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DE LAS ESPECIES
(TEORÍA DE LA EVOLUCIÓN)
Copyright. Juan Romay - Near, S.A.
Depósito Legal: BI-858-01 (España)
Diseño: Yolanda Martín
Maquetación: Enparantza
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LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES (Teoría de la evolución)
Desde la noche de los tiempos, el ser humano ha intentado comprender los fenómenos que le rodeaban y ha
tratado de explicar su presencia en este mundo. Las distintas culturas fueron proporcionando, a lo largo de los
siglos, diferentes relatos acerca de cómo estaba ordenado el mundo. Se intentaba buscar un sentido y una estruc-
tura lógica a un mundo en apariencia peligroso y, sobre todo, caótico.
En la actualidad, tenemos una visión mucho más clara de nuestro lugar en la Naturaleza, gracias a la Teoría
de la evolución, enunciada por Charles Darwin. (Alfred Wallace llegó a la misma conclusión que Darwin y los
trabajos de ambos se publicaron al mismo tiempo; pero Wallace no había acumulado la enorme documentación
de aquél).
Charles Darwin empleó más de 24 años en recoger pruebas y en elaborar su teoría en su libro El origen de
las especies por medio de la selección natural. Cuando se hizo público, temblaron las bases de la Biología y de la
visión que el ser humano tenía de sí mismo. Darwin fue muy criticado en su época, y la prensa de entonces publi-
có crueles caricaturas suyas, ridiculizando su obra. Muchos contemporáneos se sintieron ultrajados por la suge-
rencia de que el hombre podía ser un simple descendiente de un antepasado simiesco.
La concepción básica de Darwin sobre la evolución de las especies (aunque en su libro no se menciona la
palabra evolución) ha permanecido firme hasta nuestros días. No obstante, la ciencia moderna la ha perfecciona-
do, gracias al conocimiento del mecanismo de la herencia, de
los genes y de las mutaciones (que no se conocían en la época
de Darwin). En la actualidad, la idea evolutiva se ha extendido
a todos los campos de la ciencia; hasta nuestra misma visión del
Universo se ve influida por la idea de evolución.
LA TEORÍA EVOLUTIVA
Leonardo da Vinci fue uno de los primeros en opinar que los fósiles fueron seres vivos que habían vivido en el
pasado, lo cual demostraba la gran vejez de la Tierra. No se atrevió a divulgar esta teoría, y la expresó a
escondidas en sus cuadernos personales.
Viaje de Darwin a bordo del Beagle y portada del libro que publicó narrando su viaje
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LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES (Teoría de la evolución)
cuello habría ido pasando a sus hijos, que se habrían esforzado en desarrollarlo, transmitiéndolo, a su vez, a las
siguientes generaciones.
Hoy en día se sabe que no hay relación entre el desarrollo de un órgano y el hecho de que esta modificación
se pueda transmitir a la descendencia. Pero su gran acierto fue el de relacionar por primera vez a la evolución
con el medio circundante.
La base para la Teoría de la evolución la daría el naturalista inglés Charles Darwin en 1859. A los 22 años,
Darwin inició en el barco de investigación Beagle un viaje alrededor del mundo que duró cinco años. En una de
sus escalas, el Beagle visitó las Islas Galápagos, en Ecuador. Allí descubrió una fauna muy diferente a la del
resto de los sitios que había visitado. Contó siete especies diferentes de tortugas, cada una en una isla distinta.
Las diferentes variedades presentaban otras tantas formas de caparazón. También clasificó hasta 14 variedades
de pájaros pinzones. Cada uno de ellos había adaptado el pico a sus distintas formas de alimentación y de hábi-
tos de vida. La progresiva separación de cada variedad hizo que se transformaran en especies diferentes, incapa-
ces de cruzarse entre sí.
Se puede decir que durante este viaje se gestó en la mente de Darwin la teoría de su famoso libro.
Según él, todos los individuos de la misma especie son ligeramente diferentes. Las diferencias podrían ser míni-
mas, pero aquellos que estaban ligeramente mejor adaptados al medio ambiente tenderían a vivir un poco más y
a tener una mayor descendencia. De esta manera, tiene lugar una selección natural de entre todas las variedades
de individuos de la misma especie. Los recursos disponibles son escasos y el número de individuos muy grande
(hay mucha competencia por el alimento). Por lo tanto, sobreviven los individuos mejor adaptados al medio que
les rodea.
Una de las ideas más profundas de Darwin fue que la vida evoluciona porque es muy competitiva.
Darwin ya intuyó que la vida podía haber tenido un origen común (también intuyó, observando a los chimpan-
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LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES (Teoría de la evolución)
cés y a los gorilas, que el ser humano procedía de África), pero no tenía
conocimientos suficientes para explicar cómo aparecían y se transmi-
tían las variaciones. Gregor Mendel descubrió las grandes Leyes de la
herencia. Es decir, que los caracteres hereditarios se transmiten, de
padres a hijos, a través de los genes.
