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Claudia Weiner
¿Dónde reside la magia de la ciencia ficción? Jorge Luís Borges que apenas
rozó esta clase de literatura, la nombró en distintas oportunidades como
"fantasía de carácter científico", "ficciones de cosas probables", "pesadillas
que huyen del estilo fantástico", o “imaginación razonada". Al vocablo
ficción corresponderían la fantasía, la imaginación, incluso la pesadilla, y
al de ciencia los que comparten un elemento de “razón”: es decir lo
probable, lo científico, lo que al decir de Borges, escapa a la pesadilla. Si
bien este género ha sido considerado menor y fue menospreciado en el
mundo literario, a partir del mismo puede abrirse para el análisis una
pregunta acerca esta particular articulación entre ficción y ciencia.
7
El niño de mañana,, Ray Bradbury, en Fantasmas de lo Nuevo.
8
Jacques Lacan en El tiempo lógico y el sofisma de certidumbre anticipada. Un nuevo
sofisma (1949), abordó mediante una ficción la anticipación como integrante de la
identificación colectiva del sujeto.
9
Diccionario De La Lengua Española - Vigésima segunda edición, en
http://buscon.rae.es/draeI/
La crítica a la literatura de ciencia ficción yerra cuando mide la obra
según la concordancia entre hechos profetizados y realizados, puesto que
según tal tendencia serían los errores o aciertos científicos los que le darían
a la obra su valor. Pero ¿acaso esta no es ya la labor del científico: producir
hipótesis a confirmar? La ficción no confirma la realidad, ella la produce.
El atractivo de este género no es imaginar mundos que no existen, sino
hacerlos existir.
Para mí la única ciencia verdadera, seria, para seguir es la ciencia ficción. La otra,
aquella que es oficial, que tiene sus altares en los laboratorios, avanza a tientas y a locas
y comienza a tener miedo de su sombra. Pareciera que a los científicos también les llegó
el momento de angustia.10
No obstante el retrato angelical que los adultos han hecho de los niños, los adultos
siempre se han mostrado temerosos de su notoria violencia y amoralidad. Los propios
retratos angelicales son un recurso para neutralizar el temor hacia ellos. Educados y
cuidados por adultos, los niños son ahora un enemigo secreto.13
Reconocer aquello con lo que tenemos que vérnosla, lo que desde el principio del
momento en que me metí a hablar del psicoanálisis, a saber de la palabra y del campo
del lenguaje. Y para aquellos que conservan siempre en la cabeza esta especie de
objeción: “sí, pero esto no es todo”, repetiré una vez más desde el tiempo en que me
molesto en repetirlo que en efecto eso no es todo, pero que todo lo que viene a nuestro
horizonte del psicoanálisis viene por ahí17
No puedo más que indicárselos aquí: esto tiene algunas propiedades muy curiosas, y
puede incluso ser para nosotros bastante ejemplar, en tanto que en todo caso es una
superficie que tiene esta propiedad de que la superficie externa, si ustedes quieren, se
encuentra en continuidad con la cara interna pasando al interior del objeto, y puede por
lo tanto volver en una sola vuelta del otro lado de la superficie de donde ha partido.18
15
Cf., Jacques Lacan, El simbólico, el imaginario, el real, conferencia del 8 de julio de 1953.
16
Jacques Lacan, Función y campo de la palabra y del lenguaje en psicoanálisis, en Escritos 1,
Siglo Veintiuno Editores.
17
Jacques Lacan, El objeto del psicoanálisis, 8 de junio de 1966.
18
Jacques Lacan, Seminario, La identificación 15 de marzo de 1962. inédito, traducción de
Ricardo Rodríguez Ponte.
Pues bien, nuestra concepción teórica de nuestra técnica, aunque no coincida
exactamente con lo que hacemos, no por ello deja de estructurar, de motivar, la más
trivial de nuestras intervenciones sobre los denominados pacientes19
Este modo de concebir el espacio llega aún mas lejos, pues contiene un
elemento que permite alterar cierto prejuicio de un analizante y un analista
aislados de lo social. Así como hablar modifica el cuerpo y construye el
espacio erótico, del mismo modo perturba y fabrica el lazo cultural al
producir hechos políticos que transforman la “realidad”, pues el acto de
dirigirse a otro está hecho de palabras singulares, es decir que las palabras
pronunciadas no son individuales pues están tomadas de la lengua. En tanto
acto del cuerpo, el decir modifica el cuerpo, ¿cómo delimitar este último?
19
Jacques Lacan, seminario Los escritos técnicos de Freud, sesión del 13 de Enero de 1954.
20
J. L. Austin, Como hacer cosas con las palabras. 1956, Edición electrónica de
www.philosophia.cl / Escuela de Filosofía Universidad ARCIS.
Austin, indica que la emisión de un performativo no es un acto interno o
intencional cuya clave está en la mente del hablante, puesto que lo que hace
de una emisión una orden, una promesa o una petición no es el estado de
ánimo del hablante en el momento de la emisión, sino normas
convencionales que incluyen características del contexto. Cuando se dice
“prometo” se hace efectivamente una promesa, no porque quien lo dice
cree cumplirla honestamente, sino porque las circunstancias son adecuadas
para esa promesa, las circunstancias implican al otro, y a los otros incluidos
en ese contexto. De allí toma su fuerza el performativo, dicho de otro
modo, la vena por la que corre la fuerza del performativo es la que recorre
el contexto. Esas condiciones, contextuales, son las que le dan al acto de
habla su fuerza performativa. Sin embargo, los performativos pueden ser
afortunados o no, y tal fortuna no depende entonces de criterios de verdad,
sino del contexto donde se producen. El performativo tiene que darse en las
“circunstancias apropiadas”. Apostar no es simplemente decir: “te
apuesto”, por ej. alguien podría hacerlo cuando terminó el juego. Esto no
implica que el acto será falso, sino fracasado. Dicho de otro modo, la
expresión lingüística no será “falsa” sino desafortunada. Esta superación
por sobre el criterio verdadero-falso es la guía que toma Austin para
intentar distinguir la noción de performativo, encontrando finalmente que
todo acto de habla, en tanto enunciación es performativo, y propone una
hipótesis mas amplia mediante su doctrina de la ilocución y del acto
ilocucionario.
Cuando enunciamos algo estamos haciendo algo y, a la vez, diciendo algo, sin que
ambas cosas se confundan21
(..) la trampa, el agujero, en el que no hay que caer, es creer que los objetos, las cosas,
son el significado. 25
Puesto que
El sistema del lenguaje, cualquiera sea el punto en que lo tomen, jamás culmina en un
índice directamente dirigido hacia un punto de la realidad, la realidad toda está cubierta
por el conjunto de la red del lenguaje.26
Se trata de una doble trampa: creer por un lado que los objetos son el
significado y, por otro, que el referente está fuera del lenguaje. El texto de
Feldman propone algo diferente:
Hipótesis a partir de cual podemos proponer que si bien, ¡sí, hay referente!,
éste no está antes, sino siempre, siempre, después. Es de esta manera que
nos planteamos el movimiento de la ciencia ficción y de la transferencia,
pues lo que se dice no remite a ninguna escena que haya que recuperar o
constatar ni en la ficción del amor ni en la de la ciencia ficción.
24
Jacques Lacan, La transferencia en su disparidad subjetiva, su pretendida situación, sus
excursiones técnicas. Sesión del 1 de marzo de 1963.
25
Jacques Lacan, sesión de 30 de noviembre de 1995,op. Cit.
26
Ibidem.
27
Shoshana Felman, op. cit. pag. 81
Se ha calificado como genuino al amor de transferencia, ¿a que vendría esa
categorización? ¿Qué podría tener de genuino o falso cualquier amor? En
tanto performativa la ficción del amor de transferencia y de la ciencia
ficción no son verdaderas ni falsas sino una novedad. No hay nada
verdadero a constatar o recuperar, la verdad, “lo verdadero” sólo se puede
fabricar, inventar o delirar.
28
Jacques Lacan, El fracaso del Un-desliz es el amor. A la manera del seminario oral de
Jacques Lacan, 1976/1977, sesión del 19 de abril de 1977, Artefactos, Cuadernos de notas,
México, 2008,.
29
De esto modo audaz Lacan mostraba, en esa ocasión, una práctica alejada de la
psicopatología, y regida por el diálogo: se trata, dice. de “una sumisión completa” (..) “a las
posiciones propiamente subjetivas del enfermo “(nótese el plural). Cfr. Jacques Lacan, Escritos
2, Una Cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis. Hacia Freud..p.516, Siglo
veintiuno editores, México, 1984.
30
Lacan juega con el componente “agujereal” del trauma.
31
Ibidem.
No es el aspecto pasado el que se juega en el trauma, sino lo traumático
presente en lalengua, lo cual es eficazmente puesto en juego cuando Lacan
neologiza en su obrescena32. Es gracias a lo obsceno de lalengua que se
puede tocar el real, y en ese vaivén se inventa y se hace caer al referente.
32
Ibidem, Se trata de un neologismo por su carácter performativo. “Lalengua cualquiera que
sea es una obscenidad lo que Freud designa como • perdónenme aquí el equívoco • la
obrescena [l’ obrescène] • es igualmente lo que él llama la Otra escena”
33
Shoshana Felman, op. cit. P. 81.
34
Ver epígrafe al inicio del presente texto.
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