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Árbol

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Para otros usos de este término, véase Árbol (desambiguación).

Un roble en Dinamarca.

Árbol baobab en Sudáfrica.

Árboles cubiertos de hielo en Noruega.


Un árbol es una planta, de tallo leñoso, que se ramifica a cierta altura del suelo.
El término hace referencia habitualmente a aquellas plantas cuya altura supera un
determinado límite en la madurez, diferente según las fuentes: dos metros,1 tres
metros,23 cinco metros4 o los seis metros.5 Además, producen ramas secundarias
nuevas cada año, que parten de un único fuste o tronco, con clara dominancia
apical,6 dando lugar a una nueva copa separada del suelo. Algunos autores
establecen un mínimo de 10 cm de diámetro en el tronco (la longitud de la
circunferencia sería de unos 30 cm).7 Las plantas leñosas que no reúnen estas
características por tener varios troncos o por ser de pequeño tamaño son
consideradas arbustos.

Los árboles presentan una mayor longitud que otros tipos de plantas. Ciertas
especies de vegetales (como las secuoyas) pueden superar los 100 m de altura, y
llegar a vivir durante miles de años.8 Los árboles han existido desde hace 370
millones de años. Se estima que hay poco más de 3 billones de árboles maduros en el
mundo.9

Un estudio realizado por la Universidad de Yale y luego publicado en la revista


Nature, estima que en la Tierra hay alrededor de 3 billones de árboles, y su
cantidad se redujo un 46% desde que comenzó la civilización humana,10 dando en
promedio 422 árboles por persona, pero, cada año se pierden 15.000 millones de
ejemplares.119

Los árboles son un importante componente del paisaje natural debido a que previenen
la erosión y proporcionan un ecosistema protegido de las inclemencias del tiempo en
su follaje y por debajo de él. También desempeñan un papel importante a la hora de
producir oxígeno y reducir el dióxido de carbono en la atmósfera, así como moderar
las temperaturas en el suelo. También, son elementos en el paisajismo y la
agricultura, tanto por su atractivo aspecto como por su producción de frutos en
huertos de frutales. La madera de los árboles es un material de construcción, así
como una fuente de energía primaria en muchos países en vías de desarrollo. Los
árboles desempeñan también un importante papel en muchas mitologías del mundo.12

Índice
1 Descripción
1.1 Partes
1.1.1 Raíz
1.1.2 Tronco
1.1.3 Ramas
1.1.4 Hojas
1.1.5 Flores y frutos
1.2 Tamaño y edad
1.2.1 Longevidad
2 Distribución y hábitat
3 Diversidad
4 Evolución
5 Importancia económica y cultural
5.1 Importancia económica
5.2 Importancia cultural
6 Estado de conservación
7 Véase también
8 Notas y referencias
9 Enlaces externos
Descripción
Partes
Los árboles están formados por tres partes: la raíz raíz, el tronco y la copa. Los
dos primeros son los que diferencian, fundamentalmente, a un árbol de un arbusto.
Los arbustos son más pequeños y no tienen un único tallo sino que están formados
por varios. No obstante, ha de señalarse que algunas especies se pueden desarrollar
como árboles pequeños o como arbustos, dependiendo de las circunstancias
ambientales.

Raíz
Las raíces fijan el árbol al suelo. Las raíces pueden tener una raíz principal, o
bien, ser numerosas raíces en las que ninguna de ellas predomina, adoptando la
forma de raíz ramificada fasciculada. Muchas raíces se combinan simbióticamente con
micelios de hongos. Los hongos pueden conectar diferentes árboles y formar una red
que transmite nutrientes y señales.131415 Las raíces aéreas son más raras dentro de
los árboles, pero se dan en algunas especies que viven en entornos pantanosos, por
ejemplo el mangle (Rhizophora).

Tronco

Anillos de crecimiento en un tronco de una subespecie de olivo (Olea europaea


subsp. cuspidata)
El tronco es la estructura que sostiene la copa. Está formado por una capa
exterior, la corteza, de espesor y color variables, que sirve para proteger el
tejido vivo del árbol. El centro, más oscuro, es el duramen, formado por células
leñosas muertas de xilema. La albura es la parte más joven de la madera y más
cercana a la corteza. Entre la albura y la corteza hay una sola capa de células por
la que el tronco está creciendo, llamada cambium; se divide a su vez en dos partes:
la interior formará el xilema (albura y duramen) y la exterior forma la corteza
interna (floema).

