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TEMA 41.

LAS FUENTES Y LOS ORÍGENES DE LA LITERATURA


OCCIDENTAL. LA BIBLIA. LOS CLÁSICOS GRECOLATINOS
 
(ESQUEMA CONCEPTUAL)

1.- FUENTES Y ORÍGENES DE LA LITERATURA OCCIDENTAL


1.1 La fuente cristiana eclesiástica
1.2 La obra latina medieval
1.3 El nacimiento de la lírica
1.4 El nacimiento del teatro. El drama medieval
2.- LITERATURA HEBREA
2.1 La Biblia
2.1.1 La Torá, los cinco primeros libros o Pentateuco
2.1.2 Nebiim (profetas) son ocho libros
2.1.2.1 Históricos
2.1.2.2 Proféticos
2.1 3 Ketubim (escritos)
2.1 4 El nuevo testamento
 2.2. Otros textos:
2.2.1 Los manuscritos del mar muerto
2.2.2 Textos apócrifos
2.2.3 Literatura judeohelenística
2.2.4 El Talmud
2.3 La literatura sefardí (los judíos en España)

3.- EL MUNDO CLÁSICO:


3.1 Literatura griega
3.1.1 La épica
  3.1.1.1 Homero
3.1.1.2 Hesiodo
3.1.2 La lírica
3.1.3 El teatro
3.1.3.1 Comedia
3.1.3.2 Tragedia
3.1.4 La prosa
3.1.4.1 Esopo. La fábula
3.2 Literatura latina
3.2.1 La república
3.2.1.1 El teatro
3.2.1.2 Poesía
3.2.1.3 Prosa. La oratoria de Cicerón
3.2.2 El imperio
3.2.2.1 Publio Virgilio Marón
3.2.2.2 Quinto Horacio Flaco
3.2.2.3 Poetas elegíacos
3.2.2.4 Prosa

4.- VALORACIÓN PERSONAL Y PROPUESTA DIDÁCTICA

1.-FUENTES Y ORÍGENES DE LA LITERATURA OCCIDENTAL


1.1. La fuente cristiana eclesiástica
En la cultura medieval se dan rasgos contradictorios muy acusados. La Filosofía
intenta racionalizarlo todo, pero la noción instintiva de pecado y castigo invade la
urdimbre de la vida. En arte se produce una extraña simbiosis entre refinamiento y
primitivismo.
En literatura el tema medieval por excelencia es la relación del hombre con Dios y
el sentimiento religioso impregna todos los órdenes de la existencia, y funde lo sagrado
y lo profano. La secularización actual significa que la ciencia, el arte y la literatura se
han emancipado del primitivo mundo totalizador eclesiástico y teocéntrico, lo que NO
ha sucedido en otros mundos orientales o islámicos. No obstante fue ese mundo
cristiano el que impulsó la racionalización que hizo posible la libertad. La perduración
de la semilla bíblica y cristiana, hicieron brotar frutos consistentes, una ciencia racional,
un empeño artístico, un dinamismo político y económico que evita el eterno retorno de
otras religiones, así como la repetición incansable de sus mundos artísticos y literarios.
Sin el eje cristiano no puede comprenderse la peculiaridad de la historia europea.
En la alta Edad Media, la visión del mundo es cerrada y estática en contraposición
con la Baja Edad Media que abrirá una rendija de apertura, lenta pero constante, hacia
el Renacimiento, la de la secularización y aburguesamiento de la cultura.

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1.2. La obra latina medieval
Jóvenes clérigos o estudiantes, rebeldes frente a toda tradición y que no encuentran
acomodo en el complejo entramado eclesiástico, ni siquiera terminan sus estudios y
llevan una vida de mendigos y comediantes. Escriben en latín y se dirigen a un público
culto y restringido, separado de los juglares en vulgar. Son canciones de amor o
canciones báquicas, de argumento profano, en las que participa incluso el alto clero.
Al contrario que los trovadores, tratan a las mujeres con desprecio y el amor sensual
no queda ennoblecido por la abstinencia sino cantado en su inmediatez. Esta lírica
goliardesca latina es similar a la de los Fabliaux romances dirigidos a un público
burgués.
Difícil es encontrar una obra de la que se conserven más manuscritos medievales
que la Disciplina clericalis, cuyos ejemplos han sido saqueados por decenas de autores,
entre ellos Boccaccio, Chaucer e incluso Don Juan Manuel, Arcipreste de Hita. Su autor
es Moisés Sefardí, un judío converso de Huesca. La palabra clericalis tiene el sentido
medieval de culto. Mezcla la doctrina, adobada con numerosas sentencias y ejemplos de
diversa extensión. Tomado de fuentes árabes, será utilizado por el Sendebar, el Calila y
el Conde Lucanor. Su latín era un tanto primitivo, pero la influencia de sus proverbios y
ejemplos fue universal.
Debemos citar también la abundante historiografía latina vigente hasta bien entrado
el siglo XIII, tomada como fuente por crónicas, historias universales y nacionales, así
como por los cantares de gesta y el mester de clerecía. Sabido es que Berceo se sirve de
fuentes latinas para refundir sus vidas de santos en la cuaderna vía del mester de
clerecía.
1.3. El nacimiento de la lírica
La lírica amorosa puede datarse de forma precisa en Occidente con el inicio de la
poesía trovadoresca provenzal, pero en realidad tienen su origen remoto en tiempos tan
lejanos como los helenísticos. Los líricos griegos hablaban de amor sexual, de gozo y
dolor, pero sin influencia sobre la personalidad y el comportamiento.
A partir de estas historias helenísticas, se cierne el silencio sobre el amor con motivo
romántico hasta la llegada del tratamiento sentimental de la tensión amorosa y la
incertidumbre de la mutua posesión en el arte de la galantería trovadoresca.
El culto consciente del amor, con su contenido sensual y como sentimiento que debe
cultivarse como fuente de bondad y belleza, es nuevo en Provenza y en Occidente.
Nueva la ternura y la devoción del amante ante su amada, la infinita sed de amor que

