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SESIONES ORDINARIAS
Un año después, contamos 115 millones de contagios y 2.5 millones de muertos en todo
el planeta. Todavía cuesta creer y comprender la excepcionalidad de la época que
estamos viviendo. La pandemia nos cambió la vida a todos, y como Gobierno nos obligó,
indudablemente, a reformular nuestra hoja de ruta, lo que eran prioridades se volvieron
rápidamente urgencias vitales impostergables.
Fue un año muy duro para nuestro pueblo, un tiempo de mucha angustia, un tiempo de
distancias, un tiempo de encierros, de aislamientos, un tiempo de dolores, de
privaciones y nos acostumbramos durante todo este año a contar enfermos y fallecidos.
A la realidad económica, que ya era muy mala, se sumó esta circunstancia que agudizó
la desgracia mundial de luchar contra lo absolutamente inesperado y desconocido.
Hemos comprobado de qué manera una pandemia castiga y lastima a todas las
sociedades. Pero quiero decir que si bien la pandemia nos cambió la vida, no mató, sólo
pospuso nuestros sueños y nuestros objetivos de gobierno.
De esos sueños y objetivos que empezamos a realizar en este primer año tan especial
de gestión, hablaré a continuación. Seguimos luchando hoy contra el coronavirus, pero
al mismo tiempo estamos poniendo los cimientos para construir la Provincia de la
postpandemia.
Hoy, además de rendir cuentas, y antes que nada vengo a agradecer. Quiero dedicar
este discurso de apertura para agradecer al pueblo de la Provincia de Buenos Aires, por
su esfuerzo solidario, por su enorme sacrificio, por el que hizo y por el que continúa
haciendo. También quiero reiterar mi agradecimiento a los 135 intendentes de la PBA,
del oficialismo y de la oposición, gracias por trabajar incansablemente a nuestro lado
para cuidar a su gente y por apostar a trabajar unidos a pesar de las diferencias.
Quiero agradecer especialmente al personal esencial de la Provincia, al que puso el
cuerpo y al que puso el alma para que los bonaerenses sigamos teniendo los servicios
fundamentales e indispensables para atravesar esta tormenta. No me va a alcanzar la
vida para agradecerle a los trabajadores y a las trabajadoras, y al personal de la salud
en general. Su trabajo heroico es el que logró evitar una tragedia muchísimo mayor.
También a los docentes de todos los niveles. Miren, estos últimos días se ha castigado
de nuevo, por las mismas bocas, a los docentes de la Argentina. Yo quiero agradecer a
los docentes de la PBA que sostuvieron durante el año pasado con un esfuerzo
indescriptible, con herramientas la verdad escasas, todo el año la continuidad
pedagógica que permitió que hoy podamos decir, contra todas esas voces que se alzan
todos los días, que sí hubo clases en la Provincia de Buenos Aires, que sí continuó la
enseñanza en la provincia de Buenos Aires, con dificultades, sí por supuesto, con
protocolos, sí por supuesto, con pandemia, sí por supuesto, pero nadie venga a usar
esto para desprestigiar a la enseñanza en la Provincia de Buenos Aires.
Hoy más que nunca quiero agradecer también, lo escuchábamos hace un rato, a nuestro
Presidente Alberto Fernández. Sigue conduciendo las riendas de un país atacado por
una feroz pandemia, golpeado por la crisis económica mundial más grande,
probablemente, que se tenga memoria.
Llegamos hoy hasta acá evidentemente muy lastimados, pero hubiésemos llegado con
más daño si Alberto no fuera Presidente y si hubiéramos tenido un Presidente, como
pasó en otro lado lamentablemente, que no tuviera empatía con los que sufren, que no
hubiera tomado,como hizo él decisiones rápidas y firmes, y sobre todo qué terrible
hubiera sido todo si nos hubiera tocado este año en manos de un Presidente o de un
Gobierno que no creyera, como cree Alberto, como sí cree nuestro Gobierno, en la
importancia de un Estado presente.
Afortunadamente esta pandemia nos encontró con un Presidente que no vino a decir
“sálvese quién pueda”. También les quiero agradecer a ustedes, a los legisladores del
oficialismo y de la oposición, porque a pesar de la vehemencia que tuvieron los debates,
que son parte de nuestro juego democrático, he encontrado en este Cuerpo compañía
y a quienes, razonablemente, pudieron considerar las graves circunstancias que nos
tocó atravesar y acompañaron con las leyes que pedimos.
Sabemos que este año fue un año de enorme esfuerzo colectivo, un año de sacrificio,
fue un año en que un pueblo que venía muy golpeado decidió organizarse y resistir.
Digo bien, y resistir, a una durísima pandemia que nos venía golpeando.
Estaban todas las condiciones dadas para que el virus desbordara en la Provincia de
Buenos Aires, un sistema de salud que estaba diezmado, una alta concentración de
población, un déficit habitacional estructural, una crisis social y económica heredada.
Estos factores constituían un cóctel explosivo que hizo que muchos preguntaran, y todos
los que están acá pueden recordarlo si son honestos, ¿cuándo explota la Provincia?,
¿cuándo explota el conurbano? Y no era una pregunta inadecuada, porque ocurrió en
muchos países más preparados originalmente que nuestra Provincia, más desarrollados
que nuestra Provincia, con más recursos que nuestra Provincia.
¿Cuándo explota la Provincia de Buenos Aires?, se escuchaba en todos lados cuando
llegó la pandemia. Porque vimos también, lamentablemente, desbordes en países
europeos, por el principio de la pandemia, vimos fosas comunes, a médicos, enfermeras
atendiendo con bolsa de residuos, vimos en los países de la región desastres donde se
armaron mercados paralelos que negocian el oxígeno para los pacientes, vimos pasillos
abarrotados de enfermos, vimos gente que murió esperando la ambulancia.
