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CONTENIDO

Introducción________________________________________________________2

¿Qué es la hemodiálisis y por qué es necesaria?


_________________________2

Insuficiencia Renal__________________________________________________3

Insuficiencia renal aguda_______________________________________3

Insuficiencia renal crónica______________________________________6

Marco histórico______________________________________________________7

Principio físico de la hemodiálisis_____________________________________10

Difusión______________________________________________________10

Convección___________________________________________________11

Descripción de un equipo de
hemodiálisis______________________________11

Partes principales de un equipo de


hemodiálisis__________________13

Líneas sanguíneas_______________________________________14

Monitores de presión_____________________________________14

Detector de aire_________________________________________14

Dializador______________________________________________14

Líquido de diálisis_______________________________________14

Anticoagulante__________________________________________14

Efectos secudanrios y
complicaciones__________________________________15

Conclusiones________________________________________________________17

Bibliografía_________________________________________________________18

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INTRODUCCIÓN

El ser humano, por sus actividades diarias, genera desechos: Las


envolturas, las latas vacías y los restos de comida, sólo por nombrar
algunos. Sino fuera posible sacar esta basura, se amontonaría más y
más. En el futuro, el lugar sería inhabitable.

Dentro del cuerpo, los órganos y células también crean desechos


durante los procesos normales del organismo. Afortunadamente, el
cuerpo tiene sus propios sistemas internos para remover los desechos,
entre ellos, los riñones. Cada día, los riñones limpian los fluidos del
organismo y regulan el equilibrio químico del mismo.

La vida depende de ellos, ya que impiden que los desechos crezcan


hasta niveles tóxicos.

Cada año, un número creciente de personas puede vivir, trabajar y


disfrutar su vida a pesar de tener riñones que no funcionan
apropiadamente. ¿La razón? La diálisis. La diálisis es una manera
artificial de sacar "la basura" del cuerpo, quitando los desechos y los
líquidos en exceso, la cual maneja dos métodos la hemodiálisis y la
diálisis peritoneal. La técnica de la diálisis no es un reemplazo perfecto
ni una cura para los riñones, pero para millones de personas en el
mundo, esta es una esperanza para seguir viviendo y una razón para ser
optimistas sobre su futuro.

¿QUÉ ES LA HEMODIÁLISIS Y POR QUÉ ES NECESARIA?

Es una terapia de reemplazo renal la cual quita los desechos y los fluidos
filtrando la sangre a través de un riñón artificial, llamado "dializador".
Para que esto ocurra, la sangre tiene que dejar el cuerpo, viajar hasta el
dializador y luego retornar.

La necesidad de este método nace por lo que se denomina falla renal,


también conocida como insuficiencia renal. La insuficiencia renal (o fallo
renal) es la condición en la cual los riñones dejan de funcionar
correctamente. Finalmente, cabe señalar que aproximadamente el 85
por ciento de las personas que necesitan diálisis utilizan la hemodiálisis.

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INSUFICIENCIA RENAL

La insuficiencia renal es una alteración de la función de los riñones en la


cual éstos son incapaces de excretar las sustancias tóxicas del
organismo de forma adecuada. Fisiológicamente, la insuficiencia renal
se describe como una disminución en la tasa de filtración glomerular
(TFG). Clínicamente, esto se manifiesta en una creatinina del suero
elevada.
Las causas de insuficiencia renal son diversas; algunas conducen a una
rápida disminución renal (insuficiencia renal aguda), mientras que otras
conducen a una disminución gradual de dicha función (insuficiencia
renal crónica)