Los genetistas posteriores a Mendel averiguaron que los genes
son fragmentos de información genética, que se transmiten de padres a
hijos, y se encuentran en el núcleo de las células, concretamente en los
cromosomas, desvelando parte de los mecanismos que producían las
variaciones.
Los científicos descubrieron que los cromosomas estaban forma- El monje austríaco Gregor (de
dos por largas cadenas de ADN. Sólo con el descubrimiento de la molé- laico Johann) Mendel sentó las
bases de la Genética
cula de ADN, de su estructura, y de su función, quedó explicada con cla- experimentando con guisantes
ridad la manera en que se producían las variaciones. en el huerto de su convento
La duplicación del ADN es, globalmente, muy fiable (de hecho, la
estructura del ADN cambia más lentamente que el aspecto de los conti-
nentes), pero eso no evita que se produzcan errores. La radiación ultra-
violeta del Sol, los rayos X y rayos cósmicos provenientes del espacio,
el calor, la radiactividad natural del planeta y algunas sustancias quími-
cas, aumentan el número de errores. Estos errores (conocidos como
mutaciones) tienen lugar cada vez que se altera la molécula de ADN.
Hoy día se estima que la tasa de mutaciones es del orden de 1 entre
100.000. Es decir que, para un gen determinado, encontraremos una
mutación por cada 100.000 individuos, en cada generación.
Algunas mutaciones son poco importantes y pasan a los descen-
dientes sin producir ningún efecto visible. Otras mutaciones, son posi-
tivas (las menos) porque proporcionan alguna ventaja al individuo, que
aumenta sus probabilidades de supervivencia y la de sus descendien-
tes. Por tanto, esta mutación positiva sobrevive en las siguientes gene-
raciones.
Otras mutaciones (la mayoría) son negativas, porque disminuyen
las probabilidades de que el organismo y su prole sobrevivan. La selec-
ción natural hace que, generalmente, sólo se mantengan las mutacio-
nes positivas, ya que mejoran la adaptación del individuo al medio cir- Éstos son los 23 cromosomas del
hombre. Mediante técnicas
cundante que, a su vez, también experimenta cambios (sequías, inun- fotográficas sólo se pueden ver
daciones, aumentos y disminuciones de la temperatura y otros). algunas mutaciones. La mayoría
En la mayoría de los casos, las mutaciones suponen cambios muy de ellas sólo son visibles a nivel
molecular
pequeños. Pero, a lo largo de millones de años, estos cambios se van
acumulando y van aumentando notablemente las diferencias entre los
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LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES (Teoría de la evolución)
EL RITMO EVOLUTIVO
LOS FÓSILES
Stephen Jay Gould, uno de los mayores Una de las pruebas más irrefutables de la Teoría de la evolu-
expertos en la Teoría de la Evolución. Jay
sostiene que los cambios evolutivos no se ción se encuentra en los fósiles. De una manera general, las capas
producen a un ritmo constante, sino que lo más antiguas (que suelen estar a más profundidad) de la tierra
hace a saltos. Cada cierto tiempo, se contienen restos de seres más simples que las capas comparativa-
producen muchos cambios rápidos.
mente menos antiguas.
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LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES (Teoría de la evolución)
De esta manera, tras largos estudios y comparaciones, se ha podido seguir la evolución de muchas espe-
cies, como por ejemplo, la que ha sufrido el caballo a lo largo de millones de años, hasta adoptar su forma actual.
Uno de los casos más interesantes del estudio de los fósiles son los estados intermedios entre dos tipos de
seres vivos. Éste es el caso del Archaeopteryx, que tiene características de reptil y de ave al mismo tiempo. Estas
formas intermedias de vida apoyan la Teoría de la evolución.
LOS EMBRIONES
Otra prueba de la Teoría de la evolución la ha aportado el estudio de los embriones.
Los embriones de especies muy diferentes entre sí, como las aves, los peces y los mamíferos, presentan for-
mas parecidas en determinados momentos de su crecimiento. Los embriones siguen los pasos intermedios de su
especie durante su evolución.
ÓRGANOS “INÚTILES”
Existen órganos en los animales que no responden a ninguna función. Se cree que son los restos de etapas
anteriores de la evolución, como el apéndice del ser humano; o la forma de nuestras vértebras y venas de la
región caudal de la columna vertebral, que se supone que son restos de una antigua cola que desapareció en el
curso de nuestra evolución. Las ballenas muestran su origen terrestre porque aún conservan unos restos óseos de
cintura pélvica (de fémur y de tibia) de un tamaño muy reducido.
