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Los movimientos sociales.

Transformaciones políticas
y cambio cultural

Edición de Pedro Ibarra


y Benjamín Tejerina

E D T O R A L· T R O T T A

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COLECCiÓN ESTRUCTURAS Y PROCESOS


Serie Ciencias Sociales
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I I ', '._)"\ 'i ',0 Introducción: Hacia unas nuevas formas de acción colectiva ... 9

l. PROCESOS, CONTEXTOS Y TRANSFORMACIONES POLlTICAS

1. Conflicto político y cambio social: Charles Tilly . 25


;-" -""\IIOr"""."-,-.,,,_., .• , •..__ .•.~...•_ •
2, Movimientos sociales y democracia en Euskadi. Insumisión y
~F.&r:"'1 79 2 r 3.
ecologismo: Iiiaki Bárcena, Pedro Ibarra, Mario Zubiaga ..
La evolución de los nuevos movimientos sociales en el Estado
43

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( español: Jaime Pastor . 69
4. Orígenes conceptuales, problemas actuales y direcciones fu-
, eir',l fOTrc.\ . Fl.ACSO
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turas: Doug McAdam . 89 v

Il. DIMENSIÓN CULTURAL y ASP~CTOS SIMBÓLICOS


© Ediloriol Trono, S.A., 1998
Sogoslo, 33. 28004 Madrid 1. Los movimientos sociales y la acción colectiva. De la produc-
Teléfono: 91 5939040 ción simbólica al cambio de valores: Benjamín Tejerina .... 111 \
Fax: 91 59391 11 2. La praxis cultural de los movimientos sociales: Ron Eyerman 139
EiTloil: troHa@infornel.es
3. Los movimientos sociales y la creación de un sentido común
hHp/lwww.lroHa.es
alternativo: José Manuel Sabucedo, Javier Grossi, Concepción
© Pedro lborra Güell y Ben¡amín Telermo Montaña, 1998 Fernández . 165
4. El análisis de marcos: una metodología para el estudio de los
Diseño movimientos sociales: Antonio Rivas . 181 v
Joaquín Gallego

ISBN 84·8164·282·7 11I. PARTICIPACIÓN INDIVIDUAL Y MOVILIZACIÓN SOCIAL


Depósito Legol: VA811 198
1. Las motivaciones individuales en las organizaciones políticas
Impresión clandestinas: Donatella delta Porta . 219 .
Simancos Ediciones, S.A. 2. Las redes de los movimientos: una perspectiva de análisis: Ma-
PoI. Ind. Son Cristóbol rio Diani . 243
CI Esloño, parcelo 152 3. La necesidad de un estudio longitudinal de la participación
4701 2 Valladolid
en movimientos sociales: Bert Klandermans . 271

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CONFLICTO POLÍTICO Y CAMBIO SOCIAL

Charles Til/y

FLACSO . BibliotewJ

Desde 1933 los intelectuales occidentales, contrarios tanto al comunis-


mo como al fascismo, se han preocupado a menudo por el surgimiento
de las sociedades de masas en el mundo occidental. A su juicio, estas
sociedades de masas parecían más vulnerables que las sociedades pre-
cedentes a los movimientos políticos peligrosos, tanto en momentos
convulsos como en tiempos de paz. Las versiones pesimistas de corte
aristocrático enfatizaban el creciente sometimiento de las elites, que
previamente habían decidido aislarse, a la voluntad popular; mientras,
las versiones democráticas enfatizaban la ruptura de solidaridades que
anteriormente habían integrado a la gente en vidas sociales conforta-
bles (y por tanto políticamente moderadas). Ambas versiones negaban
la capacidad de las masas sin líderes para la acción política racional.
En 1959 la influyente obra de William Kornhauser Po/itics of Mass
Society moldeó ambas preocupaciones dotándolas de ropaje científico.
En su análisis, Kornhauser señala cómo la conjunción de la accesibili-
dad de la elite y la disponibilidad de las masas para ser movilizadas son
los dos factores centrales que promueven los grandes movimientos po-
pulares, cuya ideología y Iiderazgo determinan hasta qué punto está
amenazado el orden social. El fascismo, el comunismo, el macarthis-
mo, el poujadismo, así como otras formas de extremismo, nacían de
acuerdo con este argumento, de similares raíces: uniendo públicos vul-
nerables con demagogos sin escrúpulos. Por tanto Kornhauser trenza-
ba hábilmente dos tendencias que se habían formado de manera sepa-
rada, en oposición entre sí, como reacciones críticas del siglo XIX a la
expansión del capitalismo y la democracia.
El tema central de la obra de Kornhauser trata sobre las consecuen-
cias políticas de las transformaciones políticas provocadas por la acce-
sibilidad de la elite y la citada disponibilidad de la masa. Pero al refle-
xionar sobre los orígenes de esas trasformaciones políticas y sobre las
condiciones que fomentan los movimientos de masas, recurre a argu-