Insuficiencia renal aguda

La insuficiencia renal aguda es una rápida disminución de la


capacidad de los riñones para eliminar las sustancias tóxicas de la
sangre, llevando a una acumulación de productos metabólicos de
desecho en la sangre, como la urea.
La causa de una insuficiencia renal aguda puede ser cualquier
afección que disminuya el aporte de flujo sanguíneo hacia los
riñones, que obstruya el flujo de la orina que sale de los mismos o
que lesione los riñones. Diversas sustancias tóxicas pueden
lesionar los riñones, como fármacos, tóxicos, cristales que
precipitan en la orina y anticuerpos dirigidos contra los riñones.
Los síntomas dependen de la gravedad de la insuficiencia renal,
de la concentración de iones y de la causa subyacente.
El cuadro que conduce a la lesión renal a menudo produce
síntomas graves que no tienen relación con los riñones. Por
ejemplo, antes de la insuficiencia renal puede manifestarse fiebre
elevada, shock, insuficiencia cardíaca e insuficiencia hepática,
circunstancias que pueden ser más graves que cualquiera de los
síntomas provocados por la propia insuficiencia renal. Algunas de
las situaciones que causan la insuficiencia renal aguda también
afectan a otras partes del organismo. Por ejemplo, la
granulomatosis de Wegener, que lesiona los vasos sanguíneos en
los riñones, puede dañar también los vasos sanguíneos de los
pulmones y producir hemoptisis, es decir, tos sanguinolenta. Las
erupciones cutáneas son características de algunas causas de
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insuficiencia renal aguda, como la poliarteritis, el lupus
eritematoso sistémico y algunos medicamentos tóxicos.
La hidronefrosis puede provocar insuficiencia renal aguda debido
a la obstrucción del flujo de orina. El reflujo de la orina al interior
de los riñones hace que la zona de recolección (pelvis renal) se
dilate, produciendo un dolor que varía de leve a muy agudo, por lo
general en el costado. Alrededor del 10 por ciento de las personas
presentan sangre en la orina.
La insuficiencia renal aguda se sospecha cuando disminuye el
volumen de producción de orina. Los análisis de sangre que
determinan las concentraciones de creatinina y de nitrógeno
ureico (urea) en la sangre (productos de desecho presentes en la
sangre que normalmente son eliminados por los riñones)
contribuyen a ratificar el diagnóstico. Un aumento progresivo de
la creatinina indica insuficiencia renal aguda.
Durante el examen clínico, el médico explora los riñones para
determinar si están agrandados o si duelen al tacto. Un
estrechamiento de la arteria principal que va al riñón puede
producir un ruido como de corriente (murmullo), que se puede
escuchar cuando se coloca un fonendoscopio en la espalda encima
de los riñones.
Cuando se detecta una vejiga aumentada de tamaño, el médico
puede introducir un catéter en la misma para averiguar si está
demasiado llena de orina. Especialmente en las personas de edad
avanzada, el flujo de orina por lo general se obstruye a la salida
de la vejiga (la abertura de la misma hacia la uretra). Como
consecuencia, la vejiga aumenta de tamaño y la orina refluye,
lesionando los riñones. Cuando se sospecha una obstrucción, se
practica un examen del recto o de la vagina, según el caso, para
determinar si una masa está causando la obstrucción en
cualquiera de dichas zonas.
Análisis de laboratorio pueden ayudar a indicar con toda precisión
la causa de la insuficiencia renal y la gravedad de la misma. En
primer lugar, se examina la orina a fondo. Si la causa de la
insuficiencia renal es un inadecuado aporte sanguíneo o una
obstrucción urinaria, generalmente la orina es normal. Pero
cuando se trata de un problema interno de los riñones, puede
contener sangre o aglomerados de glóbulos rojos y blancos. La
orina puede también contener grandes cantidades de proteínas o
de tipos de proteínas que normalmente no están presentes en
ella.
Los análisis de sangre detectan valores anormalmente elevados
de urea y creatinina y desequilibrios metabólicos, como acidez
anormal (acidosis), una concentración elevada de potasio

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(hipopotasemia) y una baja concentración de sodio
(hiponatremia).
Los estudios de los riñones con pruebas de imagen son muy útiles,
ya sea la ecografía o la tomografía axial computadorizada (TC). Se
pueden realizar estudios con rayos X de las arterias o de las
venas renales (angiografía), cuando la obstrucción de los vasos
sanguíneos sea la causa probable. Cuando se sospeche que las
sustancias radiopacas utilizadas en los estudios radiográficos
entrañan demasiado riesgo, se puede realizar una resonancia
magnética nuclear (RM). Si dichos estudios no revelan la causa de
la insuficiencia renal, puede ser necesario practicar una biopsia.

