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Razones para recibir el fuego de Dios (Clase #4)

Malaquías 3: 1-3 He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino


delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y
el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los
ejércitos. 2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en
pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de
lavadores. 3 Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos
de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en
justicia.

Introducción
El fuego se ha usado no solamente para cocinar los alimentos, sino que también
para purificar elementos sacarles toda la escoria, toda materia impura y de esa
manera dejar solamente el oro, plata, cobre, etc. Precisamente el profeta Malaquías
presenta a Dios como un fuego purificador, lo hace así para que entendamos la
manera como el pueblo de Israel estaba tan sucio, pero al llegar Dios a sus vidas
serian limpiados de suciedad, basura, escoria etc. Así como estaba sucio Israel,
también hoy en días usted puede estar sucio y es necesario recibir el fuego de Dios
para que lo purifique, lo limpie, lo santifique, 1Corintios 1: 28 y lo vil del mundo y
lo menospreciado escogió Dios, y lo que no es, para deshacer lo que es. Veamos las
razones para recibir el fuego de Dios

I. El fuego de Dios nos prepara

Malaquías 3:2 ¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá


estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como
jabón de lavadores. Hebreos 12:29 Porque nuestro Dios es fuego consumidor. Si en
esta vida Dios no nos prepara con su fuego, en el futuro seriamos consumidos
porque llegaríamos sucios, pero hoy por medio de su fuego aplicado por el Espíritu
Santo que actúa como fuego en nuestras vidas, todo celo, envidia, mentiras, etc. es
quemada.
Dios por medio de su fuego destruye lo que no le glorifica. Jeremías 23:29 ¿No es mi
palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Dios
nos confronta con su palabra y así somos purificados.

II. El fuego de Dios nos protege

Recordemos que al ser liberados de las garras de Satanás lo tendremos como


nuestro más acérrimo enemigo, es ahí que actúa el fuego de Dios como fuente
protectora. Deuteronomio 9:3 Entiende, pues, hoy, que es Jehová tu Dios el que pasa
delante de ti como fuego consumidor, que los destruirá y humillará delante de ti; y
tú los echarás, y los destruirás en seguida, como Jehová te ha dicho. Salmo 97:3
Fuego irá delante de él, y abrasará a sus enemigos alrededor.
El fuego de Dios será en el creyente como una muralla protectora por lo tanto
seremos protegidos de cada dardo que es enviado por Satanás, pero se requiere que
estemos dentro de la muralla de fuego protectora, Zacarías 2:5 Yo seré para ella,
dice Jehová, muro de fuego en derredor, y para gloria estaré en medio de ella.
El profeta Jeremías dice que el fuego de Dios estaba tan metido en él que hasta lo
podía sentir en sus huesos, Jeremías 20:9 Y dije: No me acordaré más de él, ni
hablaré más en su nombre; no obstante, había en mi corazón como un fuego
ardiente metido en mis huesos; traté de sufrirlo, y no pude.

Conclusión
Estas son las dos razones más importantes para recibir el fuego de Dios. Primero
para que nos purifique, nos limpie, santifique. Segundo para que nos proteja, nos
cuide de todo ataque de nuestro adversario, Satanás y sus aliados.
Un Dios de Fuego

La Biblia contiene más de 500 referencias acerca del fuego. De éstas, noventa están
relacionadas con Dios. La Palabra nos dice que cuando Dios actúa es como un fuego
consumidor. “Y los pueblos serán como cal quemada; como espinos cortados serán
quemados con fuego” (Isaías 33:12). La cal se consume despacio pero las espinas se
consumen rápido. El fuego de Dios produce el mismo efecto sobre todo cuanto toca.
El Fuego es una de las característica fundamentales de Dios.

“Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso” (Deuteronomio 4:24).


El profeta Ezequiel por ejemplo, utiliza con frecuencia palabras relacionadas al
fuego para referirse a Dios. “Por tanto, derramé sobre ellos mi ira; con el ardor de
mi ira los consumí; hice volver el camino de ellos sobre su propia cabeza, dice
Jehová el Señor” (Ezequiel 22:31).
¿Es acaso su Dios así? El único Dios verdadero es un Dios de Fuego. Nuestro Dios es
como un fuego forestal y no como un témpano de hielo. A Él nunca se le asocia con
la luz fría de la luna, sino con la luz radiante del sol. Su morada es la fuente de luz
de los soles nacientes. Las obras que Él hace, las realiza con un deseo muy intenso y
con un propósito apasionado. Él no puede habitar en vasos tibios. No existe nada sin
color o sin brillo en su presencia.
Así es nuestro Dios. ¿Puede usted aceptar este hecho? Isaías pregunta, “¿Quién de
nosotros morará con el fuego consumidor?” (Isaías 33:14). Efectivamente, ¿Quién?
Elías nos presenta un verdadero reto: “Invocad luego vosotros el nombre de
vuestros dioses, y yo invocaré el nombre de Jehová; y el Dios que respondiere por
medio del fuego, ése sea Dios...” (1ra de Reyes 18:24).
Ciertamente, si usted desea ser como Elías, usted debe servir al Dios que responde
con fuego. ¿Está usted de acuerdo con este tipo de religión – una cristiandad
ardiente, un Evangelio encendido, una fe de “fuego en los huesos”? O prefiere un
Dios que sea más casual e indiferente. El Dios de Elías y de Isaías nunca hace las
cosas a medias, él es un Dios de un ánimo incansable y una entrega total. ¡Él es un
Dios apasionado! Todo cuanto Él hace, lo hace con mucha intensidad: “El celo de
Jehová de los ejércitos hará esto” (2da de Reyes 19:31).
El capítulo 33 de Isaías habla de la ira consumidora de Dios con respecto a la
maldad. Para los enemigos de Israel, Dios era un fuego devastador. Los efectos de
este fuego eran muy intensos: ”Los pecadores se asombraron en Sión, espanto
sobrecogió a los hipócritas. ¿Quién de nosotros morará con el fuego consumidor?
¿Quién de nosotros habitará con la llamas eternas?” (Isaías 33:14). Ya sea dentro o
fuera de Sión, Dios es un fuego consumidor.

Fuego – Una Promesa no una Amenaza

Dios es el mismo Dios para todos por igual, tanto para las personas que están en la
iglesia como para las que están en el mundo. El Dios que a diario siente ira por los
pecados, es el mismo Dios que nos ama. ¡Él nunca cambia! Una verdadera unión con
Dios implica estar encendidos en su fuego. El Dios de fuego no disfruta de la
compañía de personas frías. Él no se siente complacido con las personas tibias, frías
y perezosas que no tienen disciplina y que laboran a tientas y a ciegas; personas que
son indecisas. Dios no se adapta a nosotros; nosotros siempre tenemos que
adaptarnos a Él. ¿Considera usted que Dios es un Dios demasiado exigente? ¿Un
Dios demasiado apasionado e incesante en sus obras?
Tanto los pastores como los líderes de las iglesias representamos a Dios; al Dios de
Fuego. El propósito de nuestros ministerios es revelar a Dios a las personas que aún
no lo han conocido. Encendiendo de esa manera el fuego en sus corazones.

