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Aquellos que son conforme al corazón de Dios tienen recompensas por sus
bienaventuranzas, somos privilegiados al ser bienaventurados. Estamos a ser
llamados la sal de este mundo, pero si no podemos dar sabor entonces esta sal
no sirve de anda. También somos llamados a ser la luz del mundo, llevando
claridad a aquellos que se encuentran entre las tinieblas, vedemos resplandecer
donde quiera que estemos mostrando que somos enviados de Dios y por
nuestras buenas obras testificar de Él para que su nombre sea glorificado. Mas
adelante Jesús aclara que en no había venido para abolir la ley (refiriéndose a
los mandamientos) sino que había venido para hacerla cumplir, señalando
también que nada cambiara hasta que toda la ley se cumpla y hay de aquel que
enseñe según su conveniencia. En este capítulo se muestra la postura que tiene
Jesús frente a diferentes temas como la ley, la ira, el adulterio, el divorcio, los
juramentos y el amor hacia los enemigos donde nos da consejos que debemos
de tomar en cuenta si en algún momento de nuestras vidas pasamos por ello.
La humildad que debe de caracterizar a una persona a la hora de dar limosna y
orar, Jesús muestra que estas dos acciones deben de realizarse sin darse
autopromoción, “que no sepa tu mano derecha lo que hace tu mano izquierda”
porque aquellas buenas obras que hagamos en lo cuyo nuestro padre en los
cielos lo ve y por ello seremos recompensados en público, al igual en la oración
aquello que le pidamos al señor a los solas en nuestra habitación y Él
responderá nuestros pedidos en público, siempre y cuyo estos vayan de acordar
al corazón de Dios.
Muchas veces nos afanamos por pequeñas cosas, más sin embargo el señor nos
recuerda que las cosas de este mundo son pasajeras y que las riquezas que aquí
vemos pueden desaparecer en cualquier momento, pero nos insta a hacer
tesoros en los cielos porque donde esté nuestro tesoro ahí estará nuestro
corazón.
La mayoría del tiempo vemos los problemas que le pasan a las personas que
están a nuestro alrededor y lo primero que nos viene a la mente es dar un juicio
según lo que vemos. Como cristianos debemos de tener en cuenta que no
somos llamados a criticar a los demás por su vivir, porque no estamos exentos
de cometer pecado y si no cuidamos de ello tenemos menos derecho a ayudar a
nuestros hermanos si caen por “x” o “y” razón, debemos de sacar primero la
viga que está en nuestro ojo antes de sacar la paja que tiene el ojo de mi
hermano, bien lo dice su palabra “No juzguéis, para que no seáis juzgados”.
“Todas las cosas que queráis que los hombres hagan por vosotros, así también
haced vosotros por ellos”, no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan
a ti; si quieres ser tratado bien, entonces eso es lo que tienes que hacer con los
demás. Como dice mas adelante en el capítulo “por sus frutos los conoceréis”, si
eres una de esas personas que va por la vida sembrando odio, discordia,
enemistad, mentiras y todo tipo de cosas malas, no creas que cosecharás algo
más que no sea eso mismo ¿puede acaso un mal árbol dar buenos frutos?
A lo largo de su vida Jesús realizó diversos milagros y hay uno que me llamó la
atención; fue cuando Jesús sanó al siervo del centurión porque en este
momento se puede ver cuanto poder puede tener la fe de una persona; bien lo
dijo el centurión, con tan solo una palabra Jesús podía sanar al su siervo. Con
una sola palabra de Jesús y los mares se calman, con sola una palabra de él y los
demonios le obedecen.
Somos llamados no a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento, al
igual que lo hizo Jesús, pues tal y como él dijo: los sanos no necesitan un médico
sino aquellos que tienen una enfermedad. No se puede salvar a los que ya están
salvos, sin embargo, aquellos que aún están en tinieblas son los que necesitan
ser rescatados.
La historia de la mujer del flujo de sangre es uno de los más grandes ejemplos
de que la fe puede mover hasta una montaña. Ella tenía fe de que si tan solo
tocaba el borde del manto de Jesús podía ser sana ¿crees que el manto tenía
algún poder?, no, Jesús iba en medio de una multitud y estoy segura de que más
de uno tocó no solo su vestimenta, sino que hasta al mismo Jesús tocaron, pero
no quedaban sanos al instante como le pasó a esta mujer ¿por qué? Quien tenía
el manto era el que estaba lleno del poder de Dios, pero este no tenía valor
alguno sin el factor de la fe; la fe fue la que jugó uno de los papeles más
importantes, por lo cuanto ella creyó y así fue hecho.
