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Propiedad intelectual

Dos ciberpiratas vencidos por el derecho

Cigarrera Bigott y Empresas Polar lograron el retorno de sus nombres de


dominio apelando a una instancia internacional creada por la Organización
Mundial de la Propiedad Intelectual

Siete casos de conflicto de dominios venezolanos se han ventilado hasta el


presente en el Centro de Arbitraje y Mediación de la Organización Mundial de la
Propiedad Intelectual (Ompi), organismo con sede en Ginebra. La decisión emitida
respecto al dominio aol.com (Ver PRODUCTO 212), Cigarrera Bigott y varios
pertenecientes a Empresas Polar, son algunos de los ejemplos. Estos pudieran ir en
aumento a medida que se conoce de la efectividad de este organismo para
devolver a sus verdaderos dueños los nombres de dominio usurpados por
"ciberpiratas".

El 5 de octubre de 2000, el dominio bigott.com retornó por derecho a la cigarrera


venezolana. Los trámites ante el Centro de Arbitraje y Mediación de la Ompi
fueron iniciados en mayo de 2000 en Ginebra, Suiza, por la firma de abogados
Antequera Parilli, Rodríguez & Asociados. El "demandado" Alberto Pardo Pisani,
venezolano radicado en Estados Unidos, fue notificado a finales de junio de 2000,
teniendo 20 días para contestar la demanda. Vencido el plazo, el demandado pidió
una prórroga de cinco días más, que se cumplieron sin que se recibiera
contestación alguna. Lo hizo un día después.

Ese descuido fue aprovechado por el árbitro que decidió la controversia para
concluir en la existencia de "confesión ficta", según lo contempla el artículo 362
del Código de Procedimiento Civil Venezolano. La primera condición establecida
por la política de la Icann para probar un "delito" de este tipo, a saber, "identidad
o similitud confundible" entre el nombre registrado y la marca Bigott, se resolvió
ante la evidente identidad existente entre el dominio bigott.com y la marca
registrada Bigott.

En relación con la existencia de "derechos e intereses legítimos" por parte del


demandado en el dominio en disputa, el abogado Ricardo Antequera Hernández
explicó que fue algo relativamente fácil de probar, debido a las contradicciones en
las que cayó el propio implicado. "Pardo Pisani adujo primero, que el nombre Bigott
se refería al personaje infantil Big Ott y Gran Ott, y luego cambió la versión
señalando que se trataba de el acrónimo de la expresión Beautiful, Innocent,
Gorgeous, Original, Tender, Teen. Además, nunca logro demostrar un motivo leal
que justificara el haber registrado una marca tan reconocida como Bigott.

El último requisito, la existencia de mala fe por parte del demandado, fue clave en
opinión de Antequera Hernández, ya que se demostró ampliamente que la única
pretensión de Pardo Pisani fue obtener un beneficio económico en desmedro del
legítimo titular de la marca. Al momento de presentarse la demanda, el sitio
identificado bajo el dominio bigott.com, era utilizado como un enlace hacia un site
de pornografía infantil en ese momento registrado a nombre de Pardo Pisani,
según se demostró en inspecciones judiciales que fueron parte del proceso.

Este hecho fue considerado por el panel como un uso de mala fe. La decisión que
cerró el caso fue: "Las anteriores circunstancias ponen de presente que el
eventual uso del nombre de dominio bigott.com por parte del 'demandado', sería
ilegítimo, pudiendo constituir una violación de las normas que regulan la
competencia desleal y una usurpación de los derechos de propiedad industrial de
la 'demandante'. La orden fue inmediata: "que el registro del nombre de dominio
bigott.com sea transferido a la 'demandante', C.A. Cigarrera Bigott Sucesores".

Más que cerveza


Después de tres meses de gestiones, Empresas Polar también logró el retorno de
20 nombres de dominio correspondientes a cinco personas jurídicas diferentes:
empresaspolar.com, productospolar.com, productos-polar.com, ceverveza
polar.com, cerveza-polar.com (Cervecería Polar Los Cortijos, C.A.);
heladosefe.com, helados-efe.com (Productos Efe, S.A.); saboresgolden.com (Pepsi-
Cola de Venezuela, C.A.), pomar.com, pomarreserva.com, pomar-reserva.com,
bodegaspomar.com y bodegas-pomar.com (Bodegas Pomar, C.A.) Y harina-pan.com,
mazeite.com, procría.com, arrozprimor.com, mazorca.com, harinapromasa.com y
ricarepa.com (Refinadora de Maíz Venezolana, C.A. Remavenca and C.A.: Promesa).
La estrategia adoptada para hacerse con las referidas denominaciones consistió
en contratar a tres bufetes de abogados: Antequera Parilli Rodríguez &
Asociados, Bolinaga, Levis y Márquez y Juan Manuel Rafalli.

Guillermo J. Bolinaga, director de Asuntos Legales de Empresas Polar, refiere que


la decisión de realizar un "frente plural" para hacer las debidas gestiones ante el
Centro de Arbitraje y Mediación de la Ompi, obedeció a la necesidad de abordar
el tema con suma prudencia, cuidando cada detalle para asegurar el éxito.
"Queríamos examinar las capacidades y diligencias de los tres escritorios. Se
trataba de un aspecto muy novedoso en el que existe poca experiencia en el país",
opinó Bolinaga.

