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DAI{ SPERBER y DEIRDRE WILSON

LA RELEVAI{CIA
COMUNICACION Y PROCESOS COGNITIVOS
Prólogo

En este libro presentamos una nueva forma de enfocar el


estudio de la
comuniceción humana. Este enfoque 1q". p.rfit"-o,
..?* 1l i"
b*i en una visión general
"Tyo,
del conocimLnro'h.r**o lque desulo[a- "i.i."g["r"
,,ü ili,i,"il,'?l#flÍT?'.il*?;
t
-4 _gge"ig_
re la inform¿ción
{isponible más relevanie. comunicar coryqi¡ *;"", i; ;;.ij#'ir".r'
iidividuo:@i
9
e r? .ría de relevancia,- t"
g_n4 -
¡"".ilW
.
relevanaa. sosrenemos -queTrprincipio de relevancia
999999999999999

a,
es .r.rr.iá p.r"
',r.plicar la comunicación humani y (ei
djth.q. principio..es suficiente por ri "l "rpíi.rlo';i;-il;r;;;;1"á*o
plr" .*eti."r l; i;;"ri¿,
-ir-o
lingüístico y los factorr, .orrt"it""r.r .r, i" i"r.rpr.tLi¿"
¿.1
it"llI{:
los enunciados.
¿.
Y así es como nació el libro:
.1275, Deirdre \flilson publicó
-en
Presuppositions and Non-Trath-Conditional Sámantics prcrupori.io*u y
semántica no veritarivo-condicional),
f ,Dan sp.rbu, p,iuri.o'"nrJi*!rrr,
de rhétoriqle,cognitive, (Rudimentós'de r.rórl" .ogiiti.,a¡,
de su Rethinhing syrnboirism. Fn esros .rru";or,- rtbo, íor-
..".ii"".i¿"
aproximando a la.plagmática (el estudio de los'factores
,r;b;;,
conrext""l.r .n t"
comunicación verbal), pero desde perspectivas diferentes:
Deirdre \flilson
demostraba cómo rtri serie ae ^prótem.i
semánticos
podían resolverse
ryejor a nivel prigmático, y "p"r."remente
ó", sperber d"i;;Jí"-;".
concepción de. las figuras del discurio b"rrá" .r, l" pi"g-áti."-
concebimos el. proyecto de esc¡ibir en unos- po.o, meses
rrrtá*.,
un ensayo
conjunto que debía cubrir, por.ro menos..n .l
distancia entre nuestr", ,.ui..trvas posrclones, y"qp..irfr.gr"-ári.",'1"
mostrar los puntos de

fuimos enfrascando en el desarrollo del mismo progrem¿ qüe


inicialmente
sólo pretendíamos perfilar. Los meses ,. .orr.rliniZron en
años. Lo que
tenía que- ser un ensayo se trensformó en una serie de artículos y
en el
presente libro. El material de otros dos libros, uno de prag-ática'y
;;;
de retó¡ica, ya está sopre. papel, y- gna vez que esré debiiarierrte ,eoisado,
probablemente llegue incluso r ptrbli."rr..
Y si no hemos conseguido etenernos a nuesrro proyecro inicial, la
..sulp¿,n t¿mbién ha sido de .ttta serie de personas
q"á rr""
con su apoyo y con sus crlticas: scott Atran, Regina -Bl"ss,"á,Michael'Brody,
"¡-á"a.
sylvain Bromberger, Annabel cormack, Martin bavies, sle Georg", p"ii
pfce, Er_nst-lugusr Gutr, sam Guttenplan, ¡ill House, p[rr. ¡a"óú, nhil
Johnson-Laird, Aravind Joshi, Jerry Keiz, stéph.r, Lerrínson, R"ose itiacla-
,,1' G9o$e A. Miller, Dinah lVlurray, Steplien Neale, vuji NishiyiÁ",
Ellen Prince, Anne Reboul,_ rrangois Ré'canati, rvri.h..l'Ro.h;;;;:
Nicolas Rgwet, Doro^ta Rychlik, fzrr.t"r, Todórov, ch"rlerl i;r"t,
Bonnie \7ebber. Dan.sperbe_r está particularmerrte ;
a M;;ú";
canto,. catherine c¡ll-en y Jenka y l,t"*r-sp.rú.t,"y "gi"decido
ñ.ir¿* \Tilson a
rus. colegas Dia¡e Blakemoie, carstón, nútú r.-pson y Neil
.\"bry
Smith, y especialmenre a su marido, iheodore Zeldin.

I
I
l
\
p
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rl
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di
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t,
in
rc

10
CepÍrulo I

La comunicación

¿cómo se comunican entre sí ros.seres humanos? por


que respecra ala comunicación
uerbal,e*is;;6;rr..-.rouna menos en lo
respuesre
por una serie de metáforas de uso
fl:p:11-r:qerida
ros pensamrenros con palabr¿s,r, ..f¡¿gs¡ corrdrano: <exDresar
pensamientos sobre. paielr,,
llegar;;;.r"td;;,.*Jl;[ d;
.t..r'ToJt esto suena como si ra comunicación
verbal fuera cuesti¿" á.
una metáfora) en fp*L ¿" :ln"gy"*i'un rortrn;,o ki-q,iya de por sr es
E;;;ár;;;;;.b i. "ü#
lo desempaq,r.t. ar ir"üUr"r,
que tendemos a orvid"r.recibirrol a p.á.,
;;"J ij]"*;
ü:;"-":
q.r. ir-Lrp.r.rr"
verdadera. Al escribir .rü-1úr", "i; que sugieren no puede ser
q.r.
Iiteralmente, poner nuestros pensamientos ri.-or'¡r..iro no ha sido,
puesto sobre el oapel han riáo sobre el papel. Lo que hemos
pequeñas
vd' tiene ahora r'rr" copia """r -".""r'*gras, de ras que
lár"o¡os. En lo-que respech
siguen eitando ""i.donde siempre a nuestros
L?rúfitr"'or' h.r, .rtj¿o: en nuestro
. supongamos que fuera materialmente posibre
de un cerebro a offo de la traspasar los pensamientos
mism; ¡;;;
a orro r.'.p,";;;f r ros ;;;;; ffi;:.:ff"T.T":TTlj";l_:'uÍ,."Tr..;
ese caso' la comunicación
no
-r"na;;
,.ií-"-ri"..raria (otra--"1r"-'., que pudiera
resuhar útil por razones e.
no pueden viajar, y no es posiÉh
o ..orro-í1). pero los pensamienros
humana de ninguna otra manera. ^rr^nz* n, liá"..r'á.'i" comunicación
La comuniéación ;
-;;';;;ceso
que implica la existencia de dos
dispositivos de oroce.s"r.ri.nto'd.1"
modifica .l .r,to^.rro rril"-á.i
i.rfór-r.idrr. ú"o i;i., dispositivos
construye unes representaciones";.;;:."secuencia, el segundo dispositivo
en el primero' La comunicación -ír"r, " r", q.r.'y" ;a";- almacenadas
semejantes

modificación del enrorno


po, ejemplo, consiste en una
como ".úrti.o d.i oy"rrr. i"^ri.^d, po, .r habrante,
resultado de ra cuar .r
a los del hablante. .oy.r,t. .;;;.Éi;t;g: ffi#r,*ros semejanres
u ..tu¿iá ¿'r-l""..tr"nicación suscita dos cuestiones
::ffi:1il:i"?L1ffi:im.''qué se 'o-""i'"' v'"" '"e'"¿. rü;;;;
1,1
¿Qué se comunica? Significados, información, proposiciones, pense- ütr
mientos, ideas, creencias, actitudes, emociones: éstas son algunas de las #
respuestas que se han propuestor y, muy probablemente, más de una sea l

cierta. Sin duda, lo que comunica una ceremonia religiosa es bastante ct


distinto de lo que comunica un boletín de cotizaciones de bolsa. Incluso h
--ñ
dentro del campo de la comunicación verbal, un poema y un documento H
-ffi
legal parecen comunicar cosas profundamente diferentes. No obstante, en
la sección 17 de este capítulo discutiremos si realmente existe una t
*u
*lffi

respuesta general a este pregunta.


Por el momento, vamos a hablar de manera más bien informal de la rl!
comunicación de pensamientos, supuestos o información. Por pensamientos | "ü¡
entendemos representaciones conceptuales (frente a representaciones sen- h¡
soriales o estados emocionales). Por supuestos entendemos pensamientos
que el individuo considera representaciones del mundo real (frente a CN
invenciones, deseos o representaciones de representaciones). Algunos nr
eutores (p.ej. Dretske 1981) emplean los términos "información" e "infor- dEr
mar,, paia referirse únicamenti a la representación y transmisión de rt
@
hechos; para ellos, toda información es verdadera por definición. Nosotros
utilizaremos estos términos con un sentido más amplio, considerando d
como información no sólo los hechos, sino también los supuestos dudosos dt
o falsos que son presentados como. supuestos objétivos. En la sección 8 G[
definiremos con mayor exactirud qué es la información. En el capítulo 2 @
analizaremos con más dealle la eslructura de los pensamientos y de los rm
supuestos. dd
Más importante aún que la cuestión de qué se comunica es la cuestión trb
de cómo se consigue la comunicación. ¿Cómo puede un estlmulo físico
próilucir la semejanza de pensamientos necesaria, cuando no existe semejanza oom
alguna entre el propio estlmulo y los pensamientos con los que se dirr
corresponde? Una vez más, serla oportuno considerar si existe una tlnica Irrc
respuesta general. ¿Debería existir, puede existir una teorla geneial de la Irot
comunicación? La mayoría de los autores (si es que tienen algún conoci- TIÍX
miento sobre el tema), parecen pensar que es posible, y que así debería t¡II.
ser. c(xr
Vamos a abordar este cuestión partiendo de offa cuestión distinte. C'fim
Está claro que nadie perdería demasiado tiempo en tratar de inventar una e-li
teorla general de la locomoción. El acto de caniinar habría que explicarlo prcf
de acuerdo con un modelo fisiológico, el vuelo de los aviones de acuerdo Par¡
con un modelo de ingeniería. Aunque es cierto que tanto caminar como el T

