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En busca de los Sones de Negros

A solo horas de Caracas, capital venezolana, dos hasta Valencia y dos hasta Barquisimeto,

ciudad musical de Venezuela, incursionamos integrantes de la agrupación Canto del Pueblo que

se dedica a la investigación y difusión de las tradiciones musicales y danzarias venezolanas

desde el año 1977. Era por esos años, donde el disco de tamunangue de Ángel María Pérez y el

de los Golperos de Barquisimeto fueron referentes importantes para marcar nuestros inicios

en la preparación del montaje de esa tradición larense. Fuimos al sur de Barquisimeto, Rio Claro

en el año 78 y presenciamos un tamunangue bien completo y didáctico, interpretado por el grupo

los Golperos de Barquisimeto y los viejos tamunangueros Patricio Torres, Leonidas Carrillo,

Silverio Lunas, Francisco Colmenares y Rangel Pérez. Sin duda muchas emociones, grabaciones,

entrevistas y fotos, donde ese hito marcó el arranque y enamoramiento con los sones de negros.

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Rio Claro.1978. Los Golperos de Barquisimeto

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Y de esa manera y gracias a sus aportes, le hicimos seguimiento a tan importante

agrupación, donde nuestra primera versión de interpretar el tamunangue y golpes tocuyanos en

tarima fue al estilo barquisimetano.

Producto de estar motivado a la investigación y la buena noticia de que Daniel Gil,

integrante del grupo tenía familia en el Tocuyo y Humocaro Alto, sin pensarlo, fuimos a

encontrarnos con la Ciudad Madre, tierra de los Tamayo, la Azúcar y el Tamunangue.

Era el mes de junio, donde Corpus Christi, San Antonio, San Juan y San Pedro son

venerados, festejados en casi todo el país de distintas maneras y costumbres.

Nuestros grupos de jóvenes músicos, bailadoras, bailadores y con ansias de aprender

nuestras tradiciones, llegamos al Tocuyo con muy poca referencia vivencial, solo conocimientos

documentales, la previa experiencia barquisimetana y con muy pocos recursos para la pernocta

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y logística. Sin embargo, todo fue mágico, la bienvenida espectacular, gracias al vínculo con

algunos familiares y amigos.

--Muchachos quédense acá, esta es su casa, nos decía Cecilia, mujer tocuyana, solidaria y buena

gente.

Iglesia La Concepción de El Tocuyo

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Así comienza el desespero y la preguntadera con lápiz en mano, cámara y grabadora:

-- ¿Dónde hay tamunangue?

--Tranquilo muchachos, que hoy tenemos promesa y velorio del santo, que para mañana vamos

pa ´los negros. Nos decía el finado Iván Querales, nuestro amigo y guía principal, --Primero nos

comemos unas arepitas con carota.

Camino a la promesa, nuestra mayor sorpresa fue encontrarnos con los referentes de las

películas y libros sobre tamunangue: José María Pérez, Alifonzo Pérez, Rufino Colmenares,

Santiago Pernalete, Leonidas Mogollón, Julián Mogollón, Chupano Castillo, o sea la pura y

exquisita crema tocuyana, la sabiduría viviente, donde el más joven tendría como sesenta años,

un encuentro fabuloso, tomamos fotos en papel y en diapositivas. Preguntamos todo lo referente

a los sones de negros y mucho más, grabamos en súper 8, en beta, vhs y en casete.

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Lo mágico fue escuchar salves y gozos a San Antonio y nos enteramos que hay promesas

de 7, 14, 21, hasta 28 sones, dependiendo de la familia promesera, pero con solo una batalla y

un seis figuriao, donde terminan con un rosario.