La Provincia, que algunos insisten en llamar inviable desde la comodidad, desde las
redacciones, de sus sillones y de sus computadoras, la Provincia que algunos llaman
inviable va a cumplir un año con el sistema sanitario en pie, sin haber dejado a ningún
y a ninguna bonaerense sin cama, sin respirador, sin atención, sin médico, sin
enfermera, sin plasma.
Esto creo que constituye un logro, que a pesar de la disputa política no podemos dejar
pasar, sin sentir orgullo y sin recapitular los esfuerzos que nuestra dirigencia política
hizo, toda. Evitar el colapso del sistema de salud, sin dudas, significó reducir la
capacidad de daño de esta pandemia. En estos meses no pudimos hacer muchísimas
cosas, pero también es cierto que pudimos salvar miles de vidas y prepararnos para
salvar muchas más. Porque vamos a dejar, después de esta experiencia, un sistema de
salud que estaba abandonado, tremendamente fortalecido, valió la pena invertir en
nuestro sistema de salud, valió la pena abrir los hospitales, valió la pena fortalecer a
nuestros trabajadores y trabajadoras.
Un pueblo solidario, un Gobierno protector y Estado presente fueron las claves para
amortiguar el golpe, un año después de la llegada del virus y de la peor crisis de la
historia, puedo decir con orgullo que nuestra Provincia está de pie, está dando pelea y
está lista, que es de lo que venimos a hablar, para empezar una etapa de reparación y
de reactivación.
La tarea urgente que se nos impuso desde marzo fue la de reconstruir el Estado
provincial y ponerlo al servicio de la gente. Sí, es así. Había un Estado que había que
reconstruir. Lo convertimos a nuestro Estado, al Gobierno, en un escudo para defender
y proteger a nuestro pueblo, de esta manera se pudo amortiguar el inevitable impacto
de la pandemia.
Tengo que decir que la reconstrucción del Estado provincial requirió y requiere, en
primer lugar, desandar una historia de injusticia vinculada a la enorme diferencia entre
lo que nuestra Provincia aporta de recursos, lo que nuestra Provincia produce y lo que
nuestra Provincia recibe. Tenemos la firme decisión de recuperar los recursos que
pertenecen a la Provincia, y hoy contamos con un Presidente que cuenta con la vocación
federal de comprometerse y generar una distribución menos injusta y desigual de los
recursos. Yo la verdad es que quiero invitarlos a todos ustedes a que trabajemos para
recuperar lo que a la Provincia le pertenece.
Esta injusta distribución, quiero decir que tiene una génesis histórica, y quiero decir que
tiene que ver con la enorme solidaridad de nuestra Provincia hacia nuestro país federal,
quiero decir también que un Estado pobre es incapaz de asegurar el cumplimiento de
los derechos de su población, es incapaz de construir a la velocidad que necesitamos
la dignidad, el bienestar, la seguridad del conjunto de la sociedad.
De nuevo, les pido que aquí abandonemos las divergencias partidarias, todos tenemos
que defender los intereses de nuestra Provincia. Pero quedó muy claro que la mano
invisible del mercado es incapaz de cuidar y de hacer cumplir los derechos para todos.
No es tampoco la que nos va a sacar de esta profunda crisis. Debe ser, indudablemente,
un sector privado pero acompañado por la mano visible, protectora, cercana y solidaria
del Estado, que sea un Estado que garantice derechos para todos, una vida digna,
segura y feliz.
El Estado durante la pandemia ayudó y apoyó a todos, seguramente, y tengo que decirlo
porque lo sabemos muy bien, de manera insuficiente. Es la crisis más profunda del siglo,
pero lo que puedo decir es que extendimos el brazo y la mano para ayudar
absolutamente a todos. Estuvo presente el Estado como tiene que estar, en una
situación así nada es suficiente, nada alcanza, pero sin dudas hubiera sido mucho peor
mirar para otro lado.
Si no tomábamos decisiones rápidas nunca hubiera venido esa mano invisible a triplicar
las camas de terapia intensiva, a aumentar de manera sustancial la cantidad de
respiradores, a pagar los IFE, los ATP, a fortalecer nuestro sistema de salud, a relanzar
los planes de vivienda y la obra pública. Pese a todo lo que faltó, pese a todo lo que
sufrimos, pese a los errores que se pueden haber cometido, podemos y tenemos que
estar orgullosos de que dimos esta pelea como Gobierno, como Estado y como pueblo.
Por eso, hoy puedo venir a esta Asamblea tranquilo ,con la convicción de haber
empezado a cumplir con el mandato electoral, pero también con la certeza de que
todavía es muchísimo lo que queda por hacer, mucho daño y mucha angustia para
reparar. Mi obligación hoy es rendir cuenta de cómo trabajamos en este contexto tan
especial, en este año que pasó y que nunca vamos a olvidar. Lo vamos a recordar,
seguro, con muchísimo dolor, con mucha tristeza, pero también con la certeza de haber
estado resistiendo y trabajando para atenuar el sufrimiento y sostener la esperanza,
para proteger la vida.
No se puede tapar el sol con las manos, no se pueden esconder los problemas de los y
las bonaerenses con publicidad, con marketing o con ocultamiento, no se puede,
principalmente, porque nuestro pueblo los conoce, porque nuestro pueblo lo sufre y vive
de esa manera.
No se trata de barrer debajo de la alfombra cuando hay un problema, las dificultades
tienen que ponerse encima de la mesa, si son coyunturales hay que resolverlas
rápidamente y si son estructurales y van a llevar mucho tiempo encontrar esa solución,
hay que indicar un camino para llevar adelante la resolución de ese problema. Quiero
que mi mandato sea juzgado por el pueblo de la Provincia por lo que hice y no por lo
que oculté o por lo que llamé a otros a ocultar.
