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El melodrama

Introducción
El melodrama es considerado como uno de los géneros más extensos y
representativos de América, significa actuación con acompañamiento de canto,
música y drama.
1970.- Considerado espectáculo popular de feria (Inglaterra y Francia).
1820.- Pasa al teatro oficial. Se representan tragedias familiares, actuaciones
sin diálogos. Metonimia: énfasis en rasgos que refuerzan las características
básica del personaje que contribuyó a que se diese una complicidad entre el
público y las representaciones. Sobresalían los gestos o rasgos que
representaban la moral de cada personaje, logrando que el espectador se
identifique o reconozca el rol de cada uno de ellos, por ejemplo la heroína era
una dama bella y buena, no era así el personaje del traidor.
Las expresiones eran enfatizadas a través de la metonimia y las actuaciones
acompañadas por música que resaltaba lo visual, llevando al público a unas
emociones.
Los gestos y los sentimientos que exteriorizaban eran acompañados por la
música, la danza y el canto.
Así el melodrama fue pasando del teatro al cine y a la radio.
1908.- David W. Griffith, se plantea la adaptación de un poema, para llevarlo al
cine contando una historia triste y trágica

El melodrama comienza a verse como el género que enlaza las


preocupaciones de mostrar la realidad y el mundo tal cuales, más la tensión
creciente y la mirada del espectador como cómplice que se siente identificado
con la historia.
Luego, el género llegará a la televisión cuando surjan las telenovelas que se
convirtieron en un pilar fundamental para el melodrama.
El melodrama reúne una cierta cantidad de características propias:
 Por un lado se dice que es un género que hace emocionar hasta las
lágrimas, pertenece al cine del sentimentalismo. Se considera que el
espectador se compadece de lo que ve, lo que sería el objetivo principal
del melodrama popular. Por otro lado, inspira sentimientos de piedad y
temor: piedad por el héroe o la víctima y temor por el traidor o
perseguidor.
 El espectador explora esos sentimientos como si lo que estuviera
ocurriendo, se trasladaría a su propia vida. Si la víctima está en una
situación de riesgo y se ve amenazada, el espectador siente compasión
y temor por aquello que ve.
 Otra característica de este género es la exageración de las emociones y
la intensidad dramática que sufren y padecen los personajes,
repitiéndose a lo largo de la historia e identificándose a través de las
expresiones gestuales y faciales con la que los actores se van
mostrando en cada historia trágica.
 Se podría decir que son pocos los momentos o las situaciones en la que
no se ven estas exageraciones actorales en un melodrama.
 Cada personaje cumple un rol específico dentro del género: el personaje
de la víctima (por lo general es una mujer); el personaje del villano
(vinculado con el género de la novela negra o el relato de terror) que
intentará acorralar a la víctima para hacerla sufrir; el personaje del
justiciero que ayudará a la víctima y el personaje del bobo que aporta un
poco de humor a la historia. Esta estructura de esquematización se
cumple en la mayoría, sino en todos, los melodramas.
 El sufrimiento que experimenta la víctima o heroína representado por
una mujer es la materia prima en la base del melodrama. Este personaje
es inestable, exterioriza sus sentimientos más que ningún otro y se ve
obligada, muchas veces, a renunciar a un determinado placer de la vida
para permanecer con su gran amor, por ejemplo en el caso del
melodrama Jezebel (William Wyler, 1938), film que se analizará en este
ensayo.
 En el melodrama suele darse una lucha entre el bien y el mal.

Las historias representadas a lo largo de toda la evolución del género


estuvieron enmarcadas dentro del contexto histórico y social de la época.
Con la Segunda Guerra Mundial, en Estados Unidos hay un cambio en las
mujeres: comienzan a salir a trabajar abandonando su papel de amas de casas
porque surge la necesidad de cubrir los puestos que dejaron los hombres.
Éstos, al regresar de la guerra, se encontraron con que las mujeres seguirían
trabajando. La guerra alteró la posición del sexo femenino y el desarrollo de
una forma de vida en la que las mujeres sentían orgullo por ocupar puestos de
trabajo en un período de vida diferente para ellas.
El tiempo de guerra permitió y demandó acceder al trabajo masculino
provocando una expansión en los puestos de oficinistas, y en procesos
industriales como ingeniería eléctrica y fabricación de alimentos. De esta
manera disminuyeron los puestos tradicionales, como los de las industrias
textiles y los servicios domésticos. Además, permitió un anuncio anticipado de
lo que sería la liberación femenina al establecerse un cambio en el perfil de la
mujer como trabajadora y, una vez terminado el conflicto bélico, seguirían los
trabajos en fábricas para las mujeres generando una monotonía y rutina en
ellas, teniendo que lidiar entre sus nuevas ocupaciones y las tareas del hogar y
los cuidados de sus hijos. Esta liberación femenina se ve reflejada en los films
de esa etapa del cine de Hollywood.