De acuerdo a Mateo 3:11-12 y Lucas 3:16-17, Jesús bautiza con fuego. Juan el
Bautista dijo,

“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí,
cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en
Espíritu Santo y fuego. Su aventador está en su mano, y limpiará su era; y recogerá
su trigo en el granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará”.
Algunas de las personas que se dedican a estudiar la Biblia, ponen en tela de juicio
la veracidad de las palabras de Juan el Bautista y cuestionan si verdaderamente
Jesús hizo lo que Juan indicó. Algunos dicen que cuando Juan dijo que Jesús
bautizaría en Espíritu Santo y Fuego, él en realidad se refería a que Jesús limpiaría
y juzgaría a Israel. Yo estoy seguro de que los expertos están equivocados. Cuando
Juan habló del bautismo en el Espíritu y en Fuego, estaba dando una promesa y no
una amenaza. Este era un aviso acerca de las cosas que habrían de suceder. A través
de las Escrituras, el Fuego de Dios es enviado tanto para purificar como para
bendecir.
Dios no nos envía su Fuego para hacernos sentir cómodos sino para consagrarnos y
estimularnos. Cuando Moisés vio que la zarza ardía, Dios le advirtió que el lugar
donde estaba parado era tierra santa. Más adelante, Dios le informó a Moisés el
grandioso evento que estaba próximo a realizar. Él iba a liberar al pueblo de Israel
del yugo de Faraón (Éxodo 3). Cuando el templo donde se encontraba Isaías fue
lleno de la presencia de Dios, Isaías reconoció sus faltas. Esto ocurrió antes de que
Dios equipara a Isaías para que se convirtiera en uno de sus mensajeros (profetas) .
Si el Dios de Fuego toma control, todos aquellos que están sentados cómodamente en
Sión, no tendrán una experiencia muy agradable. El propósito por el cual Dios nos
llena de su Espíritu no es para que recibamos emociones agradables ni tengamos
servicios preciosos en las iglesias, sino para que nos prepararnos para servirle. Al
otorgarnos poder, Jesús establece claramente su propósito. “... y me seréis testigos
en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra” (Hechos
1:8). Ser una persona ungida es algo maravilloso, pero el objetivo no es sólo tener
servicios bonitos sino servir a Dios.

¿Podemos vivir sin fuego? No mientras estemos sobre esta tierra. El universo está
lleno de fuego. El sol es una inmensa esfera ardiente. Cada estrella brilla con su
propio fuego. Incluso, en el centro de nuestro planeta hay fuego – hierro derretido.
Los volcanes son una ilustración viva del carácter de Dios. Él es un Vesubio de
bondad, vida y energía.

Algunas personas piensan que Dios está extinto y han escrito libros que según ellos,
afirman demostrar este hecho. En lugar de preguntarse, ¿qué le sucedió a Dios?,
estas personas deberían preguntarse qué le ha sucedido a las estrellas. Si hoy día no
las podemos ver, es debido a la contaminación ambiental. Ese es el precio que
pagamos en nuestras ciudades – muchas luces pero pocas estrella. De haber vivido
en esta época, a los Magos de Oriente se les hubiese hecho muy difícil encontrar la
estrella que los habría de guiar hasta llegar a Belén. ¡Esta es una parábola moderna!
Las personas no están encontrando el camino a Jesús debido a la contaminación.
Aunque es imposible ver a Dios a través de un velo contaminado con dudas y
pecado, Él se encuentra ahí, brillando eternamente.

En el Día de Pentecostés no sólo hubo fuego sino también viento.

El viento dispersa la neblina y la bruma. Así como el fuego calienta la atmósfera, el


viento la esclarece. Aún después de que Jesús había resucitado, los discípulos tenían
muchas dudas.

Leemos cómo Jesús se les apareció a once de sus discípulos mientras ellos se
encontraban comiendo. Algunos de los discípulos que no habían estado presentes
cuando Jesús se les apareció a los once, creyeron los testimonios de sus compañeros.
En cambio otros, dudaron. Jesús reprendió a los incrédulos por tener los corazones
endurecidos.

Sin embargo, cuando la ráfaga de Dios rompió el velo de los cielos y entró en el
Aposento Alto, no quedaron dudas. El torbellino y las lenguas de fuego repartidas
sobre cada cabeza no fueron alucinaciones. Tal y como les había señalado, Jesús
había obtenido el poder más importante del universo.

¡Él había cumplido su promesa!

La Importancia de Pentecostés

Jesús hizo todas estas cosas luego de haber ascendido al cielo. ¡Qué Jesús! ¿Muerto?
¿Olvidado? ¿Acaso puede un hombre muerto bautizar en fuego a 120 personas a la
misma vez – y a primera hora de la mañana? Jesús no bajó a la tierra, se paró entre
medio de ellos y dijo: “Reciban al Espíritu Santo”.

Usted pensaría que para un evento histórico de tal importancia, Él hubiese


supervisado el evento personalmente. Pero no fue así. El Espíritu Santo vino en su
lugar – el Otro Consolador. Él podía ser y hacer todo cuanto Jesús había sido y
hecho. En realidad, todo cuanto Jesús hizo, lo hizo por medio del Espíritu.

Esta es la importancia de Pentecostés. El Día de Pentecostés no fue un evento


pequeño e insignificante. Jesús nació en Belén, la llegada del Consolador tomó lugar
en Jerusalén, y el bautismo en el Espíritu Santo ocurre en cada uno de nosotros de
una manera muy personal. Es como si el mismo Jesús volviese a la tierra y nosotros
fuésemos sus discípulos. El Día de Pentecostés no fue un evento que los discípulos
recordaron con nostalgia y anhelo. Ese día se convirtió en una parte muy
importante del resto de sus vidas. En el recuento del Día de Pentecostés, la Biblia
relata algunas de las experiencias que los discípulos vivieron. Sin embargo, no es
hasta que leemos el libro de los Hechos en su totalidad que podemos conocer la
historia completa – y aún así, no culmina ahí. El fuego de Dios no disminuye a
medida que pasa el tiempo. El origen de este fuego es eterno, inagotable.

Para el mismo tiempo en que ocurrió el Día de Pentecostés en Jerusalén, en Roma


existían unos acueductos que transportaban agua desde las colinas hasta la ciudad.
Hoy día, lo único que permanece de esa increíble estructura arquitectónica son las
ruinas. Los arcos han sido destruidos y los canales están secos. ¿Ocurrió acaso lo
mismo con el Día de Pentecostés? ¿Pertenece el Día de Pentecostés a una época
antigua, 20 siglos antes de la era moderna? ¿Habrán desaparecido el Aposento Alto,
el viento recio y el fuego? ¿Es acaso un idealizado recuerdo en mosaicos el único
remanente que tiene la iglesia de lo que en un tiempo fue su vitalidad?

Leamos lo que el mismo Jesús dijo: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le pide pan,
le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una serpiente? ¿O si
le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar
buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el
Espíritu Santo a los que se lo pidan?” (Lucas 11: 11-13).