vuelo de los aviones están sujetos a las mismas leyes físicas, estas leyes son com
demasiado generales como para constituir a su vez una teorla de la vgE
locomoción. Le locomoción, por consiguiente, o bien es demasiado Frt
general, o bien no lo es suficientemente como pere ser objeto de una T1
l2
L"/

teorla integr ada. Merece Ia pena


consid erar si éste no podría ser
el caso de la comunicación.
¡.
también
Parece haber un acuerdo gerelal
sobre er hecho de que podría
debería existir una rcoria;"d;ñ;la v
comunicación. Desde Aristóteles

ffi
ffi
. ffi ruosoros' .tt n"r.t"utu*%"
v¿rruri
1 modelo basrante d-if.r.rrt., q". li"#;;: ";;nl p;ó;:;';;
/ .;;;; ;;i;.d.r.i""rJ..*rjlj,
la produccióy y la
"l .o*'¡.".i#"*:
i"r.qpr.,".iá"?L p*.Urr.
El modelo del código y .t
exisren varias maneras -"a'.ro l]rlLrr"i"l no son incompatibles:
d". .ámbin"rlos. rr" uu"i.."r¿la" po, pragmaristas,
filósofos del lenguaj" y pri.o[*ñt;;; ¿,'r"rrr. rlJ.ilrir", veinte años ha
I' demostrado e"" l
xt*fr
t&
verbal' sin embargo, ,.rel.^ iT:rl"Tffi#l
;;r-ü;.rse que uno de los dos rnoderos
bof j:*:*"1^',:r:::'::_. "" -;;;;rii;ii;d;;,#"nJl er estudio de ra
comunicación en generar., r^
^^virii
una adecuada teorla de la comú"i.".i*
;" t.iü;;r"ffi ;J'r'#;:o;tnJ:
á.ü;^;;rrr*tlr, .l conocido
,Í,irulilT:"t*;,ilfÍ:':.T,?',í:,:.J,T'i:i,"¿TJ:
*.?";,?ifl
Frente a estas posiciones reduccionistas,
nosotros sostenemos que la
co^municación puedi conseguirse
drsrrnros son caminar y.rróhr en^
poi-*.dior;;;;;il; entre sí como
avión.
_É-" **["i;;,""1"
puede conseguirs. .odifi""rrd: -á"r.odifi.*-á" -rn"rir"¡.r,
comunicación
t
produciendo pruebas que. origineá y también
u i.rr.r"rr.i"a."d" ¿ada uno de los
modelos, el del códig9
i
tipo de comunicaJó", "lnr"r*.i"r, *r"rr"lá.J.áT;L'* determinado
¿.,
condición de teorla generar".q;'. ;;.'.levar a ."Jdil" de elros a la
¿. l"'.á-,r;i;;.ió"':;"tiri'irror. Tanto
comunicación codificada como l" ra
a limitaciones de ,^rá.*rr,gr;;r;i;;;
"o-rrri.""i¿i i"r.r""Já sometidas
procesamiento de informació-n, p€ro
acrúan ;
;;;;r'las formas de
"r.¿r,
?r*
para constituir una teorla de la informa.ron.
,r" ¿;J;;generales como
Algunas formas l-ocomoció"..-pg*an la interacción de
* i;;+* ñ mecanismos

ingeni.ri" :;
;LT!1'?,-r:i1:,"ott:'i:'ij:
vez la fisiología la
v T,TI; :,6ro,
incruye
rncruve a ra
Ia

tratar de construir una


ó"
cléscrffi
Gff;.ü
,_offi
?;T'"'
d:i

l3
l r,wrm* tuf^ffiW
\I
I

t
I

s mecanismos y de su interacción, es importante advertir que son intrínse-


camente independientes el uno del otro, y que la comunicación en general
es independiente de ambos.
En las secciones de la 1 a la 3 de este capítulo discutiremos la teorla
ü[f de la codificación, y en las secciones de la 4 a la 7 la teorla inferencial. Lo
que pretendemos al discutir las posiciones de quienes sosrienen la teorla
del código o la teorla inferencial es contrastar dos enfoques conrrapuesros
para poder catalogar toda la gama de elecciones posiblis; no se trata de
hacer justicia a aquell<is que han defendido versionei sutilmente cualificadas
o cautamente imprecisas de una o de otra. En las secciones de la 8 e le 12
de este capítuló y en los capítulos 2y 3, propondremos lo que esperamos
que sea un modelo inferencial mejorado. En cualquier caso, no creemos
que este modelo constituya la base pera una teorla general de la
comunicación. En lugar de eso, en el capítulo 4 mostraremos cómo es
posible combinarlo con un modelo del código para ofrecer una definición
explicativa de la comunicación verbal. cffio
m
ETÑ¡
1. El modelo del código y el enfoque semiótico de la comunicación i-p,
I
Un el sentido en que nosorros vamos a utilizar el término,
cód,igo, en
e_s- un sistema que empereja mensajes con señales, haciendo que dos 'iú
sln
-'
dispositivos de proces¿mienro de información (organismos o máquinas) tnm
puedan comunicarse. un mensaje es una representación interna áe los
Puü
dispositivos de comunicación. I.Jna señal es una modificación del entorno qlE
exterior que puede ser producida por uno de los dispositivos y reconocida
por el otro. lJn código sencillo, como el código Morse, puede estar
d
I
constituido por una sencilla lista de parejas de mensaje y señal,- ll¡r código r-P
más complejo, como puede ser el español, puede esrar consrituido poiin hm
-'-*
sistema de símbolos y de reglas que dan origen a dichas parejas. coq
n alegrama trecuentemente crtado¿, el de Shannon y \ü/eaver (re4e), ser I
que presentamos en la figura 1 con alguna ligera adaptación, muestra otm
cómo puede producirse la comunicación empleando un código. (1%
Este diagrama muestra cómo un mensaje originado por una fuente de Potn
información puede ser reproducido en el lugar de destino como resultado nóct
de un proceso de comunicación. La fuente y el destino podrían ser, por ffi
ejemplo, dos empleados de le sección de telecomunicaciones, el codificador m
y el descodificador podrían ser dos apararos de télex, el canal un cable $úd
eléctrico, el mensaje un texto, es decir, una serie de letras, y las señales afm
una serie de impulsos eléctricos. La fuente teclea el mensaje en el teclado
del codificador. El codificador contiene un código que asocia a cada letra
Pd
néct
una determinada secuencia de impulsos eléctricos. El codificador envía CONü

t4
mensaje señal señal recibida mensaje recibido

destino

ruido

Figura 1

estos impulsos al. descodificador


a t¡1vés der can¿I. EI descodificador
contiene un dupricado der caligo
entreg¿r al destino la serie de letra's i;r :;dñ**:y'ro
v de signos asociadós
.*pr ea para
impulsos eléctricos que ha,..ibi;;: ' con el código de
se consigue codificando un mensaje,
.que no puede
,.ru.n.';;;i::".*ff
"o;!i,.T#"1"T:ón
transmisión (perturbaciott.r^
'*:.*,ln,l"¿*,:í:t*f *;l;t
en er ;; ;;;uesrro
puede destruir o distorsionar "rJ.irü, ejempro)
ra ;.ñ;i'tuti.rrrr"r-"r;
; o..ro",
que los dispositivos.funcionen y siempre
.orr..ir-.1te ros
l .diñ sean iguales en
ambos terminales, el éxito ¿. t"
."-""i*.iá"'"rii
En el siguiente ejemplo, r", ":;ff;..
dirport;t"*;;;;;#"iir,"r,o son ni los
empleados de telecom".ri.".iorr"r;i
i;, apar¿ros d. ¿l;;,' sino las parejas
hombre-máquina que están ." ;;;
complicación resulia, en realidaJ,
,i'o'd. 1", ;;.;;;;'r.
nr." aparenre
.r"ür...¿ot- -¿-irüñi""
M;;:;;;cuál tendría que
ser la esrrucrura inrerna necesaria
.r, ..r"tq.ri.r apto pera la
comunicación codificada. consid.r.;o,
(te6n ha demostrado que ;l ;;d;ñr";;;¿s: von Frisch
ü'.'L;j;' ;ü;":;ilft# en rorma de
Patrones de vuelo (su ..i¿¡2"") 1..
néctar' de forme que orras *. ,rU.r, ,oU..'lf,"brrli.rción del
,^L"jrt]r.d.rr,
información y errcontrar el né,'^i. pia
a su vez, descodificar la
da, c.r.rri" ¿. .'r." capacidad de
comunicación, hav que consid.r.,
ri, 49i", J.ro
"iri" ior"aos
subdispositivos d. pro..r"-iento"
de iirár*""i¿* "á-i '-"-oriade dos
(que
p*.
constituye la ufuentá, en una ;G;;;;.¡i|orr"¡,
u .l en la
pueden almacenarse los planes
ii* ía", h".i. ,r' 1"g., ¿. suministroque
ffi ::lr.::$:ü:::f:1t':fi ::ili'i.,t"".:::inx jtr:,;*trde

15
Parece que también podría proponerse un modelo
similar pare la
comunicación verbal humana, al como se muestra en
la figura 2: I

