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Decreto T-622.

El Río Atrato como sujeto de derechos

A partir del decreto T-622 promulgado en el 2016, la Corte Constitucional declara al


Río Atrato como sujeto de derechos. Esto se da gracias a la Acción de Tutela realizada
por el FISCH y demás consejos y asociaciones de la localidad del Chocó. En ella, se
demandaban alrededor de 16 entidades del Estado que gracias a sus prácticas habían
incidido nocivamente en la vida sana tanto del río como de las comunidades asentadas
en sus riveras. Por esta razón, la Corte Constitucional decide verificar los aspectos por
los cuales se realizó la demanda, llegando a la conclusión de que las entidades sí habían
vulnerado muchos de los derechos de las comunidades y del río, como consecuencia del
incumplimiento de los deberes y las normas bajo las que debían ampararse para poder
ejercer sus actividades dentro de este territorio.

Como ejemplo de las acciones que degradaron el estado del río y de las personas que
habitaban a su alrededor, tenemos a la minería mecanizada ya que con ella hubo un
perjuicio a la salud de las personas gracias a la contaminación del agua con mercurio y
cianuro, la deforestación descontrolada y la reducción del cause del río ya que las
entidades usaban el agua para los diferentes procesos mineros, desabasteciendo así a la
comunidad y afectando a los ecosistemas. Además, cabe añadir que estas actividades
también repercutieron notoriamente en otras problemáticas que ya tenía la zona como el
conflicto armado, el abandono del Estado y los índices exuberantes de pobreza.

Sin embargo, la Acción de Tutela marcó un hito en la historia del país ya que era la
primera vez que se le otorgaban derechos a un río en Colombia y la tercera a nivel
mundial. Esta acción significó que también habría protección y garantía de derechos a
las comunidades asentadas en los alrededores del Río Atrato. Por esto, este
acontecimiento es sumamente importante ya que busca restituir el río, brindándole una
restauración, mantenimiento, conservación y protección, tanto de las aguas como de la
misma biodiversidad que habita en esta zona, lo que traería consecuencias positivas
tanto para el Atrato como para todos los habitantes, especies animales y vegetales de la
región. Cabe aclarar que el impacto que tiene la tutela se debe a que el Río Atrato se
encuentra en el Chocó, que no solo es la segunda zona más biodiversa del mundo, sino
que en ella se encuentra una gran cantidad de comunidades étnicas y afro que ligan su
forma de vivir al medio y al mismo río.
Dada la importancia que tiene el Río Atrato y lo que hay a su alrededor, la Corte
Constitucional, con la intención de garantizar el cumplimiento de las acciones
estipuladas como acato a la Acción de Tutela, decidió asignar a unas personas como los
Guardines del río Atrato para que así hubiera garantía de que se iba a cumplir la
sentencia y de que habría una adecuada representación del río y de sus derechos. Por
esto, este grupo lo integran diferentes representantes, hombres y mujeres, de las
asociaciones y consejos de la localidad.

Entre las actividades que la Corte Constitucional ordenó realizar para iniciar las
peticiones de la Acción de Tutela, se encuentran la descontaminación de la cuenca del
río y la reparación de los ecosistemas, el reconocimiento del río como sujeto de
derechos, erradicar a través de diferentes acciones la minería ilegal del Chocó, entre
otras.

Con todo lo anterior es posible inferir que el impacto que causó esta tutela no se debe
solo a que la acción minera afectaba gravemente la calidad de las aguas que abastecían a
unas comunidades trayendo como resultado diversas enfermedades e incluso muertes
que sufrieron los habitantes de las comunidades que habitaban a sus alrededores, sino
que esta repercutía directamente en la calidad de los ecosistemas, poniendo en peligro la
vida de las especies animales y vegetales que solo habitan allí.

Las actividades mineras irresponsables o de manera ilegal traen graves consecuencias


para las comunidades y ecosistemas que habitan en la zona explotada. Por esto, es
sumamente importante hacer un control riguroso de la forma en la que se llevan a cabo
estas actividades para así garantizar la conservación de la naturaleza y la vida sana de
las personas que vivan cerca. Es por esto que esta Acción de Tutela es una muestra de
que se puede velar por los derechos y la conservación del medio ambiente, por la
protección de la vida de los animales y las comunidades humanas, por la preservación
de las aguas que no deben privatizarse bajo ninguna circunstancia y que, a pesar que la
naturaleza no tenga una voz humana para poner un límite, nosotros como seres que
vivimos de ella y nos beneficiamos con sus recursos, tenemos la obligación de
respaldarla y denunciar aquellas actividades, empresas y entidades que atentan contra su
bienestar y de lo que hay en ella.

En este punto es importante resaltar que no vale únicamente con que exista una ley
plasmada en un papel que diga que es un deber conservar los ecosistemas, las fuentes
hídricas y demás, sino que es fundamental verificar que sí exista un real cumplimiento
de todo esto, comenzado por modificar las prácticas cotidianas en las que también
mancillamos la naturaleza con nuestro rastro de basura, por ejemplo. Medio ambiente
solo hay uno y todo lo que hay en él se ha ido enfermando paulatinamente gracias a las
acciones indebidas de grupos de personas y de otros tantos que aun viendo el deterioro
se quedan de manos cruzadas viendo el panorama. Es por esto que hago esta invitación
a tomar como referente la Tutela en la que se le concedieron derechos al Río Atrato y,
no esperemos que tenga que llegar un papel o la Corte a decirnos que las aguas, los
animales, las plantas y demás seres que viven en el medio ambiente tienen derechos;
actuemos responsablemente y seamos conscientes que todo tipo de vida merece
cuidado, protección y respeto aunque no lo exprese por sí mismo y no nos dejemos
cegar por la avaricia que lo único que nos dejará será una tierra árida.

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