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AL FINAL, ¿CUÁNDO MURIÓ JESUCRISTO? ¿MIÉRCOLES O VIERNES?

Pascua es un término hebraico “que significa pasaje (el ángel de la muerte ‘pasó’ sobre las casas de los israelitas”).
“Los judíos computaban el tiempo por el sistema inclusivo. El día inicial era el ‘primer’ día, aún cuando sólo quedasen algunas
horas; el día inmediato era el ‘segundo’; y las primeras horas del día que venía en seguida ya eran consideradas del ‘tercer día’”.
Hay un grupo religioso que defiende con mucha determinación la idea de que Jesús murió el miércoles y resucitó el Sábado. Para
eso, se apoya en un único verso existente en la Escritura. Este:
Mateo 12:40 = “Pues, como Jonás estuvo tres días y tres noches en el vientre de la ballena, así estará el Hijo del Hombre tres días y
tres noches en el seno de la tierra”.
Los miembros de esta iglesia entienden que Jesús tendría que pasar, muerto, setenta y dos horas, sin un segundo a menos o a más, lo
que es tarea difícil de probar. Interesante que, si por un lado hay apenas un único texto que informa “tres días y tres noches”, por
otro existen siete que, tratando del mismo acontecimiento (muerte del Señor), cristalinamente consignan tres días. Son estos:

Mateo 26:61 = “... derribar el templo de Dios y reedificarlo en tres días”.


Mateo 27:40 = “... y en tres días lo reedificas...”
Mateo 27:63 = “... después de tres días resucitaré”
Marcos 8:31 = “... que después de tres días resucitaría”
Marcos 14:58 = “... y en tres días edificaré”
Marcos 15:29 = “... derribas el templo, y en tres días lo reedifica”
Juan 2:19 = “... derribaré este templo, y en tres días Lo levantaré”
Observe que son siete contra uno, y el mismo Mateo relata otras tres veces apenas tres días. Ahora, si una vez informa “tres días y
tres noches” y si tres veces menciona “tres días”, es evidente que más peso deberá tener la referencia repetida por el mismo
evangelista, ¿no cree? Eso indica que la expresión “tres días y tres noches” fue una expresión casual, no absoluta. ¿Ya pensó por qué
los demás evangelistas no repitieron la misma expresión? ¿Y siendo aún sinópticos?
Los diez pasajes siguientes mencionan que Jesús iría a resucitar en el tercer día, contado de Su muerte, sin importarse con los
minutos o segundos: Luc. 9:22; Mat. 17:23; Luc. 18:33; Mat. 20:19; Mar. 9:31; Luc. 13:32; Mar. 10:34; Luc. 24:7 y 46; Mat. 16:21.
¿Los comprobó?
IMPORTANTE – La muerte de Jesús ese viernes no fue accidental ni casual, sino profética, por estas dos razones fundamentales y
bíblicas:
1ª – Todas las profecías del Antiguo Testamento que apuntaban para Jesús y Su obra de redención necesitaban tener un
cumplimiento literal, para que quedase que caracterizado que Él es el Mesías. Una de ellas evidencia Su resurrección en el primer
día de la semana. Era la fiesta de las primicias. El sacerdote, en este ritual, movía la gavilla delante de Dios “al siguiente día del
Sábado” (Lev. 23:10 y 11). Así, Cristo tendría que resucitar en este día, para cumplir esta profecía y ser “las primicias de los que
duermen” (1 Cor. 15:20 y 23).
2ª – Jesús Cristo necesitaba pasar el Sábado de la redención descansando de Su obra redentora, como lo hiciera en el Sábado de la
creación, para confirmarlo eternamente como el día de reposo para todos los cristianos. Por eso es que Jesús no podría morir ni un
lunes, martes, miércoles o domingo.
PRUEBAS ESCRITURÍSTICAS DE LA MUERTE DEL SEÑOR EL VIERNES, CONFORME EL EVANGELISTA
MARCOS – (Marcos 15:1-4)
Estos versos narran los últimos acontecimientos en la vida de Jesús. Fue Él crucificado a la hora tercera (9:00h – v. 25) y murió a la
hora novena (15:00h – v. 34).
Verso 42 = “Y, llegada la tarde, ... el día de la preparación, esto es, víspera del Sábado”.
Se nota claramente por esta escritura que Jesús murió el viernes, y Lucas, el médico gentil, lo define cristalinamente, identificando el
viernes (día de la preparación) como el día que antecede al Sábado semanal. Dice él:
Lucas 23:54 = “Y era el día de la preparación, y amanecía el Sábado”.
