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Uno de los talleres del curso consistía en plantear una iniciativa empresarial, a
la que se le debía realizar un plan de negocio. Nuestro equipo estaba
conformado por un tecnólogo de alimentos y un contador con especialización
en finanzas que había salido en un recorte de personal. Luego de un análisis
de nuestros conocimientos definimos una empresa de Provisión de Alimentos
para empresas y guarderías.
El nuevo empleo está en la creación de empresas, esto significa que cada uno
de nosotros asume y emprende su desarrollo. Al crear empresas buscamos
materializar en unidades productivas, creadas por nosotros mismos, productos
y servicios de excelente calidad que sean innovadores, creativos y que puedan
proyectarse a futuro a otros países.
Actitud Empresarial
Hace referencia a la posición que asume el empresario frente a los retos que
representan los cambios del entorno para la sostenibilidad de su empresa,
estos retos son tanto apreciables al interior de la empresa como en el ámbito
social externo en el que se desenvuelve ésta.
La actitud empresarial debe estar fundamentada, en la visión constante de
oportunidades, en la generación proactiva de ideas, en la implantación de
mejoras a los procesos y en el reconocimiento de la importancia de la gestión
del conocimiento.
La actitud empresarial se relaciona con:
Carlitos llegó a la escuela, ese día la profesora recibió a todos los niños y les
dijo: Hoy vamos a pintar. Carlitos se puso muy contento, pensó para sus
adentros, "me parece genial, me encanta pintar", a continuación sacó las
crayolas y rápidamente se puso a hacer monigotes, a pintar carritos que era lo
que más le gustaba hacer. La profesora le dijo: un momento, empiecen a pintar
sólo cuando yo lo ordene, Carlitos esperó la orden.
Acto seguido la profesora dijo: Ahora pueden empezar, pero hoy vamos a
pintar flores. Carlitos se dijo para sí: ¡huyyy, genial!, también me encanta pintar
flores y pintó una margarita. Pero la profesora le dijo: No, no, hoy vamos a
pintar rosas, no vamos a pintar margaritas. Carlitos inmediatamente hizo una
rosa con tallo negro y pétalos amarillos, ¡lindísima! Pero la profesora
inmediatamente dijo: No, vamos a pintar rosas de tallo verde y pétalos rojos.
Carlitos la hizo, le quedó muy linda y le gustó como le quedó su rosa.
Al día siguiente la profesora dijo a los niños: Hoy vamos a jugar con barro.
Carlitos saltó de alegría e inmediatamente empezó a hacer muñecos hasta
tanto la profesora dijo: No, no, empiecen sólo cuando yo lo ordene. Carlitos
esperó. A continuación la profesora dijo: hoy vamos a hacer platos.
Inmediatamente Carlitos empezó a hacer platos pequeños, platos grandes, y la
profesora dijo: No, no, vamos a hacer platos hondos como éste que estoy
dibujando aquí. A continuación Carlitos hizo el plato hondo, le quedó muy bien
y él quedó muy contento con lo que había hecho.
Unos meses más tarde el papá de Carlitos fue trasladado a otra ciudad.
Cuando Carlitos llegó al nuevo colegio la profesora le dijo el primer día: Niños,
hoy vamos a pintar. Carlitos se dijo internamente: ¡Maravilloso! Y esperó. Al
buen rato y dándose cuenta de que sus compañeros estaban dibujando dijo:
¡Hey! Profesora, usted no ha dado la orden de empezar. La profesora
respondió: No, yo no tengo que dar ninguna orden. Fíjate que los otros niños ya
están dibujando. Carlitos le preguntó a la profesora: sí señorita pero, ¿qué
pinto? La profesora respondió: Tú tomas la decisión y pintas lo que quieras. A
lo cual replicó nuevamente Carlitos: No, pero si usted no me dice, entonces yo
no sé qué hacer. Es tu decisión, dijo nuevamente su profesora.
Carlitos estuvo pensando unos minutos, finalmente sacó las crayolas y con
mucha tristeza dibujó una rosa con tallo verde y pétalos rojos.
Reflexión: