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Ensayo

Adolescencia y Déficit Intelectual

Presentación del Tema

Durante este módulo he pensado mucho en los estudiantes con los que trabajo
a diario, algunos de ellos ya transitan (etariamente) por este período de la
adolescencia y los demás indefectiblemente llegaran a ella, pero estamos
preparados para enfrentarnos a sus procesos particulares de desarrollo tanto
como personas, estudiantes, mujeres y hombres sujetos de derecho sin lugar a
dudas. Surge la duda, frente a la capacidad de enfrentar estos cambios desde
mi rol de psicóloga del Proyecto de Integración Escolar del colegio y también
como persona, qué tan bien preparada estoy para ello, desde la perspectiva
emocional como teórica y si generalizo esta reflexión nuestra comunidad,
sociedad y cultura de que manera reciben a estos adolescentes, en qué forma
los preparamos para enfrentarse a la realidad que está más allá del colegio y
sus hogares. Son muchas las interrogantes, que surgen al respecto, por ello
me intereso profundizar (al menos un poco) la reflexión en este tema en
particular, la adolescencia y el déficit intelectual.

Es necesario para adentrarnos en esta reflexión, primero referirnos a los


conceptos que la conforman, adolescencia y déficit intelectual, qué significa
cada uno de ellos por separado y luego podremos avizorar alguna respuesta
respecto de su significado en conjunto y sus implicancias en la práctica.

Definición de Adolescencia

La adolescencia comprende el rango etario que varía de persona a persona y


extra culturalmente. Se la establece (tradicionalmente) de los 13 años hasta
los 18 años aproximadamente, dependiendo del entorno cultural. Su término
se relaciona con el logro de la independencia personal en conjunto con el logro
de la madurez sexual y moral. Al ser una etapa larga desde la perspectiva
evolutiva, es que describir a un adolescente de 14 años no es lo mismo que
hacerlo con los que ya se acercan a la madurez.

Erikson en Papalia (2004) plantea el desarrollo basado en una consecución de


etapas psicosociales, y la adolescencia se encontraría en la etapa de Identidad
frente a confusión de la identidad, proceso en que el adolescente debe
determinar el propio sentido de sí mismo, respondiendo a la pregunta ¿quién
soy yo? O experimentar confusión respecto a los papeles que se presentan
como opciones. Aparece como virtud de esta etapa la fidelidad. Así, es que
Erikson, en términos simples, plantea el conflicto básico al que se enfrenta un
adolescente. Plantea a su vez que estas crisis, deben ser resueltos

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adecuadamente para que el desarrollo del yo se considere satisfactorio. El
desarrollo moral permanece en un nivel convencional (Kohlberg en apunte de
Psicología del Desarrollo Psi. Paula Mora, 2002), siendo sus características
principales apoyar el status quo, hacer lo correcto para complacer a otros y/o
por cumplir con la norma o ley, es decir, aún se aprecia el temor a la autoridad,
aunque es una etapa en la que se revelan constantemente a ella.

En cuanto al desarrollo cognitivo, se espera que los adolescentes estén en la


etapa de las operaciones formales según Piaget (Psicología del Desarrollo, Psi.
Paula Mora, 2002), que se caracteriza por la habilidad para pensar en forma
abstracta, incluyendo el razonamiento hipotético – deductivo, presentándose
muchas críticas por parte de los adolescentes a los problemas que se les
presentan desde su perspectiva egocéntrica.

Desde la perspectiva física , hay una leve diferencia para hombres y


mujeres. Las mujeres inician la pubertad a los 9 o 10 años, presentando los
primeros cambios físicos, en cambio en los varones estos cambios se
comienzan a presentar cerca de los 12 años. Siendo el principal signo de
madurez sexual en las niñas la aparición de la menstruación y en los
muchachos la presencia de esperma en la orina, Las características sexuales
secundarias son signo fisiológico de madurez sexual que incluyen directamente
los órganos sexuales.