Colocándolo en palabras simples: el viernes es el día de la preparación, víspera del Sábado. La propia palabra “preparación” quiere
decir viernes (parasceve).
Pues bien, en este viernes fatídico, José de Arimatéa, uno de los ricos príncipes de Israel, fue a pedir el cuerpo de Jesús a Pilatos,
para sepultarlo. Mar. 15:43.
CONSIDERE:
• ¿No es extraño que, si Jesús hubiese realmente muerto el miércoles, José sólo haya ido a pedir el cuerpo del Maestro dos días
después?
• ¿No estaría este cuerpo descompuesto, ya que sus carnes estaban heridas bajo el pesado cuerpo en la cruz?
• ¿No habría sido una deshumanidad dejar el cuerpo del Señor expuesto a la intemperie y desaliento durante 48 horas?
• ¿Cuál sería la finalidad de dejar a Jesús dos días colgando del madero?
Preste atención ahora para la reacción de Pilatos al solicitar el cuerpo del Señor:
Verso 44 = “Y Pilatos se maravilló de que ya estuviese muerto...”
¿Por qué Pilatos se sorprendió de que Jesús ya hubiese muerto en aquel viernes? – Lógico, su admiración se debía al hecho de que
hacía algunas horas apenas Jesús había sido crucificado, y los supliciados duraban en la cruz a veces de 2 a 7 días – vivos – pero

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Jesús, pobrecito, aún cuando era fuerte, después de haber pasado por la agonía del Getsemaní, padecido azotes, murió de
dilaceramiento del corazón, por causa de los pecados del mundo. Por eso Jesús no duró mucho tiempo vivo (apenas de las 9 a las
15:00 hrs.), razón por la cual motivó la admiración del Gobernador.
Pilatos jamás se habría “maravillado” de la muerte de Jesús, caso ella hubiese ocurrido el miércoles y José sólo hubiese pedido Su
cuerpo el viernes; habrían transcurrido dos días, lo que era perfectamente normal. Pilatos, sin embargo, para tener absoluta certeza
de que Jesús había muerto, se certificó con su jefe de la guardia, y después liberó el cuerpo (v. 45).
No hay por consiguiente ninguna razón plausible, para negar que el Señor haya muerto el viernes. La tangente por donde salen los
que no aceptan esta verdad cristalina es afirmar que este día de la preparación mencionado por los evangelistas no antecedió al
Sábado del séptimo día de la semana, sino al sábado ceremonial que fue la “pascua que se dio el jueves”, de la última semana de
vida del Señor, antes de Su muerte (Véase Doctrinal, págs. 151 y 152 – Iglesia Adventista de la Promesa). ¿Será que fue así? – ¡No!
La Biblia aclara.
Marcos 16:1 = “y, pasado el Sábado, María Magdalena, y María, madre de Santiago y Salomé, compraron aromas para ir a ungirlo”.
Si Jesús hubiese muerto el jueves, habría una tremenda contradicción en la secuencia evangelística, pues dice el verso 2:
Marcos 16:2 = “Y, en el primer día de la semana, fueron al sepulcro, temprano, al nacer el Sol”.
Otra vez está claramente identificado que se trata del Sábado del séptimo día de la semana, el día que viene después del viernes,
pues afirma Marcos: “...pasado el Sábado (v. 1), surgió el primer día de la semana (v. 2)”.
Aplicada esta escritura a la creencia de que la pascua se dio el jueves, llegaremos al siguiente panorama:
MIÉRCOLES • Día de la muerte del Señor.
• Día de la preparación (?!)
JUEVES • Día de la pascua (¡¿sábado ceremonial?!)
VIERNES • Este día tendrá que ser transformado en el primer día de la semana, pues dicen los evangelistas que aquella tarde
del día de la muerte de Jesús era el día de la preparación – víspera del Sábado (Mar. 15:42; Luc. 23:54; Mat. 27:57; Juan 19:42). Y,
pasado el Sábado – surgió – el primer día de la semana – domingo (Mar. 16:1 y 2; Luc. 24:1; Mat. 28:1; Juan 20:1).
EVIDENTE: En el lenguaje de los hermanos de la Iglesia Adventista de la Promesa, si el jueves fue la pascua (sábado ceremonial),
el miércoles tendría que ser la preparación, y el viernes ... (??!!) Esto prueba que Jesús no murió el miércoles.
Finalizando esta maratón en el evangelio de Marcos, él finaliza con esta joya de verdad:
Marcos 16:9 = “Y Jesús, habiendo resucitado en la mañana del primer día de la semana, apareció primeramente a María Magdalena,
de la cual había expulsado siete demonios”.
