sa pudor o vergüenza de exteriorizar directamente y los
de nuestros fracasos, nos liberamos en g ra n p a rte de traduce entonces en form a de temor. Así es que ese te
la pena y el dolor que ello podría producirnos y nos m or de quedar en la pobreza, de que se lamentan cier
eximimos grandemente de la responsabilidad que h e ta s gentes, es la proyección de su deseo de tener mucho
mos tenido en su realización. — “ Se me cayó” en lu g a r dinero, y a menudo traduce su avaricia. El temor de
de “no puse atención y lo dejé caer” ; “resbalé” en lu ser pecador, proyecta el deseo de ser santo. Igualmente,
gar de “no miré” ; “la fatalidad, el destino, la m ala el tem or de estar enfermo, con el que muchos hipocon
suerte” en lugar de “mi poca tenacidad, m i to rp eza, dríacos atorm entan a sus familiares y a sus médicos,
mi falta de espíritu de lucha” , son las fra se s m ás f r e significa el deseo de vivir largamente, y su actitud, en
cuentes que todos los días se escuchan por to d as p a rte s buena p arte egoísta, sería indisculpable si fuera exhi
y con lo que las personas que las dicen proyectan fu e ra bida abiertam ente. De este modo, el individuo logra
de ellas, para descargar su culpa y la responsabilidad, realizar por medio de ese temor lo que no se habría ani
las causas de sus actos fallidos y de sus fracasos. mado a hacer por la acción directa de su deseo, el que
La proyección, dice N unberg, constituye u n a m a es así camouflado. No de otro modo procede el chico
mimoso que llora desconsoladamente lamentándose de
nifestación psíquica general y aparece psicológicam ente
?S-------------------- D m d m i c a d e la c o n d u c t a h u m a n a . R a zo n es complacientes J/J
<ue no es querido por sus padres y obteniendo en esta empleando en exceso este mecanismo de proyección,
forma la demostración inmediata y apetecida de tal hállase en pleno delirio de persecución el sujeto que,
cariño. fracasado en su profesión, carrera o arte, en lugar
Todo temor, pues, traduce la proyección de un deseo de reconocer que su no triunfo débese a su falta de
y mediante tal proceso las tendencias afectivas de un tenacidad, de aptitud o de oportunidad, acusa al medio
sujeto, generalmente del tipo vanidoso o miedoso, es social de su fracaso y señala a sus colegas, compañeros
capan a su censura moral y se presentan bajo la más de trabajo, fam iliares o vecinos como los causantes de
cara de un temor. Puede verse así que las ideas de sus males. Y en un grado todavía más avanzado de
persecución de que se quejan ciertas personas, traducen este proceso se encuentra el enfermo mental que pa
realmente en el fondo el deseo de que los supuestos per dece de delirio de influencia, por el cual afirma que
seguidores se ocupen de ellas; y a esto se debe que el todos sus actos, pensamientos y actitudes le son impues
perseguido se convierta luego en perseguidor ante la tas por una acción exterior, ajena por entero a su vo
indiferencia del supuesto enemigo. luntad.
Las mismas razones de extrayección de nuestros
propósitos y sentimientos explican la facilidad con que Identificación. — De dirección opuesta a la pro
nos sentimos ofendidos por las personas a quienes real yección, pero semejante a ésta en su finalidad de des
mente odiamos, y muestra la verdad psicológica del di plazamiento de energías psíquicas, es el proceso de
cho que afirma: “cuando decimos que una persona nos identificación o intrayección, por el cual el sujeto se
es antipática es porque sin duda sabemos que le somos atribuye a sí mismo causas y propiedades ajenas. Quizá
antipáticos a ella”. la primera aplicación de este medio de defensa de nues
El mismo mecanismo de proyección presenta mu tro sistema anímico la hace ya el niño a los pocos días
de su nacim iento: cuando deseoso de aplicar sus labios
chos ataques con la apariencia de defensa. Esta es la
en el pecho materno para experimentar la agradable
explicación que a menudo corresponde a los tan fre sensación de alimentarse, no es satisfecho, puede re
cuentes hechos de sangre en lo que se aduce la legítim a emplazar tal falta incorporando psíquicamente el ele
defensa para justificar la acción de una persona que mento deseado a su yo. Se satisface entonces con la
ha herido o dado muerte a otra, y en cuyos casos puede succión, y se le ve mover los labios animadamente. La
verse también la coincidencia del acto realizado con la excitación es suprimida, pues, cuando se le satisface
tendencia o dirección en que habría actuado volunta de un modo que puede producir la descarga. La fina
riamente su realizador: la persona herida por ese acto lidad de la introyección se ha cumplido desde el mo
de aparente defensa es la misma que lo hubiera sido mento que se ha obtenido la desaparición de la exci
también por el ataque directo y espontáneo del heridor. tación desagradable.
Este proceso psíquico de proyección, que todos em Frente a una excitación no satisfecha por falta del
pleamos de continuo para descargar nuestras culpas, objeto exterior, el lactante se satisface, diríamos,
justificar nuestras faltas y disminuir nuestra respon “alucinatoriamente” creyendo mamar, y de ahí los mo
sabilidad, ubicando fuera de nosotros la causa de nues vimientos de succión que se le ve hacer. El mismo me
tros yerros y errores, da lugar por su empleo excesivo y canismo de satisfacción mediante las solas represen
fuera de la autocrítica a perturbaciones del juicio que taciones o imágenes —a falta de la satisfacción real—
forman parte ya de la sintomatología psiquiátrica. A sí,
Pintimica de la conducta humana.
