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LOS FINES DE LA EDUCACIÓN

Hablar de educación es hablar del desarrollo de la humanidad, es hablar del


desarrollo de la sociedad y de la civilización como la conocemos y entendemos
hoy en día.

Cuando nacemos, los seres humanos somos una de las especies más desvalidas,
comparados con otros seres que habitan el planeta; tardamos un largo período
dependiendo de nuestros padres para poder sobrevivir. Sin embargo, es
justamente esta incapacidad de valernos por nosotros mismos durante nuestros
primeros años, lo que ha permitido a nuestra sociedad el desarrollar sistemas de
instrucción para transmitir los conocimientos acumulados por nuestra especie a las
nuevas generaciones.

Estos métodos de instrucción han tenido la finalidad de ayudarnos a sobrevivir en


el planeta, conocer la naturaleza que nos rodea para manipularla y valernos de
ella tanto para subsistir, como para hacerla producir en nuestro beneficio, actividad
ésta última bastante cuestionable cuando rebasa los límites del bien colectivo, y se
cae en la explotación irracional de los recursos naturales en beneficio de unos
cuantos y en perjuicio del entorno natural, afectando el futuro de la humanidad.

La educación, desde su aparición en las diversas y diferentes civilizaciones a lo


largo de la historia y entendida como el sistema encargado de instruir a las nuevas
generaciones en el quehacer humano, se ha encargado no solo de transmitir
información y conocimientos, sino de formar a los humanos para desenvolverse
de acuerdo a las reglas sociales y naturales que regulan la interacción cotidiana y
regional e incluso las relaciones con sociedades y culturas diversas y distantes.
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Es justamente tocante al punto de la diversidad, que las sociedades humanas se


encuentran con el ¨ talón de Aquiles ¨ y por ende también es un punto vulnerable
para el campo de la educación.
En cuanto a la diversidad y la unificación de criterios, respetando el derecho que
todos tenemos de expresar nuestros puntos de vista, la educación cumple una
función en la que es insustituible.

Como dice Savater en su libro ¨ El Valor de Educar ¨:


¨ El destino de cada humano no es la cultura, ni siquiera estrictamente la sociedad
en cuanto a institución, sino los semejantes ¨.

Los seres humanos somos sumamente complejos, es difícil ponernos de acuerdo


aún perteneciendo a la misma familia, a la misma sociedad. La función de la
educación es no solamente transmitir el conocimiento acumulado a través de la
historia de la humanidad y capacitarnos para ser productivos en la sociedad a la
cual pertenecemos, también es su labor el enseñarnos a convivir y moldear en los
jóvenes y en la sociedad en su conjunto, patrones de convivencia y respeto social,
que nos permitan convivir de manera armoniosa. Los humanos hemos podido
enfrentar, superar y hasta dominar una gran variedad de fenómenos naturales,
sin embargo la ecuación más difícil de resolver aún persiste: el ser humano.

Pablo Latapí en su Conferencia Magistral (Unison 2002), nos dice:


¨… poco se atiende a la educación de las motivaciones, poco se considera el
vínculo entre los valores como conceptos y los juicios con el deseo, con ésa fuerza
oculta que pone en movimiento nuestra vida psíquica ¨.

Quizá transcurra mucho tiempo más para que los conocimientos que ha ido
desarrollando el campo de la psicología respecto a estos aspectos, llegue a las
grandes masas mediante programas institucionales con los que se abata la
ignorancia y la falta de conciencia en cuanto a la formación y desarrollo de las
familias y los niños que emanan de éstas.
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Mientras que esto sucede, toca al sistema educativo suplir las carencias en
habilidades para el autoconocimiento y autodescubrimiento que nos permitan la
comprensión, el entendimiento y el respeto por la realidad de los demás, lo cual
nos da la posibilidad de convivir dentro de un marco humanizador de la
existencia y así cumplir con el primer objetivo de la educación según menciona
Savater, en su libro, citado anteriormente:
¨… el primer objetivo de la educación consiste en hacernos conscientes de la
realidad de nuestros semejantes. ¨

Resulta interesante que en los proyectos de educación para el siglo XXI, se


reconozca el hecho de que una buena educación, a propósito del auge que han
alcanzado los avances tecnológicos, no puede dejar de lado la formación de los
individuos en el aspecto humano.

Pablo Latapí nos dice en sus reflexiones sobre la calidad en la educación


superior (Conferencia Magistral Unison – 2002):
¨ … el carácter, la inteligencia, los sentimientos y la libertad, son rasgos que deben
tomarse en cuenta para lograr una buena educación. ¨

La influencia del postmodernismo en el ámbito intelectual, cultural y artístico, hizo


que la sociedad occidental dejara de lado las formas convencionales de
interacción humana, tratando de encontrar nuevas alternativas en todos los
aspectos del quehacer humano, incluyendo los valores tradicionales que
supuestamente se habían convertido en fórmulas agotadas y obsoletas.

Sin embargo son justamente los valores éticos y morales transmitidos de


generación en generación, los que en última instancia buscan enmarcar la
convivencia humana dentro de un clima de solidaridad. igualdad, justicia y libertad.
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Sin valores humanos es prácticamente imposible lograr una convivencia social


pacífica en la que todos podamos expresarnos libremente pero con la plena
convicción de que a los demás también les asiste el mismo derecho.

Se debe retomar el rumbo y corresponde a los egresados de las universidades


marcar la pauta del cambio, de ahí la importancia que reviste el hecho de que
las autoridades educativas revisen, actualicen y reformen los programas
educativos existentes tanto en el aspecto formativo como en los objetivos de la
práctica profesional.

Será todo un reto compaginar la formación en valores a la par de la instrucción de


información actualizada, según los avances de los sistemas de información y la
tecnología, concientizar a los jóvenes de su responsabilidad en el autoaprendizaje,
implementar programas que no sólo incluyan conocimientos sino la práctica de los
mismos para que puedan ser pertinentes en los modelos de desarrollo económico
y social constantemente cambiantes debido a la nueva concepción de un mundo
globalizado, gracias a los avances de la tecnológicos.

Definitivamente hoy como nunca se necesita la profesionalización de la carrera


docente, un perfil de maestro que consciente del gran reto al que deberá
enfrentarse, se ocupe de actualizarse y adquirir la herramientas metodológicas
necesarias que le permitan cumplir con el gran compromiso de ser parte vital en
el proceso de formación de las nuevas generaciones.
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Referencias

El Mito de Prometeo. Consultado desde:


http://poesiadelmomento.com/luminarias/mitos/54.html

Latapí, P. (2002). Los Cuatro Pilares de Una Buena Educación. Revista


Confluencia 111. Consultado desde:
http://www.anuies.mx/servicios/p_anuies/publicaciones/confluencia/111/inde
x.html

Savater, F. (2001). El Valor de Educar. México: Editorial Ariel

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