Observe bien lo que dijo Jesús. Si un hijo pide pan, pescado y huevos – en otras
palabras, las necesidades básicas de la vida. Jesús no habló de caviar, camisones de
seda, vinos caros, oro, diamantes, y otros lujos; sino de pan, pescado y huevos. El
Espíritu Santo es también una necesidad – él es un regalo que forma parte de las
necesidades básicas de nuestras vidas. Dios constantemente nos da pan, pescados y
huevos y lo ha hecho así por miles de años. Él también nos da al Espíritu Santo. Yo
podría vivir sin pescado, pan y huevos; pero, ¿por qué habría de vivir así? ¡No
quisiera ni tan siquiera intentarlo! Yo podría vivir sin chocolates y muchas otras
cosas; pero, ¿por qué habría de hacerlo? De manera que, ¿por qué tengo que
resignarme a vivir sin el Espíritu Santo?
Un Fuego que no se Apaga

El fuego de Dios no se apaga. Esa fue la primera sorpresa que se llevó Moisés
mientras observaba la zarza ardiente – la zarza no se consumió pero las llamas
tampoco se apagaron. En el templo, el fuego del altar de las ofrendas quemadas y el
del altar de incienso nunca se consumieron; eran fuegos santos. El Día de
Pentecostés no fue un evento que los discípulos recordaron con nostalgia y anhelo.
Ese día se convirtió en una parte muy importante del resto de sus vidas. En el
recuento del Día de Pentecostés, la Biblia relata algunas de las experiencias que los
discípulos vivieron. Sin embargo, no es hasta que leemos el libro de los Hechos en su
totalidad que podemos conocer toda la historia – y aún así, ese evento no culmina
ahí. El fuego de Dios no disminuye a medida en que pasa el tiempo. El origen de este
fuego es eterno, inagotable. Leemos en el libro de Zacarías que las siete lámparas
recibían un suministro eterno de aceite directamente de los árboles de olivo.

Para el mismo tiempo en que ocurrió el Día de Pentecostés en Jerusalén, en Roma


había unos acueductos majestuosos que transportaban agua desde las colinas hasta
la ciudad. Hoy día, lo único que permanece de aquellas increíbles estructuras
arquitectónica son sus ruinas. Los arcos fueron destruidos y los canales se secaron.
¿Ocurrió lo mismo con el Día de Pentecostés? ¿Pertenece el Día de Pentecostés a
una época antigua, 20 siglos antes de la era moderna? ¿Habrán desaparecido el
Aposento Alto, el viento recio y el fuego? ¿Es acaso un recuerdo plasmado en
mosaicos el único remanente que tiene la iglesia de lo que en un tiempo fue su
poder?
Una conferencia pentecostal que se celebró en el Royal Albert Hall de Londres, a
donde asistieron unas 6,000 personas, estaba supuesta a incluir un drama del Día de
Pentecostés. El órgano iba a hacer sonidos de viento y las luces iban a imitar el
fuego. Pero, en el momento crucial del libreto, el organista se distrajo y no hizo lo
que debía. Las personas comenzaron a gritar: “¡Viento, queremos el viento!” Las
imitaciones del viento y del fuego fueron un fracaso. Sin embargo ¿por qué no
ofrecieron tanto el viento verdadero como el fuego verdadero? Nosotros deseamos el
viento que Jesús prometió. Los vientos de Dios están soplando. Debemos alzar las
velas de nuestra embarcación y dejar que el poder de Dios nos dirija.
Leamos lo que dijo Jesús en Lucas 11:11-13: “¿Qué padre de vosotros, si su hijo le
pide pan, le dará una piedra? ¿O si pescado, en lugar de pescado, le dará una
serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Pues si vosotros, siendo
malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre
celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan?”
Observemos lo que dijo Jesús: si un hijo le pide pan, pescado o huevos – en otras
palabras, las necesidades básicas de la vida. Jesús no habló de caviar, camisones de
seda, vinos caros, oro, diamantes, u otros lujos; sino de pan, pescado y huevos. El
Espíritu Santo es también una necesidad – él es un regalo que forma parte de las
necesidades básicas de nuestras vidas. Dios constantemente nos da pan, pescados y
huevos y lo ha hecho así por miles de años. Él también nos da al Espíritu Santo. Yo
podría vivir sin pescado, pan o huevos; pero, ¿por qué habría de vivir así? ¡No
quisiera ni tan siquiera intentarlo! Yo podría vivir sin chocolates y muchas otras
cosas; pero, ¿por qué habría de hacerlo? De manera que, ¿por qué tengo que
resignarme a vivir sin el Espíritu Santo?
Nuestra experiencia Pentecostal no es sólo una experiencia maravillosa de recordar;
algo que nos ocurrió una vez y que vive en nuestros pensamientos. No es la memoria
de esa experiencia lo que hace que sigamos hacia delante sino su eterna duración.
Nosotros no tenemos que acordarnos de que estamos vivos ni de que tenemos que
respirar. No comenzamos el día tratando de vivir, ni tampoco decidimos que vamos
a respirar cuando nos levantamos. Esto es algo que no nos cruza el pensamiento.
Vivimos y respiramos.

De igual manera, vivimos en la perpetua renovación del Espíritu Santo. Nuestros


cuerpos son renovados por la naturaleza a medida en que utilizamos nuestras
fuerzas y nuestros músculos. La temperatura de nuestro cuerpo se mantiene estable
aunque sintamos frío o calor. Un cambio en la temperatura del cuerpo es señal de
enfermedad. Sin embargo, en Cristo la temperatura nunca cambia. ¡Su fuego
siempre está ardiendo!

¿Dónde estaban?

En 1ra de Corintios 15:6, Pablo dice que en esa ocasión, Jesús se les apareció a más
de 500 personas a la misma vez. Este evento ocurrió antes del Día de Pentecostés.
Entonces, yo me pregunto, ¿Dónde estaban esas personas en ese histórico Día de
Pentecostés cuando el Señor bautizó en el Espíritu Santo y Fuego a los 120 que se
encontraban presentes en el Aposento Alto? En aquellos tiempos, en el Día de
Pentecostés, los judíos hacían una fiesta en el templo y todas las personas que vivían
a unas 20 millas de Jerusalén estaban en la obligación de asistir. De manera que,
esos quinientos hermanos, pudieron haber estado presentes en el Aposento Alto pero
no lo hicieron. Hoy día, muchos cristianos pasan por alto el “Día de Pentecostés” –
quizás porque están muy ocupados en otros asuntos. Para muchas personas, el
hablar en otras lenguas es tan excitante como tomar aceite de hígado de bacalao. En
mi opinión, nadie tiene el derecho de despreciar los dones del Espíritu Santo. El
Espíritu Santo imparte sus dones de acuerdo a su voluntad y no a nuestros deseos.
Quizás esos primeros hermanos en la fe tenían la leve sospecha de que en el
Aposento Alto iban a ser repartidas lenguas de fuego y decidieron permanecer en el
Templo, entre ritos sencillos y familiares. Quizás el Dios del fuego no es apropiado
para todas las personas. Sin embargo, de ser así, esas personas tienen un gran
problema ya que les guste o no, no existe ningún otro Dios.