Los trabajadores, las pymes, los más vulnerables fueron, como siempre, los que más
sufrieron, se perdieron 64 mil puestos de trabajo formales, y se perdieron 15 puntos de
salario real. La inflación acumulada en cuatro años fue de 280%, y el último año tuvo la
inflación más grande desde el año 1991.
Entre el año 16 y el 19, el gasto público se redujo diez puntos, en términos reales. Pero
voy a explicar que la salud sufrió un ajuste de 16 puntos, la educación 22 puntos, la
ciencia y la tecnología 21 puntos, la vivienda 16 puntos, la seguridad 28 puntos de ajuste
y los servicios sociales 14 puntos, un ajuste social salvaje.
Como contracara, lo único que creció en el presupuesto fueron los pagos de servicio de
deuda. Así como lo escuchan, 111%. El peso de la deuda sobre el Producto Bruto pasó
de 6 puntos a 9, y la presión de la deuda sobre el presupuesto se llevó, el último año,
20 puntos. Sobreendeudamiento, recesión acumulada, despidos, caída del salario y
obviamente ajuste fiscal.
No voy a hablar más de esta cuestión, pero sí quiero dejar en claro que la economía de
nuestra Provincia y nuestra Provincia eran tierra arrasada. Cuando asumimos, y
empiezo a hablar de lo que hicimos ante esto, cuando asumimos y lo dije aquí en este
Congreso, Vero, había huelga de hambre en la penitenciarías de la Provincia de Buenos
Aires. Asumimos el Gobierno con la superpoblación carcelaria más grande de la historia
de la Provincia, 110%, o sea de las plazas existentes había más que el doble, y había
una huelga de hambre que afectaba a 16.000 internos.
Esto era porque no se habían comprado los alimentos y los remedios, se había dejado
de pagar a los proveedores, eso el día que asumí, 16.000 internos en huelga de hambre.
Empezamos resolviendo la cuestión coyuntural, rápidamente pagamos deudas por más
1.500 millones de pesos, que quedaban de la gestión pasada y pudimos normalizar la
provisión de alimentos y medicamentos,pero además pudimos reactivar obras
paralizadas.
El plan que tenemos en mente hasta 2023 planea construir 12.000 plazas más, sería un
crecimiento del 50%. En 200 años se construyeron 24.000, pensamos aportar 12.000
plazas. Pero quiero decir, para que quede a la vista, inauguramos en lo que va de la
gestión 1.222 nuevas plazas. En los cuatro años de la gestión pasada se habían
inaugurado solamente mil, en un año ya hicimos más para expandir un sistema
colapsado que en los cuatro años anteriores.
Este año vamos a terminar 800 nuevas plazas, vamos a crear un sistema de hospitales
penitenciarios. Al asumir mi gestión no había un sistema de internación para la población
carcelaria, esto tenía dos problemas, uno el traslado de los internos y otro la saturación,
sobre todo en localidades pequeñas, de su sistema de salud cuando había algún
problema en el sistema penitenciario.
Por tal motivo, decidimos crear, por primera vez, un sistema de hospitales penitenciarios
en los 15 complejos penitenciarios de la Provincia. Había 57 camas de internación y
ahora vamos a pasar a 480 camas en el interior del sistema penitenciario, esto para que
no se hable de los traslados ni los problemas de saturación del sistemas de salud.
Quiero decir que ya inauguramos cinco hospitales en los complejos de Lomas, Florencio
Varela, Olavarría, Ituzaingó y de General Alvear.
Es lo que digo, aparecen los problemas y queremos buscar soluciones inmediatas pero
también de largo plazo a cuestiones estructurales. A poco de asumir, esta Legislatura,
y lo quiero reconocer, aprobó las emergencias que le solicitamos. Emergencia en
materia económica, productiva, social, energética, administrativa, tecnológica, en
seguridad pública, política y salud penitenciaria, infraestructura y servicio público,
algunas venían y fueron prorrogadas del gobierno anterior otras fueron agregadas antes
de la pandemia.
Asumí en una Provincia en emergencia, y asumí con una Provincia donde teníamos
marcado un aumento de las tarifas energética para el 1 de enero del año 2020. Lo quiero
recordar porque a veces suena contrafáctico, algo que va contra la experiencia que
vivimos, pero es necesario recordar que durante la gestión anterior las tarifas habían
crecido en EDEA 1.800% en 4 años, en EDEN 1.900%, en EDES 2.000%, y acá en La
Plata 3.400%. Ese había sido el famoso “tarifazo”. Impagables.
Pero además, como era año electoral, se había marcado un aumento que ya estaba
acordado con las empresas para el 1 de enero del año siguiente a 2019, cuando el
Gobierno cambiaba. Es decir que asumí y me encontré con un incremento del 25%.
Es importante decirlo porque no es que al tres mil se le suma 25, sino que es 25%
adicional sobre el tres mil, significa llevar las tarifas aproximadamente al 4.000%
acumulado de aumento, y eso era lo que teníamos que hacer.
Quiero agradecer a esta Legislatura porque cuando vine aquí, entre las primeras cosas
que hice, fue impedir que se realizara ese aumento, y no solo eso, desde ese día que
impedimos el aumento del 25% hasta el día de hoy las tarifas no aumentaron. No se
puede vivir cobrándole tarifas a la gente que la gente no puede pagar, no se puede vivir
poniéndole tarifas que las empresas no pueden pagar.
