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Pero este hombre pensó que él era indigno: Él dijo: “No soy digno
de que—que entres bajo mi techo.” Él dijo: “Y no me consideré
digno de ir a Ti, de modo que envié a alguien más.” Pero dijo:
“Señor, yo soy un hombre bajo autoridad, y le digo a este hombre
que vaya, y él va. Y a este hombre que venga y él viene,” pues él
tenía autoridad. Él… En otras palabras, si él le decía a este hombre
que fuera, él tenía que ir, porque él está sobre él. Él es superior a
él, y él tiene que obedecer a su amo.
E-24 Hay otra pequeña puerta llamada orgullo. Oh, qué horrible,
pequeños diablos negros están todos sujetados en ese corazón
de orgullo, pensando que Uds. son mejores que alguien más.
“Pues, yo no mandaría a mis hijos allá. Ellos no se visten bien. La
gente que asiste allí no es de mi clase.” Si Cristo es Señor en el
corazón de Uds., todos somos de una clase, porque de un Espíritu
todos somos bautizados dentro de un Cuerpo.
Pero la otra, ella comenzó a pensar: “Oh, tal vez yo podría hacer
algo.” Y ella se formó un complejo, se puso nerviosa. Se volvió
loca. La tuvieron en una institución durante dos años. De modo
que estaban intentando atenderla, al darle todo tipo de cosas y
tratamientos y—y todo lo demás. Ellos…eso no funcionó bien.
Para que Ud. vea, allí cerca de su lado está una mujer llamada Ellis,
Sra. Ellis, una joven. Ella tiene problemas femeninos. También es
desconocida. Si es correcto, señale con la mano. ¿Es su mamá
sentada a su lado? Es una dama sentada allí sufriendo de temor.
Tiene un complejo de temor. Si eso es correcto, levante su mano,
señora. Muy bien, el temor se le ha ido. Puede volver a casa sana.
Les reto a creer.
72 Ud. ha...Mi anciana madre sureña solía decir: “El pelo arrancado
del lomo del perro es bueno para la mordida”. Y eso se aplica de
esta manera también.