Este texto tremendamente claro en la definición del día de la resurrección del Señor, fue alterado por los hermanos promesistas que
colocan la coma después de la palabra resucitado. (“Y Jesús habiendo resucitado, en la mañana del primer día de la semana apareció
primeramente a María Magdalena ...”).
Se desfigura así la Escritura para sustentar una doctrina que no tiene fundamento sólido, ni apoyo bíblico, porque está firmada
apenas sobre un texto aislado.
SEGÚN EL TESTIMONIO DE LUCAS –– (Lucas 23:33-49)
Nuevamente son narrados los últimos acontecimientos de la vida del Maestro. Después de muerto, Jesús fue retirado de la cruz (v.
53); “Y era el día de la preparación (viernes) y amanecía el Sábado.” (v. 54). Lucas define cristalinamente que el día que antecede al
Sábado es el viernes (día de la preparación), “conforme el mandamiento” (v. 56). ¡Vea cómo es claro! ¿Qué mandamiento? –
¡Moral, y no ceremonial!
Jesús murió y fue retirado de la cruz el viernes. Fue colocado en el sepulcro también en ese día (v. 55), después los discípulos
prepararon los ingredientes para el embalsamamiento del cuerpo y descansaron en el Sábado (v.56). En el primer día de la semana
bien temprano, fueron las discípulas al sepulcro (Luc. 24:1). Dos ángeles aparecieron y les recordaron las palabras de Jesús que
resucitaría al tercer día (Luc. 24:7).
Otros dos discípulos, en este mismo PRIMER DÍA de la semana (Luc. 24:13), se dirigían para Emaús, y, en el trayecto,
desconsolados, se acordaron de los acontecimientos del viernes recién pasado, cuando el propio Jesús se les aparece (Luc. 24:15) y
los interpela sin que ellos Lo reconozcan (Luc. 24:16-17). Entonces los discípulos le relatan al viajante (Jesús) los acontecimientos
del Calvario (Luc. 24:19-20), finalizando con esta aclaradora declaración:
Lucas 24:21 = “Y nosotros esperábamos que fuese Él el que redimiese a Israel; pero ahora, sobre todo eso, ya es HOY el tercer día
desde que esas cosas sucedieron”.

OBSERVE:
DOMINGO – 3º Día (“ ... que esas cosas sucedieron ...”)
SÁBADO – 2º Día
VIERNES – 1º Día – Muerte de Jesús

Jesús, entonces, identificándose los confortó con palabras mesiánicas y proféticas (Luc. 24:31-49). Para aclarar las dudas, vamos a
destacar este verso:
Lucas 24:46 = “... convenía que Cristo padeciese, y al tercer día (domingo - primer día de la semana) resucitase de los muertos”.
Vea, tercer día, y no “tres días y tres noches”. ¡Todo claro! ¡Todo cierto! Ahora, imagine, si hubiese muerto Jesús el miércoles, el
cuadro sería este:

CORRECTO ERRADO
2
DOMINGO 3º Día 4º Día
SÁBADO 2º Día 3º Día
VIERNES 1º Día 2º Día
JUEVES ? 1º Día
MIÉRCOLES ? ?

Si Jesús hubiese resucitado el Sábado, el discípulo habría errado al decir: “Es ya hoy el tercer día...”, pues en realidad sería entonces
– el domingo – el 4º día, y no el 3º, “desde que esas cosas (suplicio del Salvador) sucedieron”, y peor aún, para ser verídica esta
hipótesis, el Señor tendría que haber muerto el jueves (?!).

SEGÚN EL TESTIMONIO DE MATEO — (Mateo 27:32-56)


Estos versos narran las escenas finales de la crucifixión.
Murió Jesús a la hora novena (15:00 horas, v. 45,46,50). Era viernes. Y luego después de Su muerte, antes que el Sol se pusiese,
José fue a pedir el cuerpo a Pilatos para sepultarlo en su tumba (v. 57-58). Ahora el aclaramiento cristalino:
Verso 62 = “Y al día siguiente, que es el día después de la preparación, se reunieron los príncipes de los sacerdotes y los fariseos en
casa de Pilatos”.
MIRE BIEN:
• “Día siguiente” – (Sábado, pues el óbito se dio el viernes).
• “Que es el día después de la preparación” – (Sábado, es el único día que viene luego después del viernes, que siempre fue y
será el día de preparación bíblico).