En la siguiente tabla se muestran las principales causas de


insuficiencia renal aguda:

PROBLEMA CAUSAS POSIBLES


Suministro insuficiente de sangre • Sangre insuficiente debido a
a los riñones una pérdida, deshidratación
o lesiones físicas que
obstruyen los vasos
sanguíneos.
• Bombeo cardíaco demasiado
débil (insuficiencia cardíaca).
• Hipotensión arterial externa
(shock).
• Síndrome de insuficiencia
hepática (hepatorrenal)

Obstrucción del flujo de orina • Dilatación de la próstata.


• Tumor que presiona sobre el
tracto urinario.
Lesiones dentro de los riñones • Reacciones alérgicas.
• Sustancias tóxicas.
• Trastornos que afectan las
unidades filtrantes
(nefrones) de los riñones.
• Cristales, proteínas u otras
sustancias en los riñones.

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Insuficiencia renal crónica

La insuficiencia renal crónica es una lenta y progresiva


disminución de la función renal que evoluciona hacia la
acumulación de productos metabólicos de desecho en la sangre
(azoemia o uremia).
Las lesiones producidas en los riñones, por muchas enfermedades,
pueden ocasionar daños irreversibles.
En la insuficiencia renal crónica, los síntomas se desarrollan
lentamente. Al inicio están ausentes y la alteración del riñón sólo
se puede detectar con análisis de laboratorio. Una persona con
insuficiencia renal entre ligera y moderada presenta sólo síntomas
leves a pesar del aumento de la urea (un producto metabólico de
desecho) en la sangre. En este estadio, puede sentirse la
necesidad de orinar varias veces durante la noche (nicturia)
porque los riñones no pueden absorber el agua de la orina para
concentrarla como lo hacen normalmente en la noche. Como
resultado, el volumen de orina al cabo del día es mayor. En las
personas que padecen insuficiencia renal a menudo aparece
hipertensión arterial porque los riñones no pueden eliminar el
exceso de sal y agua. La hipertensión arterial puede conducir a un
ictus (accidente cerebral vascular) o una insuficiencia cardíaca.
A medida que la insuficiencia renal evoluciona y se acumulan
sustancias tóxicas en la sangre, el sujeto comienza a sentirse
pesado, se cansa fácilmente y disminuye su agilidad mental.
Conforme aumenta la formación de sustancias tóxicas, se
producen síntomas nerviosos y musculares, como espasmos
musculares, debilidad muscular y calambres. También puede
experimentarse una sensación de hormigueo en las extremidades
y perderse la sensibilidad en ciertas partes. Las convulsiones
(ataques epilépticos) se pueden producir como resultado de la
hipertensión arterial o de las alteraciones en la composición
química de la sangre que provocan el mal funcionamiento del
cerebro. La acumulación de sustancias tóxicas afecta también al
aparato digestivo, provocando pérdida del apetito, náuseas,
vómitos, inflamación de la mucosa oral (estomatitis) y un sabor
desagradable en la boca. Estos síntomas pueden llevar a la
desnutrición y a la pérdida de peso. Los sujetos que padecen una
insuficiencia renal avanzada desarrollan frecuentemente úlceras
intestinales y hemorragias. La piel puede volverse de color marrón
amarillento y, en algunas ocasiones, la concentración de urea es

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tan elevada que se cristaliza en el sudor, formando un polvo
blanco sobre la piel (escarcha urémica). Algunos de los que sufren
de insuficiencia renal crónica tienen picores generalizados muy
molestos.

Las causas principales de la insuficiencia renal crónica son:

• Hipertensión arterial.

