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1. m. Pasión del ánimo, que hace huir o rehusar aquello que se considera
dañoso, arriesgado o peligroso.
2. m. Presunción o sospecha.
(heb., yir’ah; gr., phobos). Esta palabra tiene dos significados principales:
Varios vocablos hebreos se traducen como t., pero el sentido varía según el
contexto. Se puede referir al miedo (“... vosotros tuvisteis t. del fuego” [Gen
50:17-21).
el NT, la palabra es phobos, que se usa tanto para señalar el miedo (“Los
discípulos, viéndole andar sobre el mar ... dieron voces de miedo” [2Co 7:1).
(heb., yir’ah; gr., phobos). Esta palabra tiene dos significados principales:
( 1 ) Aquella aprehensión del mal que normal mente conduce a la huida o la
lucha y
La Biblia muestra que hay un temor propio y otro impropio. Por ejemplo, el
temor puede ser saludable y hacer que la persona proceda con la debida
cautela frente al peligro y de este modo evite la calamidad; o puede ser
mórbido y acabar con la esperanza, lo que debilita la resistencia emocional y
puede llegar al extremo de ocasionar la muerte. El temor de Dios es saludable;
consiste en un sentimiento de profunda reverencia hacia el Creador, y es un
temor sano de desagradarle por el aprecio que se tiene a su amor leal y
bondad, y debido también al reconocimiento de que es el Juez Supremo y el
Todopoderoso, Aquel que puede castigar o destruir a los que le desobedecen.
(Véase PAVOR.)
El temor de Jehová Dios es esencial para los que quieren servirle. Este temor
de Jehová, profundo y reverencial, es “el principio de la sabiduría” (Sl 111:10),
“el comienzo de la sabiduría”. (Pr 9:10.) No es un temor mórbido que denigra:
“El temor de Jehová es puro”. (Sl 19:9.) Se define así en Proverbios 8:13: “El
temor de Jehová significa odiar lo malo”. Impide que se siga un mal proceder,
porque “en el temor de Jehová uno se aparta de lo malo”. (Pr 16:6.)
Jesús predijo que un clima de temor cubriría la Tierra durante “la conclusión
del sistema de cosas”. Dijo que habría “escenas espantosas” y que ‘los
hombres desmayarían por el temor y la expectación de las cosas que vinieran
sobre la tierra habitada’. (Lu 21:11, 26.) Aunque la gente en general se vería
afectada por esta situación, los siervos de Dios deberían seguir el principio
expresado en Isaías 8:12: “No deben temer el objeto de su temor”. El apóstol
Pablo explica: “Porque Dios no nos dio un espíritu de cobardía, sino de poder y
de amor y de buen juicio”. (2Ti 1:7.)
Términos afines. Los verbos hebreos ya·ré´ (Le 19:30; 26:2) y `a·ráts (Sl 89:7;
Isa 29:23; 47:12) pueden comunicar la idea de temor respetuoso. El verbo
`a·ráts a menudo significa temblar, temer o hacer temblar. (Isa 8:12; Sl 10:18.)
Solo a Jehová se le debe tener ese temor respetuoso que impulsa a adorar. (Sl
89:7; Isa 29:23.) Se anima a los cristianos a que rindan a Dios “servicio
sagrado de manera acepta, con temor piadoso y reverencia [forma del gr.
dé·os]”. (Heb 12:28.) Los siervos de Dios demuestran este temor al esforzarse
encarecidamente por agradarle, reconociendo que Él pedirá cuentas y juzgará
a todos imparcialmente. (1Pe 1:17; Rev 14:7.)
Debido a cómo se valió Jehová de Moisés y cómo trató con él, este infundía
imponente respeto (heb. moh·rá´) a los ojos del pueblo de Dios. (Dt 34:10, 12;
Éx 19:9.) Los que tenían fe temían respetuosamente la autoridad de Moisés.
Se daban cuenta de que Dios hablaba por medio de él. Los israelitas también
debían tener un temor respetuoso al santuario de Jehová. (Le 19:30; 26:2.)
Esto significa que habían de respetar el santuario al llevar a cabo la adoración
como Jehová había mandado y al comportarse en armonía con todos sus
mandamientos.