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TEMA 3: ENSEÑANZA DE LA GRAMATICA EN CLASE DE ESPAÑOL

IR/IRSE
Para conocer adecuadamente el funcionamiento de “ir” frente a “irse” hay que tener
en cuenta el valor significativo sistemático de estos verbos que, a su vez, tiene
repercusión en su uso en el discurso. Ambos verbos pueden llevar complementos de
origen como de destino (voy/me voy de mi casa a la playa) y por eso en muchos
contextos son sustituibles. Ahora bien, según usemos uno y otro, nuestro interlocutor
esperará o necesitará una información distinta, dado su diferente valor semántico.

Con el verbo “voy "se hace hincapié en el destino, de ahí que cuando lo insertamos en
el discurso, nuestro interlocutor debe conocer esa información, y si no la conoce, lo
normal es que se pregunte por ella. Por decirlo de otro modo, para concebir el verbo
“ir” en español necesito un lugar adonde ir. Es por eso que cuando le comento a un
amigo mis planes para el finde, puedo decirle “este finde voy a la playa o al campo”,
pero no puedo decir “este finde voy” si previamente mi interlocutor no sabe dónde
voy. Distinto sería el caso de que mi interlocutor me preguntara “si voy este finde a
la playa”, en cuyo caso ya no tengo porque enunciar el destino pues compartido por
ambos y mi respuesta puede bien repetirla “pues voy contigo a la playa” o bien
eludirla, ya que es compartida por ambos: “pues voy contigo”. Este verbo puede
combinarse, además, de manera opcional, con una información sobre el origen, pero
esta información no es esperable ni requerida por nuestro interlocutor en el discurso.

Con el verbo “irse”, por el contrario, se hace hincapié en el origen, ya que para
concebir en español dicho verbo, se necesita, de manera obligatoria, un origen desde
el que uno se va. De este modo, el origen siempre debe estar presente en el discurso
cuando usamos este verbo, ya sea porque lo emitimos (“yo a la cena voy desde mi
casa”), ya sea porque se sobreentiende: “adiós me voy”. No se dice el origen porque
ambos conocen que se va de aquí. Este verbo puede combinarse además de manera
opcional, con una información sobre el destino, pero esta información no es separable
ni requerida por nuestro interlocutor en el discurso.
Esta diferenciación entre ir/irse es la que da explicación al hecho de que cuando nos
despedimos, si digo “adiós, me voy”, nadie me pregunte (salvo que sea un cotilla)
adónde voy (esta no es una información esperable) ni de dónde me voy (ya que es una
información conocida). Por otro lado, y al mismo tiempo “adiós, voy” suele ser una
frase incompleta y con frecuencia hay que emitir (si no estaba ya presente de algún
modo en el discurso) el destino de dicha acción, al tratarse de una información
requerida por dicho verbo.

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