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UNIDAD DIDÁCTICA
TUTOR:
Dr. Juan Carlos Marcillo, MBA.
Quito - Ecuador
INDICE
Contenido
2. INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................................. 5
BÁSICA ......................................................................................................................................................... 5
COMPLEMENTARIA................................................................................................................................... 6
NETGRAFIA ................................................................................................................................................. 6
7.3. Privatización.......................................................................................................................................... 28
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7.3.1Privatización, gasto público y crecimiento económico ......................................................................... 30
7.5.8. La dificultad de medir el valor creado por la acción de las administraciones públicas ................. 42
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10. UNIDAD IV: PLANIFICACIÓN DEL ECUADOR .................................................................................... 51
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2. INTRODUCCIÓN
De ahí que la preparación de los profesionales en los centros educativos de nivel superior se
torne exigente con el propósito de que al finalizar la carrera, puedan adquirir una serie de
conocimientos que al complementarlos con una sólida calidad moral y ética, podamos
enfrentar los desafíos que se presentan en la cotidianidad de la vida personal y de trabajo
Bienvenido al estudio de esta materia, asista con toda confianza a las tutorías para absolver
las inquietudes necesarias que estaré presto a colaborar con usted y de esta manera aportar
para que su formación profesional llegue a feliz término.
recordar
BÁSICA:
• Aguilar Villanueva, Luis. 2007. Gobernanza y Gestión pública. México, Mx. Plaza
Edición .s.n.p.
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COMPLEMENTARIA:
NETGRAFIA:
Pautas para citar textos y hacer listas de referencias según las normas de la American
Psichological Association (APA)
http://funes.uniandes.edu.co/1530/
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4. IMPORTANCIA DE LA ASIGNATURA
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DESARROLLO DE LAS UNIDADES DE APRENDIZAJE
PRIMER HEMISEMESTRE
Dicho proceso administrativo se inició como un hecho obligado cuando dos individuos
tuvieron que coordinar sus esfuerzos para hacer algo que ninguno de ellos pudo hacer por sí
solo y evolucionó hasta convertirse en un acto previo y cuidadosamente planificado y racional
que permite alcanzar objetivos con los menores esfuerzos posibles y con las mayores
satisfacciones para los individuos.
El estudio histórico de esa evolución administrativa nos muestra los enfoques que tuvo esta
ciencia en Egipto, China, Grecia y Roma, y la influencia que tuvieron ciertos procedimientos
utilizados en esos lugares sobre algunas prácticas actuales en el campo, entre ellas de la
organización funcional de los poderes del Estado.
Las teorías y experiencias de Henri Fayol y Frederick Taylor marcaron una nueva etapa en
la evolución de esa ciencia y la Administración Científica, que postularon ellos y continuaron
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sus discípulos, viene a ser uno de los medios más efectivos para la tecnificación de las
industrias nacientes en el presente siglo; dicha tecnificación ha influido grandemente también
en el desarrollo económico y el mejoramiento de muchos países por su aplicación en el sector
público.
A finales del siglo XIX, un número mayor de estudiosos, industriales y funcionarios públicos,
se interesaron por la Administración; se prestó atención a la organización, al empleo eficaz
del tiempo y a los controles presupuestarios.
Más adelante, por el año de 1930, ganó adeptos la idea de que las personas constituyen el
aspecto más importante en la Administración y eso llevó a muchos al estudio de la conducta
humana.
Varias décadas más tarde apareció la informática, aportando un énfasis creciente en los
métodos cuantitativos de análisis en la administración. Significó un nuevo enfoque en esta
asignatura la aplicación de las matemáticas y la estadística. En años más recientes, otros
enfoques, tales como, la concentración en la toma de decisiones, en los servicios; y, los
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sistemas de información gerencial, han penetrado en la corriente principal del pensamiento
referente a la Administración.
A través de estos diversos adelantos han surgido varios enfoques principales del tema.
Comúnmente se los denomina teoría de la Administración, algunos de los cuáles han abierto
nuevos campos de investigación, mientras que otros son modificaciones o fusión de
conceptos anteriores.
Este análisis debe estar enfocado desde la primera Constitución Ecuatoriana de 1830; una
descripción sucinta de la Administración Pública desde inicios del siglo XX, hasta finales del
mismo.
Sin embargo, ya para esta época en toda Europa el Derecho Administrativo tendía a
monopolizar el campo de estudios y a ignorar prácticamente toda aportación o análisis no
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jurídicos. La única excepción notable de este fenómeno lo constituye la obra de Max Weber,
cuyo análisis minucioso de la burocracia ha inspirado a gran cantidad de sociólogos,
primero en Europa y luego, con bastante posterioridad, en Estados Unidos. De hecho el
modelo burocrático de Max Weber y su visión de profesionalización influenciarán el campo
de la administración hasta muy avanzada la segunda mitad del siglo xx y, con algunos ajustes
teóricos, aun después. El modelo burocrático de Max Weber se basa en los principios de
especialización y división de tareas, autoridad jerarquizada, formalización y registro
(archivo) de las comunicaciones internas, profesionalización del personal ejecutivo,
despersonalización de las relaciones, meritocracia y competencia técnica.
En Francia se puede percibir también una evolución muy similar a la ocurrida en Alemania.
En el siglo xvii surgió la “Ciencia de la Policía” (“policía”, en este caso, entendida como el
conjunto de los objetivos y aplicación de las políticas de Estado, en lugar de su acepción
moderna de “fuerzas del orden”), que considera la Administración como el arte de dirigir los
asuntos públicos y tiene un propósito esencialmente utilitario. La obra característica de esta
escuela, el Tratado de la Policía de Nicolás de La Mare, publicada entre 1704 y 1710, integra
a la vez la descripción del derecho positivo y de las estructuras administrativas de la época,
e incluso ofrece propuestas para mejorar ambos aspectos, con lo que prefigura ya una ciencia
administrativa (Guerrero, 1986: p. 59).
En el siglo xix una gran cantidad de autores reivindicaron para la ciencia administrativa el
estatus de disciplina científica autónoma. Bonnin, en su obra Principios de Administración
Pública, publicada en 1808, propone que es necesario considerar a la Administración como
la ciencia que estudia y analiza las relaciones entre la sociedad y los administradores, pero
añadió que esta ciencia tiene como propósito último la consecución de una acción eficaz.2
Macarel y Vivien, en obras que continúan en la línea de los estudios realizados por Bonnin
(Guerrero, 1986: p. 66), insisten sobre la distinción entre el Derecho Administrativo y la
Ciencia Administrativa: argumentan que mientras el primero tiene por objeto el
entendimiento de las leyes positivas, la segunda tiene como objeto aquellos fenómenos
sociales que condicionan las acciones administrativas (Guerrero, 1986: p. 161).
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Sin embargo, a partir de la segunda mitad del siglo xix, el estudio del Derecho
Administrativo, y en particular el de sus aspectos contenciosos, toma un lugar prepon-
derante en el análisis de la actividad gubernamental. Únicamente dos autores intentan hacer
prevalecer una visión no burocrática de la Administración, pero permanecen aislados en gran
medida:
• Henri Fayol, quien tuvo una gran influencia en las corrientes administrativas que se
desarrollaron con posterioridad en Estados Unidos.
• Henri Chardon, quien en su obra El Poder Administrativo (1911) se interroga tanto sobre
los fines de la acción administrativa como sobre las reformas capaces de dilucidar la
confusión entre los ámbitos político y administrativo.
El imperio del Derecho Administrativo sobre la Administración Pública no fue vulnerado en
Europa sino hasta finales del siglo xx, bajo la influencia conjunta de la transformación de la
acción administrativa desatada por el desarrollo tecnológico- económico y de la evolución de
la Ciencia Administrativa norteamericana, que influenciaría a su vez a la concepción europea.
En efecto, bajo la influencia de una ideología tecnocrática, las consideraciones sobre la
racionalidad poco a poco van to- mando un lugar preponderante en el estudio de la
Administración. Los juristas, por su parte, se vieron obligados a reconocer que el Derecho
Administrativo no es suficiente por sí solo para definir o explicar toda la acción
administrativa, y particular- mente su ineficiencia. Finalmente, los sociólogos han encontrado
en las organizaciones públicas y privadas un amplio y novedoso campo de investigación para
sus estudios, tanto desde la perspectiva organizacional como desde la de las relaciones
humanas.
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Estudio de la Administración Pública en Europa
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fenómeno más o menos reciente y producto de una lenta transformación. En una primera fase,
la autonomía del Derecho Administrativo se confunde con el Dereho Constitucional, en razón
del rechazo de la tradicional separación de poderes entre el legislativo y el ejecutivo. Para
otros es integrado a la Ciencia Económica; en este sentido la reglamentación jurídica debe
dar lugar a una reglamentación estrictamente técnica en el marco de la planificación
socialista.
Nos referimos a aquellos países que hasta hace algunos años (1990) estaban bajo un sistema
económico determinado por una economía centralizada (Hungría, Polonia, Bulgaria y Rusia,
entre otros).
En una segunda etapa, en reacción contra los excesos del periodo estalinista, se hizo hincapié
en la protección del individuo y en el control de la legalidad socialista, el cual tuvo como
efecto la revitalización de las disciplinas jurídicas en general, y el derecho administrativo en
particular.
De manera general, se puede decir que han sido tres las características esenciales del estudio
de la Administración Pública en Estados Unidos.
• Su carácter eminentemente pragmático; técnico y empírico más que teórico.
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• El desinterés por las preocupaciones de tipo jurídico.
• El paralelismo desarrollado entre las administraciones pública y privada.
