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Texto tomado para fines académicos,

sin finalidad de lucro.

Filosofía de la Educación PAIDEIA


Octavi Fullat
1992, Editorial CEAC

Capítulo 1 Introducción epistemológica

1.1. El hecho educativo y su fundamento

1. Inmemorial proceso educativo


No tenemos memoria del primer acto educador. Incluso uno se figura
que al común de los mortales no les atañe este asunto, de tan ocupados y
preocupados como andan con las prácticas educativas de cada día. ¿Cómo
quitarle la tartamudez al pequeño?, ¿a qué escuela llevar a la hija puesto
que no resulta conveniente seguir en la misma ante el fracaso escolar que
está acusando? , ¿Qué ley de educación hacer aprobar por el parlamento a
fin de que los futuros ciudadanos no se hallen marginados a la vista de los
cambios de producción? ...Sin duda resulta posible responder a una
retahíla así de cuestionamientos sin referirse ni a cuándo tuvo lugar el
primer hecho educante, ni tan siquiera sabiendo qué significa
semánticamente el término educación. Ahora bien; conviene tener
presente lo siguiente: que la eficacia por la eficacia es un tipo de saber
"saber-hacer" y "saber por qué hacerlo así"; experiencia y tecnología -
extremadamente peligroso cuando no va inserto en otros conceptos más
amplios, como puede ser, por ejemplo, el concepto de educación en
general, concepto a su vez inseparable de la idea de hombre. Hay
torturadores que son tecnólogos consumados, y lo propio puédase
sostener de profesores que conozcan a la perfección las habilidades que
permiten controlar el cerebro de los pequeños.

No extrañará, pues, que el filósofo de la educación se entregue a la


pesquisa del significado de fenómeno educador. No es cuestión de recreo
y de devaneo, sino negocio grave. Comenzamos constatando que no
resulta factible separar origen del hombre y estreno de la educación. La
faena educadora se muestra pegada al ser humano. Si educar es, cuando
menos, transmitir información y habilidades que no se traspasan con el
código gen ético y además nos ponemos de acuerdo en definir al hombre
como aquel animal que produce informaciones y engendra habilidades
que no se heredan biológicamente, tendremos que paideia y ánthropos
forman dos perspectivas de una sola realidad. La educación pudo haberse
iniciado, de tal guisa, hará más de tres millones de años.

3. Etimología de "educación"
Nos acercamos progresivamente al hecho educacional. La captación
inteligente de algo no se obtiene a menos que antes se disponga de un
esquema mental previo que permita que dicho algo se nos dé en forma
de fenómeno sensitivo o mental. No hay modo de dar con las cosas tal
como ellas son. Mirar o tocar u oír o..., así como entender, presuponen
una estructura, orgánica en unos casos, mental en otros, que condiciona
pero también hace posible la presencia, al sentido o a la razón, de la cosa
conocida a través de las sensaciones o bien mediante la mente. La
historia de cada quien organiza los esquemas cognoscitivos, de
referencia, de suerte que cada cual tiene su mundo -mundo es "manera-
de-ver-el-mundo"-. Las coincidencias interindividuales de mundo son
obra de las coincidencias y semejanzas de las historias individuales
-biografías- vividas en el seno de una sociedad que no permitía
disparidades excesivamente escandalosas.

La labor que estamos desarrollando no se propone otro objetivo que


corregir en parte el esquema que permite la formación del hecho
educacional, esquema, de ordinario, excesivamente cargado de
elementos confusos y, sobre todo, pasionales. El via crucis gnoseológico
que hemos emprendido invita a una ascesis -askeo, en griego, significó
ejercitar, practicar- de contención y de purificación. Hay que limpiar la
reflexión de toda ganga pasional, sentimental y emocional. Sólo de tal
guisa se hace patente el hecho educante, descargado ya de mucha
subjetividad, dominada, ésta, por el pathos.

El ejercicio etimológico aplicado a nuestro caso constituye la presente


estación del via crucis -camino de la cruz- incoado con este tema.

Etimología griega de etimología

Elimí: ser
Etymos: verdadero, real
Logos: palabra, explicación
Étymon: sentido verdadero
Etimología: sentido verdadero de una palabra

Etimología de etimología. Buena andadura nos aguarda.