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CHARLES TlllY
CONfLICTO pOliTICO y CAMBIO SOCIAL

mentas causales tradicionales propios del siglo XIX. He aquí una de sus cos han desarrollado alguna vez serias investigaciones sobre los meca-
propuestas más llamativas: nismos psíquicos que menciona la teoría, en los análisis que se ~acen
hoy en día de los movimientos sociales y de los conflictos políticos
A través de esta teoría de la sociedad de masas se pueden aunar un buen número
queda poco de la teoría de la sociedad de masas.
de observaciones acerca de los fenómenos políticos en organizaciones, clases, co-
munidades particulares, y sociedades en general, para formar una imagen cohe-
Puede parecer, por tanto, que este texto no es sino la exhun;ación
rente de las condiciones que favorecen las conductas de masas en política. Los de! cadáver de una teoría que lleva largo tiempo muerta, sornetiéndola
grupos especialmente vulnerables a los movimientos de masas manifiestan gran· a una ejecución ritual para volverla a enterrar posteriormente. En ab-
des discontinuidades en su estructura durante períodos de cambio. Así, el comu- soluto. Aunque la formulación de Kornhauser sobre los rasgos de la
nismo v el fascismo ganaron fuerza en sistemas sociales que estaban sufriendo sociedad de masas ha perdido el atractivo que tuvo en su día, la visió,n
cambios repentinos y amplios en la estructura de autoridad y de la comunidad. tradicional que subyace detrás de ella reaparece bajo un aspecto acade-
Graves rupturas causadas en el tejido social por el extenso desempleo o por una mico cada vez que una nueva serie de terribles fenómenos políticos lle-
importante derrota militar son muy favorables a la acción política de masas. Las
gan a la opinión pública. A la hora de explicar el genocidio, la limpieza
clases sociales que proporcionan un apoyo desproporcionado a los movimientos
sociales son aquellas que poseen menores lazos sociales entre sus miembros, es
étnica, la guerra civil, el terrorismo o la corrupción todavía se destacan
decir, sobre todo las clases sociales más bajas. Sin embargo, puesto que hay gru· regularmente la disolución de los lazos sociales integradores, sacud~dos
pos de todas las clases sociales que tienden a estar socialmente atornizados, tamo por e! cambio social, así como e! carisma que demagogo~ Sin esc~upu-
bién se encuentran miembros de todas las clases sociales entre los participantes los provocan en individuos desarraigados ..Hasta en~re teoncos m~s so-
en la acción política de masas: intelectuales sin ataduras (especialmente auróno- fisticados de la transición política, la SOCiedad civil a menudo figura
mos), hombres de negocios y granjeros marginales (especialmente los pequeños), como un baluarte contra amenazas muy parecidas a aquellas censura-
así como trabajadores aislados, se han dedicado a la movilización política de rna- das por Kornhauser. Estos hechos cruci~les todavía tiene~ l~gar en
sas en tiempos de crisis (Kornhauser, 1959,228-229).
mentes angustiadas y en toda una generacion de trabajo académico que,
en desacuerdo con tales explicaciones, han hecho bastante poco por al-
Dos teorías diferentes de! cambio confluyen en este pasaje. La pri- terar e! curso de este discurso público.
mera sostiene que el cambio estructural amplio y/o abrupto destruye Es importante señalar que al rechazar las explicaciones de Korn-
los coercitivos y protectores lazos sociales. La segunda afirma que tal hauser acerca de los movimientos de masas por inadecuadas, los pos-
disolución de coacciones facilita las alianzas entre los individuos ato- teriores estudiosos han abandonado indebidamente una serie de
mizados y los líderes extremistas. preguntas que se presentaban como urgentes desde la investi&ación de
Ninguna de las teorías deja claros cuáles son sus mecanismos cau- Kornhauser. ¿Qué relaciones sistemáticas existen, si .es que existe al.gu-
sales, pero en el primer caso parece estar actuando algo parecido al na entre el cambio social a gran escala y los cambios en la moviliza-
desmantela miento de los refuerzos sociales producidos por normas in- ción política popular? ¿Qué impacto, si es que tiene alguno, tienen las
ternalizadas, mientras que en la segunda parecen actuar deseos com- variadas formas de acción política popular sobre e! curso de! carnbio
plementarios de poder (por parte de los líderes) y de estabilidad (por social a gran escala? Centrados en refutar las medrosas expli~aciones
parte de los seguidores) en la dirección del sistema. Los procesos psico- que desacreditan la acción popular, los esp.eclaltsta.s en movirruentos
lógicos juegan un papel central, generalmente implícito, en el drama de sociales rebeliones y otras formas de conflicto SOCIal,han empleado
la sociedad de masas y sus resultados trágicos. En su famosa fórmula poco esfuerzo en encontrar las consecue~cias de estas acciones para la
Kornhauser codifica los modelos teóricos tradicionales refiriéndolos a organización social existente. Estos analistas han hecho menos, inclu-
las consecuencias políticas de! cambio social rápido y a gran escala. so, para descubrir las cadenas causales precisas entre la acción colecti-
Críticos, teóricos e investigadores posteriores cuestionaron los ar- va y la transformación social.
gumentos de Kornhauser, no tanto refutando sus supuestas causas sino Este capítulo no reparará todo e! daño dejado por tr~s dé~~das de
prestando atención preferente a los efectos, generalmente negativos, de abandono, pero al menos esbozará un progran:a de rehablltta.clOn. Pn:-
la atomización y la marginalización de la participación popular en la tende: 1) especificar qué entendemos por cambio SOCIal,conflictos poli-
política, así como en la significación de la integración en redes que po- ticos y sus relaciones; 2) identificar algunas regularidades dentro del
sibilita e! reclutamiento para el movimiento social (Halebsky, 1976; conflicto político, y 3) identificar algunos proc~sos causales que conec-
McAdam, 1982; McPhail, 1991; Morris, 1984). También recalcaron la tan las políticas conflictivas con el cambio sOCl~1.Debido a las dlflcul:
importancia de creencias relevantes, intereses y compromisos cultura- tades conceptuales del estudio del conflicto pO[¡tICO,este apart~do sera
les que existían anteriormente .....-.enlugar de la mera disponibilidad o denso en la utilización de definiciones y dedicaremos bastante tiempo a
vulnerabilidad psíquica- a la hora de encauzar a los grupos sociales los esquemas conceptuales; y sin embargo reduciremos los aspectos
hacia diferentes tipos de acción política colectiva. Aunque pocos críti- empíricos de la cuestión, en mayor medida de lo que cualquier lector