Sin embargo, a partir de este marco se pueden distinguir ciertas corrientes doctrinarias
precursoras; de hecho estas corrientes pueden asimilarse a la clasificación histórica propuesta
por Sánchez (2001: p. 90) y que divide su evolución en los periodos clásico (1887-1945),
político (1945-1963) y de “programas” (1964 - actualidad).
• El enfoque clásico
• El enfoque conductista
• El enfoque científico.
El estudio de estos enfoques es de suma importancia para comprender cómo se lleva a cabo
las tareas administrativas dentro del sector público ecuatoriano para de esta manera
encaminarlo bajo lineamientos que se ajusten a la realidad del país.
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6.2.1. El enfoque clásico de la Administración. -
El enfoque clásico recomienda a los gerentes que luchen continuamente para aumentar la
eficiencia de la organización e incrementar la producción. Aunque lo fundamental de este
enfoque se desarrolló hace algún tiempo, los gerentes de hoy se preocupan sólo por buscar
“el mejor camino” para hacer el trabajo así como lo hicieron sus antecesores.
El enfoque clásico sin embargo, no hace énfasis en la variable humana, la gente de hoy no
parece estar incentivada por los bonos como lo estaba anteriormente; áreas críticas
interpersonales como el conflicto, la comunicación, el liderazgo y la motivación fueron
ignorados por el enfoque clásico.
Dentro de este enfoque aparece el movimiento de las relaciones humanas, cuyo objetivo es
el de aumentar el éxito organizacional construyendo las relaciones apropiadas con la gente.
Cuando la administración estimula la alta productividad y el compromiso del trabajador hacia
la organización y sus metas, se dice que las relaciones humanas son eficaces.
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La escuela de la administración científica es un enfoque administrativo que enfatiza el uso
del método científico y técnicas cuantitativas para incrementar el éxito organizacional.
Fue tal el número de objeciones que se levantaron contra el enfoque basado en los principios
administrativos que la propia palabra “principios” perdió el favor de que gozaba. Aun cuando
los mejores expertos en técnicas de dirección han tenido cuidado en condicionar la aplicación
de los principios a las peculiaridades concretas reales de cada caso, algunos otros han
efectuado definiciones de ciertos principios universales referentes a la administración.
Generalmente, estos principios fueron postulados como consecuencias de experiencias
personales o bien como modelos deseables que debería seguirse en cualquier tipo de
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circunstancias. No estaban basados en métodos empíricos de investigación y descansaban en
premisas de principios lógicos de organización más bien que en hechos empíricos y probados
de comportamiento humano en el seno de una organización. El hecho de que se haya
repudiado este enfoque basado en principios generales no significa, sin embargo que se haya
abandonado la búsqueda de una ciencia de la administración. Lo que sucede es que esta
búsqueda se ha asumido sobre bases nuevas: la investigación de comportamiento, la cual pone
a prueba las diferentes hipótesis que se puedan efectuar referentes a diferentes clases de
organizaciones. Por ahora no se ha llegado a un acuerdo con relación a esta ciencia de la
administración, pero se considera en general que el nuevo enfoque es mucho más sano y
valioso que el anterior.
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El territorio es el ámbito geográfico en el cual el Estado ejerce su poder y está conformado
por el suelo y el subsuelo, comprendidos dentro de los límites establecidos en los tratados
internacionales aprobados por el Congreso y debidamente ratificados por el presidente de la
república y definidos por laudos arbitrales en que sea parte la nación.
El poder del Estado es un poder jurídico, que no es absoluto, ya que el Estado solo puede
realizar actos “dentro del marco del derecho” pero que sí es soberano. La soberanía que reside
exclusivamente en el pueblo, es sencillamente el derecho de mando supremo de que el Estado
debe necesariamente estar investido.
Esa soberanía que es nota esencial de la autoridad del Estado, puede ser una, es decir,
extenderse a la totalidad del territorio, sometiendo a todos los habitantes del Estado al imperio
de las mismas leyes, en esta caso se habla de Estado Unitario o políticamente centralizado, o
puede esa soberanía trasladarse a las comunidades locales que, en virtud de ello, adquieren
la facultad de expedir sus propias leyes y de exigir a sus habitantes su cumplimiento.
Entonces se habla de un Estado federal o políticamente descentralizado que es, para los fines
del Derecho Internacional, una sola persona jurídica y para los fines del Derecho interno una
confederación de pequeños Estados.
6.3.1. La Constitución.-
Si bien hay casi unanimidad en la doctrina en señalar los elementos de la noción del Estado,
no hay consenso sobre cuál es su función ni hasta donde debe extenderse su poder. Todos
sabemos lo que el Estado es, en lo que no podemos ponernos de acuerdo es en lo que el
Estado debe ser. Esta cuestión debe ser resuelta por la Constitución, por eso la Constitución
recibe el calificativo de política.
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6.3.2. Funciones y estructuras del Estado. -
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➢ Consejo de participación Ciudadana y Control Social, defensoría del Pueblo; la
Contraloría General del Estado; y, las Superintendencias.
6.3.4. El Gobierno
Comprender las formas de gobierno, como la acción por la cual la autoridad imponen la línea
de conducta a los individuos que forman parte del Estado y su influencia para el desarrollo
interno.
Contenidos:
• Formas de Gobierno
• Monarquía y República
• Estado Simple y Estado Compuesto
• Características del Estado Federal
• Gobierno Constitucional
• Gobierno Autoritario
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El Estado es un concepto más amplio; abarca el todo. El Gobierno únicamente se refiere a
uno de sus elementos, el que tiene la dirección misma del Estado, el Gobierno es el conjunto
de instituciones, organizadas por el ordenamiento jurídico, para el ejercicio de la soberanía.
El Gobierno se encuentra en la cúspide del Estado, en el vértice del ordenamiento jurídico;
representa el órgano supremo central instituido para actuar, para realizar la voluntad del
Estado; la vida de este recibe impulso y dirección del Gobierno.
La consecuencia de esta distinción, es que puede variar la forma de Gobierno, sin que varíe
concomitantemente la forma de Estado y viceversa; ambas situaciones son independientes.
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o indirecta; es directa cuando la población participa en las tareas estatales personalmente,
reuniéndose en asambleas para elaborar leyes, nombrar magistrados, etc.
En las Repúblicas parlamentarias, los ministros son responsables ante el Parlamento, que
tiene la dirección política del Estado.
Características del Estado Federal.-Las características del Estado Federal son las
siguientes:
Un territorio propio, constituido como unidad por la suma de los territorios de los estados
miembros.
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Una población que dentro del estado miembro, forma la población propia del mismo con
derechos y deberes de ciudadanía en relación con la entidad local. Esa población de los
estados miembros, tomada en su conjunto, forma la población del Estado Federal. En relación
con el Estado Federal, los pobladores del estado miembro también tienen deberes y derechos
específicos.
Una sola soberanía, el poder supremo es el Estado Federal. Los estados miembros participan
del poder, pero solo dentro de los ámbitos y espacios de su circunscripción y en las materias
y calidades que la Constitución les atribuye.
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6.4. Definición de la administración Pública.-
El Art. 227 de la Constitución de la República del Ecuador señala: “La administración pública
constituye un servicio a la colectividad que se rige por principios de eficacia eficiencia,
calidad, jerarquía, desconcentración, descentralización, coordinación, participación,
planificación, transparencia y evaluación.”
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7. UNIDAD II: LA NUEVA GESTIÓN PÚBLICA
De este modo, la nueva “generación “de reformas prioriza una serie de transformaciones
“hacia adentro” del Estado (Oszlak,1999), apoyadas cada vez más en las ideas básicas
provenientes de las ciencias de gestión o del Management, cuya legitimidad como fuente de
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propuestas para mejorar el desempeño del sector público encuentra sustento en la experiencia
“exitosa” acumulada en el sector privado durante las últimas décadas. Sobre esta suposición
existe hoy, en el seno de los analistas estudiosos del tema, una alta coincidencia. Sin embargo,
aún con todo su potencial para contribuir a fortalecer la labor del Estado, los especialistas
plantean la necesidad de circunscribir su utilidad.
Por otra parte la experiencias internacional señala que en la mayoría de los casos, la
incorporación de las técnicas del Management no fue acompañada con la recreación de
mecanismos que hubieran favorecido el desarrollo de una nueva “cultura de responsabilidad
“, capaz de reordenar la interrelación entre funciones políticas y administrativas, en lugar de
sustituir la supervisión de burócratas y políticos por el control a través del principios de
mercado, Desde esta óptica, se rescata el componente político que, necesariamente, lleva
implícita toda reforma de la administración, no sólo en términos de su legitimación, sino
como precepto clave para definir el rumbo de los cambios.
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más el hecho de que uno de los orígenes del mal funcionamiento del sector público es
precisamente la falta de formalidad y respecto a las normas que impera en la cultura
administrativa de la región (Burky y Perry, 1998; Evans, 1992; Sherpherd, 1999).
Concretamente, se apunta que la mayoría de las técnicas de gestión “favorecen la ampliación
de la discrecionalidad de los altos funcionarios, aunque de esta forma los organismos que
ellos conducen ganan la flexibilidad y eficiencia. Sin embargo, es muy factible que en
algunos casos ocurra la violación de la tenue barrera que separa la discrecionalidad de la
arbitrariedad, el abuso de poder y la corrupción “(Joaquín y Losada, 1999: A).