Las características de la parte visible del tronco, la corteza, son una ayuda para
identificar las especies arbóreas. Por ejemplo, el haya común la tiene gris y lisa
hasta edades muy avanzadas; el pino piñonero de color pardo gris o pardo rojizo,
forma surcos oscuros y grandes planchas como escamas; y el olmo común de color
pardo gris, cuarteado por grietas, tanto horizontales como transversales.

Cuando se corta un tronco de forma transversal (tocón), pueden verse unos círculos
concéntricos, los anillos, cuyo número muestra la edad del árbol, ya que cada año
se forma un anillo de mayor o menor grosor, dependiendo de varios factores: los
estrechos evidencian años de dificultades, como periodos fríos o secos. Los anillos
anchos se generan durante los años en que los factores ambientales no han afectado
adversamente su crecimiento. En los árboles de zonas templadas es más fácil
diferenciar cada anillo, ya que en los trópicos con un clima regular a lo largo de
todo el ciclo vegatativo, no se aprecia la formación de anillos anuales.16

Ramas
Las ramas suelen brotar a cierta altura del suelo, de manera que dejan una franja
de tronco libre. Las ramas y hojas forman la copa. La copa adopta formas diversas,
según las especies, distinguiéndose básicamente tres tipos: la alargada y vertical,
la redondeada o la que se extiende de manera horizontal, como si fuera una
sombrilla. Las ramas salen del tronco, se subdividen en ramas menores y en estas
están las yemas y las hojas. De la yema nacerá una flor, una rama, u hojas. Las
yemas que quedan en el extremo de las ramitas se llaman yemas terminales. Suelen
estar cubiertas por escamas o catafilos como forma de protección.
Hojas
A través de las hojas el árbol realiza la fotosíntesis y puede por lo tanto debe
alimentarse. Las raíces absorben el agua con minerales disueltos en ella. Suben por
el tronco hasta las hojas. Allí reaccionan con el carbono procedente del anhídrido
carbónico y forman azúcares. Luego el azúcar se transforma en celulosa, que es la
materia prima de la madera. La hoja tiene una parte superior (haz) y otra inferior
(envés), en el que se encuentran los estomas, pequeñas aberturas por las que
penetra el anhídrido carbónico y por los que sale el agua sobrante y el oxígeno.

Las hojas son un elemento primordial a la hora de diferenciar entre las distintas
especies arbóreas. Pueden señalarse cuatro tipos básicos de hojas:

Acículas. Tienen forma de aguja, delgadas y finas. Son típicas de las coníferas.
Pueden estar situadas en las ramas individualmente (como en el abeto blanco o la
douglasia verde), o bien formar ramilletes de 2, 3, 5 o más en los braquiblastos
(como en el alerce europeo o en el cedro del Líbano). Las acículas, además, pueden
aparecer en hilera, esto es, penden en un plano más o menor horizontal, o bien
radial, pues penden regularmente de todos los lados del eje.
Escuamiformes. Tienen forma de escama y son propias de algunas coníferas (como en
el ciprés común o la tuya occidental).
Pinnatifolios. La lámina foliar está a su vez dividida en una especie de hojas más
pequeñas, llamadas folíolos, pero todos en el mismo raquis; puede verse en el
serbal de los cazadores. Las hojas pinnadas en sentido estricto tienen los folíolos
dispuestos de manera regular a ambos lados del pecíolo, mientras que en las
palmeadas (pinnatipalmeadas) cada folíolo se inserta en un punto central, como se
ve en el castaño de Indias.
Hojas simples e indivisas. Cada hoja se inserta individualmente en la rama por el
pecíolo o tallo. Si no tienen ese tallo se les llama sésiles. Dentro de estas hojas
simples se diferencian dos grandes grupos, los árboles de hojas opuestas y los de
hojas alternas. En las hojas opuestas siempre hay dos hojas, una enfrente de otra,
que nacen del mismo nudo del eje del vástago. Así ocurre en los arces y en el
olivo. Dentro de este tipo de hojas opuestas, las hay verticiladas, es decir,
aquellas en las que surgen tres hojas o más en cada nudo, como ocurre en la
catalpa. En las hojas alternas, en cada nudo del eje del vástago hay solo una hoja,
y la siguiente está en otro nudo y nace hacia otro lado. De hojas alternas son la
mayor parte de los árboles de fronda de clima templado, como los olmos, los robles
y las hayas.
Pueden tener una sola forma (aovada, acorazonada, sagitadas, reniformes,
lanceoladas, etc.) o bien ser recortada, lobulada, con entrantes más o menos
marcados. El borde de la hoja (borde foliar) también es un elemento de distinción,
pues puede ser entero (liso), crenado, dentado (con pequeños picos), aserrado y
doble aserrado (como dientes de sierra), sinuado y lobulado; además, el borde puede
ser espinoso (con espinas en el borde, como en el borde dentado punzante).