■
------------------------— Razonen complacientes _______________ —21
so ve en las personalidades histéricas. Y es que la per Esta total y entera identificación de un público con
sonalidad histérica se halla en un nivel intermedio en un equipo explica hechos que de otra manera serían
tro el nino y el adulto. Su mecanismo de satisfacción no paradojales. A quien conoce la rica capacidad afectiva
es distinto al que el hombre normal cumple en sus de nuestro público y su amor por los débiles, los pe
sueños. “Un día que, contra mis deseos, me acosté sin queños y los desposeídos, le sorprendería sin duda com
fumar — nos dice un amigo —, creí que estaba fu probar que esas mismas personas, que en una incidencia
mando”. callejera se ponen de inmediato de parte del más débil,
Se sabe que de acuerdo con los conceptos de los son no obstante partidarios de los cuadros poderosos
psicoanalistas, el hijo soluciona los conflictos que le y ricos que domingo a domingo vencen por elevado
crea su complejo de Edipo —odio al padre— mediante score a los más débiles. La proyección psíquica explica
la identificación con éste, incorporándoselo como su tales curiosos hechos: se tiene necesidad de un triunfo,
propio yo. Así también afirman que uno de los tipos de un dominio, de sentirse vencedor, dominante, y se
de homosexualidad se produce por el hecho de que el satisface dominicalmente tal tendencia identificándose
muchacho se identifique con la madre y sólo pueda con un cuadro poderoso. Sólo las personas triunfadoras
querer a otros muchachos, a manera de reflejo del durante toda la semana, y que por ello no tienen ne
afecto que ella sentía por él. cesidad de triunfos compensatorios, podrían permitirse
Procede mediante este mecanismo la persona que el lujo de ser partidarios de teams débiles. En cambio,
no pudiendo vencer a un rival fuerte, se le incorpora “el team del pueblo” es justamente el más rico y pode
psíquicamente para así sentirlo como propio. No otra roso. Estamos seguros de que por ausencia de esa des
explicación tienen esas rivalidades enconadas que pa carga liberadora, aumentan el mal humor, los incidentes
recían inconciliables y que sorprenden un día por su y las discusiones en ia vida doméstica o social en los
identificación. Su lema ha sido, como dice Nunberg: días que siguen a una derrota de los teams favoritos.
“Si no puedo combatir de otro modo a mi enemigo, me Por elio, esos jueces que mediante la concesión de un
uno a él para que no me sea peligroso”. penal en los últimos minutos o por la anulación de un
goal en contra, aseguran el triunfo que se presentaba
* * * difícil para el cuadro grande, proceden del mismo modo
como lo haría en tales condiciones un excelente médico
También son abundantes a nuestro alrededor o en psicoterapeuta. . .
nosotros mismos los ejemplos de esta intrayección. El
propietario de un caballo de carreras o de un gallo de
riña, siente como suyos los triunfos de sus pupilos. Los Es por este proceso de identificación que Freud
miles de partidarios de un team de football sienten co explica que ciertas civilizaciones se hayan conservado
mo propias las hazañas de los once jugadores. 4‘Les durante largo tiempo a pesar de que en ellas grandes
ganamos”, “les hicimos cuatro goles”, “le atajamos masas de hombres vivían oprimidos. “Cayo es un mí
un penal”, son las expresiones que dicen quienes no sero plebeyo, agobiado por los tributos y las presta
obstante haber permanecido sentados durante toda la ciones personales, pero es también romano y participa
lucha, experimentan la misma satisfacción, y a me como tal en la magna empresa de dominar otras na
nudo hasta la misma fatiga, que quienes han jugado y ciones e imponerles leyes”. Esta identificación de los
luchado realmente.
A?. Ihm\mico d<* lo conducía huviana.
de la respuesta. Cuando Filippo Lippi, atraído por que cierto número de profesiones y actividades sociales
los encantos de una mujer, no era correspondido por no son sino la sublimación de tendencias primitivas que
ella, pintaba su retrato y calmaba así sus ansias ama serían delictivas si fueran exteriorizadas directamente
torias. Goethe, no siendo correspondido en su amor por y al desnudo, pero que mediante un ropaje son toleradas
Carlota, escribe el Werter. Del mismo modo, normal y admitidas por la sociedad. Así, por ejemplo, la ten
mente, el deseo del abrazo se sustituye por el baile; dencia agresiva primitiva, tan fuerte en algunas per
un bofetón a un adversario se cambia por una frase sonas que no puede llegar a ser dominada, encuentra
irónica hiriente. su satisfacción en tareas y profesiones tales como fis
c) Cambia el objeto y la forma de la respuesta, cal, policía, ejecutor de la justicia, inspectores, críticos.
pero manteniéndose, como en todos los actos de subli Así, hay críticos literarios o de arte en cuyos es
mación. el sentido psíquico del acto. Una persona que critos, verdaderas disecciones anatómicas ejecutadas
ha tenido una contrariedad que le ha encolerizado va con crueldad y fruición, se verían manifiestos no ya sólo
a la cancha de pelota a descargar la energía psico- ese complejo de agresividad sino la sublimación de de
motriz no liberada. Teodoro Roosevelt o Clemenceau, seos de muerte (la agresión verbal, la calumnia, el in
derrotados en sus aspiraciones políticas, emprenden sulto, serían las formas sociales resultantes de la su
un viaje al Africa a cazar leones. Un estudiante que blimación del deseo de muerte). Y de aquellas personas
desiste de presentarse a exámenes, toma parte en una que ejercen la crítica artística de un modo habitual
competencia deportiva. Un hombre, desfraudada su es mente generoso y con tendencia al elogio exagerado,
pera sentimental, sale a correr a caballo a todo galope podría afirmarse que carecen de la dosis necesaria de
o se pone a cortar leña. Luego de un serio contraste heteroagresividad para ser buenos críticos. . .
emotivo, una persona se pone a beber o a jugar a la Del mismo modo, se ha llegado a afirmar —a nues
ruleta desaforadamente. tro juicio exageradamente— que el cirujano satisface
Se ve en los ej émulos que anteceden que, no obstante en sus intervenciones quirúrgicas tal tendencia agre
su variedad, en todos ellos encuentra el individuo una siva y "puesto que mediante ella puede liberarse de su
vía de derivación o de transferencia para las energías heteroagresividad es que generalmente el buen humor,
psíquicas inempleadas que habían quedado sin satis la alegría y un excelente carácter son habituales en el
facción y que por ello acuciaban hasta el desasosiego a cirujano. Del mismo modo —lo dice el filósofo Keiser-
su espíritu. ling— que la serenidad y la apacible calma son h¡s ca
La compensación psíquica mediante este mecanismo racterísticas psíquicas del gaucho de nuestros campos
de sublimación es el procedimiento más eficaz y al mis porque satisface ese mismo complejo en sus tareas de
mo tiempo el más corriente en el adulto frente a las carnear reses; y recuérdese a este propósito la pacifi-
contrariedades que encuentra en la lucha por la vida; y cidad de los matarifes.
para la escuela psicoanalítica tal proceso es la válvula Si hemos llevado hasta las exageraciones que pre
de seguridad del individuo por la cual se libera de las ceden los ejemplos del proceso de sublimación es a los
energías insatisfechas que trastornarían el equilibrio de efectos de destacar la importancia que tal mecanismo
la personalidad. tiene en la adaptación social del individuo, y como ten
Pero la escuela psicoanalítica va más lejos aún en la dencias que exteriorizadas de un modo directo y pri
interpretación del proceso de sublimación, y manifiesta mitivo chocarían abiertamente contra la sociedad son,
Si>------------------- P i mi mica de la conducía humana.