Para tratar de abarcar los puntos sustantivos del debate abierto en torno al fenómeno de la
NGP , partimos del estudio sobre las principales orientaciones y tecnologías reconocidas
como preponderantes para el proceso de modernización, destacando sus posibilidades y
restricciones de orden técnico que limitan la capacidad de adaptación al sector público cuando
se pierde la vista su especificidad y complejidad . Asimismo, se pondrán de manifiesto
aquellos tópicos de carácter cultural, ideológico y político que atraviesan la discusión acerca
de si el Estado se recupera con más impronta privada o publicando “la administración (Cuntill
Grau, 1997. Las reflexiones finales pretenden aportar un conjunto de observaciones a tomar
en cuenta durante el desarrollo del proyecto de investigación y relevamiento de indicadores
de gestión para el monitoreo de las políticas de modernización en el sector público argentino,
a los fines de evaluar las implicancias directas e indirectas derivadas de toda estrategia de
cambio en las organizaciones públicas.
No es de extrañar que el movimiento de la reforma del sector público se hay difundido con
tanto entusiasmo en el mundo. Gravita en torno a ella el supuesto o creencia que su ejercicio
“conduce a un gobierno más económico y eficiente, con servicios de mayor calidad y
programas más eficaces, y, además, simultáneamente, introduce cambios como la ampliación
del control político, mayor libertad a los gerentes para que lleven a cabo su gestión, mayor
transparencia gubernamental y una mejora de la imagen de aquellos ministros y líderes más
comprometidos “(Pollit y Bouckaert,2000). En el marco de este emprendimiento, el
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paradigma de la Nueva Gestión Pública (en inglés , New Public Management), se ha
convertido en el cuerpo doctrinario común imperante en la agenda de la reforma burocrática
en numerosos países de la OCDE desde finales de los años setenta (Hood,1991).
Precisamente, puede considerarse a los Estados Unidos como uno de los países promotores
del modelo para la nueva gerencia pública, a partir de la importante difusión alcanzada por la
obra conocida como la “Reinvención del Gobierno”. El puntapié inicial tuvo lugar cuando la
administración del gobierno de Clinton llevó a cabo un estudio del sector público, el.
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“Análisis de la Actuación Nacional” (NPR), con el objeto de impulsar “un gobierno que
ponga a la gente en primer lugar, mediante la creación de un claro sentido de misión, tomando
el timón más que los remos, delegando autoridad, sustituyendo normas y regulaciones por
incentivos, formulando objetivos por resultados, buscando soluciones de mercado más que
soluciones administrativas y cuando ello fuese posible midiendo el éxito de las acciones de
gobierno en términos de satisfacción del usuario.
El primer diagnóstico de los analistas de la NPR recalca las dificultades que presenta el
Estado a raíz de su sobredimensionamiento con una estructura gubernamental “llena de
organizaciones diseñadas para un entorno que ya no existen” …” Mientras que las burocracias
estatales centralizadas se corresponden con los patrones culturales de la primera mitad del
siglo XX , hoy el desafío pasa por la transformación de las organizaciones públicas siguiendo
un modelo acorde con la era de la información. Principalmente, el movimiento modernizador,
pretende cambiar la administración pública y la cultura administrativa focalizando en los
resultados organizacionales, la gestión individual y los incentivos del mercado (incluyendo,
cuando sea posible, la privatización). De este modo, las estructuras y culturas burocráticas
del pasado, regidas por reglas, serán sustituidas por entidades más pequeñas, flexibles y
orientadas al usuario. El punto de llegada es un Estado mínimo que desarrolle sólo las
funciones que son necesarias de una forma eficaz y efectiva (Aberbach y Rockman, 1999).
Lawrence R y Thompson (1999) han sistematizado los diversos conceptos que tuvieron
mayor influencia en el modelo estadounidense, partiendo de las ideas difundidas por Osborne
y Gaebler en su famoso libro “Reinventando el Gobierno”. Los principios que, según los
autores, guiarían la acción modernizadora son las denominadas “Cinco R” “Reestructuración
“, “Reingeniería”, “Reinvención”, “Realineación”, y “Reconceptualización”.
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no necesita” implica afrontar el arduo desafío de resolver “que cosas” debería hacer el
gobierno, en función de los propios valores e intereses políticos. Supuestamente, la
reestructuración tendría que ser guiada por la planificación y el establecimiento de
prioridades, tales como el mantenimiento de la calidad del servicio y la retención de
empleados valiosos. En principio, se apunta a suprimir lo que es obsoleto, la duplicación
(incluida la superposición de programas) y la eliminación tanto de “privilegios de especial
interés” como de todo aquello que no sea “transparente” (Lawrence y Thompson, 1999).
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según prescribe el informe NPR, implica captar su punto de vista (a través de encuestas u
otras técnicas de esta naturaleza) como una forma de obligar a competir a las agencias, tanto
internamente como con proveedores externos de servicios. En los casos en que el monopolio
estatal fuera inevitable, las organizaciones deberían adoptar un perfil más acorde con el de
las “empresas de negocios” (Abarbecha y Rockman, 1999).
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autoridad, otorgar flexibilidad; b) asegurar el desempeño , el control y responsabilidad , c)
desarrollar la competencia y la elección ; d) proveer servicios adecuados y amigables a los
ciudadanos; e) mejorar la gerencia de los recursos humanos: f) explotar la tecnología de la
información ; g) mejorar la calidad de la regulación ; h) fortalecer las funciones de gobierno
en el centro (OCDE,1995).
Para los interesados en los temas relacionados con la Administración Pública, debemos
señalar que la última década, se ha caracterizado por una notable producción de estudios en
el campo de la disciplina administrativa. Es destacable la realización de investigaciones y
perspectivas intelectuales sobre este tema en Estados Unidos: este país tradicionalmente ha
privilegiado el desarrollo del conocimiento acerca de la Administración Pública. El propósito
académico y el interés social por comprender y analizar el fenómeno organizacional del
sector público y del capital humano que interactúa en las estructuras gubernamentales, son
objeto de reflexión en los diferentes ámbitos de la sociedad. El análisis e implementación de
métodos, estrategias y herramientas que contribuyan a mejorar la función de los servidores
públicos ha sido una propuesta del llamado pensamiento administrativo norteamericano en
las últimas décadas, con la firme intención de revalorar el desempeño gubernamental.
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Por su parte, Hughes H. Lherisson sostiene que la clásica separación entre Ad- ministración
Pública y Ciencia Política, y el distanciamiento de la disciplina del Derecho, sobrevinieron
con el desarrollo de la administración científica y las contribuciones teóricas de Frederick
Taylor al sector gubernamental, iniciando de ese modo una pauta procedimental que marcó
con el tiempo un sólido paradigma. El desarrollo de esta representación, caracterizada en
ocasiones de forma indeterminada por la transferencia de métodos y prácticas entre la
administración privada y la Administración Pública, aún prevalece como un referente para
describir las pautas y funciones de las organizaciones públicas en Estados Unidos. Podemos
apreciar que los argumentos acerca de la supuesta dicotomía entre Ciencia Política y
Administración Pública tie- nen sus orígenes en los estudios y reflexiones de Woodrow
Wilson, y la incorporación gradual de los principios científicos de Taylor a la disciplina de
la Administración Pública norteamericana (Lynn y Wildavsky, 1999, p. 16).
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norteamericano.
El estudioso Samuel Kernell subraya que el desarrollo del Estado Administrativo se expandió
según el apoyo que tuvo del Congreso Norteamericano, no así de la acción política de los
burócratas. Los teóricos del desarrollo del Estado tuvieron su fundamento en la “coalición
centrada en el ejecutivo” para reformar a la Administración Pública privilegiando esta
postura, en contraste de la prerrogativa de un congreso clientelar y antiadministrativo. Por
otro lado, los teóricos de la política institucional se orientan hacia la idea del Congreso como
fuente del desarrollo administrativo. Esta posición intelectual sostiene “que las políticas
públicas son el resultado de la política entre políticos partidistas electos que sirven a diversos
electores desde la posición estratégica de instituciones separadas constitucionalmente”
(Kernell, 2001, p. 104).
Los defensores de la reforma administrativa hablaban a todos los que tenían miedo a los
socialistas y los radicales agrarios y, al mismo tiempo, no estaban a gusto con optar entre el
capitalismo industrial y el apoyo a la democracia. La construcción de un aparato
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administrativo nacional tenía el doble potencial de promover el desarrollo de la compañía
privada y ofrecer nuevos derechos y garantías al ciudadano promedio. Presentado en la retór
ca del “Buen Gobierno”, el surgimiento del servicio público profesional en Estados Unidos
combinó esperanzas de una nueva democracia responsable con esperanzas de una nueva
economía política responsiva (p. 165).
Es común encontrar nociones de Administración Pública con influencias del De- recho, de la
Ciencia Política o de la administración, que intentan definirla de acuerdo al ámbito de
influencia de cada disciplina. Los objetos de estudio tradicionales guar- dan un contenido
similar, apareciendo en las últimas décadas nuevas perspectivas.
• La heterodoxia.
• La corriente neoclásica.
• La gestión pública.
En principio la etapa de ortodoxia, se caracterizaba por una administración cien- tífica que
se respaldaba en principios de aplicación universal y, desde el punto de vista organizacional,
por una estructura jerárquica tradicionalmente vertical y alta- mente centralizada en donde se
ejercía el poder de manera descendente, el control se instrumentaba de forma impersonal y
burocratizada. Este modelo privilegiaba el pro- ceso y, de acuerdo a este esquema, se
cumplirían favorablemente los objetivos para el que había sido diseñada. El componente
humano estaba ausente en las consideraciones de este modelo, concebido como una máquina
y basado en el principio de la previsibilidad. Además, la clásica dicotomía entre política y
administración dificultaba el abordaje del reto de la eficiencia organizacional en un entorno
que se estimaba en esa época como complejo y cambiante.
Es importante aclarar que estas dos corrientes de estudio aludidas integraron el enfoque
clásico de la Administración Pública norteamericana, mientras que se asistiría en las décadas
posteriores a una nueva etapa o ciclo que comenzaría con fuertes críticas, privilegiando la
decisión dentro de las dependencias gubernamentales.