¡
t
en
I dif
I em
señal acústica I
hip
recibida
Su
cof
de

tfl bre
cotr
lirt
HABLANTE
con
llan
cff
Figlura 2
caci
estr
m:u
En fuente y .l destino son procesos centrales de
la lar
-este caso, efec
pensamignto, el codificador y el dcscodificador son ápacidaaes ["güisii.ar,
el mensa.¡e es un pensamiento y el,canal es el aire, quJ transporta ina señi lós :

acústica..Hay dos supuesros án h base de.st"-piop,r*i.l;ri-";;; sisu


que la¡ lenguas lumanas,.como el. español o el^s*"hili, ,oo ioaigor; l
segundo es que dichos códigos asocian-pensamientos con sonidos.
.i es l,r

forn
_,, ,Atl?r.
de
el diagrama d:
ll*lgf yV."rr., se inspira en la ie"r,ologí"
las telecomunicaciones, la idea básica es bastante *tig.r", y
originalmerite
se propuso como explicación de la comunicación verbal.
sólá doiejemplos:
Atistóteles afinnó que .,los sonidos hablados son símbolos de l¿s
"*o.iirres
de nuestra almar, gu!_1on, a su vez, ..copias de objetos i."i.r" (Aristóteles,
De in.terpretatione: 43). Dicho .r, ,rrr.-rtros téáinos, q"; l;;
enunciados codifican supuesros. Arnauld y Lancelot, ." * "iil,,rri"
i"t"" sa Gramática
de Port-Royal, describíán el lenguaje como

la maravillosa invención que permite componer con 25 ó 30 sonidos


esa
infinita varied¿d de palabrai q9", no tienen una semejanza
- ".roq-,reconstituye"
natural con las operaciones de la menti, ,i" .*b"rio .i ft
medio para desvelar todos sus secreros , y
4" abrir para q,i. no riffi
pueden ver en nuestros corezones la variedad "q".uá,
de ,riertror-p.rrr"rrú"oto. con¡
y nuestros sentimientos acerce de toda clase de temes.
Sü¡
Por consiguiente, las palabras podrían definirse como sonidos definidos
y arriculados que los hombres utilizan como signos para ,",
pensarnientos. (Arnauld y Lancelot, Gramática dn-port-lRoyal:"*prr".
iz).

l6
La idea de que la comunicación se
consigue codificando pensamienros
en torma de sonidos está tan arr.aigade;;
{
difícil considerarla como
i;;ir;i"*"".i¿.".a1 que resulta
I
ttifJi.sis, f ;;-;;"*.r' he.ho. y, sin
""" ¿á l"
embargo, el modelo del cóáigo
,.ru"l
I hipótesis, con méritor ui.-.tr.i;;, "o-;nicación no es sino una
y no ran bien cánocidos defectos.
consis*
*:::r"cipal
comumcar pensamienros, y la ..".i;g ;r .*pli.ru,r* lál'""']".¡"¿os consisuen
hipótesis á9 e_", tor-*áiii.rn es
de explicar cómo lo. .ooríg,r.".-'s., -prirr.ipal una forma
defecto, como discutiremos
tfl o'revemqnte más aderan*,'., quJá.í.rrpriyr*"";;;;rr"
comprensión implica algo más^que insuficiente: ra
la simpl" á.r..¿jiL".ión de una señal
lingüística.
El enfoque semiótico de l¿ comunicación (como
como Io vamos a_llamar lo lamó pierce, y
-r.tiá¿si.o
ry:*r"r;
llamaron saussure y.sus. seguidores),'",
o .rrfq,). (como lo
.rrr" generalización der modero del
cédigo de la comunicación"veiUJ iirñ"¿r
cación' Todorov (rg7r) rir¿" r" ;I*.1 ""*d;i;;'il'o", de comuni-
estudio d:"1" gn sa¡ Agustín, que abordó el
et"*ftica,larógjcl,i"
marco unific¿dor de una t ot' i.
rlt¿¡." y ra heimenéutica dentro der
io; rignor. s..""ri¿rrrba que no sóro
la normal comunicaci¿" r.iu¡-il ilr.pensamienros,
sino también ros
gfectgs poé_ticos de los .rrp"i f" ..-,

*J*tr;¡h:dil#ü';ff :r::*'::.i;:ñ:.:¿i:::üi".,1'#
Desde el punto de üsta semiótico,
la existencia de un código subyacente
es la única explicación posible i.-J;
se consigue ra
'E vv.
comunicación. Así
formulaba esre <axiom"" .t pr¡"Jloio-Vysorrkti-o+v

Que la compresión entre las rnenres es imposible sin


algún tipo de eipresión, ., ,rioio- la mediación de
existencia d"^,"1r**T" d" ,ig"or, ya
t per?la psicología científica, sin ra
sea lingri?rri* J ¿. otra clase, sólo
es posible er tipo de comi¡nic;¿;-
comunicación mediante movimientos
J;";;i;;"* y limitada. La
expresivós, .o-o l" que se observa
principalmente.entre los animaler,
,ro
manifestación de emocion"r..--i"'..-smisión", tanto comunicación cuanto
i*i.""i intencional de
experiencia y pensamientos ¿ otros "
seres requiere ra mediación de un
srsrema, cuyo prototipo es el
habla human, fVii"irLy t'lez,
O,¡.

cade vez que se observa ra comunicación


-.."ri¿era
se postura la existencia de un
::::T: subyacente de. signoq y t.
reconsrruirto. Es famosa ta formut"ri¿"
que la tarea del semiotista
;ff:::::" ¿üürama que hizo
El lenguaje es un sistema de slgngs que €xpresen
conslgurente, puede compararse ideas, y, por
a un srsrema de escrirura,
aI aÍfabero

17
para sordomudos, a ritos simbólicos, a fórmulas de coftesla, ieñales estructunr
militares, etc. Pero es el más importante de todos estos sistemas. generis: el
una ciencia que estud.ie la vida dc ros signos dcntro d.e l¿ sociedad es p.ropiedade
algo concebible... La llamaré semiología (Sauisure 1974: 16).
srn ese suF
sentido.
.. El programa semiótico.-ha sido adoptado con entusiasmo por numerosos
lingüistas, teóricos de la literatura, ps^icólogos, sociólogos y^antropólogos. Sausstrn
La que presenramos a conrinuación is la sanción de ,rttitttiopólogo: o--'
l
que
Daré por..sentado que todasles dimensiones no verbales de la cultura,
neet
como el estilo en el. vestir, el vezedo urbanlstico, la arquitectu.a, los
cort
muebles, la comida, la cocina, la música, los gestos físicos, las actitudes
posrurales, erc., están organizadas en grupos
{ue siguen un determinado Una vez m
modelo, de manera que pueden incorpórar infoniación codificada áe
forma_análoga a los sonidás, hs palabris_y las oraciones de ;
teóricos dc
É;g"; abordar el r
natural. Por consiguiente, doy por sentadó que tiene sentido hablar"de
las regla¡ gramaticales que rigen la forma de- vestir, de la misma forma curso de dic
que_ hablamos de las reglas gramaticeles que rigen los enunciados
del
y llamaron
habla (Leach 1976: tO). embargo, il
en sentido e
La historia reciente de la semiótica ha sido a la vez una historia de pudiera ex¡il
éxito institucional y de quiebra intelectual. por una parre, en la actualidad algo más flu
existen departamentos, insritutos, asociaciones, ;ü;;;;, y revistas de consiguen or
semiótica. Por orra parte, sin embargo, la semiótica "no ha cumplido sus Esre frrc
promesas; en realidaá, sus cimiento, i* sido seriam.na. ,o...r"ios. Con mitos, la lin
esto no pretendemos neg¿r que muchos semiotistas hayan realizado un estos fenóm
trabajo empírico de enorme valor. sin
_embargo, ello nó signific" 1"" .i
predecibles.
ámbito de la semiótica laya resultado proáuctivo,- y ,irr"ho á.rro, determinade
teóricamente sólido; significa simplementé, q,.r. tro ha sido del todo experiencie-
estéril, o que no ha sido aplicado esirictam"rrt.-.r, la prácticat, representacit
'saussure- esperaba.que ..las leyes descubiertas poil" semiología consiguientq
fueran
aplicables a la lingüística, y que éita circunscribieri un área bien jefimitada lejos de le I
dentro de la masa de los hechos antropológicos" (1924: 16). . Lo que debería .garfl
realmente ocurrió fue qye durante los pocbs décenios en que prosperaron produce en I
los.lingüistas estrucruralistas, el progrina semiótico fn. á-.do án serio del código.
y definido_:.on mayg.r detalle..Lingüistas como Hjelmlslev (192g, 1959) y Un semi
Kenneth Pike. (1967) desarrollaron ambicioso, .rq.r.-as tlrminológiéos mejores mod
.
que habían de servir de herramient a para poner en práctic" d'i.ho generativas, l
programa. sin embargo, nunca que asocia n
9e lfegó a descubrir ninguni ley semiótica
significativa, y mucho menos aplicablé a la lingüísti"a. fras r" semánticas d
ir"uri.".ia"
de Syntactic Structures de Noam Chomsky lingüística romó un aplicarse e lt
nuevo.ryTbo y experimentó un desarrollo "n-1957,1a
notablea; p.roii.ho desarrollo como por .it
no le debía nada a la semiótica. A medida que s. f.rJ"onociendo ;;.;i; de forma epn

18
estructura del lenguaje, se hizo cada vez más patente su natur aleza sni
generls:.el supuesto de que todos los sistemas ^de signos deberían
tener
propiedades esrructuralersemejanres se hacía cada ueí"más insostenible. y
srn ese supuesto, en cualquier caso, el programa semiótico no tiene
mucho
sentido.
Saussure hizo una predicción más:

Estudiando los ritos, las costumbres, etc., como si fueran signos, creo
que arr_ojaremos nueva luz sobre los hechos, y pondremos de"refiáve b
necesidad de incluirlos en una ciencia de h sám]iología y de e*plicarlos
con sus leyes (1974:17).

