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En primer lugar, tenemos que la posesión deriva de los vocablos latinos possessio-
possessionis que significa tener materialmente una cosa corporal con el ánimo de
apropiársela o consérvala para sí; constituye poder de hecho al que se otorga una
protección jurídica que hace presumir la titularidad de los derechos sobre la cosa, frente a
todo el mundo.
En cuanto a la naturaleza jurídica de la posesión, existen criterio de asignarle a la
posesión la calidad de hecho protegido por el derecho la cual ha sido motivo de amplias
discusiones desde los tiempos romanos. Existen teorías diversas sobre su naturaleza.
1. Teoría empírica o de la posesión como mero o simple hecho: Basada dicha teoría en el
conocido texto de PAULO, que siempre sostuvo la calidad de hecho de la posesión
afirmando que “ Possessio est rel facti, non iuris” es decir la posesión es cosa de hecho y
no de derecho
2. Teoría jurídica o de la posesión como derecho. Mantenida en los textos de
PAPINIANO,por el contrario considero que “ Possessio non tantum corporis sed iuris est”
la posesión ante la ley es no solo, sino también de un derecho
3. Teoría mixta o de la posesión como hecho y como derecho: Sostenida por SAVIGNY;
para él la posesión es, al mismo tiempo, un hecho y un derecho. En sí misma, y por su
modo de originarse, es un solo hecho. Pero el hecho produce consecuencias jurídicas, las
que engendran derecho en el poseedor.
4. Teoría de la posesión como apariencia de derecho provisional sobre las cosas.
Expuesta por JORDANO BAREA al señalar que «la posesión no es ni res facti, ni res
iuris, ni mero o simple hecho, ni derecho real provisional; tampoco la suma o integración
de ambas cosas. Sencillamente la posesión es apariencia de derecho real que goza de una
tutela interina».
En nuestra legislación el DERECHO DE POSESIÓN Se refiere al poder de hecho y
derecho que tiene una persona sobre una cosa material, constituido por un elemento
intencional (la creencia y el propósito de tener la cosa como propia) y un elemento físico
(la tenencia o disposición efectiva de un bien material) este se encuentra contenido en el
CODIGO CIVIL VENEZOLANO- LIBRO SEGUNDO DE LOS BIENES, DE LA
PROPIEDAD Y DE SUS MODIFICACIONES- TÍTULO V DE LA POSESIÓN
Artículo 771 del Código Civil: “La posesión es la tenencia de una cosa, o el goce de un
derecho que ejercemos por nosotros mismos o por medio de otra persona que detiene la
cosa o ejerce el derecho en nuestro nombre.”
Al 795.
LA POSESIÓN COMO PODER DE HECHO la posesión es un señorío sobre una cosa,
la dominación fáctica de ésta; en consecuencia, en este sentido la posesión es el hecho
mismo de este poder.
LA POSESIÓN COMO PODER JURIDICO Como poder jurídico la posesión es el poder
o, más bien, los efectos que la ley le reconoce a determinadas situaciones que no son de
poder de hecho de una persona sobre una cosa, pero producen efectos que, en esencia, son
iguales. Por lo tanto, es un poder o señorío no de hecho, sino que se lo concede la ley
(poder jurídico).
ELEMENTOS DE LA POSESION
Para poseer es necesario “el hecho” y “la intención”. Se posee “corpore et animus”.
Todas las personas que reunían estos dos elementos poseían en realidad y tenían esta
condición: el propietario, el que había adquirido una cosa recibiendo la tradición de ella a
“non domino” y el ladrón, toda vez que con la retención material de la cosa robada es su
voluntad disponer de ella como si fuera su dueño.
OBJETO DE LA POSESIÓN.
La posesión es una situación de hecho que genera consecuencias jurídicas, las cuales
recaen sobre derechos reales, únicos susceptibles de posesión; pudiendo nombrar entre
ellos: la propiedad, el usufructo, la servidumbre, uso, entre otros.