Las Políticas Públicas se conciben como el producto institucionalizado del siste- ma político.
Al debilitarse el monopolio estatal, la acción gubernamental tendió a orientarse de acuerdo a
varias tendencias. Ejemplo de esto fue la aparición en Estados Unidos de la escuela de
Políticas Públicas (Public Policies), uno de cuyos principales precursores fue Harold L.
Lasswell (1951). Este nuevo campo de estudio se consolidó como una alternativa más para
entender el análisis de la acción pública. Por tal motivo, los procesos de decisión de políticas
se complementaron.
Este campo de estudio forma parte del proceso para definir las acciones deriva- das de la
estructura e interacción entre los elementos del sistema político, inmerso en el ámbito del
Estado. De acuerdo a Peters (1982), se define como “el conjunto de acti- vidades de las
instituciones de gobierno, actuando directamente o a través de agentes, y que van dirigidas a
tener una influencia determinada sobre la vida de los ciudadanos” (Alcántara, 2004, p.106).
Conforme a Theodore Lowi (1972), las políticas públicas se manifiestan de cua- tro maneras:
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igual acceso a los recursos.
• Las políticas esenciales o constitutivas, que definen reglas como los códigos o re-
glamentos, sirven al país como un todo al atender las necesidades operativas del propio
Gobierno y de la Administración Pública, y determinan principios que sus- tentan la
seguridad nacional (Lowi, 1972, pp. 298-310).
El idioma inglés tiene la ventaja de contar con diferentes términos para distintos conceptos,
y para los cuales el idioma español cuenta con uno solo, “política”: Policy implica el cuadro
de las acciones de gobierno, Politics determina la lucha por el poder, y Polity representa el
marco general donde convergen las otras dos.
En virtud del cambio en los valores sociales y políticos del contexto internacional, con más
repercusión en el pensamiento administrativo estadounidense, se impulsa la corriente
llamada Nueva Administración Pública, mediante organizaciones más humanas y
democráticas. Algunos de sus principales estudiosos fueron Abraham Maslow (1954) y Elton
Mayo (1933), quienes tuvieron gran influencia en el de- sarrollo de esta tendencia, junto a
Douglas McGregor (1957) y Warren Bennis (1966). Las propuestas humano-relacionistas y
de gestión participativa se conceptualizan en las organizaciones públicas y privadas; se
analizan las limitaciones en la estructura organizativa para que individuos “sanos” concilien
algunos temas relevantes, como su autorrealización, con los objetivos impuestos por la
organización.
Se desprende de esto la necesidad de un trabajo estratégico por parte de los ad- ministradores
para tratar de conciliar objetivos y visiones distintas, y en ocasiones contrapuestos. Para ello,
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se propone rediseñar aspectos claves en la estructura, dise- ñando estrategias de
descentralización y delegación de funciones, así como la incor- poración de métodos para
medir el desempeño laboral, en función de los objetivos y metas establecidos previamente
por ellos mismos.
individuos concilien sus metas personales con las metas de la organización (véase Harmon y
Mayer, 2001, p. 240).
La corriente de estudio de la Nueva Administración Pública fue sometida a diver- sas críticas,
con lo cual surge una nueva corriente denominada Nueva Economía Po- lítica; la disciplina
administrativa fue objeto de crítica en cuanto a su status científico, y su cientificidad fue
censurada. Algunos autores como Vincent Ostrom, en su texto The Intelectual Crisis in
American Public Organizations (1974), propusieron un nue- vo método para el análisis
administrativo: Este método planteaba un objeto de estu- dio diferente; proponía el estudio
de la toma de decisiones colectivas como método y objeto de estudio. Además, debería ser
trasladado de la ciencia económica, disciplina social con un rigor científico más consolidado
y metodológicamente con más presti- gio e influencia en ese momento.
Las ideas de Vincent Ostrom, armonizaban con las ideas de Buchanan y Tullock, expresadas
en el libro The calculus of consent, logical fundations of constitutional de- mocracy (1962),
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con una consideración argumentativa muy pragmática: el egoísmo humano. Estos estudiosos
analizaron cómo el bien común no es otra cosa que el re- sultado de la suma del bienestar
alcanzado por el individuo, por tanto su comporta- miento como manifiesto individual e
interesado requiere del gobierno como media- dor, para acordar y consensuar acerca de
decisiones colectivas. El parámetro de eficiencia del gobierno, sostenía este autor, es el logro
de la mayor suma de beneficios individuales con el menor costo colectivo posible. El claro
abandono de la brecha clásica entre la Política y la Administración se fue clarificando con
mayor intensidad, bajo el precepto de que las reglas y normas administrativas tenían un claro
interés político en la naturaleza de los individuos.
45
tamaño y la escasa eficacia de las acciones emprendidas por los diferentes gobiernos en turno.
Los orígenes de la reforma gerencial se remontan a los años de la crisis en los precios del
petróleo. Los años setenta del siglo pasado las economías desarrolladas y emergentes
enfrentaron grandes ciclos recesivos en el contexto mundial, complejidad aunada a las crisis
de la deuda de las décadas de los años setenta y ochenta. En los países en vías de desarrollo
se acentuaban los problemas crónicos de inflación y deu- da con incapacidad para evitar las
fluctuaciones cíclicas en los procesos económicos del contexto internacional y local. Los
países más industrializados, con economías de mercado, afectados por el entorno
consideraron pertinente reevaluar la función del Estado, generando con ello una reforma
administrativa: así dio inicio la reforma ge- rencial de los años ochenta. La característica más
representativa del movimiento glo- bal de reforma fue asistida con un significativo contenido
ideológico: proponía un cambio de valores en el sector público. Implicó la reducción del
Estado, el diseño de incentivos de tipo mercado, la implementación de políticas de medición
del desem- peño, además de políticas orientadas a equilibrar los recursos fiscales, a la
privatiza- ción de organismos no prioritarios y a la reducción de costos operativos; estos ele-
mentos se impusieron como los valores centrales de la reforma gerencial de acuerdo al
Informe sobre el Desarrollo Mundial (Banco Mundial, 1983).
América Latina, obligó a reconsiderar el papel del Gobierno. La exigencia de calidad en los
servicios públicos, y de un mejor trato a los ciudadanos y usuarios de dichos servicios, ponían
en un gran dilema al modelo administrativo clásico. El Banco Mun- dial (1983), a través del
análisis-diagnóstico, proponía “aprovechar la iniciativa, las aptitudes administrativas y
técnicas competitivas del sector privado para la presta- ción de mejores servicios públicos,
recomendaba hacerlo por medio de empresas privadas, y de esa forma economizar gastos
administrativos”.
La década de los años setenta y principios de los ochenta fue un campo propicio para
emprender propuestas relacionadas al funcionamiento ideal del Gobierno en la economía,
implicaba redefinir la formación de los administradores públicos transfi- riendo el uso de
46
herramientas de la gerencia privada. Gernod Gruening, en su pro- puesta académica Origin
and Theoretical basis of New Public Management (1998), se describen algunas herramientas
como la administración por objetivos, la gestión es- tratégica, la medición del desempeño y
el presupuesto base cero. Es pertinente aclarar que estos modelos globales surgen de los
regímenes conservadores de Estados Unido y la Gran Bretaña, a partir de las elecciones de
Ronald Reagan (1980), y Margaret Thatcher (1979), líderes que orientaron sus políticas
económicas en el marco del Neo- liberalismo, con lo cual construyeron las bases para las
reformas gerenciales del sector público, con fuerte injerencia y contenido de la gerencia
privada.
Esta corriente de estudio funda su valor esencial en la eficiencia económica: la or- ganización
debería ser capaz de adaptarse al entorno y adelantarse con rapidez a las nuevas exigencias,
con capacidad para elaborar diagnósticos de la situación actual y futura. La ley es un precepto
fundamental para normar la operación de la organización pública. El reto estructural y
funcional en esta corriente de estudio implica transformar las capacidades organizacionales
y laborales de manera de ser competitivos en el plano económico, bajo el paradigma de la
eficiencia en el uso de los recursos públicos.
Las prescripciones de la Gestión Pública ya aludidas fueron una primera aproxi- mación a la
revolución gerencial; sus fundamentos se reflejan en reformas de natura- leza económica. El
ideal del mandato suponía la reducción del tamaño del Estado y el ajuste presupuestal y del
gasto público. Asimismo comprendía la incorporación de mecanismos de competencia en la
Administración Pública, orientados hacia el mer- cado. Estas nociones estarían presentes en
el discurso político-tecnócrata de las dé- cadas de los años setenta y ochenta del siglo pasado.
A pesar de que esta perspectiva no estableció un sólido paradigma y su ambigüe- dad presentó
dificultades para teorizar, como lo argumentó Barry Bozeman, sería reconocida como uno de
los fundamentos clave para la Nueva Gestión Pública en los años siguientes. La
investigación, la enseñanza y la práctica de la Administración Pública han compartido
elementos comunes que tienden a desarrollar el paradigma de lo público, definido por
Bozeman como el “rompecabezas” de la nueva reconfigu- ración de lo público, como base
para impulsar la práctica y la educación en una mis- ma dimensión de estudio (Bozeman,
1998, p. 209).