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CHARLES T/LLY CONFLICTO POLiTICO y CAMBIO SOCIAL

exigente -incluyéndome a mí mismo- estimaría adecuado. Espere- esos casos la idea no se ajusta correctamente a todos los supuestos: al-
mos que el texto compense su abstracción con la identificación de nue- gunos cuerpos fluidos permanecen tan quietos que no podemos detec-
vas oportunidades para investigaciones empíricas, incluyendo mis pro- tar ninguna corriente, mientras que otros sufren tal turbulencia que la
pios estudios históricos sobre los cambios en los conflictos populares propia idea de direccionalidad pierde su sentido. Tan sólo como un
europeos.
término medio, la idea amplia y abstracta de corriente nos ayuda a or-
denar nuestras observaciones.
La analogía funciona razonablemente bien para e! cambio social.
1. CAMBIO SOCIAL Examinando cualquier grupo concreto de cambios sociales podemos,
lógicamente, preguntamos por las relaciones de éstos con la variable
¿Qué queremos decir con cambio social? Puesto que el mundo nunca tiempo. Entre otras cosas podemos preguntamos acerca de la variación
está quieto, cambio social a veces parece significar todo lo que sucede simultánea, la direccionalidad y la recurrencia:
a las personas para definir al gran río en el que todos los humanos na-
dan. Desde Vico hasta Sorokin, los analistas sociales han intentado re- 1. Simultaneidad: ¿Se mueven juntos los cambios en el tiempo de
petidamente captar esa comprehensión con las teorías generales del la misma manera en que suelen hacerla las huelgas reivindicativas
progreso, la evolución social, los ciclos o la decadencia. Una teoría de (aquellas que los trabajadores plantean para la mejora de salarios y
este tipo que tuviese éxito sería una Teoría del Todo. Aunque podemos condiciones de trabajo) en relación con los ciclos económicos) Si es así,
aprender mucho acerca de las conexiones del mundo social desde estas tenemos ya una cierta garantía para investigar estas conexior+s causa-
teorías, todas ellas fallan porque asumen un proceso unitario dominan- les entre sí o con algún otro proceso subyacente.
te que determina todos los cambios en la experiencia social, es decir, 2. Direccionalidad: ¿Se dirigen los cambios sociales en una direc-
todas asumen la existencia de una sola corriente. ción durante largos períodos, tal y como hacen los procesos acumula ti-
¿Existe una corriente unitaria? ¿El cambio social discurre en general vos como, por ejemplo, la difusión de innovaciones operativas en la es-
como un río? ¿Podemos trazar su dirección, medir su profundidad, trategia militar? Si es así, nos enfrentamos a la posibilidad de descubrir
identificar sus contenidos y estimar su impacto? Un río tiene un curso mecanismos que fomentan la dependencia de cambios trazados, la auto-
bien marcado, una dirección clara de flujo y sus propias reglas. Las re- reproducción y/o efectos multiplicadores.
gias del río dependen además de los climas por los que discurre el río, el 3. Recurrencia: ¿Son cíclicos los cambios sociales, volviendo re-
terreno por el que discurre y las criaturas que viven en sus profundida- gularmente a sus puntos de partida, como en el caso de acontecimien-
des. Una persona que vaya en kayak puede conocer sus rápidos, un pes- tos programados (por ejemplo las campañas electorales)? Si es aSÍ, po-
cador con mosca los mejores puntos de pesca, un hidrólogo su física, demos razonablemente buscar ritmos institucionalmente impuestos,
un ecologista sus sistemas de vida, un capitán de barco su curso entero. procesos que se agotan en sí mismos, y mecanismos equilibradores.
El cambio social en general no se parece al cauce de un río. La ex-
presión cambio social simplemente etiqueta ciertos aspectos de multi- Igual que la palabra «corriente» implica preguntarse acerca de las
tud de diferentes procesos sociales, cada uno de los cuales sigue su pro- direcciones de! movimiento en fluidos encauzados, las palabras «c.irn-
pia lógica individual. Es cierto que los procesos sociales, al contrario bio simultáneo», «direccionalidad» y «recurrencia» plantean pregun-
que el cambio social, a veces se parecen a los ríos y funcionan de mane- tas abstractas sobre procesos concretos de cambio. A tan altos niveles
ra unitaria. Podemos aprender ciertos cambios sociales concretos, por de abstracción, parecidas preguntas son aplicables al proceso de urba-
ejemplo, las recientes alteraciones en los procesos nacionalistas de los nización europea, a los cambios en la composición de la familia india,
Balcanes, o la globalización de los mercados financieros, de igual ma- a cambios en la política islámica, o a la difusión mundial de la música
nera a como conocemos un riachuelo cercano. Pero no podemos rack.
aprender el cambio social como un todo. Podemos hacer preguntas generales acerca de muchos cambios so-
La noción de cambio social en general se parece más a la idea abs- ciales concretos sin suponer que las respuestas siempre serán las mis-
tracta de una corriente. Las corrientes incluyen todo tipo de perrnanen- <, mas, sin asumir que todas las preguntas tienen respuestas significativas
res movimientos de fluidos que corren hacia delante. Por supuesto que en cada caso, y sin imaginar que existe un fenómeno general y autén-
podemos cartografiar las corrientes de un río en concreto, pero la idea tico llamado cambio social del que los cambios particulares son sim-
general de una corriente es el término medio de una gran variedad de plemente casos especiales. En este caso, nuestro conocimiento general
torbellinos, remolinos y remansos. De hecho podemos aplicar la misma acerca del cambio social consistirá no en acumular respuestas, sino en
idea a cualquier cuerpo fluido, buscar las direcciones dominantes del hacer preguntas urgentes. También podemos invertir e! ángulo de ob-
movimiento e identificarlas como sus corrientes. Sin embargo, aun en servación, aportando diferentes siste-mas de conocimiento para refe-