Vendrán tiempos difíciles, pero el señor no dices que aquellos que aguanten
todo esto y perseveren hasta el fin, éstos serán salvos. Cuidemos los cominos
por los cuales andamos, evitando andar en camino de gentiles. El Seños nos dios
potestad para sanar toda enfermedad y dolencia, indicándonos que debemos
de ir a aquellas ovejas perdidas y proporcionarles sanidad proclamando su
segunda venida. Por causa de Jesús muchos serán perseguidos hasta por su
propia familia, pero él nos dice que no debemos de temer.
Mi yugo es fácil y ligera mi carga, dice Jesús, por lo que nos invita a que
depositemos nuestras preocupaciones a sus pies y él se hará cargo de ellas. Si
nuestra confianza está puesta en aquel que murió por nosotros entonces no hay
razones por las cuales debamos de estar turbados, desanimados o angustiados
por los problemas que ocurren en este mundo.
“Es lícito hacer el bien en el día de reposo” ¿si un vecino, amigo, familiar o
cualquier persona tiene un accidente y necesita ser llevado a emergencias, no lo
harías porque es día de reposo? Debemos de hacer el bien en todo momento tal
y como dijo Jesús, si alguien necesita de nuestra ayuda no deberíamos de
negársela solo porque es día santo del señor.
Debemos de tener cuidado en qué lado estamos, si del lado de Dios o del lado
del enemigo, no existe término medio tal y come él dijo “En que no es conmigo,
contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”. Ojo, el Señor puede
perdonar innumerables faltas, excepto la blasfemia contra el espíritu santo.
No debemos de tener miedo a la hora de hablar con nuestro padre por medio
de la orar porque solo si pedimos con nuestra boca aquello que necesitamos
entonces el señor podrá actuar. Jesús nos enseña cómo orar a Dios
efectivamente.
Jesús mientras pasan los capítulos advierte a la gente acerca de algunas cosas
que no se deben hacer, incluyendo el no ser hipócritas y el no juzgar, también
nos vuelve a recordar en quién debemos depositar nuestra confianza, Jesús le
dice a sus seguidores que no se preocupen por las cosas ordinarias de la vida,
sino que confíen en Dios.
De ahí que, también, aquella gracia que se deleita en bendecir, y elevar al alma
hasta la presencia de Dios, no puede ser satisfecha con nada menor a la
comunión cálida y sin estorbo de Sus santos. Esto está comprendido en el
carácter de ofrenda por el pecado de Su sacrificio, el cual es predominante en
Lucas. Da énfasis a que obra al reunir a Dios y el hombre en paz y concordia,
Dios recibiendo Su porción de la comida de la ofrenda, el Sacerdote recibiendo
también Su porción, y los oferentes teniendo también su porción de la cual
participar - todo como si estuviesen comiendo juntos.
“Si tuvierais fe como un grano de mostaza”, Jesús compara nuestra fe con algo
tan pequeño, dejando a la vista de todos, el gran poder que tiene la fe,
prácticamente durante todo este evangelio hizo especial énfasis en la
importancia que tiene la fe para el que sigue el camino de la salvación. El señor
nos dejó muchas enseñanzas por medio de las parábolas narradas en este
evangelio para que aprendamos de ellas y del ejemplo que nos dejó con su vida.
Lucas enfatiza la relación de Jesús con la gente, subraya la oración, los milagros,
los ángeles plasma inspirados himnos de alabanzas y adjudica un lugar
sobresaliente a la mujer. Uno de los aspectos de la Buena Noticia que más quiso
destacar Lucas es el carácter universal de la Salvación. Jesucristo, en efecto, es
el Salvador del mundo entero, y Dios quiere que todos los hombres se salven
por medio de él. Para él no hay privilegios de raza, de nacionalidad, de cultura o
de clase social. Mejor dicho, hay privilegios. Pero Dios los reserva para los
pobres, para los que aparentemente no valen nada. Ellos son los destinatarios
predilectos de la Buena Noticia, los herederos por excelencia del Reino de Dios.
Con todo esto nos vuelve a mostrar que dedicado estaba a la misión que le fue
encomendada al venir a este mundo y mostrando también el amor que tenía
por la humanidad. Jesús es aquel que «vino a buscar y a salvar lo que estaba
perdido». Dios es para él, sobre todo, el Padre misericordioso que sale al
encuentro de sus hijos extraviados y se llena de alegría al volver a encontrarlos.
Reporte de lectura de Juan
Este evangelio presenta las verdades más profundas sobre la deidad de Cristo y
el Espíritu Santo. El mismo inicia exponiendo que todas las cosas por él fueron
hechas por Dios, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho, también hace
referencia al verbo que esta en el principio y que este era Dios. Si leemos a
delante nos podemos dar cuenta que se refiere al hijo de Dios, Jesús, el cual se
hizo hombre para venir a este mundo a morir por nuestros pecados, tomando
en sus hombros la pesada carga por nuestras transgresiones.