Asimismo, no se puede poseer un bien que no sea susceptible de propiedad, según lo
establecido por el código civil, este tipo de posesión no acarrea efecto jurídico alguno
(Según el Artículo 778 del Código Civil Venezolano Vigente), es decir, aún cuando se
trate de derechos reales, no todos las cosas y derechos reales son susceptibles de posesión,
sin que pueda adquirirse la propiedad de dicha cosa o derecho.
SUJETO DE LA POSESION.
Sujeto de la posesión: es la persona que obtiene la potestad o señorío de hecho sobre la
cosa. Como se establece “el que obtiene el poder físico inherente al propietario”.
El sujeto de la posesión puede ser tanto la persona física como jurídica, que tiene aptitud
legal para adquirir derechos y contraer obligaciones.
Las personas jurídicas pueden adquirir los derechos y contraer las obligaciones que sean
necesarias para la realización de sus fines.
PERDIDA DE LA POSESION
La posesión puede perderse cuando dejan de existir ambos elementos, corpore et animus,
lo que ocurre por ejemplo cuando la cosa perece o cuando el poseedor se deshace
voluntariamente de ella abdicando el animus domini en beneficio de un tercero; pero,
como la posesión supone reunidos los dos elementos, o sea, el hecho material o corpore y
la intención o animus domini se pierde también la posesión desde el momento en que el
poseedor deja de tener uno de esos dos elementos.
Se pierde la posesión solo animus, cuando el poseedor tiene el firme propósito de
renunciar a ella, por ejemplo, si el poseedor de una casa habiéndola enajenado a una
tercera persona se queda habitándola a titulo de inquilino, pues, ya deja de ser poseedor y
solo será un instrumento de la posesión del adquiriente.
La posesión se pierde solo corpore cuando sobreviene un obstáculo que impide al
poseedor disponer de la cosa a su voluntad, ejerciendo físicamente su poder sobre ella.
Por eso, el poseedor de una cosa deja de poseerla cuando el sitio donde se encuentra se
hace inaccesible para él, cuando otra persona se queda con ella clandestinamente o por la
violencia; pero la posesión no se pierde corpore cuando el poseedor confía a un tercero la
detentación material de la cosa, pues continua poseyéndola “animus suo”, porque el
tercero retiene la cosa por cuenta del poseedor en quien reside el animus. Este tercero es
solo un instrumento de la posesión.
La perdida de la posesión corpore resulta de un hecho ajenoa la voluntad del poseedor;
puede realizarse aun siendo el poseedor un incapaz, como un furioso o un pupilo,
ocurriendo lo contrario con la perdida de la posesión solo animus, pues esto solo es
posible para aquel que sea capaz de disminuir su patrimonio por un acto de su voluntad.
Asi que el furioso no puede perder de esta manera una posesión adquirida válidamente,
puesto que no tiene voluntad; y lo mismo ocurre con el pupilo, que tampoco puede dejar de
poseer solo animus sin la autorictas de su tutor.
CLASES DE POSESION
A. DE BUENA FE (POSSESSIO BONAE FIDEI)
La possessio bonae fidei es la disponibilidad absoluta de la cosa, ejercida con la
convicción de no lesionar los derechos de otros sin una iusta causa. La posesión de buena
fe puede llamarse possessio ad usucapionem si es que la disponibilidad absoluta de la cosa
reúne todos los requisitos indispensables para poder usucapir y convertirse en propietario.
EFECTOS JURÍDICOS
- El poseedor deviene propietario por el transcurso del tiempo por medio de la usucapio si
se reúnen todos los requisitos establecidos.
- Hasta antes de la litis contestatio deviene propietario de los frutos del objeto poseído. -
Tiene derecho al pago de gastos necesarios útiles hechos a la cosa.
- El poseedor de buena fe no tiene ningún medio de defensa contra la acción
reivindicatoria del propietario. - Desde el derecho clásico el poseedor de buena fe puede
hacer uso de la actio Publiciana para poder oponerse a quien los desposea.