Luego de eso empezó la temporada, tuvimos, y vale la pena recordarlo, tuvimos una
temporada récord el año 2020. Fue un verano que superó en 20%, en algunos casos, a
las temporadas anteriores. Fue un verano donde hubo casi 9 millones de turistas, donde
hubo gastos por 50.000 millones de pesos, ya se veía en marcha una reactivación
económica. Nuestra sociedad, también las otras provincias, la Argentina entera estaba
empezando a respirar un aire distinto y fue ahí, donde el martes 3 de marzo, supimos
del primer paciente con covid detectado en Argentina ,venía de Italia, de Milán, un país
ya a esa altura de altísima circulación. Ahí empezó este horror y esta pesadilla.
Se establecieron los famosos CETEC, vieron ustedes que los países que se
consideraban más exitosos hicieron una política específica de rastreo, seguimiento y
aislamiento de los casos de coronavirus, de los contactos estrechos, de los
sospechosos, fundamental, porque un contagiado que había compartido una reunión
con otras personas podía convertirse en una fuente exponencial de contagio. El
seguimiento de contactos estrechos sintomáticos y asintomáticos, su aislamiento, fue
una política que se llevó adelante en 34 centros con operadores capacitados que se
dedicaron, con los CETEC universitarios y CETEC municipales que son 135, a hacer
este trabajo, crucial durante la pandemia.
Hicieron durante ese tiempo, entre todos, 1.625.661 llamados para acompañar a
aquellos que se habían contagiado o a quienes estuvieron con ellos. Sé que estos días
se los ha maltratado, empezaron trabajando como voluntarios, más adelante como
becarios y son trabajadores de nuestro sistema de salud que sirvieron para combatir a
la pandemia del coronavirus.
Se llevó adelante también un sistema provincial, hecho, made in, la Provincia de Buenos
Aires para poder llevar adelante la administración de los diferentes permisos y
restricciones en base a la situación sanitaria. Esto no es una ciudad, nuestra Provincia
tiene 135 municipios pero tiene también 554 ciudades, todas con realidades distintas.
Nos ha permitido hacer lo que hemos visto en la provincia, nuestra Provincia no paró
nunca de producir, nuestra Provincia es el corazón productivo de la Argentina. Aquellos
productos esenciales vinculados a la salud, vinculados a la alimentación tanto nuestra
como del resto del país, esa producción no paró nunca y pudo funcionar gracias a un
sistema de fases, que se llevó adelante desde la Jefatura de Gabinete, con todos los
ministros, junto con los intendentes, que permitió que siempre y permanentemente y en
medio de la pandemia, priorizáramos, con protocolos, la mayor producción posible. Es
la locomotora de la Argentina la Provincia de Buenos Aires y no paró nunca.
Quiero decir hoy, que cuando fuimos a ver con los estudios de cero positividad, de
prevalencia, cuántos habían estado contagiados en Villa Azul, encontramos que el 13%
de la población del barrio había contraído coronavirus, el mismo estudio, el mismo
equipo, lo hizo ahí en la Villa 31 en la Ciudad de Buenos Aires y dió 55% de contagios.
No estoy viniendo a disputar, estoy diciendo simplemente que queríamos evitar los
contagios y las muertes y así pasó y eso evitamos.
Hablaban de una crisis social por la pandemia, tampoco esto fue una casualidad o fue
algo que ocurrió sin querer, fue producto de una batería de políticas nacionales y de la
Provincia de Buenos Aires, específicas que se llevaron adelante en nuestro territorio, es
decir con los Consejos Escolares, con los intendentes, con todos, para poder responder
a la problemática que significó primero el aislamiento y luego distanciamiento en el
terreno de la actividad.
Miren, hubo muchas decisiones, la Tarjeta Alimentar que venía funcionando desde el
gobierno Nacional, hubo muchas cosas que se hicieron pero quiero reivindicar lo que
ocurrió con el SAE de la Provincia, que es una responsabilidad de nuestro Ministerio de
Desarrollo de la Comunidad junto con nuestra ministra de Educación y lo quiero
reivindicar porque todavía hoy sigue funcionando y algunos no tomaron nota de que en
la Provincia de Buenos Aires, en nuestros 135 municipios, en más de diez mil escuelas
durante toda la pandemia triplicamos la inversión en los comedores escolares y eso
permitió que 1.722.000 chicas, chicos, adolescente y sus familias accedieran a una
asistencia del Estado durante la pandemia. Si eso no es un Estado presente, ya no sé
de qué van a hablar.
Con instrumentos que creamos por decreto, el Gobierno realizó una asistencia de más
de 30 mil millones de pesos sobre los recursos que ya tenían los municipio, fue así que
en ningún municipio se dejaron de pagar los sueldos, en ningún municipio se interrumpió
la recolección de residuos, en ningún municipio, en la medida de lo posible, se
interrumpieron las obras esenciales, en ningún municipio que tienen a cargo funciones
salud se dejaron de prestar esas funciones. Trabajamos unidos y cada uno de los
municipios tuvo lo que necesitó para seguir funcionando.
Sé que este año es de campaña electoral, pero corresponde que reconozca a los
intendentes y las intendentas de la Provincia ese trabajo que pudimos hacer unidos.
También la pandemia afectó el mapa de la inseguridad en la Provincia. Inseguridad que
fue uno de los temas que discutimos en la campaña electoral, fue uno de los temas que
planteamos ante esta Legislatura, pero lo que debo decir, todavía se está estudiando,
es que nuestro Ministerio de Seguridad tuvo un papel central en una pandemia que hizo
modificarse al mapa del delito y a la forma del delito, no es lo mismo una sociedad que
funciona como la hace habitualmente, que una que está asilada o distanciada en sus
domicilios.