Un filósofo, un inquieto a causa del saber, tiene que ser al pronto un
filólogo, un seducido por la palabra, un perseguidor de palabras, de
verbos, de términos, de dicciones. Un término actual -educación- no está
ahí por decreto de políticos o por arte de birlibirloque, sino porque lo han
engendrado los siglos humanos. Su verdad actual, su significado, posee
vida larga y trastorno por consiguiente. Mas, no hay modo de apreciar el
trastorno si no arrancamos desde su nacimiento -orto relativo, claro está.
El sentido presente del vocablo educación no se encuentra disecado en un
diccionario de nuestros días -colección de momias eternas-; se halla
maniatado al recorrido, al curriculum, que el término en cuestión ha
atravesado. Prestaremos atención aquí al instante del nacimiento de
educación, que llegó a la vida semántica -sema, sématos, significó en
griego señal o signo- en medio de palabras latinas que brotaban de bocas
del Latium y más tarde de bocas romanas.

Antes, empero, de meternos en este trabajo conviene prestar atención


al aspecto humanista que vertebra lo educacional. Así resultará luego
más patente la riqueza semántica que alberga el significante educación.

La palabra hombre, cuyo significado engloba de alguna forma el


sentido de educación, nos remite a un vasto panorama significativo. De
igual forma que los términos médicos reuma y cáncer apuntan a
conglomerados morbosos, así también el vocablo hombre señala una
vasta pluralidad de fenómenos. De esta manera se apofantiza que lo
humano es complejo y no se puede reducir a una definición lacónica
-habla propia de los antiguos habitantes de Laconia, o Lacedemonia, unos
griegos que se distinguían por expresarse muy concisamente-.
lo religioso lo moral

lo artístico lo científico

lo político Manifesta lo jurídico


ciones
semióticas
de lo
lo inconsciente humano lo consciente

lo técnico lo filosófico

lo somático lo social

lo educando

El ser humano es tan enrevesado y múltiple que, de tomarlo en serio,


sólo permite el análisis. Únicamente en broma y en plan jocoso puede
intentarse una síntesis de él. Ensayo a continuación una manera de
ostentar mediante, gráfico la exuberancia semántica e igualmente
referencial del término hombre. La educación, no sólo forma parte de tan
rico conjunto, mas también lo subsume entero desde la perspectiva
funcional. El esquema no tiene la pretensión de ser exhaustivo, sino tan
sólo de ser sugerente.

Carece de interés ahora, para mi propósito, pasar a definir cada una de


las manifestaciones antropológicas reseñadas. Basta con advertir como el
hecho de que el ser humano tenga que ser educado- o autoeducado, de
momento nos rebasa el asunto-, es un hecho específicamente
antropológico. Sucede, además, que la manifestación de lo humano
señalada como lo educando recoge y recapitula el resto de
manifestaciones con la función de entregarlas a los recién llegados
haciendo posible, de esta suerte, la continuación de la estrambótica
especie humana.
Una vez inspeccionado lo educado desde lo humano, ya no va a
sorprendernos excesivamente lo que nos va a contar lo etimológico.

Los especialistas en cuestiones etimológicas discuten entre ellos sobre


el exacto progenitor de educar. Miguel Martínez ha resumido con acierto
buena parte de los trabajos publicados en todos los expedientes.
Alejandro Sanvisens defiende la doble etimología de educar; en el origen,
pues: hacer salir y también conducir. Halagador, en cambio, Doval
Salgado, más asceta y faquir, no ve otra cosa en el orto de educar que:
nutrir. Agrio y seco. Perfecto. Vamos al latín proscrito por los políticos.