Compensaciones psíquicas ÍA
gundo se limita a modificarse a sí mismo con su solo sará sus deseos inconscientes: temor a salir sola, miedo
deseo. Aquél intenta actuar conforme a la realidad; a los ladrones, e tc .); o el pecado.
éste recurre a la ficción. Del mismo modo y por aná Vemos por el primer ejemplo pues, que el delin
logas razones, según la expresión de Ferenczi, el histé cuente tiene rasgos comunes con el neurósico: su inca
rico materializa sus deseos y los satisface en su propio pacidad para sublimar energías insatisfechas; la ele
organismo, en tanto que el hombre normal lo hace en vada tensión que, faltas de una derivación, llegan a al
el mundo externo. canzar sus energías psíquicas no descargadas normal
* * * m ente; y la tranquilidad que les produce de inmediato
el cumplimiento de sus actos obsesivos. En uno y en
Es lo corriente que los referidos procesos de com otro los procesos defensivos del psiquismo —verdaderos
pensación sean utilizados entre un mínimo y un má amortiguadores de excitaciones— se realizan de un mo
ximo que constituyen los límites de la normalidad. Em do insuficiente.
pleados por debajo de dicho mínimo, esto es, en forma + * *
escasa, débil, el sujeto va a caer en la neurosis, el pe
cado o el delito, tal como desborda fuera de su curso El empleo normal de tales mecanismos de compen
un río que una barrera no deja llegar al mar. sación tiene también su límite máximo. Si una persona
Supongamos un cajero de Banco acuciado por el los emplea por encima de este límite, vuélvese impro
deseo de apoderarse indebidamente del dinero que pasa ductivo individual y socialmente, puesto que toda su
por sus manos. Si es una persona psíquicamente fuerte energía psíquica será derivada, racionalizada o satis
reprimirá tal deseo. Si su represión psíquica no es fecha imaginariamente, y no quedará nada para la ac
fuerte, puede tomar por uno de estos caminos: la com ción real concreta.
pensación sustitutiva (su identificación con el Banco, En efecto, y a la manera de ejemplo, veamos cómo
o se hará coleccionista de medallas, monedas, o pro de las propias virtudes de la función catatímica dedú-
yectará su ambición en exceso en otra dirección); la cense con claridad los inconvenientes y peligros de su
neurosis (en la que con un ceremonial obsesivo, tal como exceso. Esa deformación de la realidad que tal proceso
lavarse con exceso las manos, procurará limpiarse de realiza para así adaptarla a los deseos del individuo,
la idea que lo ensucia); o el delito (se apropiará inde puede apartar a éste del mundo concreto y objetivo en
bidamente del dinero que pasa por sus manos). que vive. Y esto, si bien satisface falazmente sus ín
Supongamos el caso de una joven fuertemente atra í timos deseos, le quita en cambio la superficie de apoyo
da hacia un hombre comprometido. Si es psíquicamente que es la realidad, y el sujeto corre de este modo el
fuerte reprimirá —con cierta pena naturalmente— tal riesgo de sumergirse en el autismo de un engañoso mun
sentimiento. Si no lo es, puede tomar por uno de estos do personal.
caminos: la compensación psíquica (se ocupará con *Y cuando el proceso catatímico es muy fuerte, o
gusto en tareas vinculadas a dicho hombre, o hará poe quien lo realiza tiene escasa resistencia psíquica, puede
sías. pinturas, otras obras, o seguirá las películas de llegar a la producción de la alucinación, esto es, no ya
cine de un actor que se le parezca o desplazará sobre deformación de la realidad, sino creación de elementos
los familiares de él su afecto inempleado); la neurosis sensoperceptivos. María Bashkirtseff cuenta en su
(diversas fobias en las que mediante temores expre Diario Intimo: “A menudo me invento un héroe, una
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novela, un drama y me veo y sufro con mis invenciones en su vida que no puede soportar y que debe olvidar
para subsistir. Ahora bien; expulsar en absoluto algo
como si fueran realidad”. — Y agregaba que cuando de la conciencia sólo es posible pasando otra cosa a
deseaba algo con tenacidad llegaba a veces a la aluci sustituirla; en este caso la idea delirante sea perma
nación; así un día en que desesperada por no saber su nente o mutable. Los médicos parecen haber quedado
lección en inglés se puso a rezar casi febrilmente, detenidos en el estudio de las ideas delirantes, sin com
creyó ver en un rincón de la pieza a la Virgen que le prender que éstas existen para reprimir algo e impedir
prometía socorrerla... Otras veces en la soledad de la que aparezca”.
pieza, bajo las luces de los cirios había visto ceremonias A nuestro juicio, lo que al enajenado le ha sucedido
venturosas, cabezas empelucadas, un baile con un hom es que no ha hecho en su mundo interior las correc
bre en traje de frac, ella en traje de novia... ciones sucesivas y necesarias para que siguiera man
Como lo dice muy bien Aníbal Ponce: “todos nos teniéndose acorde con el mundo exterior. Detenido,
otros —cuerdos y no cuerdos —mantenemos a lo largo como una película en panne, en un momento de la rea
de nuestra vida una construcción imaginativa hacia la lidad, a partir de ese instante no ha tomado en cuenta
cual nos esforzamos en llegar y en la cual hemos puesto acontecimientos y circunstancias que posteriormente
nuestros deseos y nuestras aspiraciones. Para alcan han modificado aquella realidad —para todos ya pasada
zarla, las personalidades que llamamos normales pre
paran sus actos con cuidado, controlan sus pensa y extinguida.; para él presente y actual— que ya no
mientos, miden sus palabras, tantean prudentemente puede amoldarse y conjugar con esta otra —la de to
los caminos. Y si a poco andar, fracasos repetidos les dos— que está cambiando, y tan rápidamente, a cada
demuestran su incapacidad, cambian con dolor pero instanre.
cambian, la construcción imaginativa que se habían
impuesto como finalidad. El amor propio inventará Sentido y finalidad de los síntomas. — Digamos fi
después justificativos más o menos eficaces; pero la nalmente que los síntomas que exterioriza el enfermo
construcción imaginativa es substituida en ellos por representan los esfuerzos que hace su psiquis para so
otra menos lejana, menos inaccesible. El neurótico o el lucionar el conflicto de que es asiento y que compromete
alienado, en cambio, no reemvlazan ni rectifican sus su unidad. También en el caso de las enfermedades fí
construcciones ideales. Se aferran a ellas con una con sicas, la sintomatología representa los intentos de neu
vicción que desafía a toda crítica, aunque la realidad tralizar los trastornos que produce el agente mórbido.