Tanto en los inicios del melodrama como en la actualidad se mostraron
historias donde la protagonista principal era una mujer. Así sucede con las
telenovelas donde, por lo general, las historias son llevadas adelante por una
mujer y donde los autores y directores tienen como finalidad que los
espectadores se sientan identificados con esas mujeres. Es por eso que este
ensayo intenta comprender y comprobar si el cine del melodrama y las
telenovelas, especialmente las latinoamericanas, se convirtieron en un cine y
arte feminista. ¿Puede ser considerado el melodrama como feminista? ¿Por
qué?
Antes se elaborará un análisis de la película Jezebel (1938) de William Wyler
donde se desarrollará la construcción narrativa, los recursos formales, las
normativas del género, el contexto histórico y cultural de la época para, más
adelante, centrarnos en un elemento evolutivo y demostrar la hipótesis
previamente planteada.
Jezebel, basada en la obra de teatro homónima escrita por Owen Davis, es
un melodrama de 1938 protagonizado por Bette Davis y Henry Fonda,
situado en Nueva Orleans entre los años 1852 y 1853, cuando Estados
Unidos se acercaba a la Guerra de Secesión. Se encuentra enmarcada dentro
de este conflicto y la enemistad entre los norteños y sureños, donde los
primeros eran considerados como ignorantes y desalineados. Además se ve
reflejado cómo un estado era azotado por una epidemia de fiebre amarilla. Al
Sur se lo describe como el territorio donde primaban las plantaciones de
algodón y donde los esclavos eran representados por gente de raza negra que
trabajaba a las órdenes de la aristocracia.
Ambos protagonistas pertenecían al denominado Star System ya que eran
estrellas taquilleras y reconocibles para todos los espectadores y se habían
convertido en personas mitificadas por el público: Bette Davis en el papel de
Julie Marsden logró un premio Oscar por la mejor interpretación femenina de
ese año, consagrando su carrera como actriz; su contrapunto masculino fue
Henry Fonda en su papel de Preston Dillard que logró una actuación buena
pero a veces oscurecida por el gran desempeño de Bette Davis.
Jezebel, nombre de una reina del antiguo Israel que aparece en la Biblia y que
hizo el mal a los ojos de Dios, es el título que hace referencia al personaje
principal Julie, una mujer que parece encantadora al principio pero que se
convierte en una persona con deseos de venganza por sus actitudes
caprichosas y prepotentes que demuestra a lo largo de todo el film.
Es importante resaltar el arco dramático que va teniendo este personaje ya que
atraviesa distintos estados de ánimo desde la humillación, pasando por los
celos, caprichos, desaires y orgullo, hasta el arrepentimiento y la redención.
Esta evolución resulta fundamental para la estructura narrativa de la película,
ya que a través de los sentimientos y estados de ánimo de la protagonista van
apareciendo las pistas fundamentales de cómo va ir desarrollándose la historia.
Está dividida en una estructura clásica de principio, desarrollo, clímax y
desenlace y, a su vez, se la puede separar en dos partes: la primera hasta que
el protagonista masculino se va a New York abandonando así a Julie, y una
segunda parte donde regresa con su esposa.
Para el análisis de Jezebel se tomarán varios modelos propuestos por varios
autores. Ramón Carmona en su texto
Cómo se comenta un texto fílmico (1996) menciona dos etapas de
descomposición; una de ellas es la segmentación que consiste en dividir al film
en unidades de contenido: episodios, secuencias, planos o imágenes y
encuadres.
Una de las secuencias para destacar es la del baile del Olimpo al que tienen
que asistir Julie y Preston. Como consecuencia al desaire que le hizo Preston
el día anterior al baile, Julie decide ponerse un vestido rojo que iba contra las
normas sociales de la época (se decía que las mujeres que no estuvieran
casadas debían ir con vestidos blancos, representando la pureza). Esta actitud
desafiante, caprichosa y orgullosa de la protagonista provoca que Preston
decida quedarse en el baile y sienta la humillación y rechazo por parte del resto
de los invitados. Así Preston decide abandonar a Julie, luego de que ésta le
pegara por haberla obligado a permanecer en el lugar siendo el hazme reír de
todos.
