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Sin duda habrá obstáculos —unos de fondo y otros de forma— planteados por algunos de
los que tienen tratos preferenciales: “¿Por qué otra vez? —podrán decir— ya hicimos
modificaciones el año pasado y el antepasado. ¡Van a confundir a los contribuyentes!”
Pero, a diferencia de las otras ocasiones y propuestas, este nuevo proyecto pretende ser
INTEGRAL; porque sugiere un nuevo régimen fiscal de Ingreso, Gasto y Federalismo, con
la idea de que sea incluyente, proporcional, equitativo y realmente recaudador, para elevar
los ingresos de los gobiernos federal, estatales y municipales; y permitirles a los tres niveles
de gobierno cumplir con sus obligaciones sociales.
Bajaría la tasa de IVA de 16 a 12%, aplicable a todos los productos, lo que eliminaría la
inmensa evasión que se da en la actualidad por tantas excepciones; e integraría un nuevo
esquema de tasa cero, pero únicamente a medicinas y a los alimentos que integren la
canasta básica, que sería el principal renglón de gasto de los cuatro primeros deciles de
ingreso de la población, o sea 40% de las familias de menores ingresos.
Por otra parte, en lo integral, sugiere un nuevo régimen de gasto más eficaz y eficiente y
con mejor destino, así como un nuevo federalismo, facultades exclusivas de la Cámara de
Diputados.
En las reuniones que han llevado al cabo los senadores con las cámaras empresariales
nacionales, regionales y locales, y los gremios de profesionales, como los abogados y
contadores, las respuestas han sido muy favorables, porque coinciden con los
planteamientos que han venido haciendo de tiempo atrás, especialmente por su insistencia
de que todos paguen, para que la carga de cada contribuyente sea menor.
El diseño de la Propuesta
Para su diseño, los autores hicieron un estudio a fondo de la efectividad recaudadora de los
países de la OCDE, así como de los países vecinos de Latinoamérica. En ambas
comparaciones, México salió mal: en último lugar, porque en nuestro continente, al sur, a
diferencia de Brasil y Argentina, que recaudan en materia tributaria 30 y 26%,
respectivamente de sus PIB, siendo el promedio de Latinoamérica de 17%, México
recauda apenas 9.6%, lo que prueba las palabras de sabio antepasado, que “a los
mexicanos simplemente no les gusta pagar impuestos”.
Si analizamos a los países de la OCDE, de la que también somos parte, veremos que resulta
la misma historia, entre un grupo aún más exitoso. Su recaudación fiscal global máxima
está en 50% de sus PIB, con el promedio siendo 39%, contra el 18.8% de México, que
incluye los ingresos tributarios del gobierno federal, de los estados, de Pemex y los pagos a
la seguridad social.
Muchos creemos que de tener la opción de pagar Nada, Poco o Mucho —así a secas—
casi todos escogeríamos Nada o Poco. Pero es porque nunca se han explicado los detalles
del “para qué” ni los tratos de excepción; o sea, el monto de los nuevos GASTOS y
SERVICIOS y los BENEFICIARIOS, para que todos los mexicanos nos veamos en ese
espejo.
Con una sociedad DEMOCRÁTICA, viviendo en mayor abundancia por un gobierno más
presente, sin pobrezas extremas y sin la magna corrupción de ahora, podríamos alcanzar a
ser un país exitoso, como todos hemos querido. Y el apreciar la distribución del nuevo
gasto y el beneficio individual de cada uno, nos daría una visión del México nuevo que
estaríamos construyendo.
Para los hombres de negocio: un nivel de impuestos que no los ahogue y un mercado
inmenso. Para los jóvenes: alternativas de estudios que cambiarían sus expectativas de
vida, sin tener que depender de promesas incumplidas de futuros legisladores o
presidentes; y para los adultos de mayor edad, la tranquilidad de saber que sus necesidades
de salud y de jubilación estarían cubiertas.
Un esquema fiscal como el que se propone requeriría también que la sociedad civil
estuviera inmersa en los nuevos procesos; y la pobreza extrema que hoy vive la mitad de
los 112 millones de mexicanos no fuera ya parte de nuestra triste realidad.
Habría centros de educación de todos los niveles, disponibles para el que quisiera estudiar;
y las carreras a cursar cubrirían todos los campos y niveles. Dependería de la disposición
de cada individuo de estudiar y de lo que cada joven quiera para sí.
2011-02-28 05:00:00
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