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nada apacigua y el enervamiento del amor bajo la influencia femenina. Los términos
caballeresco son bélicos: empresa, conquista, alcázar...La paradoja reside en que el
amante confiesa en público su inclinación hacia una mujer casada, no pocas veces la
esposa de su señor, a la que pide correspondencia.
El defecto más acusado es que todas las mujeres están forjadas por el mismo patrón,
encarnación de todas las virtudes y bellezas. El enamoramiento cortesano manifestado
en la canción lírica es la respuesta a una tensión erótica que no podía encontrar
satisfacción sexual. La historia de Occidente apenas tiene otra época en la que se hable
tanto de vestirse y desvestirse, de muchachas que bañan a los héroes, de noches
nupciales... como la época caballeresca medieval.
El nacimiento de la poesía amorosa se vincula a la difusión de la poesía árabe entre
los círculos ilustrados de la Provenza. La poesía cortesana islámica exalta el amor
sexual y la pena amorosa. Una de la primeras estrofas utilizada por esa poesía amorosa,
y que se repetirá con frecuencia es el zéjel, que sólo se daba en el Al Andalus. El primer
trovador de nombre conocido, Guillermo de Aquitania, se vanagloriará de conocer el
árabe y escribe alguna de sus canciones en zéjeles. Es difícil, no obstante, considerar
que la poesía y las canciones populares fueran la fuente de esta poesía trovadoresca, con
origen todavía confuso.
El amor provenzal refleja un amor ilícito, por lo general adúltero, a cuya fuerza los
amantes no pueden sustraerse y que traerá sobre sí la muerte. El amor y la muerte, no
tan presentes en la poesía, alcanzará su difusión en las novelas de ciclo artúrico:
Persifal, Lancelot e Tristán e Isolda.
La visión de la mujer es un tanto contradictoria en la Edad Media; mientras en la
poesía popular se la denigra y considera la causa de todos los males, en el área
provenzal, se la eleva hasta el punto que esto traerá consecuencias sociológicas,
teológicas y literarias. La Virgen es la madre de Dios y se extiende la devoción mariana.
Posteriormente el mundo provenzal extenderá su influencia cultural hacia Galicia y
Cataluña, menos por el mundo castellano y leonés absorto en las luchas contra los
últimos reductos taifas. Pero el influjo más duradero tendrá lugar en Italia con los poetas
del dolche stil nuovo. Dante con su amor platónico y duradero hacia Beatriz, en la
Divina Comedia, o Petrarca con sus 366 composiciones a Laura, contribuirán a la
consolidación de una poética, que llegarán desde el Renacimiento al Romanticismo y
que aun hoy conservan su vigencia literaria y social.
1.4. El nacimiento del teatro. El drama medieval

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Como sucede en la poesía lírica, el teatro no parte de cero, pero su nacimiento en los
tiempos medievales tiene escaso influjo del teatro clásico. El drama medieval es un
drama con variedad de situaciones en contraposición a un teórico drama clásico,
anclado en la unidad de lugar.
En principio el drama transmite una tradición popular, la del mimo, al que se le
añaden elementos de la comedia romana. El teatro religioso medieval es muy popular,
para representar los misterios cristianos se unen comerciantes, artesanos, clérigos...
La hostilidad de la Iglesia cristiana fue la causa principal de la desaparición de este
teatro.
A partir del S. IV, las primitivas reuniones de cristianos evolucionan hacia una
especie de drama litúrgico que será la misa, pero que admitiría tropos en forma de
oraciones o cantos breves. El lugar de representación fue con frecuencia el interior de
las iglesias hasta el S. XVI, pero posteriormente se fueron haciendo representaciones en
la plaza del mercado o a la entrada de la iglesia.
A partir del S. XII, las farsas celebradas en el interior de las iglesias comenzaron a
degradarse con la elección de personajes pintorescos, no pocas veces ofensivos con la
propia Iglesia que los cobijaba, a los que se añadían canciones, danzas y hasta burla de
los misterios eclesiásticos.
El Papa Inocencio III emite una bula en 1210 por la que ordena la exclusión de los
misterios en todas las iglesias. Así que una vez desterrado el teatro del ámbito cristiano,
la Edad Media recupera las formas teatrales a partir de los tropos, pequeños textos que
se ampliarán hasta formar breves escenas dialogadas. Uno de los más famosos será el
Quem quaeretis en el cual los discípulos visitan el sepulcro de Cristo resucitado. Los
tropos se irán enriqueciendo hasta desembocar en el drama litúrgico, pequeña
representación de un episodio de la vida de Cristo adaptada al curso de la celebración.
Algo más elaborados serán el drama sacro y el drama escolar, sobre vidas de santos
y redactadas por estudiantes, generalmente en latín salvo excepciones. En la península
no se encuentran excesivos textos latinos, y el primero en castellano es el Auto de los
Reyes Magos, de la segunda mitad del S. XII, procedente de la catedral de Toledo. De
todas formas, algunas leyes de Alfonso X aluden a diversas manifestaciones dramáticas
realizadas por juglares.
2. LITERATURA HEBREA:
Las literatura hebrea-israelita merece un lugar preeminente por su enorme influencia en
la evolución cultural del mundo. La gran obra literaria de la cultura hebrea es el Antiguo