desmienta a cada instante sus deseos”. La fiebre, los vómitos, la tos, la transpiración, etc., son
Esta incapacidad del alienado para seguir las mo el resultado de los esfuerzos que hace el organismo para
dificaciones sucesivas que impone el sentido de la rea defenderse de la agresión patógena.
lidad —cuya corrección debe hacerse de continuo como El síntoma neurótico, pues, tiene un sentido, y
la noción de la fecha en que vivimos— es la que lo va cuando se le analiza tiene toda la sentidez lógica de un
a alejar cada vez más de la realidad, la que sigue su pensamiento encaminado hacia algo. No surge por que
curso, en tanto que el alienado queda fijado en un sí; su contenido está relacionado estrechamente con
fragmento que ya ha pasado. Es por ello que creemos la historia individual del sujeto, con su vida instintiva,
incompleta la sagaz observación que encontramos en con la estructura de su aparato psíquico, con las cir
Schopenhauer v que dice: “Al loco le ha ocurrido algo cunstancias desencadenantes de la enfermedad neuró
tica (Pichón Riviere).
Dinilmica de la conducta humana.
número de excitantes — no solo los do fuerte intensidad normal que crea sitios de clivaje o pianos de fractura
sino también los de mediana y hasta los de escasa in pre-existentes en la estructura de su personalidad.
tensidad— lo ponen con frecuencia en situación de ines El predispuesto sería un ejemplar inmaduro que
tabilidad e inseguridad. Dijimos que la angustia tiene mantiene reacciones propias de etapas pasadas —infan
para Nunberg una im portante misión: preparar al yo tiles y del adolescente— ya superadas por el adulto
frente al peligro a fin de que no sea sorprendido por normal. Por ello, el neurósico no es distinto al niño
éste y pueda responder adecuadamente a él. Pone así en sus reacciones frente al peligro, al dolor, a la lucha.
al sujeto alerta y bien despierto en condiciones de pre Serían así individuos de parcial maduración psíquica
pararse frente al peligro que significa la nueva si que llegarían a la maduración, unos tardíamente, otro3
tuación. Esto explica por qué la angustia de espera es nunca, y cuyo yo mantiene frente a los acontecimientos
experimentada en mayor grado por las personas emo reacciones propias de edades ya superadas por el indi
tivas : su mayor sensibilidad frente a las emociones los viduo normal y que resultan inadecuadas —por anti
hace más frágiles, y aquella angustia antes del acon cuadas e insuficientes— para la vida adulta.
tecimiento los salva de ser sorprendidos bruscamente Por tal razón son enteramente exactas las frases
y los prepara para el choque al modo como un atleta que las personas que con ellos conviven les dirigen de
prepara sus músculos antes de lanzarse a un salto. continuo a los neurósicos frente a sus actos obsesivos y
* * * a sus pensamientos extravagantes: “—Xo seas niño”.
“Pareces una criatura". “Los años no pasan para ti”.
Si se tiene en cuenta que la mayor parte de las per “Serás siempre un niño”.
sonas durante todos los días deben luchar sin experi Con estas expresiones los familiares reconocen el
m entar angustia contra sus apremios instintivos, y que carácter infantil de la conducta del neurósico. Y de
la vida del adulto civilizado contraría de continuo, sin muestran una vez más cómo las gentes profanas han
provocar ansiedad, las manifestaciones de su vida im estado doradas siempre de una profunda sabiduría na
pulsiva, debe reconocerse que son sumamente amplios tural y qué rico y expresivo venero hay en tales ex
los límites dentro de los cuales podemos soportar sin presiones y dichos populares que son, por otra parte,
perjuicio una tensión de necesidad. manifestaciones directas y vivas de una inteligencia in
El hombre normal, pues, está dotado de la facultad consciente.
de soportar la necesidad, el dolor, la contrariedad, la
oposición, dentro de amplios límites. ¿Porqué no la so
portan de igual modo aquellos individuos destinados a
la neurosis? Por dos razones fundamentales.
La prim era razón es cierto grado de incapacidad de
sus mecanismos de compensación, esto es, de su sistema
amortiguador de excitaciones internas o externas; y de
ello ya hemos hablado extensamente.
Es la segunda razón una mayor fragilidad anímica
debida a su predisposición para las perturbaciones psí
quicas a causa de una conformación contitucional sub-
El pensamiento mágico. f,
NORMAS P ARA LA
SALUD PSI QU CA
¡eewwwwHa
* * *
El obrero ya rara vez es el artesano. La vuelta del
Cuando observamos cómo el hombre actual realiza hombre a la artesanía lo pondrá en el camino de su feli
cidad y evitará que salten sus resortes psíquicos no
su labor ¿qué vemos? Por múltiples factores que no es
ajustados. Cuando el hombre sienta a su faena como a
del caso exponer, gran número de obreros tra b a ja n sin
amor y hasta odian ei traba io que está en sus manos, sí mismo y renga su mesa de trabajo en la que pula su
reniegan de horarios, patrones y sueldos, y con la vista labor terminada — mueble, reloj, libro, verso — volverá
la humanidad a encontrar el camino perdido. Y no tendrá
puesta en el reloj o el oído tendido al sonido del pito,
esperan la señal de dejar el trab ajo ; y no son ra ra s las que hundirse, de tiempo en tiempo, desesperadamenre,
en una labor de angustia, como lo hace en su tejido la
ocasiones en las que se ha llegado a d estru ir y sabotear heroína de “La Carta”. Pues, a menudo, como en esta
el fruto de una faena hecha sin amor. obra, no alcanza ni aún la búsqueda del punto más difí
Se ha definido a toda nuestra civilización como cil para detener ya tardíamente al espíritu dislocado
una tentativa de desviar nuestras pulsiones instintivas que, deshecho el dique que le contenía, se despeña como
de su fin primitivo para darles una posibilidad de ex lo hace un río crecido, rota su canal, sobre lo que la labor
presión en un dominio donde ellas tengan una utilidad del hombre había edificado o plantado en sus orillas.
