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ANTECEDENTES
La administración es una actividad que en la actualidad se realiza cotidianamente en todos los ámbitos y
actividades de la vida humana. Desde la antigüedad de la especie humana existió la necesidad de
organizarse para un fin común relacionado, en esa época, con la supervivencia de los individuos integrados
en el grupo y de aprovechar al máximo los recursos con que contaban.
En el devenir histórico y con el surgimiento de nuevas formas de organización, se ha buscado la forma de
lograr mejores resultados y se han sistematizado las aplicaciones de la administración, hasta convertirse en
una ciencia.
Sin embargo, la administración tiene un origen filosófico que hasta la actualidad acuña su teoría e influye
en las prácticas administrativas modernas. Tal es el caso de las aportaciones que hicieron los griegos
durante el período 500-200 a.C., quienes desarrollaron la ética del trabajo, las implicaciones psicológicas
en el trabajo, la universalidad de la administración e iniciaron el método científico para la solución de sus
problemas. A continuación se detallan las aportaciones de los principales filósofos griegos y su influencia
en la actividad profesional de la administración (Witzel, 2014).
Platón. En el planteamiento platónico la ética y la política eran casi la misma cosa, salvo que una se aplicaba
al hombre y la otra a la sociedad; en su obra “La República” trata sobre la justicia en el contexto de esta
comparación y propone que la estructura del Estado ha de corresponderse con la estructura del alma.
La finalidad del Estado consistía en educar a los ciudadanos en la justicia y la virtud, con lo cual conseguirían
la felicidad, mediante la adopción de decisiones morales; bajo la idea de que la verdad y el bien son únicos
e inamovibles y que la virtud es una forma de conocimiento que puede aprenderse. El máximo grado era
la educación para producir reyes y filósofos con la capacidad de gobernar, de tal forma que cuando el sabio
llegase al poder ya no serían necesarias las leyes, porque el sabio adoptará siempre las decisiones
adecuadas, dado que conoce el concepto de justicia.
Este planteamiento utópico difícilmente podría aplicarse en la actualidad, la profesión de la administración
en una entidad exige el establecimiento de un marco de acción en el cual desarrollar el plan estratégico de
la organización, este marco de acción está dado por las políticas que orientan en un principio la toma de
decisiones y el proceder dentro de la organización. Comparando el concepto de estado de Platón con una
empresa (en menor escala), los puestos directivos deben enmarcarse en estas políticas de la empresa
independientemente de sus propios conceptos del bien y la justicia, así mismo, existen estatutos,
reglamentos y procedimientos que deben cumplirse en las actividades operativas y de vigilancia (consejos
de vigilancia) más allá de la vocación, capacidades y habilidades del personal.
Sin embargo, los planteamientos de Platón ponen de relieve la importancia de la ética personal y
profesional de los individuos que conforman una organización, pues más allá de los reglamentos que se
implementen, el ente social está conformado por personas y sus valores morales, así como su vocación y
gusto por desarrollarse en el trabajo y aportar un beneficio a la entidad. El grado de cumplimiento de las
políticas y procedimientos y demás reglamentos que pudieran formularse, dependen del ambiente de
control que exista, la disposición de las personas a alinearse a la misión y objetivos de la entidad, esto es la
base para un adecuado control de la organización y una buena gobernanza y transparencia. Por este
motivo, en la administración existen áreas dedicadas a fomentar el adecuado ambiente de trabajo y
bienestar de los trabajadores y los criterios de selección de personal implican no sólo los conocimientos y
habilidades, sino las actitudes e inteligencia emocional de las personas.
Retomando el modelo de Platón, éste se basa en las aptitudes naturales de los hombres y la justicia consiste
en la realización de las funciones propias de cada grupo y en que cada estamento social sea consecuente
con la virtud que le es propia. Esto exige un autoconocimiento sobre las capacidades, habilidades y vocación
de cada persona, en función de las cuales era educado cada individuo, dando origen a la especialización.
En este contexto Pericles aportó los principios básicos de la administración y de selección de personal.
Actualmente, en el proceso administrativo se considera la división del trabajo de manera armoniosa, de tal
forma que cada persona haga más, mejor y con mayor facilidad una sola actividad o una serie de actividades
dentro de una misma línea de trabajo y conforme a su propia capacidad.
Aristóteles: Para él lo natural era producir bienes para cubrir necesidades limitadas a través del trueque,
más no los deseos ilimitados que fomentaban transacciones con dinero con la finalidad de incurrir en
ganancias económicas.
Estudia la organización del Estado y distingue 3 formas de administración pública: Ejecutivo, legislativo y
judicial.
Clasificó la administración pública en: a)Monarquía: gobierno de uno sólo, b)Aristocracia: Gobierno de la
clase alta y c)Democracia: Gobierno del pueblo
BIBLIOGRAFÍA
Chiavenato, Idalberto. 2006 (7ª edición). Introducción a la teoría general de la administración. Edit.
McGraw-Hill/Interamericana Editores SA de CV, México. Pág. 23-99
Münch, Lourdes y José G. García Martínez. 2012 (9ª edición). Fundamentos de administración. Edit. Trillas,
México. Pág. 261-264.
Witzel, M. (2014). Historia del pensamiento administrativo. México, D.F.: Grupo Editorial Patria.