Un amigo mío, inglés, estaba visitando la feria mundial en Nueva York. Su


acompañante le preguntó si deseaba algo de tomar y lo llevó a un establecimiento
donde vendían refrigerios. Mi amigo ordenó un té. En aquel entonces, té frío era
algo desconocido en Inglaterra; aún hoy día, los verdaderos “caballeros ingleses” lo
consideraban un sacrilegio. A mi amigo George le dieron un vaso de té frío. Él tomó
un sorbo, y con una mirada de total incredulidad, casi ahogado, puso el vaso en el
mostrador y dijo: “esa cosa está helada”. Su acompañante no podía parar de reírse
ante la incredulidad con la que un hombre inglés había descubierto el té frío.

Así es como yo reacciono ante el cristianismo sin fuego. Para mí, una religión fría es
tan poco atractiva como un planeta que sea eternamente frío. Un servicio de iglesia
frío es tan poco apetecible como las patatas frías de ayer.
Del mismo modo en que el Señor encendió el fuego en los altares de Israel, es El
Señor quien enciende el verdadero fuego en nuestros corazones. Levíticos 9:24
describe el primer altar que hizo Moisés. El fuego de ese altar, no se encendió
frotando madera con madera, como era la costumbre en aquellos días. La Palabra
dice, “Y salió fuego de delante de Jehová, y consumió el holocausto con las grosuras
sobre el altar; y viéndolo todo el pueblo, alabaron, y se postraron sobre sus rostros”.

Años más tarde, cuando Salomón inauguró el primer templo en Jerusalén, dice la
Biblia que él oró y el fuego descendió (2da de Crónicas 7:1-3). “Cuando Salomón
acabó de orar, descendió fuego de los cielos, y consumió el holocausto y las víctimas;
y la gloria de Jehová llenó la casa. Y no podían entrar los sacerdotes en la casa de
Jehová, porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová. Cuando vieron
todos los hijos de Israel descender el fuego y la gloria de Jehová sobre la casa, se
postraron sobre sus rostros en el pavimento y adoraron, y alabaron a Jehová,
diciendo: Porque él es bueno, y su misericordia es para siempre”.

La religión de Israel tenía fuego y gloria. Era responsabilidad de los sacerdotes


evitar que el fuego original se apagara. El fuego se encontraba en el centro del
Templo. Cuando Salomón oró y el fuego y la gloria de Dios descendieron, nadie se
opuso. La multitud allí reunida respondió con gran asombro y alabaron a Dios.
Nadie dijo: “En esos servicios hay mucha conmoción; mejor voy a un lugar que sea
más tranquilo”. De haber sido así, el lugar ideal hubiese sido el cementerio.

De hecho, una fe sin fuego es una fe muerta. Una fe sin fuego iría en contra de la
naturaleza de Dios. Dios es fuego consumidor, y yo no puedo imaginarme cómo sería
nuestra fe si Dios no fuera tal y como es Él. Yo no puedo visualizar a Dios como un
Dios frío. Dios es como el sol del medio día, caliente, siempre en la cúspide. Si mi
experiencia religiosa no tiene sentimientos ni pasión ni me consume por dentro, y si
no tiene fuerza para empujarme; entones, todo cuanto poseo es como la oscuridad
de un sepulcro. ¡El sólo hecho de pensar en esto me da escalofríos! Cuando usted
disminuye la intensidad del fuego, desanima a Dios y entristece al Espíritu Santo.
Algunas personas dicen que Dios no tiene pasión pero sí compasión. Sin embargo, yo
no estoy de acuerdo con eso. Dios es una fuente eterna de pasión. Ciertamente, Él no
demuestra su pasión del mismo modo que nosotros. De ser así, como dijo Malaquías,
su pasión nos consumiría.

Fuegos Extraños

Sin embargo, existe otro lado de la moneda. De acuerdo con Levítico 10:1-3, “Nadab
y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego,
sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño que él
nunca les mandó. Y salió fuego de delante de Jehová y los quemó, y murieron
delante de Jehová. Entonces dijo Moisés a Aarón: Esto es lo que habló Jehová,
diciendo: En los que a mí se acercan me santificaré, y en presencia de todo el pueblo
seré glorificado”.

Nosotros ni queremos un fuego extraño ni tampoco lo necesitamos. Aunque Nadab y


Abiú pudieron haber tomado el fuego del altar de Dios, ellos decidieron hacer el
suyo propio. El fuego de Dios es único. El fuego creado por el hombre tiene emoción
pero no tiene pasión. En el caso de Nadab y Abiú, ellos desafiaron la ley de Dios ya
que entraron al altar juntos cuando la ley claramente establecía que en el altar sólo
podía haber un sacerdote a la vez. Aunque estemos en compañía de otros, jamás
tendremos seguridad si encendemos fuegos extraños.

Hay iglesias a las que yo no asistiría porque su fuego es un fuego artificial. El factor
decisivo no es el tipo de música que tocan, ya sean himnos o canciones modernas.
Los himnos pueden ser cantados a manera sentimental o con nostalgia, sin tener
nada que ver con el deseo de buscar de Dios ni del fuego del Espíritu Santo. Los
cánticos modernos y el ruido tampoco son un substituto del fuego de Dios. Movernos
en el Espíritu no significa estar parados por media hora cantando la misma canción
una y otra vez. El Espíritu Santo no es una emoción creada por los músicos. ¿Asisten
las personas a su iglesia por la música – o por Dios? ¿Van en busca de amistades,
ruido, emociones, o el fuego?

Gracias a Dios por los músicos ya que no hay nada de santificado cuando un grupo
de personas que no tienen oído musical cantan en la clave equivocada y sin ningún
instrumento que los pueda ayudar o añadirle un poco de forma a sus esfuerzos. El
versículo 2 del Salmo 66 nos exhorta a: “Poned gloria en su alabanza”. Los servicios
de las iglesias no están supuestos a ser un tipo de penitencia por medio de la cual
expiemos nuestros pecados. Una iglesia es un aposento alto, no un salón comedor;
un lugar donde los vientos de Dios soplan y el fuego de Dios se posa sobre cada
cabeza.