Para coronar el esfuerzo, el Departamento Legal de Empresas Polar creó la


división de Marcas y Patentes –inexistente hasta esa fecha–, contratando para
ello a Carlén Sánchez, una joven abogada especializada en Propiedad Industrial.
"Fue una labor de equipo donde se sumaron las mejores ideas. En total se elevaron
cinco demandas, una por cada compañía titular de la marca", acotó Bolinaga. Los
esfuerzos de recuperación comenzaron en el año 1998, después de que la unidad
funcional de apoyo en sistemas de Empresas Polar, se percató de que no podía
registrar ninguno de los nombres de dominio que identificaban a la mayoría de sus
productos, porque ya alguien se les había adelantado.

El ciberpirata Jaime Rentería pronto dio a conocer sus intenciones, llegando


incluso a "dar la cara" por los lados de Los Cortijos. "La primera oferta que nos
hizo por el paquete de dominios fue de 600 mil dólares", dijo Bolinaga. El precio, al
parecer, fue decreciendo en el tiempo, a medida que Empresas Polar se mostraba
indiferente.

Bolinaga explica la actitud: "Queríamos sentar un precedente. Nosotros somos una


empresa seria, con peso institucional, y no podíamos dejar que nos chantajearan
con nuestros dominios. Para permitir el acceso a nuestra página web, utilizamos la
dirección: empresas-polar.com".

Sánchez habla de la lección aprendida. "Hasta ese momento no habíamos


registrado ningún otro nombre. Fue a partir de este incidente cuando introdujimos
ante el Nic.Ve (ente adscrito al Cnti), todas las variantes posibles para proteger
nuestra cartera de marcas".

La decisión de acudir al Centro de Arbitraje de la Ompi se concretó en agosto de


2000. En diciembre, demanda y pruebas se enviaron vía electrónica. Roberto A.
Bianchi, el mismo especialista que trató el caso de aol.com, resultó ser el panelista
asignado.

En la batalla legal, según Núñez, no hubo nada álgido. "Siempre estuvimos


convencidos de tener un buen caso porque todos los nombres estaban registrados
en Venezuela. Se trataba además de productos que por haber estado mucho
tiempo en el mercado habían adquirido la condición de notoriedad que otorga el
Servicio Autónomo de Propiedad Intelectual", refiere la abogada.

El hecho de que Rentería creara una tienda virtual para ofrecer en venta
productos elaborados por Polar fue, al parecer de Bolinaga, la mejor evidencia de
su mala fe. "Como medida de presión, llegó a direccionar a ese site hasta 10 de los
20 nombres en disputa", aseveró. Dado que Rentería había "copiado" las fotos que
aparecían en el site de Polar, cabía incluso la posibilidad de una demanda por
derecho de autor.

Esta opción, aunque se puso sobre la mesa de discusión, fue descartada por
amenazar la celeridad del proceso. "Ese asunto era algo mucho más delicado, pues
teníamos que probar el copy and paste", refirió Sánchez.

La resolución final del Centro se dio a conocer el 2 de marzo indicando que, según
el Parágrafo 4 (i) de las Reglas impuestas por el Icann, se imponía la transferencia
de los respectivos nombres de dominio a sus dueños originales.

Aunque en materia de tecnología, el derecho parece ir un paso atrás de la


realidad, el Centro de Arbitraje y Medicación de la Ompi está demostrando que el
reloj puede dar las vueltas más rápido.

¿Demasiada flexibilidad?
Ante el auge que están tomando las demandas sobre el otorgamiento de nombres de dominio a
personas que carecen de legítimos derechos, Gerardo Pagés, consultor jurídico del Centro Nacional
de Tecnología de Información (Cnti), confirma efectivamente que la política adoptada por ese
organismo se basa en la premisa de que el que primero llega es el primero que se sirve.

"Pese a las críticas que puedan surgir, nosotros no podemos establecer filtros
iniciales para el registro de los nombres de dominio. Los países que han intentado
imponer este modus operandi, terminan obstruyendo el desarrollo de internet",
acotó el abogado.

Lo posición anterior, según el abogado, no implica que se obvie la explicación de


rigor cuando se realizan las respectivas gestiones ante el Nic.ve. "Nosotros le
advertimos a quienes registran que, si eventualmente surge algún reclamo, existe
la posibilidad de acudir a un árbitro internacional. De hecho, así lo hacemos
constar en una cláusula que aparece en el contrato de registro", aclaró Pagés.

El ente escogido por el Cnti es el Centro de Arbitraje y Mediación Internacional


de la Ompi. "Nos decidimos por este organismo, porque es el que aglutina la mayor
cantidad de casos resueltos y porque suele actuar de forma muy expedita. Otra
alternativa para quienes deseen elevar sus quejas son los tribunales nacionales,
pero hasta la fecha nadie ha acudido a esta instancia para resolver conflictos de
este tipo", confesó el consultor.

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