social. En el trabajo el hombre deriva y canaliza de
seos y tendencias que no podría satisfacer en la reali
dad e identificándose con él, su espíritu halla las com
pensaciones que necesita para su justo equilibrio. Re
cordaréis, estoy seguro, la interpretación de B ette
Davies en “La C arta”, y no habréis olvidado las escenas
en las que la heroína atorm entada cada vez que le asal
taba un fuerte impulso, por el que no quería dejarse
arrastrar, tomaba su labor y afanosam ente se ponía a
tejer, a tejer un punto cada vez más difícil a medida
que sentía crecer la fuerza de aquel impulso. E ste de
talle psicológico m uestra en el autor un profundo cono
cedor del alma hum ana y del modo como puede el espí
ritu liberarse de fuertes pulsiones m ediante los meca
nismos compensatorios de la derivación, la proyección,
iw» c »<w**.**;•'* a ;.* mmía:
Elige tu contorno.
sea ei superior, sino para hacer la prevención de los inactividad que la acción, la ociosidad que el uso de
fracasos v disgustos Que estallan cuando una persona las facultades físicas y mentales, tal como un meca
no encuentra satisfacción en la tarea que está desem nismo queda más pronto fuera de condiciones de uti
peñando porque se halla fuera de su sitio. En tales lidad por la herrumbre de su reposo que por su acti
casos, como un resultado de la no satisfacción de sí vidad y movimiento. Y es que la acción deja brillante >
mismo, puede surgir la hostilidad haciá^eT'niedfó ám- y limpio el espíritu como lo hace con la hoja del arado
"hréntej o la envidia hacía quíéhes>“triunfan, una y otra" la tierra cálida que abre en su labor. .-
generadorás^eTOelito o de la neurosis.
La inmensa mayoría de los delincuentes no ha yf * *
brían llegado a serlo si oportunamente se hubieran exa
minado sus aptitudes físicas y mentales, y se les hu En las interesantes disertaciones que realizó en la
biera indicado la clase de trabajo en el que con mayor Facultad de Derecho, el Dr. Mira puso de relieve cómo
facilidad podrían obtener el mejor rendimiento y la se produce el desequilibrio psíquico del sujeto cuándo*
mayor satisfacción personal. Mira y López, Director lé" distancian los cuatro núcleos que integran su per
del Instituto de Orientación Profesional de Barcelona, sonalidad: gl ser. el valer, el parecer y el quehacer.
refiere que no se registró un solo caso de delincuencia La orientación profesional, que estudiaría las cuali
entre 1as numerosas personas orientadas por dicho Ins dades psíquicas y físicas de cada sujeto para colo
tituto, hacia la profesión, tarea o arte que correspondía carlo en el sitio que le corresponde, acercaría tales nú
a sus aptitudes y vocación. Y es que cuando un hombre cleos aproximando “el valer” y “el quehacer” que tan
trabaja en el^ sitio que ie corresponde en la sociedad distantes se hallan muy a menudo, y por el auto-cono
y al que por "su capacidad y talento tiene derecho —y cimiento individual lo identificaría con “el parecer”.
diríamos, como'médicos, necesidad— se encuentra en Por el contrario, puede verse que cuando tales núcleos_
total satisfacción y no cae en la neurosis ni en el de se distancian unos de los otros, —tal como si se rom
lito, en cuya génesis se encuentra siempre la hostilidad piera el edificio molecular que resulta también de un
hacia el medio ambiente o la envidia exaltada hacia los equilibrio atómico— la personalidad pierde estabilidad
semejantes, productos precisamente de la falta de sa y el sujeto se halla al borde de la neurosis o de la de
tisfacción de sí mismo. lincuencia, la que es, puede decirse, una neurosis en
La tesis que dejamos expuesta halla su apoyo en acción antisocial.
el hecho de que el delincuente es siempre un desocu Todo delincuente es un ansioso y, desde luego, un
pado o, cuando menos, una persona cuyo empleo ha insatisfecho, un desplazado, esto es, un sujeto que mu
bitual de energías se encuentra muy por debajo del chas veces ocupa un lugar inferior al que le hubiera co
nivel que podría alcanzar. Lo mismo acontece con los rrespondido en una orientación psicoténica hecha opor
casos de neurosis, y así es que nunca llega al consul tunamente. Recuérdese así la capacidad intelectual de
torio del psiquiatra un neurótico que sea al mismo buen número de delincuentes, quienes por no haber te
tiempo un hombre pleno de tareas que llenen su interés. nido oportunamente una justa orientación profesional
Se ha exagerado la importancia del agotamiento y una adecuada ocupación que satisfaciera sus ener
gías psíquicas, hállanse en la sociedad en la holganza
intelectual por el trabajo y está va fuera de discusión y no encuentran naturalmente en tal ociosidad la sa-
el hecho de que produce muchos más enfermos la
Normas para la salud psíquica.
El instinto, siempre sabio, da sus consejos a la N. tiene el deseo y la necesidad de realizar acto3
inteligencia, y de tal modo es el ejemnlo de la colmena por los que sea apreciado y hasta admirado. Consi
—primer ensayo logrado de comunidad— el que puede dera que su disposición de ánimo y su buena capacidad
servir para el hombre y la sociedad: por la inserción intelectual le hacen acreedor a ser llamado para desem
en la colectividad, único medio de acción útil y produc peñar una función útil a sus semejantes, y en cuyo
tiva, no se renuncia a la vida interior donde se realiza cometido él cobre prestigio y encuentre satisfacción.
la creación y fermentación necesarias del pensamiento Está a la espera de la ocasión y aguarda el llamado
que se aplicará luego a la acción social; del mismo modo de la sociedad. Pero, pasan los días, y él debe perma
como la celda exagonal que recibe sobre sus facetas la necer en la vana expectativa tal como si exprofeso to
presión —que ella también ejerce— de las celdas ve dos trataran de demostrar que no se fijan en él y que
cinas, no renuncia por ello a tener en su interior me desechan sus servicios.
nos miel, elemento orgánico que traduce en su utilidad Ha cursado con gran tenacidad la más larga de las
y en su dulzura, la eficacia y el encanto siempre ju n carreras universitarias; y cuando instalado su estudio
tos y acordes en los innumerables y tan significativos espera que sus servicios sean reclamados, nadie llama
ejemplos que la Naturaleza gusta poner a los ojos del a su puerta. La misma callada indiferencia cree en
hombre para su ilustración y aprendizaje. contrar en las amistades, en ios familiares y hasta
en el amor, que tampoco ha venido todavía a su en
cuentro. Desea sentirse útil y comprueba, primero con
sorpresa, luego con tristeza, y más tarde ya con có
lera, que todos demuestran no necesitarlo, que el mun
do afecta poder pasarse sin él, que no tiene interés y
carece de importancia el hecho de que él esté allí, con
su título y su buena voluntad, a la espera de ser pro
vechoso para alguien. Pero —y aquí está su fal’a— no
repara naturalmente que nada hace de su parte para
ir al encuentro de la esperada ocasión, que no lucha
y que no sale a la calle, como lo hacen todos los demás,
fí Ja disputa necesaria de su sitio en el mundo. Y co
mo resultado de su espíritu caviloso y de su forzada
inactividad, comienza a sospechar que existe contra él
----------------------Xormas para Ja salud psíquica_____________ _
Frustración de afectos. W
su padre. La persecución y perjuicio de que acusa a
aquélla no es más que una proyección del perjuicio que rrera o impedimento retroceden y se fijan en la etapa
ha estado recibiendo de sus padres, durante toda su inmediatamente anterior, en la que pueden quedar de
infancia y su adolescencia. Mas, los complejos repri finitivamente detenidos.