Yo espero que las personas disfruten el ir a la iglesia, pero también espero que
asistan por una razón mucho más importante que disfrutar de un servicio. Podemos
lograr que nuestras iglesias sean bien atractivas, aún para las personas del mundo –
amigos, música, comida, actividades sociales. Sin embargo, el motivo más
importante para asistir a la iglesia debe ser conocer más a Dios, amarlo más y
desear más de Él. El propósito del Evangelio no es ofrecerle a la iglesia el mismo
sistema popular que ofrece el mundo. A decir verdad, debemos mantenernos al
ritmo de los tiempos. Sin embargo, el latido del corazón de Dios debe ser más fuerte
que el ritmo de percusión del grupo de música de la iglesia, y Su voz no se debe
perder en medio del alboroto del sistema de amplificación. Si su iglesia se quedara
sin electricidad, y la mayoría de los instrumentos musicales modernos no
funcionaran, ¿se desanimaría su congregación? Es bien importante que las personas
toquen los instrumentos con júbilo, alegría y gozo en Dios como lo hicieron las
personas que escribieron los Salmos; que canten alabanzas a Dios desde lo más
profundo de sus corazones; y que expresen el gozo que llevan en sus almas. ¿Están
dispuestos los instrumentistas a orar toda la noche por su ministerio? ¿Están
gozosos porque tocaron, o tocan porque están gozosos? Estar gozosos es bueno –
pero el verdadero gozo sólo lo obtenemos cuando nos gozamos en el Señor.
Antes de que usted pueda recibir el fuego del Espíritu, usted debe anhelarlo. Quizás
esa fue la razón por la cual solamente 120 personas se reunieron en el Aposento Alto.
“Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán
saciados” (Mateo 5:6). ¡Qué promesa!

Enfrentando la Realidad

Ahora bien, veamos la realidad. El fuego es un símbolo del Espíritu Santo y no


únicamente una de sus cualidades. El Espíritu no es solamente gozo. Él tiene otras
características – él es una paloma, el agua celestial, nuestro consejero, el que fue
enviado en lugar de Jesús para que estuviese con nosotros; él es el viento celestial y
el aceite de ungir. Por lo tanto, su obra debe apreciarse dentro del contexto de todo
cuanto él representa. Las facetas del Espíritu Santo son manifestadas a través de
nosotros a media que somos llenos y nos movemos por el Espíritu. Es importante
mencionar que toda obra cristiana depende del Espíritu. El punto que estoy
tratando de establecer es que toda obra del Espíritu viene acompañada por el fuego
de Dios.

Si usted desea salvar las almas de una manera discreta, amable y sin emociones, al
Espíritu Santo se le va a ser difícil cooperar con usted. Algunas personas quieren
obtener una experiencia Pentecostal manteniendo la compostura, sin embargo, por
lo general, el obtener una experiencia Pentecostal viene acompañado de estar
“borracho” en el Espíritu. El poder del Espíritu de Dios es más fuerte que nuestros
frágiles cuerpos. Cuando el fuego de Dios cayó en el Templo todos los allí presentes
cayeron al suelo.
Lo que quiero decir es lo siguiente – usted no puede mantenerse calmado cuando el
fuego del Espíritu cae sobre usted. En realidad, luego de una experiencia como ésta,
usted nunca será igual. Cuando el rey Saúl recibió un toque del Espíritu, se
convirtió en otro hombre. Si usted no desea ser diferente, no busque este fuego. Ya
que si usted recibe este fuego dentro de la iglesia, también lo tendrá fuera de la
iglesia. Usted será diferente, tan diferente como un cardenal en medio de gorriones.
Y eso es precisamente lo que el mundo necesita – personas diferentes. Personas que
brillen como luceros “en medio de una generación maligna y perversa”. (Filipenses
2:15) Moisés vio cuando la zarza ardía y dijo, “...Iré yo ahora y veré esta grande
visión...” (Éxodo 3:3). ¡Qué extraño! ¡Sí, divinamente extraño! ¿Cómo podremos
impactar a las personas si somos iguales a ellas? Nosotros debemos ser hombres y
mujeres cuyos corazones estén encendidos – lo cual no es necesariamente algo
placentero.
En una ocasión, Pablo se rasuró el cabello de la cabeza para mostrar que había
hecho una promesa. (Hechos 18:18) Las personas se fijan en ese tipo de cosas – ¿Un
apóstol sin cabello? Vale la pena mencionar que Pablo no sentía vergüenza de verse
así. A través de este acto, Pablo les mostró a todos que él era un hombre de mucha
devoción que le había ofrecido una promesa a Dios. ¿Qué impide el que los creyentes
que han sido bautizados en fuego hagan lo mismo?
Los discípulos salieron del Aposento Alto transformados. Pedro obtuvo la atención
de todos cuando dijo: “Todos somos testigos” (Hechos 2:32). En otras palabras,
“Somos testigos de que Jesús vive - sólo basta con mirarnos a nosotros mismos”.
¿Cómo se ven las personas cuando salen de las iglesias los domingos en la mañana?

Supongamos que el fuego del Señor se derrame en Westminster Abbey y todos


salgan “emborrachados” en el Espíritu. Cuando una persona es llena del Espíritu no
lo puede ocultar. Usualmente, el ser llenos del Espíritu es un evento público. Dios no
nos otorga su Espíritu con el propósito de proporcionarnos certeza y consuelo. De
hecho, puede que lo que nos provoque sea disgustos. El Espíritu Santo no nos es
dado para que nos acomodemos sino para que salgamos de esa pequeña guarida
donde nos encontramos y nos lancemos al crudo mundo en que vivimos. Una vez
bautizado, usted tendrá un propósito en la vida – “pescar” seres humanos que se
encuentran en aguas turbulentas.

El Espíritu de Dios no es una sensación o un poder, sino una Persona; la Persona del
Espíritu Santo. Así como usted no puede repartir a su esposa(o) o a su hija(o),
ningún predicador o evangelista puede impartir el Espíritu de Dios. El Santo
Espíritu de Dios es una Persona. Él no es impartido con el fin de crear efectos
asombrosos en los escenarios, como si fuese un acto de magia. Su verdadero
propósito es revelar a Jesús. Elimine a Jesús, y estará eliminando también al
Espíritu Santo. Si eso ocurre, usted se quedará solo.

Fuego para un Mundo en Fuego

En la época de los apóstoles, el mundo era un lugar violento. La mayoría de los


apóstoles, así como muchos de los emperadores romanos, sufrieron muertes
violentas. Violentas y crueles persecuciones acosaron a los cristianos durante más de
200 años. A finales del último siglo, los líderes humanísticos anunciaron que el
mundo estaba entrando en la época de oro. La evolución había llevado al hombre a
la cumbre de su desarrollo. Gozábamos de ciencia, conocimientos, tecnología y paz.
Sin embargo, el último siglo fue el siglo más destructivo desde que el hombre habita
este planeta. Hubo dos guerras mundiales, muchas guerras de menor escala, terror y
hambruna en África, China e India, y violencia y perversiones en las puertas de
nuestros propios hogares. Hoy día, las personas hablan de armas de fuego,
explosivos y bombas. Los mayores logros científicos han sido dedicados al
mejoramiento de las armas de destrucción masiva, convirtiendo el poder de esas
armas en una amenaza aún mayor.
Jesús sabía que un mundo violento necesitaba una solución violenta – Su Cruz y el
Fuego Celestial. El fuego debe ser enfrentado con fuego. Existen teorías políticas
excitantes, viciosos enemigos del bien y maestros pervertidos que son pagados con el
dinero de los cristianos. La maldad está accesible, es cínica y descarada. Hoy día,
millones de personas se gozan de su deshonra. ¿Cómo vamos a hacerle frente a esta
época? ¿Con una taza de leche y agua? ¿Con un monólogo desde el púlpito?