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Testamento, que conocemos con el nombre griego Biblia y que en hebreo se denomina
Torá (ley), Nebin (profetas) y Ketubim (escritos). Su estudio como obra literaria resulta
difícil porque está profundamente intrincada con las raíces espirituales y religiosas de
occidente y por su consideración histórico-mítica como “palabra sagrada o
revelada”. La composición de los 24 libros santos que la forman es el resultado de una
actividad colectiva y anónima que pudo ir desde el siglo VIII hasta e II a.C.
         Las primeras referencias históricas sobre el pueblo de Israel datan del 1100 a.C.
La monarquía tiene su capital en Jerusalén. Su origen es semita, como el de los árabes, y
ambas culturas debieron vivir muchas décadas como beduinos nómadas dedicados al
pastoreo. La huída de Egipto data más del 1300 a.C.. Desde su llegada a Canaan y el
nacimiento del pueblo de Israel, seguirán décadas de luchas constantes con los
enemigos que les rodeaban y breves lapsos de prosperidad y esplendor hasta la
destrucción de Jerusalén y la deportación a Babilonia en el 587 a.C. Liberados al cabo
de 50 años por los persas, los hebreos volverían Jerusalén y vivirían en paz hasta la
conquista de Alejandro y la época grecorromana, de la que datan la segunda producción
literaria hebrea de importancia: los textos apócrifos, los textos judeohelenísticos y el
Talmud.
 2.1. La Biblia.
 24 textos, probablemente recopilados durante el cautiverio babilónico, en tres grupos:
2.1.1 Torá, que es la ley o enseñanza, los cinco primeros libros o PENTATEUCO.
Es el relato de la creación u orígenes del mundo y de la humanidad e historia de los
patriarcas y los hebreos hasta su llegada a la tierra prometida. Es un conjunto de textos
histórico – míticos cuyo compilador no se preocupó en exceso por la coherencia interna,
ya que existen entre ellos numerosas contradicciones y repeticiones. El núcleo de los
cinco libros son sobre todo normas de convivencia social, leyes civiles y religiosas,
alrededor de las cuales se articuló después una relación de la historia del pueblo hebreo.
El heterogéneo material, que incluye elementos míticos, fabuloso, historiográficos,
legales, justificaciones de costumbres, está relativamente cohesionado por una idea
subyacente a todo el texto: justificar la misión divina de Israel.
2.1.2 Nebim (profetas) son ocho libros:
2.1.2.1 Históricos. Siguen la tónica del Deuteronomio (último de la Torá) y tratan
de dar una relación sistemática de la historia de Israel, desde los orígenes hasta sus
tiempos (la dominación persa). Israel es, con Grecia, el único pueblo antiguo que cultiva
la historia en sentido estricto. Estos libros, se caracterizan por el detallismo de la

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narración, la dramatización en estilo claro y directo. Pero lo esencial de esta
historiografía hebrea es su carácter providencialista: todos los acontecimientos humanos
están regidos por la voluntad divina.
2.1.2.2 Proféticos. Los otros cuatro – y algunos del Ketubim - recogen las profecías
– llenas de interpolaciones, anotaciones, añadidos y digresiones – de los grandes
profetas hebreos, Isaías, Jeremías, Ezequiel,....
2.1.3 Ketubim (escritos): conjunto heterogéneo de materiales poéticos, narrativos y
gnómicos. En ellos hallamos desde vidas de profetas, hasta los libros sapienciales o
didácticos (Proverbios, Eclesiastés, Sabiduria), textos filosóficos como El libro de Job
o los 150 poemas tradicionalmente atribuidos al Rey David que componen los Salmos y
que recogen desde composiciones líricas (Cantar de los cantares) hasta versos
filosóficos y épicos.
         En el siglo XIX se empezó a considerar el marco literario en que se insertaba la
Biblia, al investigar las tablillas de los persas y los babilonios. Conociendo la literatura
de los pueblos con los que tuvo contacto Israel, se demuestra una clara interacción entre
esas culturas: la convivencia trajo la mezcla, la inter-influencia, o, como mínimo,
fondos comunes de tradición literaria. El diluvio aparece casi idéntico en el Enuma Elis,
mucha de la sabiduría de los Salmos, del Libro de Job y otros aparece en los códigos
asiriobabilónicos y en textos egipcios, cananeos, indios,...El Antiguo Testamento, pues,
forma parte de un acervo cultural compartido por todo Oriente próximo.
2.1.4 El Nuevo Testamento sería el resumen escrito de la tradición oral basada en
testigos oculares de la dichos y hechos de Jesús. Una primitiva redacción formular daría
lugar a pequeñas colecciones temáticas que luego sería recopiladas y rescritas por
autores concretos con fines teológicos. Todo ello hacia la segunda mitad del siglo I. Los
géneros literarios (cartas, epístolas, hechos, evangelios, apocalipsis) son diferentes de
los del Antiguo y están más cercanos a los helenísticos. La relación literaria entre los
diferentes evangelios sigue siendo un misterio.
 2.2. Otros textos.
       2.2.1 Los manuscritos del mar muerto. Hallados fortuitamente en 1947 en varias
grutas cercanas a ese mar, son textos apócrifos más antiguos de varios libros de la Biblia
entre los que abunda el tono apocalíptico y una notable profundidad de pensamiento. Al
parecer constituían la doctrina de la seca judía de los Convertidos, o los Penitentes que
practicaban la caridad fraterna, menospreciaban placeres y riquezas y aspiraban a la