Tipos de hoja

Acícula de abeto blanco, insertada individualmente.

Acículas de cedro del Líbano, varias insertadas juntas.

Conos y hojas escuamiformes del ciprés común.


Hojas del serbal de los cazadores, pinnatifolios impares alternos.

Hojas del castaño de Indias, opuestas, largamente pedunculadas, pinnatipalmeadas.

Hojas verticiladas de la catalpa.

Hojas simples, alternas, del haya común.

Flores y frutos

Cerezos en flor, forman uno de los espectáculos más bellos en primavera.


Los árboles, como las coníferas, son gimnospermas y se caracterizan por portar
estructuras reproductivas llamadas conos, pero la mayoría de las especies son
angiospermas, por lo que poseen órganos reproductivos en forma de flor. El gingko
es un caso particular, ya que aunque es gimnosperma, no es una conífera. En algunas
especies las flores surgen aisladas (magnolias), en otras se agrupan formando
ramilletes llamados inflorescencias. No todos los árboles tienen flores completas,
con órganos reproductores masculinos y femeninos en el mismo árbol (monoicos), como
los abedules, nogales, robles); en algunas especies, cada ejemplar posee flores de
un solo sexo (dioicos), como el gingko.

Tamaño y edad
El tamaño de los árboles varía enormemente, la especie que se considera de mayor
tamaño son las secuoyas. Las alturas de los árboles más altos del mundo han sido
objeto de controversia y exageración. Las medidas modrnas verificadas se hacen con
aparatos láser, otros métodos de medida, o con medidas de cinta corrida realizada
por investigadores o miembros de grupos como la U.S. Eastern Native Tree Society,
han demostrado que los antiguos métodos de medición a menudo no son fiables, a
veces producen exageraciones de 5 % a 15 % o más por encima de la verdadera altura.
Pretensiones históricas de árboles que crecieron hasta más de 130 metros o incluso
150 ahora se consideran en gran medida poco fidedignas, y atribuidas al error
humano. Mediciones históricas de árboles caídos realizadas con el tronco postrado
en el suelo se consideran algo más fidedignas. Actualmente se acepta que las
especies más altas son:

Sequoia sempervirens: 115,56 m, parque nacional Redwood, California, Estados


Unidos8
Eucalyptus regnans: 99,6 m, al sur de Hobart, Tasmania, Australia17
Longevidad
En cuanto a la edad, los árboles son los seres vivos que pueden vivir mayor
cantidad de años. Los árboles más longevos son las secuoyas, que pueden llegar a
vivir 2000-3000 años. Le siguen algunas especies pináceas propias de la alta
montaña y el drago canario. Se ha calculado que el drago de Icod de los Vinos,
aunque se le llama "milenario", tiene una edad 500 y los 600 años. Los árboles más
antiguos se determinan por la dendrocronología o crecimiento de los anillos, que
puede verse si el árbol es cortado, o en catas tomadas desde la corteza hacia el
centro del tronco. La determinación exacta solo es posible para árboles que
producen anillos de crecimiento, generalmente en climas con estaciones
diferenciadas. Los árboles en climas tropicales, que no diferencia entre estaciones
no tienen anillos distintivos.16 También es solo posible en árboles que son sólidos
por el centro. Muchos árboles viejos se van vaciando por dentro cuando están
muertos al decaer la madera muerta. Para alguna de estas especies, la edad estimada
se ha hecho sobre la base de extrapolar los ritmos de crecimiento actuales, pero
los resultados son normalmente en gran medida fruto de la especulación. White
(1998)18 propone un método de estimar la edad de árboles grandes y antiguos en el
Reino Unido, a través de la correlación entre el diámetro de la rama del árbol,
carácter de crecimiento y edad.19