Iván Querales José María Pérez

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Para darle comienzo, los promeseros llevan a San Antonio el negrito, como suelen llamarlo

cariñosamente los devotos, en su recorrida alrededor de la casa o desde una esquina al ritmo y

canto de la batalla, interpretados por dúos de cantores, con sus voces de tenor y tercera,

alternándose entre versos de cuartetas de romances, octosílabos en rimas pares, de contenidos

relacionados con el santo y al juego, acompañados de los cordófonos al estilo Monterol: cinco,

medio cinco, requinto y cuatro, instrumentos hechos en su mayoría por los lutieres Mateo Goyo

de San José de Quibor y Julio Torrealba del Tocuyo, la percusión a cargo de un tambor, tipo

cumaco donde uno ejecuta el cuero y el otro acompaña con los palos en el tronco del tambor al

ritmo binario, donde las maracas o capachos y el pandero (furro de mano) juegan importantes

papeles en la conformación de la banda. Con esta música de la batalla hombres y mujeres con

sus garrotes encabullados se combinan para realizar una simulación de pelea o juego de garrote

con sus esquemas bien definidos para honrar al santo y pedirle permiso para el pago de promesas

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con sus respectivas venias.

Los relatores cultores tamunangueros, nos echaban los cuentos donde prevalecía la

oralidad, la memoria, el legado ancestral y su cosmogonía, nos contaba el maestro y capitán de

zaragoza del Tocuyo Nicolás Flores -- San Antonio sacó a los moros de las montañas para

catequizarlo y de allí la pelea o batalla.

La Batalla

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Al finalizar la batalla y después de unos guamazos de cocuy: el clarito y el pelón para

entonar las voces y alegrar el cuerpo, bebida espirituosa que buscábamos clandestinamente, ya

que aún no estaba declarado patrimonio. De esta manera y bien entonados dan comienzo a los

sones de negros con el yiyivamos, colocándose los músicos en forma paralela cada quien con su

dúo alrededor del tambor y palero, mirando siempre hacia el santo que es colocado en una mesa

adornada con flores, velas y cocuy. Un solista

improvisa versos pentasílabos que guía a la pareja de

baile luego de tomar sus respectivas varas se

persignan frente al santo y atentos al solista que le

van diciendo: -- llévala pallá, pa´que San Antonio, a la

media vuelta, zapatiaíto,

El Yiyivamos

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--Agua pa ´los gallos, gritaban los músicos, mientras se

preparaban para cantar la bella. Solo con una mirada se

acercaban a su voz tercera, ya que este canto es a dúo,

donde la primera pareja entonan dos versos y los otros dos

la completa el siguiente coro, para formar la estrofa. La

pareja de baile realiza figuras libres y muchas veces lo

hacen los promeseros y si hay alguno que tiene una promesa

pendiente del algún niño, también lo bailan y si alguna mujer

en algunos casos quiere bailar pero tiene pantalón, los

dueños de casa le buscan una falda o vestido.

--¡Tamborero! --¡Palero! se oían esos gritos en coro,

cuando se atravesaban en el ritmo. La Bella

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Para el tercer son, cantan la

juruminga, muy parecido al yiyivamos


pero con una pausita o tumbaíto noble,

donde los solistas igualmente guían las

figuras de la pareja de baile, coreando --

Tumbirá. Acá en el tocuyo no se realizan

figuras de la mujer y el hombre en sus

quehaceres, como lo hacen en otros

lugares, por ejemplo en Sanare.

La Juruminga

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--¡Listo, vamos a descansar! decía el capitán Rufino Colmenares, que significa una pausa para

tomarse alguito, ir al baño, alejarse del santo

por respeto para cantar golpes tocuyanos,

pasajes y boleros al estilo golpe, sacan la

tambora golpera y se divierten.

Allí aprovechamos con la preguntadera,

enterándonos que la banda la dirige un capitán

de música y un capitán o capitana de baile,

donde coordinan todo lo relacionado al evento.

Con tantas emociones juntas, nos involucramos

sin prejuicio, bailamos y cantamos.

Rufino Colmenares
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--¡Vamos pues!, gritaba el capitán, preparándose para ir a su posición inicial, siguiendo con la

perrendenga, un son saltadito donde las parejas realizan figuras coordinadas con las varas y un
coro que contesta: --Tomé ay tó.