Mateo se sirve de una circunlocución (rodeo de palabras) para dejar bien claro y patente que Jesús murió el viernes. Después de
muerto, los ánimos no se serenaron. Los sacerdotes se reunieron el Sábado con el Gobernador, recelosos de la resurrección de Cristo
(v. 63-64) que se daría, sin dudas, conforme la profecía, en el tercer día (domingo), lo que ocurrió de hecho. Mateo 28:1.
NO SE OLVIDE: El viernes, hasta hoy, es conocido bíblicamente como el día de la preparación para el santo Sábado del séptimo
día de la semana.
RESUMEN
VIERNES • Muere Jesús Cristo a las 15:00 horas.
SÁBADO • Jesús descansa en el sepulcro, de Su obra de redención.
• Sacerdotes traman boicotear Su resurrección.
DOMINGO • Resurrección. Victoria.
Como usted puede comprobar, y con claridad: Tres días del calendario. Profecía cumplida. ¡Aleluya!
SEGÚN EL TESTIMONIO DE JUAN — (Juan 19:17-42)
Este evangelista, en forma clara e incisiva, establece el día de la muerte de Jesús el viernes, como también identifica que la pascua
fue el Sábado, en aquella última semana del ministerio de Jesús. Vamos a leer:
Juan 19:14 = “Y era la preparación de la pascua, y casi a la hora sexta (*); y dijo a los judíos: He aquí vuestro Rey”.
Ahora, si los acontecimientos que culminaron con la muerte de Jesús fueron el viernes, y Su óbito se dio también el viernes, y este
día era la preparación de la pascua, lógicamente la pascua se dio el Sábado del séptimo día de la semana. Sino, vea lo que dice Juan
19:
Versos 17-27 = narran las escenas de la crucifixión;
Verso 30 = focaliza la muerte de Jesús;
Y el verso 31 dice:
“Los judíos, pues, para que el Sábado no quedasen los cuerpos en la cruz, ya que era la preparación (pues era GRANDE aquel día de
Sábado), le rogaron a Pilatos que se les quebrasen las piernas, y fuesen sacados”.
Claridad mayor no puede haber. ¿Por qué era “GRANDE” aquel Sábado, después de la muerte del Señor, a punto de llamar la
atención del evangelista en su registro?
– Porque en esta semana, la de la muerte de Cristo, la pascua coincidió que cayó en el Sábado del séptimo día de la semana, y no el
jueves. Así, el Sábado ceremonial ocurrió en un Sábado moral.
El cordero de la pascua era muerto en el día 14 y comido en el día 15 de Nisan (Éxo. 12: 6-10). El cordero pascual fue muerto el
viernes (día 14), y comido el Sábado (día 15), de la última semana ministerial de Jesús. Por eso Jesús jamás podría morir en otro día
que no fuese el viernes.
Juan 19:42 = “Allí pues (por causa de la preparación de los judíos, y por estar cerca aquel sepulcro), pusieron a Jesús”.
– ¿Por causa de qué? – ¡DE LA PREPARACIÓN!
Ahora, ahí está más que claro – VIERNES – es el día de preparación de los judíos hasta el día de hoy. Este vocablo – preparación –
identifica SIEMPRE el día siguiente que es el Sábado moral y nunca ceremonial.
(*) Equivalente a 12:00 hrs. del sistema palestino de contar el tiempo. Juan fue el único de los evangelistas que empleó el sistema
romano de contar el tiempo, pues escribió en su evangelio, “en la última década del primer siglo, cuando las costumbres de los
conquistadores (romanos) se imponían en las áreas conquistadas”.
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Recapitulando. Los evangelistas confirman:
• ¡Jesús tendría que morir! ¡Y murió!
• ¡Tendría que resucitar al tercer día! ¡Y resucitó!
Jesús entonces murió el viernes. ¿Por qué negarlo?
Por eso, las 72 horas completas, sin un minuto más o menos, es una exigencia que no debe prosperar, porque no tiene respaldo en los
evangelios, y es apenas, un texto aislado.
Esta expresión “tres días y tres noches”, tenía para los orientales, especialmente de los tiempos de Jesús, un significado diferente que
para los occidentales. Específicamente los palestinos usaban el “contaje inclusivo” para contar el tiempo, y, este “incluía el día (o el
año) inicial, así como el día (o el año) final; sin considerar cuán pequeña, fuese la fracción del día iniciante o el que lo terminase” –
Atalaya, 04/81, pág. 11.
EJEMPLO: un niño nacido en el día 15 de diciembre de 1995, al llegar el día 31 de diciembre de 1995, para los judíos tendría un
año y no quince días; y a partir del día 1º de enero, ya contaba con dos años.