rJne vez más, también en este caso antropólogos como Lévi-strauss o


teóricos de la literatura como Barthes. hiliero"n valientes inrentos por
abordar el simbolismo cultural o artístico en términos semióti;. il;l
curso de dichos intenros, sin duda arrojaron nueva luz sobre los fenómenos
y llamaron la atención sobre muchas regularidades i"r.r.r""*r; - ,i"
embargo, nunca esruvieron cerca de descubiir ningún código suby;.;;;
en sentido esrricro, es decir, un sisrema de p-arejas áe señal
pudiera.explicar cómo.los-miior
; "r;;r;j; q";
l las obras^liteíarias consigúen .o-irri."i
algo.más que su significado üngüístico, y cómo los ritos 1", .or.,rmbres
consiguen comunicar algo en absoluto.
f
Este fracaso resulta instruptivo. Lo que un mejor conocimiento de los
mitos,^la literatura,.los rituales, etc., há demostrádo, .,
que, en general,
estos fenómenos culturales no sirven para rransmitir.mensajá, prJ.ir*-y
predecibles.. Lo. que hacen es concentralr b atención de los oyentes
en una
determinada dirección; ayudan a imponer una cierta esiructura a la
experiencia. Dentro de esos límites, selonsigue cierta semejanza .rrrr. 1",
representaciones de los artistas o celebrantes y las de los oyenres, y, por
consiguiente, cierro
.grado de comunicación. ño obstana., érro .rrá'ri.ry
lejos de la identidad-de representaciones que la ."-""i"".ión codificada
debería .garantizar. No esü claro--que el ^tipo de co-urricación
grgdgcg en estos casos pueda explic-arse en a^bsoluto
d"-;;
-"ái"rra. el modelo
del código.
un semiotista podría replicar lo siguiente: si admitimos que los
mejores modelos de las lenguas humanas que_ poseemos son t"" g..,il¿.i.á,
generativas, y puesto que una gramática gene?ativa no es sirro "uo
.t¿iJá
que.asocia representaciones fonétic¿s de oraciones con representacion"es
semánticas de oraciones, se deduce que el modelo aa .oJij.;il;
aplicarse a la comunicación verbal. También orras formas de comünicición,
c.oTo por ejemplo,las señales en Morse o los semáforos, pueden describirse
de forma apropiada empleando el modelo del código. i"'. to que se refiere

t9
a los ritos, las costumbres y las arres, aunque el enfoque semiótico todavía
no pueda explicarlos adecuadam.ttt., tampo"o ."irt. ningún .rrfoq.r.
alternativo bien desarrollado. por consiguienie, el modelo ¿"1?¿ig. ,ig".
siendo la única explicación disponible dá cómo es posible la comunlic".i]n.
Nosotros vamos a intentar demostrar qne .st" línea de argumentación
no es válida. Es cierto que una lengua es un código qúe empareja
rePresentaciones fonéticas y representaciones semánticasle or".iotrei. Sírt
embargo, existe un vaclo entre la representación semántica de las oraciones
y los pensamientos realmente comunicados por los enunciados. Este vaclo
no se llena con más codificación, sino ittfererrcia. Además, exisre una
"otr
alternativa al modelo del código de la comunicación. La comunicación ha
sido descrita como un p.oceso de reconocimiento inferencial de le
intención del emisor. Vamos a intentar demostrar cómo puede mejorarse
esta descripción y hacer que resulte explicativas

2. Descodificación e inferencia en la comprensión verbal

como. ya hemos dicho, una gramática generativa es un código que


empareja las representaciones fonéticas y lal representaciones ,e-Zrrtiia,
de las oraciones. Puesto- que, generelmenie, un e-nunciado puede percibirse
como la reelización de la-repñsentación fónética d. ;; Jración concrera
(o, e! caso de ambigüedad fonética, de dos oraciones), es razonable
considerar exista una estrecha correspondencia entre las lepresentaciones
-que
fonéticas de las oraciones y los sonidor d.l habla. por el coitrario, dado
que la ryayoría de las oraciones pueden utilizarse pare transmitir un
nrimero infinito de pensamienros áistintos, no puedl considerarse que
exista una correspondencie demasiado estrecha enlre las ,epresentacioies
semánticas de las oraciones y los pensamienros. Al taiar un cuadro
general de la comunicación verbal, por consiguiente, serla una idealización
legíti'la (aunque tal vez los fonetisias no estZn de acuerdo) pasar por alto
las diferencias que existen entre las represenracioner fátrléticas^ de las
oraciones y las realizaciones acristicas de lbs enunciados. Sin embargo, no
.pasar por alto las diferencias entre las represerrt"".iorr..
sería. legítimo
semánticas de las oraciones y los pensamientos que los enuirciados suelen
transmitir.
Es fundamental, en esre punro, establecer la diferencia entre oración y
enunciado. LJn enunciado posee una serie de propied¿des diferenres, rant;
lingüísticas como no lingülsticas. Puede palabra <<zaparo>, o un
"ontJtt.il"
pronombre reflexivo, o un adjetivo trisilábi.o; p.r.á. ,., prorr-,¡rrciado en
un.eutobris, por alguien qug riene un fuerte resfriado y qú se dirige a un
amigo íntimo. Las gramáticis generativas aíslan l"r propied"des p.rám.rrte

20
lingüísticas de los enunciados y describen una esrrucrura
lingüística
común' la oración, compartida pár toda .rrr" ,.ri. á.-.".rrr.i"aor'qrr"
diferencian tan sólo.po.i.tr ptoiiedades ;ii"gürrri..r. po,
,.
definición, la
represenración semántica de- una oración, tal io-o ,e
l"
gramática generariva, no puede dar cuenta de p.opied"d., "t.ibuiría
úna
,ro lirrjtiir.i"",
:?mo.,.p9t.ej9m¡fo, el momentg y el lug_lr de emlisión d.l - .r,.rrr"'i"J;;i;
identidad del hablante, las intenciónes del"hablante, ;;;:-
La representación semántica de una oración ai.rr. q.r. ver con una
especie de núcleo común de significado que subyace , iodá,
lo, .rr.rrr.i"áo,
de esa oración. Sin embargo,listintos errun"iados d. misma oración
pueden diferir en. su interpretación, y, de hecho, .ro "rr"., l" qr; ,.,J1.-
ocurrir. El estudio de la representáción ,e-árriic" de las áraciones
correspondc a la gramitica; el esiudio de la interpretación de los
.rr.rrr"i"dá,
correspondg a lo- que actualmente se conoce .oriro ..pragmáticarr6.
Como ejemplo, consideremos las oraciones (1)_(3): "

(1) Yo vendré mañana.


(2) Pedro es alro.
(3) Lola ha perdido las cartas de su novio.

u-ma. gramática.generaail".lo.plede determinar a- quién se refieren ..yo,,,


"Pedro" y ..lel¿,,, ni qué día indica <mañana>. sólo'puede ofr...i"lgrírr",
indicacioner prry generales. puede gsrablecer, p"i .j;-pl.;
siempre se refiere al hablante, que .peáro, y *íol^a, ,. i"ii"r.r, ;;"..y-
a personas
u otros entes que responden a ese nombre, y que ..mañana' indiia el día
posterior al del enunciado. Esto no es suficient.^p"r" determinar
cuál es el
pensamiento_expresado cuando se emiten o.".^ior., como
(1)-(3). por
ejemplo., si Juan dic,e (1) el día 25 de marzo, r" ot".ió,
eiirlra.á .l
pensamiento de queJuan vendráe|26 de marzo; si Ana dice
(1jel día 30
de
.novrembre, expresará el pensamiento de que Ana vend'rá el l de
diciembre. La gramárica no-.priede decir ,rad" ac.ic" ¿.-l¿-o
áy.rr.", .r,
una ocasión concrera y utilizando información extralingüística, "t j.r.r-irr"
cuál es realmenre el momento de la enunciación, q;id-;;.r t"ui-r.l"
qué Pedro y a qué Lola se refiere el hablante, .,"1, y, por
qué pensamiento está siendo expresado exacramente. Esios "orrrig.rierrte,
arpe"tó, d. ú
plerntetltión implican una inieracción enrre estrucruras riigiiir.i; ;
rntormación extralingüística: sólo las primeras son abordad"as por
la
gramática.
o.tros aspecros de la interpretación de (1)-(3) que la gramática no
especifica son a dónde piensa venir el hablante- á.,
ú1, ¡. .;; q;¿
criterios es alto Pedro (puesto que, por ejemplo, .rrr'.rr"rro"""!rdo
alto no ., .i""
persona alta), y en q,ré sentidó hay q"e irrie.pret". t" p"t"ur"
"-uig""
2t
<cartas>. En todos estos casos, la gramática sólo puede ayudar a determinar
cuáles son las posibilidades de interpretación. La forma en que el oyente
establece una restricción y realiza una elección entre dichas posibilidades
ya es otre cuestión. Una cuestión que los gramáticos pueden ignorar, pero
no asl los pragmatistas: una teorla apropiada de la interpretación de los
enunciados debe darle respuesta.
Los ejemplos (1)-(3) muestran cómo a consecuencia de una indeter-
minación referencid como la de "Pedro",.una ambigtiedad semántica co-
mo la de ..cartas' y una indeterminación semántica como la de "alto", una
sola oración, con una sola representación semántica, puede exPresar una
gama ilimitada de pensamientos. Todavíe hay más factores que aumentan
la distancia entre el significado de la oración y la interpretación
del
enunciado.
Una misma oración, empleada para expresar un mismo pensamiento,
puede utilizarse unas veces para presentar dicho pensamiento como
verdadero, otras veces para preguntarse si es verdadero, otras para pedir al
oyente que lo haga verdadero, etc. Los enunciados no se utilizan sólo para
transmitir pensamientos, sino también para manifestar la actirud o la
relación del hablante frente al pensamiento expresado; en otras palabras,
los enunciados expresan <actitudes proposicionales", realizan ..actos de
habla", o poseen ufuerza ilocutiva".
Consideremos, a modo de ejemplo, las oraciones (4) y (5):

(4) Tienes que irte.


(5) Pepe sí que es un tlo honrado.