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purificación. Hay textos tanto a.C. como d.C., y los parecidos con la secta esenia, las
doctrinas de San Juan Bautista o la doctrina cristiana son considerables.
        2.2.2 Textos apócrifos. En este grupo se incluyen, según Prampolini, obras que
quedaron fuera de la selección que realizó el compilador de la Biblia bien por no
considerarlas dignas, bien por su carácter profano, bien por no ajustarse al dogma. Estas
obras no se destruyeron sino que se declararon “ganas” (escondidas – apócrifas). Según
Riquer y Valverde (1984), la mayoría de los apócrifos son libros escritos con la
intención de hacerlos pasar por revelados, atribuidos falsamente a profetas y patriarcas.
La mayoría de originales se perdieron, pero existieron gran número de traducciones
(griegas, latinas, etíopes, egipcias, armenias, eslavas) que nos ha permitido conocerlos.
Debieron gozar de cierta popularidad, y son una fuente amplia de leyendas, mitos
y tradiciones que debieron fecundar la imaginación medieval. Destacar El libro de
Enoc, El libro de los julibeos, El testamento de los doce patriarcas.
           2.2.3 Literatura judeohelenística. Desde el siglo II a.C. aparecen autores
hebreos que escribe en griego como Aristóbulo – que pretende relacionar ya en esa
época la filosofía griega con la Biblia – o los poetas Fión y Ezequiel, de los que sólo nos
han llegado fragmentos. El gran hecho cultural de esta época es la traducción al griego
de la Biblia. Fundamental también la colección de máximas La sabidura (Hokhma) de
Salomón que poco a poco se va identificando con el logos griego. En vida de Cristo,
Filón de Alejandría logra sintetizar la filosofía griega con la teología judaica.
         2.2.4 El Talmud. A lo largo de los años, se van acumulando los comentarios,
decisisiones, interpretaciones y debates de los doctores de la ley y los sabios hebreos
acerca de los preceptos de la ley que se derivaban del Antiguo Testamento. El conjunto
de materiales colectivos constituye la Mishná (repetición) que empezó a ser ordenada en
el s. I d.C. El Talmud es el resultado de la compilación de esos textos, y resulta ser una
monumental recopilación de la actividad intelectual y legisladora hebrea. En ella
aparecen todo tipo de deliberaciones, debates, digresiones, consideraciones, toda la
actividad intelectual de los doctores hebreos reflejada con detalle en hebreo o en
arameo. Es una fuente de narraciones de gran valor literario.
  San Jerónimo traduce la Biblia al latín en el siglo IV (La vulgata), considerada por
la Iglesia como autoridad final. Primera edición impresa en Maguncia (1452-56).
Versiones romanceadas en el siglo XIII, como la de Alfonso X. Primera versión
completa en castellano: La biblia de Ferrara (1553), literal y plagada de hebraísmos. La
Biblia de los pobres estuvo destinada a la enseñanza del pueblo en la edad media y fue

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más tarde impresa con grabados en madera. La Biblia políglota a complutense (1502-
1520) fue una gran proyecto de la Universidad de Alcalá bajo el mecenazgo del
Cardenal Cisneros, y es la primera revisión crítica del texto del Renacimiento. Felipe II
encargó a Arias Montano la Biblia políglota o regia de Amberes basada en la anterior
pero con correciones, aparece entre 1560 y 1573 en 8 vols.
 2.3. La literatura sefardí (los judíos en España).
            La comunidad judía española alcanzó un enorme esplendor cultural en la edad
Media, hasta su expulsión en 1492. Son numerosos los poetas líricos, profanos y sacros,
que escribieron en hebreo en España. Destacan en el siglo XI Mosé Ibn Ezrá y Yehudá