• Obstrucción del tracto urinario.

• Glomerulonefritis.

• Anomalías de los riñones, como la enfermedad polquística renal.

• Trastornos autoinmunitarios, como el lupus eritematoso sistémico.

La insuficiencia renal crónica afecta a la sangre de la siguiente manera:

 Concentraciones aumentadas de urea y creatinina.

 Incremento de acidez de la sangre (acidosis).

 Concentración disminuida de calcio.

 Concentración incrementada de fosfato.

 Concentración aumentada de hormona paratiroidea.

 Concentración disminuida de vitamina D.

 Y puede o no aumentar ligeramente la concentración de


potasio.

MARCO HISTÓRICO

Antes de explicar experimentos que impulsaron el desarrollo de la


técnica de diálisis, se indica el origen de ciertos descubrimientos que
son el principio y la base del desarrollo posterior de esta técnica. El
parisino Rouelle le Cadet fue el primero que utilizó el término urea, en
1773, hablando de ella como una sustancia jabonosa presente en la

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orina de animales y del hombre, y a fines del mismo siglo, Antoine
Fourcroy y Nicolás Vauquelin lograron cristalizar este compuesto para
luego analizarlo, encontrando en el mismo un gran contenido de
nitrógeno.

Ya en el Siglo XIX, en 1821, en la ciudad de Génova, dos científicos que


también se interesaron en este tema (Jean Louis Prévost y Jean Baptiste
Dumas) demostraron que el aumento de la concentración de urea en la
sangre de algunos animales era previo a la muerte de los mismos,
descubrimiento muy importante, ya que comenzaron a ver que era esta
la base de una enfermedad hasta el momento desconocida. En Londres,
John Bostock y William Prout, poco tiempo después, encontraron urea en
la sangre de ciertos pacientes con enfermedad de Bright, por la cual
veían disminuida su secreción urinaria. Y finalmente en Escocia, en el
año 1829, el médico químico Robert Christison se refiere concretamente
a la retención de sustancias químicas en la sangre y su toxicidad,
indicándolo como insuficiencia renal. En 1840 el científico Pierre Piorry
habló de la uremia como "orina en la sangre".
También debemos tener en cuenta que el descubrimiento de estas
sustancias tóxicas en la sangre fue acompañado de estudios que
sentaron las bases de la técnica de diálisis, como los del francés René
Dutrochet, que en la misma época en la que se desarrollaban los
estudios de urea en la sangre, ya hablaba de una filtración química que
producía la orina desde los riñones, y realizaba sus análisis sobre la
transferencia de agua desde y hacia las células y a través de
membranas de animales. Otro importante aporte en este aspecto fue el
de Thomas Graham, que realizó estudios en los que separaba sustancias
a través de membranas, y en el año 1861 comenzó a hacer referencia a
dos tipos de sustancias, una de ellas los coloides, que podían ser
retenidos por membranas semipermeables, como la que él mismo
utilizó: papel para escribir almidonado e indicó que la urea tenía
posibilidades de ser dializada a través de este tipo de membranas,
descubrimiento que marcó un importante avance en esta ciencia. La
historia de la Medicina le atribuye a este químico escocés el haber
acuñado el término diálisis para referirse a la separación de líquidos
corporales por medio de una membrana.

Hasta ese momento, los aportes a la técnica de la diálisis, aunque


importantes, no iban más allá de una suma de datos y estudios. Se
había comenzado a dializar sangre y plasma in vitro, pero recién
comenzaría a desarrollarse esta técnica cuando alguien intentara
aplicarla en seres vivos para encontrar en ella un medio para salvar
vidas, y mejorar la calidad de vida de los enfermos renales. Es recién a
principios del Siglo XX cuando comienza el desarrollo de la diálisis in
vivo, y es aquí cuando comienza la verdadera batalla de un grupo de