“La manera de contar el tiempo empleada en la Biblia es llamada contaje inclusiva, que considera tanto la primera como la última
unidad de tiempo incluidos en el período. Este sistema era también usado por otras naciones, como se puede ver a través de
documentos. Una inscripción egipcia que registra la muerte de una sacerdotisa en el cuarto día del 12º mes, relata que el sucesor
llegó en el 15º día, cuando se habían pasado 12 días. Es evidente que, por nuestra manera de contar, diríamos que los doce días,
pasados a partir del 4º día, llegarían a la fecha de 16”. – The Seventh-Day Adventist Bible Commentary, Vol. II, pág. 136. Énfasis
míos.
Arnaldo B. Christianini, en su libro “El Ídolo del Miércoles”, presenta una enormidad de ejemplos de contaje inclusiva en la Biblia.
Extraeremos de allí, apenas dos, para aclarar al hermano lo que es contaje inclusiva. Están en las páginas 17 y 21.
“El bebé israelita era circuncidado cuando tuviese ‘ocho días’ de edad, según leemos en Génesis 17:12. Sin embargo, la circuncisión
ocurriría ‘en el octavo día’ (Lev. 12:3), o mejor ‘al octavo día’ (Luc. 1: 59). Es evidente, es indesmentible, que el octavo día se
incluía en el contaje. El octavo día era parte integrante del período de ocho días, simplemente porque el contaje bíblico es inclusivo,
y no occidental, como lo usamos hoy.
“En la descripción del episodio de la enfermedad, muerte y resurrección de Lázaro, tenemos más una prueba de contaje inclusiva y
para eso basta un simple cotejo de versículos:
“Juan 10:40; 11:3 – Jesús estaba en Betania... aldea de Marta y María...Esas mujeres le enviaron un emisario para avisarle a
Jesús de la enfermedad de Lázaro. El emisario gastó un día para ir allá, y en esa ocasión Lázaro ya había muerto.
“Juan 11:6 – Jesús deliberadamente decide demorarse allí dos días más.
“Juan 11:7 – Decidió Jesús volver a Judéa, y en eso gastó un día de viaje, completando cuatro días, y llegó en el cuarto día.
“Ahora lo más importante. En Juan 11:39 leemos la expresión de María: ‘Es ya de cuatro días.’ Sin embargo, en el original griego
está: “ya es del cuarto día”.
“Es conclusiva la expresión ‘es ya del cuarto día’. Tan lógica que el propio Taylor, así la tradujo y comentó:
‘Es cadáver de cuatro días. El ‘del cuarto día’. El viaje de quien trajo el recado sobre la enfermedad de Lázaro llevó un día. La
vuelta de Jesús gastó otro día. El Maestro se demoró dos días antes de partir’.
“Resumiendo: en el ‘cuarto día’ Jesús constató que Lázaro falleciera hacía ‘cuatro días’ (v. 17). Era el contaje inclusivo, en uso en el
Oriente. Necesariamente el cuarto día estaba incluido en el período”. Énfasis míos.
Retirada pues la dificultad para entender el contaje de tiempo bíblico, nos resta ver patentada la armonía de los evangelios, que
confirma con claridad absoluta la muerte de Jesús el viernes y Su resurrección el domingo, satisfaciendo plenamente lo que dicen las
Escrituras.
VIERNES – Muerte de Jesús – (pasó parte de ese día en la sepultura).
SÁBADO – Descansó – (pasó todo ese día en la sepultura).
DOMINGO – Resucitó – (pasó parte de ese día en la sepultura).
Tres Días – (Mar. 8:31; 14:58. Mat. 26:61; 27:40, 63. Juan 2:19. Mar. 15:29). ¡Claro, clarísimo! Tres días del calendario.
Vale resaltar aquí la perpetuidad y santidad del Sábado, pues en ese día, sí, Jesús pasó sus veinte y cuatro horas con todos sus
minutos y segundos descansando de Su obra redentora.
El “contaje inclusivo”, que fue el contaje de tiempo de los días de Jesús, como vimos, indicaba que dos días pueden ser un día y
medio, o un día y parte de otro, etc. Por eso nadie debe exigir que los “tres días y tres noches” mencionados por Mateo deban ser
rigurosamente setenta y dos horas exactas.
Mi hermano, mi querida hermana, no haga de la señal de Jonás, un “caballo de batalla”, que le robe la capacidad de distinguir las
cosas simples de Dios. La señal de Jonás debe ser aplicada honestamente, como una representación de la muerte de Jesús, en sus
fases maravillosas (Creación y Redención), pues los evangelistas así lo creían y la describieron, pero no se perdieron en minucias de
minutos y segundos. Dicen ellos:
Lucas 11:30 – Jonás fue señal para los ninivitas.
Mateo 16:4 – Jonás sería señal para la generación de Jesús.
Mateo 12:39 – No sería dada otra señal, sino la de Jonás.

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Mi amado, la señal de Jonás no son los minutos y segundos, y sí el acontecimiento, porque realmente la experiencia de este profeta
fue cercada por acontecimientos fantásticos del poder y de la misericordia de Dios. Así como le Dios ordenó al gran pez para que lo
lanzara a tierra, le ordenó a la sepultura devolver a la vida al donador de ella. Jesús y Jonás descendieron al “infierno”. Ambos
escaparon de él victoriosamente.
“Así como Jonás escapara de la muerte para predicar a los ninivitas el mensaje de arrepentimiento y salvación, del mismo modo
Cristo, a través de Su resurrección, llevaría a todos los que Lo aceptasen la salvación” – Atalaya, 04/81, pág. 10.
En esto aquí se debe dar la debida atención como la gran señal de Jonás, y no a los minutitos que nadie puede probar fueron
observados rigurosamente en el seno de la tierra. Acuérdense, que pedir una señal era una costumbre judía. 1 Cor. 1:22.
DETALLES
Otra interesante señal de Jonás, está en los cuatro capítulos del libro que lleva su nombre. En el primer capítulo Jonás – corrió lejos
de Dios. En el segundo Jonás – corrió hacia Dios. En el tercero Jonás – corrió con Dios. En el cuarto Jonás – corrió adelante de
Dios.
Mi querido hermano, preciosa hermana, si usted toma al pie de la letra este texto aislado de los “tres días y tres noches”, deberá
hacerlo también para otros textos aislados de la Escritura, como por ejemplo: Marcos 9:43. Lea.
• Usted cree en la literalidad de este texto?
• Usted cree que los pecadores quedarán eternamente quemándose?
• Y el gran pez, puede engullir un hombre?
Por favor, eviten correr adelante de Dios, porque contaje, cálculo o cómputo inclusivo, indica que:
• Cualquier fracción de un día era contada como un día completo.
• Cualquier fracción de un año era contada como un año completo.
En el Japón, hasta el fin de la segunda guerra mundial, se empleaba este método. Este es el método del ejemplo del niño nacido el 15
de diciembre, ¿se acuerda? Que el Todo Poderoso Dios lo bendiga ricamente. ¡Gloria a Dios!
Muchos hoy están recorriendo el mismo camino de desobediencia, contornando la voluntad de Dios, con el deseo de hacer
prevalecer su propia voluntad.
Dios le ordenó al hombre que trabaje seis días y descansase en el séptimo (Sábado). El hombre, sin embargo, está descansando en
el primer día (domingo), antes de trabajar los seis. – Todo está cambiado.
¿Es justo eso? ¿Será que Dios se conformará con tal actitud? ¡Cuidado!
Dios no dijo: Acuérdate de un Sábado, ni de un día Sábado. Él lo definió claramente para usted (Éxo. 20:8-11).
“El Sábado tiene su origen en la creación. Génesis 2:1-3”. – Pastor Carlo Johansson (teólogo Asambleano), Síntesis Bíblica del
Antiguo Testamento, pág. 48.
“El Gran Arquitecto del Universo completó en seis días Su obra de la creación, y descansó en el séptimo día... En el séptimo día
Él descansó, dándole al hombre el ejemplo, trabajando en seis días y descansando en el séptimo”. – Pastor Myer Pearlman (teólogo
Asambleano), A Través de la Biblia, págs. 14 y 15.
Dicen que siete es cuenta de mentiroso. La Biblia, sin embargo, contradice frontalmente ese concepto. El siete es predominante en
ella. En el Nuevo Testamento, por ejemplo, existen estas referencias:
Jesús dijo que cuando Satanás sale del corazón del hombre, y los frutos del Espíritu no lo habita, él vuelve y trae siete espíritus
peores. Mat. 12:45.
Siete fueron los pancitos que Jesús multiplicó para darle comida a una multitud, y aún sobraron siete cestos llenos (Mat. 15:34-
37). Pedro deseaba saber el límite del perdón. ¿Siete veces? ¡Le preguntó a Jesús! No hasta siete, sino hasta setenta veces siete, le
respondió Jesús. Mat. 18:21 y 22.
Los saduceos, en abono de su creencia hereje, le preguntaron a Jesús de quién sería la mujer de los siete hermanos que la
poseyeron (Mat. 22:24-28). Cuando Jesús resucitó, la primera persona que Lo vio fue María Magdalena, de la cual había expulsado
siete demonios. Mar. 16:9.
