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No todos los histolisados proteicos enzimáticos poseen actividad fisiológica. Es necesario que
posean condiciones especiales en cuanto a composición de péptidos, polipéptidos, aminoácidos,
oligonucleótidos, oligoelementos, etc. La presencia de péptidos de bajo peso molecular es la clave
de la actividad (pesos moleculares comprendidos entre 500 y 2000 Dalton).
Mayores pesos moleculares conllevan a una actividad extra enzimática a nivel de matriz extra e
intracelular, lo que implica un gasto de energía que no siempre la célula está en condiciones de
realizar (Rodríguez CH; Rodríguez E y colaboradores, 2006; Banach, Chou y colaboradores, 1986;
Marín, Ávalos y colaboradores, 1999). En los hidrolizados enzimáticos proteicos con actividad
fisiológica se destaca una acción inespecífica común a todos ellos y una acción específica que
depende de cada tipo de tejido, órgano y glándula de origen.
La acción inespecífica está caracterizada por el aporte de elementos vitales, productos del
metabolismo intermedio normales de los tejidos, tales como los péptidos, polipéptidos,
aminoácidos que provienen de proteínas comunes a todos los tejidos, también contienen hidratos
de carbono, oligoelementos, oligonucleótidos y otras estructuras orgánicas, todos ellos
indispensables para el mantenimiento del equilibrio orgánico. El contenido de aminoácidos lo hace
portador de elementos plásticos para la reparación celular. La acción específica de órgano u órgano
especificidad, está dada por el contenido de metabolitos (péptidos y polipéptidos de bajo peso
molecular) formados durante la hidrólisis enzimática, cuyas estructuras químicas dependen del tipo
de proteína del cual proviene (hay que recordar que en un tejido hay básicamente dos tipos de
proteínas: comunes a todos los tejidos y no comunes que se encuentran en un determinado órgano
solamente).
Acción fisiológica
La medicina hasta no hace mucho tiempo, consideraba a los órganos enfermos como una unidad
aislada, pero esta tendencia se ha ido modificando y en estos tiempos se acepta que existe una
interdependencia entre los diferentes órganos. Esta interdependencia se manifiesta entre los
factores nerviosos y bioquímicos, los cuales no pueden actuar separadamente, por lo tanto, el
sistema nervioso tiene su actividad regulada por las sustancias químicas que elaboran determinados
tejidos, órganos y glándulas, e inversamente, la actividad del sistema nervioso estimula la
producción de ciertas sustancias químicas en los órganos, sustancias que son volcadas al torrente
sanguíneo y estimulan otros tejidos, órganos y glándulas.
Los científicos Stern, Goldfeld, Chimanovdkaia y colaboradores, 1946; Bacon, Norman, Fitter y
colaboradores, 1976; crearon el concepto de “barreras histohemáticas” partiendo de los ensayos
de los investigadores Fouviller, Lefrevre, D´Arring Millet, Souvielle, Florin, Tucci, sobre los agentes
infecciosos. Proponen que “la impermeabilidad o resistencia de la barrera de cada uno de los
órganos y la permeabilidad o carencia de resistencia de otros, explican la localización de las
infecciones y el desarrollo de los procesos patológicos en ciertos órganos, mientras que otros son
refractarios a estos mismos procesos”. Cuando se altera la permeabilidad normal de la barrera de
cualquier órgano, se produce la alteración del líquido de las células en los tejidos, produciéndose
una aceleración o retardo en el transporte de sustancias en dichas células de estos tejidos
originando una alteración en los órganos correspondientes.
En algunos casos se impide la salida del protoplasma de sustancias tóxicas y como consecuencia de
ello se producirán perturbaciones capaces de alcanzar gran influencia en los órganos o de producir
grandes disturbios. Cualquier modificación que se produzca en la barrera “histohemática”, trae
como consecuencia un aumento o disminución de la permeabilidad de una o varias sustancias, lo
que lleva consigo una alteración funcional del órgano por producirse una alteración del medio
nutritivo, sea por causa de alteraciones en la entrada o salida de sustancias que recibe o elimina la
célula.
En resumen, podemos decir que cualquier modificación de las barreras “histohemática” rompe la
armónica interdependencia que debe existir entre los órganos y sistemas del organismo. Los
médicos investigadores Stern, Kozakov, Chmelik y Opanasiuk, en el Instituto Experimental del
Metabolismo y Perturbaciones Endocrinas de Moscú realizaron investigaciones sobre la influencia
de los histolisados de tejidos, órganos y glándulas animales como material terapéutico en una
amplia gama de patologías. Muchos científicos se abocaron a la tarea del uso de histolisados para
combatir un número grande de enfermedades. Así por ejemplo podemos citar los trabajos de
Abderhalden, Haberland, Carrel, Fischer y colaboradores (1960 - 1968), mientras que, en Japón,
éxitos terapéuticos fueron obtenidos por Kodumu, Kimura, Okino y colaboradores (1970 - 1974) con
el uso de extractos hepáticos, renales y de miocardio.
También se ha comprobado la auto lisis que experimentan órganos conservados asépticamente a
37º C. (Gautier y Gelman, 1966). En la actualidad, se reconoce a Kazakov como el creador de
la doctrina de la Histolisadoterapia, aun cuando tuvo predecesores que lanzaron mucho antes que
él la idea, y esto se debe a que sus estudios se realizaron con rigor científico y se dedicó de lleno a
la experimentación. También se debe a él, el estudio metódico y científico de los histolisados de
órganos con fines terapéuticos.
La contribución que ha tenido la medicina por parte de la química, ha permitido aclarar las
cuestiones de la fisiología normal y ha sido decisiva en la formulación de la teoría de Kazakov sobre
los lisados de órganos. El mérito de este científico fue interpretar la interdependencia entre los
órganos, armonizando la medicina practica con la teórica. En su teoría acentúa el carácter
profundamente dinámico y la interdependencia de todos los procesos en el organismo vivo.
Estos procesos (metabolismo) se hallan en constante equilibrio inestable en el estado normal del
organismo vivo y el fin de la ciencia médica deber ser el de estudiar las condiciones necesarias para
mantener este estado inestable en los procesos metabólicos del organismo, observar y estudiar la
dinámica del metabolismo, llegar a conocer las perturbaciones patol ógicas resultante de esa
dinámica y finalmente esforzarse en introducir los cambios necesarios para corregir esas
perturbaciones.