3. EL MUNDO CÁSICO:
3.1 Literatura griega:
Con Grecia entramos en las más auténticas raíces de occidente. La cultura griega
partió de un fondo mítico, legendario, en que todo lo que era digno de recuerdo o de
explicación era consignado en un conjunto de tradiciones orales imprecisas que se
transmitían de generación en generación. La conciencia de historia, la separación entre
lo mítico y lo histórico, no llegaría hasta tres siglos después, a raíz de dos hechos
fundamentales del siglo VIII: la introducción del alfabeto y los primeros agrupamientos
urbanos en forma de polis.
         Los mitos forman un amplísimo conjunto de relatos de enorme valor literario y
humano. Los viejos temas de la prehistoria mítica griega fueron reelaborados por los
autores del esplendor cultural griego y, posteriormente, por todas las artes occidentales.
         3.1.1 La épica. Son dos extensos poemas épicos los primeros monumentos
literarios que nos deja la cultura griega: la Odisea y la Iliada., ambas atribuidas a
Homero, aunque cobra mayor fuerza la idea de que sería producto de una larga
tradición oral compilada por un grupo de aedas. El tema principal de la Ilíada es el
asedio a Troya por las fuerzas aqueas tras el rapto de Helena (esposa de Menelao) por
Paris (príncipe de Troya). El poeta épico no se centra en los datos históricos, sino en las
pasiones humanas y el dramatismo creados por la situación violenta en que se ven
sumergidos los personajes humanos, heroicos, semidivinos, y divinos que interactúan.
Aquiles, menospreciado por Agamenón, y la cólera que en él despiertan ese hecho y la
muerte de su amigo Patroclo a manos de Héctor son el eje central de la obra. En la
Odisea, por otro lado, se narra la aventura de Ulises en su regreso a Ítaca tras la toma de

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Troya. En ella confluyen el tema del retorno y la venganza con la creación de un
personajes complejo cuya astucia y prudencia devienen proverbiales.
         La épica clásica griega se caracteriza por: A) la mezcla de lo humano y lo divino,
con intervenciones directas – decisivas en la acción narrativa - de las divinidades en los
asuntos de los mortales. B) el elemento legendario e idealizador de quien escriben desde
la distancia. C) El espíritu heroico, (Ilíada): todos los héroes son nobles y para ellos la
mayor gloria es el combate, de ahí la minuciosa descripción de la batalla, los pertrechos
y preparativos militares, ... El oyente y lector griego tiene un claro interés por los
profesionales de la guerra, vinculados a lo legendario y lo divino. D) La aventura
(Odisea) y la peripecia, con cuidadas descripciones del mundo marino – omnipresente
en la vida cotidiana griega – y de lo doméstico. E) Personajes semidivinos tratados con
gran profundidad psicológico y cercanía. Los tipos principales (Ulises, Aquiles,
Penélope, Héctor) están perfectamente dibujados. F) Estilo lleno de elementos
dramáticos y fórmulas fijas: descripciones detalladas y minuciosas, epítetos heroicos y
formulismo, plasticidad y colorido, comparaciones muy elaboradas. G) El hexámetro
épico homérico es perfecto, muy elaborado, nada de balbuceos ni primitivismo, lo cual
hace pensar en posibles producciones épicas anteriores a Homero hoy desaparecidas.
Lenguaje literario y culto, nada coloquial, aunque sí variado dialectalmente y abundante
en arcaísmos y recursos estéticos varios.
        3.1.1.1 Homero. Se han atribuido también una serie de himnos escritos a su estilo,
pero sin duda muy posteriores (Himnos homéricos) y un texto paródico de la Iliada: la
Batracomiomaquia.
         3.1.1.2 Hesíodo, más cercano a la vida cotidiana del mundo campesino que a los
aristocráticos héroes homéricos, escribió la Teogonía, sistematización de los principales
dioses griegos desde la creación del cosmos hasta la victoria de Zeus, y Los trabajos y
los días, con una primera parte con preceptos sobre moral y justicia y una segunda que
detalla el calendario campesino. Lo que en Homero es lucha de héroes y guerreros,
deviene en Hesíodo la lucha cotidiana del labrador con la tierra.
         3.1.2 La lírica. La poesía, tanto épica, como lírica, parece nacer en Grecia
vinculada al ámbito de la fiesta, la celebración y el banquete, y que se concibe como un
espectáculo acompañado de música (de la “lira”, de donde viene el nombre) y danza.
Las primeras manifestaciones consistentes de lírica griega se deben a autores cultos de
nombre conocido. Todos ellos siguen recurriendo al mito – pero empleándolo como

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recurso ornamental de enorme capacidad de sugestión – y al hexámetro – pero creando
además nuevas estrofas. El estudio de la lírica griega suele dividirla en dos grupos:
- lírica individual o personal. ELEGÍA, sucesión de dísticos que en su origen – y hoy
día – pudo tener un carácter funerario o melancólico. Algunos autores la relaciona con
el banquete o las fiestas privadas. Suelen tener una intención moralizadora que
contribuye a la racionalización del sentimiento. Se tratan temas de política, sociedad
civil, ética, moral, guerra en tono grave y sentencioso. El poeta elegíaco más antiguo es
Calino de Efeso. Tirteo, el poeta patriótico que cantó a Esparta en tiempos de guerra, o
Mimnermo, el voluptuoso y hedonista jónico. El legislador ateniense Solón también
compuso elegías para la formación del espíritu ciudadano. YAMBO, poesía llamada así
por basarse en el pie yámbico, es de carácter desde satírico y burlón hasta agresivo o
grosero. Nació a la vez que la elegía, pero sólo se cultivó en Jonia y en relación con
fiestas y rituales de tipo dionisíaco. Su más alto representante es el irreverente
Arquíloco de Paros, al que los antiguos equipararon con Homero y cuya producción se
basa en la subversión de valores tradicionales como la fama del soldado muerto en
combate y otras ideas de la concepción aristocrática de la vida del guerrero homérico.
Atacó con ironía salvaje los mitos, los más altos cargos de la ciudad. Mucho más
lúgubre y pesimista fue Semónides de Samos, considerado por algunos el fundador de la
tradición misógina. La ODA es lo más subjetivo de la poesía griega ya que es la vía de
expresión de la vida interior del poeta. Poesía como pura expresión del sentimiento
amoroso encontramos en Safo de Lesbos, y como celebración de los placeres de la vida
y el vine en Anacreonte.
- el lirismo coral, el poeta se convierte en este tipo de poesía en portavoz de un
sentimiento común y refleja el alma de la ciudad. Es poesía destinada a ser canta por un
coro, acompañado de danza y música. En esta poesía entran en juego no sólo los valores
patrios, las hazañas y cultos locales, también el mito, la genealogía, la estirpe,....
Citaremos a Alcmán y Estesícoro, pero nos detenemos en Píndaro, considerado el más
gran poeta lírico de Grecia. Son famosos sus epinicios – que hoy debemos apreciar sin
música ni danza – a las victorias de atletas en los juegos olímpicos, y los himnos, En su
poesía se mezcla la alabanza a la juventud, la fuerza, el vigor, la virtud del héroe con
una profunda religiosidad: no es raro que vincule esa virtud con linajes y estirpes que le
conducen directamente al mito y a lo divino. Sus himnos triunfales, como su Pítica
primera, considerada su obra maestra, adquieren un marcado valor de poesía religiosa, y

