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PRESCRIPCION

La prescripción es uno de los institutos del derecho romano que tiene «doble vía» es decir que
puede ser alegado como acción (para iniciar un proceso) ó excepción (para defenderse de el).
En materia tributaria este sirve para salvaguardar los intereses de los contribuyentes y
sancionar a la administración tributaria por su inactividad.
Es usual que la administración tributaria, aún a sabiendas que el derecho de pedir el pago de
un impuesto ha prescrito, siempre manda al contribuyente ha hacer valer su derecho o
excepción mejor dicho, ante el TATA. Esta práctica que ha mi parecer obedece más a fines
recaudatorios, que tributarios, es contraproducente para establecer la confianza del
contribuyente en una administración tributaria.
El arto 43 Ctr, indica que toda obligación tributaria prescribe a los 4 años, contados a partir de
la fecha que fuere exigible, es decir si es IR, al año fiscal siguiente. Esta no opera de oficio,
tiene que ser alegada por el contribuyente (esto no quiere decir que se desconozca por la
administración cuando se alegue con fundamento).
La única prorroga que se hace a estos 4 años, se da con un alargamiento a 6 años, siempre y
cuando se demuestre que ha habido, declaraciones inexactas productos de ocultamiento de
bienes o rentas. Esta actitud por ser dolosa, tiene que demostrarse en vía penal, sino se hace
de esta forma, no puede alegarse que prescribe hasta esa fecha.
Las obligaciones tributarias se pueden extinguir de una serie de maneras que van desde el
pago de la obligación, pasando por la compensación y hasta el fallecimiento del contribuyente
(siempre y cuando no hayan herederos y no se hayan dejado bienes para satisfacer el
cumplimiento de dicha obligación.
Dentro de los Medios de extinción de las obligaciones se encuentra la PRESCRIPCIÓN, que
según la define el Código Tributario en su artículo 42, es un medio de adquirir un Derecho o de
liberarse de una carga u obligación, por el lapso del tiempo y bajo las condiciones que el
mismo código establece.

De conformidad al artículo 43 del Código Tributario Toda obligación tributaria prescribe a los 4
años, contados a partir de la fecha en que la obligación es exigible.
Es importante señalar que la prescripción que extingue una obligación tributaria debe ser
invocada por el contribuyente al momento en que la Administración pretenda hacer efectiva la
misma, pues la prescripción, por Ley, no es decretada de oficio por las autoridades fiscales.
También se debe tomar en cuenta la excepcionalidad que existe en los casos que el Estado no
haya tenido conocimiento o información necesaria para determinar una obligación tributaria y
que sea producto de declaraciones inexactas u ocultación de bienes o rentas/ingresos, en cuyo
caso la prescripción será de SEIS años.
Como regla general, la prescripción de una obligación principal, extingue también cualquier
obligación accesoria que conlleve, por ejemplo pago de multas e intereses moratorios.
La prescripción podrá interrumpirse, es decir que se suspende el conteo de los 4 o 6 años, por
un acto de la Administración o por un acto del contribuyente, en los siguientes casos:
Por la determinación de la obligación tributaria, ya sea que ésta se efectúe por la
Administración Tributaria o por el contribuyente o responsable, tomándose como fecha de
interrupción, la de la notificación o de la presentación de la liquidación respectiva;
Por el reconocimiento, expreso o tácito, de la obligación tributaria por parte del contribuyente
o responsable de la misma;
Por la solicitud de prórroga o de otras facilidades de pago;
Por la presentación de demanda judicial para exigir el cumplimiento de las obligaciones
tributarias;
Por el pago de una o más cuotas de prórrogas concedidas;
Muy parecido al caso de los Impuestos y obligaciones fiscales nacionales, es el caso de los
impuestos municipales, los cuales por Ley (tanto en Managua como en el resto de municipios)
prescriben a los 2 años, en lugar de 4 y en este caso, la prescripción únicamente puede ser
interrumpida mediante gestión de cobro judicial o extrajudicial debidamente notificado por
escrito al contribuyente.

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