Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
Mucho antes de proponerme analizar el fenómeno de esta red social, mis frecuentes visitas
al sitio de Rebelsounds (RS) se justificaban básicamente por la maravillosa posibilidad de
encontrar música de todo el globo, actualizada diariamente, con contenido contestatario (en
un sentido político, pero también cultural) y una profunda tendencia hacia la mixtura de
ritmos, sin costo alguno. En el curso de medio año mi discoteca virtual ascendió de 20 a
28.6 GB (es decir, a más de 7,500 canciones), cifra que adquiere su justa dimensión al
precisar que los primeros 20 gigas los coleccioné durante 10 años. Simultáneamente, tal
acumulación significó adentrarme en las ramificaciones –tanto biográficas como
estilísticas– de la música que se viene componiendo al margen de los sellos discográficos
hegemónicos y las modas que imponen, y que ha encontrado en el internet un excelente
cauce subterráneo-transfronterizo para esparcirse con un mínimo de restricciones.
En principio, ¿qué es RS? “La comunidad Rebelsounds es una red multicultural y global
conformada por seguidores y seguidoras de la música mestiza en todas sus expresiones.
Con el fin de difundir, explorar y multiplicar los resultados de una ‘globalización cultural’
manifestada por la mezcla de ritmos, países, razas, campos, ciudades y migraciones”
(myspace.com/rebelsounds). Bajo las directrices del mestizaje sonoro y la resistencia lírica,
el proyecto nace el 1° de marzo de 2007 por iniciativa del Subcomandante Sonero, y desde
entonces el blog funciona como una base de enlaces para descargar álbumes libremente.
Más adelante se unen Isranauta y Kiko Balaperdida, quienes quedarán al frente del sitio
cuando RS está a punto de cumplir su primer año de existencia, pues el Subcomandante
decide retirarse. Con el paso del tiempo algunos visitantes del sitio se van sumando al
proyecto, a partir de colaboraciones constantes por iniciativa personal, como D@vid Ragga
y DJ Mundo: "El compañero Isranauta y un servidor, hemos decidido, que por compromiso,
dedicación y por la gran labor que habéis demostrado en este tiempo, haceros un poco más
participes en este proyecto […] de tal manera, que desde ya, somos 4 los que pilotaremos el
rumbo de la nave." En este sentido, es revelador que muchos de los actuales miembros
hayan llegado fortuitamente a RS buscando música en la red –los primeros desde un enlace
que se colgó en un foro de Radio Chango– y que posteriormente se incorporaran a la
comunidad. Al día de hoy el staff se compone por 16 administradores activos esparcidos,
igual que la música que comparten, por todo el mundo.1
Antes de pasar al análisis sociológico quisiera introducir algunos de los fundamentos que
orientan el hacer de RS, a partir de algunas conversaciones que mantuve con Aníbal, uno de
los miembros radicados en el Distrito Federal. Desde su perspectiva la música es una
necesidad universal y debería, por lo mismo, considerarse como un derecho inagotable. Su
acceso irrestricto es elevado a la categoría de valor, por contraposición a la música
cosificada en mercancía. Y puesto que en la lógica mercenaria de las disqueras
1
Los miembros son: Balaperdida (España), Isranauta (Guadalajara, México), Bounguine (Moscú, Rusia),
Rabytov (Vancouver, Canadá), Alejandro (Santiago, Chile), DJ Mundo (Cali, Colombia), El Caballito Frenao
(Toronto, Canadá – proveniente de Colombia), Sein (Cuautitlán Izcalli, México), Nova (Cuernavaca,
México), DJ Neko (Santiago, Chile), Mr.Horrorshow (¿?), D@vid Ragga (Barcelona, España – proveniente
de Monterrey, México), Jöxe (Cuautitlán Izcalli, México), Aníbal (D.F., México), Ofer (D.F. México), y
Punker (D.F., México), que se encarga del diseño de los materiales gráficos de RS.
trasnacionales la autogestión queda fuera de los grandes circuitos comerciales, el aporte de
RS impacta igual en el consumo como en la producción de ritmos libres: “para todos,
todo”. Esta actitud inclusiva debe contextualizarse como parte de una globalización que
sabe asimilar la diferencia, la multiculturalidad, el pluralismo, el folklore y la tradición.