Los números son dispares, por un lado, voy a usar estadísticas que provienen de
nuestro Ministerio pero que han sido convalidadas por la Procuración General de la
Corte Suprema de Justicia de la Provincia, y lo que se observa es que en delitos
prevenibles el promedio mensual se redujo de 22.000 a 14.0000, en comparación entre
el último trimestre del 19 y el último semestre del 20. Se redujo en algo más de un tercio.
Pero también los delitos no prevenibles, se refieren a situaciones de violencia familiar,
vecinal o violencia por motivos de género, está computado que crecieron de 20.000 a
30.000 mensual, en el segundo semestre del 2019 y el segundo semestre del 2020.
Cambió, mutó, el delito como era inevitable durante la pandemia.
pero encontramos ahí también, y vale decirlo, una situación de gran abandono, de
nuevo, atribuible, en parte a las políticas neoliberales, pero también a graves y
demasiados largos problemas estructurales. En los cuatro años se había licuado el
salario real de nuestra fuerza de seguridad en 26%, y esto ha pasado en todos los
trabajadores del Estado, pero más fuerte en seguridad entre 2016 y 2019. Por eso ante
el conflicto, por todos conocido, lo primero que hicimos fue hacer realidad un reclamo
histórico y justo, de nuestra fuerza de seguridad, que fue equiparar salarialmente,
primero con los que están abajo en la pirámide y lentamente pero decididamente, en
toda nuestra pirámide salarial, equiparar los sueldos con la Policía Federal Argentina,
era un reclamo histórico y se hizo.
También está en marcha en este momento, lo que estamos por hacer es abrir, en
principio uno y luego dos hospitales específicos para nuestras fuerzas de seguridad. Lo
hay en la Ciudad de Buenos Aires, es el famoso Hospital de la Policía de la Ciudad, lo
va a haber también en la provincia de Buenos Aires.
Pero además, abordamos una reforma estructural y funcional de nuestra policía con la
centralización del comando de la fuerza en una única estación de policía por distrito.
Este avance de unificación de cuerpos que estaban dispersos y descoordinados es un
cambio de fondo que se ha llevado adelante, aún en medio de la pandemia.
Cuando digo que hay un problema coyuntural resolverlo, cuando hay un problema
estructural, encaminarlo. Los problemas estructurales requieren soluciones
estructurales y para eso estamos, para transformar de fondo a la Provincia de Buenos
Aires.
Esto es muy importante, porque tuvimos un trabajo que muchos, creo que muchos no le
prestaron suficiente atención, ese trabajo terminó con la firma de 1270 actas
compromiso, para trabajar con la cuestión habitacional de quienes estaban en la toma.
Terminado ese trabajo territorial, con presencia de varios ministerios, permanente,
terminado ese trabajo el 29 de octubre se llevó adelante, sin un solo herido, el desalojo
que había pedido la Justicia. Creo que es una respuesta, integral desde todos los
ángulos, a una situación compleja que no es nueva ni es la única.
Ha habido épocas donde hubo fuertes respuesta del Estado, por ejemplo, desde el año
2009, es la estadística que tengo, al 2015, se construían casi 7 mil viviendas por año.
No alcanzan, pero es una respuesta del Estado. En los cuatro años anteriores, de esas
casi 7 mil viviendas se pasó a 2 mil por año, hay una enorme necesidad y no hay
respuesta.
La respuesta no tiene una sola dimensión, por eso nosotros lanzamos desde el Gobierno
provincial nuestra unidad de Tierra y Vivienda encabezada por nuestra ministra de
Gobierno. Esa Unidad Provincial De Tierra y Vivienda busca dar respuestas de fondo,
no inmediatas, no en un año, de fondo, a temas que vienen demasiado olvidados y
maltratados. Y no se trata solo de construcción de viviendas para aquellos que no
pueden acceder, se trata de mucho más que eso, se trata de un necesario ordenamiento
territorial de la Provincia.
Con decirles que con el año pasado de pandemia, primer año de gobierno, con todas
las dificultades que tuvimos, reactivamos e iniciamos y pudimos terminar 1048
viviendas. El primer año de la gestión pasada, sin pandemia, estuvo en 961 viviendas,
pero el desafío que tenemos entre todos y todas es potenciar nuestro trabajo para poder
dar una respuesta a aquellos bonaerenses que lo necesitan, y mucho. La vivienda
consagra nuestra Constitución como un derecho.
También quiero decir, cuando se mira lo que ocurrió, que en la Provincia, para aquellos
que no tienen un dispositivo, o lo comparten, o para aquellos que teniendo el dispositivo
no tienen forma de conectarse, en nuestra Provincia hubo una respuesta, no le soltamos
la mano. Escribimos 14 millones de cuadernillos, de actividades, que se distribuyeron a
lo largo y ancho de la Provincia de Buenos Aires, 14 millones de cuadernillos, muchos
distribuidos personalmente en zonas rurales por los maestros y maestras, a los que
tanto se ha atacado.
Recién hoy tenemos un instrumento para conocer exactamente todas estas instituciones
que muchas veces funcionan por debajo del radar, pero que son parte central de la
formación de nuestra identidad y de nuestra cultura. También nuestra Provincia estuvo
ahí donde no llegaron los demás instrumentos.
Lo mismo con el empleo público y con el empleo privado. Quiero hablar en materia de
empleo privado, diseñamos un programa “Preservar trabajo” para llegar y pagar salarios
desde la Provincia de muchas empresas, hasta el 50% de un salario mínimo vital y móvil.
Son muchísimas cosas, pero una que quiero destacar es que también nos dedicamos,
de algo que venía muy mal, que era la situación de nuestro empleado provincial, de
nuestros empleados provinciales.
