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http://www.ucm.es/info/eurotheo/diccionario/J/juventud.htm
Sin embargo, ?qué autoriza a pensar que una identidad cronológica suponga
por sí misma una identidad social?, ?qué permite identificar como
pertenecientes al mismo grupo social -por el solo hecho de que ambos
tengan veinte años- a un estudiante de Derecho de una universidad privada
y a un peón de albañil con contrato temporal? ?En virtud de qué "formidable
abuso del lenguaje" se puede pasar de una identidad de edad biológica a
una identidad de conformación de "opiniones", de "actitudes", de
situaciones: de sujetos?
Podemos hallar en todo grupo social una división, por elemental que ésta
sea, en clases de edad: diversas condiciones asociadas a la edad y que
suponen una serie de derechos y deberes, una serie de comportamientos
proscritos y prescritos; en suma, una diferencia de "esencias sociales".
En fin -y este último punto resume varios de los anteriores-, porque como en
la encuesta de opinión se desconoce el sentido de las preguntas y las
respuestas -se presume que el sentido es el mismo para todos los
encuestados y el investigador-, el investigador puede imponer sus propios
esquemas de sentido, actuando como ventrílocuo que dice lo que la
juventud realmente piensa, quiere...
En conclusión, nos hallamos con una sociología de la juventud con una
inserción política muy clara. "Olvidando" -negando- la realidad de la
dominación de clase, señalando a la "juventud" como problema social y, por
tanto, como superficie de intervención, legitimando las problemáticas que
preocupan a las instituciones como problemas de la juventud, no es sino la
contrapartida discursiva de una "política de juventud" que, pretendiendo
ayudar -"insertar"-, consigue desvíar la mirada al preguntar sobre el origen
de los "problemas sociales": nunca hacia arriba, siempre hacia abajo.
No vale, por tanto, entregarse a la ilusión sustancialista que quiere que tras
la unidad del nombre "juventud" exista una unidad social -un grupo social-:
hay que abandonar toda esa parafernalia discursiva que sitúa como sujeto
de la frase "la juventud". Pero tampoco vale con declarar simplemente que
"la juventud no es más que una palabra", ya que las palabras, cuando están
sostenidas por la creencia colectiva en la existencia de lo que designan,
tienen eficacia social. Frente a estas dos posturas extremas, hay que
reconstruir teóricamente la problemática de "la juventud" -o mejor, las
juventudes- situándola en las dinámicas sociales de dominación y de
reproducción social.
BIBLIOGRAFIA