“Cada quien se siente orgulloso de la región en la que le tocó nacer, de su cultura, pero la
música mestiza trata de ir un poco más allá. Fusionar muchas culturas mediante su música,
haciendo que nada caiga en un estilo cerrado, algo que sea indescriptible por ser la fusión
de muchos estilos”.
Para este apartado tomo como referencia el texto de Horkheimer y Adorno sobre la
industria cultural en Dialéctica de la ilustración. Aunque mi posición toma distancia frente
a su lectura apocalíptico-aristocrática de la degradación de la alta cultura, en cambio me
parece bastante pertinente retomar su análisis de la industria cultural como punto de partida,
para confrontarlo con las fisuras contemporáneas que desdicen la imposición absoluta de
esta fábrica del entretenimiento. Sostengo que la banalización de los productos culturales
envestidos de mercancía bruta no alcanza a absorber al espectro cultural en su totalidad y
que, por el contrario, en su extrarradio proliferan expresiones variopintas que privilegian el
valor de uso por encima de cualquier racionalidad instrumental, de tal suerte que
transmutan en formas de resistencia concretas contra el embate homogeneizador del
capitalismo.
En este contexto, que dicho sea de paso, entroniza al entretenimiento con la función de la
nueva catarsis, las alternativas periféricas que no se autoconciben como espectáculo
parecerían quedar exiliadas a los invisibilizados circuitos under. Bueno, sucede que uno de
ellos es internet, cuya potencia ha sido reapropiada por individuos y colectivos que
pretenden desafiar dicha lógica, tan mercenaria como sosa. Y es que si la red puede ser
concebida –por su velocidad de transferencia y desterritorialización– como un brazo más
del capital, también puede serlo como un nicho de resistencia y construcción de formas más
solidarias de interacción. De esta manera, cuando el cibernauta accede a alguna red social
con contenidos culturales, lo que se pone en juego es la privacidad de la información, y es
entonces cuando el administrador de la red decide o no adherirse a la siguiente postura:
2. Hibridación y sound-clash2
Para este apartado me voy a servir del artículo de Sergei Gruzinzki, “Del barroco al
neobarroco: fuentes novohispanas de los tiempos modernos”, pero no para trazar una
genealogía que vincule directamente al barroco colonial con los modos actuales de
2
Aunque originalmente refiere a las batallas entre DJ´s de Soundsystems, aquí emplearé el término sound-
clash en un sentido diferente para referirme a la amalgama de sonidos y ritmos que no están emparentados
genéticamente, sino a través de la práctica.
hibridación, sino para sostener que éstos se han conformado a partir de un mestizaje más
complejo, entre cuyas fuentes está aquél, en convivencia con otras formas de incorporación.
Si se acepta esta hipótesis ampliada podemos tener al globo entero como una sociedad
fractal que se reconfigura continuamente a partir de los procesos de interculturalidad y
fluctuaciones migratorias, y cuya capacidad de interconexión es potenciada por el
desarrollo de las nuevas Tecnologías de la Información y Comunicación. Me parece
entonces más pertinente ubicar al fenómeno de la redefinición de identidades como una
característica típica de la hibridación cultural, y no que ésta sea una propiedad exclusiva de
la sociedad colonial latinoamericana. Por otra parte, también hay que señalar que “Hoy en
día la confusión de los referentes culturales y registros étnicos, los encabalgamientos de la
ficción y la vida cotidiana, la difusión de las drogas, las prácticas del remix; la fascinación
ejercida por la imagen electrónica son todos rasgos que tuvieron sus antecedentes en los
imaginarios de ayer” (Gruzinzki, 1994: 20). Lo que quiero afirmar es que ese “ayer” es un
patrimonio compuesto, y que en la época de la mundialización se viene conformando como
un proceso de mixtura de pasados de diferentes culturas.
http://www.rebelsounds.blogspot.com