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CONFLICTO POlíTICO y CAMBIO SOCIAL.
CHARLES TlllY

rirnos a un úni~o caso. Al igual que los hidrólogos, ecologistas, nave- nera la aparición de reivindicaciones conflictivas más a menuda deno-
gantes, especialistas en salud pública y geólogos tienen importantes y minadas como «protestas- o «disturbios». '
diferentes cosas que decir acerca de cualquier río concreto, las distintas 2. En el individualismo metodológico (el modo dominante dentro
ral~as del análisis social pres~ntan, de hecho, diferentes enfoques en el del estudio del conflicto política), el conflicto político se explica coma
análisis de cualquier dimensión concreta del cambia social. el choque entre los intereses de las individuas o las colectividades im-
pulsando. la competencia dentro de los límites impuestos por la estruc-
tura de oportunidad política y la capacidad arganizativa.
2. CONFLICTO POLfTICO 3. En el individualismo fenomenológico (una orientación cada
vez más popular), el cambio de las .definiciones compartidas de la si-
Para reconocer el espacia de los conflictos políticos necesitamos dos tuación política promueve y regula las tendencias a la competencia.
definiciones cruciales: 4. En el análisis relacional (la menos conocida pero más promete-
dora antolo~ía, no sólo. para el conflicto político sino. para todos los '
1. Las reivindicaciones consisten en declarar determinadas prefe- p.rocesas sociales), los cambias en las conexiones entre actores poten-
rencias respecto al comportamiento de otros actores: incluyen deman- ciales conforman las identidades sociales, las definiciones compartidas ; }:.,
das, ataques, peticiones, súplicas, muestras de apoyo u aposición, y de- de la que es posible y deseable, las costes y beneficios colectivos de la
claraciones de compromiso. acción conjunta, y las compromisos mutuos; en definitiva, las acta res
. 2. Un gobierno es una organización que can trola el principal me- moldean la confrontación.
dIO concentrado de coerción dentro. de un territorio importante. El ga-
bierno es un Estado SI claramente no. cae baja la jurisdicción de otro En el an~lisis relaci<:mal, por tanta, la pregunta sobre por qué las
gobierno y recibe reconocimiento de otros gobiernos relativamente au- personas estan en conflicto puede tener un gran sentido o ninguno en
tónornos. absoluto. Es lo mismo que preguntar el por qué la gente habla, crea la-
zos sociales y p~atege d~l daño a sus semejantes. Aunque algún impul-
El conflicto político incluye todas las ocasiones 1) en las que algún sa, gen a capacidad SOCialuniversal pudiera subyacer muy en el fondo
grupo de personas realiza reivindicaciones colectivas públicas visibles de todas esas mteracciones, éstas, en la práctica, surgen a partir de una
sobre otras actores (reivindicaciones que si se cumpliesen afectarían los amplia variedad de motivaciones y actividades humanas. De momento
I intereses de estas últimas) y 2) en las que al menos una de las partes es mejor preguntarse por qué las personas entran en conflicto de distin-
afectadas par reivindicaciones, incluyendo. terceras partes, es un go- ~as maneras,. con diferentes intensidades, que buscar modelos universales
bierno. Por la tanto, el conflicto. político abarca revoluciones rebe- de conflicto. Creo que mi insistencia en subrayar la mutua y carn-
liones, guerras, conflictos étnicos, movimientos sociales, genocidio, o ~<!-I:1.t_e
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cans!~l!..~ció!ul.dªD~i.Yi.ndi_cac..io_nes.
en vez de fija¡:¡::¡:¡een:
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campañas electorales, la mayoría de las huelgas y cierres patronales, bias, cálcu10s individuales a actitudes generalizadas, la deja bastante
parodias públicas, incautaciones colectivas de mercancías, y muchas clara: soy partidario de hacer un análisis relacional de las variaciones
otras formas de interacción. (Me concentraré aquí en el conflicto den- sistemáticas que se dan en las conflictos políticos.
tro de un salo ámbito. político -un Estado y sus relaciones con actores No tenernos a mana ninguna teoría general fuerte, relacianal a de
bajo su jurisdicción-, pera en principio las regularidades dentro del cualquier otra tipo. Aunque cada cierto tiempo alguien propone una
conflicto política se pueden aplicar mutatis mutandis también al con- síntesis del conflicto social o de la acción colectiva en general (p.e. Boul-
flicto interestatal y transnacional). El plantear reivindicaciones dentro ding, 1962; Gamson, 1968; Hardin, 1983; Marwell y Oliver, 1993; 01-
de la fa~ilia, grupas de parientes, vecindarios y redes de amigos/as son? 1965; Schellenberg, 1982; Schelling, 1960; Smelser, 1963), los es-
sólo. se p.ueden cata lagar de conflicto político en la medida en que los tudiosos del conflicto político se especializan generalmente 'en una a
gobiernos se can vierten en parte de las reivindicaciones. das de sus variantes: conflicto industrial, revoluciones movimientos
¿Por qué tiene lugar el conflicto político? Cuatro tipos de explica- sa.ciales a alguna otra cosa parecida. Esta especialización tiene la ven-
taja de que hace controlable las investigaciones y reduce las dificulta-
ciones disponibles se corresponden can las cuatro principales ontolo-
gías de la ciencia social: las teorías de sistemas, el individualismo meto- des al sacar del estudia la institucionalización históricamente condicio-
do lógica, el individualismo. fenornenológico y los madelos relacionales: nada de las relaciones causales recurrentes. ¿Cuánta de la diferencia
entre huelgas y manifestaciones proviene del desarrollo de tradiciones
1. En la teoría de sistemas, tal y coma ha sido ejemplificada en el culturales y legales diferentes en cada una de ellas, cuánto se debe a la
análisis de la sociedad de masas de Kornhauser, el conflicto. político se p:esencia de s,ecuencias causales diferentes para cada una de ellas,·y
explica como una interrupción de los procesas de equilibrio, la que ge- cama mteractuan las tradiciones legales-culturales can las causas gene-