Otra de las secuencias para nombrar es una de las últimas, en el momento es
que Julie le ruega a Amy (esposa de Preston, luego de que volviera de New
York) que sea ella quien acompañara a Preston luego de que éste se
enfermara por la peste amarilla. En esta secuencia se ve el arco dramático del
personaje donde pasa de esa mujer resentida y orgullosa y una mujer que pide
piedad y la posibilidad de demostrar esa valentía que no había podido
demostrar antes. Amy resignada y entendiendo el dolor de Julie, los bendice y
ve cómo se alejan los dos. Julie ahora pasó a ser una mujer que entrega su
vida a cambio del perdón de su ex prometido.
Francesco Casetti y Federico Di Chio en Cómo analizar un film (1994)
desarrollan en su propuesta teórica/analítica el concepto de estratificación : con
respecto a los recursos formales y estilísticos, los movimientos de cámara, la
iluminación, entre otros, se pueden destacar los numerosos primeros planos
con un sentido totalmente expresivo; los planos generales para mostrar y
describir los distintos ambientes y decorados, los travellings largos y lentos
permitiendo recorrer los espacios; y la cámara picada para mostrar a Julie
totalmente arrepentida y entregada al amor de Preston. Es decir que cuando la
puesta en escena logra mantener un estilo clásico en las composiciones de los
cuadros, mantiene también un equilibrio visual.
Estos planos son acompañados por la música de Max Steiner que subraya los
momentos de sufrimiento con una gran carga emotiva. La música es utilizada
como herramienta artística que se repite en varias situaciones con alguna
variación, empleada como leit motiv dentro del melodrama y que remarca
alguna situación de tensión y dolor.
A pesar de ser una película en blanco y negro, la iluminación mantiene una
escala acromática de grises donde, por momentos, se diferencia por la
luminosidad baja de algunas escenas al añadir unos tonos de negro; por la
saturación media al añadir un poco más de blanco y en otras escenas se
destacan algunos contrastes con las iluminaciones de los rostros en momentos
de acción dramática.
En este melodrama, como en la mayoría de ellos, los recursos temáticos que
son los espacios están bien representados y aparecen relaciones binarias
como son la ciudad y el campo.
Jezebel transcurre en la ciudad de Nueva Orleans en el siglo XIX y al mismo
tiempo se traslada a las plantaciones de algodón en el campo, entremezclado
con imágenes de una ciudad devastada por la fiebre amarilla donde aparece
mucha gente sufriendo. Estos espacios cumplen, además, una función de
reforzar y acompañar las acciones, los sucesos dramáticos y las características
de los personajes. Para mostrar el paso del tiempo se utilizan recursos como
las elipsis y los fundidos a negro, y no se observan flashbacks como recurso
descriptivo o explicativo de algún suceso, sino que eso se ve aplicado con los
extensos diálogos cargados de emociones.
El lingüista Algirdas-Julien Greimas quién propone en su libro Semántica
estructural (1966), incluido en el texto de J. Aumont y M. Marie (1990) Análisis
del film, un análisis semántico de los relatos, considera que el número de los
personajes en una historia no es fortuito. Como en el caso de Jezebel aparecen
los cuatro personajes característicos del género que cumplen un rol específico:
Julie como la víctima; la Tía Belle como la protectora de la heroína; Preston
como la figura seductora pero traidora que hace sufrir a la protagonista
femenina y Amy, esposa de Preston, que aparece como personaje que le
impide lograr su objetivo, y finalmente el personaje cómico representado por
varios de los esclavos que trabajaban para Julie. Así se compone el esquema
de Greimas de los ejes sobre el que se articula el relato.
Volviendo al personaje principal de la víctima, Jesús González Requena en La
metáfora del espejo. El cine de Douglas Sirk (1986), señala: “El héroe víctima
melodramático sufre la pérdida de su objeto amoroso. Pero -y esto definiría uno
de los límites externos del melodrama- es incapaz de actuar eficazmente para
conquistarlo” (p.195).
Esto ocurre con el personaje de Julie que sacrifica su vida al lado de un
Preston ya abatido por la fiebre amarilla, a cambio de todo el mal que le hizo en
un pasado. Si bien al principio Julie no parece encajar con el estereotipo de un
personaje de heroína por su carácter y su forma de actuar siempre se la
presenta como la víctima de la historia. En Jezebel aparece la lucha de clases
y las diferencias entre distintos estratos sociales (aristocracia- esclavos),
representado, además, a través de los decorados y vestuario. En este caso
también se presenta el conflicto entre sureños y norteños, representando el
bien y el mal (Julie del Sur como el bien, y Amy del Norte como el mal).
Julie es trasgresora, provocativa y utiliza su feminidad como arma para atrapar
y enredar a su prometido Preston. Amy, parel contrario, parece más sumisa, de
una clase social menor y menos arrogante.
