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PROYECTO LIBERADOR
Recuperando un aspecto olvidado del
seguimiento de Cristo
...................................................
*Religioso de la Congregación de Hermanos Cristianos, estudió en la Pontificia
Universidad Gregoriana (BT) y en el Instituto Bíblico (LSS) de Roma. Exprofesor
del Instituto Teológico Juan XXIII y del Programa de Formación de la CONFER
(Lima), actualmente enseña en el Seminario San José (Chimbote). Colabora
con la Vida Religiosa en retiros, cursos y talleres en la profundización bíblica de
aspectos de género, liderazgo y seguimiento de Cristo. Después de servir en su
congregación por diez años en la formación y cuatro años en el liderazgo disfrutó
de un semestre de investigación en Michigan State University para profundizar
los estudios de masculinidad en la Biblia. Tiene artículos publicados en la Revista
de Teología Limense, Pastores, Revista de la Conferencia de Religiosos del Perú y
RIBLA (Revista de Interpretación Bíblica de América Latina). Es autor del
manual Fundamentos bíblicos y teológicos de la catequesis (Diócesis de Chosica,
2002).
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Por otro lado, el mismo ideal que tuvo el autor de la carta a los Efe-
sios guía este estudio: que el varón cristiano alcance una maduración
espiritual y afectiva en la medida de Cristo. La contribución de este
estudio es determinar en qué sentido esa “medida de la madurez de
la plenitud de Cristo” deseable en el varón cristiano se deriva de la
predicación de Jesús o de modelos adoptados por autores cristianos
tardíos más interesados en la integración de la iglesia a los modelos de
masculinidad del imperio romano que en preservar la novedad de un
hombre liberado de condicionamientos sociales contrarios al Reino.
La convicción fundamental en que se apoya esta tarea es que el golpe
más duro que recibió el patriarcado fue la autorrevelación de Dios
en la fragilidad de la encarnación y la crucifixión que puso de lado el
poder y dominio que han caracterizado a la masculinidad occidental.
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• Celebró el final del poder patriarcal al lavar los pies a sus discípulos.
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imperio (“los reyes de las naciones…”, Lc 22, 25) sino a los principios
del reino.
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2.3. Jesús y la relación con las mujeres – Donde resulta más evi-
dente la novedad de superación de la masculinidad hegemónica en
el movimiento de Jesús es en el trato a las mujeres. La irrupción de
discípulas y mujeres en grupos tradicionalmente conducidos por va-
rones debió provocar ansiedad en el grupo y crítica social fuera de él.
Son reconocidos los vínculos que existen entre género y poder27 y de
qué manera el varón ostenta la hegemonía en sus relaciones con mu-
jeres frente o para envidia de otros hombres. Existen buenos estudios
sociales sobre cómo actuaron los hombres y mujeres en tiempos del
Nuevo Testamento dentro de sus roles culturales bien delimitados28.
Lo cierto es que Jesús debió aprender la dinámica de cambios de con-
ducta frente a grupos de hombres y mujeres del mismo modo como la
aprendemos nosotros cuando aprendemos que el color rosa es para las
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pos no judíos. Esto es muy correcto, es probable que los textos fueran
creados para fundamentar la apertura cultural del fundador del mo-
vimiento. Lo cierto es que estos textos, con o sin fundamento his-
tórico, funcionaron también como invitación a recrear las relaciones
entre varones cristianos, probablemente judeocristianos, y mujeres de
etnias minoritarias. Al reenviar esta escena al tiempo de Jesús, el evan-
gelista propuso una característica novedosa de la nueva masculinidad:
superar el temor en relaciones con extranjeras y entablar relaciones de
equidad que eliminaban una historia de violencia y prejuicio.
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y Longfellow, S. P. (editors), Sexuality and the Sacred: Sources for Theological Re-
flection, Louisville, Kentucky, Westminster/John Knox Press, 1994, p. 91-112.
11
Nelson, J., La conexión íntima. Sexualidad del varón, espiritualidad masculina,
Bilbao, Desclée de Brouwer, 2001.
12
D. J. A. Clines, David,“Ecce Vir, or, Gendering the Son of Man”, en Exum, J. C. y
Moore, S. D. (edit.), 1998. Biblical Studies / Cultural Studies: The Third Sheffield
Colloquium, JSOTSup 266; Gender, Culture, Theory 7, Sheffield, Sheffield Aca-
demic Press.
13
Tiger, L., Men in Groups, Londres, Nelson, 1969.
14
Moore, S. y Capel Anderson, J. (edit.), New Testament Masculinities, Semeia Stu-
dies 45, Atlanta, Society of Biblical Literature, 2003.
15
Moore, S. y Capel Anderson, J., Matthew and Masculinity, p. 67-91.
16
Liew, T. B., Re-Mark-able Masculinities: Jesus, the Son of Man, and the (Sad) Sum
of manhood, p. 93-135.
17
Thurman, E., Looking for a Few Good Men: Mark and Masculinity, p. 137-161.
18
Conway, C., Behold the Man. Jesus and Greco-Roman Masculinity, New York,
Oxford University Press, 2008.