midos de su personalidad, que le han hecho estallar en Cuando F. terminaba su infancia era un muchacho
esas crisis impulsivas contra sus progenitores, señalan retozón, alegre, cordial, pleno de afecto y necesitado,
con exactitud que su yo inconsciente conoce bien quié por ello mismo, de una retribución semejante y equi
nes han sido sus enemigos, estos enemigos que la des valente de cariño de parte de quienes vivían con él. Pero
viación producida por sus afectos filiales ubica en la los padres, siempre ocupados en el comercio, no tenían
sociedad y la policía. tiempo para tales cosas y rechazaban con frialdad sus
* * *
expansiones (“Arréglate tú por tu lado, que yo estoy
muy ocupado en mis asuntos" —le repetía el padre— ).
No cabe duda ya sobre la evolución dinámica que Se produjo bien claramente una frustración de afectos,
en el niño siguen sus afectos o sea la libido, como la un impedimento exterior para el desarrollo de la libido
llama la escuela psicoanalítica. El bebé, gozoso prim e y una privación de cariño, el cual, volviendo entonces
ramente nada más que por su piel, localiza pronto su sobre sus pasos, se fijó en una etapa primitiva de su
foco de placer en los labios, y en esa etapa oral, o del desenvolvimiento. Es así que en F. pueden encontrarse
chupeteo, el lactante es sólo un par de labios prontos con facilidad todos los rasgos de lo que se denomina
para la succión. Con el crecimiento del ser, la energía temperamento oral y que significa que psicológica
libidinosa tiene nuevas localizaciones y experim enta los mente F. ha quedado fijado o estancado en esa etapa
desplazamientos que ya son conocidos. Llega así a ubi primaria de su evolución porque no tuvo los estímulos
carse en los padres durante cierto tiempo, y éstos cons necesarios para el desarrollo de los estadios siguientes.
tituyen entonces el centro y eje de sus afectos. E sta * * *
etapa, llamada edipiana por los psicoanalistas, — el com
plejo de Edipo— es también superada, y ya al final del F. no ha tenido nunca novia y ha llegado a los 38
segundo decenio de su existencia el cariño hacia los p a años de edad sin haber sentido mayormente la atracción
dres es superado por el amor hacia el novio o la novia; del sexo opuesto, y eiio es porque a causa de aquella
y aparecen más tarde múltiples localizaciones exte privación de los afectos necesarios para la evolución de
riores o sociales de aquellos afectos: ios hijos, los in su libido, ésta no ha proseguido su desarrollo, no lle
tereses, los amigos, las satisfacciones sociales, econó gando, en consecuencia, a sus etapas de superación, sino
micas, profesionales. que retrocedió a un estadio infantil. Es sumiso, dócil,
Ahora bien, para que en la evolución de la libido pasivo como un niño, acepta las resoluciones que sobre
ésta siga correctamente su m archa progresiva es pre él se toman (se deja llevar, traer, conducir); y en la
ciso que reciba oportunamente el estímulo necesario a elección que ha hecho para integrar el equipo de en
fin de que avance de cada grado al que le sigue; y desde fermos que afeitan, quizás los psicoanalistas vieran un
¿uego es fundamental que no sea entorpecida por ningún propósito inconsciente de permanecer adherido a la in
obstáculo o barrera en su desarrollo, puesto que si los fancia, es decir, cuando aun no tenía barba.
afectos, en tal desenvolvimiento, tropiezan con una ba- Fácil es hallar ahora la explicación de esas crisis de
Xormas para Ja salud psíquica.
Frustración de afectos.
agresividad contra sus padres, que han m otivado su in-
ternam iento, así como ios térm inos en que h a construido
su actual delirio de persecución. E n efecto, no o b stan te mo agente pasivo, y no activo, en su actitud de per
juicio hacia él.
su sumisión de tipo infantil y a causa de la represión de * * *
afectos de que fué objeto por p arte de sus padres, h a n
quedado contra éstos, en su inconsciente, elem entos de Hemos tomado uno de los tantos enfermos que exis
x~eproche, recrim inación y protesta. Y son todos estos ten en el hospicio afectados de delirio de persecución,
elementos reprim idos, y por ello mismo cargados de seria afección mental, generalmente, de carácter cró
fuerte tensión psíquica, los que han hecho que en las nico, incurable, y en cuya génesis se ve habituaimente
discusiones con sus padres haya tenido im pulsos de —como en el caso de F.— que el enfermo proyecta en
agresión hacia ellos, equivalentes a esos focos de re form a de delirio de perjuicio por parte de la sociedad
belión que estallan de tiempo en tiempo en un país so la situación de perjuicio de que ha sido víctima de
juzgado autoritariam ente. parte de sus padres durante el desarrollo de su infancia.
No obstante, con un razonam iento secundario halla E n tales casos, la frustración de afectos infantiles
explicación justificativa para la dureza y rigidez de sus ha conducido a la psicosis. Otras veces, esa misma frus-
padres. “Yo sé que con sus palizas buscaban un b ie n . . . tación de afectos lleva a la delincuencia y al crimen
Les estoy ag rad ecid o ... E ra el sistem a a n tig u o . . . social, como vimos en el capítulo titulado “Sendas
Pero no ha muerto sin dejar huellas aquel in fa n te re F ru strad as”.
tozón alegre y cordial. Y es su som bra la que se alza
ahora para recrim inar y acusar por h aber sido aho
gado. Pero ¿a quién acusa F. de los perjuicios de que
se cree víctima? A la sociedad, a la policía, que — se
sabe bien— por su autoridad son los elementos rep re
sentantes de la autoridad paterna.
