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La inspección permite apreciar también las posiciones anormales, las más frecuentes
son la tortícolis o lateroflexión de la cabeza, que rara vez se manifiesta por
anteroflexión o retroflexión de la cabeza, que puede observarse en meningitis aguda, o
en tétanos; mientras que la anteroflexión se observa ocasionalmente a procesos
artrósicos de la columna cervical. Además la inspección nos determina el perfil del
rostro del paciente.
La palpación nos permite descubrir la existencia de edema hematomas, o más rara vez
de enfisema subcutáneo a nivel del cuero cabelludo; además en lactantes se aprecia las
fontanelas y la presencia de craneotabes o ablandamiento de los huesos craneanos.
La frente es la zona que queda entre la implantación del cabello y las cejas, es
habitualmente más ampliamente en el hombre que en la mujer, cuando esta amplitus es
exagerada se habla de frente olímpica relacionada con raquitismoi y con heredosífilis o
bien ser constitucional.
Las cejas constituyen una agrupación pilosa que pueden dar gran expresividad al
semblante, la caída de estos pelos se observa en mixedemas.
Los párpados , la inspección puede descubrir edema, si éste es bilateral las posibilidades
a considerar serán edema renal, y con menro frecuencia, mixedema, anemia hipocroma
o triquinosis.
La imposibilidad de levantar el párpado inferior, puede deberse a parálisis del III par
craneal o blefaoespasmo, si la caída del párpado es sólo parcial y se acompaña de miosis
enoftalmo y anhidroftalmo de ese lado, en cambio, la imposibilidad de ocluir el párpado
o lagoftalmo se observa característicamente en la parálisis periférica del VII par craneal
y en raros casos de oftalmopatía bassedowiana.
El estrabismo puede ser funcional o paralítico; en este último caso el enfermo presenta
visión doble o diplopía, debido a que las imágenes no se producen en puntos simétricos
de la retina; en cambio, el funcional ha aprendido a prescindir de la imagen más débil y
no acusa diplopía.
En la parálisis del II par, que es la más frecuente hay ptosis, parálisis de todos los
movimientos (con excepción de la desviación hacia afuera) y midriasis por parálisis
pupilar.
Las pupilas normales son redondas e iguales (isocoria), se contraen a la luz y a la visión
de cerca, y se dilatan en la oscuridad y con la visión a distancia, cuando son desiguales ,
se habla de anisocoria, en este caso, se excluyen las malformaciones congénitas como
primera posibilidad de sífilis del sistema nervioso.
Las orejas tienen habitualmente un tamaño normal, pero pueden ser grandes
(macronatia) o pequeñas (micronatia), variaciones sin mayor significación semiológica,
pero su color como ya vimos ocurre en la nariz, adquiere un tono violáceo en casos de
cianosis y un tono pálido en casos de anemia o amarillenta en casos de ictericia.
El conducto auditivo externo puede dar salida al líquido cefalorraquídeo (con aspecto de
sangre aguada), o puede ser supurada en caso de otitis media.
Para el exmane de la cavidad bucal, es imprescindible una baja lengua y una buena
iluminación o linterna. Allí puede descubrirse manchas negruzcas, llamadas
melanoplaquias, enantemas que acompañan alas fiebres eruptivas; las manchas de
Koplik, como también diversas formas de estomatitis, catarral, aftosa, ulceronecrótica o
de Plaut-Vincent.
Las encías puede ser asiento de inflamaciones gingivitis, o enfermedad periodontal que
puede llevar a una periodontitis con movilidad de dientes y formación de pus.
La lengua normal es húmeda, papilada y rosada ala inspección. Su alteración más
común la constituye una pátina blanquecina que se deposita en su superficie y que
llamamos saburra, formada por descamación del epitelio lingual y algunas partículas
alimenticias. El tamaño guarada con relación a la cavidad bucal, entonces hablamos de
macroglosia, la que se observa en acromegalia, cretinismo e idiocia mongólica.
La faringe puede inflamarse (faringitis) por diversos agentes etiológicos, los más
frecuentes son los virus que además afectan la nariz y la laringe ocasionando coriza y
disfonía.
El paladar duro puede adoptar una forma ojival, deformación congénita que acompaña
generalmente a otras malformaciones congénitas, especialmente cardiopatías
congénitas, el exceso de salivación o sialorrea se observa en las diversas formas de
estomatitis.