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Las mujeres han sido tratadas hasta ahora por los hombres como pájaros que, desde una
altura cualquiera, han caído desorientados hasta ellos: como algo más fino, más frágil,
más salvaje, más prodigioso, más dulce, más lleno de alma, - como algo que hay que
encarcelar para que no se escape volando.
F. NIETZSCHE1
Durante la década del 40 al 50, se crea un clima político cuya pretensión era
igualar la condición jurídica de la mujer y el hombre en Colombia. A la par, y
repasando nuestra cruda historia, hemos de revisar que, coincidencialmente o no,
corresponde a este periodo también un auge de la violencia, fruto de las luchas
intestinas entre liberales y conservadores, en donde se regionaliza de manera
absurda la posición política, creando cruentas y terroríficas batallas entre unos y
otros, especialmente en el campo, no sobra recordar por demás que la Colombia
de este periodo vivía aun de los ingresos agrícolas. Con la herencia de una patria
que funda su contemporaneidad desde la posición de simple colonia del Vaticano5,
el partido conservador se gana la bendición de la iglesia Católica, apostólica y
romana, y por ende desde el pulpito se inicia la más grande campaña proselitista
como jamás lo ha vivido nuestra historia. Es así como se presentan diferentes
posiciones desde el Congreso de la República en lo pertinente a la igualdad
jurídica de la mujer colombiana:
4
Mauro Torres, Concepción moderna de la historia universal, Tercer Mundo Editores, Bogotá 1997. p 392.
5
La idea se puede complementar profundamente en el texto del maestro Eduardo Umaña Luna, Colombia:
¿siglo XXI?, Unibiblos, Bogotá 1999. pp. 66-87
sus listas. Son aquellos que “han negado su voto por su proclive tendencia
tradicionalista y retardataria”6
6
Elba María Quintana Vinasco, Por la Plenitud de la ciudadanía de la mujer colombiana, Universidad
Nacional de Colombia, Bogotá 1950. Tesis para optar por al título de Doctora en Derecho y Ciencias
Políticas. Tomado del ensayo introductorio del Profesor Luis F. Latorre U. p. 9
7
Ídem.
8
Vicente Pérez Silva, Antecedentes históricos de la igualdad jurídica del hombre y la mujer, Publicado en
Mujer, familia y educación en Colombia, memorias del IV Encuentro Nacional de Historiadores, Pasto 26 al
28 de octubre de 1994. Academia Nariñense de Historia, Pasto 1997. Citando a la obra de Susy Bermúdez, El
idea que se perfecciona desde la vigencia de la ley 57 de 1887 que sanciona el
Código Civil, de donde se desprenden la incapacidad y la subordinación de la
mujer.
Fueron varios los intentos por lograr un hecho de justicia, pero se vieron frustrados
por motivos que no vienen al caso. Sin embargo durante el periodo escogido, dada
la importancia política explicada someramente y que requiere de mayor
profundidad en otro estudio, se presentaron diferentes proyectos en el Congreso
de parte de los dos partidos tradicionales: en 1945 el proyecto uno, con suerte
negativa; en 1946 se presentaron los proyectos del represéntate conservador
Augusto Ramírez Moreno, del representante liberal Germán Zea Hernández, y otro
de los representantes social demócratas Juan Francisco Socarrás y Gilberto
Vieira. El ponente de tales proyectos fue el Doctor Guillermo Chaves Chaves,
bien como Representante y luego como Senador, a quien seguiremos en lo
concerniente en las partes filosóficas y sociológicas, dada la profundidad, la
seriedad y la tenacidad con que defendió esta tesis9. Para ilustrarnos un poco con
lo que ocurría dentro del congreso frente al sufragio femenino, leamos algunos
apartes de los anales de 1949: “Comisión Primera.- En consideración los
proyectos de los hh. SS. Romero Aguirre y Chaves Chaves sobre voto femenino,
el h.S. Delgado se pronuncia en contra del proyecto que limita la función del
sufragio femenino y defiende el proyecto del h.S. Chaves Chaves con serios
argumentos y anuncia su voto afirmativo para éste. En seguida manifiesta que la
mujer tiene suficiente discernimiento para actuar en esta materia con plena
libertad y no coaccionada por el clero como lo manifiesta el h.S. Ramírez. En uso
de la palabra el h. S. Ramírez manifiesta que él va a insistir incansablemente ante
los miembros de la mayoría liberal para que no cometan el error tremendo de
votar el proyecto del h.S. Chaves Chaves, explica que esta actitud la asume
dejando constancia de que el voto femenino es tesis del partido liberal, la que
procurará éste llevar a la práctica cuando ocupe la primera Magistratura del
Estado un Presidente Liberal. El h.S. Chaves Chaves sugiere que la iniciativa que
Como vemos, durante esta década, y obviamente que mucho antes, la lucha por la
igualdad jurídica de la mujer se centró en la doctrina de los partidos, ni siquiera
podemos hablar de política, porque diciente totalmente de su mismo significado;
liberales y conservadores debatían los proyectos, pero creían que el partido que
tomara la iniciativa sería el acreedor al sufragio de las mujeres; no en vano, y
como paradoja de la vida, es hasta la Constituyente del 54, y finalmente en el
plebiscito del 57, en que se concede la igualdad de derechos políticos para
mujeres y varones, un militar, exabrupto al que condujo la lucha bipartidista, sería
el que se ganaría el aprecio de la feminidad nacional.
10
Anales del Congreso, Comisión Primera, Acta No. 24 del 4 de octubre de 1949. (Subrayados nuestros).
puestos en fabricas y empresas; la mujer salde de casa y se emplea para ayudar
económicamente a la familia. Finalmente, llega a proponer la Reforma de la
Constitución del 45, en donde la mujer pueda finalmente tener la calidad de
ciudadana colombiana. Leemos textualmente algunos puntos importantes sobre la
ponencia: “Su capacidad física, intelectual y moral es exactamente igual a la de
los varones, pero sin la capacidad de voto, de elegir y ser elegida, es un ser
imperfecto… los varones del país no tenemos la facultad moral para seguir
diciendo en la Constitución, como hasta aquí, que la función del sufragio y la
capacidad para ser elegidos popularmente se reserva a los varones… Esto es
injusto, porque es tratar a cinco millones de seres racionales esencialmente
iguales a nosotros, con normas desiguales, en circunstancias iguales”11
Sin embargo, pese a los avances y logros obtenidos por la mujer en nuestra
historia jurídica, vemos como sigue siendo vejada, ultrajada, trabajando por
salarios de hambre, tiranizada por jefes, esposos o compañeros, por el padre, por
la publicidad, por la sociedad… La mujer deberá enfrentar sus luchas, desde el
punto que sea, para reclamar una justicia que sea eficaz en el respeto de su
propia dignidad.
11
Chaves Chaves. p. 38.