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~bt\CSO. Biblio\eCa

CHARLES TlllY CONFLICTO POLiTICO y CAMBIO SOCIAL

rales? Sin embargo, la especialización tiene sus costes, sobre todo en la en juego diferentes tipos de identidad. Quizás fin.almente podar:nos
duplicación de esfuerzos y las oportunidades perdidas para la analogía. abandonar el viejo conflicto entre «interés» o «identidad», reconocien-
Doug McAdam, Sidney Tarrow y yo mismo estamos en la actuali- do que todo..5..9nflicto implica afirmaciones de identidad al igu~1 que el
dad intentando reducir las barreras que impiden hacer la síntesis en el desarrollo de intereses colectivos. (Confieso que como reaccion a los
análisis del conflicto político (McAdam, Tarrow y Tilly, 1996). Nues- rélatos irracionalisras de la acción colectiva popular, incluyendo el de
tra cautelosa estrategia es la de impulsar ideas relativamente bien esta- Kornhauser, mis colaboradores y yo mismo una vez que habíamos de-
blecidas, sacadas principalmente del estudio comparativo de los movi- cidido subrayar los intereses y dar por supuesta su presencia en las
mientos sociales en las democracias occidentales a zonas adyacentes de identidades de cada grupo, la necesidad de esta desproporcionada po-
conflicto para ver qué tal se sostienen determinadas propuestas, o si lémica había pasado).
por el contrario estos conflictos se sustentan en otros principios dife- En general las identidades son experiencias compartidas de deter-
, rentes. Por ejemplo, creemos que existen paralelismos entre los ciclos minadas relaciones sociales y representaciones de esas relaciones socia-
'-
del movimiento social y las situaciones revolucionarias (Cattacin y les. Los trabajadores se convierten en trabajadores en relación con los
Passy, 1993; Fillieule, 1993; Goodwin, 1994b; Hoerder, 1977; joppke, patronos y otros trabajadores, las mujeres se con~ierten en mujeres en
1991; Koopmans, 1993; Traugott, 1995). En ambos aparecen simultá- relación con los hombres y otras mujeres, los judíos ortodoxos se con-
neamente una serie de condiciones para que un actor previamente des- vierten en judíos ortodoxos en relación con judíos no ortodoxos, con
favorecido pueda lograr el éxito en su desafío reivindicativo: 1) publi- no judíos y con otros judíos ortodoxos. Las identidades políticas son
citar la vulnerabilidad de las autoridades; 2) proporcionar un modelo un subconjunto del que forman parte los gobiernos. A pesar de su
para un planteamiento operativo de las reivindicaciones; 3) identificar enorme variación en forma y contenido:
posibles aliados y 4) poner en peligro los intereses de otros actores po-
líticos que tienen interés en el statu qua, y conseguir así también su ac- 1. Las identidades políticas son siempre, y en cualquier lugar, re-
tivación. lacionales y colectivas. .
Una situación tan abierta se convierte en un ciclo si alguno de los 2. Por lo tanto cambian según cambien las redes, las oportunida-
grupos en lucha contra el poder logra alcanzarlo. Entonces se alían des y las estrategias políticas.
para fortificar sus posiciones contra otros nuevos contrincantes, y así 3. La confirmación de las identidades políticas depende de las ac-
al final el proceso divide a los actores colectivos movilizados entre gru- tuaciones contingentes, en las que resulta crucialla aceptación o recha-
pos en el poder y grupos fuera de él, alguna de cuya gente es desmovili- zo de las otras partes implicadas en la relación.
zada. Luego mueve a los restantes hacia acciones cada vez más arries- 4. Esta validación restringe y facilita la acción colectiva de aque-
gadas hasta que la represión, la cooptación y la fragmentación acaban llos que comparten una determinada identidad... .. .
con el ciclo. Tales ciclos se repiten tanto en los movimientos sociales 5. Existen profundas diferencias entre las identidades políticas In-
') como en las revoluciones. Sin lugar a dudas también podemos identifi- sertadas en la vida social rutinaria y aquellas que se presentan sobre
car secuencias equivalentes en la guerra, conflictos industriales, y otras todo en el espacio público: identidades colectivas desconexas.
formas de política conflictiva (Botz, 1976, 1987; Cohn, 1993; Cruz,
1992-1993; Franzosi, 1995; Kriesi et al., 1981; Most y Srarr, 1983; Estas propuestas rompen con tres formas comunes, aunque muy
Porter, 1994; Shorter y Tilly, 1974; Starr, 1994; Stevenson, 1992). diferentes, de entender' las identidades políticas: 1) como una sencilla
Trabajando simultáneamente con dos o tres formas bien documen- activación de rasgos personales -individuales o colectivos- durade-
tadas de conflicto, McAdam, Tarrow y yo mismo estamos intentando ros; 2) como aspectos moldeables de la conciencia individual; 3)
localizar analogías dentro de los ámbitos de estrategias de enmarque como puras construcciones discursivas. El primer puntO de vista apa-
discursivo, identidades políticas, procesos de movilización, repertorios rece sistemáticamente en los análisis ligados a alguna versión del in-
de acción y redes sociales. Este capítulo se centra en mi parte de nues- dividualismo metodológico y de la participación política basada en el
tra empresa común, pero por supuesto se hace eco de la continua con- interés. El segundo se repite en los análisis del compromiso político
versación que mantenemos entre todos nosotros. como proceso de autorrealización, y se tiende a correlacionar co~ un
supuesto de individualismo fenomenológico, el enfoque que afIrma
que la conciencia personal es la principal o, en el extremo solipsisra,
3. IDENTIDADES EN CONFLICTO la única realidad social. El tercer enfoque aparece repetidamente en
los relatos postmodernos de la identidad, muchos de los cuales tam-
A través de este diálogo con McAdam, Tarrow y otros investigadores, bién se orientan hacia el solipsismo. Mi propio punto de vista no nie-
espero poder definir las condiciones bajo las cuales el conflicto pone ga ni la construcción discursiva ni los rasgos personales, ni las psi-