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LA EVOLUCIÓN DE LAS ESPECIES (Teoría de la evolución)
y una oscura). La variedad clara se protegía mejor de sus depredadores que la oscura por medio de técnicas de
camuflaje, y por eso era más numerosa que la variedad oscura. A principios del siglo XX, se comprobó que el
proceso de selección natural sigue actuando en nuestros días. Como consecuencia de la continua quema de car-
bón de las fábricas inglesas de la época, el aire de las zonas industriales estaba muy ennegrecido por el hollín. Un
smog muy oscuro teñía el cielo (la niebla londinense de los films sobre Jack el Destripador no era otra cosa que
la contaminación industrial de la época). En las zonas industriales, el hollín destruyó la capa de liquen de los
árboles y el tronco de los mismos se fue ennegreciendo. A partir de entonces, el color de la polilla clara era una
desventaja, porque la hacía más visible a los depredadores que la oscura. Se comprobó que el número de polillas
oscuras aumentó mucho, mientras que el número de polillas claras disminuyó tanto que resultaban difíciles de
encontrar. A mediados del siglo XX, el Parlamento británico aprobó unas leyes anticontaminantes. A partir de
entonces, la cantidad de hollín en el aire disminuyó notablemente, la corteza de los árboles fue recuperando la
cubierta de liquen claro y, poco a poco, la variedad de polillas claras fue aumentando, mientras que la variedad
oscura disminuía.
Se estima que la vida hizo su aparición hace entre 3.500 y 3.800 millones de años. Los primeros organismo
vivos eran seres unicelulares muy simples, como las bacterias, en las que el ADN se baña directamente en la sus-
tancia celular (citoplasma); a este tipo de células se las llama procariotas. Aquellos organismos primitivos
vivían en el mar, donde adoptaron diferentes estructuras con el fin de adaptarse a los diferentes ambientes en que
se encontraban.
Con el paso del tiempo, algunos seres, como las algas verdes, inventaron la fotosíntesis: aprendieron a uti-
lizar la luz solar para fabricar la materia orgánica que les serviría de alimento. Estas primeras plantas liberaban
ingentes cantidades de oxígeno libre. Éste ascendía a la atmósfera, y también se disolvía en el agua. De esta for-
ma, fue cambiando lentamente la composición de la atmósfera terrestre.
Con el tiempo, otros seres aprendieron a utilizar ese oxígeno que se encontraba disuelto en el agua. Estos
seres se alimentaban de plantas o de otros seres que comían plantas, y utilizaban el oxígeno para “quemar” el ali-
mento y así obtenían la energía necesaria para el funcionamiento de sus cuerpos.
Al cabo de unos 1.500 millones de años desde el origen de la vida, surgió un nuevo tipo de célula: la célula
eucariota. Estas células tienen un núcleo y dentro de él se encuentra el ADN, empaquetado en los cromosomas.
Este tipo de célula se formó, probablemente, por una especie de unión entre varios tipos de células procariotas
diferentes. Las células eucariotas inventaron los mecanismos de reproducción sexual, lo que multiplicó las posi-
bilidades de variación y, en consecuencia, aceleró formidablemente el ritmo de la evolución. Las células euca-
riotas son las que dieron origen, cientos de millones de años más tarde, a los organismos pluricelulares, y esto es
muy importante, porque el hombre es uno de esos organismos pluricelulares.
Hace unos 1.000 millones de años, aparecieron los primeros animales y plantas pluricelulares (eran algas
pluricelulares, medusas, esponjas, y gusanos planos, y todos tenían cuerpos blandos; por esta razón se han
encontrado pocos fósiles).
Hace unos 600 millones de años, los animales aprendieron a formar cáscaras duras para su protección. A
partir de entonces, el mundo vivo experimentó una diversificación muy rápida, en comparación con los 3.000
millones de años anteriores (a este fenómeno se le suele denominar Explosión del Cámbrico). De esta época son
los crustáceos, los erizos de mar y los trilobites, un tipo de artrópodo ya desaparecido.
Hace unos 540 millones aparecieron los primeros predadores (cazadores carnívoros). De esta época son
los primeros peces (parecidos a las lampreas actuales), que fueron los primeros vertebrados. Después se pro-
dujo la colonización de la tierra firme. Primero aparecieron las plantas terrestres y, posteriormente, unos seres
encontraron la forma de tomar el oxígeno de la atmósfera y llegaron a ocupar los más variados ambientes. Este
largo proceso, de muchos millones de años, ha dado lugar a la enorme variedad de especies animales y vegetales
que conocemos hoy, y que pueblan la práctica totalidad de la Tierra.
Entre la gran variedad de formas posibles, la Naturaleza ha ido seleccionando las que estaban mejor adap-
tadas a los cambios que continuamente se han producido en sus respectivos medios.
Desde el primer ser vivo que surgió sobre la Tierra (nuestro antepasado más antiguo) hasta los seres que
vivimos en la actualidad, se han sucedido, probablemente, 100.000 millones de generaciones. Resulta asombro-
so que a lo largo de tanto tiempo –3.800 millones de años– continúe conservándose inalterado, en nuestro ADN,
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