La interpretación de (a) será diferente según si el hablante está informando


al oyenté de la decisión de que tiene que irse, está exponiendo una
conjetura y pidiendo al oyente que la niegue o la confirme, o está
expresando que se siente ofendido porque el oyente se va. La interpretación
de (5) será diferente según si el hablente está siendo sincero o irónico,
haciendo una afirmación literal o hablando en sentido figurado. Muy a
menudo, la estructura lingüística del enunciado indica una actitud concreta;
la forma interrogativa, por ejemplo, indica de la manera más natural que
el enunciado es una petición de inform¿ción. No obsunte, tal co-
mo muestran los ejemplos (4)-(5), generalmente al oyente se le deja un
cierto margen de libertad, que deberá completai con iiformación extralin-
güística.
Por otra parte, un enunciado que expresa un pensamiento de forma
explícita puede transmitir otros pensamientos de forma implícita. Mientras

22
que un pensamienro expresado explícihmente debe mantener algún tipo
de correspondencia con la.t pr.rerrl"ción semántica de la oración"emitiá",
los pen-s.amientos transmitidós de forma implícita no están sujetos .rrá
limitación. Consideremos los enunciados (6)'y (7): "

(6) ¿Sabes qué hora es?


(4El café me quita el sueño.

El hablante de (6), a la vezque pregunta expllcitamenrc al oyente si sabe


q*é.hora es podrla estar sugiiienáo implícitainente que es hoia de irse. El
-aserción
hablante ¿r.(0, mientr¿s realiza una explícita sobre los efectos
del café podría estar rechazando o previendo el o?recimiento de una teze,
de café (o, en orras circunstancias, slficitando o aceptando i-pti.i."-r"i.
dicho ofrecimiento).
Los. ejemplos (1)-(? ilustran una serie de casos en que la representación .

semántica de la oración emitida puede resultar insuficiente a^ la hora de


ofrecer_una interpretación compleia de un enunciado dentro del contexto.
Co.yo hemos visto, los defensóres de la teoría del códieo deben mosrr¿r
cuál es el código que hace posible la comunicación "verbal. Ante un
examen más profundo, la afirmáción de que las lenguas humanas (tal como
las describen las gramáticas gu9 emparej.r, ,.pr""r.rrtaciones rñii.i, y
representaciones semánricas de las ,oraciones) ion códigos del tipo más
adecuado. no "rrrpor.
.queda corroborada. Sin embargo, ello no el^fin Jei
del código de la comunicación verbal. Aún podría sosrenerse que
Tod..l:
el código en cuestión.es más com_plejo que una gt"rriá.i.",." l"g"iJ.;;,
una gramática, sencillamente podiía uáa gramática como parte
constituyente. "ottterre,
Para justificar el modelo del código de la comunicación verbal, habría
que demostrq que la interpretación de los enunciados dentro del cántexto
s9 e9ed9
!|plicar añadiendo un nivel pragmático adicional de descodificación
al ¡ivel lingüístico que proporcio¡ia ia gramática. En muchos de los
últimos trabajos sobré- pragmZtica se ha dido por sentado, en la
de los,casos sin-ponerlo en dud", que puede hlacerse. Le pragmá.id -.yJi
analogía con la fonología, la sintaxis y la semántica, ha sido tiatad" érrro
;;;
un mecanismo mental semejante a un código, subyacente respecto a un
determinado nivel de.capacidad üngüístic". sá de forma gleneralizada
que existen ¡egl1s de interpretación pragmática "ceptaexacrementJ
ig""t q".
existen reglas de interpretación semántica,-y que dichas reglas coñstitrrye'
un sistema que sirve de complemenro a lo que iradicionalmát. .rrt.rrd.áo,
como gramática.
sin duda, existen fenómenos pragmáticos que conducen por sl mismos

23
serie de
a este tipo de planteamiento. Por ejemplo, un mecanismo pragmático lo menr
podría contener reglas de interpretación como (8) y (9): parte dt
asociadr
(8) Sustituir por <yo> una referencia al habl¿nte. nO SOII
(9) Sustituir por "mañana) una referencia al día posterior al del enunciado.
I

el mens:
Para
Imaginemos a un oyente equipado con dichas reglas, y capaz de reconocer
ProcesCI
que el hablante de (1) es Ana y que la fecha del enunciado es el 3o de
noviembre. Automáticamente podría interpretar que el enunciado (1) (13) (a)
tr¿nsmite el pensamiento de (10):
(b)
(14) [*t
(1) Yo vendré mañana.
(15) Ma
(10) Ana vendrá el 1 de diciembre.

Sin embargo, la mayo ríe de los factores que concurren en la interpre- Q.r. Ma
de (13) ,

ución de los enunciados no pueden manejarse t¿n fácilmente. puede d


Consideremos (11) y (12\t
partiend
une señ:
(11) Él tenía una mancha de huevo en la corbata.
porque l
(12) Eso es rnuy interesante.
(d. lo
transfon
De la gramitica española se deduiiría probablemente que el referente de
Le ic
que ser masculino, y que el referente de ..eso' tiene que ser no-
"é1" tiene gran Pañ
humano. Sin embargo, (11) y (12) se diferencian de (1) en gue prácticamente
(16)-(18)
en todas las ocasiones en que se emitan dichos enunciados habri más de
un referente que satisfaga esas condiciones. En estos casos, es evidente que (16) Joo,
la asignación de referentes reales debe implicar algo mucho más complicado
que las reglas (8) y (g). 0n Jonr
(18) Joor
Para justificar el modelo del código de la comunicación verbal habría
que demostrar que todos los casos de asignación de referente pueden La oraci
resolverse mediante reglas que combinan automáticamente propiedades del
significed
contexto con propied¿des semánticas del enunci¿do. Además, habría que norrnales
demostrar que también la desambiguación, la recuperación de las actitudes generdm
proposicionales, las interpretaciones figurativas y el significado implícito | .t
eleccr(NL
pueden tratarse en términos similares. Nunca se ha ofrecido nada que se
saben fll
acerque a tal demostración.
parecido
Siempre dando por sentado que el modelo del código proporciona el querido t
marco para una teoría general de la comunicación, y por consiguiente para inteqpreti
una teorla de la comunicación verbal, la mayoría de los pragmatistas han requerida
descrito la comprensión como un proceso inferencial. Los procesos Por e.
inferenciales se diferencian bastante de los procesos de descodificación. Un
que *Jon
proceso inferencial parte de un conjunto de premisas y desemboca en une

24
serie de conclusiones que derivan de form¿
lógica de las
lo menos, estánlaranrt"d", po, l"i--ir-r, . LJ n.
parte de una señal y desembóca en la recuperrciá"
yrocgs, i:.t::;:r;¿:;;
asociado a la señal por un código subyacenie.
d;;; mensaje que es
E'
no son asociadas a sus. premisas por un código, y
gerrer"i, 1", .orr.l.rsiones
el mensaje que transmit-en.
ü;;;;.s no garantizan
Para ilustrar las diferencias entre los procesos
procesos inferenciales, consideremos (1 3)_(1i):
de codificación y los

(t¡) (.") o María ha llegado pronto, o Roberto ha


llegado tarde.
(b) Roberto n,r.t." ll.ga tarde.
(\ lmanai;eyadoprontol. -
(75) María ha llegado prónto.

pronro, es decir (15), puede inferirse


de (13) o bien tg"d"
9TY":t?.,1i '(ti),-pero de las premisas
puede descodificarse de no al contrarioi 1rs¡
puede descodificarse de (13) ni inferirse'd.'i14),
ñ. * p*¿" descodificar ".
partiendo de (13) porque no existe un código'qu.-iJ*:.iri;;.
una señal v (15) como su mensaje Gt;;;
N=o;;;"1;i;ri;;-á.-ii;
-ef;;;r";.
porque las señales no garuntizll
bo,"ro.i"do]
(d. t" contrario, .,rJq,ri", displarate,
sí mismas que codifican
con ,ób ;;;;;nciarlo, podría
transformarse en un- supuesto grrintir^áol.--- r^v¡¡s
La idea. d¡ oue la interprelación de lós enunci¿dos
sea un proceso en
qren perre inferencid se ajust¡ bien a la experienci" ;;;";r;.
consideremos
(16)-(18), por ejemplo:

(16) Jones ha comprado el Times.


(17) Jones ha comprado un ejemplar del Times.
(18) Jones ha comprado la editorial que publica
el Times.
La oración ambigua-, y puede enrenderse que úansmite
Jt!)-es
ugn'lrcado de (17) como.el de (1g). Los oyentes normales
tanto el
en circunstancias
normales no trenen.probremas para elegir uno de
estos dos significados,
generalmente sin nj á"rr.
elección. si se señala liquiera
..r".rrta de d; il'realizado una
seben
la-ambigüedad y r" t", pitH;l";jü;."".ói',i
interpretación .r l" .o.r..rr, g"rrlrrh.-nte -"orrt.rt"r,
.qué
parecido a una argumentación lógica t*rr..dá,
.r uul""i. ii."" q""-rr"ú?,
"lgo
querido transmitir esta inrerpretiia¡t y no esa offa porque
interpretación verdadera, o r" útti"" que propoi.iorr'"
ésta l" J"i""
",
ra información
requerida, o la única que tiene sentido.
Po-r ejemplo' un oygnte- a quien re preguntaran
por qué ha entendido
que ..Jones ha comprado el Times" ,igrrifiJ" qu.
"¡árr.rlr- .o_pr"do un

25
ejemplar del Tirnes" y no que ..Jones ha comprado la editorial que publica
el Times", probablemettt. tespótrderla: ..pori.re l" otra interpr.r""iór, ,ro
puede_ ser cierra", o ^.o-pr",
_ "porque la cuestión e?a si yo iba ,rn
ejemplar del Times". supuesro que yace rras estas "
ergumeniaciones
F,l-
truncadas
.el .Qge los hablantes esta-ble"án ciertas ,ro.-"rrd. veracidad,
informatividad, inteligibilidad, erc., y que intentan comunicar únicamenté
información que. r€sponda a esa serie de normas. Dado que los hablantes
observan sistemáticamente las normas y que los oyentes iistemáticamente
esp€ran de ellos que así lo hagan, es'pásible descarta. irrf.ren"i"l-.rri.
toda una serie de interpretaciones lingülsticamente posibles de cualquier
enunciado concrero, y en consecuencia la tarea de la iomunicación y áe h
comprensión se. hace más fácil. A este mismo tipo de argumentáciones
truncadas, basadas en normas implícitas, apelan loi oyentes-para justificar
su interpreqagipn_ de las expresiones referenciales, de lá tuerzi ilocutiva, de
las figuras del habla y del significado implícito.
Los modernos pragmatistas, inspirados por la obra de Gricez, han
intentado describir de forma más eiplícita eitas normas implícitas de la
comunicación verbal, y demostrar cémo se utilizan en la iomprensión.
Los procesos mentales que intervienen no han sido descritos coi detalle,
pero todos están de acuerdo en que se rrata de procesos infirenciales.
como ya hemos dicho, los procesos inferencial.r rc dif.r.ncian basante
de los procesos_ de descodificación. ¿Quiere eso decir que los pragmatistas
que defienden el modelo del código y, no obstante, descfrben la ioriprensión
en términos inferenciales, están siendo incoherentes? No ,r...r.rü-.rrt",
un proceso inferencial puede utilizerse como parte de un proceso de
descodificación.
. - vamos a emplear un ejemplo artificial para demosrrar cómo la
inferencia puede actuar también co-o descodificación. Imaginemos,a dos
personas que saben (sin que nadie más de los que están a sir alrededor lo
sepa) gu9 la ¿firmación de (19) es cierra, q.re qul.rett hacer saber el uno al
otro si la afirmación de (20) es cierta o no, y que no quieren que los
-
demás presentes se beneficien de la informacióni

(19) Paco está en Marbella.