Proyecta, pues, en la sociedad esa hostilidad de la
que ha sido víctima durante su vida, porque todavía
su afecto de hijo sumiso le impide reconocer directa
mente a sus padres como a sus propios enemigos. Pero
recordemos los términos de su delirio: “Las gentes in
ducen a su padre para que lo perjudique”. No puede
dejar de reconocer que su padre lo perjudica, pero su
cariño filial le hace rechazar la idea de que el padre
proceda espontáneamente en tal actitud de perjuicio
contra él, y admite entonces que procede de tal modo
porque las gentes del pueblo le obligan a su padre a to
mar tales actitudes. Todavía vive en él aquel infante
bueno y cariñoso, y es éste el que encuentra h a sta en
el delirio una disculpa para el padre, presentándolo co
_________________ Medirse con el obstáculo ______________ /•'/
Sorprende ciertamente que no haya llamado la La neurosis es, pues, un impuesto a la desocupación.
atención el hecho tan significativo de que la consulta Cobra su cuota allí donde hay un exceso sobrante sin
del psiquiatra sea llenada, no por gentes que trabajan empleo activo. Cuando la lucha por la vida es dura y
con tesón y largamente, sino por pacientes ociosos y difícil, consume casi la totalidad de la energía psíquica
por personas que realizan un trabajo escaso o que está y no queda sobrante para la producción neurótica. Por
muy por debajo de sus capacidades energéticas. Nunca ello, la frase habitual que está en labios de los hipo
aparecen entre los neurósicos el obrero, el artesano o condríacos: “no puedo hacer nada porque estoy depri
el labriego, que trabajan de sol a sol, ni el padre que mido, ansioso o insomne”, debe conjugarse a menudo
debe alimentar a ocho hijos, ni la madre que tiene a su de inverso modo: “estoy afectado de neurosis porque
cargo su familia y debe además atender lavados y lim no trabajo, no hago algo con gusto y ansias, no con
piezas ajenos. Tampoco están presentes entre los h i sumo mí energía vital en una labor absorbente o di
pocondríacos las personas que luchan por vencer la mil fícil”. ____________ ______ _
dificultades repetidas de todos los días, ni el jefe a O difícil. El hombre, para hallarse bien psíquica- )
cargo de una dependencia importante, ni el director mente, debe estar ocupado _siempre_en ej jím ite máximo._
pleno de tareas, ni el militar a cargo de tropas o de de sus áptitudes_y posibilidades. Uno de los preceptos
un puesto de trabajo y de satisfacción. “del sistem a de ocupación curativa de los enfermos psí
En cambio, los neurósicos que visitan al médico quicos es justam ente que éstos trabajen en el límite
son: ociosos sociales a quienes una situación económica máximo de sus capacidades, de modo que toda su aten
de privilegio les permite vivir sin tener que ganarse ción se encuentre absorbida por tal tarea difícil. Cuan
do la labor es fácil o por su repetición llega a hacerse
el pan (no se ganan el pan, pero ganan en cambio una
autom ática, el psiquismo puede tomar por los torcidos
neurosis de aburrim iento y de ociosidad, con lo que se
cauces del ensimismamiento patológico, el autoaná
ve que las injusticias sociales son saldadas por una lisis to rtu ran te o la introspección enfermiza. Hacer
justicia vital inm anente); los ren tistas que con poco es cada vez un punto más difícil: dice el alienista a sus
fuerzo y escasa atención concretan su actividad a ir a enferm as que trabajan en el taller de tejidos de los
cobrar mensualmente sus cupones, porcentajes o bo hospitales de alienados. Y ya se sabe como repitiendo
nos; las personas que, ricas en energías vitales, se en siempre un punto conocido la meditación puede tom ar
cuentran desempeñando una tarea que está m uy por por caminos dolorosos. “Haciendo tricota” se titula una
debajo de sus posibilidades y que no alcanza para ab lenta música norteamericana. Haciendo tricota, la teje
sorber aquellas energías; los jubilados, que han que dora s u e ñ a ... Pero, muy a menudo, el ensueño, ale-
dado bruscamente en el vacío de una vida ociosa; y
------------------ Yorwuií para la salud psiQuica
Medirse con el obsiár.i o i.lS
jando do I»a realidad, conduce a la ru ptura con el m un
do real, es decir, a la enfermedad mental. que debemos doblar, la vida, la naturaleza, la acción
nos presentan un sin fin de dificultades; y la medida
* * *
de nuestras fuerzas psíquicas será dada por el número
y la categoría de las dificultades que podamos vencer.
Paul Valery repite en sus escritos: Sólo hago Conocemos sólo lo que nos presenta resistencia. Si en
aquello que me obliga a vencer una dificultad. Y el el aire no existieran corpúsculos en suspensión que re
maestro de la literatura francesa contemporánea cum chazan la luz, no veríamos al haz de luz. Sentimos una
ple tal precepto trabajando la palabra y el pensamiento mano entre la nuestra por que nos impide que ia cerre
de laborioso modo hasta lograr sus maravillosos ca mos totalmente. Percibimos el aire cuando hace viento.
mafeos. No de otro modo trabajaba nuestro Rodó. Y Los objetos que vemos son los que oponen resistencia
todo lo hermoso, lo grande y lo armónico ofrece difi a la luz; si no lo hicieran nada les diferenciaría del
cultad. Falsean los hechos quienes hablan de fáciles espacio del cieio sin nubes, esto es, el espacio vacío
dificultades. Felizmente, la belleza, la ciencia y el a rte de objetos. Y cuando este vacío está en el espíritu lo
cuestan a sus obreros largas horas de labor siem pre llena la neurosis, invento moderno de una sociedad en
encarnizada y, a veces, heroica. Huyamos tanto de lo la que todavía es posible la desocupación.
fácil como de lo simple, pues en su práctica el espíritu
se embota. Realizar sólo lo que se hace fácilmente aca
ba por limitar y cristalizar al hombre norm al; y al
que presenta predisposición neurósica le deja energía
sobrante para el cultivo de su enfermedad. Me repetía
con robusta fe un médico yanqui: “Estoy en estos mo
mentos tan ocupado y en cosas de tanto gusto que sé
que no podré enfermar; y además ahora carezco de
tiempo para poder tener un apendicitis o una pneu
monía . . . ”
El jefe de un establecimiento me mostraba el per
sonal a sus órdenes: 300 personas; y además el m a
terial y la responsabilidad. . . Y yo pensaba: “He aquí
un hombre que duerme sin iuminal y que no tiene tiem
po para sufrir del estómago (la viscera más sensible
al mundo exterior)
* * ♦
i
L'il Xormas para la xaiud psíquica_____________ .
