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Bacterias

Las bacterias son un filo de microbios unicelulares procariónticos


del reino de las móneras. El algunos medios científicos se prefiere la
denominación de bacterio en vez de bacteria.

Los indicios de la existencias de las bacteria se remontan al


Arcaico primitivo, son piedras con una edad de 3.500 millones de años,
pero no dejaron tras de sí fósil alguno identificable.
Las bacterias se caracterizan por no tener núcleo patente, ni
clorofila típica, aunque pueden poseer otros pigmentos similares como
bacterioclorina, bacterioclorofila y bacteriopurpurina, y sin
pseudópodos. La bacterioclorina es un pigmento verde fotosintetizante
que, según ciertos autores, acompaña a la bacteriopurpurina y a la
bacterioclorifila en las algas purpúreas. La bacterioclorofila es otro
pigmento fotosintetizante que, junto con la bacteriopururina, poseen las
bacterias purpúreas. La bacteriopurpurina es un pigmento rojo que enmarca
a la bacterioclorifila en las bacterias purpúreas, y que colabora con
ella en la síntesis de los glúcidos, a partir del bióxido de carbono
atmosférico. Esta síntesis se diferencia de la clorofílica en que utiliza
el ácido sulfuhídrico como donador de hidrógeno.
Aunque la organización de las bacterias es de tipo celular, el
microscopio electrónico ha puesto al descubierto numerosas
características propias de la célula bacteriana. También pueden ser
observadas con el microscopio óptico.
Una célula bacteriana se compone de una pared celular, membrana,
citoplasma y ácido nucleico. La pared bacteriana aísla y protege
perfectamente a la bacteria. Incluso algunas bacterias tienen una cápsula
externa que las protege de los antibióticos y de los anticuerpos. La
membrana bacteriana es esencialmente idéntica a la de las células
eucariónticas, aunque posee unos entrantes en el citoplasma. En el
citoplasma bacteriano las únicas estructuras existentes son los ribosomas
y algunas vesículas llenas de gas. El ácido nucleico está formado por una
sola cadena de ADN, que se suele llamar cromosoma bacteriano y es de
forma circular, que se diferencia del cromosoma eucariótico en que es más
pequeño y no se asocia tan íntimamente con las proteínas. Ambos se
parecen en que se componen de ADN. Éste se halla condensado en una región
de la bacteria llamada nucleoide o falso núcleo.

Sus dimensiones son muy reducidas: tan sólo de algunas micras o


fracción de micra. Se pensaba, no hace aún muchos años, que fuesen el
límite inferior en la escala de ser vivientes; pero los modernos
microscopios permiten observar otros seres mucho más diminutos, tales las
rickettsias y los virus.
Unas bacterias son inmóviles, otras poseen minúsculos flagelos,
cuyo número y distribución varía notablemente, que les permiten
desplazarse.
Su capacidad reproductora es enorme, pues algunas se dividen cada
20 minutos si las condiciones les son favorables, por lo que una sola
bacterias puede producir ingentes cantidades de descendientes en muy
pocas horas. Se creyó durante mucho tiempo que sólo se reproducción
asexualmente, pero hoy se conocen abundantes ejemplos se conjugación
entre ellas, semejante a la de la reproducción sexual, al poder
intercambiarse trozos de ADN, con lo que las bacterias resultantes tienen
un material genético algo distinto. Se reproducen por bipartición simple,
es decir, se parten en dos dividiendo equitativamente todo su contenido,
incluido el ADN.
Las bacterias han colonizado todos los medios terrestres y
acuáticos: el mar, los ríos, los lagos, el suelo, el subsuelo, el aire,
el hielo de los glaciares y el interior de los organismos, tanto vivos
como muertos. Algunas dan lugar a esporas capaces de resistir las
condiciones más adversas y que, al retorno de las circunstancias
favorables, readquieren vida activa, pues se ha conseguido hacer revivir
algunas, halladas en minas o a gran profundidad en la tierra, después de
miles y miles de años de vida latente. Asimismo se han encontrado en el
interior de meteoritos, lo que prueba su existencia en otros astros, y
como también las hay en el espacio, se procura la esterilización de los
vehículos espaciales, ante el riesgo que supondría la siembra de gérmenes
en medios no preparados para contrarrestar su acción.
Las bacterias generan electricidad en forma continua, aunque débil,
y se trabaja en la obtención de pilas biológicas rentables, dirección en
la que se han obtenido conquistas muy dignas de tenerse en cuenta. Muchas
de sus especies viven en las aguas, dulces o marinas, abundantes en
substancias orgánicas, en el suelo y en materias orgánicas en
putrefacción; otras son parásitas, más o menos patógenas.
Con arreglo a su forma, se clasifican del modo siguiente:
• Cocos, o bacterias redondeadas, que pueden presentarse aisladas como
los micrococos, en parejas como en los diplococos, y en cadena
arrosariada o arracimada como los estreptococos y estafilococos,
respectivamente.
• Bacilos, bacterias alargadas, rectas o curvas, con o sin flagelos.
• Espirilos, bacterias curvadas o retorcidas helicoidalmente, con un
arrollamiento incompleto como en los vibriones, o completo como en
las espiroquetas.
• Bacterias relativamente grandes y formadas por filamentos tabicados,
que reciben el nombre genérica de Leptothrix.
Desde el punto de vista biológico, se dividen así:
• Bacterias autótrofas, capaces de sintetizar las substancias orgánicas
a partir de las minerales; las hay que son fotosintetizantes, es
decir, que utilizan la energía de las radiaciones luminosas gracias a
ciertos pigmentos que poseen, bacterioclorofila principalmente; otras
son quimiosintetizantes, y obtienen la energía necesaria a partir de
reacciones químicas de oxidación, como las bacterias nutrificantes
del suelo y las sulfobacterias de las aguas sulfurosas.
• Bacterias heterótrofas, de las cuales unas utilizan los compuestos
orgánicos elaborados por otros seres vivos a los que parasitan; las
bacterias patógenas o parásitas, productoras de enfermedades en el
hombre y en los animales; otras viven en substancias orgánicas,
descomponiéndolas aprovechando la materia orgánica muerta para la
alimentación, las bacterias de la putrefacción o o saprófitas;
provocando fermentaciones, acética, butírica, láctica, etc., las
bacterias zimógenas; y por último, las bacterias simbióticas, que
viven en plan o ayuda mutua con organismos vegetales o animales, como
las bacteriorrizas de las leguminosas. Éstas son la mayor parte de
las bacterias.
Haciendo referencia a su respiración, se dividen así:
• Bacterias aerobias: Utilizan oxígeno para realizar la respiración.
• Bacterias anaerobias: Para respirar sustituyen el oxígeno por otras
sustancias.
Las bacterias se dividen en cinco clases: eubacteriales,
clamidobacteriales, actinomicetales, mixobacteriales y espiroquetales.
Aerobica Y Anaerobica
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Respiración aeróbica