Se podría considerar que el director refleja en su película una crítica sobre las
jerarquías sociales donde la aristocracia es un grupo social que tiene un gran
poder pero en el fondo siente un grado de infelicidad incapaz de ser
reemplazado por todo el dinero del mundo. Es decir, se ve impreso el sello de
Wyler en decirnos que es un sistema social que, a pesar de completarlos
económicamente, los destruye y oprime llevando a la protagonista al más
profundo sentimiento de redención y arrepentimiento. Esta reflexión en la que
hace particular hincapié el director a lo largo de todo el film permite
preguntarnos y evaluar las distintas reacciones y actitudes civilizadas o no de
los distintos personajes.
Con respecto a la iconografía se puede decir que no existe una en particular ya
que este género carece de la misma.
Es un género en el que convergen características o rasgos de otros géneros
como son la comedia o la acción. Según el director y la temática del relato se
utilizarán objetos y elementos específicos que no corresponden señalar como
iconografía del melodrama.
Por ejemplo el cine de Douglas Sirk es conocido como trascendentalista se
basa en un principio del retorno hacia la naturaleza, donde utiliza objetos o
recursos naturales para representar distintos sentimientos o emociones. Por
ejemplo en el caso de All that heaven allows (1955).
La película Jezebel junto a Lo que el viento se llevó (1939) de Victor
Fleming y a Cumbres borrascosas (1939) de William Wyler son algunos de
los melodramas más destacados de la década de los años ‘30.
En los años ’50 se produce el momento de mayor esplendor y apogeo del
género con los clásicos de Douglas Sirk.
Para volver a la hipótesis planteada en el principio de este ensayo, se intentará
analizar y desarrollar la evolución del melodrama y llegar a justificar si se puede
hablar de un cine feminista. A medida que fueron apareciendo los melodramas
populares, se generaron cambios en las actitudes y formas de actuar de las
protagonistas ligadas a los cambios sociales, históricos, etc.
Las mujeres heroínas empezaron a desenvolverse de tal manera que dejaban
en claro su pasión y deseo por conquistar y recuperar a su ser amado a través
de un mayor compromiso físico reaccionando frente a los diferentes hechos
que van atravesando.
Además de esto se suman los cambios en relación a la producción, distribución
y exhibición de las películas. Así aparecieron películas de bajo presupuesto
orientadas a un público más selectivo con intereses específicos.
Entre esas películas estaban las películas feministas.
Nora Mazziotti en el libro escrito por Hermann Herlinghauss (2002) Narraciones
anacrónicas de la modernidad: melodrama e intermedialidad en América Latina
señala que, con el auge del cine melodramático en las décadas del ’50 y ’60, la
mayoría de los films eran destinados al público femenino.
Tanto las temáticas como las formas narrativas estaban destinadas al mundo
de la mujer, donde contribuía el que la mujer tenga la necesidad de asistir al
cine sola, o ver las telenovelas mientras hacía los deberes domésticos.
Describe estos films de la siguiente manera: “Son relatos donde las emociones,
los afectos, el mundo doméstico, -considerados constitutivos del “alma
femenina”, frente a la racionalidad de lo masculino- juegan un papel principal”
(p. 126).
Los melodramas, considerados también como films para llorar o melodramas
de pasiones, estaban destinados más a las mujeres desde el punto de vista
comercial: la industria destinaba este género a un público meramente
femenino, en especial con los melodramas de madre, donde la protagonista es
una persona sufrida que sacrifica todo por sus hijos, o el melodrama de luchas
sociales, donde la protagonista de clase social baja lucha contra toda una
sociedad y va en contra de las normas establecidas para obtener el amor de su
príncipe rico, como es el caso de Jezebel. Estos personajes femeninos están
exaltados y mostrados con exageraciones, pero siempre buscando como
objetivo principal resaltar la identidad de la mujer construida a partir de sus
principios, sentimientos, etc.
Ya en lo años ’70 comienza a aparecer un nuevo cine de mujeres: las
protagonistas muchas veces no son del todo atractivas o seductoras y
comienza a presentarse una cierta liberación e independencia por parte de las
mujeres. Así este nuevo cine se dirige al género femenino, incluyendo a
mujeres con cierto grado de conciencia feminista; mientras que otros géneros,
como la comedia, están destinados a otro tipo de público.
Por un lado se puede decir que el melodrama es un cine realista, porque toma
elementos de la vida cotidiana para que el espectador se sienta identificado y
experimente esa catarsis de la que se mencionó al comienzo, como sucede en
todos los géneros. Por otro lado las mujeres se pueden sentir, aún más,
identificadas con estas historias porque las historias son llevadas adelante por
protagonistas femeninas que atraviesan toda clase y nivel de emociones
generando una especie de auto reconocimiento para la mayoría de las
espectadoras.