Déficit Intelectual o Discapacidad Intelectual

Según el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) es la


“carencia de la capacidad de aprender a niveles esperados y funcionar
normalmente en la vida cotidiana” (2011). Esto varía desde problemas muy
leves hasta problemas muy graves (discapacidad leve hasta profunda). La
discapacidad intelectual puede ser la consecuencia de un problema que
comienza antes de que el niño nazca hasta que llegue a los 18 años de edad.
Sus causas pueden ser prenatales y/o postnatales, abarcando desde problemas
genéticos (por ejemplo el Síndrome de Down), dificultades durante el parto
(como asfixia) y/o producto de traumas que pueden ocurrir durante el
desarrollo del niño (accidentes que implican golpes en la cabeza por ejemplo),
así como resultado de ciertas enfermedades infecciosas (por ejemplo la
meningitis).

La discapacidad intelectual tiene origen antes de los 18 años de edad, se


caracteriza por presentar limitaciones significativas tanto en el funcionamiento
intelectual como en la conducta adaptativa, la que se expresa en habilidades
adaptativas conceptuales, sociales y prácticas. Si se entregan apoyos
apropiados, la conducta adaptativa en general mejorará, considerando que las
limitaciones coexisten con habilidades que se desarrollan de la forma

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esperada. Esta nueva conceptualización, elimina las categorías existentes
(leve, moderado, severo y profundo) centrándose en los apoyos que requiere la
persona, graduándolos de acuerdo a la etapa de desarrollo que vive cada
sujeto. Lo primordial es que se basa en un perspectiva multidimensional, que
considera las habilidades intelectuales, conducta adaptativa, participación
interacción y roles sociales, salud y contexto (Luckasson, R. y cols 2002, en
Concepto y Definición de la Deficiencia Mental, Paino, S.).

¿Qué pasa con un adolescente que presenta un déficit cognitivo?

De acuerdo a la breve revisión conceptual y a lo que se conoce a través del


desempeño de la función profesional (psicóloga), es que observamos el difícil
trance al que se enfrentan estos jóvenes, ya que en sí misma la adolescencia
es una etapa llena de cambios, contradicciones, nuevas formas de ver y
enfrentar la vida, así como el aumento de las exigencias ya no sólo personales
y familiares, sino que se enfrentan a (cambio de enseñanza básica a media,
elección de un oficio u profesión, etc.) lo que la sociedad espera de ellos, es
decir, la elección de un futuro laboral, a través del ingreso al sistema educativo
secundario, si bien se sabe que esa decisión no es la última que en estos
temas tendrán que enfrentar durante su juventud, sí es la primera gran
decisión a la que se encaran, no sin cierta dosis de angustia y temor frente al
futuro incierto y desconocido.

Su desarrollo empieza más tarde o antes (por la propia discapacidad y/o


tratamiento farmacológico), lo que implica que muchas veces comparte con
jóvenes que están en una etapa diferente de su desarrollo, presentando
dificultades para relacionarse adecuadamente con sus pares. Aparece una
imagen corporal negativa que puede desembocar en falta de confianza,
drogodependencias, etc. debido a este tipo de evoluciones es que se requiere
mucha intervención con los jóvenes que presentan discapacidad cognitiva, ya
que muchas veces no llegan a comprender del todo en las situaciones que se
ven involucrados, puesto que muchas veces, efectúan conductas alejadas de la
norma, buscando la aprobación de los demás, pero desconociendo
absolutamente o no llegando a comprender del todo las consecuencias que
pudieran desencadenar sus actos. Otro factor que aparece como una gran
dificultad para estos jóvenes, es la excesiva dependencia familiar y tendencia a
la sobreprotección, lo que los puede llevar a ser jóvenes aislados socialmente
con escasa educación formal, lo que los pone en un lugar de gran
vulnerabilidad frente a otros de su misma edad y a la propia sociedad.