No puede ser que combatamos la precarización laboral y que el Estado provincial tenga
también contratos basura. Eso se acabó en nuestro Gobierno. Quedan algunas áreas
por avanzar, quedan, pero con este número hemos dado un vuelco sustancial en la
situación de los trabajadores del Estado. También otro instrumento fue la obra pública,
ahora voy a volver sobre eso, y termino el recorrido por lo que hicimos con la temporada
de verano. Antes de hablar de los que vamos a hacer, quiero recordar una temporada
de verano que muchos agoreros dijeron que no iba a existir, incluso tomando y
malversando palabras de nuestro ministro, dijeron que no iba a haber verano, como si
el Gobierno en aquella época, que contra toda medida de cuidado aparecía un pero,
una crítica o un banderazo, dijeron “no va a haber verano”.
La verdad es que estamos empezando marzo y tuvimos una temporada que fue, como
habíamos marcado, la mejor posible, pero que todos los intendentes, opositores y
oficialistas, de municipios que tienen actividad turística, reconocieron que nadie se
esperaba que fuera a ser tan bueno en una situación tan mala.
Y lo digo porque no fue tampoco producto de la casualidad. Saben ustedes que desde
el mes de octubre empezamos a trabajar con los intendentes para ver cómo hacíamos
para tener una temporada posible, y fue ahí donde se elaboraron los protocolos, donde
se extendió la temporada, se inició en el mes de diciembre y va a durar hasta Semana
Santa, decisiones conjuntas que se tomaron para que se pueda llevar adelante y en
aquel momento en condiciones epidemiológicas muy adversas.
Fue ahí que se decidió junto con el gobierno Nacional crear la app Cuidar Verano, para
que se pudiera tener un seguimiento y un control de aquellos que decidan veranear, y
darles certidumbre que lo iban a poder hacer, los protocolos, la extensión de la
temporada. También el Operativo Sol que contó, aunque sin los egresados de cada año
que forman parte del Operativo Sol, con 5466 efectivos.
Comenzaron las clases, fijense, porque claro, en nuestra Provincia parece haber un
método, cuando las cosas son riesgosas o pueden traer un escándalo o salen mal están
todo el día en la prensa y en la tele porteña, ahora cuando se hacen bien y salen bien
desaparecen y nunca más se habla de eso.
Y quiero decirles, porque de los años que van antes de asumir nosotros, del 2009 al
2019 solamente iniciaron las clases en tres años en tiempo y forma. Es decir que la
regularidad era que las clases no empezaran, por conflictos gremiales, por situaciones
a veces producidas, entiendo yo, por los mismos Gobiernos. Pero lo que quiero decir es
que también había y hubo, y hay todavía, un problema estructural con la infraestructura
escolar. Un problema con la infraestructura escolar que tiene que ver con años y años
de abandono y deterioro.
Esto lo anuncié aquí y lo pusimos en marcha antes de la pandemia, el fue plan Escuelas
a la Obra. Con el plan Escuelas a la Obras pretendimos abordar aquello que nunca se
encara, no era inaugurar un jardín, o como se decía 3 mil jardines que nunca hubo, no
era inaugurar una escuela y cortar cinta, era trabajar con los problemas estructurales y
los problemas graves que hay adentro de nuestros edificios escolares. Esos que no se
ven, esos que muchos nos conocen pero que sufren todos los días nuestros chicos y
chicas, nuestros maestros y maestras.
Encaramos precisamente esa tarea, comenzamos con una inversión de 3.538 millones
de pesos en todos los distritos de la Provincia de Buenos Aires y al día de hoy 2.960
obras de ampliación o de reacondicionamiento, o refacción de cubiertas, o de
readecuación de instalaciones sanitarias, de gas y eléctricas, se están llevando
adelante, muchas de ellas concluidas, a través de la Provincia, de los Consejos
Escolares y de los municipios. Algún día había que empezar a hacer lo que nadie quería
hacer.
Pero eso lo vamos a lograr si trabajamos en esta Legislatura, con nuestro Gobierno
provincial, pero también con la comunidad educativa, y con los maestros y maestras.
Están con nosotros para transformar el sistema educativo de la Provincia. Voy a hablar
ahora de la vacunación. La verdad es que cuando empezó esta pandemia era difícil
pensar, hasta soñar, que íbamos a contar con alguna vacuna en corto plazo. Hay ciertas
pandemias, porque es pandemia también, como fue la del HIV, que todavía hoy la
ciencia no ha podido prevenir con una vacuna. En el coronavirus los más optimistas
hablaban de un año y medio para tener el descubrimiento de una vacuna, no su puesta
en producción y su distribución.
Yo, insisto, el año pasado fue el año de la pandemia. Este año va a ser el año de la
vacunación y de la reconstrucción y renacimiento de la Provincia de Buenos Aires.
Como Gobernador estoy a cargo, soy responsable, por el plan de vacunación más
importante del país. Contamos con 40% de la población de la Argentina, es sinónimo
casi vacunar a la Provincia de Buenos Aires y vacunar a la Argentina. Somos casi la
mitad.
Fijense, las comparaciones suelen ser odiosas. Pero quiero decir que nuestra Provincia,
solo nuestra Provincia, en términos poblacionales es casi el doble de la población de
países como Bolivia, Grecia, Bélgica, nuestra provincia sola, Portugal, Israel. Son todos
países de los que se habla. Casi el doble, Austria, tres veces más que Dinamarca, que
Irlanda, que Nueva Zelanda, en población. Seis veces más que Uruguay, que Armenia,
que la Capital Federal. Es una escala y dimensión inmensa. Es un trabajo enorme el
que tenemos que hacer, y muy complejo.