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a través de la anécdota de la victoria de un atleta mortal y contemporáneo, se actualiza y
se da nueva validez al mito.
3.1.3 El teatro.  Como el teatro medieval nace en la iglesia, también el griego nació
vinculado a determinadas celebraciones religiosas. Se cree que la tragedia nació del
ditirambo (himno dedicado a Dioniso)que los participantes en sus rituales báquicos
dedicaban a ls aventuras del dios, disfrazados de sátiros e intercalando su canto con las
palabras de un directo o corifeo. Entre el siglo VII y VI a.c. se van diseñando las
creaciones dramáticas griegas y sus espacios característicos, aunque los primeros textos
conservados son del V. Un origen parecido debió tener la comedia, pero en ambientes
más rurales: se introduce en la fiesta en el 486 a.c.
3.1.3.1 Tragedia. Es quizá la más eterna de la creaciones griegas, porque a pesar de su
origen legendario y de su ambientación mítica y aristocrática, la tragedia muestra a
nuestros ojos pasiones humanas, constantes a través de los tiempos, eternas: en ella
están los grandes temas que todas las artes han interpretado, reescrito y reeleborado a lo
largo de los siglos. Las pasiones radicales de personajes mil veces reescritos como
Edipo, Antígona, Electra, Orestes, Fedra y tantos otras forman parte del acervo cultural
y emocional de todas las épocas y lugares. Los trágicos griegos lograron apurar – llevar
al límite – los más básicos conflictos internos del ser humano, los más terribles
problemas morales, en los más angustiantes dilemas sin solución. La lucha del hombre
contra lo irremediables y contra lo que no tiene enmienda constituye la esencia de la
tragedia clásica. De la ingente producción teatral griega sólo conservamos algunas obras
de tres de sus autores más representativos, pero ellos nos permiten hacernos la idea de
cómo el dramaturgo griego recogía el material mítico de los diferentes ciclos y los
reelaboraba a su gusto –sin apartarse nunca en exceso de la tradición –, sabiendo que el
tema – el argumento, sus causas y consecuencias – eran harto conocidos por su público
y que habían sido o podían ser manejados por sus competidores. 
De Esquilo destacar la trilogía de la Orestíada y el Prometeo encadenado. Es el
más antiguo y conservador de los tres, y en el se trasciende lo mítico o legendario para
convertir a sus personajes en símbolos de valores trascendentes o problemas de
conciencia o derecho.
Las tragedias de Sófocles, el que más veces ganó el festival, acusan una mayor
preocupación escénica y un principio de humanización de los personajes – que
completará Eurípides -. Los temas salen del mismo fondo mítico, pero Sófocles crea con
ellos tramas más densas y elaboradas, más variadas, ampliando los puntos de vista y los

