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ta a veces como un hueco (ausencia, ol-

vido, muerte, tiempo) a lo cual no es


ajena la utilización repetida en el prin- Exorcismos
cipio de varios poemas de la palabra de esti(l)o,
“no”. de Guillermo
Poesía que quiere alcanzar - y alcan- Cabrera Infante
za- la presencia; poesía que sabe de lo Biblioteca Breve,
pasajero de la presencia. Pero, ¿de qué Seix Barral,
nos “habla” la poesía de Sucre (porque Barcelona,
aquí se trata de hablar y cantar medita- 1976,
tivamente): del amor, del erotismo, del 304pp.
deseo, de la muerte -del placer y de la
Por los comienzos de su libro
muerte-. Quisiera anotar en este punto
afirma Guillermo Cabrera In-
que la presencia suele revelarse en esta
fante que “Literatura es todo
poesía en imágenes puras que casi no ne-
lo que se lea como tal”. Profesión de
cesitan de contexto (“Una casa de vidrio
fe, apotegma o epítome, esa línea de-
es el verano / este verano /” o bien
fine la línea del libro y de una vez
“Ronsard te celebraría rosa ya / de san-
por todas reivindica el juego literario,
servarse que los poemas no siguen un or- gre / “, o -los ejemplos podrían multi- y aun silábico, y aun ortográfico, y
den cronológico; probablemente porque plicarse- “memoria:enrojecemos jun- aun tipográfico, no como menuden-
Sucre buscaba otro tipo de continuidad; tos bajo el sol". cia o excrecencia de la Gran Litera-
posiblemente porque en esta poesía Poesía Purísima, sin duda; poesía en
tura Que Cruza las Edades, sino como
cuentan el tiempo y el destiempo tanto la cual la presencia se une a lo erótico un género (o conjunto de géneros)
si el destiempo es una afirmación de la sugerido o dicho. Dicho magníficamente merecedor de tanto respeto como el
muerte como si es afirmación del pre- en el poema En el ocio: que han merecido la Poesía, La Nove-
sente. Veo playas un agua verde peces la, la Dramaturgia, el Ensayo, la Máxi-
La reiteración que aparece desde el tu cuerpo que es una sombra dorada ma, la Crítica et al. Deberíamos ya sa-
título del libro (hermosa, además, como un cuchillo berlo desde el no sé qué que quedan
un breve poema) aparece frecuentemente que parte en dos al sol balbuciendo las divinas criaturas de San
en los poemas de Sucre: así en piedra de entreveo el ligero temblor de tu sexo Juan, desde la palabra portemanteau
escándalo (“yo sí voy a decir lo que como las algas palpitación húmeda de Lewis Carroll, desde los grandes edi-
pienso/ voy a pensar lo que digo /voy a y el pulso del mediodia en mis sienes. . . ficios paronómicos de Raymond ROUS -
decir lo que pienso en lo que digo. . .) o Y sin embargo esta sensualidad (tam- sel, desde los caligramas de Apollinaire, 41
en el paseo con Natalia (pasear en las bien esta “escritura”), se borran: son fu- y aun desde antes: desde los anagramas __
tardes con Natalia / es / pasearse en las gaces presencias dichas a contracorriente y palíndromos que se pierden en la No-
tardes con Natalia por el tiempo / ya del tiempo. El mismo poema, en efecto, che de los Tiempos y los grafitti que
tarde”). Estas reiteraciones y otras que termina: el ácido úrico lentamente borra en las
no dejan de recordar a Octavio Paz veo lo que veo lo que escribo paredes de los pissoirs. Ignoro si Cabre-