Como decía antes, esto no lo va a solucionar la mano invisible del mercado, tampoco la
vacuna. Es por eso, y porque la salud es un derecho, que nuestro plan de vacunación
es voluntario, pero también es absolutamente estatal y gratuito. No vamos a privatizar
la vacuna.
A mí, lo he dicho varias veces, me parece una actitud realmente deleznable, me parece
que además hoy muchos de los que exigen más velocidad para conseguirla y aplicarlas,
son los mismos que nos acusaban de envenenamiento.
Así que me parece que tenemos que seguir trabajando. Esto no se hizo nunca.
Hablando en un vacunatorio, le preguntaba a enfermeras, enfermeros, que han
vacunado muchísimas veces en nuestra Provincia, cómo iban a hacer para verificar que
aquel de los que ahora vamos a empezar a vacunar, los menores de 60 años con
enfermedad preexistente, cómo van a certificar, cómo van a constatar, que ninguno de
ellos mienta, que ninguno de ellos diga que tiene una enfermedad que no tiene, me
contestaron que los planes de vacunación que hacemos todos los años, por ejemplo
gripe, no son ni nominales, no se toma el nombre del que se vacuna, se vacuna a la
población objetivo. Nunca se hizo esto.
Se va a poder denunciar, porque les vamos a pedir a los que tengan una enfermedad
que firmen una declaración jurada, que muestren un certificado, pero va a ser muy difícil,
advierto, ver si algunos de ellos no tienen un certificado genuino. Va a ser mucho más
difícil.
No pienso contratar a la Interpol para que esté al lado de cada jeringa, para ver si es o
no es el certificado que corresponde, habrá una declaración jurada, lo miraremos con
detalle, pero tenemos que vacunar a la Provincia de Buenos Aires, la provincia más
grande del país. Y ese es nuestro objetivo.
Quiero decir que del personal de salud de nuestra Provincia, que se estima en 250 mil
personas, contando a todos, a los que trabajan en administración central, a los que
trabajan en los hospitales, a los que trabajan en los vacunatorios, a los que trabajan en
la sala de salud, a todos los que contribuyen a que la salud tenga una respuesta en
nuestra Provincia, se estiman 250 mil.
De esos 250 mil, algunos decían ‘no, muchos no se quieren vacunar, muchos
desconfían’, ya tenemos 227 mil inscriptos y de esos 227 mil, 198 mil vacunados en el
sistema de salud de nuestra Provincia. Es un número que a mí me llena de tranquilidad,
porque hay gente que no iba a los hospitales durante la pandemia por miedo a
contagiarse. Entonces, se moría tal vez de otra cosa, porque abandonaba los controles,
abandonaba los estudios, abandonó los tratamientos.
Nuestro sistema de salud tiene que estar protegido, tiene que ser a prueba de
coronavirus. todo el sistema de salud, eso indicó la Nación. Hoy puedo decir que con
las dosis recibidas estamos muy cerquita de lograrlo. Felicitaciones a todos aquellos
trabajadores de la salud y aquellos que trabajaron en nuestro plan de vacunación.
Tenemos una población de adultos mayores de 70 años que también ya se está
vacunando: Son población de riesgo. Estimamos que son 1.300.000 en nuestra
Provincia. Tenemos 866 mil inscriptos.
¿Qué marca esto? Que hay que profundizar el trabajo territorial, el casa por casa, el
trabajo en todos lados de concientización y de registro. Es la población que más le
cuesta. Aquellos que están ciegos, o que quieren criticar cualquier cosa, más les cuesta
sin son mayores en sectores vulnerables.
Así que pido de nuevo y agradezco las campañas de inscripción para la vacunación de
todos los partidos, de todos los municipios, para ir a buscar a aquel que no se inscribió,
para que reciba su vacuna. Ya tenemos vacunados 31 mil, y han llegado estos días, con
una noticia fantástica, más de 2 millones de nuevas vacunas a la Argentina, de las que
recibiremos un 40% aproximadamente para empezar a vacunar ya mismo.
Después vamos por los que tienen enfermedades preexistentes, de cualquier edad,
porque son también población de riesgo. Para los menores de 60, que la vacuna
Sinopharm tiene ese límite de edad en la aplicación, por ahora, vamos a apuntar a
diferentes poblaciones esenciales, maestros, fuerzas de seguridad, como lo que
venimos haciendo, pero también, más rápidamente, en aquellos que tienen
comorbilidades.
¿Por qué? Porque ya estamos viendo esa segunda ola probablemente en varios países
vecinos y tenemos que ir rápidamente. Que cuando llegue, si llega, tengamos a los
trabajadores esenciales y a la población de riesgo en la Provincia de Buenos Aires
cubierta en la mayor proporción que podamos.
Así que la campaña de vacunación es un camino hacia la salida del coronavirus. Los
invito a todos a apoyarla, a inscribir y a acompañar para que podamos vacunar a la
mayor cantidad de bonaerenses que podamos.
Por último, el plan de reactivación. Lo menciono porque voy a enviar prontamente
algunas medidas que necesitan acompañamiento de esa Legislatura. El 2021 dijimos
que tiene que ser el año de renacimiento de esta Provincia. Para acelerar la salida de
la crisis va a hacer falta también la presencia del Estado.
Por eso, se ha discutido mucho, lo ha discutido la teoría económica, lo han discutido los
especialistas, lo ha demostrado la historia y lo están mostrando hoy los países del
mundo, todos los países del mundo, los más ortodoxos, los más liberales, todos los
países del mundo han presentado inmensos paquetes de reactivación para la post
pandemia. La Provincia de Buenos Aires tiene una serie de medidas que van a contribuir
a lo que ya ha anunciado hoy el Gobierno nacional, en nuestra capacidad.