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matices psicológicos de los personajes. Más que la lucha contra un destino impuesto por
los hados o los antepasados, a Sófocles le interesa el conflicto íntimo, el individuo en sí.
Frente a los personajes majestuosos, lejanos y heroicos de Esquilo, estos son más
cercanos, más humanos. Destacar Ayante, Antígona, Edipo Rey, Electra, Filoctetes.
Eurípides. Según Aristóteles, decía Sófocles “que él representaba a los hombres
como deben ser, y Eurípides, como son”. Eurípides es el punto final del proceso que
comenzó con los personajes míticos y lejanos de Esquilo, seguió con la asimilación
humanizadora de Sófocles y culmina con la humanización radical de Eurípide: la
materia es la misma, los mitos troyanos, argivos, tebanos,.... pero el tratamiento es más
personal, más escéptico, sorprendente, renovador, original. Para Eurípides, las
divinidades y los mortales comparten defectos y virtudes, no hay destinos inexorables
sino una rebelión contra la injusticia que viene del más allá. Lo que los personajes de
Eurípides pierden en grandeza épica lo ganan en humanidad. Sus pasiones y conflictos
alcanzan a veces lo humanamente patológico, pero llevado a la desmesura, hasta llegar
incluso a la caricatura. “Los antiguos héroes han pasado a ser miserables humanos, y lo
que en Esquilo y Sófocles pudo ser desmesura es patología en Eurípides”. Destacar
Medea, Alcestis, Electra, Hipólito, Hécuba.
3.1.3.2 Comedia. Poco queda de lo anterior a ARISTÓFANES, contemporáneo
de Sófocles y Eurípides, y gran parodiador de todos los valores de la tragedia. Lo que en
aquélla hay de grave y trascendente, se convierte aquí en burla e ironía, en desenfado y
humor, en crítica y risa. En la comedia, el autor no tiene por qué acudir al mito, y si lo
hace es para tratar a los personajes míticos como trasuntos de personas reales conocidas
por el público. Pero lo habitual en Aristófanes es trasladar a la escena el mundo real de
la calle de Atenas convirtiendo la vida cotidiana y los personajes populares en un
espectáculo que hará reír al público. Junto a la descripción sarcástica más o menos
realista, aparecen tramas y sucesos inverosímiles cercanos al absurdo. Personajes y
seres fantásticos, el mundo al revés, los personajes públicos denigrados y ridiculizados
hasta la saciedad, un lenguaje lleno de juegos de palabras, salidas grotescas, chistes,
burlas, farsas, elementos escatológicos....La finalidad es la risa, pero como dice C.
Miralles, bajo esa burla, hay un fondo de amargura y de seriedad. Tras las propuestas
fantásticas y absurdas, tras la risa y el sarcasmo, se advierte un doloroso desconcierto
ante la realidad, tras la broma se esconde la crítica, y detrás de todo ello una visión
desencantada y desesperanzada de la vida, que reivindica unos valores concretos.

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         3.1.4 Prosa.  Muy posterior a la poesía y el teatro. La historia (Herodoto,
Jenofonte) y la filosofía (Parménides, Platón, Aristóteles) son los dos géneros más
considerables de la prosa clásica griega ya se sabe la enorme influencia de los
FILÓSOFOS griegos en el pensamiento occidental, y cabe considerar además la
ORATORIA (Demóstenes). 
3.1.4.1 Esopo. Las fábulas son relatos breves en prosa protagonizados por animales
dotados del don del habla que razonan y proceden como los hombres y que el fabulista
hace actuar para ejemplificación y éstos y como lección moral. Son pequeñas alegorías
narrativamente muy concentradas y con intención moralizante. Es posible que esas
fábulas tengan un fondo común con la cuentística india, y que todas ellas se remonten a
una antiquísima tradición mesopotámica. Ya en tiempo de Platón, las fábulas de Esopo
eran conocidas por toda Grecia, desde el culto hasta el analfabeto, desde el ciudadano
urbano hasta el campesino. Y su influencia en la literatura posterior es, como se sabe,
enorme.
3.2 Literatura latina:
3.2.1 La república:
         3.2.1.1. El teatro. Los escritores latinos reprodujeron en la tragedia y la
Comedia Nueva de los griegos, tomando las estructura, los personajes y la acción de
obras de autores famosos, pero también compusieron obras sobre personajes y asuntos
romanos. TRAGEDIA: distinguían la fabula cothurnata en alusión al coturno - calzado
de los actores griegos – y a la de asunto romano f. praetexta, por la toga de los
magistrados. COMEDIA. f. palliata, por tratar de personajes griegos que vestían con el
pallium (manto típico) y f. togata por la toga romana. Plauto, (s. III-II a.C.) produjo
numerosas fabulas palliatas, pero muy lejos de la imitación, introducía asuntos y
personajes locales. Tramas intrincadas y de acción rápida para mantener la intriga en el
público. El comediógrafo suele aparecer en la obra, e incluso interrumpirla para
dirigirse al público. Presenta una sociedad de clase media viciosa, decadente y grotesca,
con personajes sacados de la realidad romana, que hablan sin parar con una verborrea
llena de chistes, juegos de palabras, expresiones callejeras,...Su intención no es
moralizadora: los personajes decadentes y despreciables que pueblan su obra son para
divertir y no hay nada más que una cierta crítica negativa y sarcástica. Destacar El
Anfitrión y La Olla. Terencio(184-159 a.C.) Más reflexivo y fino que Plauto, su
comedias son más ciudadanas y sentimentales, de mayor profundidad psicológica.
Empleaba un lenguaje más culto y refinado, pues a ese tipo de público se dirigía. Los

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temas eran un poco los de Plauto: enredos, equívocos, amores prohibidos, niños robados
e inverosímilmente reconocidos, esclavos listos y picarescos, pero no recarga tanto la
acción ni se dedica a ridiculizar grotescamente a sus personajes, pues logra
individualizarlos gracias a una mayor profundidad en la caracterización psicológica.
Influencia en La celestina.
         3.2.1.2. Poesía. Destacan en el S. I a.C. Lucrecio, por De la naturaleza, epopeya
científico-filosófica en la que desarrolla en verso hexámetro las ideas epicúreas de
forma apasionada y visceral. Catulo del que se recuerdan algunos de poemas satíricos
más agresivos y obscenos de todos los tiempos, pero también algunas de las poesías
amorosas – en la tradición de Safo – más bellas. Su cancionero es como el diario de sus
relaciones con Lesbia en el que aparecen versos desde lo más descarnado y cínico hasta
lo más emotivo y sincero, a la vez que una amplia galería de tipos de la sociedad
romana.
         3.2.1.3. Prosa. Destacar sobre todo la oratoria de Cicerón, en el que se dan las
pautas de lo que debería ser el arte de hablar en público (acción y elocucion) y la
historia (Julio Cesar, Tito Livio, Salustio).
        