Siete años también fueron los días de felicidad que tuvo al lado de su esposo la profetisa Ana (Luc. 2:36). Jesús enseñó que si
nuestro hermano peca contra nosotros siete veces en un día, siete veces debemos perdonarlo. Luc. 17:4.
Siete hombres fueron escogidos para ser diáconos y ayudar en la Iglesia Apostólica (Hechos 6:3). Siete naciones fueron destruidas
por Israel hasta que se estableció definitivamente en la Tierra Prometida (Hechos 13:19). Siete fueron los hijos de Esceva, judío
principal de los sacerdotes, que trataba de imitar a Pablo, en sus maravillas y milagros (Hechos 19:14). Siete días quedó Pablo en
Tiro, cuando el navío en que viajaba paró para ser descargado. Hechos 21:4.
Felipe era uno de los siete diáconos (Hechos 21:8). Siete días era el plazo para la purificación del templo (Hechos 21:27). Siete
días se quedó Pablo con los hermanos de la Iglesia de Potéoli (Hechos 28:13 y 14). Siete mil fueron los fieles que no doblaron sus
rodillas delante de Baal (Rom. 11:4). Siete días fue el plazo en que el pueblo de Dios rodeó los muros de Jericó hasta derrumbarlo
(Heb. 11:30). Siete personas fueron las únicas que se salvaron juntamente con Noé, de las aguas del diluvio. 2 Pedro 2:5.
Siete son las iglesias de Asia que Juan relata en su visión; siete son los espíritus que están delante del trono de Dios (Apoc. 1:4).
Siete castizales de oro Juan vio en su visión (Apoc. 1:12 y 13). Siete estrellas vio Juan en la diestra de Jesús (Apoc. 1:16). Juan dijo
que las siete estrellas son los siete ángeles de las siete Iglesias, y los siete castizales, son las siete iglesias (Apoc. 1:20). “Yo conozco
tus obras”, dijo aquel que tenía en Su diestra las siete estrellas (Apoc. 2:1 y 2). Los siete espíritus delante del trono de Dios son
comparados por Juan a siete lámparas, o siete tochas. Apoc. 4:5.
Juan vio en la mano de Dios un libro sellado con siete sellos. Solamente Jesús podía abrir aquellos siete sellos (Apoc. 5:1 y 5).
Jesús es simbolizado por un Cordero con siete puntas y siete ojos, que son los siete espíritus (Apoc. 5:6). “El Cordero abrió uno de
los siete sellos” (Apoc. 6:1). En la apertura del sello número siete, hubo “silencio en el Cielo por casi media hora” y Juan vio delante
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de Dios siete ángeles y le fueron dadas siete trompetas (Apoc. 8:1-2). Entonces los siete ángeles con las siete trompetas se
prepararon para tocar (Apoc. 8:6). “Los siete truenos hicieron sonar sus voces” cuando un ángel vino del Cielo con un librito en la
mano, colocando un pie sobre la tierra y otro en el mar. Apoc. 10:3.
Siete mil hombres morirían a través de un terremoto, según la profecía de Apocalipsis 11:13. Juan vio en el Cielo un dragón con
siete cabezas y siete diademas (Apoc. 12:3). Después vio subir del mar una bestia que tenía siete cabezas (Apoc. 13:1). Divisó
también una gran señal en el Cielo: siete ángeles con las siete últimas plagas (Apoc. 15:1). Posteriormente “uno de los cuatro
animales le dio a los siete ángeles copas de oro, llenas de la ira de Dios” (Apoc. 15:7). Después el que le ordenó a los siete ángeles,
que derramen sobre la Tierra las siete copas de la ira de Dios. Apoc. 16:1.
En espíritu Juan fue llevado al desierto, donde vio una bestia de color escarlata que tenía siete cabezas (Apoc. 17:3). Las siete
cabezas son los siete montes (Apoc. 17:9). Son también, según el apóstol, siete Reyes (Apoc. 17:10). Hay un enigma más en
Apocalipsis 17:11: “La bestia que era y ya no es, es ella también el octavo, y es de los siete, y va a la perdición”.
La multiplicidad de esta palabra siete es como que un insistente y constante llamado a nuestra conciencia para alguna cosa. El
siete es el número de la perfección y predilección divina, tanto que, al crear nuestro mundo, Dios lo hizo en seis días y descansó en
el séptimo. No es que Dios se canse, sino para nos dar el ejemplo.