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hombres que ayudaron, con su esfuerzo, a encontrarnos con lo que hoy
tenemos. Durante muchos años, los métodos para la eliminación
extrarrenal de substancias difusibles de la sangre han atraído el interés
de los investigadores. El primer riñón artificial usado experimentalmente
en animales, fue empleado por Abel, Rowntree y Turner, quienes
publicaron sus trabajos en 1913. La sangre el perro pasaba a través de
una serie de tubos de colodión que servían como membrana dializante.
La sangre se hacía incoagulable por la inyección de hirudina, activo
agente anticoagulante. Los autores fabricaban sus propios tubos de
colodión y extraían la hirudina de miles de sanguijuelas que ellos
mismos criaban. Con estos rudimentarios dispositivos lograron extraer
salicilato de la sangre circulante de conejos.

Aparatos similares al de Abel fueron utilizados en experimentación


animal por Van Hess. Por lo difícil que resultaba trabajar con tubos de
colodión, Love en 1920 utilizó un riñón artificial en la que las membrana
dializante era intestino de animal, en esa extensa experimentación se
uso intestino de gato, conejo, pollo y pavo. Necheles en 1923, al parecer
prefirió las membranas animales, dándose cuenta que el peritoneo era
esencialmente una membrana inerte, empleo ésta como membrana
dializante. En 1924, Georg Haas llevó a cabo exitosamente en la clínica
de Giesen, Alemania, la primera hemodiálisis en seres humanos
utilizando un ingenio de su invención. Ya había experimentado antes su
técnica en animales. En 1937, Thalhimer empleó heparina y una
membrana de celofán por primera vez.

El trabajo de Kolff en 1947, coloca la piedra angular para el uso del riñón
artificial en clínica humana. Este investigador, trabajando en Kampen,
durante la ocupación alemana de Holanda diseñó un riñón artificial en el
cual el tubo de celofán estaba enrollado en un tambor rotatorio
sumergido en una solución dializante. La rotación del tambor por el
principio del Alquímides, literalmente empujaba la sangre a través del
tubo de celofán hacia el extremo distal de la máquina, desde donde
volvía ala vena del paciente, por medio de una bomba. Este aparato fue
capaz de eliminar de la sangre residuos metabólicos y sustancias
tóxicas.

En 1947, Alwall describió un tipo fijo de aparato, en el cuál la membrana


de celofán estaba enrollada entre dos láminas colocadas verticalmente.
Las láminas eran colocadas en un baño dializante que circulaba sobre la
membrana de celofán en dirección contraria al flujo sanguíneo. Este
aparato además de cumplir la función de dializador, era también capaz
de ultrafiltrar la sangre, puesto que la malla compresora colocada sobre
la membrana permitía el desarrollo de presión hidrostática sobre la
sangre dentro del tubo de celofán.

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En 1953 se describió un ingenioso aparato en el cual espirales de
celofán enrollados concéntricamente entre mallas plásticas eran
sumergidos en un baño dializante, u todo el dispositivo estaba contenido
en una ordinaria olla a presión. Kolf y Watschinger adoptaron esta idea,
enrollando sus celofanes y mallas primero en latas de fruta luego de
cerveza, hasta inventar finalmente un aparato que ha sido fabricado en
gran escala como el "Twin coil artificial kidney". El aparato de Skeggs y
Leonards fue considerado como muy eficaz tanto como dializador y
ultrafiltro. este consiste en hojas de celofán comprimidas entre planchas
de plástico acanaladas, la sangre circula entre las hojas de celofán, el
líquido circulante circula por fuera de cada una de las hojas en dirección
contraria al flujo sanguíneo.

La industria de la fabricación de riñones artificiales ha evolucionado


admirablemente, diseñando equipos sofisticados, que permiten realizar
el tratamiento del agua, el control computarizado, la ultra filtración, etc.
otorgando mayor seguridad y confianza a los pacientes que requieren de
este tratamiento.

PRINCIPIO FÍSICO DE LA HEMODIÁLISIS.

