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“Dime de qué presumes y te diré de qué careces” PROVERBIOS 27:2

“Todo hombre tiene tres variedades de carácter: el que realmente tiene; el que aparenta, y el que cree tener”

El refrán dice “Dime de qué presumes y te diré de qué careces” para sintetizar esos casos en los que una persona
se atribuye una virtud, pero no tarda en dar señales que contradicen eso mismo que pregona. En este caso, lo
“promocionado” es algún rasgo o atributo que la persona se adjudica a sí misma.

No siempre que una persona habla con orgullo acerca de lo que es o ha hecho es portadora de esta lógica. Lo
que delata la existencia de ese mecanismo de presumir justamente de lo que se carece es el hecho de que hay
“un plus” en tal actitud. Se enfatiza demasiado en ello y con demasiada frecuencia. Se tiene como bandera. Hay
una exageración que resulta notoria.

En realidad, quien está inmerso en este mecanismo no es consciente de ello. Todo lo contrario. La persona de
verdad cree que promover ciertas ideas o valores, utilizándose a sí misma como modelo de ello, es una cruzada
genuina. En el fondo, su intención no es tanto convencer a otros, como persuadirse a sí mismo de que esto es
verdad. Todo el tiempo tratan de probar lo que pregonan con acciones y argumentos concretos.

Presumes en exceso de lo que quisieras ser, pero no eres

Lo que parece un charlatán que predica más de lo aplica es en realidad una persona atrapada en el marco de un
mecanismo de defensa. Dicho mecanismo se conoce como “formación reactiva” y consiste en poner en marcha
un comportamiento para eludir un deseo reprimido. En otras palabras, la persona desea algo que le parece
censurable. Y para defenderse de ese impulso inconsciente, comienza a actuar forzándose a hacer todo lo
contrario.

Ejemplos sobran. Es el caso de quienes desean comer hasta hartarse, pero creen que ese deseo es reprobable
porque pueden engordar y ser rechazados. Entonces se dedican en forma fanática a promover dietas y a
asquearse de la comida chatarra. O quienes tienen deseos sexuales muy intensos, pero los consideran
pecaminosos y por eso mismo arman una cruzada en nombre de la castidad.

Mucho más común es el caso de las personas que se desviven en atenciones frente a alguien que, en el fondo
odian o desprecian. No es que la persona mienta o finja deliberadamente, sino que es incapaz de reconocer sus
propios sentimientos debido a una censura moral que se autoimpone.

La formación reactiva puede estar dirigida a un aspecto específico, como el orden o la higiene, por ejemplo.
Pero también puede convertirse en un patrón de conducta que se instala en la estructura de la personalidad. En
ese caso, hay una especie de “personalidad falsa” en la que prácticamente todas las acciones de un individuo
están dirigidas a sostener la máscara. Son el tipo de personas a quienes se les dice “Presumes de lo que no eres”.

Presumes para defenderte de ti mismo

Lo que obstaculiza la expresión del deseo es una conciencia moral extremadamente rígida, o un mandato
externo que temes trasgredir. Por eso presumes de lo que no eres, sin que realmente esa sea tu intención. Lo que
te permite identificar que se ha puesto en marcha un mecanismo de formación reactiva es lo enfático o
exagerado de las palabras o las acciones. Los “No” demasiado contundentes, o los “Sí” especialmente
remarcados, son señales de que hay un deseo oculto que orienta a lo contrario.
Actualmente las redes sociales vienen a ser un auténtico catálogo de este mecanismo. A veces parece que
hubieran sido diseñadas precisamente para que cada persona pruebe ser “algo” que probablemente no es.
Exhibes fotos sonrientes, aunque no estés tan feliz como quedó retratado. Presumes de tus viajes, tus nuevos
trabajos, tus conquistas, pero algo habrá de incierto en ello cuando necesitas que otros te lo reconozcan.

Las formaciones reactivas pueden dar lugar a una personalidad obsesiva. Presumes de ser algo que no eres, o de
pensar algo que no piensas y para poder sostener este autoengaño tienes que estar alerta todo el tiempo.
Vigilarte constantemente y probar a cada rato que no eres merecedor de ninguna sospecha. La situación puede
volverse agobiante, porque el deseo reprimido retornará una y otra vez y te sentirás asediado por él.

En ese afán por poner bajo control el deseo inconsciente que no quieres aceptar, es posible que llegues a
experimentar una gran dosis de angustia. Se puede generar una enorme tensión interior, entre aquello que puja
por expresarse y el enorme esfuerzo que debes hacer para “mantenerlo a raya”.

En esas condiciones, tu fortaleza puede verse menguada y es posible que desarrolles conductas compulsivas.
Por eso, no debes olvidar que los deseos, con independencia de lo que guarden. Piensa que se vuelven
inofensivos únicamente cuando los reconoces, luego tú ya decides, conscientemente, si llevarlos o no a la
práctica.