Los dos árboles más antiguos son:

Pino longevo, en California, Estados Unidos, en Montañas Blancas. Se estima que


nació en el 3050 a. C.: 5071 años
(Por temor a vandalismos, el Servicio Forestal de Estados Unidos se ha negado a
revelar sus coordenadas exactas y ni siquiera se han difundido imágenes del
mismo).20
Pino longevo (al que se le dio el apodo de Matusalén), en Condado de Inyo,
California, nacido hacia el 2832 a. C.:4853 años.21
El grosor de un árbol es normalmente más fácil de medir que la altura, pues se
trata solo de medir con cinta alrededor del tronco, tensarlo y así hallar la
circunferencia. El árbol con el tronco más grueso del mundo es un baobab africano:
15,9 m, Glencoe Baobab (medido cerca del suelo), provincia de Limpopo, Sudáfrica.22
El célebre árbol del Tule en Oaxaca, México que es una especie de ahuehuete
(Taxodium mucronatum): 11,62, Árbol del Tule, Santa María del Tule, Oaxaca,
México.23

Distribución y hábitat
Hay árboles por todo el mundo, siendo particularmente ricas en diversidad de
especies arbóreas las franjas tropicales. Los árboles tropicales se hallan en las
selvas tropicales y ecuatoriales de América Central, América del Sur, África y
Asia. Pero también hay árboles en las zonas templadas y llega hasta latitudes muy
altas. En este último caso, los bosques suelen presentar menos diversidad de
especies y estar formados por una o pocas especies.

Los árboles son parte predominante del ecosistema de los continentes debido a que
previenen la erosión, constituyendo los elementos primordiales del paisaje, la
agricultura, los llamados ecosistemas forestales, los bosques y las selvas, además
de encontrarse dispersos en ambientes como las sabanas o las orillas fluviales. Los
árboles tienen gran importancia ecológica, puesto que fijan el suelo, impidiendo
que la delgada capa fértil quede barrida por las lluvias o los vientos. Proporciona
refugio y alimento a numerosas especies animales.

El grado de humedad y la naturaleza del terreno suelen determinar qué tipo de


bosque se dará, y no solo la temperatura o la latitud. Cuanto mayor sea la humedad,
más espeso será el bosque. La aridez determina que los árboles se encuentren en
ejemplares aislados o bosquecillos en torno a una fuente de agua, como un pozo o un
río. Dependiendo de la altura se darán unas especies u otras. Normalmente en las
partes bajas habrá bosques de frondosas como robles, hayas y castaños, y más arriba
aparecerán las coníferas. Cuanta mayor sea la altura, más empezará a ralear el
terreno, hasta que llegue un momento en que desaparezcan los árboles y solo queden
hierbas perennes y líquenes. Esa línea máxima que pueden alcanzar los árboles es la
llamada línea de árboles. Dependiendo de la exposición al sol, los vientos o la
pluviosidad, puede darse la circunstancia de que en una ladera crezcan los árboles
hasta una altura y en la otra, más expuesta, la línea de árboles esté a menor
altura.

Varios biotopos se definen en gran medida por los árboles que los habitan, como por
ejemplo el bosque templado de caducifolios. Un paisaje de árboles disperso por un
amplio espacio es la sabana. Un bosque de gran edad se llama bosque primario.

Diversidad
Hay diversos tipos de clasificaciones dentro de las especies arbóreas. Por el tipo
de hoja, se puede distinguir entre árboles caducifolios o planifolios, que pierden
su follaje durante una parte del año, normalmente la estación fría en los climas
templados, y la árida en los climas cálidos y áridos, y árboles perennifolios, que
no es que no pierdan las hojas, sino que no las pierden todas a la vez ni tampoco
con ritmo anual, sino más largo.

La principal distinción es la que se establece entre árboles de crecimiento


monopódico y árboles de crecimiento simpódico. En los monopódicos el crecimiento en
longitud se basa en un tallo principal vertical del que salen, con ángulos
marcados, ramas laterales subordinadas, de menor grosor. El crecimiento monopódico
da lugar a un porte piramidal, como el que es característico de las coníferas. En
el crecimiento simpódico, las ramas derivadas se desarrollan cerca del ápice
(extremo) de aquellas en que se asientan, sustituyéndolas en el crecimiento. Las
copas de estos árboles suelen ser más esféricas o cilíndricas y menos piramidales.

