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GUÍA DE LEGALIZACIÓN DE LAS HUELGAS

Cuando decidamos convocar una huelga en nuestro centro de estudio como


forma para potenciar nuestras reivindicaciones, debemos ser conscientes de
que la actitud de las autoridades académicas, a todos los niveles, va a ser la
de limitar nuestra táctica y ponernos todas las trabas posibles. En este
sentido, el ejemplo más común es el de directores y docentes que acuerdan la
convocatoria de exámenes en el mismo día en el que está convocada una
huelga, infundiendo entre las estudiantes la idea de que su ausencia a la
prueba no estaría justificada por la convocatoria de una huelga estudiantil.

Para encarar estas dificultades, nos será de gran utilidad conocer hasta qué
punto los distintos formatos que nos podamos llegar a plantear están
amparados legalmente o no, aun siendo conscientes de que el propio marco
legal está configurado para el mantenimiento de las bases de un sistema
educativo anti-popular y que, por tanto, también deberemos cuestionarlo
tanto en lo discursivo como mediante la práctica sindical que desarrollemos.

Es oportuno comenzar aclarando que el derecho a huelga y de reunión en los


centros de Enseñanzas Medias y Formación Profesional están reconocidos en el
Artículo 8 de la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE), que dice
así:

''Art. 8. [Derecho de reunión]

Se garantiza en los centros docentes el derecho de reunión de los


profesores, personal de administración y de servicios, padres de
alumnos y alumnos, cuyo ejercicio se facilitará de acuerdo con la
legislación vigente y teniendo en cuenta el normal desarrollo de las
actividades docentes. A fin de estimular el ejercicio efectivo de la
participación de los alumnos en los centros educativos y facilitar su
derecho de reunión, los centros educativos establecerán, al elaborar
sus normas de organización y funcionamiento, las condiciones en las

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que sus alumnos pueden ejercer este derecho. En los términos que
establezcan las Administraciones educativas, las decisiones colectivas
que adopten los alumnos, a partir del tercer curso de la educación
secundaria obligatoria, con respecto a la asistencia a clase no tendrán
la consideración de faltas de conducta ni serán objeto de sanción,
cuando éstas hayan sido resultado del ejercicio del derecho de reunión
y sean comunicadas previamente a la dirección del centro”.

Por lo tanto, a partir de 3º de la ESO, las estudiantes no necesitamos la


autorización de nuestras madres, padres u otras tutoras para participar en una
huelga, habiendo sido esto avalado por varias sentencias del Tribunal
Supremo. Ni la directiva, ni la docente de una materia pueden
sancionarnos o perjudicarnos por la no asistencia a un examen si la huelga
está legalizada, sino que están obligadas a repetírnoslo otro día. Ocurre del
mismo modo en el caso de las estudiantes de 1º y 2º de la ESO, pero estas
necesitarían contar con una autorización firmada por parte de una de sus
tutoras legales y entregarla en el centro -a la tutora del grupo o a la directora
del centro-.

Ahora bien, ¿cómo se legaliza entonces una huelga? Simplemente


necesitamos hacer entrega de un justificante a la dirección del centro con el
nombre del sindicato o asociación convocante y con el que especifiquemos los
días de la convocatoria y expongamos los motivos de la huelga. Es
recomendable que, para evitar que nos pongan más barreras, depositemos el
documento con, al menos, 10 días de antelación, si bien este requisito suele
definirse en la normativa particular del centro -normalmente, en las Normas
de Organización y Funcionamiento (NOF)-.

Igualmente, podemos distribuir nuestros materiales agitativos en el interior


del centro, así como utilizar sus instalaciones para la realización de
asambleas o reuniones de estudiantes, tal y como hemos visto que recoge el
mismo Artículo 8 de la LODE.

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Cabe destacar que es oportuno que nos guardemos una fotocopia del
justificante entregado por si hubiera algún problema posteriormente y desde
el equipo directivo del centro pretendieran probar que no hubo notificación
por nuestra asamblea.

¿Es necesaria que la asociación convocante esté legalizada?

Al no haber ninguna legislación ni estatal ni autonómica específica en lo


referido a las asociaciones estudiantiles, la regulación de estas está esparcida
a lo largo de los reglamentos de los centros educativos, sin embargo, a pesar
de que sean asociaciones estudiantiles con características propias, en última
instancia se rigen por la Ley Orgánica 1/2002 de 22 de marzo reguladora del
derecho de asociación. En el artículo 5 de la Ley se establece que las
asociaciones nacen con el acuerdo de constitución por el que se aprueban los
estatutos, y en el que deben figurar los nombres de los fundadores de la
asociación. Esta información debe recogerse en el denominado “acta
fundacional (el contenido se regula en el art 6 de la LO 1/2002)” y “con el
otorgamiento del acta adquirirá la asociación su personalidad jurídica y la
plena capacidad de obrar”, por lo que a priori no sería necesario “legalizar”
la asociación para que esta pudiera operar como tal, y por lo tanto convocar
huelgas.