El itinerario etimológico ha acabado en la ambigüedad del sema


educación. Siglos de embarazo lingüistico para, al final, parir un equívoco
y una incertidumbre. Espléndido. ¿Por qué?, porque educación es hombre
y hombre es educación. El ánthropos no está definido, cerrado, finiquito;
es interrupción y lance asiduos. La educación no sabe, a ciencia cierta,
qué hacer con el hombre; y esto es considerablemente beneficioso.
Siempre a medio camino entre la bestia y el dios; un zoon llamado
Filoteo; esto es el hombre – Philótheos, en griego, significó buscador de
dioso, en todo caso, enamorado de dios-.
“Dux” “ducis”
(guía, conductor)

“Ducere”
(guíar, conducir)

“Educere” raíz: duc


(sacar afuera)
raíz: duc “Educare”
(educar)
Hacer salir
nutrir Tirar de
alimentar Estirar
hacer crecer
cuidar de
enseñar
instruir

“Eductio”
(surgir algo de otra cosa)
“Educatio”
(acto de educar) Desarrollo a partir de

Educación

criar parir Hacer salir hilar


cuidar amansar sacar de sacar consecuencias
nutrir domesticar conducir relacionar
desarrollar encaminar elevar documentar
instruir reproducir formar preparar
enseñar fabricar educar magnificar

Ser educados por Educar - se

Ambigüedad magnífica y próspera


Educar es faena ambigua porque el ser humano es asimismo ambiguo.

Etimología de “ambiguo”

Agüere: conducir, en este caso, y no obrar


Amb: entorno
Ambigere: estar en discusión

El ser humano-el ser educando- es lo que se halla sometido a discusión


permanente; en otras palabras: es pura ambigüedad.

La ascesis etimológica desarrollada acerca de la palabra educación nos


ha prestado valimiento en la configuración del hecho educacional.
Trabajos parecidos ayudarían igualmente; pienso los que podrían hacerse
con vocablos como pedagogía y paideia. Pero, para la empresa llevamos
entre manos, ya está bien así.

5. Polisemia del significante I'educación"


Nuestro trayecto hacia la configuración del hecho educacional se ve
asaltado por una no menguada contrariedad: el vocablo educación parece
estar ebrio. Significa demasiadas cosas dispares y como no pongamos
cierto orden en tal abundancia semántica, no nos salvaremos del
surrealismo. La polisemia vive la demencia y el delirio a menos que se la
controle y se la someta a razón

La palabra educación está llena, a rebosar, de señales y de signos. Tanto


derroche de significaciones la hace inservible y hasta peligrosa y
alarmante pues todas las pasiones pueden disimularse bajo carátula
lingüística tan rara.*

En 1965 concedieron el Premio Nobel de medicina al francés Francois


Jacob. La Logique du vivant -1970- le hizo famoso. Pero, ahora me
interesa otro libro suyo más reciente y menos ambicioso: La statue
interieure. En este libro leemos:
"Llevo en mí, esculpida desde la infancia, una especie de estatua
interior que proporciona continuidad a mi vida... Me he pasado la
existencia entera modelándola... Es el resultado de todas las emociones y
coacciones, de las señales que han dejado unos y otros, que han
modelado la vida y las ilusiones."

Francois Jacob, simpático, jovial, inteligente, es fruto de educación. En el


texto recordado, empero, asalta ya la ambigüedad del término educación.
La estatua interior -producto- es educación; me he pasado la existencia
modelándola -proceso- igualmente es educación. Resulta indispensable
disciplinar tal desarreglo.

Los estudios sociológicos pueden ayudar en este menester, pero no tanto


los cuantificadores -Durkheim, Max Weber o Pareto- cuanto los
cualificadores, los que promovió George Simmel -1858-1918- con sus
libros y con sus exposiciones de cátedra en las universidades de Berlín y
de Estrasburgo.

Peters descubre en la palabra enseñanza lo que Ryle calificó de concepto


polimórfico:

"Hay una gama de operaciones, cualquiera de las cuales puede...


erigirse en ejemplo de enseñanza, tales como escribir en el pizarrón,
corregir ejercicios, castigar, responder preguntas, demostrar un
procedimiento, disponer el material de lectura..."

Si caemos en la cuenta de que el término educaci6n recubre


semánticamente el de enseñanza, salta a la vista de inmediato el embrollo
y dédalo que encierra educación.