Estos jóvenes no están ajenos a las problemáticas de los demás, pero dado que
sus capacidades cognitivas están afectadas de manera negativa, es que en
general, se espera que aparezcan mayores conductas de riesgo, como son el
consumo de droga, la iniciación sexual temprana, embarazo, deserción escolar,
etc., por esto es tan relevante que se mantengan dentro del sistema escolar,

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ya que esto facilitará su posterior inserción en la vida tanto desde la
perspectiva laboral, comunitaria, como relacional y emocional.

La tendencia actual es a la normalización de este déficit, por lo que hemos


visto surgir diferentes iniciativas, principalmente en los aspectos legales,
laborales y de educación, en donde se da cabida a la vida social de estas
personas, integrándolos como parte constituyente de nuestra sociedad y
diversidad. A pesar, que estar iniciativas, no son del todo conocidas e incluso
llegando a ser un tanto lejanas, para quienes se desempeñan con personas que
presentan discapacidad que los hacen “verse como los demás”, es el caso de
personas con discapacidad leve y en alguno casos moderada, que en los que
mayoritariamente su déficit no se manifiesta con ningún signo físico de este.
Es así que el “principio de normalización” (Familianova, Fundación Novasageta,
2011), quiere decir, incorporar a la persona con déficit intelectual a la
sociedad, de modo de que pueda vivir de una forma normal, esto a través de
entrenamiento y capacitación.

Reflexionando

Frente a esta realidad ¿qué decimos? ¿qué hacemos?¿a quién le decimos? ¿qué
obtenemos?...y así siguen las interrogantes que lentamente se van develando
permitiendo la búsqueda de respuestas para dar atención a la persona a la que
nos enfrentamos, pues en la práctica se enfrenta el trabajo con el o la
adolescente que presenta la discapacidad, así como con su familia y en el
mejor de los casos con la comunidad y el entorno en el que se desenvuelve el
joven así como con las comunidades a las que quiere acceder (por ejemplo:
trabajo).

El qué decimos, quizá es lo más simple de resolver, sin olvidar que debe ser
esto hecho en un marco de respeto y confidencialidad, tanto en el diagnóstico
como en el programa que se pretende aplicar para que el joven o la joven
logren sus objetivos tanto personales como laborales. Así, es que necesitamos
conocer los interese de este joven, para obtener información acerca de las
áreas y habilidades que requieren ser reforzadas, cuál es la diferencia con un
joven que no padece dicha discapacidad, que en este proceso quizás se tarde
más tiempo del esperado, que muchas cosas se debe realizar de manera
concreta, para que el joven logre tener en su poder el conocimiento que se
intenta traspasar. No olvidar el importante rol que desempeña la familia en
este desarrollo y por tanto necesita de estar informada y ser parte de este
desafío que enfrenta un miembro de ella.

Cuando nos enfrentamos al ¿qué hacemos? Es importante no olvidar, que


aunque estemos frente a una persona con déficit cognitivo, este no es total y
que hay muchas de sus habilidades que funcionan adecuadamente, por lo que

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el respeto hacia este como persona se debe mantener ante todo. Este respeto
se debe materializar, en considerarlo un sujeto de derecho, que posee
obligaciones y derechos que procuraremos pueda asumir de la mejor forma
posible. También es necesario dejarles espacios personales (no sólo físicos),
que implique que ellos pueden decidir y elegir en ciertas cuestiones, así como
ser independientes sabiendo las limitaciones de acuerdo a su discapacidad, su
edad y su tratamiento, si se les entrega se espera que su autoestima suela ser
positiva.

En el momento de enfrentarnos a responder la interrogante de ¿a quién


decimos? Siempre hay que tener presente que el comunicar un diagnóstico de
esta naturaleza, sobre todo si hasta el momento no es conocido por la familia,
se debe realizar en un marco no solo de confidencialidad y respeto sino que
entregando toda la información que requiera la familia, de manera dosificado
de acuerdo al nivel de aceptación que se observe. Por esto es algo, que quizás
requiera de más de una entrevista con la familia y la persona en cuestión.
También es importante comunicar al colegio en donde estudia el joven, para
que enfrenten con más información y sepan seleccionar las orientaciones
académicas y/o vocacionales que él requerirá, si existe otra instancia y/o
institución que trabaje con el joven, se debe evaluar con la familia la
comunicación o no del diagnóstico, pero es la familia y el joven quiénes deben
decidir acerca de esto.

