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24 de junio: Día del Campesino

Cada 24 de junio se conmemora en el Perú, el Día del Campesino, en una


jornada donde se le rinde homenaje al hombre y a la mujer de campo que,
con su trabajo arduo, forja el carácter de nuestro país.
El campesino, agricultor o ganadero, hace producir con su trabajo y
esfuerzo la tierra y los animales, recursos que nos fueron brindados y que
son mundialmente conocidos, porque representan una mayor fuente de
riqueza. 
Se reconoce la labor del campesino como impulsor y generador de la
riqueza agrícola en el país y sus esfuerzos por mantener alimentada a su
población.
Esta celebración data de la época de los incas, cuando se consagró el 24 de
junio como un día especial para rendir homenaje y agradecer a la madre
tierra por los frutos que brinda al hombre.
Todo lo hecho por los incas en materia de agricultura se perdió por
completo en la época de la Colonia, pues los campesinos fueron llevados a
las minas como bestias de carga para convertirse en esclavos, dejando sus
ayllus y sus métodos de trabajo por la ambición de los españoles por el oro
y la plata.
La Ley N.º 17716 ''Ley de la Reforma Agraria'', promulgada en el gobierno
de Juan Velasco Alvarado, le dio al agro la importancia que merecía y los
términos como el Día del Indio' fueron cambiados por Día del Campesino.
El Perú es un país que cada 24 de junio rinde homenaje al campesino, quien
es el que siembra las semillas, abona la tierra y cosecha sus frutos.
En las regiones de la costa, sierra y selva del Perú, millones de agricultores
celebran este día. En algunos departamentos se realizan fiestas
típicas en agradecimiento a la Madre Tierra , junto a sendos
homenajes a los hombres del campo.

Origen del Día del Campesino

El 23 de mayo de 1,930, Augusto B. Leguía, decretó oficialmente la


celebración del 'Día del Indio', con la finalidad de destacar la
importancia que tiene el hombre del ande para el desarrollo del país.
Posteriormente, el 24 de junio de 1,969, Juan Velasco Alvarado promulga
la Ley 17716 de la Reforma Agraria con la cual, también, se cambia el
nombre de 'Día del Indio' por el de 'Día del Campesino'.

El 24 de junio en la época de los incas era motivo para celebrar la fertilidad


de la tierra y la influencia del Sol, a través de la fiesta del Inti Raymi.
Todo lo logrado por los incas con las técnicas de andenería y distribución de
sus tierras en topos, fue desbaratado en la época de la Colonia. Los
campesinos dejaron sus ayllus y fueron llevados a las minas como
bestias de carga y esclavos.
29 de junio: Día de San Pedro y San Pablo
Los 29 de junio se celebra el Día de San Pedro y San Pablo, un santoral
doble muy significativo en la tradición católica por su valor especial. Y es
que ambos santos están considerados fundamentales para la posterior
difusión de la doctrina católica en los inicios del cristianismo dentro del
Imperio Romano. La Fiesta de San Pedro y San Pablo, cuyo nombre oficial
es "Solemnidad conjunta de san Pedro y san Pablo", es la
conmemoración del martirio en Roma de los apóstoles Simón
Pedro y Pablo de Tarso, celebrada el 29 de junio. Es una de las mayores
celebraciones religiosas para los cristianos católicos y ortodoxos.
La fecha, según la tradición, bien es el aniversario de sus muertes o del
traslado de sus reliquias y en el Santoral católico, es celebrado como
solemnidad. En las últimas décadas, esta fiesta ha sido de importancia para
el moderno movimiento ecuménico como una ocasión en la que el Papa de
Roma y el Patriarca de Constantinopla han oficiado servicios diseñados para
que sus iglesias más cerca de intercomunión, como participación en lo
común. Es especialmente el caso durante el pontificado de Juan Pablo II,
tal como se refleja en su encíclica, Ut Unum Sint (25 de mayo de 1995).

San Pedro
Simón Pedro (Betsaida, finales del siglo I a. C.-Roma, c. 67), conocido
también como san Pedro, Cefas o simplemente Pedro fue, de acuerdo con
múltiples pasajes neotestamentarios, uno de los discípulos más destacados
de Jesús de Nazaret. Su nombre de nacimiento era Shimón bar Ioná y era
pescador de oficio en el mar de Galilea. Por su seguimiento de Jesús, se
constituyó en el apóstol más conocido y citado del Nuevo Testamento en
general y de los cuatro Evangelios canónicos y los Hechos de los Apóstoles
en particular, que lo presentan bajo muy variados aspectos. También es
citado por San Pablo en sus epístolas, incluyendo la Epístola a los gálatas
donde lo refiere como una de las tres columnas de la Iglesia de Jerusalén.
Figura de primer orden y de firme valor teológico en razón del ministerio
que le confió el propio Jesucristo, es también conocido como el príncipe de
los apóstoles y el primer Papa. Dado el prestigio del que gozó en la Iglesia
primitiva, proliferaron también los «escritos apócrifos» centrados en su
figura, como el Evangelio de Pedro, el Apocalipsis de Pedro, los Hechos de
Pedro, los Hechos de Pedro y Pablo, entre otros. La Iglesia católica lo
identifica a través de la sucesión apostólica como el primer papa,
basándose, entre otros argumentos, en las palabras que le dirigió Jesús:
«Tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi Iglesia, y el poder de la
muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los
Cielos. Todo lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y todo lo que
desates en la tierra, quedará desatado en el cielo». La tradición católica
narra que Pedro acabó sus días en Roma, donde fue obispo, y que allí murió
martirizado bajo el mandato de Nerón en el Circo de la colina vaticana o en
sus proximidades, sepultado a poca distancia del lugar de su martirio y que
a principios del siglo IV el emperador Constantino I el Grande mandó
construir una gran basílica sobre su sepultura. Se supone que murió
crucificado, como Jesús, pero en posición invertida, cabeza abajo.

San Pablo
Pablo de Tarso, originalmente Saulo de Tarso o Saulo Pablo, también
llamado san Pablo, nacido entre los años 5 y 10 d. C.,3 en Tarso de Cilicia
(actual Turquía centro-meridional), es conocido como el Apóstol de los
gentiles, el Apóstol de las naciones, o simplemente el Apóstol, y constituye
una de las personalidades señeras del cristianismo primitivo. De sus
epístolas auténticas surge que Pablo de Tarso reunió en su personalidad sus
raíces judías, la gran influencia que sobre él tuvo la cultura helénica y su
reconocida interacción con el Imperio romano. Pablo no cambió su nombre
al abrazar la fe en Jesucristo. Se constituyó en artífice de primer orden en la
construcción y expansión del cristianismo en el Imperio romano, merced a
su talento, a su convicción y a su carácter indiscutiblemente misionero. Pero
al comienzo trabajó persiguiendo a los primeros cristianos, algo que según
la tradición cristiana, puso fin el mismo Jesús. Según el libro de los Hechos
de los Apóstoles, luego del martirio de Esteban, Saulo Pablo se dirigió a
Damasco. Allí una visión le dejó ciego, recuperando la vista sólo tras su
arrepentimiento y tras abrazar la fé cristiana. Tras ser detenido y juzgado,
apeló al César en calidad de ciudadano romano y fue ajusticiado. La
tradición cristiana considera que fue muerto martirizado bajo el gobierno de
Nerón entre los años 58 y 67 en Roma y que habría sido decapitado. Otra
tradición señala que habría sido crucificado.

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