“Que te alabe el extraño, y no tu boca; el forastero, y no tus labios.” Prov. 27:2

! Qué bien lo hice!, nadie mejor que yo!, lo que yo he hecho por esta persona no lo ha hecho nadie!, si yo no
hubiera actuado!!!… te identificas con alguna de estas frases? Tanto tu como yo podemos hacer a lo largo de la
vida, del año, de los días acciones que pueden bendecir la vida de otras personas, acciones que tal vez han
beneficiado a otros, cosas que han provocado cambios maravillosos en favor de alguien de nuestra familia,
trabajo, amigos, hermanos y aunque lo hemos hecho de forma voluntaria y no por presión, existe en nuestro
corazón el anhelo de recibir un agradecimiento, una expresión de aprobación que muchas veces no llegamos
escuchar y nos desanimamos, nos sentimos contrariados y sin ganas de volver a hacer un esfuerzo por otros…
No busques la aprobación de los que tienes cerca, ni siquiera de los que han sido beneficiados con tu trabajo, no
te alabes a ti mismo diciendo lo mucho que has hecho en beneficio de otros, espera la recompensa de lo alto,
espera en Dios que mira todas las cosas, espera en El, quien verdaderamente ve en lo profundo de nuestros
corazones y conoce el motivo real por el que hemos actuado. Que sean otros los que te bendigan por tu
esfuerzo, aún sin recibir reconocimiento en este mundo todo lo que siembres para bien recibirá su recompensa,
no lo dudes, sigue sembrando, sigue bendiciendo a otros, sigue esforzándote por los demás, no te rindas en tus
buenas acciones, Dios que lo ve todo te recompensará cuando menos lo esperes!

OREMOS: Hoy quiero pedirte Señor que me enseñes una vez mas a ser como tu, Señor tu has dado tu propia
vida por mi y sin esperar nada a cambio, enséñame Señor a bendecir a otros, a dar sin esperar recibir, te doy
gracias porque puedo hacer cosas para que otros sean bendecidos, yo quiero decirte hoy Señor que cuentes
conmigo para poder seguir ayudando a los demás, que uses mis fuerzas, mis talentos, mis dones, todo me lo has
dado Tu, sé que bendiciendo a otros te agrado a ti y eso es lo mas importante. Gracias Señor amen!
Dime de lo que presumes y te diré de lo que careces
Popular refrán que se usa para indicar que una persona tiene falta de aquello de lo que precisamente quiere
aparentar que le sobra, indicándole que es él el primero que debe callar al respecto; es, por tanto, de uso
habitual contra los hipócritas.

Ocasionalmente puede usarse para indicar que uno presume de algo y con ello indica otro defecto, pero este
uso es menos habitual.

Hoy día es habitual ver palabras como honradez o ética en boca de algunas personas que , pese a alardear
de estas virtudes, no las poseen y deberían ser quienes precisamente las practicaran y fueran un ejemplo y,
sin embargo, se permiten amonestar a los demás en vez de barrer por su casa antes.

Existe la variante también muy popular Dime de qué presumes y te diré de qué careces, con un uso tan
extendido como la que he usado en el título.

Ejemplos:

 Mejor respuesta:  Muy facil, si tu vas presumiendo por ahi de lo que tienes lo más probable es que no lo tengas, no se
si me explico. Dime de lo que presumes y te dire de lo que careces... Te pongo un ejemplo,los hombres siempre
presumen de que tienen una novia,3 amantes,bueno pues cuando oigas a un hombre hablar asi seguramente sea porque
no se come una rosca!!

“Dime lo que presumes y te diré de lo que careces”, reza un popular refrán. Un febril movimiento de
montajes y desmontajes de vallas, inmensos cubos y altos postes, y remozamiento de plazas se vive en
Managua, a la víspera de la retoma de posesión que hará el presidente Daniel Ortega este martes 10 de
enero.

La prensa, Managua, 8 de enero de 2012

Animo desde aquí al profesorado que inculquen a los niños la importancia que tiene hablar bien, que se
acostumbren a controlar sus laringes inconscientes, porque hoy, que tan gratuitamente invocamos la palabra
cultura, de seguir así, reafirmaremos lo de ¡dime de qué presumes, y te diré de qué careces!

Deia, 5 de enero de 2012

¿Cómo se pondría Cordero si alguien le recordara ahora su aberrante declaración de que en México se vive
muy bien con seis mil pesos que, según dijo, alcanza hasta para pagar colegio particular a los hijos y
comprar auto nuevo? Con él, aplica muy bien esa máxima de "dime de qué presumes y te diré de qué
careces", aplicado a que tanto él como Peña Nieto sufren para conducirse con realismo y ubicarse en el
estándar que viven millones de mexicanos.

El siglo de Durango, 21 de diciembre de 2011

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