Arquitectura Sagrada

I n f o r m e
El control del espacio-tiempo en la Geomancia andina
Cusco y el urbanis
sagrado de los ÍnC3S
Cuando uno llega o Cusco (nueva ortografía para "Cuzco"), lo primero que asombra es verla
cantidad de iglesias de factura monumental que cubren la ciudad. La capital del Imperio Inca
era una ciudad sagrada y como tal, abundaban en ella los adoratorios, llamados huacas.
Escrito por Claudio Ardohain
Coordinador GEA de Bioconstrucción y ecología del habitat enjrj£>}h'r;<i
na de las premisas de la tas monumentales obras seguían ciudad mediante una vara misteriosa
iglesia católica colonial en siendo los indígenas. Así, una vez que se hundiría en el suelo, indi-
A m é r i c a fue la triste- más, los imperios pasan, pero los lu- cando el lugar propicio. Hoy sabe-
mente famosa "Extirpa- gares sagrados permanecen. mos que Cusco, como Macchu Fi-
U ción de las Idolatrías", chú, está construida sobre una zona
que mandaba destruir los lugares sa- El Ombligo del Mundo sísmica, llena de cruces de fallas geo-
grados indígenas y erigir sobre ellos Los incas establecieron en este lógicas, cavernas naturales en la roca
santuarios cristianos. Los nuevos edi- valle la capital de su imperio, pero la calcárea y venas de agua subterránea.
ficios debían competir con el re- Cusco preincaica mostraba ya un La ciudad, considerada "el om-
cuerdo de las imponentes construc- trazado magistral. El mito nos dice bligo del mundo", se dividía en dos
ciones de piedra. Pero no nos olvide- que su fundador. Manco Capac en- partes: la alta o Hanan-Cusco y la
mos además, que los artesanos de es- contró la ubicación ideal de la futura baja o Urin-Cusco. La dualidad
urin-hanan es el equivalente topo-
Imagen 1 gráfico andino del Yin-Yang orien-
tal. A su vez, partían de ella cuatro
CUZCO caminos según los puntos intercardi-'
nales, hacia las distintas regiones del
Sistema de ceques
territorio. Así, a partir de la organi-
zación urbana de su capital, se divi-
día el Tawantinsuyo o "cuádruple
dominio" en sus cuatro partes: Co-
yasuyo (SE), Antisuyo (NE), Chin-
chaysuyo (NO) y Contisuyo (SO).
El puma acechante
Las altas culturas andinas solían
dar a sus ciudades formas animales
que evocaran las constelaciones que
veneraban. El orden del Cielo (Ha-
naq-Pacha) sería reflejado en la Tie-
rra (Kay-Pacha), en lugares especial-
mente escogidos por donde emer-
T e m p l o del S o l
Plaza c e n t r a l
gían las fuerzas del Mundo subterrá-
c o n ushnu
neo (Ukhu-Pacha). Durante el Im-
Fuerte de
Sacsayhuannán perio Inca la ciudad de Cusco tomó
D i v i s i ó n d e las entonces la forma de un puma ace-
c u a t r o partes (suyus)
chante (imagen 1). La plaza princi-
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pal constituía su corazón,
dividido en Huacaypata
(plaza de las penas) y Ku-
sipata (plaza de las ale-
grías). En medio se levan-
taba el usno o plataforma
piramidal desde donde el
Inca se dirigía al pueblo.
Sacsayhuamán, la
meseta que gobierna la
parte alta de la ciudad,
constituía la cabeza del
puma. Allí el inca Pacha-
cutec ordenó la construc-
ción de una fortaleza con
forma de crin encrespada que evoca
la imagen del rayo. El río TuUumayo
constituía la espalda del puma,
mientras que el río Huatanay o
Saphy corría por su panza. Dos de
los doce barrios antiguos de Cusco
conservan sus nombres originales de
Pumakurko (columna vertebral del
puma) y Pumaqchupan (cola del
puma).
La disposición general del puma
respondía a la dirección sagrada SE-
NO, asociada con la ruta de Viraco-
cha. El Sudeste representaba el ori-
gen (el lago sagrado Titicaca) y el pa-
sado, mientras el Noroeste era la
meta (donde Viracocha se había des-
pedido prometiendo su regreso) y el
futuro. El puma de Cusco miraba,
pues, hacia el mañana. Desafortuna-
damente, por esas extrañas co-inci-
dencias del destino, del Noroeste lle-
garon los españoles, blancos y barba-
dos como Viracocha, que habían de-
sembarcado exactamente en el sitio
de la partida del dios.
Imagen 2
El concepto de ceque corres-
ponde a la definición de línea "Ley",
es decir, una alineación de lugares sa-
grados o sitios de poder. A través de
los ceques se buscaba canalizar las
fuerzas cosmoteliiricas de los alrede-
dores del Cusco hacia el Qoricancha,
que ocupa el lugar y la forma de los
genitales del puma y donde después
de la conquista se levantó el templo
de Santo Domingo (imagen 3).
Desde el punto de vista del Feng
Shui chino, los gobernantes de
Cusco buscaban canalizar el ch'i de
las "venas del dragón" circundantes,
hacia el centro de poder espiritual de
la ciudad. Las huacas son preexis-
tentes a los ceques y responden a si-
tios con particulares características
geológicas, telúricas y cósmicas. En
nuestras mediciones, contra una ra-
diación natural de fondo para Cusco
de 27 pulsos/min., algunos de los l u -
gares sagrados que visitamos en la
Imagen 3
ciudad superaron los 35 p/m y regis-
traron entre 10.000 y 12.500 Unida-
des Bovis.
En los imponentes muros de pie-
dra que sobrevivieron a la conquista,
hemos podido determinar que los
sobrerrelieves de serpientes coinci-
den con las verticales de venas de
agua, mientras las salientes o "ma-
melones" que semejan pechos de
mujer corresponden a surgentes. En
el Qoricancha se veneraban cinco
vertientes de agua s u b t e r r á n e a
(q'owa en quechua), de las cuales
sólo se ha redescubierto una, canali-
zada en forma de serpiente-rayo de
dos cabezas (imagen 4).
Como en otros lugares del
mundo estas alineaciones de puntos
de poder se vitalizaban mediante
procesiones y rituales, incluyendo
sacrificios, en aquellas fechas del año
que alguna configuración cósmica
dotaba de particular energía. •

El sistema de ceques Imagen 4

En el templo principal o Qori-
cancha - "recinto dorado"-, con-
fluían líneas sagradas que engarza-
ban las huacas principales de los al-
rededores. Estas líneas, llamadas ce-
ques, sumaban 41 y abarcaban 328
lugares sagrados, uno por cada día
del año lunar inca. Se cree que en un
período tardío las huacas se exten-
dieron a 365 para completar el año
solar que los incas buscaban impo-
ner. El sistema de ceques convergen-
tes en el Cusco se compara con un
gigantesco conjunto de quipus, sis-
tema de registro compuesto de cuer-
das y nudos (imagen 2).
La ciudad entera fiincionaba
como un gigantesco calendario. En los
cerros cercanos fueron erigidos pilares
que enmarcaban al sol en fechas i m -
portantes como la salida y la puesta
del sol en los solsticios y equinoccios.

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