Deseamos una iglesia bautizada en fuego. Ya es tiempo de que nos levantemos,


hablemos y jamás callemos. Dejemos que el Espíritu Santo ponga el fuego en
nuestras bocas. En la antigüedad, muchos cristianos fueron quemados vivos para
que iluminaran los jardines de Nerón. Nosotros debemos brillar como llamas
Divinas en la oscuridad de este mundo incrédulo en el que vivimos. Un hombre que
está “encendido” en el fuego del Señor, no tiene miedo de lo que los hombres le
puedan hacer. Nosotros conocemos a Aquél que es verdadero; vamos a hablar
mostrando que lo conocemos. El fuego tan sólo puede hacer aquello que le
permitimos. El Espíritu Santo sólo llevará bendiciones donde nosotros vayamos.

Debemos encender el fuego aunque sea a base de argumentos. Sí, seremos figuras
controversiales pero también seremos la causa de que la maldad sea expuesta.
Señalando así, que la maldad es digna de desprecio. La incredulidad y el rechazo a
Cristo producen todo tipo de perversidad y maldad a su paso. ¡El mundo está loco!
Es una verdadera locura el dudar de Dios, de la resurrección de Cristo y de la
Palabra de Dios. Si las personas resplandecieran y las iglesias ardieran con el fuego
del avivamiento, ese fuego se esparciría como un fuego en un bosque forestal. El
avivamiento es fuego. Todo avivamiento está compuesto por personas que han sido
llenas del verdadero fuego de Dios y que están ardiendo delante de todos los
hombres. El avivamiento nunca llegará mientras usted permanezca cómodamente
dentro de su casa pidiéndole a Dios que actúe. Una vez Dios lo bautice en Fuego, lo
enviará al mundo de la misma manera en que Sansón envió a las zorras con
antorchas en sus colas. (Jueces 15:4-5)

El profeta Jeremías era el tipo de hombre que necesitamos hoy, millones de ellos. A
pesar de estar desanimado, no se pudo quedar callado. Él dijo que la palabra de
Dios era como tener fuego ardiente en sus huesos (Jeremías 20:9).
Volviendo al primer párrafo… Nuestro Dios es un fuego consumidor. ¿Puede usted
vivir con Él, con el fuego eterno? Si no puede, ¿será usted capaz de vivir consigo
mismo?
'En mi opinión, nadie tiene el derecho de despreciar los dones del Espíritu Santo. El
Espíritu Santo imparte sus dones de acuerdo a su voluntad y no a nuestros deseos.
Quizás esos primeros hermanos en la fe tenían la leve sospecha de que en el
Aposento Alto iban a ser repartidas lenguas de fuego y decidieron permanecer en el
Templo, entre ritos sencillos y familiares. Quizás el Dios del fuego no es apropiado
para todas las personas. Sin embargo, de ser así, esas personas tienen un gran
problema ya que les guste o no, no existe ningún otro Dios. '

Deseas el fuego de Dios en tu vida?


En tiempos de gran soledad, desesperación y angustia, sola en mi habitación,
muchas veces me postre ante Dios pidiéndole Su Fuego poderoso sobre mi vida, pero
mayormente sobre la vida de mi hijo. Anhelaba sentir Su presencia y por ello lo
buscaba tarde en la noche cuando ya todos se habían acostado a dormir en mi casa.
Recuerdo que tenía un cuadro colgado frente a mi cama en la pared y decidí colgar
en el un papel con la letra de una canción muy poderosa de Hillsong que hablaba del
Fuego de Dios en nuestra vida. Prendía la música, apagaba la luz de mi cuarto y
encendía solo una antorcha para que se alumbrara solo la letra. Esto me ayudaba a
enfocarme en lo que decía la canción, que el Fuego de Dios podía transformar
situaciones, personas, corazones. Cantaba la misma canción varias veces. Fueron
tiempos preciosos en los que El Señor me quebrantada, sentía que me limpiaba y me
decía que solo esperara en El. Mi mayor anhelo en ese tiempo era que mi hijo
realmente conociera a Dios y se enamorara de El. Uno de los secretos fue perservar
en oración día y noche, sin cansarme. Un tiempo después vino el milagro, cuando mi
hijo empezó a asistir al grupo de jóvenes de una iglesia y experimento el amor de
Dios en su propia vida, junto con alabanza, en oración, en palabra, en comunión con
otros jóvenes. Fue el fuego de Dios que vino sobre nuestras vidas ¡

Tal vez hoy tu pregunta es: Como puedo recibir el fuego de Dios en mi vida?

Te invito a leer 1 Reyes v 30-39

Israel estaba muy alejado de Dios, siguiendo a Baales (otros Dioses) por respuestas
en sus vidas. No había llovido por tres años y medio, por lo que había un sentimiento
de gran desesperación en medio del pueblo.

V 30 Entonces dijo Elías a todo el pueblo: “Acercaos a mi y todo el pueblo se


acerco.” Elías era un profeta enviado por Dios.

Primero debemos acercarnos a Dios, desear buscarle y encontrarnos con El,


reconociendo nuestra necesidad de El. No importa tu condición, porque si nos
arrepentimos verdaderamente el Señor nos perdonara.

“Èl arregló el altar de Jehová que estaba arruinado” (vs. 30) y edifico un altar en el
nombre de Jehová (vs 32).

El Señor quiere que primero reedifiquemos el altar en nuestra propia vida, que
decidamos ponerlo primero a El en nuestro corazón. Tal vez en tu vida has edificado
otros altares que no han agradado a Dios y es tiempo de cambiar.
El Altar de tu corazon : Primero, has de tu corazón una habitación para Dios!
Búscalo en tu aposento íntimamente y pídele al Espíritu Santo que habite en ti. El
quiere que lo conozcas. Te aseguro que nada podrá reemplazar este tiempo que
puedes tener con El ¡

El Altar en tu casa: Atiende a tu familia como el mayor regalo que Dios te ha dado,
ten tiempos de leer la palabra en tu casa, escucha las necesidades de tu esposo y de
tus hijos y ora junto con ellos. No dejes que otras actividades diarias del mundo
ocupen este lugar.

“Después hizo una zanja alrededor del altar” (vs. 32).

Elías pidió que se preparara el espacio alrededor del altar. Una vez que entres en
intimidad con el Señor, pídele que prepare tu corazón poniendo una fe sobrenatural
en ti para poder recibir el fuego de Dios que transformara de tu vida. Declara que tu
corazón es un campo fértil en donde la palabra de Dios es sembrada y da buen
fruto. Empezaras a ver cambios en tu vida si crees¡

“Preparó luego la leña y corto el buey en pedazos, y lo puso sobre la leña” (vs. 33).

Para que el fuego se encienda, necesitas la leña, es decir tu corazón dispuesto en


oración y alabanza para clamar a Dios constantemente. Recuerda también que la
palabra de Dios es promesa en tu vida. Debo entregrar mi propio Yo a Jesús, mi
voluntad, para que el pueda obrar y consumir todo nuestro pecado con su fuego y
separarnos para El.

“Llenad cuatro cántaros de agua, y derramadla sobre el holocausto y sobre la leña”


(vs. 34).

