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FISIOLOGÍA DEL TRABAJO

La Fisiología del Trabajo estudia y analiza el metabolismo energético del ser humano a


la hora de realizar un determinado trabajo. Dicho de otra manera, estudia el consumo
metabólico del cuerpo humano durante la realización de un trabajo. La Fisiología
también se ocupa de analizar y explicar las modificaciones y alteraciones que se dan en
el organismo humano por el efecto del trabajo realizado y determinar las capacidades
máximas de los operarios para diversas tareas, permitiendo la realización de un trabajo
de forma eficiente y sin aparición de fatiga (Navarro F., 2015)

Para la realización de cualquier trabajo es necesario que exista un movimiento corporal,


dicho movimiento tiene lugar gracias a la utilización por parte de los músculos de la
energía química transformada, aportada por los alimentos. Llegados a este punto hay
que tener en cuenta que, cada trabajo y cada tarea conlleva un gasto energético o un
consumo metabólico distinto. Algunos trabajos exigen consumos muy bajos (trabajos
ligeros y sedentarios) y otros requieren consumos enormemente altos (trabajos pesados,
en condiciones climáticas adversas o que exijan una gran movilidad); por lo tanto se
define a la energía, como  “la capacidad de realizar un trabajo”.

La unidad de energía que se emplea en la Fisiología del Trabajo para medir ese


consumo energético, es la caloría, siendo esta la cantidad de calor necesario para elevar
de 14,5 °C a 15,5 °C la temperatura de 1 g de agua. En la práctica, la unidad que se
utiliza es la kilocaloría (1 kcal = 1.000 cal), aunque también se emplea otras como
el kilojulio, por ser la unidad en la que se mide el trabajo desde el punto de vista de
la Física (1 kcal = 4,18 kJ). El metabolismo del ser humano se basa en la obtención de
energía a partir de la degradación de los alimentos ingeridos, mediante la trans-
formación de estos, empleando el oxígeno como combustible, es decir, se produce
la transformación de la energía química, en la energía mecánica necesaria para realizar
el trabajo (Navarro F., 2015)

MÉTODOS DE EVALUACIÓN DEL CONSUMO DE ENERGÍA


Según el Instituto nacional de seguridad e higiene en el trabajo en su guía (NTP 177,
INSHT) nos da las pautas de la metodología para el consumo de energía. El hombre
transforma, por medio de un proceso biológico, la energía química de los alimentos en
energía mecánica, que utiliza para realizar sus actividades, y en calor. Este consumo de
energía se expresa generalmente en kilocalorías (Kcal) siendo 1 kilocaloría la cantidad
de calor necesaria para elevar la temperatura de un litro de agua de 14,5ºC. a 15,5ºC. El
consumo energético que nos interesa es el debido a la realización del trabajo, es decir el
"metabolismo de trabajo". Sin embargo, si queremos calcular o definir la actividad
física máxima, es necesario establecer el consumo energético total, que incluye los
siguientes factores:
 Metabolismo basal.- que depende de la talla, el peso y el sexo, y es proporcional
a la superficie corporal, es el consumo mínimo de energía necesario para
mantener en funcionamiento los órganos del cuerpo, independientemente de que
se trabaje o no. Experimentalmente se ha calculado (Scherrer, 1967) que para un
hombre de 70 Kgs. es aproximadamente de 1700 Kcal/día y para una mujer de
unos 60 Kgs. de unas 1400 Kcal/día. Dentro del metabolismo basal se incluye el
metabolismo llamado de reposo que se refiere al consumo energético necesario
para facilitar la digestión y la termorregulación.

 Metabolismo extra profesional o de ocio: Se origina debido a otras actividades


habituales, como puede ser el aseo, vestirse, etc. y que como media se estima
(Lehmann, 1960) un consumo de unas 600 Kcal/día para el hombre y de 500
Kcal/día para la mujer.

 Metabolismo de trabajo, se calcula teniendo en cuenta dos factores:


1. Carga estática (posturas).
2. Carga Dinámica: Desplazamiento, Esfuerzos musculares y Manutención
de cargas.

PROPUESTAS ERGONÓMICAS

Entre las propuestas que plantea (González, 2014) “Masificar estas técnicas de
fisiología del trabajo puede contribuir a entregar herramientas que potencien la
promoción e investigación en prevención”. Para esto, es necesario principalmente que:

Por ende, más allá de las complejidades, e incluso del costo que se requiera para que
esta institución funcione en su empresa, debe otorgarse la máxima de las importancias a
los comités paritarios. Asesórese con expertos laborales o con sus respectivas
mutualidades. Al final un buen Comité Paritario tendrá trabajadores más seguros, y es
sabido que mejores ambientes laborales redundan en un mejor funcionamiento de las
organizaciones.

• Las evaluaciones sean estandarizadas, no invasivas y de costo asumible por las


empresas. 

• Se evalúe la carga fisiológica que el trabajo impone para luego establecer las aptitudes
físicas mínimas necesarias que deben cumplir los trabajadores. Todo tendiente a lograr
un equilibrio que minimice el riesgo de accidentes y fatalidad de la población laboral. 

• Se fortalezca la formación de competencias en temas de salud laboral y fisiología del


trabajo en profesionales del área de la salud. Se reconoce que los accidentes y
enfermedades producidos a consecuencia del trabajo son un problema prioritario, pero
en materia de formación y educación, la salud ocupacional y la ergonomía, aún no se
han posicionado en la práctica cotidiana. En este sentido, estas áreas se presentan como
un potencial campo de desarrollo para los profesionales de la salud.

Bibliografía
Navarro Francisco, 2015. La fisiología y diseños del puesto de trabajo Revista digital
INESEM.
Obtenido de: https://revistadigital.inesem.es/gestion-integrada/la-fisiologia/

NTP 177. La carga física de trabajo: definición y evaluación. Instituto nacional de


seguridad e higiene en el trabajo
Obtenido de: https://saludlaboralydiscapacidad.org/wp-content/uploads/2019/05/NTP-
177-La-carga-f%C3%ADsica-de-trabajo-definici%C3%B3n-y-evaluaci%C3%B3n.pdf

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