En lo que respecta a la legalización de asociaciones, debemos comenzar


señalando que esta se suele confundir con la inscripción, pues las
asociaciones son legales desde que nacen y lo son hasta que la jueza o
tribunal competente decrete lo contrario. La inscripción consiste simplemente
en hacer constar la asociación creada en el registro, entendiéndose esta
operación como declarativa, teniendo la función de reflejar la asociación y los
fines de ésta con la intención de que cualquiera pueda enterarse.

Sin embargo, no se exige que la asociación esté inscrita en el registro de


asociaciones para que tenga capacidad de obrar, aunque es recomendable
que lo esté porque refuerza su personalidad jurídica, ya que en el Registro se

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deben recoger los estatutos y el acta fundacional y es más fácil probar la
existencia de la asociación, además de que a la hora de acceder a
subvenciones de los poderes públicos la mayoría de las convocatorias exigen la
inscripción en el registro de las asociaciones.

En definitiva, siempre que la asociación exista como tal (según lo dispuesto en


el artículo 5 a 9 de la LO 1/2002 de 22 de marzo), podrá convocar huelgas
estudiantiles en el ámbito territorial en el que desarrollen su actividad (se
permiten en este sentido asociaciones que actúen en cualquier ámbito
territorial, según el artículo 11 del Real Decreto 1532/1986, de 11 de Julio,
por la que se regulan las asociaciones de estudiantes: “Las asociaciones de
alumnos podrán federarse en el nivel local o en ámbitos territoriales más
amplios, así como confederarse”, sin que se requiera la inscripción -aunque,
como decimos, esto sea lo más recomendable-.

Convocatoria por la Junta de Delegadas

Otra de las formas por la que se pueden legalizar/convocar huelgas en los


centros educativos consiste en la legalización por parte de la Junta de
Delegadas (compuesta en la mayoría de los casos por las delegadas y
subdelegadas de todas las clases a las que se le reconoce el derecho a
asociación de forma explícita, a partir de 3º de la ESO). Esta legalización se
concreta en el Reglamento de cada centro, aunque la norma general, aunque
dependiendo del centro puede variar, consiste en la legalización por parte de
la mayoría absoluta (mitad más uno) de los miembros de la Junta de
Delegados de cada centro, quienes están legitimados para convocar la huelga
o legalizar una ya convocada en el centro. En algunos reglamentos se exige
además para que la huelga sea legal y surta efectos como el de no adelantar
materia o no poner exámenes que exista un seguimiento de al menos un 20%
del total de alumnos que tienen el derecho de asociación, se recomienda para
esto último dejar constancia de ello por escrito, añadiendo la motivación por
la que se convoca la huelga y con las firmas de las estudiantes. Si es una

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problemática del instituto explicarla y si es una huelga a nivel regional o
nacional valdrá con la motivación de la convocatoria

Aunque no se recoja en ninguna norma estatal o autonómica la potestad de la


junta de delegados de convocar huelgas, es algo que está generalizado y que
se regula de forma específica en los reglamentos de los centros.

Convocatoria en Universidades

En lo que respecta a la convocatoria de huelgas en Universidades, la


regulación está aún más fragmentada, dependiendo en la mayoría de los
casos de cómo lo recoja la normativa cada universidad, por lo que habrá
que acudir a una normativa interna que, por lo general, es poco homogénea
entre unas y otras.

En algunas universidades esto no viene regulado de ninguna manera, por lo


que se dificulta ejercer nuestro derecho con nitidez, sin embargo, como
estudiantes se nos reconocen todos los derechos mencionados
anteriormente, como el de reunión y asociación, de los que puede derivarse
el derecho al ejercicio de la huelga para aquellos colectivos que no sean
estrictamente trabajadoras asalariadas. Por otro lado, si hay una huelga
convocada y se quiere legalizar, al ser más flexible, normalmente, la
asistencia en la universidad, y si no existe ninguna normativa al respecto,
servirá con que las estudiantes decidan no asistir a clase y se envíe un correo
a las profesoras avisándolas de los motivos.

Por ejemplo, en la Universidad Carlos III de Madrid, los Estatutos de la


Delegación recogen en su artículo tercero lo siguiente: “Son competencias de
la Delegación 3. Convocar huelgas y movilizaciones, siempre que no atenten a
la integridad de las personas o a las infraestructuras de la Universidad”.

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