- Goza de protección procesal por medio de los interdictos.
D. DETENTACIÓN
Es la tenencia meramente corpórea de la cosa, es decir, es la disponibilidad de hecho de la
cosa sin el animus de tenerla para sí con exclusión de cualquier otro (v.g. el arrendatario).
EFECTOS JURÍDICOS
- No deviene en propietario a través del tiempo.
- No tiene derecho a los frutos, debe regresarlos.
DERECHO CONSTITUCIONAL A LA PROPIEDAD PRIVADA
Fuera de este panorama anterior toda persona tiene la plena garantía de que su derecho a
la propiedad es inviolable. Tanto así que en la reforma del código penal del 13 de abril de
2005, el Estado Venezolano decidió proteger el derecho a la propiedad, con la sanción
más enérgica con la que cuenta el derecho la cual es la sanción penal.
INFORMACIÓN ADICIONAL
POSESIÓN DE BUENA FE
Es poseedor de buena fe quien posee como propietario de fuerza de justo titulo, es decir de
un titulo capaz de transferir el dominio, aunque sea vicioso, con tal que el vicio sea
ignorado por el poseedor (art: 788 del cc). Pero nuestra ley es más exigente al definir la
posesión de buena fe porque requiere que la misma se apoye en justo titulo.
Justo título: es cualquier acto o hecho que por su naturaleza sea susceptible de hacer o
adquirir la propiedad o derecho aun cuando en el caso concreto no produzca ese efecto
debido a un vicio cualquiera. Dicho título debe existir de hecho. Ahora bien si en el titulo
existe un vicio es necesario que el poseedor lo ignore para que la posesión sea de buena fe.
En nuestro derecho: el momento decisivo para juzgar la buena fe, es el momento en que
se adquiere la posesión.
La dificulta de la prueba de buena fe: explica que el legislador haya establecido una
presunción "la buena fe se presume siempre que alejen la mala fe" (deberá probarla).
Posesión en materia de bienes muebles: nuestro derecho consagra que la posesión de
vienen muebles, equivale al título siempre que se trate de una posesión de buena fe, ello
implica que en las condiciones no pueden reivindicar las cosas de terceros que posean de
buena fe el bien mueble correspondiente.
POSESIÓN EXCLUSIVA Y COPOSESIÓN.
Esta clasificación en realidad no distingue entre una clase de posesión y otra sino que se
establece en función del número de sujetos de una misma posesión. Por ello estudiamos el
tema al tratar de los sujetos de la posesión y consideramos que no se trata de distintas
clases de posesión.
EFECTOS DE LA POSESIÓN.
I. La Ley enuncia como principio general de protección a la posesión que en igualdad de
circunstancias es mejor la situación del que posee (C.C., art. 775).
II. Pero además el ordenamiento jurídico establece toda una serie de efectos específicos de
la posesión.
1° El efecto más típico de la posesión es que el poseedor por el solo hecho de serlo, tiene el
derecho de seguir poseyendo mientras no sea vencido en juicio petitorio. Esta protección,
que no se concede por igual a todos los poseedores, es la llamada protección interdictal
porque se hace valer mediante unas acciones especiales llamadas interdictos que
estudiaremos en el próximo capítulo. Obsérvese que, se trata de una protección
provisional en el sentido de que cesa cuando enjuicio petitorio se declara que la posesión
está en contradicción con la propiedad u otro derecho.
2° La Ley coloca al poseedor en posición de demandado en los juicios petitorios con lo
cual la carga de la prueba recae sobre el no poseedor.
3° La Ley protege al poseedor en el plano probatorio al establece una serie de
presunciones que le favorecen. Son éstas:
A) La presunción de no precariedad. "Se presume siempre que una persona posee por sí
misma y a título de propiedad, cuando no se prueba que ha comenzado a poseer en nombre
de otra" (C.C., art. 773). En consecuencia, el poseedor sólo tiene que probar el corpus de
su posesión para que se le considere poseedor propiamente dicho y a título de dueño.
