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Una vez habían obtenido toda la atención del país por su acto
simbólico, hicieron otro ataque que sacudió el país.
Considerando la falta de armas de lo que decía ser un grupo
armado, tomaron las armas del Ejército Nacional guardadas en
el Cantón Norte de Bogotá. Con la ayuda de un viejo amigo de
Bateman, lograron financiar una casa familiar al frente del
cantón norte por medio de una venta de medicinas que llamaron
“Produmédicos”. Tras 73 días de excavación lograron hacer un
túnel que atravesaba la calle hasta llegar al Cantón Norte. El día
30 de diciembre de 1978 robaron las primeras armas, 2 días
después el M-19 contaba con 4076 armas que alguna vez
habían sido propiedad del Ejercito Nacional de Colombia.
Wolff poco a poco se convirtió el comodín del M-19. Ganó poder y jugó
un papel importante al firmar la constitución de 1991 bajo el gobierno de Cesar
Gaviria. El M-19 fu cambiando sus relaciones y sus formas de hacer política,
había cada vez menos dialogo con el pueblo y cada vez mas con los altos mandos
del gobierno. Sus ideas se trasladaron de una izquierda radical a una izquierda
moderada. El pueblo perdió su motivación y apego hacia el grupo que decía ser
hecho por y para ellos. El país se encontraba dividido en dos, aquellos que creían
que el M-19 debía seguir apegado a las ideas originales y que su lucha y
objetivos debían ser los mismos. Y por otro lado: “Otros opinaban que si el M-
19 hubiera seguido apegado a la izquierda y al radicalismo, le hubiera ido aún
peor, dado el conservadurismo imperante en Colombia y en todo el hemisferio.
En todo caso, una cosa estaba clara: el M-19 perdió el contacto con los
movimientos populares que le habían proporcionado el contexto para prosperar
después de deponer las armas”. (Castañeda Jorge; La Utopía Desarmada;
Editorial Joaquín Mortiz; México, 1993, pág. 136- 137)
Por otra parte, los aun integrantes del M-19 decían ser los
mismos revolucionarios que alguna vez fueron y argumentaban
su falta de resistencia con el peligro que corrían en el país.
Petro, miembro aun activo de la política colombiana escribió:
“Medio millón de asesinatos políticos y sociales en medio siglo
nos lleva a pensar que en Colombia no sólo se intentó extirpar
una élite revolucionaria, sino que se intentó eliminar
definitivamente cualquier intento de participar autónoma de la
sociedad en la vida del país”. (Petro Gustavo; De la Guerra y de
la Paz en Colombia) Es así como los integrantes del M-19
buscaron más miembros políticos que compartieran sus ideas de
izquierda para formar y consolidar un nuevo partido al que
llamaron Polo Democrático Alternativo. Uno a uno de los
miembros del M-19 se fue olvidando de su pasado y lo que
alguna vez fueron sus ideales para mezclarse con otras decenas
de políticos que probablemente jamás han visto un arma.
“Como señala el politólogo mexicano, Jorge Castañeda, el M-19
ejemplificó un tránsito inicialmente afortunado de la lucha
armada castrista de los años sesenta a la competencia electoral
casi socialdemócrata de los noventa. Pero en vez de contribuir al
cambio de la democracia colombiana haciéndola más
representativa y legitimada en todos los sectores de la
sociedad, cayó en los mismos vicios que criticaba en los partidos
tradicionales. De cierta manera fue un nuevo partido, con viejos
vicios, que formó parte de un sistema político anquilosado y
desprestigiado, por lo que también entró a compartir el
descrédito que lo rodea.” (M-19: Desde la montaña hasta el
parlamento. Sergio Fernando Sainas Cañas.
Bibliografía:
• Behar, Olga (1985). Las guerras de la paz.. Bogotá,
Planeta..
• Castañeda, Jorge (1995). La utopía desarmada.. Bogotá:
Ediciones tercer mundo. ISBN.
• Lara Salive, Patricia (1982). Siembra vientos y recogerás
tempestades.. Barcelona, Fontamara..
• M-19: Desde la montaña hasta el parlamento. Sergio
Fernando Sainas Cañas.
• http://www.caracol.com.co/notag3.asp?g=217512&id=217510
• http://www.algonet.se/~demos/pazcol.html.11 de enero de
1996