(Redirigido desde Respiración aerobia)

La respiración aeróbica es un tipo de metabolismo energético en el


que los seres vivos extraen energía de moléculas orgánicas, como la
glucosa, por un proceso complejo en el que el carbono queda oxidado
y en el
que el oxígeno procedente del aire es el oxidante empleado. En otras
variantes de la respiración, muy raras, el oxidante es distinto del
oxígeno (respiración anaerobia).
La respiración aeróbica
es el proceso responsable de que la mayoría de los seres vivos, los
llamados por ello aerobios, requieran oxígeno. La respiración aeróbica
es propia de los organismos eucariontes en general y de algunos tipos
de bacterias.

El oxígeno que, como cualquier gas, atraviesa sin obstáculos las


membranas biológicas, atraviesa primero la membrana plasmática y
luego las membranas mitocondriales, siendo en la matriz de la
mitocondria donde se une a electrones y protones (que sumados
constituyen átomos de hidrógeno) formando agua. En esa oxidación
final, que es compleja, y en procesos anteriores se obtiene la energía
necesaria para la fosforilación del ATP.

En presencia de oxígeno, el ácido pirúvico, obtenido durante la fase


primera anaerobia o glucólisis, es oxidado para proporcionar energía,
dióxido de carbono y agua. A esta serie de reacciones se le conoce
con el nombre de respiración aerobia.

La reacción química global de la respiración es la siguiente: C6 H12


O6 + 6O2 -→ 6CO2 + 6H2O + energía (ATP)

Respiración anaeróbica

(Redirigido desde Respiración anaerobia)


La respiración anaeróbicaEn las bacterias con respiración
anaerobia interviene también una cadena transportadora de
electrones en la que se reoxidan los coenzimas reducidos durante
la oxidación de los substratos nutrientes; es análoga a la de la
respiración aerobia, ya que se compone de los mismos elementos
(citocromos, quinonas, proteínas ferrosulfúricas, etc.). La única
diferencia, por tanto radica, en que el aceptor último de
electrones no es el oxígeno.
Todos los posibles aceptores en la respiración anaerobia tienen un
potencial de reducción menor que el O2, por lo que, partiendo de los
mismos sustratos (glucosa, aminoácidos, triglicéridos), se genera
menos energía en este metabolismo que en la respiración aerobia
convencional.

No hay que confundir la respiración anaeróbica con la fermentación,


en la que no existe en absoluto cadena de transporte de electrones, y
el aceptor final de electrones es una molécula orgánica; estos dos
tipos de metabolismo tienen solo en común el no ser dependientes del
oxígeno.

En la siguiente tabla se muestran distintos aceptores de electrones,


sus productos y algunos ejemplos de microorganismos que realizan
tales procesos:

es un proceso biológico de oxidorreducción de azúcares y otros


compuestos en el que el aceptor terminal de electrones una molécula,
en general inorgánica, distinta del oxígeno. La realizan exclusivamente
algunos grupos de bacteria

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