En inglés, pero habitualmente no en castellano, se trata de árboles a las palmeras


(palm trees). El biotipo palmeroide se presenta en varios grupos de plantas,
destacando las cícadas (Cycadophyta) y, especialmente, las angiospermas de la
familia arecáceas (Arecaceae).

Evolución

Un árbol de castaño común en Tesino, Suiza


Un árbol es una forma de planta que aparece en muchos órdenes y familias de plantas
diferentes. Los árboles muestran una variedad de formas de crecimiento, formas de
hojas, características de la corteza y órganos reproductivos.

La forma de árbol ha evolucionado separadamente en clases de plantas sin


parentesco, en respuesta a unos desafíos medioambientales similares, haciendo de él
un ejemplo clásico de evolución en paralelo. Con unas 100 000 especies arbóreas
aproximadas, el número de especies en todo el mundo puede suponer el 25 % de todas
las especies de plantas vivas.24 La mayoría de las especies arbóreas crecen en
regiones tropicales del mundo y muchas de estas áreas no han sido aún investigadas
por los botánicos, haciendo de la diversidad de especies y áreas de distribución se
entienden de manera fragmentaria.25

Árbol tropical en Campeche, México.


Actualmente (abril de 2007) la datación de los primeros árboles conocidos es del
rango de los 380 millones de años antes del presente, en pleno período devónico
cuando los animales vertebrados apenas comenzaban a colonizar las tierras
emergidas. Esos árboles, del género Wattieza, que poblaban zonas actualmente
correspondientes a Sur y Norteamérica, probablemente enriquecieron la atmósfera con
oxígeno producido mediante la fotosíntesis favoreciendo de este modo el desarrollo
de especies superiores de animales fuera de los mares. Los árboles más antiguos
eran helechos arborescentes, equisetáceas y licofitas, que crecieron en bosques en
el período carbonífero; aún sobreviven helechos arborescentes, pero las únicas
equisetáceas y licofitas que quedan no tienen forma de árbol. Más tarde, en el
período Triásico, aparecieron las coníferas, los ginkgos, las cícadas y otras
gimnospermas, y posteriormente las plantas con flor en el período Cretácico. La
mayor parte de las especies actuales son plantas con flor (angiospermas) y
coníferas.

Plantas con el biotipo de árbol se encuentran en todas las clases de la


superdivisión Spermatophyta (las antes llamadas fanerógamas), salvo en las cícadas
(Cycadophyta), que son de biotipo Palmeroide.

Importancia económica y cultural


Se llama dendrología al estudio de los árboles en aquello que les es propio como
tales, y silvicultura al estudio científico y la práctica de su cuidado o cultivo,
del que se ocupan los ingenieros forestales.

Importancia económica
El ser humano explota los árboles de diferentes maneras. Desde la antigüedad, la
madera se ha usado como combustible. Se habla de especies forestales, que son
aquellas que suministran madera y productos derivados. La madera de los árboles es
un material común de construcción de edificios y de muebles. La pulpa se emplea
para la industria papelera.

Hay árboles frutales, que se caracterizan por producir frutos comestibles y con tal
finalidad se plantan por el hombre.

Un tercer tipo de uso es el adorno u ornamento de fincas particulares y espacios


públicos. Se habla así de especies ornamentales. Los árboles forman parte del
mobiliario urbano: en las ciudades se utilizan los árboles en calles, parques y
jardines, como algo ornamental y creando así puntos de descanso, refresco y
esparcimiento para los ciudadanos.

Importancia cultural
Los árboles han jugado un importante papel en la religión, en la magia y la
industria, como por ejemplo el árbol de Navidad, y tienen también un gran
simbolismo en la filosofía y la cultura, por ejemplo el árbol de la sabiduría.
Asimismo tienen un gran protagonismo en relación al calentamiento global.