La Nueva Gestión Pública se integró con diversas propuestas teóricas, después de la reforma
gerencial de los años ochenta, con alto contenido economicista como respuesta a la crisis
financiera. En la década de los años noventa el Banco Mundial (1998) afirmaba que “la
acción recíproca entre el Estado y el mercado, había propor- cionado un aprendizaje esencial
para fomentar el desarrollo, de tal suerte que el go- bierno debería actuar con el mercado a
modo de complemento”. Por consiguiente, se propuso promover reformas adicionales de
segunda generación, ante los resultados negativos, en especial en la región de América
Latina; estas innovaciones apuntaban a mejorar las condiciones sociales y a tratar de
disminuir la pobreza. Estas reformas también se orientaban a reestructurar el Gobierno
central y sus relaciones con los gobiernos locales. Mención especial merecen las estrategias
que recomendaban el combate incesante a la corrupción, el transparentar y simplificar el
entorno legal y reglamentario, y de forma especial la reforma de los sistemas de servicio civil
y la definición de los sistemas de profesionalización del sector público, y mejorar sustan-
48
cialmente la recaudación de impuestos (Beyond The Washington Consensus, Burky, Shahid
y Perry, 1998).
La redefinición de lo público se asume en virtud de que las reformas han tenido asimetrías
en función del nivel de aplicabilidad de los modelos en América Latina, que no han generado
buenos resultados locales, al persistir la pobreza extrema y las desigualdades de riqueza en
la región. En 1999, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), propuso
a los gobiernos reformas más concretas para lograr mejores resultados con un componente
medular: la dimensión social. Ante este escenario se postulan nuevas reformas a las
administraciones públicas, replan- teando los esquemas tradicionales y haciéndolos más
inclusivos a la participación social en los procesos políticos y en las decisiones locales. Los
términos gobernanza y eficacia administrativa comienzan a difundirse para redefinir lo
público de forma más integral y participativa por parte de los demás actores del sistema
político en los procesos de decisión pública (PNUD, 1999).
Los principales objetivos fundacionales de las reformas tuvieron que ver con una mayor
atención a los resultados, con la transferencia de competencias y el logro de mayores
flexibilidades, con una mayor responsabilidad y controles fortalecidos; con la orientación
hacia el concepto de “cliente” y el servicio, y con una mayor capacidad para definir
estrategias y diseñar políticas. Además, se propusieron los siguientes ob- jetivos: la
49
instrumentación de la competencia y otros elementos de la economía de mercado, mejorar
las relaciones con los demás órdenes de gobierno y niveles admi- nistrativos. Esto implicó
un cambio gradual hacia un nuevo paradigma administrati- vo, sin la existencia de un modelo
de referencia que atestiguara una reforma ideal. Las experiencias documentadas sobre su
aplicación fueron desiguales en el caso latinoa- mericano; en esta región algunos países aún
se encuentran debatiendo en la academia la efectividad de las etapas previas a su
implementación, como sostuvo en su oportu- nidad el Informe final del Diagnóstico del
Comité de Gestión Pública (OCDE) y el Servicio de Gestión Pública (PUMA), en 1994.
La segunda generación de reformas que toman lugar en la primera mitad de los años noventa
se concentró en la reconstrucción del aparato del Estado. En el caso de la reforma gerencial
en América Latina el rumbo y características fueron muy parti- culares y diferentes,
comparadas con el desarrollo de la Nueva Gestión Pública nor- teamericana. En América
Latina esto implicaba consolidar el régimen democrático, reconstruir al Estado y hacer al
gobierno más eficiente con base en los recursos de que dispone e impulsar la transparencia.
Las especificaciones de la región advierten de una historia, una cultura, una economía y un
conglomerado social con necesida- des distintas ante el Estado.
Como lo señalan A. De Haro, G. García, J.R. Gil y E. Ramírez (2004), el nuevo insti-
tucionalismo económico es un fundamento de la Nueva Gestión Pública, partiendo de la
teoría de la elección pública, además de los postulados de la teoría de los costos de
transacción y la del agente principal. La teoría de la burocracia maximizadora del
presupuesto, analizada por William Niskanen en 1971, sostiene que “la maximiza- ción del
presupuesto estará en ocasiones relacionada con el hecho de explotar el poder de monopolio
de la burocracia en el mercado de factores, o bien en su condi- ción de proveedor único de
ciertos bienes y servicios ante los ciudadanos-clientes” (p. 75).
Desde los años setenta del siglo xx las reformas gerenciales se posicionaron en la
Ante tales escenarios de influencia disciplinar, Omar Guerrero, sostiene: “se pri- vilegiaron
los clásicos planteamientos de la economía neoclásica formulados por los economistas
neoliberales como Ludwig von Mises, Friedrich Hayek, Milton Fried- man y James
Buchanan, sus postulados enmarcaban el retorno del intercambio mercantil, evocando la
filosof ía de Adam Smith” (Guerrero, 2002, p. 42). El neoins- titucionalismo económico
proporcionó las bases teóricas de las innovaciones orga- nizativas y operativas de la Nueva
Gestión Pública. En la práctica el management empresarial inspiró los patrones de
operaciones de la gestión pública y de la Nueva Gestión Pública.
Para Ricardo Uvalle Berrones en el estudio introductorio de la edición en español del libro
La Argumentación Administrativa, publicado en 1997, es esencial lo que argumentan
Christopher Hood y Michael Jackson. Tanto la Nueva Gestión Pública como el cameralismo
52
tardío, son filosofías administrativas que tienen una concepción doctrinaria común, lo cual
permite identificarlas mediante similitudes relevantes: el uso del término “gerencia pública”
(public management), el acento en la tecnología administrativa como llave de efectividad de
la gerencia estatal (state management), la opinión de que la ejecución debe ser separada de
la política; el énfasis en el sistema financiero del Estado, la preferencia del Estado por evitar
manejos directos en proce- sos y transacciones, la tendencia hacia la centralización de las
decisiones en lo alto de la estructura administrativa, y la escasez de cuestionamientos de los
parámetros so- cial y político según los cuales actúa la gerencia (Hood y Jackson, 1997, pp.
30-32).
Para David Arellano Gault (1995), las corrientes que le dan sustento a la Nueva Gestión
Pública son la teoría de la elección pública, las mejores prácticas y la desre- gulación,
observando con ello una clara intención de intercambiar e instrumentar prácticas gerenciales
del sector privado en el sector público, destacando el enfoque de las mejores prácticas y lo
que representa el análisis económico (citado por Martínez, 2007, p. 29).
El gerencialismo no es una práctica irreflexiva sino, por el contrario, está influen- ciado por
las investigaciones y propuestas de los académicos de las escuelas de negocios y alta
dirección; se puede apreciar que ha sido un trayecto que puso al descubier- to la transición
de la gestión burocrática-científica a la gestión estratégica, a la gestión de calidad, a la gestión
del conocimiento y del entorno, transformación respaldada por instrumentos innovadores
en la gestión financiera, contable y presupuestal, y de control de gestión como los tableros
de mando perfeccionados y cada vez más equi- librados e integrales (Aguilar, 2008, pp. 232-
53
236).
En el contexto académico de Estados Unidos, de acuerdo con Laurence Stifel (Edu- cation
and Training for Public Sector Management in Developing Countries, 1977), el criterio que
prevalece es una clara distinción entre public administration y public ma- nagement, como
vocablos que se relacionan con significados diferentes en función de la acción del
administrador. El primer término, traducido literalmente como Admi- nistración Pública,
tiene una connotación más tradicional, centrada en la aplicación de las funciones
administrativas genéricas con cierto grado de pasividad y orienta- ción hacia el statu quo.
Esta noción se asocia con una concepción de la Administra- ción como disciplina aplicada y
basada en la utilización mecanicista de conceptos administrativos tradicionales, a decir de
Richard Stillman en su texto Preface to Pu- blic Administration: A Search for Themes and
Directions (1991).
El segundo término, de acuerdo a Sonia M. Ospina Bozzi, traducido como gestión pública
connota una orientación más agresiva, orientada a la acción y a la solución creativa de los
problemas de la Administración dentro de un contexto de innovación y con la ayuda de
instrumentos racionales, implica entenderla como la acción práctica del Gobierno, que lleva
a cabo planes, programas y políticas de gobierno. Esta concep- ción, a nuestro juicio, es más
globalizada e integral, basada en la aplicación de conoci- mientos, métodos y técnicas
modernas, y apoyada en ejercicios de reflexión sistemática de la práctica profesional en el
contexto del trabajo (Ospina, 1993, pp. 37-38).
Autores como Albi (Albi et al., 1997) entienden que la Gestión Pública es sustan- tivamente
gestión en el sentido que hoy da a este término la economía de las organi- zaciones, es decir
un “conjunto de decisiones dirigidas a motivar y coordinar a las personas para alcanzar metas
individuales y sociales. Y es pública por la naturaleza de sus fines colectivos y el marco de
restricciones jurídico-político en el que se desen- vuelve. El estudio económico de la gestión
pública exige conocer: los conceptos bási- cos de la economía de las organizaciones; y los
rasgos diferenciales de las principales formas de organizativas mediante las que pueden
resolverse los problemas de moti- vación y coordinación” (pp. 19-20).
Una de las definiciones más representativas de la gestión pública que resume tendencias y
enfoques del ámbito académico y de su práctica, es la que sugiere Barry Bozeman en Public
Management: the State of the Art (1993), en uno de los múltiples foros celebrados en Estados
Unidos para discutir la naturaleza de esta corriente de estudio, afirmaba: “supone un foco
sobre una estrategia más que sobre un proceso gerencial, sobre relaciones
interorganizacionales más que sobre relaciones intraorga- nizacionales, y sobre le
intersección de la gerencia y la política pública”.
