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Introducción
En el contexto de la creciente demanda de atención por parte del Servicio de Salud Mental en
la guardia de un hospital general de la provincia de Mendoza, se registró un incremento de recaídas,
reingresos hospitalarios y agravamiento de patologías o de situaciones de riesgo, entre el momento
de la primera consulta del paciente y la instalación del abordaje ambulatorio.
El objetivo general del dispositivo es garantizar los derechos de las personas con padecimiento
mental, propiciando contención por parte de un equipo interdisciplinario conformado por residentes
de psicología clínica y psiquiatría, que apunta a la construcción de una demanda de tratamiento y al
fortalecimiento del abordaje fuera del ámbito de la internación hospitalaria, desde una perspectiva
interdisciplinaria e intersectorial.
Contexto Institucional
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habían llevado a cabo la evaluación de estos pacientes. Sin embargo, la realización de dichos controles
se vio obstaculizada por la escasez de personal profesional de Salud Mental en el servicio de guardia
y el tiempo disponible, ya que los mismos debían estar abocados a la atención de la urgencia.
Funcionamiento
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institucionales internos disponibles, como también con los recursos externos a la red propia del
efector al cual pertenecemos, favoreciendo y promoviendo la intersectorialidad.
Objetivos
Criterios de inclusión
Está destinado a aquellos pacientes subagudos, a partir de los 15 años de edad que hayan
pasado por el servicio de guardia al realizar una consulta o que hayan permanecido en observación y
no presenten criterio de internación actual, pero que de la evaluación del equipo de guardia se
desprende que requieren un seguimiento activo por presentar un riesgo potencial, para gestionar la
inclusión en un tratamiento o dispositivo ambulatorio de Salud Mental en caso de ser necesario, que
no se haya podido lograr en forma inmediata. Con respecto a la admisión de pacientes con
padecimiento mental afiliados a la obra social que hayan realizado su consulta en guardia o hayan
permanecido en observación de guardia en otros efectores de salud rigen los mismos criterios.
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Intermedio terapéutico: del motivo de consulta a la demanda de tratamiento
El motivo de consulta hace referencia a una descripción objetiva de síntomas o una cierta
problemática determinada, mientras que la demanda implica que el sujeto ha llegado a una
elaboración propia en donde reconoce una necesidad subjetiva y un deseo de solicitar ayuda a partir
de lo cual se trabaja desde la dimensión psicológica del abordaje (Martínez Ferrero, 2006).
En este trabajo inicial del proceso de subjetivación de la demanda, se realiza un ejercicio que
se aproxima en este dispositivo institucional al delimitado por Freud (1913/1991) a partir de las
entrevistas preliminares que, si bien resultan etapas separadas a los fines explicativos y para delimitar
intervenciones, “ya es el comienzo del psicoanálisis y debe obedecer a sus reglas” (Freud, 1913/1991,
pp. 125-126). Freud (1913/1991) lo define como un periodo de prueba o de ensayo, en el cual se
evalúa la posibilidad de proseguir un análisis. En el presente dispositivo, se tiene por objetivo a partir
de estas entrevistas, evaluar y delimitar si el caso reúne las condiciones adecuadas para iniciar una
derivación e instalar un tratamiento ambulatorio, o si el abordaje puede ser finalizado a partir de las
intervenciones efectuadas en la urgencia y en el propio dispositivo.
Freud (1913/1991) elabora de esta forma una analogía entre las dos fases del análisis y los
tramos de un viaje. En el primer tramo explica que se trata de preparativos, de un trabajo previo para
poder emprender un viaje, el cual puede resultar complicado y difícil de cumplir. Es en este tramo
preparativo en el cual se puede trabajar con el paciente con el objetivo de que aquel motivo de
consulta inicial pueda tomar forma de una demanda de análisis en la cual el sujeto ha podido
implicarse en su malestar, lo cual posibilita proseguir en un análisis bajo la instalación de la
transferencia. El dispositivo de entrevistas preliminares permite llevar a cabo una evaluación clínica y
localización subjetiva, lo cual posibilita construir las condiciones de analizabilidad y la consecuente
apertura a lo inconsciente (Sinatra, 2004).