Pero quiero decir sobre cómo salir de esta pandemia que es fundamental fomentar el
crecimiento de la demanda. Es fundamental. Por eso es parte también de la salida de la
pandemia el crecimiento sostenido del salario real. Sin crecimiento del salario real no
hay mercado, no hay demanda, no hay producción y no hay crecimiento. Creo que esta
pandemia nos ha mostrado que en la Provincia hay varios falsos dilemas. No es discutir
si mercado interno o exportación, no es discutir si industria o agro, no es discutir si
conurbano o interior, no es discutir si consumo o inversión.
Evidentemente, la reactivación también es con todos los sectores. Hay que trabajar
simultáneamente en todos los sectores, pero empezando por aquellas pymes, por
aquellos pequeños productores, por aquellos trabajadores, que más ha golpeado la
pandemia. Si logramos devolverles su capacidad de producción y consumo, vamos
avanzar todavía más rápido.
Nuestro plan de reactivación, que ha sido elaborado por una mesa conjunta, que va a
funcionar durante todo este tiempo, involucra a ARBA, al Banco Provincia, al Ministerio
de Hacienda, a nuestro Ministerio de Producción, Ciencia e Innovación, a nuestro
Ministerio de Desarrollo Agrario, a nuestro Ministerio de Trabajo, todos los ministerios
juntos para hacer un gran, un inmenso, plan de reactivación para la Provincia de Buenos
Aires.
Son 170 mil millones de pesos destinados a obras hidráulicas, de agua y cloaca, de
vivienda, de arquitectura, también 17 mil millones para realizarse a través de los
municipios, con el Fondo de Infraestructura Municipal y el PREIMBA, obras para la
cuenca del Río Reconquista, obras de infraestructura energética, obras de
infraestructura barrial, además de eso, por fuera, aquellas obras de infraestructura
educativa, sanitaria, penitenciaria y de seguridad.
Yo creo que desde aquella Gran Depresión y el llamado New Deal, desde el Plan
Marshal después de la segunda guerra, a nadie le cabe duda que el Estado solo no
puede. Pero el sector privado solo, tampoco. Es necesario tener un sector privado que
esté acompañado por un sector público que vaya a la cabeza de la reactivación. Cuando
los otros dudan, nosotros no, el Estado invierte para sacar adelante la Provincia.
Voy a enviar una ley de fortalecimiento productivo. Ya la van a conocer. Tiene por un
lado una moratoria general de impuestos patrimoniales por el Covid - 19. Hay muchos
que durante el año 2020 no pudieron pagar sus impuestos patrimoniales, se les
condenarán intereses en función de la capacidad de pago, con mayores beneficios para
los más afectados, va a ser progresivo, las micro y pequeñas empresas, las
cooperativas, los contribuyentes de bajo patrimonio, y aquellos que realizan actividades
especialmente, por su sector, afectados por la pandemia.
Así como va haber una moratoria general, va a haber un plan de pago de Ingresos
Brutos para los agentes de recaudación, es una moratoria para los agentes de
recaudación que no ingresaron fondos retenidos en sus operaciones con contribuyentes
de Ingresos Brutos. Esto es fundamental, porque hemos tratado de garantizar que la
menor cantidad de empresas posibles cerraran sus persianas y cerraran puertas. Pero
ahora le vamos a dar desde el Estado y desde el Gobierno una ayuda más a aquellos
que hicieron el esfuerzo y resistieron.
También, y para ayudar a otro público, para simplificar las cosas, vamos a enviar la ley
de Monotributo Unificado. La ley de Monotributo Unificado va a simplificar el impuesto a
los Ingresos Brutos para los monotributistas. Va a hacerse de la siguiente manera: se
va a pagar una cuota fija mensual según la categoría de monotributo, sin presentar
declaraciones juradas mensuales y anuales y sin la aplicación de retenciones. Es
necesario que estén en pie de igualdad y que no estén complicados por la burocracia y
la necesidad de hacer sus declaraciones, de recurrir a un contador también los que son
monotributistas en nuestra Provincia. Tenemos 810 mil monotributistas de Ingresos
Brutos, para ellos va a ir esta ley.
Vamos a lanzar el programa “Comprar más cerca”. El programa “Comprar más cerca”,
un pequeño párrafo, es un programa para mirar en los municipios de la Provincia la
evolución de los precios. “Comprar más cerca” es una canasta de productos provincial
para pequeños comercios, para mercados y supermercados de cercanía, que se
quedaron afuera muchas veces del programa nacional que se lanzó. El programa
“Comprar más cerca”, nos va a permitir con instrumentos, en cada uno de los municipios,
algo fundamental, cuidarle el bolsillo a los y las bonaerenses.
Quiero decir unas muy breves últimas palabras. Ustedes saben que el año pasado es
un año que queda marcado en los libros de historia. Si no hay, como algunos piensan,
esperemos que no, pandemias sucesivas, va a ser como esos hechos que nos van a
preguntar los nietos, son esas marcas indelebles en la historia no una provincia, pueblo,
nación, sino del planeta entero.
Estamos transitando eso. Fue un año imposible, prácticamente. Fue un año que nos
hizo hacer cosas que ni imaginamos. Le pusimos todo y creo que ahora nuestro objetivo
principal es que el año 2021 sea mejor que el año pasado. Esto es posible. Se abre el
camino de la vacunación, el camino de la reactivación, porque mucho de lo que
perdimos estamos en condiciones de recuperarlo, porque tenemos la convicción y la
firme decisión de que el Gobierno de la Provincia de Buenos Aires tiene que ser un
compañero más de cada productor, de cada pyme, de cada trabajador y de cada
trabajadora. La Provincia de Buenos Aires se va a poner de pie y se va a poner en
marcha en el año 2021.