A decir de David Arellano Gault, la Nueva Gestión Pública en su discurso admite por un lado
55
una lógica económica eficiente, con sustento en el nuevo institucionalis- mo económico, y
por otro lado una dinámica de gestión basada en la innovación constante, con sustento en el
gerencialismo. Estas dos posiciones han estado en dis- cusión con el objeto de sobreponer
alguna de estas dos posturas analíticas. Sin em- bargo, en la práctica estas dos orientaciones
conviven en un ejercicio concreto. Pareciera que hay un predominio del discurso técnico,
económico o gerencialista, dado a través de las diversas argumentaciones y la bibliografía
disponible. Sin em- bargo, siguiendo esta lógica y con una idea aludida en este texto, el
investigador Arrellano (2005), asume que la Nueva Gestión Pública es un fenómeno social,
una construcción que parte de supuestos epistemológicos y que debe su existencia a una serie
de procesos y condiciones sociales. Es además, una construcción política, en virtud de que
su diseño e implementación en la práctica ha estado sujeta a los vaive- nes de instituciones
como congresos, parlamentos y las distintas oficinas, organis- mos y agencias del Ejecutivo
en diferentes contextos y países (véase Uvalle, 2005, pp. 90-91).
De acuerdo con esta visión, Uvalle Berrones, define la Gestión en el ámbito del sector
público, señalando que constituye una gerencia “que se inserta en los procesos de gobierno
y en el destino de la sociedad abierta. Sus referentes básicos son la gober- nabilidad, la
democracia política, la descentralización, la participación ciudadana y su responsabilidad en
los asuntos gubernamentales y públicos” (Uvalle, 1994).
La historia nos remite al gran debate que ha tenido el modelo de intervención del Estado
social en Latinoamérica; este esquema configuró un patrón de gobierno auto- ritario que ha
evolucionado en la región. La crisis de legitimidad crónica, y de eficacia y eficiencia motivó
56
a la reflexión para implementar reformas administrativas de últi- ma generación.
Los preceptos de índole legal, los procedimientos bajo la óptica de eficiencia ad- ministrativa
y la teoría de la burocracia influenciada por Max Weber, eran los ele- mentos fundamentales
del contenido de la disciplina de la Administración Pública tradicional que prevalecieron toda
una época. En las décadas de los años setenta y ochenta, a raíz de las crisis económicas, el
Estado de bienestar se cuestiona. El creci- miento excesivo del aparato gubernamental y la
ampliación de la cobertura de los servicios básicos se comienzan a cuestionar por parte de
una ciudadanía más crítica y reflexiva. El modelo de Estado impulsado por los países
desarrollados en la posgue- rra, propulsor de una era de prosperidad sin precedentes en el
capitalismo, entró en crisis hacia finales de estos años.
En términos de Anthony Giddens, en La Tercera Vía y sus Críticos (2001), las li- mitaciones
del estado burocrático se hicieron evidentes, sin embargo el autor sostie- ne que el hecho de
estar consciente de esa evolución no implica afirmar que el poder público debe adoptar un
papel acotado: “la reforma del Estado puede dotar al gobier- no de mayor influencia (y no
menos que antes). Existe una diferencia entre un Estado grande, medido por su número de
funcionarios o el tamaño de su presupuesto, y un Estado fuerte”. El autor advierte que “es
pura fantasía suponer que puede reducirse la imposición a un mínimo y, tal vez, mantener el
orden social o crear prosperidad eco- nómica. Se requiere ajustar el poder gubernamental y
estatal a las exigencias de la era del conocimiento global” (pp. 67-68).
En fechas posteriores se replanteó la tesis original y se reconsideró que el tamaño del Estado
no era el objetivo esencial; se ratifica que el gobierno desarrolla encomien- das y funciones
fundamentales para los países emergentes o en vías de desarrollo y se replantea la reflexión
con énfasis en la calidad; es decir, el imperativo no era la canti- dad y el tamaño del gobierno,
sino la calidad y la responsabilidad de sus acciones ante la sociedad.
Durante los últimos cincuenta años, afirman Bresser Pereira et al. (1998), el mo- delo
burocrático clásico con características rígidas se ha agotado y muestra fisuras en su capacidad
de gestión y operación; la estructura tradicional, basada en el control paso a paso de normas
y procedimientos, es insuficiente para brindar respuestas en un entorno muy complejo y
dinámico.
De acuerdo a lo anterior, afirmamos que en nuestra perspectiva de análisis los dos campos
de estudio, la política y la administración, son dos dimensiones indisolu- bles y convergentes
en muchos aspectos de la gobernabilidad en el ámbito del sistema político. Como lo sostiene
John M. Ackerman, los impulsores de la agenda de buen gobierno ignoran la experiencia
estadounidense, donde se ofrecen lecciones muy di- ferentes. De acuerdo a este autor, la
construcción de un aparato administrativo fuerte es un esfuerzo político, que surge del
conflicto interinstitucional y de una intensa inte- racción entre Estado y sociedad.
Recomienda el autor prestar atención a la experiencia real de Estados Unidos. Nos
referiremos a continuación a dos corrientes representativas del pensamiento administrativo
norteamericano (Ackerman, 2005), sujetas a la con- sideración de la reforma gerencial.
La otra posición sostiene que los burócratas son políticos y la construcción de la burocracia
es un acto político. Para entender cómo se ha desarrollado el Estado Ad- ministrativo
Moderno es necesario capturar la dinámica de la negociación política, la toma de decisiones
y la formación de coaliciones, rompiendo tanto con las versiones funcionalistas como con los
puntos de vista tecnócratas que dominan el estudio del desarrollo burocrático. La reflexión
implicada enuncia que al pensamiento analítico no le ayuda mucho imaginar la existencia
de la falsa dicotomía Política-Administra- ción, donde los políticos electos forjan coaliciones
y promueven sus intereses mien- tras que los administrativos esperan pautas y órdenes de sus
jefes (Ackerman, 2005, pp. 228-229).
De acuerdo a autores como White y Mosher, “la base gerencial era el comienzo del estudio
de la Administración Pública, más que el fundamento del derecho”. La influencia de la
metodología gerencial empresarial racional de la administración científica de Frederick
Taylor, fue determinante para el pensamiento administrativo norteamericano. Esta doctrina
de la eficiencia ha resultado dominante. Además, es la fuente de legitimidad desde la época
progresista.
60
7.3. Privatización.-
Si la privatización logra todo esto, vemos en cambio que en muchos países no se ha avanzado
con la misma. Al respecto los CONSERVADORES dicen que la OPOSICION viene de
aquellos grupos que son responsables de los programas públicos (políticos con intereses
propios, funcionarios públicos y beneficiarios con grandes intereses en el gasto público)
También manifiestan que nuestra vida política contiene un sector público inflado y parásito
que impide la actividad y el crecimiento de una economía privada mucho más fluida.
61
En este documento se rebatirá los argumentos específicos a favor de la privatización y además
el cuadro general de nuestro mundo político y económico que describen quien es y se inclinan
por la privatización, sin embargo, hay que anotar, que no se trata de apoyar a un punto de
vista u otro sino que por lo contrario una verdadera política pública debe reconocer las cosas
que podría funcionar mejor una alternativa privada e igualmente, las cosas en que muchas
cosas de manejo público podrían remediar los fallos endémicos del mercado. En
consecuencia, no se trata de seleccionar entre público y privado sino entre las muchas
estructuras mixtas posibles, públicas y privadas la “MEJOR” no necesariamente será la más
eficiente ya que una evaluación apropiada de las alternativas debe tomar en cuenta aspectos
de JUSTICIA, SEGURIDAD Y CIUDADANIA.
62
tampoco eliminan – se reducen – la responsabilidad de los funcionarios públicos
respecto a los resultados de dichos gastos.
Sin embargo, aún las formas más integrales de privatización pueden implicar formas
indirectas de subsidio y control público.
b. Estas formas de privatización difieren también en el efecto que pueden tener sobre la
competencia.
Al respecto debe hacerse una distinción entre dos procesos relacionados la
PRIVATIZACION y la LIBERALIZACION.
De todo esto podemos decir que la privatización no es tan sencilla y que además debemos
tomar en cuenta que existe una diferencia obvia, radical, entre la privatización total y parcial
y otra diferencia sutil- igual importante- entre la privatización y la liberalización.
Como conclusión podemos manifestar que para que la privatización puede proponerse como
medida para mejorar el rendimiento de los servicios específicos, la intención anterior de
algunas de sus proponentes es la de reducir el apoyo al manejo público en sí.
63
La corriente privatizadora ha estado rondando por toda América Latina, en algunos casos
como lo sucedido en Argentina, su implementación condujo a esa gran nación, a la crisis
nunca antes vista. Este proceso permitió ciertamente disponer de gran cantidad de recursos
económicos que al ser mal utilizados, en poco tiempo desencadenó en la peor catástrofe.
Sin embargo es importante tener en cuenta algunos puntos de vista desde diferentes corrientes
sobre este importante tema.
Por lo tanto se puede decir que la privatización con toda seguridad contribuirá a aumentar los
ahorros, la inversión, la producción y el crecimiento.
Si esto fuera así todas las economías con las mayores relaciones de gasto publico tendrían un
crecimiento lento. Pero la realidad es otra ya que estudios comparativos han demostrado que
ese no es el caso.
a) Gran parte del gasto público representa un inversión en calidad humana e intangible,
al igual que en la infraestructura física (ayuda al desarrollo del capital social y
económico a largo plazo)
b) Gran parte del aumento actual en el gasto público ha sido en forma de pagos de
transferencia, que redistribuye los ingresos pero no agotan los recursos que entonces
estarían disponibles para la inversión.
El efecto de los gobiernos sobre el crecimiento económico depende principalmente
de la naturaleza de su intervención.
64
c) El aumento del gasto público contribuye a la estabilización de la economía.
Por otro lado hay que indicar que tampoco existe ninguna posibilidad de que los gobiernos
se deshagan de su responsabilidad por la estabilidad de la economía y el sistema financiero.