Corresponderá a su contraparte, si fuere el caso, probar que aquél comenzó a poseer en
nombre de otra persona.
B) La presunción de posesión intermedia: "El poseedor actual que pruebe haber poseído
en un tiempo anterior, se presume haber poseído durante el tiempo intermedio, salvo
prueba en contrario" (C.C., art. 779). Obsérvese que esta presunción sólo favorece al
poseedor actual.
C) La presunción de posesión anterior. "La posesión actual no hace presumir la anterior,
salvo que el poseedor tenga título; en este caso se presume que ha poseído desde la fecha
de su título, si no se prueba lo contrario" (C.C., art. 780). Es obvio que quien pretende
invocar esta presunción debe probar su posesión actual, su título y la fecha de éste.
D) La presunción de buena fe: "La buena fe se presume siempre; y quien alegue la mala,
deberá probarla" (C.C., art. 789.).
Así quien comenzó a poseer en nombre de otro y después alega que posee por sí mismo
tendrá que probar la conversión de su posesión o la interversión de su título.
4° Aun cuando la Ley obliga al poseedor a restituir la cosa cuando sea vencido enjuicio de
reivindicación, le otorga en las condiciones que veremos, el derecho a ser indemnizado
por las mejoras que ha hecho de la cosa, robustecido a veces con un derecho de retención,
y el derecho a hacer suyos ciertos frutos.
A) El poseedor puede reclamar por las mejoras, la suma menor entre el monto de las
impensas y el mayor valor dado a la cosa siempre que las mejoras existan al momento de
la evicción (C.C., art. 792). Estas reglas rigen por igual a la posesión de buena o de mala
fe. El mayor valor ha de determinarse no por la diferencia entre el que tenía la cosa
cuando pasó al poseedor y el que tiene cuando vuelve al propietario sino por la diferencia
entre el valor que tendría la cosa sin la mejora y el que ha adquirido con ella en el
momento de su restitución. Ahora bien, al poseedor de buena fe (no al de mala)
corresponde el derecho de retención de los bienes por causa de mejoras realmente hechas
y existentes en ellos, con tal que las haya reclamado en el juicio de reivindicación (C.C.,
art. 793). Estas reglas relativas a las mejoras revelan que el poseedor tiene derecho con
tanta mayor razón a los gastos de conservación que hubiere hecho en la cosa. En cambio,
nada puede reclamar el poseedor, aunque sea de buena fe, por concepto de gastos
suntuarios', pero puede llevarse los adornos con que hubiese embellecido la cosa siempre
que esta no sufra deterioro.
B) "El poseedor de buena fe hace suyos los frutos y no está obligado a restituir sino los
que percibiere después de que se le haya notificado legalmente de la demanda" (C.C., art.
790). Obsérvese que este efecto no queda excluido por el hecho de que el poseedor
conozca de la existencia de la demanda si esta no le ha sido legalmente notificada. La
regla está redactada para quien posee a título de propietario. En caso de posesión de otros
derechos, el poseedor de buena fe sólo podrá hacer suyos los frutos que le hubieren
correspondido si hubiera sido titular del derecho que posee. El poseedor de mala fe, en
cambio, debe restituir todas las frutas percibidos sin que al parecer tenga derecho a que se
le reconozcan los gastos necesarios hechos para la producción de los mismos.
5° La posesión puede conducir a la adquisición de la cosa o derecho poseído a través de
varias instituciones:
A) La ocupación y la usucapión de las que trataremos al estudiar los modos de adquirir la
propiedad;
B) La indicada regla que atribuye al poseedor de buena fe no la cosa o derecho poseído
sino 1 os frutos percibidos antes de que sea legalmente notificado de la demanda; y
C) Las normas relativas al efecto de la posesión en materia de muebles por su naturaleza y
de títulos al portador que no constituyan universalidades (C.C., art. 794 y 795), normas
que por su importancia estudiaremos en el próximo acápite.