Los principios físicos en los que se basa la hemodiálisis son la difusión y


la convección, los cuales permiten el paso de solutos y agua a través de
una membrana semipermeable. Este intercambio entre la sangre y el
líquido de diálisis logra la eliminación de las toxinas urémicas y el
exceso de líquido del organismo, produciéndose de forma simultánea un
equilibrio positivo hacia el paciente de calcio y bicarbonato.

DIFUSIÓN
La eliminación de solutos mediante este proceso físico se produce por:
1. Gradiente de concentración. La transferencia neta de un soluto está
íntimamente relacionada con la diferencia de concentración de éste a
ambos lados de la membrana.
2. Peso molecular. Existe una correlación negativa entre el peso
molecular de los solutos y su transporte a través de la membrana de
diálisis.
3. Resistencia de la membrana de diálisis:
– Está íntimamente ligada a las características intrínsecas de la misma.
El transporte de solutos está negativamente relacionado con el número
y tamaño de los poros y con el espesor de la membrana.
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– Producción de capas de recubrimiento que se depositan a ambos lados
de la membrana. El grosor de estas capas le hacen perder eficacia
depuradora y están relacionadas con el flujo de sangre y con el diseño
del dializador.

CONVECCIÓN
Basado en el transporte convectivo tiene lugar la ultrafiltración (UF), que
permite el paso de agua y solutos a través de una membrana
semipermeable. La UF se produce cuando el agua pasa a través de la
membrana debido a una fuerza osmótica o hidrostática. Esta eliminación
de agua se asocia a una pérdida de solutos de pequeño peso molecular,
a la misma concentración que estaban al otro lado de la membrana.
1. Ultrafiltración hidrostática.
– Presión transmembrana. Durante la hemodiálisis existe un paso de
agua desde la sangre al líquido de diálisis debido al gradiente de presión
generado entre ambos compartimientos.
– Coeficiente de ultrafiltración (CUF). La permeabilidad al agua varía
considerablemente dependiendo del espesor y el tamaño de los poros
de cada membrana. Esta permeabilidad viene indicada por el CUF, que
es definido como la cantidad de ml/h/mmHg que pasa la membrana, lo
que permite dividirlas en membranas de alto flujo (> 20) y de bajo flujo
(< 10).
2. Ultrafiltración osmótica. Se produce por el movimiento de agua de un
compartimiento a otro para compensar la diferencia de concentración de
solutos.

DESCRIPCIÓN DE UN EQUIPO DE HEMODIALISIS

Un aparato de hemodiálisis tiene un filtro especial llamado un dializador


o riñón artificial, el cual limpia la sangre. Para que sangre pase por
dializador el médico tiene que establecer un acceso o entrada a los
vasos sanguíneos. Esto se hace con cirugía menor, generalmente en el
brazo.

Se pueden crear tres tipos de accesos distintos: una fístula, un injerto o


un catéter.

La fístula es la primera opción de acceso. Se realiza uniendo una arteria


a una vena cercana, debajo de la piel, para crear un vaso sanguíneo de

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mayor tamaño. Este tipo de acceso es el preferido porque presenta
menos complicaciones y dura más tiempo.

Por lo menos seis meses antes de que necesite comenzar a dializarse


deberá ser evaluado por un médico especialista, un cirujano vascular. La
fístula se deberá crear temprano (varios meses antes de iniciar la
diálisis), para que tenga suficiente tiempo para cicatrizar y esté lista
para el momento en que necesite tratamiento.
Si sus vasos sanguíneos no son adecuados para una fístula se puede
usar un injerto.
En este caso se une una arteria a una vena cercana con un tubo blando
y pequeño de material sintético que se coloca debajo de la piel. Cuando
la fístula o el injerto hayan cicatrizado le colocarán dos agujas, una en el
lado de la arteria y otra en el lado de la vena de la fístula o el injerto,
cada vez que reciba tratamiento. Las agujas se conectan a tubos
plásticos. Un tubo lleva la sangre al dializador en donde se limpia, y el
otro tubo regresa la sangre limpia a su cuerpo.
El tercer tipo de acceso, llamado catéter, se inserta en una vena grande
del cuello o del tórax. Este tipo de acceso generalmente se utiliza
cuando se requiere diálisis por un periodo de tiempo corto. Los catéteres
también se pueden usar como accesos permanentes, pero sólo cuando
no es posible crear una fístula o un injerto. Los catéteres se pueden
conectar directamente a los tubos de diálisis y por lo tanto no se utilizan
agujas.
Se lo derivará a un cirujano especialista para establecer el acceso
vascular.