19
Una cifra aterradora es que cada dos días una persona homosexual es asesinada
en el mundo debido a actos homofóbicos violentos. En el Informe 2008 Amnis-
tía Internacional -El Estado de los derechos humanos en el mundo, EDAI, Madrid
2008-, se denuncian acciones promovidas por el gobierno, o no penalizadas por
el mismo, contra los derechos de las minorías sexuales en Camerún, China, Fe-
deración Rusa, Honduras, Hungría, Indonesia, Jamaica, Letonia, Lituania, Ma-
rruecos, Nigeria, Polonia, Rumania, Turquía y Uganda. A nivel de criminalidad
ciudadana, Brasil es donde más asesinatos de homosexuales ocurren, habiéndose
registrado 122 en 2007, un cincuenta por ciento de ellos contra transexuales. Las
organizaciones de derechos humanos de las minorías sexuales suponen que la cifra
puede ser mayor, ya que no existe un control estadístico gubernamental. El segun-
do país en esta triste categoría es México, con unos 35 casos anuales, y tercero los
Estados Unidos con unos 25 por año. Además, hay que considerar como formas
de violencia homofóbica en el ámbito familiar y escolar las que provocan el suici-
dio entre adolescentes homosexuales. En el informe Crimes of hate, conspiracy of
silence: torture and ill-treatment based on sexual identity, Amnisty International
USA, 2001, denuncia a los países en que la homosexualidad está criminalizada
(Malasia, veinte años de prisión y azotes y Arabia Saudí, 2600 azotes); la tortura,
violación a lesbianas y maltrato de parte de la policía (Uganda, Argentina, Brasil y
Ecuador); tratamiento médico forzado en instituciones estatales (Rusia, Ucrania
y Sudáfrica); la acción homofóbica de grupos neofascistas como Forza Nuova
(Italia) y los casos de refugiados que escaparon de Uganda, Pakistán, Indonesia,
Zambia y Sri-Lanka por motivos de identidad sexual.
20
Morin, S., y Nungesser, L., “Can homophobia be cured?”, en Lewis, R. (ed.), Men
in Difficult Times. Masculinity Today and Tomorrow, New Jersey, Prentice Hall,
1981, p. 264-274.
21
Expresión propuesta por Anderson, Erick, en “Inclusive masculinities in a frater-
nal setting”, en Men and Masculinities 10, 2008, p. 604-20.
22
En LXX el acto de hospitalidad es ofrecer agua y el huésped, hombre o mujer,
lava sus propios pies: Gn 18,4; 19,2; 24,32; 43,24; Jc 19,21; 2 Sam 11,8; Cant 5,3.
En la Biblia Hebrea es claro que Abigail lava los pies de varones (1 Sam 25,41).
La mujer que unge a Jesús en Lc 7,38 y María en Jn 12,3 realizan tareas propias de
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mujeres; en 1 Tim 5,10 lavar los pies a los huéspedes cristianos está en la lista de
tareas deseables en una viuda. En Jn 13 tenemos el único caso en que un hombre
lava los pies de otros hombres. En Lc 7,44 Jesús espera que Simón le proveyera
agua pero no que lavara sus pies.
23
Miranda, A., I sentimenti di Gesù. I verba affectum dei Vangeli nel loro contesto
lessicale, Studi Biblici 49, Dehoniane, Bologna, 2006.
24
Floyd, K. y Bowman, J. M., “Closeness and Affection in Father-Son Relationships”,
en Hilkevitch Bedford, V. y Formaniak Turner, B., Men in Relationship. A New
Look from a Life Course Perspective, New York, Springer Publishing Company,
2006, p. 147-163.
25
Hebblethwaite, M., Motherhood and God, Londres, Geoffrey Chapman, 1984.
26
DA 463 propone como una de sus acciones pastorales para el varón y padre de
familia: “Denunciar una mentalidad neoliberal que no descubre en el padre de
familia más que un instrumento de producción y ganancia, relegándole incluso
en la familia a un papel de mero proveedor. La creciente práctica de políticas pú-
blicas e iniciativas privadas de promover incluso el domingo como día laboral, es
una medida profundamente destructiva de la familia y de los padres”.
27
Jacobs Malina, D., “Gender, Power, and Jesus, Identity in the Gospels”, en Biblical
Theological Bulletin (24), 1994.
28
Malina, B. y Rohrbaugh, R., Los evangelios sinópticos y la cultura mediterránea
del siglo I: Comentario desde las ciencias sociales, Estella (Navarra), Verbo Divino,
1980.
29
El informe de Amnistía Internacional declara que más de un tercio de las mu-
jeres indígenas de Alaska o del resto de Estados Unidos serán violadas en algún
momento de su vida. La mayoría no busca obtener justicia porque sabe que la
respuesta será la inacción o la indiferencia.
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“La CVR ha recogido testimonios de innumerables víctimas de violencia sexual;
sin embargo, estamos persuadidos de que las víctimas de este atropello son mu-
chas más de las que conocemos. Por la humillación y la vergüenza que acom-
pañan estas heridas, por la enorme necesidad defensiva de negar y desconocer
tales hechos, las víctimas callan el abuso o prefieren decir que se trata de violencia
sexual, sin precisar que sufrieron violación sexual… Estos hechos se mantienen en
la penumbra de lo vivido que sólo quiere ser olvidado. En el momento de narrar
estos hechos, las víctimas mostraron su enorme dolor y vergüenza, muchas de
ellas no pudieron hablar de ello antes, ni para compartir su humillación ni para
denunciarla. En más de un caso, al narrar lo vivido, el lenguaje del cuerpo a través
de temblores, sudoración, llanto profuso, tensión extrema, daba noticias del trau-
ma”, Hatun Willakuy. Versión Abreviada del Informe Final de la Comisión de la
Verdad y Reconciliación, Lima, 2004, p. 365-366.
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El texto de Mt 105b-6: “No vayan a los paganos y no entren en ninguna ciudad de
samaritanos”, ha sido considerado un dicho creado por grupos ultraconservadores
judíos cristianos que se opusieron a la misión más allá del Israel geográfico y étnico.
32
Meier, J. P., “The historical Jesus and the historical samaritans: What can be said?”, en
Biblica 81, 2000, p. 202-232.
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