La Perrendenga

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Luego de disfrutar de esos sones al ritmo de seis por ocho muy influyente, pegajoso y

sabroso, viene un son con características distintas, el poco a poco que tiene dos partes a

manera de teatro o pantomima y una corrida. La primera: los calambres, donde la pareja simulan

a un hombre que se emborracha, le dan calambres y se muere, pelando los ojos, sacando la lengua

y la mujer asustada lo consuela, le echa aire, le sopla el ojo, pero solo la música de una corrida

o guabinero muy alegre, lo revive danzando hasta que viene la segunda parte con sus versos

pentasílabos con el coro que entonan: --Oasí, para entrar en el caballito, donde el hombre simula

ser un caballo brioso, que tira patadas, la mujer intenta domarlo para montarlo, haciendo figuras

dirigidas por el solista, que solo la corrida después de lo brinquitos del animal, bailan nuevamente

el son de la corrida.

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El Poco a poco

El Caballito

Los Calambres

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Después de tanta alegría con este son jocoso, viene una danza por parejas intercaladas al

ritmo ternario de pulso binario como lo harías el toque de los palos, el galerón, donde las parejas

de cantores realizan versos de cuarteta de romance, con un pie de entrada y otro de salida muy

diverso y hermoso, --Zapatiá galerón, cubillá galerón, corré galerón…..las parejas de baile se

lucen haciendo figuras de valseao, entrelazao, escubillao y el hombre realiza una figura

agachadito moviendo los pies hacia a fuera, como si fuera una acrobacia de la danza rusa.

El Galerón

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Y de esta manera viene otro descanso, con mayores ganas de cantar golpes y boleros para que

la capitana o capitán de baile coordine y seleccione a las tres parejas para realizar el son más

estricto y vistoso, el seis figuriao, con muchas figuras para cerrar la serie de sones.

Peguntándole a la capitana Carmen Pérez de Querales sobre la cantidad de figuras, nos decía:

--Eso depende de los grupos, algunos hacen doce figuras, otros catorce, dieciséis, dieciocho,

pero nosotros hemos aprendido 16 figuras dobles o sea 32.

--Una pareja principal va guiando las diversas figuras, las hay de tres personas, de cuatro y de

seis, nos decía la capitana. Los músicos al ritmo de seis por ocho y cada quien con su dúo, realizan

cuartetas de romances, comenzando con una introducción muy peculiar de cada cantor, donde

el tenor o primera voz da comienzo a los versos y su tercera o segunda voz va repitiendo las

letras para finalizar con una tercera parte bien definida y muy tradicional.

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El Seis Figuriao

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--¿Y la bella trovada? preguntamos casi en coro, --¿porque no la tocan?, y un maestro nos

respondió, --esa casi no se toca, --nadie la sabe entoná, y nuestro empeño logró que la cantaran,

es muy hermosa, es en tonalidad menor más suave que la bella mayor y por lo general la hacen

para el pago de promesa de los niños, donde lo toman cargados y lo bailan.

La Bella Trovada

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Ya para finalizar, los músicos se colocan

frente al altar y se quitan los sombreros

para interpretar sus canturías y terminar

con el rosario, en esta oportunidad

cantaron gozos de San Antonio y la salve

mayor dedicada a la Virgen María.

Altar Canturías

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Después de esa gran experiencia,

vivenciamos la fiesta de San Antonio el 13

de junio, luego de su misa habitual, donde

nos impresionaba ver a tantos viejitos de

los caseríos de morán caminando hacia la

procesión con sus cuatricos debajo del

brazo y cosa curiosa, nadie uniformado, e

inclusive algunas mujeres bailaban en

pantalones, se veía que era una fiesta de pueblo, todo el mundo giraba en torno a la devoción y

se dirigían a la iglesia San Francisco de Asís, donde cargaban en brazos al santo para realizar

su recorrido al son de la batalla, juego de garrotes lucidos con sus mejores figuras por hombres,

mujeres y niños.