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CHARLES TlllY
CONfLICTO POLíTICO Y CAMBIO SOCIAL

ques individuales, sino que coloca las relaciones entre los actores en identidad colectiva «ciudadano» se encuentra en un término interme-
el centro de los procesos sociales. v dio, moldeando las relaciones entre empresarios y trabajadores, y afee-
i ¿Qué significa «relaciona] y colectivo»? Una identidad política es la tando de forma notable los compromisos políticos, pero sin tener re-
experiencia que tiene un actor de una relación social compartida en la levancia alguna por lo que se refiere a un amplio conjunto de otras
I
J que al menos una de las partes, incluyendo las terceras partes, es un 111- prácticas sociales. Por otro lado, sin embargo, la distinción asentada-
dividuo u organización que controla medios de coerción concentrados. segmentadas, niega dos formas extremas (y contradictorias) de enten-
Generalmente las identidades políticas se solapan con representaciones der las identidades que prevalecen en el conflicto político: 1) como
públicas compartidas tanto de la relación como de la experü;ncia. En simples activaciones de atributos individuales pre-existentes, o incluso
diferentes momentos las mismas personas se representan a SI mismas primordiales, o 2) como puras construcciones discursivas que tienen
como trabajadores, vecinos, minorías étnicas, mujeres, ciudadanos, ho- poca o ninguna base en la organización social. Desde las más asenta-
mosexuales, revolucionarios, y otras categorías que les distinguen de das a las más segmentadas, las identidades colectivas se asemejan a gé-
otros segmentos de la población. En cada caso se implican en actuacio- neros lingüísticos en la manera que vinculan una colaboración inter-
nes que confirman el mérito, la unidad y el compromiso, por ejemplo personal coherente, pero varían eventualmente en contenido, forma y
desfilando juntos, llevando insigruas, cantando canticos de solidaridad aplicabilidad de acuerdo con el contexto.
o gritando eslóganes. ... Reforzadas por el conflicto, la organización interna o la obtención
Bajo condiciones sociales determinadas, las ,dentldade~ col~ctIvas de privilegios, las identidades segmentadas en ocasiones también se
que la gente utiliza en los conflictos se corresponden con «identidades convierten en fuente de relaciones sociales cotidianas aunque hayan co-
colectivas, enrai.z_'li!a~_9"_¡lSentadas}>,aquellas que forman parte dejas menzado en otra parte. A través de sus diferentes políticas entre 1903
rutinas de su vida.diaria, raza, género, clase, ernicidad, localidad, rela- y 1981, el Estado de Sudáfrica cosificó y ratificó categorías raciales
ciones "de"parentesco, ete. Los ana listas sociales tienden. a etiquetar que finalmente acabaron teniendo gran importancia en las rutinas so-
como «espontáneas» o «tradicionales» las acciones colectivas de ven- ciales (Marx, 1995). El Estado y sus diversos agentes impusieron cate-
ganza, ridículo, obstrucción y manipulación mutua que surgen de las gorías como zulú, xhosa, afrikaner y de color a toda su población con
identidades asentadas. Los observadores también imaginan que los me- tal fuerza que las categorías gobernaban una parte significativa de las
canismos causales centrales de la movilización derivan de transforma- relaciones sociales cotidianas. De esta manera, identidades colectivas
ciones de la conciencia individual, cuando de hecho lo que impulsa ta- inicialmente segmentadas se convirtieron en identidades asentadas.
les movilizaciones es el reforzamiento selectivo de ciertos lazos sociales A través del reforzamiento de fronteras categoriales, y de fomento
a costa de otros. Aunque generalmente operen a pequeña escala, cuan- de actividades compartidas, los movimientos sociales también han in-
do son presionadas por los detentadores del poder o sus enemig?s,.las sertado en parte sus identidades segmentadas en la vida social cotidia-
identidades colectivas asentadas, como las de base religiosa o etrnca, na de mujeres, minorías étnicas o veteranos de la guerra. Aunque el
pueden provocar duros y extensos conflictos. La Reforma protestante proceso también circula en la dirección contraria, generalizando y con-
y la quiebra de la Unión Soviética se enmarcan en la activación de este virtiendo en segmentadas identidades inicialmente asentadas como,
tipo de identidades colectivas asentadas. . por ejemplo, cuando los carpinteros de una fábrica, los mecánicos de
Bajo otras condiciones sociales, la gente puede orgamzarse en otra y los fontaneros de una tercera se juntan no sobre la base de esas
«identidades colectivas segmentadas», las cuales r~~e_z,_.9_nunca,_es- identidades sino como trabajadores en general.
tá;;--'yrese~.!~s ..en-Jas __
r~la~ioneLsociates _ cotidianas, Las identidades Sin embargo, la diferenciación mantiene su importancia: el grado
colectivas segmentadas a menudo incluyen asoclaclOn;s voluntanas, en que las identidades políticas son asentadas o segmentadas afecta de
grupos nacionales y categorías legales como «~~a», «tribu» o manera importante a la cantidad de conocimiento disponible para
«personas disca paciradas». En estos casos, I~s personas invocan la rele-
vancia de lazos sociales de forma mucho mas selectiva que en las Iden-
aprovechamiento de sus miembros, la densidad que apuntala los lazos /
sociales, la fuerza de los compromisos en conflicto, la facilidad de
tidades asentadas, y los líderes políticos, en general, juegan un papel adaptación a uno u otro contexto y, en última instancia, la efectividad
mucho más relevante en su puesta en marcha. El análisis de Beth Roy de las diferentes estrategias organizativas.
acerca de cómo los campesinos bengalís llegan a redefinir los conflictos
locales alineando a los «hindúes» contra los «musulmanes» ilustra de
manera perfecta el modelo de una movilización mediada por profesio- 4. CAMBIOS EN EL REPERTORIO
nales de la política (Roy, 1994).
La diferencia entre identidades colectivas asentadas y segmentadas La diferenciación entre identidades colectivas asentadas y segmentadas
sirve para señalar los extremos de un continuum. Así, por ejemplo, la se corresponde más o menos con la diferencia entre conflicto local y la