3.2.2 El imperio:
            3.2.2.1 Publio Virgilio Marón. Las Bucólicas son delicados cuadros de la vida
pastoril tras lo que se ocultan en realidad personajes cultos que se expresan con sutilidad
y preciosismo. El retrato idílico de la naturaleza de Virgilio y las convenciones fijadas
en su texto serán fuente de inspiración para gran parte de la literatura posterior, citamos
p.e. las églogas de Garcilaso. Las Geórgicas es un poema en hexámetros sobre la
agricultura: el mundo real del trabajo agrario sustituye al mundo refinado e irreal de las
Bucólicas. La Eneida es la gran epopeya romana: una versión trascendente del pasado,
el presente y el futuro de Roma que coloca a los romanos como descendientes de la
estirpe troyana y a Cesar y Augusto como herederos directos del espíritu de Venus y
Eneas. La Eneida es una calculada síntesis de los poemas homéricos, tanto temática
como formalmente. Pero Virgilio no se basa en una tradición mitológica muchos más
antigua que él, sino en medio intelectuales y en una intención política clara, pero eso sus
personaje son más humanos y su estilo más refinado y contenido.
         3.2.2.2 Quinto Horacio Flaco. En los Epodos sigue la poesía viril y severa de
Arquíloco, que reivindica atacando furibunda y violentamente a los poetastros y los

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nuevos ricos de su tiempo, augurando el peor de los destinos para Roma. Conocídisimo
es el épodo que empieza “Beatus ille...”, (tópico). Las Sátiras componen un amable y
detallado cuadro de la vida cotidiana en Roma, de los debates, la gastronomía, las
costumbres, en un tono coloquial cercano a la prosa. Las Odas, escritas con amigable
ironía y profunda filosofía, recogen las preocupaciones y los placeres del campo, los
afanes de las gentes, viejos temas transfigurados por el verso horaciano que dan lugar a
versos famosísimo como el tópico carpe diem. La esencia de su poesía es la capacidad
de convertir en arte lo cotidiano. Por último, las Epístolas, entre las que destaca la
Epístola a los Pisones o Arte poética, por ser, con la Aristóteles, la poética más leída y
más influyente en la historia del pensamiento literario occidental.
         3.2.2.3. Poetas elegíacos. Podríamos hablar de Propercio, de Tíbulo, de Lucano,
Marcial (el maestro del epigrama nacido en Bílbilis), Juvenal, pero mejor detenernos en
Ovidio  y sus dos obras fundamentales: El arte de amar, divertidísimo y liviano
compendio de arte amatorio y de consejos para la seducción y la conquista amorosas
que fue canónico durante toda la EM. Y las Metamorfosis, ingente enciclopedia de
leyendas mitológicas en forma épica en la que, además supo caracterizar
psicológicamente a los grandes personajes y dotarlos de carácter propio.
         3.2.2.4. Prosa. Séneca y el estoicismo, Tácito, Suetonio, los Plinios, ... Historia,
filosofía,... El alma realista y práctica de la civilización romana no da lugar a ninguna
creación novelesca, más allá del Satiricón de Petronio.
  La literatura romana suele caracterizarse como realista, práctica, basada más en la
griega que en la propia capacidad creativa, cercana siempre a la naturaleza y al
pensamiento práctico (poca filosofía, pero mucha historia y mucha oratoria). Sin
embargo, y a pesar de que fue mucho lo que perdió en los avatares de la historia, es en
ella donde se explica gran parte de la evolución literaria en la edad media.

4. VALORACIÓN PERSONAL Y PROPUESTA DIDÁCTICA:


Decía el historiador Josep Pijoan, en su traducción de la magna obra de
Prampolini, Historia universal de la literatura, que “todo cuanto el hombre ha
pensado y sentido se encuentra consignado en la literatura”. La literatura es la historia
de la evolución y de la variedad del pensamiento y el sentimiento humano, es la historia
del alma humana contada de mil maneras diferentes por ella misma. Desde épocas
remotas, el hombre se ha esforzado por consignar en símbolos y signos (que acabaron
por ser letras) todo lo que piensa, sufre, goza, opina, imagina,...La historia de la

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literatura es la historia de todas las historias, la geografía del espíritu: sabemos lo que
somos al apreciar y entender lo que otros fueron y supieron. La influencia de las
literaturas primigenias y las culturas que las crearon sobre toda la expresión artística
posterior es enorme, y la comprensión.
Este es un tema que no se expone como tal en clase, sin embargo los contenidos se
pueden aplicar tangencialmente en un gran número de temas dentro del DCB del área de
lengua y literatura de enseñanza secundaria y bachillerato. Proponemos acercar a los
alumnos a fragmentos de distintas obras consideradas como influencias de la literatura
occidental.

 Bibliografía:
Giacomo Prampolini, Historia Universal de la literatura. UTEHA, Buenos Aires,
1995. Tomos I, II.
Riquer y Valverde, Historia universal de la literatura. Planeta, BCN, 1984, Tomos I y
II.

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