En muchos de los casos los gobiernos rescatan a entidades financieras que están a punto de
colapsar y todo parece indicar que este seguirá así.
Por todo esto podemos decir que hay una lección acerca de los límites de la privatización en
el sentido de que aunque exista desacuerdo en relación a los instrumentos políticos, no hay
duda de que los gobiernos seguirán respondiendo por el CRECIMIENTO ECONOMICO ya
que es imposible separarlo del manejo macroeconómico.
En la parte introductoria se manifiesta que nuestra vida política contiene un sector público
inflado y parásito que impide la actividad y crecimiento de una economía privada mucho más
fluida.
Actualmente vemos que esta tesis dejó mucho que desear ya que no explica las variaciones
en el tiempo ni a través de distintas sociedades – si las influencias sobre el presupuesto fuesen
siempre asimétricas (armonía de las partes entre sí y con el todo), entonces el gasto hubiera
crecido de igual forma en ciertos períodos en que su crecimiento fue lento.
También manifiestan los conservadores que el apoyo existente para el gasto público es
escaso; en la realidad vemos que gran proporción del público (Americano) ha apoyado
constantemente el crecimiento del gasto de los programas y servicios que proporcionan los
gobiernos.
Es por esta razón que los conservadores han fracasado en sus propuestas de privatización ya
que ellas son contrarias a las teorías del crecimiento gubernamental.
En este sentido vemos que la privatización parcial es distinta de las formas más radicales.
65
Cuando solo son los medios de ejecución los que se privatizan la oposición de los
funcionarios públicos pueden ser críticos. Pero si los programas que en la actualidad son
operados directamente por el gobierno fuesen transferidos a contratistas privados y a
proveedores de servicio bajo sistemas de comprobante no se puede suponer que estos
proveedores privados ejercerían menos presión que los funcionarios públicos para
incrementar el gasto. La contratación amplía el conjunto de exigencias al tesoro. El hecho de
que se produzca equipo militar privadamente no reduce la presión sobre el presupuesto
militar.
Lo mismo sucede con los comprobantes de educación, ya que añadiría las escuelas privadas
y las familias que envían sus hijos a ellas, a la lista de quienes reclaman un mayor presupuesto
para la educación.
Los conservadores que propugnaron la privatización interpretan los resultados como prueba
de que los proveedores privados son superiores, pero esto significa que están fijando la
atención selectivamente.
Los partidarios de la privatización sienten una comprensión injustificada hacia los
contratistas privados y una hostilidad igualmente injustificada hacia los empleados públicos.
Hay que indicar que no se dan cuenta que pueden cobrar excesivamente, los incentivos
pueden ser manipulados por ventaja propia, etc.
Por todo esto se puede decir que si bien la PRIVATIZACION PARCIAL ha de reducir el
gasto público no lo logrará reduciendo la presión hacia el gasto. Existen evidencias de que
los productos privados tienen costos más bajos. Pero hay otros que afirman lo contrario.
1. Otras evidencias manifiestan que no existe diferencia de costos e incluso que a veces
los costos son mayores entre los proveedores privados.
66
2. los estudios suelen carecer de evidencia acerca de la calidad de los servicios, por lo
tanto es difícil juzgar si los menores costos reportados son el resultado de mayor
eficiencia o de menor calidad.
Los comprobantes también pueden tener efectos frustrantes y perversos, estos añadirían por
lo menos parte del costo de educar a los estudiantes que están actualmente en escuelas
privadas. Pueden tener un efecto inflacionario. Las escuelas privadas probablemente
aumentarían las mensualidades de los alumnos apenas los comprobantes están disponibles.
Por lo tanto, aunque la privatización tiene la intención de trasladar los servicios del sector
público al sector privado lo que pudiera suceder es que las instituciones privadas llegarían a
parecerse más a las públicas.
67
7.4.1. Funciones Gerenciales
En primer lugar se debe definir un propósito y luego determinar los medios para alcanzarlos,
la función de planeación establece las metas de una organización, la estrategia general para
dichas metas y la elaboración de planes para integrar y coordinar las actividades. Los gerentes
son responsables también de diseñar la estructura organizacional y de dirigir y coordinar el
esfuerzo de las personas que integran las mismas; la última de las funciones que desarrollan
los gerentes es controlar para garantizar que las cosas salgan bien, el desempeño real debe
ser comparado con las metas previamente establecidos y si hay una desviación importante
proceder a corregirlos.
La gerencia pública integral es el arte de relacionar todas las facetas del manejo de una
institución para buscar una mayor competitividad, facilitando la gobernabilidad analizada en
el bloque II. La competitividad, en cambio, es la capacidad de innovar y mejorar
constantemente y para conseguirla se necesita la coordinación mutua entre el sector público
y el sector privado.
68
La administración pública se orienta a la obtención de los fines del Estado, a través de la
realización de acciones con el uso de medios y recursos; dichos fines se obtienen por la acción
de distintas entidades y organismos que integran el sector público ecuatoriano.
Centralización y descentralización son, pues, términos opuestos, pero nada impide que los
dos sistemas coexistan, de modo que pueda darse y de hecho se da que mientras algunos
organismos se agrupan dentro de un sistema de administración centralizada otros obedecen
a la descentralización administrativa.
a) El organismo descentralizado posee personalidad jurídica propia. Es decir, tiene por sí solo
capacidad para obligarse y obligar a otros, es titular de derechos y obligaciones y puede
comparecer en juicio, como demandante o demandado.
b) El organismo descentralizado posee patrimonio propio, distinto del patrimonio del Estado.
69
d) El organismo descentralizado está sujeto al “control de tutela” por parte del poder central,
control que pretende coordinar la acción del organismo descentralizado con la de la
administración central, pero sin quitarle su autonomía, control que se explica por la necesidad
de armonizar la actividad de los distintos órganos del Estado con el propósito de alcanzar los
altos fines sociales que el pretende.
Las normas que fijan la competencia no pueden ser alteradas por los funcionarios que están
llamados a ejercerla. Este principio básico del derecho público hace que la competencia sea
irrenunciable por parte del funcionario que la posee, improrrogable, es decir, no puede
ejercerse más allá de los límites en que ha sido otorgada por la ley, ni siquiera con el
consentimiento de los interesados e indelegable en otro funcionario, a menos que exista
autorización legal expresa para hacerlo, de modo que la competencia no puede trasladarse de
un organismo, entidad o funcionario a otro organismo, entidad o funcionario sino por
mandato de la ley o con autorización de ella.
70
7.5.3. Desconcentración de funciones.-
Consiste en el otorgamiento de funciones a un agente local para que las ejerza a nombre de
quien se las asigna o como la define la ley en, “la radicación de competencias y funciones en
dependencias ubicadas fuera de la sede principal del organismo o entidad administrativa” lo
cual no implica delegación y podrá hacerse por territorio y por funciones.
71
otra autoridad con funciones afines o complementarias, el ejercicio de alguna o algunas de
las funciones que le son propias.
72
adaptación de sus organizaciones a los entornos cada vez más competitivos . Dada estas
características, para el management privado, resulta prioritario el uso de técnicas
mayoritariamente inclinadas hacia el cálculo, la cuantificación y la elaboración de
indicadores. Las mismas, pueden clasificarse en tres grandes grupos.
73
En principio, y siguiendo a Echavarría y Mendoza (1999), destacamos cuatro aspectos que,
por su carácter estructural, le imprimen rasgos distintivos al contexto en el que tienen lugar
los procesos de gestión pública y que, como tal, difieren de la lógica impuesta por el mercado
a las compañías privadas.
La provisión de bienes públicos se realiza a través de las acciones del gobierno y no por el
mercado. El proceso político, como mecanismo de asignación de recursos , se caracteriza
básicamente por dos elementos: a) su preocupación por los aspectos redistributivos y de
equidad, aspectos no contemplados por el mercado y b) el condicionamiento impuesto por su
pluralismo , la fragmentación de la autoridad y el hecho de que el disenso sobre los objetivos
y el conflicto es legítimo.
Existen diversas y variadas formas a través de las cuales el sector público crea valor. Esto es,
a través de transacciones individuales con los ciudadanos (garantizando sus derechos,
prestándoles servicios o directamente transferencias monetarias), o por medio de aquellos
programas públicos cuyos beneficiarios no necesariamente son sus usuarios directos.
Asimismo, las regulaciones estatales son fuentes generadoras de valor, de naturaleza tal, que
no presentan analogías en el sector privado. Por otro lado, la creación de valor en el sector
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público se encuentra fuertemente condicionada por las percepciones sociales en torno a la
manera en que el proceso político-administrativo responde a las distintas demandas. Así, los
aspectos de transparencia, equidad, no discriminación, legalidad y receptividad forman parte
integral de dicho valor.
Se plantea aquí la ausencia de precios para los bienes públicos (que no pasan por el mercado),
lo que impide, por ejemplo, cuantificar los beneficios creados en términos de ingresos, o bien
poder reflejar desde los presupuestos públicos sólo una parte de los costos implicados en
algunos programas, como es el caso de los velatorios. Un segundo factor que dificulta la
medición del valor reside en las superposiciones que suelen ocurrir entre aquello que un
determinado programa produce materialmente (output) y los resultados (outcomes) o
impactos que realmente ha tenido la acción administrativa.
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consecuencia, “el núcleo de los problemas de la gestión pública se ubica en el plano
interinstitucional” (Metcalfe, 1999), lo que supone plantear soluciones alternativas a las
pensadas para una sola unidad. El camino hacia el diagnóstico compartido por las diferentes
instituciones, para repensar las reglas de juego, funciones y responsabilidades; el diseño de
sistemas adaptables, como una forma de compromiso permanente y de aprendizaje público,
y la configuración de esquemas de rendición de cuentas para promover el uso eficaz del
poder, se presentan como opciones diferenciadas, más acordes con la “innovación “ que con
la “imitación” que impone la aplicación de técnicas empresariales en el sector público
(Metcalfe, 1999).