(Sucre parece admirar especialmente a en ésta en la otra página ra Infante, al comenzar a preparamos
Jorge Guillén, a Ungaretti, a Paz) tienen donde todo se borra (En el ocio) la fiesta de la Lengua, la Retórica, la
un sentido preciso: indican, en primer Poesía deslumbrante, la de Guillermo Ortografía, la Escritura y la Tipogra-
lugar, la secuencia metafórica, indican, Sucre. Deslumbrante y, en efecto, escrita fía, and more and more, que nos da
en segundo lugar, una obsesiva preocu- a contracorriente -el poema en el tiempo como ejercicios de estío que también
pación por el paso de hombres y cosas; y contra el tiempo, el poema movimien- son exorcismos de estilo, tenía cono-
indican, finalmente, una necesidad, ne- to hacia la realidad y ausencia de reali- cimiento de los trabajos del Ouvroir
cesariamente ambigua de fijar el tiempo dad. Las “páginas” son también “días de Littérature Potentielle. No importa,
dentro del trascurso mismo del tiempo. que se borran”. La poesía es palabra; la porque no me interesa saludar conoci-
Guillermo Sucre afirma la realidad poesía puede nombrar y ser el mundo. dos en el libro de Cabrera Infante: no
del mundo. Cuando en La felicidad nos Y puede ser palabra y ser mundo en el quiero ni puedo ser el Caín de Cabrera
habla del sentido del poema, escribe: reino de la “nitidez”, nitidez que define Infante. El honorable Ouvroir no ha
“También el poema sale de su casa y no a esta obra escrita contra la corriente tan- inventado nada ex nihilo, según lo de-
quiere volver a ella / quiere vagabundear to del tiempo como del lenguaje: muestran tanto los Archivos de la
y quedarse no con lo que nombra sino la nitidez no se concentra: se esparce. Noche de los Tiempos como el Flo-
, en lo que nombra”. Adherido a las ima- La poesía de Guillermo Sucre, cons- rilegio literario de los Pissoirs: lo men-
genes, a las percepciones, el poema no se truida de imágenes puras que son obras ciono porque dicho Ouvroir es tal vez
contenta con referirse a la realidad: y palabras, es hermosa, es hermosa en la primera tentativa de analizar y siste-
quiere quedar ligado, unido, a la realidad su brillo y en su lucidez sensual. Quiere matizar y dar de una vez títulos de
misma. Poesía así de la ‘presencia y también ser modesta y Sabia: nobleza a esos géneros considerados
poesía ‘realista’ (el poema es la cosa la única forma de humildad: la sabiduría como naderías o divertimentos de la
nombrada). Poesía también que conoce (no lo contrario). lengua, la escritura, la ortografía, la ti-
la ausencia de la cosa, el no-ser de la cosa En el verano cada palabra respira en pografía, es decir como hierbas locas
nombrada. Son frecuentes las “negacio- el verano es uno de los dos, tres libros y ociosas (¿odiosas?) crecidas en los
nes” en la poesía de Sucre. En su paseo de poemas más hermosos entre los que resquicios que dejan, cuando los dejan,
con Natalia concluye: “en/ cambio dejar he leído este año. las Grandes Obras. Y bien, lo que todo
de hacer un día/ lo hecho antes refresca el equipo del OuLiPo, encabezado por
el papel / la piel”. La realidad se presen- Ramón_ Xirau Raymond Queneau, ha hecho respecto ,
Islas a la
deriva,
de José Emilio
Pacheco
Siglo XXI Editores,
México, 1976
159 pp.