(20) El hablante va a marcharse de.la fiesta.

Pueden utilizar la regla. inferencial genérica (21) como si fuera una regla de
descodificación, considerar los enunciados' (áz) y (23) como si fi¡eran
señales,. y transmitir asl, empleando estas señiet, ior'*ensajes (z+)
respectivamente:
v (zi

26
(21) Premisa.s; Si p, entonces
e
P
Conclusión: e
(22) si Paco está en Marbelra, me marcharé de la
fiesta.
(23) si Paco está en Marbell", ,ro marcharé á" i"-ii.r."
(24) El -.
hablante se marchará de la fiesta.
(25) El hablante no se marchará de la fiesta.

En este ejemplo tenemos un proceso inferencial que


funciona simultánea-
mente como proceso de descodificeción. Sin emÉarg
posible deben cumplirse varias condiciones:
o, pere que esto sea
en primá i.r!"r, el hablante y
el ovente tienen que c,oqrpfttit l".pt.Áir, árír"tig¡,
deben compartir la regla úf"t;rá?);
lx ,.g.rrrao rugar,
y por,il.ilá: á.u.r, emplear esa
pr¡misa.l esa regla eicluyendo ffii*-.¿.i.]
inferencia de que dispongan. De lo """tq"i;;.;.? J"
coirtrario, h á.r.áJifl.".iór, "-r.gr"
de la señal
no serla correcta.
La cuestión es si realmente hablanrcs y oyentes
suelen conseguir en la
comunicación verb-d, corrienre r¡,parahíi."i"
reglas inferenciales..Si no fuera asr, lás procesos
,i-ii"r-á'i pr"-iras y de
inferenciJ., q.r. participan
en la comunicación verbar. ,,o 'podr?ar, ;Jfi*;;;;.
procesos de
descodificación. po
h";;;i;;;;;*;1'::til:::'"',,t"'¿*'.tlÍi'o'Jft:t:#tr..iÍlí?.0i
oyente llegan a rener no sólo un lenguaj. .orrr.i',
conjunto de premisas comunes hr
,irro t"_bién un
idénticas reglas inferenciales.
!rá 'r..vE¡¡ flil;';;;ü
" sv
"pri.*-'d.
En el c¿so del lenguaje la demostración es bastante
evidencia indica o,te ha6hntes con hltori",
sencilla. La
lingüísticas compleamenre
.p.teder, *"#J:;;JJ
diferentes
ir"-áti.", muy perecidas. Hay un
ej.-plo:.,q,r: podrían se.uir'p"ra il.rr.r", ,ri
ilnlíl_de concrero de
ra esf,rucrura rmgüÍs_rrca, (nonglmos' por "Ip.... de relativo),
ejemplo, ra oración
de forma que no tiene demasiáda import"*i"
son escuchados por el hablante .r, i., niñez. i"i;;";;;;, d. h [igí"
partir de un Dunro determinado, la esrru"r,rr"
t"-bié" ;á chro que, a
á.1- brri.rrj. se tiene
básicamente doininada, d" fo-Á"[r. .j .rr.orr.r"rse
con nuevos enunciados
la gramática de un h¿blante iifi.il;;;;;;r;;;ffi;
"¿"lto cambio.
Auperle-en la bibliografía.pragmática
.las reglas no se h. tr"t"'.ro la cuestión de
inferenciales, se"puedÉ q". ¿.rrooil. á. u, capacidades
inferenciales se Darece, erivarios"fír-"r t "tl.u"rra.r,;l ülas capacidades
lingüísticas.. Es decir, .;dúi.-fficiór,
"rp..roq áJ illlüt' de inferencia
sentará las bases p¿ra su adópción.^De esa
form", dif.r.'ñ.s experiencias
con los procesos inferencialls. podrían. convergir, ,ir,
mismo sisrema lógico. un problemr
.-b".go, en un
-nr-tr"*";'.il'.!,r. to, sisremas

27
(21) Premisas: Si P, entonces a
P
Conclusión: a
(22) Si Paco esú en Marbella, me march aré de la fiesta.
(23) Si Paco esrá en Marbella, ro me march aré de la fiesra.
(24) El hablanre se marcherá de la fiesta.
(25) El hablante no se marchará de la fiesta.

En este ejemplo renemos proceso inferencial que funciona simultánea-


'n
mellg cgTo proceso de descodificación. sin em6argo, pere que esro sea
posible deben cumplirse varias condiciones: en primá iri"t, .i t y
e-l.oyente tienen "ui""r"
c.orr.rplrtir la_premisa táciia (19); J" s.gurrdo i"gr;,
-que
deben compartir la regla. inferencial- (21); y por últimá, d.b"rr".-pl."rir"
premisa. y esa regla excluyendo cualquier ótra premisa tácita o ^regla de
inferencia de que dispongan. De lo coirtrario, h áescodificación de la'señal
no serla correcta.
La cuestión es si realmente hablantes y oyentes suelen conseguir en la
comunicación verbal. corrienre un-paralelismo similat de premi"sas y de
reglas inferenciales. si no fuera asl, lós-procesos inferenciales-que parcióipan
en la comunicación verbal no podrían calificarse como -p.ócesos'de
descodificación. Por.consiguiente)p r7 defender el modelo ai J.
la comunicación verbal .r-tt...r"rilo demosrrar de qué forma h"bi"L; "aJigo
oyente llegan a tener no sólo un lenguaje comú-'n, sino también un
991iu¡to de- premisas comunes a las quá apfican de forma paralela
idénticas reglas inferenciales.
En el caso del lenguaje la demostración es bashnre sencilla. Le
evidencia indica que hablanres con historias lingüísticas .o-pl.t"-.*.
diferentes pueden acabar.teniendo gramáticas m,ry p"recidas^. Hay un
sinfíp de ejem.plos que podrían servir-para ilusrrar ,rí concrero de
"irp..ro de relativo),
la estructura lingüística. (¡rongamos, por ejemplo, la oración
de forma gug no tiene. demasiáda importarrci¿ qué errunciados de l^ l;":w;
son.escuchados por el hablante ett s,r niñez. También está claro q,r.',
p1Tit de un punto determinado, la estructura del lenguaje ,.'iürr."
básicamente dominada, de forma que al encontrarse ,r.r.rno, enunciados
la gramática de un hablante adultó difícilmente sufrirá "or,algún cambio.
. Aunque -en la bibliografía pragmática no se ha tramáo h cuestión de
las reglas inferenciales, se puedi afirmar que el desarrollo de l¿s ."p".1á"a.,
le pTTe, en varios
inferenciales relevanres, al de las caiacidades
lingüísticas. Es decir, cualquier"sp..toi
aplicación de .rna regla' de inferencia
sentará las b¿ses para su adopción.-De esa forma, diferátes experiencias
co¡ los procesos infere_ncialés. podrían convergir, sin embarg;, ;;
mismo sistema lógico. un problima más gravels-el de que lo"s rist.*", ";

27
lógicos, tal como los lógicos los describen, permiten derivar de las mismas
premisas un ntimero infinito de conclusiones diferentes. Pero, entonces,
¿cómo puede el oyente inferir exactamenre les conclusiones que el
h¿blante quiere que infiera? Propondremos una solución a esre problema
en los próximos capítulos.
En cualquier caso, como veremos en la próxima sección, la afirmación
de que hablante y oyente pueden limitarse, y de hecho se limitan, a un
conjunto de premisas comunes, resulta mucho más difícil de sostener.