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CHARlES TlllY CONFliCTO pOlíTICO Y CAMBIO SOCIAl

política de los movimientos sociales nacionales en la Europa de princi- soborno (Favre, 1990). Las huelgas, sentadas, reuniones de masas, y
pios del siglo XIX, cuando un cambio importante dirigido a plantear otras formas de exigir cambios, enlazan entre sí identidades bien pre-
los conflictos en la arena nacional estaba transformando la política po- definidas y producen incesantes innovaciones hasta el punto de cam-
pular (Tarrow, 1994; Traugott, 1995). En formas de interacción rei- biar, a la larga, su configuración, ya que acumulan sus propias histo-
vindicativa como ceremonias burlescas (p.e. parodias, tamborradas), rias, memorias, tradiciones, leyes y prácticas rutinarias. En resumen,
apropiación del grano y quema de efigies, la gente generalmente expre- los repertorios son productos culturales que aunque evolucionan histó- I

saba identidades colectivas que se correspondían casi completamente ricamente tienden a ser fuertemente restrictivos a los cambios.
con las dominantes en las rutinas de la vida social: inquilino, carpinte-
ro, vecino, etc. Podemos llamar a estas formas de interacción parro-
quiales y particularistas, puesto que generalmente tenían lugar dentro
I
5. CO FLICTO y CAMBIO
de entramados de relaciones sociales locales, incorporando las prácti-
cas y la comprensión características de esos entrarnados locales. A me- Preguntarse por qué tiene lugar un giro de un tipo de repertorio a otro
nudo también tomaban una forma clientelista, confiando en la inter- nos plantea la cuestión de las relaciones generales entre el conflicto y el
vención de intermediarios privilegiados ante las autoridades más cambio social. En ei caso de la Europa de los siglos XVlIl y XIX, las cau-
lejanas. sas posibles del cambio de repertorio incluyen las transformaciones en
Por otro lado, en manifestaciones, campañas electorales y reunio- la organización de los gobiernos nacionales, el incremento de las rela-
nes públicas, los participantes a menudo se presentaban como seguido- ciones de propiedad capitalista, los movimientos de población desde
res de un partido, miembros de asociaciones, ciudadanos y parecidas áreas rurales a urbanas, el papel cada vez más importante de dirigentes
identidades colectivas segmentadas. El carácter nacional, flexible y au- profesionales en los movimientos sociales y la difusión de modelos
tónomo de estas reivindicaciones definía su frecuente fijación en los te- para plantear reivindicaciones claramente efectivas en estas circuns-
mas y objetos nacionales, su estandarización de un asunto u otro, y la tancias cambiantes. Todas estas supuestas causas promueven cambios
frecuencia con la que los participantes se dirigían directamente a los dentro del conflicto político. Pero si miramos el asunto desde el otro
derentadores del poder, con los que no tenían ningún contacto social lado, también podemos observar cómo la propagación de manifesta-
cotidiano. La diferencia marcaba grandes contrastes en las relaciones ciones afecta a la práctica policial, cómo las huelgas repetidas provo-
sociales entre los participantes, en las pautas de movilización y en la can cambios en los niveles de los sueldos, en qué casos la coordinación
propia organización de la acción. El cambio de las formas de acción de demandas conduce a la extensión del sufragio, en resumen, cómo el
parroquia les y particularistas, frecuentemente formas clientelares de conflicto político provoca el cambio social. El conflicto y el cambio so-
reivindicación, a otras autónomas, nacionales y flexibles se articuló cial se influyen mutuamente.
con profundos cambios en la estructura social. Las presuposiciones políticas y la desigual observación de los acon-
Estas modificaciones en las formas predominantes de plantear rei- tecimientos han producido una gran desproporción. Si bien todas las
vindicaciones en Europa aparecieron, de distinto modo, en diferentes proposiciones referentes al conflicto político son conflictivas, sabemos
momentos y con diversas trayectorias de una región a otra. En conjun- mucho más acerca de cómo el cambio social produce el conflicto que
to constituyeron una impresionante alteración de los repertorios de ac- cómo el conflicto produce el cambio social. Cuanto más nos alejemos
ción colectiva. Los repertorios se asemejan a convenciones lingüísticas de los efectos evidentes del conflicto, tales como las pérdidas y ganan-
que enlazan entre sí grupos concretos de interlocutores: mucho más que cias de una huelga, menos información sistemática tendremos acerca
1 por las capacidades técnicas de los actores, o por las exigencias de los de las consecuencias de la contienda en los participantes, sus objetivos
intereses en juego, los repertorios se forman y cambian por medio de la reivindicativos, las terceras partes y sus contextos sociales.
mutua interacción de las propias reivindicaciones. Al igual que las institu- Sin embargo, los analistas del conflicto político suelen relacionar
ciones económicas evolucionan a través de la interrelación entre las orga- con frecuencia los efectos incluidos dentro de estas categorías super-
nizaciones, restringiendo de manera significativa las formas de relación puestas:
económica en un momento concreto del tiempo, también las reivindica-
ciones limitan las posibilidades de la acción colectiva (Nelson, 1995). 1. Reorganización: El esfuerzo del conflicto transforma las rela-
La evolución de la manifestación como medio de plantear reivindi- ciones sociales internas y externas de los actores implicados, incluyen-
caciones presenta a activistas, policías, espectadores, rivales y funcio- do autoridades, terceras partes y el objeto de sus reivindicaciones.
narios públicos ante formas perfectamente definidas de organizar, anti- 2. Realineamiento: Más concretamente, la lucha, la defensa y la
cipar y responder a las demandas realizadas a través de este medio, y cooptación alteran las alianzas, rivalidades y enemistades entre gober-
en marcada distinción con medios como la colocación de bombas o el nantes, otros contendientes y los grupos reivindicativos.