6° El poseedor puede oponerse al embargo de la cosa o derecho que posee cuando la
medida ha sido dictada en un juicio en el cual él no es parte, siempre que lo haga dentro
de la oportunidad señalada por la legislación procesal, en los casos y con los efectos que
la misma indica.
7° "Cuando por diversos contratos se hubiese alguien obligado a dar o entregar alguna
cosa mueble por su naturaleza, o un título al portador, a diferentes personas, se preferirá a
la persona que primero haya tomado posesión efectiva con buena fe, aunque su título sea
posterior en fecha" (C.C., art. 1162).
El interdicto es una orden dada por el magistrado, lo cual lo diferencia de la acción que
tiene su fundamento en la ley. El interdicto viene a ser una especie de edicto que es dictado
a petición de una de las partes por el pretor y en las provincias por el procónsul, edicto
este en el que manda o prohíbe imperativamente alguna cosa, contiene reglas
determinadas de derecho que servían para un solo caso y tenían fuerza de ley para las
partes.
1) Retener la posesión, o sea los llamados “retinendi” possessionis”, que tienen por
objeto conservar la posesión de una cosa haciendo cesar el acto que perturba su ejercicio.
Son ellos el “Uti possidetis”, cuando se trata de bienes inmuebles en el que triunfaba el
poseedor actual; y el interdicto “utrubi”, en el caso de bienes muebles, en el que resultaba
victorioso el que hubiera poseído por más tiempo durante el año anterior; y,
2) Recuperar la posesión, o sean los interdictos “recuperandi possessionis” , para
readquirir la posesión que se hubiere perdido. Proceden entonces los siguientes
interdictos: para el que ha sido despojado por medio de la violencia, a mano armada, el
interdicto “unde vi”; para el propietario despojado clandestinamente de un inmueble, el
interdicto de “clandestine possessioni”; y el interdicto de “precario” para recuperar un
inmueble o mueble cuyo uso hubiera sido concedido a titulo precario y reclamar la
indemnización correspondiente, si el reclamado se resistía injustamente a su restitución.
PÉRDIDA DE LA POSESIÓN.
Las principales diferencias que se pueden señalar entre la posesión y la propiedad son las
siguientes:
2) Los elementos de que se compone la propiedad fueron reconocidos por los romanos
como el “ius utendi” o derecho de usar la cosa, el “ius fruendi” o derecho de percibir los
frutos que la cosa produce y el “ius abutendi” o derecho de disponer y aun de abusar de la
cosa. En tanto que los elementos de la posesión son el “corpus” o tenencia material de la
cosa y el “animus”, o sea, la intención de comportarse como dueño de ella.
Ius utendi. El propietario tiene derecho a usar la cosa como le plazca, conforme a sus
intereses y a la función social que posea, siempre y cuando no viole la ley ni cause lesiones
a otros propietarios.
Ius fruendi. El propietario tiene derecho a aprovecharse de la cosa, de los frutos que ésta
genere directa o indirectamente, o que permanezca luego de su uso.
Ius abutendi. El propietario tiene derecho a disponer como desee de la cosa, ya sea para
destruirla, enajenarla, abandonarla, alquilarla, etc., siempre y cuando no vaya en contra
de su función social y no vulnere ningún derecho de terceros o ninguna ordenanza legal.
El derecho de propiedad está integrado por todas aquellas facultades que el propietario
tiene, o potencialmente puede tener sobre el bien, incluso ceder facultades propias a otro,
ya que una de sus características básicas es la abstracción, no es un derecho referido a
una propiedad o varias del bien; pero con la limitación de que esa cesión de facultades no
suponga el vaciamiento de contenido del derecho del propietario, ya que siempre ha de
conservar alguna facultad sobre el bien.