Elías pidió que sobre el holocausto y la leña se derramara mucha agua. Esto era
para mostrar que el fuego de Dios y su gloria vendría a pesar del agua sobre la leña.
Es decir que no habia nada que podia cambiar el plan de Dios. Y entonces el pueblo
creería que Jehová es el único Dios!

Entonces cayo fuego de Jehová y consumió todo el holocausto, la leña, las piedras y
el polvo, y aun lamio el agua (vs 38 ). Viéndolo todo el pueblo, se postraron y
dijeron, Jehová es Dios, Jehová es el Dios ¡ (vs 39)

El fuego de Dios es el mismo Espiritu Santo en ti, que consume todo pecado, purifica
tu corazon, y lo enciende para tener un encuentro cara a cara con Dios. ! Permite
que El Fuego entre en ti y veras que despues tambien entrara en tu casa y toda tu
familia creerá en El ! Tu milagro viene mujer! Busca y cree.

PROMESA
Levítico 6 v 12 “Y el fuego encendido sobre al altar no se apagara, sino que el
sacerdote pondrá en el leña, cada mañana, y acomodara sobre el , y quemara sobre
el las grosuras de los sacrificio de paz. El fuego ardera continuamente el altar, no se
pagara”
Contenido

El fuego de Dios
Por Mauro Servin

Y dije: No me acordaré más de él, ni hablaré más en su nombre; no obstante había


en mi corazón como un fuego ardiente metido en mis huesos traté de sufrirlo, y no
pude (Jer 20:9)

Una vez escuche decir a Claudio Freidzon, decir: el fuego de Dios no es otra cosa
más que una pasión por Dios. Si eres un amante de Dios, entonces estarás listo no
sólo para recibir un toque especial sino para vivir en el fuego de Dios. ¿Es posible
vivir en el fuego de Dios? Me preguntaban una vez al final de una reunión. Ese día
yo había sido consumido por el fuego y eso mismo que recibí lo ministré a la
congregación. Ellos fueron llenos del fuego también. Lo que ellos no sabían que
durante la semana había pasado por muchas pruebas y luchas. Lo primero que
ocurrió fue que me enfermé fuertemente del pecho y durante toda la semana no
pude salir de mi casa a ningún lugar. En esos mismos días también mi esposa
Biviana estuvo también delicada de salud, el doctor le mando a hacer unos estudios
lo más pronto posible. Ya en mi habitación me puse a orar , posteriormente revisé mi
agenda, cuando vi que tenía que pagar un dinero por un diseño que me estaban
haciendo; chequé mi cartera y me había quedado con tan sólo unos pesos. Ese
dinero no era suficiente para pagar la medicina, estudios y el dinero por el diseño.

Me sentí un poco triste y conmovido a la vez, ya no era tan sólo nuestra salud, sino
también nuestra economía, en ese momento mi esposa se acercó y me dijo muy
preocupada: - ¿qué hacemos?...-

Solo en mi habitación cerré mis ojos, me humille ante Dios y ore diciendo: -Señor
dame paz en todas estas situaciones. Entonces escuché una voz en mi interior que
me decía:- confía en mí-. Al escuchar al Espíritu Santo hablándome, las cargas
desaparecieron y comencé a sentir cómo mi cuerpo se llenaba del fuego de Dios.

Al día siguiente Dios hizo un milagro económico. Un pastor me dio una ofrenda con
lo que pude hacer todos los pagos y no sólo eso sino que pude bendecir a otras
personas que necesitaban apoyo.
En esos días me encontraba casi sin fuerzas debido a mi salud, incluso no podía orar
como yo quería o salir a predicar (¡que desesperación!). Mi alma estaba turbada, me
sentía desesperado y necesitaba urgentemente el fuego de Dios para que me diera
nuevas fuerzas, que consumiera mi alma y quitara todo lo que me turbaba,
necesitaba ese fuego que consumiera mi cuerpo y quitara toda enfermedad.

Sucedió que por la tarde, cuando me dirigía hacia la congregación, cerré mis ojos y
adore a Dios como nunca antes, lo único que anhelaba era su presencia. Había
tenido pruebas, pero eso no me detuvo para buscar de él y menos para no recibir de
su fuego, cada vez que lo busque él me consumió. Después de unos segundos el
Espíritu Santo invadió el lugar y me visitó, El me dijo: - comunión conmigo es lo que
hace que vivas en el fuego, comunión conmigo es lo que hace que vivas en victoria
¡pero qué palabra había recibido del Espíritu, en esos instantes el me llenó de su
fuego, desde mis pies hasta mi cabeza, sentía que me quemaba, él me había seducido
por su presencia, mi corazón ardía por buscarle de día y de noche.
Llegué al servicio lleno del fuego de Dios y al final de la reunión pude contestar
positivamente a su pregunta. - ¿se puede vivir en el fuego de Dios?.
En esa semana, en medio de las pruebas me di cuenta que: " Sí se podía vivir con el
fuego de Dios siempre" Y se cumple la palabra: Cuando pases por las aguas, yo
estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te
quemarás, ni la llama arderá en ti. (Is 43:2).

Esos días Dios me mostró dos cosas:


Primera. Sí es posible vivir en el fuego de Dios aun cuando estamos en luchas y
pruebas, <>
La segunda cosa fue ¿Qué tanta pasión tenía por Dios? Eso era lo que determinaría
cuánto fuego de Dios quería en mi vida.

Estoy de acuerdo con Freidzon al decir: El fuego de Dios no es otra cosa que "pasión
por Dios" . Ese fuego nos lleva a tener a una búsqueda intensa por Dios.

Una persona que vivió en el fuego de Dios fue: el profeta Jeremías, su vida no fue
fácil. Jeremías vio la desintegración moral y espiritual de su nación, la vio desolada.
Hablaba la palabra de Dios y el pueblo se burlaba de él, "Cada día escarnecido,
cada cual se burla de mí. Porque cuantas veces hablo, doy voces, grito: violencia y
destrucción; porque la palabra de Jehová me ha sido por afrenta y escarnio cada día
( Jer 20:8 ).

Muchos dicen que Jeremías fue un frustrado y fracasado por no tener resultados. El
éxito no depende de los resultados, el éxito es hacer la voluntad de Dios, Jeremías
hizo la voluntad de Dios y por lo tanto logró el éxito.

Otros dicen: que Jeremías se la pasaba solo lamentándose "le dicen el quejón" pero
realmente se dolía debido a la pasión que tenía por Dios y por su pueblo, a él le dolía
la indeferencia de su nación hacia Dios y su palabra, era una agonía para él ver a su
pueblo en decadencia moral y espiritual. Debido a su ministerio Jeremías tuvo que
sufrir desprecio por el pueblo, fue repudiado por todo Israel. El fue buscado por sus
enemigos para matarle y aun sus amigos le acusaban.

A pesar de todo esto Jeremías fue consumido por el fuego de Dios -"no obstante,
había en mi corazón como un fuego de ardiente metido en mis huesos; trate de
sufrirlo, y no pude"-
Seducido por Dios

Jeremías vivió en el fuego de Dios y la clave está en (Jer 20:7).