Y finalmente ¿qué obtenemos? Tal vez para llegar a los resultados del trabajo
se tardará mucho tiempo, pero la familia y el joven podrán evaluar en
perspectiva la ayuda recibida y la efectividad de esta. Pero sin lugar a dudas,
que se obtiene mucho realizando este pequeño mapa de progreso, ya que
permite planificar y programar las diferentes actividades y tareas a realizar en
los diferentes ámbitos de vida del joven, lo que dará por resultado un proceso
de enseñanza-aprendizaje (más allá del colegio) útil y modificable de acuerdo a
las necesidades personales que se van presentando a lo largo de la vida de
una persona.

Conclusiones

Primordial entonces es mostrarles apoyo y ofrecer pautas de protección y guía,


esto para los padres, profesores, familia, médicos, compañeros, terapeutas,
etc. que se relacionan e intervienen con ellos. Para esto es necesario que toda
la comunidad educativa y médica esté informada al respecto (déficit cognitivo)
para poder asesorar, informar, educar, ayudar, etc. a la familia que enfrenta el
diagnóstico de déficit intelectual en alguno de sus miembros. Así como
conocer las problemáticas propias de cada etapa del desarrollo (en especial la
adolescencia) y sus manifestaciones específicas en este tipo de discapacidad.

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Siempre al enfrentarnos a cualquier persona, que pide o requiere ayuda,
mucho más sobretodo si presenta una discapacidad cognitiva, es necesario
preguntarle ¿Qué necesita? ¿Cómo puedo cooperar para que lo logre? ¿Hay
cosas qué debo enseñarle? ¿Cuáles? etc. pero sin lugar a dudas esa primera
pregunta, permitirá que se abran paso las otras interrogantes, para realmente
comenzar a apoyarlo y permitirle la dicha de disfrutar de cada etapa de su vida
como cualquier persona lo puede hacer.

Para los que no han tenido la oportunidad de relacionarse con un joven con
estas características, y por supuesto también para lo que sí lo han hecho tener
en cuenta que: vivimos en una sociedad que de alguna forma acoge a quienes
presentan dificultades ya sea por este discapacidad o por otra causa, pero que
a su vez margina a estas personas, las releva de protagonismo poniéndolas en
segundo plano, no entregándoles su espacio en la justa medida, aún no
sabemos qué hacer, qué decir, cómo actuar, etc. y por esto la mayoría de las
veces se opta por relegar y porque no decirlo por olvidar. Entonces se hace
relevante, mencionar que tanto la discapacidad como la capacidad forman
parte de nuestro ser humano como integralidad.

Considerando estas breves conclusiones, es que podremos de alguna manera


acercarnos a tener jóvenes más felices y con expectativas positivas frente a su
futuro y al de los demás.

Bibliografía

Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), 2011.


http://www.cdc.gov/ncbddd/spanish/actearly/index.html, página visitada el 26
de enero de 2011.

Familianova, Fundación NovaSageta. (2011). Retraso Mental en niños y


Adolescentes. www.familianova-schola.com

Mora, P., Apunte Psicología del Desarrollo, Etapas del Desarrollo y Necesidad,
Universidad de las Américas, (2002)

Paino, S. (2011). Concepto y Definición de la Deficiencia Mental. Página


visitada el 15 de enero de 2011,
http://www.uhu.es/susana_paino/AEEDM/TEMA2.pdf

Psicología Del Desarrollo, por Papalia Diane, Editorial: Mcgraw-hill – Mexico,


Número de Edición: 9ª, Año de Edición: 2004

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