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Para el lector incauto que no ha leído algo del escritor Jorge Luis Borges, el titulo del
cuento La lotería en Babilonia podría parecer que por prejuicio versa sobre lo
lector de este escrito en el cuento para después ahondar de manera concreta en el carácter
filosófico éste.
Un hombre, tanto desdichado unas veces como afortunado otras, es quien narra la
institución. Una institución que empezó con barberos que cambiaban monedas de cobre por
hacía las personas, los mercaderes se vieron obligados a innovar algunas opciones que no
sólo llamaran la atención del público, sino que concedieran una ansía de seguir apostando.
Estas opciones fueron ganar más como perder más; por una parte la recompensa era mayor,
por otra, el perder convenía con pagar una multa aun mayor. Conforme al tiempo que se
ganadores no podían cobrar su dinero, así que “La Compañía” apareció cuidando por los
castigos: una multa por lo que debían y por los intereses generados, o la cárcel. Ellos
Háaroún Emilio Taboada Benavente
19 de Abril del 2018
Comentario a Jorge Luis Borges, “La lotería en Babilonia”, en Cuentos completos,
Debolsillo, México, 2015.
elegían la cárcel con el fin de “defraudar a la Compañía”. Puesto que la tendencia hacía la
cárcel iba en aumento, en los informes del sorteo se publicaban los días de prisión y no los
costos de las multas. He ahí donde nuestro interlocutor declara que fue la aparición de
Los ciudadanos babilónicos -narra nuestro interlocutor- son, como cualquier otra
persona, seres de razón, pero no por dicha razón la incongruencia de remplazar monedas de
plata o días de prisión por un número azaroso queda de lado. El incremento de números
adversos y la presencia de todo tipo de ciudadano, pobre o rico, aparecía, y confería poder
tanto a la institución como a la Compañía. Una ocasión el pueblo se enarboló por un pobre
que había robado un billete. La pena por robo y la suerte del billete dictaminaban que se le
quemase la lengua. Los pobres, por su lado, deliberaban sobre si el castigo debía de
aplicársele en causa de ladrón, los ricos, por su parte, proponían que fuera en virtud del
azar. La voluntad del pueblo ganó -continua- y con ella, el poder del público en la
o magia” contra los jugadores, e inclusive los mismos jugadores dejaban en un buzón de la
se acata a las consecuencias del azar. Nunca generó un sistema que le permitiera ver más
allá de los hechos puesto que para él, el azar es el sistema más grande. Poco a poco el
babilonio llevó el azar a su vida cotidiana. Si el azar constituye una elección en una
situación especifica ¿por qué no habría de pertenecer a todas las decisiones anteriores a esa
Háaroún Emilio Taboada Benavente
19 de Abril del 2018
Comentario a Jorge Luis Borges, “La lotería en Babilonia”, en Cuentos completos,
Debolsillo, México, 2015.
elección? Es decir, una acto se lleva a cabo a causa del azar, y todo lo precedido a tal acto
Como mencioné al principio de este texto “lo extraordinario pasa a ser producto de
lo ordinario”, y es que ¿hasta que punto estamos determinados por el azar y en dónde
al vendedor que siempre está con la billetera de boletos. Supongamos también que en
primera instancia nuestro propósito es ganar el premio mayor, aun cuando vemos que el
vendedor tiene más billetes de ese mismo juego en su mano, y no somos los únicos que
compraran un boleto con anhelo por el premio. Esperanzados creemos que nuestros diez
pesos (el precio del boleto), producto de nuestro trabajo, se convertirán en un millón, o en
diez millones, o en una casa, o en la solución a todos nuestros problemas gracias al juego
que permite las mismas posibilidades para todos. Ilusos ¿no?. Existe la posibilidad de
ganar, no lo niego, pero antes de que exista una posibilidad ya se ha visto limitada por otras
de boletos de ese mismo juego, o tal vez ya esta enmarañado el juego a causa de la
Compañía (el Estado) de tal manera que esté predestinado el ganador, o tal vez el boleto
que compramos es falso. Como dije, existen múltiples posibilidades que determinan la
posibilidad.
¿Por qué tenemos que dejar nuestro destino al azar? Más que un simple juego de
nosotros mismos. Un escape con dirección al determinismo del azar donde nos regocijamos
Háaroún Emilio Taboada Benavente
19 de Abril del 2018
Comentario a Jorge Luis Borges, “La lotería en Babilonia”, en Cuentos completos,
Debolsillo, México, 2015.
pensando en que nuestras acciones ya son predeterminadas por una “fuerza superior” de la
cual sólo somos producto. Más que un valor monetario, esos diez pesos significan y
nuestra libertad. Empero pierde tal valor cuando se desperdicia en infinitas posibilidades de
éstos, o nos abandonamos como objetos a la deriva del mundo, transformando nuestra
producto del azar, empeorando cada vez más por la manipulación de la Compañía, y por el