Con su agudeza habitual, García Carrasco escribe sobre educación las


líneas siguientes:

"Educación, aunque es un término factual, posee una enorme


riqueza semántica por el cúmulo de relaciones que pueden establecerse
con otros muchos conceptos de los ámbitos científicos más diversos..
Cuando indicamos que alguien se encuentra educado, prácticamente no
hemos dicho nada. No decimos más que cuando sentimos que algo está
caliente a partir de la sensación. Pero no hemos dicho nada sobre el
calor."
(La Ciencia de la Educación )
El término educación posee más connotaciones -ganga- que denotación
-mineral-. Se usa ordinariamente para manifestar nuestra reacción
sentimental delante de hechos que nos asaltan. "El hijo del Sr. Pepe es
educado" significa de entrada: "El comportamiento del hijo del Sr. Pepe
me cae en gracia". Educación en tales contextos no hace más que
objetivar las apreciaciones páticas de uno. Su uso pudiera hasta
desempeñar funciones psicoterapéuticas librándonos de malos humores o
bien acrecentando nuestros buenos humores.

Usos de
“educación”

Apreciación Descripción
subjetiva objetiva

De un
De un
proces
hecho
o

Pero, educación se refiere también a las intenciones de alguien sobre la


conducta de otro, o de otros, intervenciones que acaban produciendo un
proceso que modifica la conducta inicial. Aunque con dificultad, resulta
posible referimos con alguna objetividad a tales procesos.

Aparte estos problemas, aparecen otros debidos a los diversos usos que
los idiomas llevan a cabo de la palabra educación.

“Educación”

Ámbito latino: Ámbito anglosajón:

Francés: éducation Inglés: education


Italiano: educazione
Catalán: educació
Castellano: educación

Intervención sobre la Enseñanza escolar


conducta en general (En la familia: bringing up)
Los pensadores clásicos, mayoritariamente, hicieron un uso axiológico
del significante educación. Platón y Aristóteles utilizaron paideia
refiriéndose simultáneamente a la cultura, a la estética, a la moral ya la
política. No definieron el hecho educacional en su autonomía procesual,
sino que mezclaron juicios fácticos y juicios de valor. Aquí radica otra
fuente de peligros si uno traduce, tan tranquilo, paideia por educación.

Refiriéndonos ya a educación, como conjunto de procesos descriptibles,


surgen también no pocas dificultades semánticas. José Manuel Esteve, en
su intento de deslindar educación de otros casos prácticos ligados a
procesos de aprendizaje relacionados con educación, enumera diversos
casos de proximidad significativa. Lo ofrezco a través del esquema
siguiente.

“Educación”
como proceso observable

Formación Learning

Condicionamiento
Enseñanza
Aprendizaje
Instrucción
Adiestramiento
Entrenamiento
Manipulación
Adoctrinamiento

La sola vertiente semántica de learning presenta ya complejidad y


variedad. Como señalé, nos vemos forzados a establecer cierto orden que
haga mínimamente manejable palabra tan atrevida y desorientadora.
Considero útil la división semántica que establece Mialaret en Les sciences
de l'éducation. Se trata de dividir la noción de educar prescindiendo de la
perspectiva histórica y prestando únicamente atención al uso
contemporáneo dentro del área lingüística que proviene del latín. Con un
gráfico resumo las páginas de Mialaret.
Resultado de Institución
una acción social
“Educación”
Educación como (direcciones Educación como
producto semánticas) sistema
(e.g. Pedro posee (e.g. sistema francés
una educación de educación)
clásica)
Proceso de modificación
de conductas

Educación como tecnología


(e.g. didáctica de la lectura)

Para concluir con esta ordenación, se me ha antojado procedente y


comedido ofrecer esquemáticamente la clasificación que trae el
Vocabulaire de l'É-ducation. Complementa mediante abigarramiento y
barroquismo la precisión teórica anterior. Esta segunda clasificación pone
en la facticidad verbal, que se encuentra ahí, en la calle. La división antes
traída, en cambio, constituía un esfuerzo por poner orden a partir de la
teoría, del concepto.
comparada
anárquica
continua o permanente
de base
de masas
difusa o paralela
Según en medio abierto
caracteres extraescolar o paralela
funcional
libertaria
no formal
nueva
preescolar
política
Educación social

artística
cívica
corporal o deportiva
estética, artística
Según familiar
contenidos musical
sexual
sensorial
especial

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