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Altar

Un altar (del latín altare, de altus, "elevación") es una estructura


consagrada al culto religioso, sobre el cual se hacen ofrendas o
sacrificios. En algunas civilizaciones antiguas, para designar un altar
de piedra, se utilizaba el término ara (plural, aras), que también es
común en la francmasonería para denominar el sitio central en el que
se coloca el libro sagrado o el libro de la ley. La más conocida de ellas
es el Ara Pacis de la Roma Imperial.

Índice Altar en la Catedral de Lund, en


Suecia.
El altar en la historia
En la Antigüedad
Grecia y Roma antiguas
Inicios del cristianismo
Siglos IV-XII, d.C.
Francmasonería
Altares católicos
Tipos de altares en la antigua Roma
Constantino
Edad Media
Altar mayor
Véase también
Referencias
Enlaces externos

El altar en la historia

En la Antigüedad

En la Antigüedad un altar era un lugar elevado o alto (en su origen, un simple montículo de tierra o de piedra)
o bien una tabla colocada sobre unas gradas, en el que se depositaban ofrendas o se celebraban sacrificios a la
divinidad.

Grecia y Roma antiguas

En el mundo clásico greco-romano los altares o aras se usaban para sacrificios de sangre, ofrendas sin sangre y
libaciones con vino. Existían altares públicos (en templos, plazas, campamentos militares) y altares privados o
domésticos (elemento de la casa ante el cual la familia efectuaba sus devociones). También eran frecuentes las
aras votivas, dedicadas a algún dios en consideración por un beneficio recibido.
Inicios del cristianismo

En los comienzos del rito cristiano se utilizaban mesas de madera más


o menos trabajada que se podían desplazar para los oficios (los
primeros lugares de culto no eran, necesariamente, lugares específicos
dedicados al mismo). Estas mesas eran también llamadas altares. Vea
Hebreos 13.10. La razón teológica es importante, porque para la
iglesia primitiva la Santa Cena fue una conmemoración, y una
repetición, del sacrificio de Cristo, quien fue ofrecido "una vez para
siempre". (Véanse Lucas 22:19; Hebreos 7:27; 9:12 y 26; 10:10-12.)
[cita requerida]

Siglos IV-XII, d.C.

Fue a partir del siglo IV cuando los altares empezaron a colocarse en


el ábside del templo. Más tarde, hacia el siglo XII, el altar permanecía
inamovible, y para su confección se usaba tanto la piedra como el
mármol u otros materiales nobles. Generalmente, el altar cubría un
sepulcro sellado que contenía las reliquias de los mártires.
[cita requerida]

Los altares tenían que tener siempre, en el lugar en el que se


guardaban la hostia o el cáliz, una piedra de consagración (el ara), que Ara votiva dedicada a Silvano, siglo
habitualmente se colocaba en el centro del altar cristiano, I.
generalmente embutida en su tablero, para la celebración de la
Eucaristía.[cita requerida]

Los altares mayores están decorados, generalmente, con retablos más


o menos elaborados, que adquirieron su mayor relevancia durante la
época del arte gótico.

En los primeros siglos, el altar se situaba en el centro del presbiterio, y


el oficiante estaba de cara a los fieles; servía (sirve) para disponer,
sobre él, los objetos rituales y de culto y para dar mayor relevancia al
oficiante (habitualmente un sacerdote), de manera que quedara
separado del resto de los asistentes al oficio y subrayar su contacto
El Ara Pacis, del emperador Augusto
más directo con la divinidad.

En la religión cristiana, por ejemplo, se compone habitualmente de


una mesa donde el sacerdote ora, además de una serie de elementos simbólicos como, por ejemplo, una cruz
latina (con o sin la figura de Jesucristo) o una vela, que representaban el principio y el fin con las letras alfa y
omega.

Francmasonería

Un altar se puede dedicar a un dios, un santo o personaje relevante de una creencia o de una persona o de una
organización (por ejemplo, en una logia de la francmasonería puede aludir al Gran Arquitecto del Universo o
Al Triunfo de la Verdad y el Progreso del Género Humano).1

Altares católicos
La Iglesia católica los adoptó desde su origen para la celebración de la
misa pero hasta el siglo III debió servirse de mesas comunes de
madera (aunque no exclusivamente), según afirman los historiadores y
se infiere de las dos que se dicen fueron utilizadas por San Pedro en
Roma. Llegado dicho siglo, si no antes y sin abandonar del todo los
usos originales, se constituyó el altar con el sepulcro de algún mártir,
colocando encima de él una gran lápida a modo de mesa.

Altar de iglesia
Tipos de altares en la antigua Roma

En las catacumbas de Roma se hallan indicios de cuatro formas de


altares:

los portátiles o movibles, a modo de trípode o de mesa,


los fijos y aislados, que se componen de una lápida sobre
un pie derecho en medio de un cubículum,
los adosados a modo de sarcófago aplicado a un muro,
los arcosolios o sepulcros de mártires insignes cuya tapa
servía de mesa, bajo un arco o bovedilla en un nicho
Altar en la calle
decorado.

Constantino

Desde la paz constantiniana, se construyeron altares de mayores dimensiones que los movibles y adosados,
dándoles la forma de mesa rectangular sostenida por una columna central o por cuatro en los extremos y
colocándolos en medio del ábside o presbiterio de las basílicas, siempre sobre algún sepulcro de mártir, hasta
que en el siglo VII empezó a encerrarse en ellos sólo algunas reliquias de diferentes mártires, como hoy es
costumbre. Con alguna frecuencia se aprovechaban las mismas aras que pertenecieron a los gentiles,
poniéndolas como sostén de los altares cristianos, según lo demuestran algunos ejemplares que hoy existen.

Edad Media

Durante la Edad Media siguió el altar con las mismas formas descritas ya prismática, ya imitando un sepulcro,
ya de mesa con una o más columnitas y casi siempre labrados en piedra, por lo menos, desde el siglo IV.
Desde el siguiente, se hicieron raras las criptas debajo del altar y entonces se colocaban reliquias en una
pequeña cavidad abierta en el soporte central de la mesa o en esta misma, envolviéndolas antes en un lienzo
fino y encerrándolas en una botellita de vidrio o cajita de madera, sellada por el obispo consagrante del altar.

Altar mayor

La liturgia católica permite celebrar misas en cada una de las capillas de una iglesia, cada una con su propio
altar, por lo que el principal recibe el nombre de altar mayor.

El altar mayor de cada iglesia continuó situado en el ábside principal o cabecera y en posición aislada. Sin
embargo, al adoptarse los retablos en la época románica y, sobre todo, al tomar estos gran desarrollo en los
siglos XIV y siguientes, se tuvo que adosar el altar en la mayoría de las iglesias, dejando de estar accesible por
todos los lados.2
Véase también
Altar casero
Adoratorio
Credencia

Referencias
1. Daza, J. C. (1997).
Diccionario de la
francmasonería. Madrid:
Akal. ISBN 84-460-0738-
X
2. Arqueología y bellas
artes, de 1922, de
Altar mayor de la iglesia del Francisco Naval y Ayerbe. Altar mayor de San Pedro de Roma,
convento de Santa María da en posición central y bajo el
Caridade, Sardoal. Baldaquino de Bernini.
Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre Altar.

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