Annette Kuhn (1991) en su libro Cine de mujeres: feminismo y cine señala que
la retórica del nuevo cine de mujeres coloca al sexo en una posición de
vencedora y este género le sirve a la mujer para autoafirmarse. Una
característica importante dentro de la evolución de este género es la
ambigüedad y el final abierto: esto permite que la mujer vuele con su
imaginación y se sienta más conmovida por ese sorpresivo desenlace.
Esto ocurre mucho con las telenovelas latinoamericanas, que fueron
instalándose, que si bien lograron atraer a gran parte del público, en general
sigue siendo liderado por las mujeres.
Podemos decir que el melodrama es un género bastante amplio pero que
siempre mantuvo su esencia. Silvia Oroz (1992)en Melodrama: el cine de
lágrimas de América Latina señala: “Las historias y temas del melodrama son
prefreudianos, no hay justificantes psicológicos en su construcción; presentan
tres leitmotiv frecuentes: el pasado, el tiempo y la bondad”.
Es importante destacar que en muchos países como en Colombia, la industria
de las telenovelas ha crecido considerablemente en los últimos años y han
explotado este género en varias vertientes, pero siempre manteniendo la
estructura clásica del melodrama. Algunas telenovelas melodramáticas se han
convertido en lo que se llamó dramatizado o seriado 3 y eran emitidas en
horarios reducidos y con menos frecuencia.
Por ejemplo: La mala hierba (Caracol, 1982); Café, con aroma de mujer (RCN,
1994) y La otra mitad del sol (Cenpro, 1996).
Para finalizar se puede decir que el melodrama, especialmente la telenovelas
latinoamericanas, pueden considerarse dentro del género de la mujer como
medio para expresar los derechos y ese auto reconocimiento que experimenta
el público femenino.
Fernando Checa Montúfar en su obra El extra: las marcas de la infamia,
aproximaciones a la prensa sensacionalista afirma:
Es el caso del melodrama, y sus múltiples expresiones contemporáneas
típicamente latinoamericanas, donde el proceso de reconocimiento, la retórica
del exceso, las esquematizaciones, la polarización, etc. remiten a esa
conciencia melodramática o suicida ”, pero sobre todo a matrices culturales de
intensidades y especificidades que en la telenovela encuentran su máxima
expresión. (Checa Montúfar, 2003)
Los diálogos son un elemento más que relevante en este tipo de género ya que
refuerza toda la situación dramática y gestual del personaje. Elegí algunas de
las mejores frases de la película Jezebel para reflejar parte de la personalidad
de la protagonista.
Julie en Jezebel (1938): “Las mujeres podemos influir en los hombres para que
emprendan una pelea, ¡pero nunca podemos detenerlos!”. “Estamos en 1852,
querida. 1852, no en la Edad Media, las chicas no tienen que ir de blanco por
no estar casadas”.
Belle en Jezebel (1938): “Pienso en una mujer llamada Jezabel… que hizo el
mal a los ojos de Dios”.

Conclusiones
Como conclusión, podemos afirmar que, hoy en día, las películas
melodramáticas se conocen más como dramas. Ese drama está fusionado con
otros estilos o géneros: drama romántico, comedia dramática, etc. Es decir se
presenta ese conflicto dramático cargado de emociones pero conjugado con
características distintivas de otro tipo de géneros.
Entre las décadas del ’50 al ’70, en pleno auge del melodrama cinematográfico,
el cine estaba destinado a un público donde mayormente las mujeres lideraban
y donde varios directores o autores utilizaban este medio para expresar o
reivindicar ciertas posiciones e ideologías, ya sean políticas, sociales,
feministas, etc. Manteniendo siempre la esencia y materia prima del género
que es la estructura de personajes básica, la exterioridad de sentimientos
apoyadas sobre el recurso de la exageración de gestos y movimientos
corporales y acompañado con una adecuada dirección de actores, el
melodrama sigue siendo uno de los géneros más cuestionados pero, a la vez,
más elegidos por los espectadores, especialmente parel género femenino.

Notas
1. Conocido también como sistema de estrellas utilizado en el cine de
Hollywood. Recurso político que usaban los estudios para asegurarse el éxito
de las películas creando una imagen alrededor de una estrella.
2. Se entiende como la descomposición de los estratos del film. Son las
distintas partes que permiten identificar componentes internos que se van
repitiendo a lo largo de una película.

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