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El dializador o filtro se compone de dos partes: una para la sangre y otra
para un líquido de lavado denominado dializado. Una membrana
delgada separa las dos partes. Las células sanguíneas, las proteínas y
otros elementos importantes permanecen en la sangre porque son
demasiado grandes para pasar a través de la membrana. Los productos
de desecho más pequeños como la urea, la creatinina y el líquido en
exceso pasan a través de la membrana y son eliminados. El dializado o
líquido de lavado se puede modificar para sus necesidades especiales.

Partes principales de un equipo de hemodiálisis

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LINEAS SANGUÍNEAS

– La línea arterial lleva la sangre desde el acceso vascular al dializador


mediante una bomba de sangre de rodillos, a un flujo (Qb) que puede
oscilar entre 200-450 ml/min.

– La línea venosa devuelve la sangre depurada por el dializador al


paciente.

MONITORES DE PRESIÓN.
Sistemas de alarma que regulan el funcionamiento del circuito,
detectando déficit de flujo sanguíneo (Qb) y presión venosa de retorno.

DETECTOR DE AIRE Y CÁMARA ATRAPABURBUJAS


Su objetivo es eliminar el aire del circuito y prevenir su paso al paciente
mediante una pinza automática.

DIALIZADOR
Es el dispositivo esencial de la Hemodiálisis, donde está ubicada la
membrana de diálisis, que separa el compartimiento de sangre del
líquido de diálisis. La superficie y la composición química de la
membrana constituyen las variables más importantes.

LÍQUIDO DE DIÁLISIS
Compuesto por agua, Na, K, Cl, Ca, Mg, un alcalinizante preferiblemente
bicarbonato y glucosa, a temperatura de 36-37 °C. El agua debe ser
previamente desionizada y tratada con ósmosis inversa. A un flujo de
500-800 ml/min.

ANTICOAGULANTE

El contacto de la sangre con el material de diálisis activa la cascada de


la coagulación por la vía intrínseca por lo que se requiere
anticoagulación. Esta tendencia a la coagulación es mayor con flujos de
sangre bajos, hematocrito alto y una elevada tasa de UF. La más
utilizada es la heparina sódica (0,5 a 0,8 mg/kg) a lo largo de la
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Hemodiálisis. Otras alternativas son las heparinas de bajo peso
molecular y el citrato sódico.
A continuación se muestra un equipo de hemodiálisis diálisis y las partes
que lo componen.

Los tratamientos de hemodiálisis generalmente se hacen tres veces por


semana. Cada tratamiento dura aproximadamente cuatro horas, pero se
puede necesitar más tiempo para asegurar que se eliminen suficientes
desechos y líquido. La duración de la diálisis dependerá de:
■ El grado de funcionamiento de los riñones.
■ Cuánto peso líquido aumenta de un tratamiento a otro.
■ El peso del paciente.
■Cuánto producto de desecho tiene en la sangre.
■ El tipo de riñón artificial que use el centro de diálisis.

Efectos secundarios y complicaciones


Normalmente la hemodiálisis también implica la eliminación de fluido
extra (ultrafiltración), debido a que la mayoría de los pacientes con falla
renal terminal orinan poco o no orinan. El retiro repentino del líquido, en
la diálisis, puede causar efectos secundarios que generalmente son
proporcionales a la cantidad de líquido eliminado. Estos posibles efectos
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secundarios incluyen presión arterial baja, fatiga, dolores de pecho,
calambres en las piernas, y dolores de cabeza.