3. La hipótesis del conocimiento mutuo

lrC El conjunto de premisas que se emplean para interpretar un enunciado


v7
\¿v' (aparte de la premisa de que el enunciado en cuestión ha sido emitido)
constituye lo que generalmente se conoce como contexto. Lrn contexto es
una construcción psicológica, un subconjunto de los supuesros que el
oyente tiene sobre el mundo. Son estos supuestós, desde luego, más que
el verdadero estado del mundo, los que afectan a la interpretación de un
enunciado. En este sentido, un contexto no se limita a la información
sobre el entorno físico inmediato o a los enunciados inmediatamente
precedentes: expectativas respecto al futuro, hipótesis científicas o creencias
religiosas, recuerdos anecdóticos, supuestos culturales de carácter general,
creencias sobre el estado ment¿l del hablante, son todos elementos que
pueden desempeñar alguna función en la interpretación.
Mientras que está claro que los miembros de una misma comunidad
lingüísdca convergen en una misma lengua, y es probable que converjan en
las mismas capacidades inferenciales, no se puede decir lo mismo de sus
supuestos sobre el mundo real. Es cierto que todos los humanos se ven
limitados, en el desarrollo de su represenración del mundo, por las
capacidades cognitivas propias de la especie, y que todos los miembros de
un mismo grupo cultural comparten un cierto número de experiencias,
enseñanzas y opiniones. Sin embargo, por detrás de este marco común, los
individuos tienden a ser altamente idiosincrásicos. Las diferencias en la
historia personal conducen necesariemente a diferencias en la información
que ha sido memorizada. Además, se ha demos*ado repeddamente que
dos personas que presencian el mismo suceso, incluso si se trata de un
suceso saliente y altamente memorable como, por ejemplo, un accidente
de tráfico, pueden construir representaciones radicalmente distintas del
mismo, disctepando no sólo en la interpretación, sino también en la forma
de recordar los hechos materiales básicos8. Mientras que las gramáticas
neutralizan las diferencias entre experiencias distintas, el conocimiento y
la memoria imponen diferencias incluso a las experiencias comunes.
Las gramáticas y las capacidades inferenciales se estabilizan después de

28
un período de aprendizaje, y se mantienen sin cambios entre un enunciado
o inferencia y el enunciado o inferencia siguientes. por el contrario, cada
experiencia nueva se añade a la gama de contextos potenciales. Esto es asl,
de forma decisiva, en la inrerpretación de enunciados, dado que .i
contexto se utiliza para inteqpretar un enunciado concreto generalhente
-que
contiene información derivada de enunciados inmediatamente -precederrtes.
cada nuevo enunciado, aún reposando sobre la misma gramática y las
mismas capacidades inferenciales que los enunciados preceáehtes, requiere
un contexto completamente distinto. Uno de los problemas centrales de
la teorla pragmática consiste en describir de qué forma consigue enconrr¿r
el oyente-, para -cada enunciado concreto, un contexto q* le permite
comprenderlo adecuadamente.
- un lablante que quiera que un enunciado sea interpretado de una
forma determinada también tiéne que esperer, que el oy.trl" sea capaz de
proporcionar un conrexto que permita recuperar dicha interpretación. Un
emparejamiento erróneo enrre el contexro previsto por el hablante'y el
contexto empleado por el oyenre puede dar lugar a un malentendido.
Supong¿mos, por ejemplo, que el h¿blante de (z) no quiera rener sueño,
y por lo tanto quiera aceprar el ofrecimiento de cafZ de su anfitrión,
mientras que éste supone que el hablante no quiere quedarse desvelado, y
por consiguiente interpreta (7) como un rechazo:

(4 El café me quita el sueño.


Evidentemente, esta diferencia entre el contexto real y el contexto
previsto producirá un melenrendido. Desde luego, estos malentendidos
ocurren. No es posible atribuirlos a ruidos en el canal acústico. La
cuestión estriba en si se producen debido a que, en ocasiones, los
mecanismos de la comunicación verbal se aplican di forma incorrecra, o a
que estos mecanismos pueden, en el mejor de los casos, posibilitar el éxito
de la comunicación, p€ro no garentizerlo. Nosotros .rr-,iror a proceder de
acuerdo con la segunda alternativa. La mryoría de los pr"g-"iirtas opran
po-{ 11 primqra: intenten describir un mecanismo áe seguridad -que,
aplicado correctamenre y no distorsionado por ningún ruidol garantizirla
el éxito de la comunicación.
La única forma de cerciorarse de que no puedan producirse malenten-
didos como el que hemos descrito arriba consistirí¿ .r de que
"r"g.rr"rse
el contexto empleado_ por el oyenre siempre fuera idéntico il previsto f,or
el habl¿nte; ¿cómo hacerlo? Puesro qué dos personas esd; seguras de
compartir por lo menos algunos supuestos sobre el mundo, áeberían
utilizar sólo esos supuesros compartidos. Esta respuesta, sin embargo, es
incompleta, ya que surge inmediatamente una nueve pregunra:
¿cómá van

29
a distinguir el hablante y el oyente los supuestos que comparren de los
que no? Para ello necesitan establecer supuestos de segundo orden sobre
cuáles son los supuestos de primer orden que comparten; claro que, luego,
más les vale asegurarse de que comparten esos supuestos de segundo
orden, lo que requiere unos supuestos de tercer orden. Algunos pragmatistas
se detienen en este punto (p. ej. Bach y Harnish 1979), y no conceden
ninguna importancia prácrica al hecho de que, en principio, como han
señalado otros (SchifÍer 1972; Clark y Marshall 1981), el mismo problema
vuelva a presentarse para los supuestos de tercer orden, que reclaman
supuestos de cuarto orden, y así hasta el infinito.
Consideremos un ejemplo relevante dentro de la literatura dedicada a
la asignación de referentes:

El miércoles por la mañana, Ana y Luis leen la edición matinal del


periódico y comenten que dice que esa noche ponen en el cine Roxy Un
díd en las cdrreras. Cuendo sale la última edición, Luis lee la'cartelera y
nota que han corregido la peücula, cambiándola por Me siento rejuvenecer,
y hace un círculo con su bolígrafo rojo. Más mrde, Ana coge la últime
edición, nota el cambio y ve el círculo de T,uis. Tembién se da cuenta de
que Luis no puede ¡aber que ella ha visto la última edición. Más tarde,
ese mismo día, Ana ve'a Luis y le pregunta: u¿Has visto la película que
ponen esta noche en el Roxy?" (Clark y Marshall 1981:13).

La cuestión es a qué película debería suponer Luis que se está


refiriendo Ana. Como señalan Clark y Marshall, aunque ambos, Ana y
Luis, saben que la película que ponen en el Roxy es Me siento rejuaenecer,
y Ana sabe que Luis lo sabe, ese nivel de conocimiento compartido no es
suficiente paru garantizer el éxito de la comunicación. Luis podría pensar
que aunque él sabe que en realidad la película que están echando es Me
siento rejuaenecer, Ana todavía podría creer que es (Jn día en las carreras
y estar refiriéndose a ésta. O podría decidir que ella debe haber visto la
corrección marcada, y debe haberse dado cuenta de que él sabe que la
película es Me siento rejuvenecer, y se está refiriendo a ella. O, Él vez,
podría penser que aunque ella debe haber visto la corrección, se dará
cuenta de que él no puede saber que la ha visto, así que en realidad se
estará refiriendo a Un día en las crtrrercts. O t¿l vez ella haya visto la
corrección y se espere que él se dé cuenta de que la ha visto, pero no está
segura de que él vaya a darse cuenta de que ella se ha dado cuente de que
él se ha dado cuenta de que la ha visto; y así hasta el infinito.
Clark y Marshall concluyen que la única manera de garantizar el éxito
de la comunicación es que Ana no sólo sepa cuál es en realidad la película
que ponen en el Roxy, sino que sepa que Luis sabe cuál es, y que Luis
sepa que ella sabe cuál es, y que él sepa que ella sabe que él sabe cuál es,

30
y así indefinidamente. De. igual forma, Luis no sólo
debe saber cuál es en
realidad.la película que echá en el Roxy, r"u., q".
-sino ana sabe cuál es,
y gy. ella sabe que élsabe cuál es,
Lqu; .tt" r"u" q"JZiou. q".iilrl;;
,,1111_::^_1í regresivo
_lndefinidamente.
Esie tipo ¿" d. t¡o
rlrmrtadamente "o"o.iii.r,io
fue identificado- p-or primere vez por Leiis
(1969) como conocirniento cornrtn, y por schiifer
lilzz¡ i" o conocirnimto
mutuoe. La cuestión es-.que si e[ oyente tiene qí. .ra",
recuperar la interpretación- correcta, Ls decir, .q"'eit"
-qrr. seguro de
,r.7 .r, i"
intención del hablante, los elemen.o, á" h inforáaci3r, lorrr.*.ual
utilizada
para interprerar el enunciado no sóro deben ser conocid.;;;;;
h;tñ;;
I p9r el oyente, sino que deben ser muruamente conocidos.
Dentro del marco del modelo del código, el conocimienro muruo
es
una necesidad. Si la única forma d. co*,irrícar un mensaje
.orrrirt. *
codificarlo y.descodificarlo, y si la.inferencia dere-pe;;;iil""
función en
la comunicación verbal, .rrtorr.., el conrexro d.";r;á;i*h
r. .;ñ;;;á;
un enunciado debe limitarse esrrictamenre al conocimienio
conrrario, la inferencia no podría funcionar como un aspecto -.rt.roj d" lo
efectivo de
la descodificación. sin emb-argo, como tr"" ,.nJ"¿. priiii""-ente
todos
los que han tocado el tema, ás difícil im"girrai l" fá,l,;-d. i;;.;:ü;;
el.requisito de un conocimienro muruo .n ,i"_.*p[";;ió" pri".i¿si"r-;i.
adecuada de.la producción.y la comprensión de *"""i.á"'r.
esta hipótesis se verá ineviiablemenle forzado [ág;;i-l-" euiJn "dopt.
.orr.l,rrión de
"
que cuando los seres humanos intentan comunicarse"aspiran
;;
realidad, nunca consiguen. " "lgo il;,
si el conocimiento mutuo es necesario para la comunicación, la
Pregunta que surge inmediatamente es cómó puede determinarse su
il]rTTii; tpe qué forma, exacramente,.distingueri .i rr"¡l""te y el .y.".;
ros conocrmrentos meramente compartidos de los conocimientós
,rerá"d._
ramgnte mutuos? En principio, para poder establecer esta
distinción
tendrían que realizar ina serie lnfinii" de i.;;;;
evidente, es imposible en el lapso de tiempo q". "";;;;ú;.iorres,
,á ,"iál en producir v
entender un enunciado. por consiguiente, incluso r¡ ;"ir"io"-l¡ríi"r*l
mutuamente conocido, no. hay garantlas de que vayan a conseguirlo.
ú
pragmatistas han aiepg.a{o ;ii;"ndo que el
-^-Y::I"t. mutuo no es una realidad,est"'co'clltió;,
conocrmrento sino n un ideal que las persoias se
afanan por
.conseguir porque.... quieren evitar los
que sea posible" (clark y Marshall lggl:2-7). Ahora-"leii;Jid;;;i"-p;;
bien, aunque es cieito
gy: veces les personas exrremen los esfuerzos para .rni", lds malerrterr-
" dichos esfuerzos constituyen la
didos,- excepci3n, ,o i" ,.g1". il ú,
procedirnientos legales, por ejempio, se hace irrr.rrro á-"nr" serio de
determinar "" las partes interesadas:
el conocimiento mutuo entre todas
todas las leyes y los precedenres se hacen públicos, ;.;;;i;;r"r;;il l,,

