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EL CLIMA

Entendemos por clima a aquel fenómeno natural que se da a nivel atmosférico


y que se caracteriza por ser una conjunción de numerosos elementos tales
como la temperatura, la humedad, la presión, la lluvia, el viento y otros.

Fenómeno natural de la atmósfera que es el resultado de la interacción de


elementos como la lluvia, la presión, la humedad, la temperatura, entre otros

Esa suma de variables atmosféricas y que afectan a una zona geográfica dada
se conoce como clima.

En tanto, las variables se consideran en un promedio, o sea, tomando una


determinada cantidad de tiempo que pueden ser cincuenta años para atrás.

Las variaciones climáticas tienen su explicación por la presencia de diversos


factores tales como: la distancia con respecto al Ecuador, la cercanía del mar,
la altitud, las lluvias, entre otros; todos estos factores interaccionan entre sí y
determinan el tipo de clima específico de una región geográfica.

Como consecuencia de la importancia que el clima presenta en la actividad


económica es que el ser humano se ocupó de estudiar detenidamente el clima
existente en cada parte del planeta para así poder aprovechar las condiciones
naturales que ofrece cada lugar del mundo y establecer allí los negocios y
actividades más propicios.

Si bien el clima es un elemento natural, podría decirse también que su


concepción es humana ya que todos los elementos y estadísticas que lo
componen son formas que el ser humano establece para conocer con
parámetros más o menos accesibles a aquellos fenómenos atmosféricos.

Diferencias entre meteorología y climatología, las disciplinas que estudian el


clima

La disciplina que se ocupa del estudio del clima se llama climatología, siendo
los valores promedio su foco de estudio, por su parte, la meteorología, es la
ciencia que estudia y predice el clima de acuerdo a los elementos visibles en
numerosos tipos de mapas y sistemas de observación planetaria, pero
analizando los valores actuales.
Así es que la climatología se ocupa del largo plazo, tratando de hallar
regularidades en los valores, y la segunda en el corto plazo, su misión es
realizar predicciones.

Ahora bien, las variables que se analizan son las mismas en ambas disciplinas.

Tipos de climas

La tierra posee una gran variedad de climas que se generan a partir de


conjunciones únicas de elementos tales como humedad, temperatura, vientos,
corrientes oceánicas, suelos, precipitaciones y otros.

Así, podemos organizar al clima en cinco tipos principales: tropical, seco,


templado, continental y polar.

El clima tropical es aquel que se encuentra en las zonas por las que pasa el
Ecuador, es decir el norte de Sudamérica, el centro de África y el sudeste
asiático. El seco se encuentra en zonas desérticas tales como gran parte de
África del Norte, el oeste de Estados Unidos, Medio Oriente, Australia y el
oeste de Sudamérica. El polar es el que se encuentra cerca de los polos y que
supone las temperaturas más bajas de planeta. El templado y el continental
pueden hallarse en diferentes partes del planeta y son, quizás, los más
adecuados para la vida del ser humano por no presentar temperaturas
extremas como frío polar o calor desmedido.

El impacto negativo sobre el planeta que genera el cambio climático.


Consecuencias y cómo ayudar

El clima es un fenómeno geográfico que existe a lo largo de todo el planeta


pero que, de acuerdo a las condiciones de cada lugar, varía y presenta notorias
diferencias entre zona y zona. Debido al alto impacto de la acción del hombre
no sólo sobre la naturaleza sino también sobre la atmósfera, el clima ha
cambiado profundamente en los últimos siglos, dando lugar a aquello que hoy
en día se conoce como cambio climático y que supone severas alteraciones en
todo el planeta.
En general, en los últimos años se ha evidenciado un aumento de la
temperatura producto del efecto invernadero que retiene la energía
procedente del sol.

Si no empezamos a cuidar el planeta, tratándolo con más respeto y cuidado,


las consecuencias serán nefastas para la continuidad de la vida en el mismo.

Entre los efectos adversos se cuentan: la posibilidad que los reservorios de


agua dulce en estado sólido, tales como los polos, se derritan; la elevación en
el nivel del mar que puede desembocar en la inundación de las ciudades
costeras; aumento de las precipitaciones y por ende las inundaciones;
extinción de especies y de ecosistemas, entre las más graves.

Más allá de las políticas que un gobierno pueda implementar para mejorar la
calidad de vida del planeta, cada uno de nosotros puede colaborar con
pequeñas acciones cotidianas que mancomunadas serán enormes, por
ejemplo, evitar el uso indiscriminado de automóviles y optar por el uso de
transporte público o de bicicletas, el auténtico transporte verde.

De este modo estaremos contribuyendo en la reducción de la producción de


dióxido de carbono.

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