En diversas culturas el árbol se ha considerado sagrado. En la iconografía


cristiana tiene asociada toda una iconografía. Es el eje entre los mundos inferior,
terrestre y celeste. Coincide con la cruz de la Redención. La cruz está
representada muchas veces como árbol de la vida. Este árbol de la vida surge por
primera vez en el arte de los pueblos orientales; es el hom o árbol central
colocado entre dos animales afrontados o dos seres fabulosos; es un tema
mesopotámico que pasó a Extremo Oriente y Occidente por medio de los persas, árabes
y bizantinos. Para las teogonías orientales el hom tiene un sentido cósmico, está
situado en el centro del Universo y se mueve con la idea del dios creador. Dos
árboles míticos o simbólicos mencionados por primera vez en la Biblia en el libro
del Génesis. Estos árboles serían llamados "árbol del conocimiento del bien y el
mal" y el "árbol de la vida". En el paraíso el árbol de la vida estaba en medio del
huerto, pero protegido de los hombres.26 En el claustro de la iglesia de Santa
María la Real de Nieva en la provincia de Segovia (España), en algunos capiteles se
encuentra la representación del hom oriental como símbolo del árbol de la vida:

Árbol con el león y el toro alados (que representan a Marcos de Ostia y Lucas el
Evangelista) que están defendiendo al hom.
Un pino, y a sus lados unos perros con rostro humano cubiertos por capucha. Son los
canes dominicanos como defensores del hom.
En otro capitel, los animales son dos búhos, símbolo de la sabiduría y la noche,
también defendiendo al hom.
Los budistas, hinduistas y jainistas consideran sagrado cierto tipo de higuera
llamada por ello higuera sagrada bajo la cual, creen, Buda alcanzó el nirvana.
Yggdrasil es el árbol mítico de los nórdicos, un fresno perenne al que consideraban
el "árbol de la vida", o "fresno del universo". Los antiguos sajones tenían también
un árbol sagrado, Irminsul, que Carlomagno ordenó destruir cuando los atacó.27

En la mitología grecorromana, distintos tipos de árboles y otras plantas han sido


consagrados a diferentes divinidades:

El haya y la encina estaban consagradas a Júpiter.


El pino estaba consagrado a Cibeles.
El olivo se consagraba a Minerva.
El laurel, a Apolo.
El mirto y el loto, a Venus.
El ciprés, a Plutón.
El narciso, a Proserpina.
El fresno a Marte.
La adormidera, a Ceres y a Lucina.
La viña, el pámpano y la hiedra a Baco.
El álamo, a Hércules.
El cedro, el aliso y el enebro a las Euménides.
La palmera, a las Musas.
El plátano, a los Genios.28
Estado de conservación
Los árboles están desapareciendo de forma masiva de la superficie de la tierra en
un proceso de deforestación sin precedentes.Wohlleben, Peter; Flannery, Tim F.;
Simard, S.; Billinghurst, Jane. The Hidden Life of Trees: What They Feel, How They
Communicate: Discoveries from a Secret World. ISBN 9781771642484. OCLC 933722592.
Se calcula que un tercio de los bosques del mundo han desaparecido. Se debe en
parte a la sobreexplotación que padecen, por ejemplo las selvas tropicales, pero
también a los incendios forestales, la mayor parte de los cuales son producidos por
el hombre, bien de forma intencionada, bien por negligencia. Además, el hombre
efectúa talas intensivas para hacer sitio a otro tipo de cultivo que da un
rendimiento económico mayor a corto plazo, por ejemplo, para abrir pastos para la
ganadería o para el cultivo de grandes extensiones de soja. Las consecuencias
negativas son: la pérdida de hábitats para diversas especies animales y vegetales,
la erosión, al dejar el terreno libre a la acción desecante del viento y la libre
circulación de las aguas, lo que provoca que se pierda la capa fértil de suelo y
ocasiona que el terreno se vaya desertificando.

La solución, además del abandono de determinadas prácticas, como la quema


intencionada del bosque para obtener pastos, pasa por una explotación racional, que
implique no solo tala sino también reforestación con ejemplares jóvenes que
constituyan el bosque del futuro. El Programa de las Naciones Unidas para el Medio
Ambiente ha iniciado una campaña mundial Plantemos para el Planeta con el objetivo
de plantar 7000 millones de árboles, o sea 1 árbol por habitante de la tierra para
finales de 2009. Además, se protegen extensiones de aquellas áreas más ricas en
biodiversidad, o de las especies endémicas, muchas de ellas en peligro de
extinción.

También hay riesgos naturales que amenazan los bosques, como el fuego, las plagas
de insectos y enfermedades.

Véase también
Subarbusto
Arboreto
Bonsái
Dendrología
Incendio forestal
Silvicultura
Xiloteca

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