El diagnóstico no debe limitarse identificación de los elementos giran en torno a las cuatro
directrices: Fortalezas, debilidades, oportunidades y amenazas, permitiendo de esta manera
obtener un diagnóstico preciso que permite, en función de ello, tomar decisiones acordes con
los objetivos y políticas formulados.
El FODA es una herramienta que permite analizar la situación actual de una organización,
estructura o persona, con el fin de obtener conclusiones que permitan superar esa situación
en el futuro.
La técnica del diagnóstico FODA permite conocer el entorno o elementos que están alrededor
de la organización. La importancia de realizar el diagnóstico es para reconocer los elementos
internos y externos que afecta de manera tanto positiva como negativa a la organización como
un todo y también para ayudarnos a definir qué elementos pueden ayudar o retrasar el
cumplimiento de las metas organizacionales; es decir, permite identificar la situación actual,
que está constituida por dos niveles: la situación interna y la situación externa.
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9.2. FODA.-
Fortalezas, son las características especiales con que cuenta una empresa y su competencia
no posee, ello potencia sus posibilidades de crecimiento y desarrollo. Dentro de las fortalezas
se consideran recursos medibles, capacidades y habilidades que se poseen, actividades que
se desarrollan positivamente.
Oportunidades, se trata de factores externos que una vez identificados pueden explotarse en
beneficio propio (logro de metas y objetivos), generando ventajas competitivas. Las
oportunidades pueden ser de tipo social, económico, político, tecnológico, etc.
Debilidades, son los factores negativos que posee la empresa y se convierten en barreras u
obstáculos para concretar las metas u objetivos planteados. Su identificación ayuda a
implementar estrategias para eliminar cualquier posibilidad de enfrentar una situación crítica.
Es importante subrayar que ubicar las debilidades no se trata de colocar las fortalezas en su
lado negativo, pues muchas debilidades probablemente no coinciden con los aspectos
positivos.
Amenazas, se trata de situaciones negativas que pueden afectar el desarrollo del negocio,
reducir su efectividad y riesgos.
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La herramienta de la matriz FODA, permite a las máximas autoridades a tomar decisiones,
para lo cual se debe realizar la elección entre las diferentes alternativas a efectos de resolver
las más variadas situaciones a nivel laboral, familiar, empresarial, etc.
La importancia de confeccionar y trabajar con una matriz de análisis FODA reside en que
este proceso nos permite buscar y analizar, de forma proactiva y sistemática, todas las
variables que intervienen en el negocio con el fin de tener más y mejor información al
momento de tomar decisiones.
Si bien la herramienta estratégica ideal para plasmar la misión, la visión, las metas, los
objetivos y las estrategias de una empresa es el Plan de Negocios, realizando correctamente
el análisis FODA se pueden establecer las estrategias Ofensivas, Defensivas, de
Supervivencia y de Reordenamiento necesarias para cumplir con los objetivos empresariales
planteados.
Se puede comenzar por la identificación del problema más importante y de sus causas y
consecuencias, el resultado alcanzado se expresa mediante el trazo o dibujo del árbol del
problema. Debe llegarse a un consenso sobre el problema central que constituirá la base del
tronco. Luego el grupo determina los principales efectos y consecuencias de este problema
que los inscriben en las ramas principales del árbol, reservándose las ramificaciones para los
efectos secundarios (consecuencias de las consecuencias). En las raíces se expresan las
causas y orígenes del problema central, ordenándose también en causas principales y
secundarias. El resultado es fijar una jerarquización de las causas y consecuencias de la
situación de desigualdad planteada.
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9.3.2. Árbol de Soluciones.-
El Marco Lógico es una herramienta de trabajo con la cual un evaluador puede examinar el
desempeño de un programa en todas sus etapas. Permite presentar de forma sistemática y
lógica los objetivos de un programa y sus relaciones de causalidad. Asimismo, sirve para
evaluar si se han alcanzado los objetivos y para definir los factores externos al programa que
pueden influir en su consecución.
La Matriz de Marco Lógico que se elabora para efectos de la evaluación debe reflejar lo que
el programa es en la actualidad. Si bien muchos programas no han sido diseñados con el
método del Marco Lógico, se debe realizar un ejercicio de reconstrucción de los distintos
niveles de objetivos del programa (fin, propósito, componentes) con sus respectivos
indicadores, que permitan medir el nivel de logro alcanzado.
El Enfoque de marco Lógico, termina siendo un requisito para solicitar recursos, los
proyectos del futuro serán formalmente más presentables que los que hasta ahora se hayan
conocido, pero adolecerán de los mismos errores de siempre.
Cómo todos los métodos de planificación participativa, el EML trabaja por consensos, es
decir, los juegos de mayorías y minorías están descartados. Se trata de alcanzar territorios de
confluencia entre todos los participantes y no de imponer una visión sobre todas las otras
posibles. El EML, además de proponer una serie de temas ordenados de discusión en los que
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es preciso llegar a acuerdos entre todas las partes implicadas, propone una serie de
procedimientos para las discusiones y manera de visualizar los acuerdos alcanzados.
El EML, consta de cinco pasos de discusión que sistematizan las tareas imprescindibles
durante las etapas de identificación y diseño de un proyecto de desarrollo. Esos pasos son los
siguientes:
• Análisis de participación
• Análisis de los problemas
• Análisis de los objetivos
• Análisis de las alternativas
• Matriz y planificación del proyecto
Los cuatro primeros pasos son de identificación y contribuyen a sistematizar una de las fases
más importantes de la vida de un proyecto que habitualmente tiende a quedar en una nebulosa
de generalidades. A través de estos pasos se pretende hacer explícito los mecanismos que han
llevado a justificar la oportunidad de la opción seleccionada
Se pretende dos cosas, la primera, se trata de tener una visión, lo más precisa posible, de la
realidad social sobre la que el futuro proyecto pretende incidir. Los criterios para la
selección de los beneficiarios son específicos en cada ocasión y dependen de las prioridades
de cada persona o institución. Pero las preguntas que deben valorarse en cada caso son:
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9.4.2. Análisis de los problemas.-
Los problemas van siempre con las personas. Por lo tanto, el llamado análisis de la
situación es, de hecho, el análisis de la participación más el análisis de problemas.
En resumen el árbol de problemas debe ofrecer una visión parcial de la realidad, estructura
en torno a los problemas que padece un colectivo o unos colectivos de personas.
Los problemas que habían sido descritos como “situaciones negativas percibidas como tal
por algunos de los implicados” pasan ahora a ser definidos como “estados positivos que se
establecen sobre la resolución de los problemas anteriormente identificados”. Es decir para
el enfoque de marco lógico, los objetivos de desarrollo se construyen sobre la solución de
problemas concretos que afectan a personas concretas y cuya definición y relaciones se han
establecido en el paso anterior.
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El análisis de alternativas cierra la etapa de identificación y da paso al diseño o formulación
de la intervención. Los criterios que pueden manejarse para la valoración de las diferentes
alternativas detectadas son muy variados pero pueden avanzarse algunos que se consideran,
con carácter general, como fundamentales: Recursos disponibles, tiempo estimado para el
logro de los objetivos, adecuación a las prioridades de cada una de las partes implicadas,
riesgos identificados en cada una de las alternativas, contribución de las diferentes
alternativas al logro de objetivos, posibles efectos generados por el logro de los diferentes
objetivos, vinculación entre las distintas alternativas y colectivos seleccionados, y,
posibilidades de viabilidad de cada una de las alternativas.
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10. UNIDAD IV: PLANIFICACIÓN DEL ECUADOR
Dentro de los aspectos esenciales que configuran el nuevo pacto social ecuatoriano, se
pueden identificar tres ejes: a) Eje 1: Derechos para todos durante toda la vida.; b) Eje 2:
Economía al servicio de la sociedad.; c) Eje 3: Más sociedad, mejor Estado.
• Objetivo 1. Garantizar una vida digna con iguales oportunidades para todas las
personas
• Objetivo 2. Afirmar la interculturalidad y plurinacionalidad, revalorizando las
identidades diversas
• Objetivo 3. Garantizar los derechos de la naturaleza para las actuales y futuras
generaciones.
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• Objetivo 4. Consolidar la sostenibilidad del sistema económico social y solidario, y
afianzar la dolarización
• Objetivo 5. Impulsar la productividad y competitividad para el crecimiento
económico sostenible de manera redistributiva y solidaria
• Objetivo 6. Desarrollar las capacidades productivas y del entorno para lograr la
soberanía alimentaria y el Buen Vivir Rural
• Objetivo 7. Incentivar una sociedad participativa, con un Estado cercano al servicio
de la ciudadanía
• Objetivo 8. Promover la transparencia y la corresponsabilidad para una nueva ética
social
• Objetivo 9. Garantizar la soberanía y la paz, y posicionar estratégicamente al país en
la región y el mundo
10.2. Políticas.-
Es la orientación o directriz que debe ser divulgada, entendida y acatada por todos los
miembros de la organización, en ella se contemplan normas y responsabilidades de cada área
de la organización.
Las políticas son guías para orientar la acción, son lineamientos generales a observar en la
toma de decisiones. Las políticas son dictadas desde el nivel jerárquico más alto de la
organización o del estado en el caso del Plan Nacional de Desarrollo.
10.3. Metas. -
Cada política cuenta con varias metas que permitirán dar seguimiento, como una herramienta
muy útil para hacer el seguimiento de la planificación y evaluar su grado de cumplimiento;
(Investigación)
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10.4. Estrategia Territorial Nacional. -
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