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entrevistas preliminares en el análisis, eso tiene una función, para el analista, por supuesto esencial.
No hay entrada posible en análisis sin entrevistas preliminares” (Lacan, 2012, p. 49).
A su vez, este período cumple también con fines diagnósticos, “la iniciación del tratamiento
con un período de prueba así (...) tiene además una motivación diagnóstica (...) sólo es una buena
cautela más” (Freud, 1913/1991c, pp. 126-127), a partir de lo cual se pretende realizar en el dispositivo
institucional un diagnóstico estructural del sujeto. Si bien cuando un sujeto llega a consultar se busca
pensar en la singularidad del mismo, no hay que dejar de lado por esto la mirada estructuralista que
nos permite tener una dirección en la clínica. De modo que es necesario considerar tanto el modo de
goce particular como la clase, de la cual se desprenden tipos de síntomas, es decir, un gozar que, si
bien es particular, se corresponde con el tipo clínico (Torres, 2005). Se rescata una clínica a partir del
corte en las pequeñas particularidades del caso que permitan revelar la estructura del sujeto (Godoy,
2012). Se puede destacar de esta forma la búsqueda de aquellos hitos decisivos en la articulación
simbólica de la historia del sujeto, la transmisión del deseo del Otro, la posición ante los significantes
primordiales, la relación ante el propio cuerpo, el lazo con los otros y la tramitación de las encrucijadas
biográficas, coordenadas de una combinatoria estructural, como la nervadura de una hoja, intentando
no extraer de ella un fenómeno aislado (De Battista, 2019). En relación con esto, es necesaria también
la búsqueda de fenómenos elementales (Coronel, 2012): fenómenos de automatismo mental,
fenómenos concernientes al cuerpo y fenómenos que conciernen al sentido y a la verdad (Miller,
1998). Es decir, fenómenos psicóticos, que cuando el analista puede asegurarse de ellos, constituye
una “firma clínica” (Miller, 1998, p. 24).
Consideramos que este espacio intermedio se constituye en un momento propicio para llevar
a cabo intervenciones que posibiliten iniciar un trabajo analítico, cómo antesala a la instauración de
un tratamiento. El ofrecer una oportunidad para que el paciente dirija una demanda en la que pueda
localizarse cómo sujeto, habilita a quien escucha su malestar a posicionarse en el lugar del Otro y por
lo tanto algo de lo real que se presentificó en la urgencia pueda ser subjetivado, interrogado y puesto
a trabajar, proponiendo un tiempo de comprender que ha sido elidido en la urgencia.
A partir de la consulta por guardia, se establece una primera transferencia hacia el Otro
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institución como garante frente a la inconsistencia del sujeto, que le posibilita establecer la
transferencia hacia el dispositivo sostenido por el equipo interdisciplinario, lo cual favorece la
instalación de un trabajo analítico cómo primer paso hacia la formulación de una demanda de
tratamiento o, al menos, la producción de efectos terapéuticos.
Bibliografía
Freud, S. (1991). Sobre la iniciación del tratamiento (Nuevos consejos sobre la técnica del psicoanálisis,
I). En J. Strachey (Ed.) y J.L. Etcheverry y L. Wolfson (Trads.). Obras Completas: Sigmund Freud (Vol. 12,
pp. 121-144). Buenos Aires: Amorrortu. (Trabajo original publicado en 1913)
Sinatra, E. (2004). Las entrevistas preliminares y la entrada en análisis. Cuadernos del instituto clínico
de Buenos Aires – 9. Buenos Aires: Instituto Clínico de Buenos Aires, enseñanza e investigación en
psicoanálisis.
Torres, M. (2005). Cínica de las neurosis. Buenos Aires: Instituto Clínico de Buenos Aires.
Sotelo, I. (2015). DATUS Dispositivo Analítico para Tratamiento de Urgencias Subjetivas. Grama
Ediciones: Olivos, Argentina.