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En su recorrido habitual de cuatro o cinco

lugares establecidos, bailan algunos sones. Solo

el pedido de la vara a la pareja que está

bailando es el permiso para bailar aunque sea

solo un ratico, es de gran emoción o también

hacer algunos coros o solo. Esa participación

fue una realidad para los integrantes de

nuestro grupo, recuerdo una corría o fuga del poco a poco que lo hice nada menos que con el

compositor de golpes tocuyanos, el maestro Pablo la Ñema Rodríguez, fue todo un lujo de primea

clase y así nuestra participación en la danza y en la música, se hizo habitual y desde esos

momentos, marcaron la pauta y el inicio de ser los primeros tamunangueros-caraqueños.

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Siguiendo con el recorrido

de la procesión llevan al Santo

para la iglesia donde bailan todos

los sones y le cantan una salve

mayor y le rezan su rosario

correspondiente. Mientras que en

las afueras de la iglesia maestros

cantores mayores interpretaban

sus hermosos golpes bien

“jachao” y “cruzao” como lo

tocaba el finado Abelardo


Morillo, junto a Clemente Torrealba (Manomente), Alifonzo Pérez, Visitación y Nicolás Flores.

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De esos encuentros iniciales, presenciamos un velorio en la casa de la Catira, una promesa

en casa de Pulido, en fin tantos tamunangues que se realizaban los fines de semana, o sea, puedo

decir con toda autoridad que no solo conseguimos los sones de negros sino amigos cultores como

los integrantes de los Golperos de El Tocuyo, Iván Querales, Carmen Pérez, Crucita, Adrián

Pérez, Rufino Colmenares, José Maria Pérez, Demetrio Brito, Diógenes Mogollón, el Trio Tocuyo

y así nos involucramos con mucho respeto y logramos un aprendizaje para que su difusión en

tarimas culturales fuese de manera genuina y tocuyana, que desde luego la constancia, la

investigación y el apego a la tradición, nos llevaron a conocer el tamunangue sanareño con la

batuta de los Hermanos Rojas, Estanislao Cortés y el Curarigüeño a cargo de Don Pío Alvarado.

Es tan compleja la diversidad de realizar la fiesta que nos llevaron a enriquecer nuestros

conocimientos y sistematizarlo y socializarlo en talleres y conciertos, tanto así que hoy día,

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realizamos promesas y encuentros tamunangueros en Caracas, en el Junquito, en San Antonio

de los Altos, etc., etc., etc...

Grupo Canto del Pueblo con el compositor de los Golperos de El Tocuyo Pablo Rodríguez

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Iván Querales y Raúl Colmenares Con el Cultor Clemente Torrealba

Equipo de Investigación:

Orlando Paredes, Alexander Paredes, Lester Paredes, Margarita Morales, Arquímedes Espinoza, Randy Arriechi, Gloria Pérez,

Milagros Millán, Héctor López, José Luis Millán, Elizabeth, Rodríguez, Daniel Gil, Santiago Tata Sánchez, Carlos Cañas, Kike

Favier, Iván Chataing, Alvira Mercader, Pedro Brito, Fanny Márquez, Eva González, Tania Cañas.

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Pablo la Ñema Cantando Salve

Clemente Torrealba y Antonio Pérez

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Texto: Orlando Paredes

Grupo de Investigación: Grupo Musical Canto del Pueblo

Fotografías: Orlando Paredes y colección Canto del Pueblo

Fotos escaneadas y digitalizadas de papel, diapositivas y editadas en Photoshop, viradas a


blanco y negro con filtros y llevada a Microsoft Word para darle efecto de fotografías
anaranjadas sepias y contrastes en correcciones y colores de imágenes.

Depósito legal: LA2021000018

Enero 2021 Orlando Paredes


Cabudare, estado Lara - Venezuela

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