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CONfliCTO POLíTICO Y CAMBIO SOCIAL
CHARLES TILLY

3. Represión: Las esfuerzos de las autoridades en la represión a guntas más conflictivas en el estudia de las conflictos políticos se cen-
consentimiento de las que las desafían producen cambias directos -la tra en saber SI las niveles de conflicto se comportan de esta manera sec-
declaración de poderes de emergencia- e indirectos -efectos en las torial y langitudinalmente (y si es así, par qué).
gastos de vigilancia, actividad policial y fuerzas militares-e- en el ejercí- La pregunta merece que se le preste gran atención parque, si la in-
vertimos, se convierte en una de las mayores interrogantes respecta a
cio del poder .., .
4. Realización: Las demandantes exigen cambias específicos, ne- la propia democracia: a parnr de un cierta grada de democracia las
gacian can éxito. can las detentadares del poder y hasta las desplazan. regímenes demac.rá~icas ¿inevi~ablemente se autadevoran en la ge;tión
de agenda.s conflictivas? Quizás resulte satisfactorio descubrir que las
No. es ninguna coincidencia que las categarías se correspandan Inve~tlgaclOnes sobre el conflicto político, lejos de constituir un campo.
aproximadamente can las elementos de la estruc~ura de oportunidad analítico separada, nos llevan directamente a problemas profundas de
política !EOP), tal y cama la entlend~n la ~ay~)fla de las ar;alistas de la tearía democrática.
las mavlmlentas socia les: orgaruzacion de insntucrones políticas, ali- ¿Proparcianan estas reflexiones una alternativa comprensiva a la
neamientos entre las elites, represión-facilitación, Y apertura del siste- tea ría de Karnhauser, ~e la saciedad de masas y el razonamiento. popu-
ma político (Fillieule, 1993; Giugni, 1995; Kitschelt, 1986; .Knesl, lar que subyace implícito detrás de ella? ¿Lagran llenar las huecas ge-
j 1993. della Parta 1995· Tarrow, 1994). Desde el punta de vista de
las q~e desafían al pade:, la EOP es más favorable allí dande las insti-
neradas par el olvido del estudia de las relaciones entre cambia social
y conflicto político? Existen numerosos espacias vacías en este ámbito
ruciones políticas proparcianen múltiples espacias para pl.antear rei- pero ¿ab~en nuevas direcciones a la reflexión teórica? Sí, dirigen la in-
vindicacianes las elites están divididas, la represión es débil y existen vesngacron a perspectivas relacianales de las procesos políticos, a tra-
canales sólid~mente establecidas par donde encauzar eficazmente las tar de especificar mecanismos causales socialmente efectivas, en vez de
I reivindicacianes.
procesos psíquicas patológicos, hacia una comprensión más clara de
las interdependencias -:-en ambas direccianes- entre el conflicto polí-
A su vez estas condiciones se corresponden can cuatro. ejes que nos
jerarquizan las diferentes regímenes desde las autoritarias hasta las de- neo y las diferentes variedades del cambia social,
mocráticos:

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y 1111 una democracia ideal (actualmente inexistente). Las casas rea- Cohn, S. R. (1993), When Strikes make Sense and Why, Plenum, New York.
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1111, pera decae con niveles de democracia muy altos (alrededor d.e Comparatiue Analysis of Italy and Germany, CUP, Cambridge .
.80, .75, .85, .90). En este punta, el razonamiento. es que para la movi- Favre, P. (ed.) (1990), La manifestation, Presses de la Fondation Nationale des
lización de los acta res es menor el casto de acceder a determInados Sciences Politiques, Paris.
centros de poder que llevar a cabo un conflicto colectiva.. . Fillieule, O. (ed.) (1993), Sociologie de la Protestation. Les formes de l'action
Cuanto mayor sea la capacidad del Estado para proparclOnar bie- collectiue dans la France conternporaine, L'Harmatran, Paris.
nes colectivos inferior será el nivel de democracia en el que se produce Franzosi, R. (1995), The Puzzle of Strikes. Class and State Strategies in Post-
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de alta capacidad democrática integra más reivindicaciones en respues- Gamson, W. A. (1968), Power and Discontent; Dorsey, Homewood; ed. revi-
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CONFLICTO POLíTICO Y CAMBIO SOCIAL
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