3t
pruebas legítimas, y sólo la's pruebas legítimas pueden ser tomadas en
consideración, de forme que existe realmente una parcela restringida de
conocimiento mutuo a la que todes las partes pueden recurrir y a cuyos
Iímites deben ceñirse. No hay pruebas de que tales preocupaciones existan
en la conversación normal, por muy seria o muy formal que sea. Se corren
toda clase de riesgos, y se establecen toda clase de buPuestos y conjeturas.
No hay indicios de que se realice ningún esfuerzo por asegurar el
conocimiento mutuo.
Se han invertido muchas energlas en intentar desarrollar una aproxima-
ción al requisito del conocimiento mutuo que pueda defenderse empírica-
mente. Se ha afirmado que, en determinades circunstancias, está justificado
que hablante y oyente den por supuesto que existe un conocimiento
mutuo cu*do no sea posible determinar su existencia de forma
"un
concluyente. Por ejemplo, si dos persones pueden verse la una e la otra
mientras miran una misma cosa, está justificado que den por stntado que
tienen un conocimiento mutuo de esa cosa. Si un determinado hecho es
conocido por todos los miembros de una comunidad, dos Personas que
crean reconocerse reclprocamente como miembros de dicha comunidad
tendrán motivos pera suponer que existe un conocimiento mutuo de ese
hecho. A pesar de todo, en ninguno de estos casos existe certez^ alguna
de que haya un conocimiento mutuo. Distintas Personas pueden mirar un
mismo objeto I, sin.embargo, identificarlo de forma diferente; pueden
atribuir diferentes interpretaciones a una información que hayan recibido
conjuntamente; o pueden no percibir los hechos. En todos estos casos, el
individuo se equivócaría al dx por supuesto el conocimiento mutuo.
En este punto se produce una paradoja. Puesto que el supuesto del
conocimiento mutuo siempre puede ser erróneo, la hipótesis del conoci-
miento mutuo no fuede proporcionar las garantías que constituyen el fin
para que fue formulad¿. Si Luis se puede estar equivocando cuando
i.rpone que Ana y él tienen un conocimiento mutuo del hecho de que la
película q,re pottett en el Roxy es Me siento rejuaenecer, no puede esta.r
seguro de haber comprendido correctamente a qué película se está
refiriendo Ana. El concienzudo pero vano esfuerzo de Luis por determinar
el conocimiento mutuo no le protege, en realidad, del riesgo de caer en un
malentendido. Así que, ¿por qué tomarse tantas molestias?
Aún hay otra paradoja en la idea de que oyente y hablante pue-
dan llegar a suponer con razón, aunque sin certeze absoluta, que tienen
un conocimiento mutuo sobre un hecho determinado. La misma defini-
ción de conocimiento mutuo implica que las personas que comparten
un conocimiento mutuo saben que es así. Si uno no sabe qrrc dispone
de un conocimiento mutuo (de algún hecho, con alguna persona), enton-
ces es que no lo tiene. El conocimiento mutuo tiene que ser seguro, de

32
lo contrario no existe- y dado que nunca puede ser seguro, nunca
existe.
Aparentem"rri,. la
.postura de rectificación de quienes defienden la
teorla del código debería ser la de reemprazar.i r.q"iil" del
muruo por el de supuesros *.r..ror^ 'd. .rrá.á, -fr.u"uirrr;ü-É;;;conocimiento
Propuesta' aunque más realista,.plantea un problem"'olrnio.
cuanto más alto sea el orden de los ,,rp.r"rroi Er.g.rr.r"L
de un .rqrr"-" de este tipo
probabilidades hav.de que r."" u.¿"á.;;r.
T:::: cierta que la película
crencra
iü¡; que Luis sepa a
que echan est" noche ,, Mr- riírro ,;j;;;;;
p€ro,. a faha de pruibas .orriirr..rrtes,.
no d"b";¡" ;;;irr. .* seguro de
que Ana dé por supuesto que él lo sáb.,
r;;-h";;;;s de que ella dé
Ilor supuesto que él_ supone que,ella úqg.".. q". Zi ú ;ü;,;;
sucesivamente. El pir--" iup.t.rü ¿"
*"*"ii¿"á, ¿;; ; er de orden más
dto, es el que rcndrla el nivel.de proU"Uitia"J
cabe pregunrarse cómo el hecho á. ,.rtrirrgi, ü: ñ.;;;llii,!lil,i::
.l .orri'.*tJ
mutuos podría asegurar la identidad o qirasi-identidaá " lo, supuesros
requeridas por-el modelo del código.
d. É;;ñ;;
Otro problema que plantea iá hipóteris del conocimiento
que, si bien define una-clase d. .oit.*t mutuo es
os potenciares utirizebres en la
interpretación de enunciados, ;; Í;.
contexro pd"'d. ;á;; se sele"ciona un
concreto ni de la función del conte*.o .r, .t ;;
compresión. Veamos el siguiente .rrrrrr.i"do, ;;;;;;
Q6) Le puefta está abierta.

Hablante. y oyenre, podrían compartir


er conocimiento de cientos de
Fr€ft¿s diferentes: el requisito del^conocimi.".o ,rr.rirolo
¡baoluto a_e_xplicar có-á r. .r."*"1 .orrrribuye en
a.".i¿" ¿.';;;.f.r."te concrero.
B*h y Harnish (r97gg,i) dedican .i.*o ti.rrrporl.rr;iñ*
versión de la hipóteii, d.l .á"o.i-i.rrto su perricular
muruo, pero añaden que su reorla
¡rrgmática no dice mucho d.
"qni-.rtrategia árpJri*
¡nra identificar un determinado^proporito'.;Áíiil;;;iol' el oyente
"*plea
No da ningún
indicio de cómo se acrivan ¿...i-ili¿"r-
";;;;;;;;;rr,
ceso, de cómo se las selec.iorr".oÁo,"1""*i"r,;;";'hr;enos o, en todo
se realiza la identificación corre.ar". plro de cómo
hi¡Étesis del conocimiento ;;;;; ., 9s que, en ese caso, adop ar re
n"uu. por.habrar. Mienrres no
s*rmos nada de cómo se seleccion- r."1*.rrt.i;;
r emplean en- la interpretación de los enunciados,;;;tos y de cómo
ü-.r."rr.ia
deben limit¿rse al de que
"ono.imi.trao
d hecho de que deriva -uino'rro ti.rr. ;.rrriii.".io" arguna, salvo
¿"1 -od.ü á"i.¿¿ig.i;.- '--*^'--"'"
Los pragmatistas no denen njnsun a¡syme-nto
q'e durante la comunicación positivo que demuesrre
".r¡Jl"r'¡"¿i"iá"", i""i"" ¿irtinguir, y de
33
hecho distingan, Ios conocimientos que son mutuos de los que no.lo. son'
El único que poseen es dé carácrcr negativo; si.el conocimiento
"tgü-éttto
mutuo no'existe .tt It f-ot-a requerida por el modelo del código de la
comunicación verbal, entonces el-modelo del código es erróneo. Puesto
q". al modelo del-código como la única explicación posible de
"""ti¿eran
la- comunicación, se aferran a la hipótesis del conocimiento mutuo.
E; i.rg", d. ádop."r el modelo del código, en vista.de que nos conduce
a h hipétesis del conocimienro muruo y de gpg luego tenemos que
pr.o..rpl"rrros de cómo justificar emplricamente dicha hipótesis,-nosotros
O.r.r.rriot afrontar la cuestión desde el planteamiento opuesto' Nosotros
.=;;;i¿;;os que la hipótesis del conócimiento mutuo es insostenible'
por consiguienti, concluiioor q.r. la teoría del código debe.estar e.quivocada,
y que mái vale que nos preocup.mos de buscar posibles alternativas.

4. El enfoque de Grice: "significado> y comunicación

-gran un
En 1957 Paul Grice publicó aftículo, ..Meening" (El significado), que
h" riáo objeto de un nú-ero de controversias, interpretaciones y
;;iri;;.rt;l E" dicho "ñí",rlo, Grice proponía el siguiente análisis de -quéx
;ü;;fi." q* un individuo H dé a entendir algo-mediante un enunciado
ii;il; á;nciado, ha de interpretarse como referido no sólo a los enun-
;i"d;r forma de conducta comunicativa):
fingüísticos, sino a cualquler

*[H] dio a enrender algo mediante .r, equivale.(aproximadamente) a


.[Hf quería que la errr.rncia-ciór, de x provocara.utt determinado efecto en
un determinido oy"r,t" a través de-l reconocimiento de su intención'
(Grice 1957ll97lz58).

La reformulación de este análisis rea,lizedt por Strawson (Strawson


l964ell97l:155; ver también Schiffer 1972:11) distingue las tres subinten-
ciones que participan en el proceso. Para expresar algo mediañte ¿ el
propósito de Il debe ser que

(27) (r) La enunciación de x Por Parte de H produzce une determinada


respuesta r en un determinado oyente O;
(b) O reconozcale intención (t) de H;
(c) El reconocimiento de la intención (") de H Por Parte de O acttie,
por lo menos en Parte, como la taz6n de O Para su respuesta r.

Este análisis puede desarrollarse de dos maneras. EJ q9ni9 Grice lo


empleó como p,r-nto de partida Par¿ una teotle del "significado,, en un

34

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