Debido a que la hemodiálisis requiere el acceso al sistema circulatorio,


los pacientes que son sometidos ella tienen un portal de entrada para
los microbios, que puede conducir a septicemia o a una infección
afectando las válvulas del corazón (endocarditis) o el hueso
(osteomielitis). El riesgo de infección depende del tipo de acceso usado
(ver abajo). También puede ocurrir sangrado, y otra vez el riesgo
depende del tipo de acceso usado.

El coagulamiento de la sangre en los tubos y el dializador era una causa


frecuente de complicaciones hasta que se implementó el uso rutinario
de anticoagulantes. Mientras que los anticoagulantes han mejorado los
resultados, no están libres de riesgos y pueden conducir a sangrado
incontrolado. Ocasionalmente, la gente tiene reacciones alérgicas
severas a los anticoagulantes. En estos casos la diálisis se hace sin la
anticoagulación o el paciente se pasa a un anticoagulante alternativo.

La heparina es el anticoagulante usado más comúnmente en pacientes


de hemodiálisis, dado que generalmente se tolera bien y puede
revertirse rápidamente con protamina. Una alternativa común a la
heparina es el citrato, que ve uso en la unidad de cuidados intensivos y
en los pacientes alérgicos a la heparina.

El 'Síndrome del Primer Uso' es una muy rara pero severa reacción
anafiláctica al dializador. Sus síntomas incluyen el estornudo, pitidos en
la respiración, respiración corta, dolor de espalda, dolor de pecho, o la
muerte repentina. Puede ser causado por residuos de un agente
esterilizador en el dializador o el material de la membrana en sí mismo.
En años recientes, la incidencia del Síndrome del Primer Uso se ha
reducido debido a un uso creciente de la irradiación gamma en vez de
agentes esterilizadores químicos, y del desarrollo de nuevas membranas
de dializador con biocompatibilidad más alta.

En el siguiente cuadro se resumen las principales complicaciones que


pudiera presentar un paciente al ser sometido a un tratamiento de
hemodiálisis.

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Complicación Causa
Fiebre Bacterias o pirógenos (sustancias
causantes de fiebre) en el flujo
sanguíneo.
Dialisato recalentado.

Reacciones alérgicas Alergia a una sustancia del aparato


potencialmente mortales
(anafilaxis)
Hipotensión arterial Extracción de demasiado fluído.
Ritmos cardíacos anormales Valores anómalos de potasio y de
otras sustancias en la sangre

Émbolos de aire Aire que penetra en la sangre del


aparato.

Hemorragia en el intestino, Se utiliza la heparina para impedir


cerebro, los ojos o el abdomen la coagulación en el aparato

CONCLUSIONES

Cuando el riñón no trabaja adecuadamente se cuenta con la técnica de


hemodiálisis para continuar con una calidad de vida aceptable. La
hemodiálisis es el proceso mediante el cual la sangre sale del cuerpo
hacia el equipo de hemodiálisis donde es purificada regresando de este
modo al cuerpo. El alma de este equipo es el dializador el cual consiste
en una membrana que separa la sangre del líquido de diálisis. Llegando
la sangre a esta membrana, comienza la transferencia de solutos, la cual
se da por la diferencia de concentraciones de ambos líquidos, lo cual
limpia la sangre y es enviada de regreso al cuerpo humano. Este
proceso no es tan doloroso como podría pensarse y además es la razón
por la que las personas con fallo renal puedan continuar con su vida.

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BIBLIOGRAFÍA

 Rodríguez-Benot A, Martín. Aspectos técnicos de la hemodiálisis,


hemodiafiltración y hemofiltración. Editorial Médica Panamericana,
1997; 626-631.
 Garrison F.H., Introducción a la historia de la Medicina, 4 ta. Edición.
W.B. Saunders, 1929. pp 255-256.
 Hennich, William. Diálisis. Editorial McGraw Hill. México, 2000; 680
pp.

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