Me sedujiste oh Jehová, y fui seducido, más fuerte fuiste que yo; y me venciste. (Jer
20:7).

Jeremías tuvo luchas por hablar la palabra de Dios a su pueblo, Todos tenemos
pruebas y luchas, pero ¿qué pasó con Jeremías? Jeremías fue seducido por Dios; es
decir, él ya no vivía para él, sino sólo vivía para Dios, él había muerto a sus deseos y
planes para sólo vivir para los planes de Dios. " Eso es el fuego verdadero ." Deja
que Dios hoy consuma con su fuego todos tus deseos para que desde hoy vivas sólo
para cumplir sus planes.

En este tiempo Dios nos a empezado a bendecir con su fuego y es importante que tu
y yo nos metamos en el fuego de Dios, porque si estas en el fuego de Dios no hay
fuego del infierno que te pueda quemar, porque si estas en el fuego de Dios no hay
fuego que pueda tocarte, porque lo que es del fuego, fuego es.

El que esta en peligro, es aquel que esta en la carne y todo aquel que no esta
buscando el reino de Dios y su justicia, el que esta en peligro es aquel que no anda
conforme la voluntad de Dios, pero puedes ganar porque el fuego de Dios va a
quemar tus pasiones y deseos, este tiempo que estamos viviendo por el Espíritu
Santo, es un tiempo para quemar tus malos hábitos, quemar lo malo y dejar lo
bueno, el Espíritu Santo esta quemando tus iniquidades, esta quemando tu falta de
amor hacia tu familia, hacia tus padres, esta quemando tu mal carácter, esta
quemando tus malos pensamientos, esta quemando tu hablar, esta quemando tu
falta de santidad, este es el tiempo que el El Espíritu Santo de Dios quiere moverse
poderosamente en nuestros corazones, la palabra declara que (El Espíritu Santo nos
anhela celosamente), Iglesia este es tu tiempo, este es un nuevo comienzo para tu
vida, es apenas el comienzo de lo que Dios estará haciendo en este año 2002

¿Ya estas en el fuego de Dios? ¿cuánto tiempo pasas en la palabra de Dios? ¿cómo
esta tu vida de oración? ¿estas sirviendo al señor en algún ministerio? ¿estas
diezmando y ofrendando al señor de todo lo que ganas? Como ves?

Arder en el fuego de Dios no depende de Dios, sino mas bien de ti, cuando te sometes
a Dios tu vida arderá como una antorcha encendida, El apóstol san pablo le dijo a su
hijo Timoteo en el capitulo 1:6 ( aviva el fuego del don de Dios que esta en ti ) en
otras palabras atiza el fuego, cuando veas que ya el fuego esta por apagarse, cuando
veas que la leña esta por terminarse atízalo, sóplalo y déjalo que arda, déjalo que se
encienda por el poder del Espíritu Santo.

La palabra que leímos dice: que Juan el bautista dio testimonio de que Jesús es el
que bautiza en Espíritu Santo y fuego, ¿cuantos han sido Bautizados con el Espíritu
Santo? Y en fuego ¿cuántos han sido bautizados en el fuego de Dios? Cuando estas
en el fuego de Dios te gozas, te llenas de su presencia anhelas mas y mas y mas de
Dios y no quisieras que esto terminara, y no quisieras que esto parara, que no se
detuviera, le dijéramos a nuestro pastor sigamos porque que bueno es estar en su
presencia, que lindo es estar en sus atrios, y arrodillarnos delante de el, aunque
parezca loco, a los ojos de los hombres, pero lo loco de este mundo escogió Dios para
avergonzar a los cuerdos, lo necio del mundo escogió Dios para avergonzar a los
sabios, lo débil del mundo escogió Dios para avergonzar a los fuertes, lo vil del
mundo, y lo menospreciado escogió Dios y lo que no es para deshacer lo que es, no
importa si parezco un tonto, no importa lo que digan los que me miran, yo voy a
caminar en el fuego de Dios. Porque?

1) Dios es un Dios de Fuego y que también responde con fuego: En el primer libro de
los reyes se nos cuenta una historia impactante y es que el pueblo había dejado de
servir a Dios, por seguir a dioses ajeno (I Reyes 18: 20-40), en el versículo 24 el
profeta de Dios reto a los profetas de baal, diciendo El Dios que responda con fuego
que ese sea Dios, entonces los profetas de baal clamaron a su Dios desde ese
momento hasta el mediodía, y no hubo quien los escuchara y siguieron clamando
hasta las tres de la tarde y no hubo ninguna voz que respondiera, cuando el profeta
de Dios tomo su lugar dice la palabra que el hizo tres cosas,

* 1) restauro el altar de Dios, restaurar el altar de Dios significa restaurar tu


comunión con Dios y tu relación con el,

* 2) se acerco a Dios, cuando te acercas a Dios el se acercara a ti y la tercera cosa


que hizo el profeta de Dios fue invocar la palabra de Dios, cuando restauras tu altar
delante de Dios, te Acercas a Dios, e invocas su palabra, el resultado será que el
fuego de Dios va a descender sobre tu vida, y a ese fuego no hay bombero que lo
apague.
2) Siempre Dios se ha manifestado con fuego: en éxodos capitulo 3 en
Adelante la palabra de Dios dice: que a moisés se le apareció en una Zarza que ardía
en fuego y que no se consumía, porque Dios es Eterno y su fuego es eterno en
Crónicas 7:1-3 dice que Salomón estaba orando delante de Dios porque estaba
dedicando el templo, y cuando el termino de orar dice la escritura que fuego cayo
del cielo, el segundo resultado del fuego de Dios será que la gloria caerá sobre la
Iglesia (Romanos 12:2) dice: no os conforméis a este siglo sino mas bien
transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que
comprobéis cual sea la voluntad de Dios agradable y perfecta. Yo no voy a
conformarme, con una chispita, con una cabecita de fósforo, no,no,no yo quiero la
llama grande, yo quiero la llenura del Espíritu Santo, yo quiero el fuego de Dios.

Cuando los apóstoles estaban en aposento alto en Hechos 2:2 y 3 dice que estaban
unánimes juntos esperando al Espíritu Santo, pero cual fue su sorpresa que de
momento y de repente es les aparecieron lenguas repartidas como de fuego
asentándose sobre cada uno de ellos, cuando clames a Dios, el te responderá con
fuego, cuando eres un siervo que vives en el fuego de Dios nunca estarás satisfecho,
siempre querrás mas y mas y mas de Dios.
Cuando vives en el fuego de Dios, no importa si te meten en un horno de fuego
ardiendo, tu estarás danzando y alabando a Dios, si estas en el fuego de Dios el fuego
del enemigo no podrá hacerte daño (Daniel 3:15-27) el fuego de Dios ya esta
encendido, dije ya esta encendido, el fuego ya esta aquí, solo recibe su fuego,
(cuando Juan bunyan Fue quemado en la hoguera, murió con una sonrisa en los
labios) cuando el fuego de Dios te quema por dentro, no importa si estas quemando
por fuera, "porque el fuego no quema fuego".

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