t
jFunción del cine. 1C1
irosos pionas do acertadas consideraciones, volcadas en
un estilo de tal belleza que dem uestra, como se ha di
cho, que para pensar bien no es necesario escribir mal. roes o heroínas de todas las aventuras —aviador, ar
tista, inventor, recordman, capitán,— y que tienen en
Afirma el fino escritor francés que el cine se acerca la vida contemporánea un tiempo psíquico tal que no
más a la novela que al teatro, con el que durante tanto alcanza a satisfacerlo —como a nosotros a esa edad,—
tiempo se le ha comparado, puesto que ambos, cine y las novelas de Ponson du Terrail, Eugenio Sue, Julio
novela, tienen por atractivo principal la curiosidad (la Verne o Salgari, y tienen necesidad dominicalmente de
avidez de saber lo que va a pasar, la espera febril del ver las cuatro películas de toda la función diurna. No
desenlace) y ambos se dirigen a un público poco ex i es un misterio tampoco que el cine hace su mayor nú
gente desde el punto de vista estético que busca más mero de prosélitos entre las mujeres, lo cual se ex
emocionarse que sentir la belleza pura. Y se pregunta: plica por su mayor desarrollo sentimental y porque lle
"esa extensa muchedumbre ¿qué espera de esas his van en la sociedad actual una vida más abundante de
inhibiciones y limitaciones que los hombres. Ya saben
torias impresas o proyectadas?”
los productores de películas que nunca tendrá éxito de
Y responde el mismo Roger Caiílois: “E sa m ultitud
público un film que no guste a las mujeres.
heterogénea, de todas las edades, de todas las profe Llenan los cines también: la empleada modesta
siones, de todas las clases, quiere tener acceso, aunque (que estará rebosante de dicha cuando el jefe de la
no sea sino ilusoriamente, a otra vida diferente a la oficina se case con la dactilógrafa); el hombre tímido
6uya. Quiere participar de la pasión y de la aventura. (que de gozo no podrá quedarse quieto en su butaca
La sociedad le exige que gane su vida y que la ocupe viendo el triunfo del desenfado de William Powell o
sin llamar demasiado la atención y sin franquear los Cary G rant); el desafortunado amoroso (que hará su
límites que las conveniencias y las leyes imponen a la yos los éxitos de Clark Glabe o Gary Cooper); el indi
ambición y al placer. Una presión h pócrita y continua viduo ocioso (que por identificación se sentirá rendido
condena al individuo a una existencia “tímida, incom de fatiga con los trabajos de Stanley y Livingstone
pleta y rebelde”, a la terrible, estéril y vaga in satis en las selvas africanas, o los de Pasteur o Ehrlich en
facción que alimenta los deseos y los sueños. Esa pre los laboratorios); aquellas personas tan numerosas que,
sión le prohíbe igualmente el éxtasis y la desesperación. no obstante llevar una vida en la que logran relativas
Lo obliga sin cesar a reprimir sus instintos, a contener satisfacciones, no saturan con ellas su espíritu dotado
sus impulsos, a calmar sus furores. No puede haber sa de la facultad de ilusionarse y rico en resonancias
tisfacciones completas en este mundo demasiado có emotivas; todo ese mundo de seres provistos de un co
modo y ordenado. Y como son pocos los que encuentran razón y una fantasía exaltados que necesitan de otro
los medios o la energía para salir de él y vivir la novela, alimento que el que le procura una vida cotidiana que
la mayor parte halagan su corazón con los relatos que no tiene misterio. Y finalmente, aunque en un grado
los transportan a tan poca costa al universo que les menor, todas las personas restantes, pues no hay una
falta”. sola a quien la realidad satisfaga por entero sus anhelos
♦ * y esperanzas.
Veremos a continuación la servidumbre que junto
Veamos quiénes concurren con mayor frecuencia al a su grandeza trae aparejado el cine para el hombre
cine. de nuestra época.
Los adolescentes de ambos sexos, que se sueñan hé
jEl reino del celuloide. J.'/J
Se recordará que las proezas de audacia y de he paz, les obliga por consecuencia a mantenerse en tal
categoría, al tiempo que satisface por el prestigio con
roísmo realizadas durante la conquista de América por
quistado su apetencia de triunfo. Y pueden entonces a
ios españoles fueron llevadas a cabo en buena parte por
cambio de sus laureles — y también por extinguirse por
huestes de penados eximidos de su condena en la pe su empleo aquel fuego de jóvenes afiebrados,— adap
nínsula y destinados a luchar contra los indios y la dura tarse a una sociedad que desea el orden y la disciplina,
naturaleza. Tales individuos, que en la sociedad disci pero que admira a sus héroes.
plinada y tranquila chocaban a cada instante contra la .
ley, triunfaron luego cuando tal ley no existía y podían i
i
»
Valor absoluto y valor relativo___________/7.J
PRIMERA PARTE
¿fatiÜeiilíifc
Razones complacientes ...................................................
Pretextos por razones .............. ...................................... .
Formas de autoengaño ......................................................
Realización imaginaria ......................................... -
Compensaciones psíquicas ...............................................
Limites de la normalidad v preludio de la !ocura .
El hombre normal .............................................................
El pensamiento mágico ....................................- ..........
El pensamiento mágico en el salvaje, el rcvcíc'-o > el
adulto normal ......................... ................
SEOVSDA PARTE
N ormas para i .a s a i ,i n r s l Q v u a
1
Saber gastar su moneda .......................................................... ¿7
l.a caja de sólidos ..................................................................... 90
El trabajo, bendición bíblica ................................................. 93
Movilice bien sus goznes psíquicos ................................... 96
y o matéis la esperanza ......................................................... 9S
Cada hombre en su sitio ....................................................... 101
Un estilo de vida .................................................................... 70,1
El factor resistencia .............................................................. 109
Sobre el trabajo ...................................................................... 112
Carta a un jubilado ................................................................ 116
Peligros de la soledad ............................................................ 121
Sentirse útil ............................................................................ 127
Sendas frustradas ................................................................... 131
Plásticos y cristalizados ......................................................... 135
Amortiguadores del espíritu .............................................. 138
Posiciones anormales del espíritu ................................... 141
Frustración de afectos ....................................................... 144
Medirse con el obstáculo ................................................... 150
Función del cine .................................................................. 1 5 4
El reino del celuloide ........................................................ 158
Panem et circensis ............................................................ 162
Los grandes sentimientos ................................................ 166
Falta de grandes temas .................................................... 1 6 9
1 alor absoluto y valor relativo ................................... 172
Este libro se term inó de im prim ir
t i dia ¡6 de N oviembre de 1943
en ¡ot Talleret Gráficos de
A . Monteverde y Cía.
Treinta y Tres ¡475
Montevideo
Uruguay
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