Islas a la deriva participa en una

I de las más importantes co-


rrientes de la poesía moderna:
el movimiento hacia lo impersonal. En
1870, escribía Lautréamont que la poe-
sía personal ya había cumplido su ciclo
de “charlatanerías relativas y de con-
torsiones contingentes” y les pedía a
los poetas que retornaran “el indes-
tructible hilo de la poesía impersonal.”
Desde comienzos de siglo, Valéry se
dedica a demostrar que el artesano de
un libro no es absolutamente nadie y
a la literatura francesa, un solo hombre de cine que eran también críticas de que es posible escribir la historia de la
intenta hacerlo en la literatura de ha- las letras y de la vida cotidiana), Cabre- literatura universal sin mencionar un
bla española. Y para darse una idea de ra Infante había iniciado los que los solo nombre. En relación con la com-
lo que tre el libro quizá baste con decir editores de Exorcismos de estío y de posición de Renga en 1969, uno de los
que la meditación bíblica contenida en estilo llaman “asedios, desde diversos cuatro poetas que se reunieron en un
uno de sus textos es el producto de un frentes, a la estabilidad, antaño intan- sótano parisiense para escribir el primer
“Ensayo en aliteración, anacronismo, gible, del texto leterario” (e incluso a poema plural de Occidente, Octavio
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ananimia, ananaclasis y braquiología” la intangibilidad del Texto único res- Paz, afirmó lo siguiente: “nuestra ten-
(más palindromía, aunque al autor no pecto al cual todos los textos en cas- tativa se inscribe con naturalidad en
lo aclare, quizá por coquetería), que tellano son meros anagramas y juegos la tradición de la poesía moderna de
el texto “Laertes escucha en silencio combinatorios: el Diccionario de la Occidente , . . es una consecuencia de
los consejos de su padre, sentecioso”es Real Academia). Y sin olvidar Tres tris- sus tendencias predominantes: concep
el Hamlet de Shakespeare “traducido” tes tigres, la obra magna de Cabrera ción de le escritura poética como una
a la gastronomología de Brillat-Savarin; Infante, puede decirse que toda la pro- combinatoria, atenuación de las fronte-
que los “Idus de Marzo” pasan de la ducción literaria de este autor es el cur- ras entre traducción y obra original, as-
versión de Plutarco a la de Shakespeare so de una recreación o re-creación re- piración a una poesía colectiva. . .” Y
a la del cine según Mankiewicz a la del tórica (entendiendo que tipografía y ahora, claramente dentro de esta mis-
habla cubana según un limpiabotas ha- fonética son hechos retóricos también) ma tradición, José Emilio Pacheco, en
banero; que hacia los finales del libro emprendida a todo riesgo desde el mo- la contraportada de este admirable li-
la forma de la ausencia de Cuba se di- mento en que se supo o intuyó que la bro, nos invita a pensar en su obra co-
buja sobre la reiterada palabra mar Literatura había muerto y que había mo en un trabajo colectivo que “debe-
como la isla misma se dibuja sobre el que recomenzar desde su grado cero, ría publicarse anónimamente”, pues
mar mismo; etc. desde su letra muerta, desde su cuerpo está basado en la convicción de que
Muchos de esos juegos estaban ya presente. lo que importa es “el texto y no el
prefigurados en los libros anteriores de ¿Irrisión de la Literatura, de sus poeta, la nueva organización verbal y
Cabrera Infante, y aun antes que en los Grandes Temas, de sus Dictados Celes- no el tema”, todo lo cual nos obliga a
libros: en las crónicas de cine que con la tes, de sus Mensajes Humanos, y aun revisar de una vez por todas nuestras
máscara de Caín escribía en las revistas de la Sublime Página en Blanco de Ma- propias ideas sobre la supuesta origina-
Carteles y Revolución: allí, entre bri- llarmé? lidad de las producciones personales y
llantes retruécanos, pastiches, trabuca- ¿Incendio de la Inmortal Biblioteca? la concomitante falta de originalidad
ciones letrísticas, doblesentidos, erratas Tal vez Cabrera Infante quema lo que de los procesos de traducción. Nos
intencionales, podía leerse, p. ej., una adora y adora lo que quema. La Lite- obliga, además, y es éste uno de los
película sobre el hampa parisina reseña- ratura, ave Fénix, surge de sus cenizas: grandes méritos de Islas a la deriva, a
da en el lenguaje del bajomundo haba- muerta de risa, renacida por la risa. El ver la evolución de la poesía occidental
nero, un problema ontológico traduci- número de circo de este Caín de las como lo que verdaderamente es: la ver-
do a chiste o al revés, un incesante jue- Letras es una lucha con el Angel: lo tiginosa historia de una ininterrumpida
go de vaivén entre citas y referencias y que fue tragedia se repite como come- serie de traducciones de traducciones
transferencias del Cine, las Letras y la dia. Y viceversa. de un puñado de poemas idénticos pero,
Vida Cotidiana. Allí si, en Un oficio del al mismo tiempo, cambiantes. Veamos
siglo XX (que reúne aquellas críticas José de la Colina cómo es esto.

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