¿Usted ya observó que en la Ley de Dios, ocho mandamientos comienzan con la injunción NO, y solamente uno se inicia con la
palabra acuérdate? ¡Es el cuarto mandamiento! Dios desea que a cada final de un ciclo semanal Sus hijos se acuerden de santificar el
Sábado.
Previendo Dios que con el pasar del tiempo el hombre iría a olvidarse, focalizó tanto el número siete, para, ciertamente, traer a su
recuerdo que el Sábado es el séptimo día de la semana y debe ser dedicado en adoración al Señor, ¿no cree?
Algunas personas piensan que el domingo es el séptimo día de la semana, porque cuentan a partir del lunes. Pero, dígame, ¿puede
existir un segundo día sin el primero? (En portugués el lunes es “segunda feira”) Evidente que no. Así, el primer día de la semana es
el domingo. Nadie podrá engañarse, porque, en este particular Dios no dejó brechas para dudas, pues dijo que el séptimo día es el
Sábado del Señor. Éxo. 20:10. Gráficas y Editoras podrán imprimir calendarios y colocar en ellos el lunes como primer día, y el
domingo como el séptimo. Eso, sin embargo, jamás inutilizará el calendario de Dios.
¿Por qué ustedes, padres y madres, no adoptan una buena costumbre? ¿Sabe cual es? Hagan que sus hijos se aprendan de memoria
la Ley de Dios, los Diez Mandamientos. Entonces, ¿no lo encuentran una buena idea? Es un buen método. Manos a la obra; ella está
relatada en Éxodo 20:1-17. De esa forma ustedes estarán atendiendo a la invitación divina: “ACUÉRDATE ... ”. “ACUÉRDATE” ...
¿De qué? – “Del Sábado para santificarlo”.
Esta amorosa expresión escrita por el dedo de nuestro Dios en la piedra, prueba que el Sábado ya existía mucho antes del Sinaí.
“Mary Morril fue enviada a China como misionera, no siendo bien recibida. Ella y los otros misioneros que allá estaban,
recibieron un sobrenombre muy humillante: ‘Los diablos extranjeros’. Aún así, trataban de ser amables y bondadosos con el pueblo,
y no vivían atemorizados.
Cierto día, un líder juntó una multitud, y enfurecidos fueron maldiciendo y gritando hasta el portón de la Misión. Decían que
querían matar a todos los que allí estaban.
En la Misión había un policial alto y fuerte, cuyo nombre era Feng. Él tenía apenas 19 años de edad. Apesar de ser el guardia del
lugar, él simpatizaba con la turba enfurecida. Reía alto y daba carcajadas cuando el pueblo sacudía el portón, y amenazaba con
entrar en la Misión.
De repente, surgió una joven vestida de blanco, con aire tranquilo. Era la misionera Mary que serenamente abrió el portón.
Parándose delante de la multitud, pidió silencio para hablar. No demostró miedo ni timidez, y poco a poco el silencio tomó cuenta
de todos. Dijo ella:
– ¿Por qué quieren matarnos? Nosotros somos sus amigos. No vinimos aquí para hacerle mal a nadie, sino para ayudarlos. Ustedes
saben que visitamos sus hogares, les enseñamos a sus hijos, cuidamos de sus enfermos. ¿Es por eso que quieren matarnos? Todas las
vidas que salvamos, ¿no valen nuestra vida?
Pero la multitud parecía querer avanzar sobre ella. Entonces otra vez, Mary pidió silencio y sin demostrar miedo, hizo una
propuesta.
– Por favor, pueden matarme, déjenme morir por los otros, pero no invadan la Misión. Dejen a los otros misioneros que están allá
adentro vivir – dijo apuntando para el edificio. – Aquí estoy indefensa, ¡tómenme!
Delante de tanto coraje, uno a uno, aquellos hombres se fueron retirando y desaparecieron.
Días después... la multitud volvió. Invadieron la Misión y mataron cinco misioneros. Se llevaron a Mary y Anita Gould como
prisioneras. Al día siguiente, las arrastraron para fuera de la prisión y las decapitaron.
Feng al ver esa terrible masacre de cristianos y la forma como reaccionaban delante de la muerte, exclamó: ‘Si estos cristianos no
temen la muerte, y como Mary, son hasta capaces de dar la vida por los otros, yo también quiero ser uno de ellos’. Este joven es
actualmente una columna del evangelio en su patria, y es conocido como el General Cristiano.
Ser fiel en esta vida significa tener la victoria garantizada a través de Cristo Jesús nuestro Salvador. Meditación Matinal, 1997, 1º
de Diciembre.

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