El principal propósito de este evangelio es poner en manifiesto la deidad de
Jesús. Juan no solo estaba buscando fortalecer la fe de la generación de
creyentes, sino que también buscaba corregir una falsa enseñanza que se
estaba difundiendo. Juan enfatizaba que Jesucristo era “el Hijo de Dios”,
totalmente Dios y totalmente hombre.
Él es el “Pan de vida”, proporcionado por Dios para alimentar las almas de su
pueblo, quien había sido enviado por mandato de Dios a este mundo para llevar
a cabo un plan de salvación.
Jesús dijo en Juan 14:6 “Yo soy el camino, la verdad, y la vida; nadie viene al
Padre, sino por mí”. Dejando al entendimiento y a la vista de todos los
presentes en ese momento de quien era él realmente. Solo podemos llegar al
Padre por medio de Jesús, por medio de su testimonio, el cual dejó ejemplo con
su propia forma de vivir.
Se revela claramente quien era Jesús y su propósito, hace énfasis en presentar a
Jesús como el hijo y el enviado de Dios, haciendo hincapiés en la verdadera
identidad de este, para que todos pudieran entender el por qué él podía hacer
algunos de los milagros que para los demás eran imposibles.
Los relatos de la vida de Cristo comienzan en el capítulo uno, con Juan el
Bautista confirmando la profecía e identificando a Jesús como "el cordero de
Dios que quita el pecado del mundo". Los capítulos muestran a Jesús desde el
punto de vista de uno de sus discípulos los cuales resumen la importancia de
Jesucristo y Su propósito para el mundo, desde una línea mas personal ya que la
persona que narra todos estos sucesos fue unos de los que siempre estaban a
su lado.
En el capitulo 3 se vuelve a afirmar que el amor que tiene Dios para con
nosotros no tiene límite, se pone de manifiesto hasta donde estuvo dispuesto
Dios a llegar para poder proporcionarnos una oportunidad que nos ayudaría a
obtener la salvación.
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito,
para que todo aquel que en él crea, no se pierda, más tenga vida eterna.”
El Evangelio de Juan presenta a Cristo desde el principio como “el Verbo” quien,
como Deidad, está involucrado en cada aspecto de la creación y quien más
tarde se hizo carne a fin de poder quitar nuestros pecados, como el Cordero de
Dios sin mancha. Juan muestra que Jesús es el Mesías y cómo es que nosotros
somos salvados por su muerte en la cruz. Jesús da claros ejemplos de qué
podemos hacer en sábado, irrita repetidamente a los líderes judíos al corregirlos
al sanar el sábado, y al adjudicarse características pertenecientes a Dios. Jesús
prepara a Sus discípulos ante la proximidad de Su muerte y para el ministerio
que llevarán a cabo después de Su resurrección y ascensión. Entonces Él muere
voluntariamente en la cruz, tomando nuestro lugar, pagando totalmente
nuestra deuda por el pecado para que todo el que confíe en Él como su Salvador
del pecado, sea salvo. Él entonces resucita de los muertos, convenciendo hasta
al más escéptico de sus discípulos, de que Él es Dios y Señor.
Jesús utilizó muchas parábolas para enseñar efectivamente a la gente. Por
ejemplo, en el capítulo 15, Jesús explica la importancia de tener una relación
con Él, y la verdadera diferencia que puede hacer en la vida. Él se describe como
la vid y a Sus discípulos como las ramas que crecen de la vid. Él describe a Dios
como el jardinero que poda la vid para maximizar la cosecha. En el Evangelio de
Juan hay muchas otras ilustraciones de Jesús hablando a través de parábolas.
El propósito de este evangelio, según el mismo autor es: “Pero éstas se han
escrito para que crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que,
creyendo, tengan vida en su nombre”
No desperdiciemos la oportunidad que nos ha dado Dios, ni hagamos que la
muerte de su hijo se en vano, no es fácil el camino que debemos de seguir si
queremos obedecer los mandatos dejados por él, por esto dio ejemplo con su
propio vivir para tomemos como modelo de una vida cristiana. Jesús nos
muestra que podemos depositar toda nuestra confianza en nuestro padre Dios,
que, aunque pensemos que en algún momento nos ha dejado solos, él
realmente siempre está a nuestro lado. Si no podemos ver sus pisadas al lado de
las “nuestras”, es porque esas pisadas son las de él que nos ha levantado y nos
lleva en sus fuertes brazos.